domingo, 27 de agosto de 2017

La naturaleza del fanático

Entre la gente que acudió a la manifestación de repulsa contra el terrorismo y en solidaridad con las víctimas de los atentados de Barcelona había dos tipos de personas. Uno mayoritario que fue a lo que tenía que ir y otro que se parece más a la ponzoña que acecha en el fango. El problema es que el segundo grupo estaba organizado. La producción masiva de carteles con eslóganes que sirven para identificar la burricie a docenas de metros y el comportamiento estabulario de esta masa servil y fanática cumplió en esa jornada su función: convertir un acto de recogimiento y solidaridad en una feria.

Ser feriante es una profesión 24/7.
Reparto de banderitas y carteles, organización, espectáculo... no cometamos el error de pensar que la gente normal no es más fuerte y multitudinaria.
Hasta ahora sabíamos que los golpistas no eran precisamente el lápiz más afilado del lapicero, hoy sabemos que su calidad humana brilla por su ausencia. Ven a sus vecinos ahogarse en charcos de sangre en la calle donde compran el pan y lo que hacen es impregnar sus dedos en esa sangre caliente y pintar banderas por las paredes.

A estos peligrosos y violentos fanáticos les dan igual los muertos, los atentados, el dolor ajeno, la inseguridad; para ellos cualquier cosa se puede utilizar para sus propios fines de cohesión grupal y propaganda. Estos ignorantes despojos son los que quieren hacer un país nuevo y ahora sabemos que la primera medida que tomarán será decretar la muerte civil de los que no marchen al paso de oca.

Haine.
La repugnancia que provocan estos fanáticos ya ha dado la vuelta al mundo y hoy son más que ayer los españoles que piensan que con esta gentuza no hay que compartir nada. La separación gana partidarios por el asco que provocan los separadores. Sin embargo yo tengo un problema con esta línea de pensamiento: yo no puedo olvidar a una mayoría de catalanes —que aparentan ser menos porque no se comportan como ovejas ni tienen Obergruppenpastores— que serán los primeros en recibir el ostracismo y la muerte civil en ese mundo de Aldous Huxley en que quieren convertir Cataluña utilizando el latrocinio y el miedo.

Convivir con cientos de miles de fanáticos extremistas es un problema para todo el país al que no podemos dar la espalda. No podemos permitir la persecución ni el dominio de un grupo fanatizado porque a nosotros no nos toque de forma inmediata. Uno de los costes de la sociedad política es compartir el dolor. Las afrentas y amenazas que reciben nuestros vecinos son afrentas contra nosotros y amenazas que se dirigen contra nosotros. Diría muy poco de nosotros que dejáramos a la intemperie a nuestros vecinos.

No podemos dejar a tanta buena gente sola.
Otro punto del día que hilo con esto tiene que ver con las reacciones ante el aberrante terrorismo. Una "educadora social" (oficio que no sé en qué consiste) de uno de los asesinos del atentado se lamentaba con la pregunta "¿Cómo es posible que este buen chico haya hecho esto tan horrible?". Contestar esta pregunta requiere un crepitar de llamas en una chimenea sobre el que reposar la mirada, un sillón con orejas y una copa de balón que acunar. "¿Cómo es posible?", ah, la naturaleza humana que nos surge como un enigma pese a que respiramos ese enigma todos los días. "Pero si eran bien tratados, si jugaban al ping-pong, si comían quicos, ¿cómo es posible que asesinen a docenas?". No seré innecesariamente cruel y tan solo apuntaré a que hay filosofías que no están de moda que te explican estas cosas perfectamente: conceptos como los de virtud y principios, el orden, la diginidad humana, etc. Si uno carece de una formación y de una experiencia acumulada de la que nutrirse mediante lecturas, uno no deja de ser un niño y de plantearse preguntas de niño, evidenciando una capacidad que debe limitarse a labores manuales como arrancar patatas o limpiar arcenes. (Creo que no he sido cruel ¿no? Vamos, porque podría extenderme y mencionar que el mundo de fantasía en el que vive esa señora esta construido con cosas imaginarias y que no me extrañaría que esté más reventada de la cabeza que los propios terroristas, que siendo asesinos y psicópatas (o precisamente por ser eso) tienen las cosas muy claras (mecachis, este paréntesis sobraba, ups)).

Bien, pues el rollo de "¿Cómo es posible?" propongo aplicarlo a nuestros talibancetes de segunda be. Para cualquiera con un mínimo de perspectiva (de distancia) la pregunta es muy aplicable y sin embargo las respuestas habituales ya no cuadran. "Es la desigualdad", "es la foto de las Azores" (foto tomada en 2003, varios terroristas nacieron en 1998 o 1999), "es la venta de armas a ", "es la islamofobia"... los terroristas del ISIS en un vídeo justificaban la masacre aludiendo a los moros que había matado la Inquisición (nota: esa cantidad es cero) y a que España forma parte del Dar al Islam (el territorio que dicen que pertenece a la musulmanía porque les sale del orto decirlo. Un movimiento neo-bizantino podría darles sopas con honda). 

El ISIS revantando una mezquita de Mosul por la islamofobia y la foto de las Azores.
Tanto en un caso como en el otro las respuestas habituales no sirven porque no son respuestas sino rellenos con la propaganda de grupos que tienen unos objetivos y se centran en ellos porque al final del día no tienen respuestas pero sí agenda.

Aquí hay unos señores que quieren matar a los que se resistan y esclavizar al resto y otros señores que quieren robarnos y perseguir a sus vecinos. No parece que los discursos de gente con agenda estén siendo efectivos, tampoco los psicólogos están ayudando. No sé, qué raro que estas idioteces no funcionen. Rarísimo. Igual la pregunta no es "¿qué hemos hecho mal nosotros?". Si un tipo te atraca por la calle no te preguntas qué has hecho tú mal.

sábado, 19 de agosto de 2017

Compartir la muerte y la vida

Tras el horrible atentado terrorista de Barcelona que truncó una espléndida tarde de verano y demasiadas vidas, las muestras de cariño y solidaridad de todo el mundo, la excelente actuación policial y la actitud ejemplar de una sociedad que se fortalece al compartir el dolor y la pérdida parecen poco consuelo pero aún así ayudan.

Muestras de recuerdo y cariño en el lugar de los hechos.
La oscuridad del terror paraliza pero la luz al no vernos solos es un motivo para levantarnos y afrontar un nuevo día. El deber que tenemos con los muertos, la obligación que tenemos ante la muerte, el llamamiento que nos hace la sinrazón del asesinato en masa es el de seguir viviendo. Vivir todas las espléndidas tardes de verano que los que no están ya no podrán disfrutar. Este deber es hacia ellos y hacia nosotros. Vivir, al fin y al cabo, es la principal obligación del hombre. Y en concreto vivir de una forma que merezca la pena: recordando a los que fallecieron, llevando ante la justicia a los responsables de sus muertes y haciendo lo necesario para que estos actos de repulsiva inhumanidad no se vuelvan a repetir.

Con el eco de los gritos de horror todavía retumbando en el centro de Barcelona —un eco empequeñecido por el sonido de la valentía y de la vida del día después—, no es cuestión ahora de desentramar asuntos referentes a la investigación policial todavía en proceso, ni siquiera de buscar responsabilidades políticas indirectas sobre lo sucedido (hablo de la polémica de los bolardos al haber sido el atentado un atropello masivo). Lo que sí se puede hacer es señalar algunas declaraciones muy desafortunadas. En general, el comportamiento de la clase política y de la sociedad ha sido ejemplar, naturalmente siempre hay notas discordantes, poco representativas pero con grandes altavoces.

Día siguiente, concentración en Barcelona de repulsa contra los atentados terroristas encabezada por el Su Majestad el Rey.
Podemos comenzar por uno de los portavoces del movimiento golpista, a la sazón presidente regional de Cataluña, que condenó el vincular el atentado terrorista con el enfrentamiento entre su golpìsmo y el orden constitucional. Nada que objetar: son asuntos de distinta especie y le honra utilizar su altavoz para decir esto. Ahora bien, él lo dice en alusión a las críticas sobre la supuesta peor seguridad que hay en Cataluña debido al enfrentamiento político con las instituciones del Estado. En mi opinión no existe tal relación pero sí es verdad que esto se ha escuchado alguna vez... el problema es que él solamento lo ve desde su miope punto de vista ya que no aplica el mismo razonamiento a su colérico bando. Para muestra aleatoria traigo lo que se anda diciendo en círculos golpistas:

«Ayer Cataluña vivió un ensayo de independencia durante siete horas y este es y será -a pesar pese a quien pese- uno de los hechos memorables de este 17 de agosto histórico». Bernat Dedéu en elnacional.cat

La ANC recoge un artículo en el que piden usar banderas catalanas y no la española como solidaridad por el atentado. Europapress.

Más aún, el propio portavoz golpista, a la sazón representante del Estado en Cataluña, trata de meter la puntita como sin querer, de rascar la sangre sobre el asfalto para lamerse luego los dedos, como el más bajo de los animales que reptan. Así, tras un tuit del presidente americano en el que muestra solidaridad tras el ataque a "Barcelona, España", el portavoz de la doble vara de medir contesta:

"Our country", "our people", " just causes", "our history", "our collective identity", "history of more than a thousand years".. le están dando el pésame en un funeral y contesta con un mitin. Es deleznable y hay que decir que es deleznable porque estoy seguro de que en el asfixiante ambiente catalán palabras como estas son consideradas normales incluso por aquellos que no comulgan con esta gente. Creedme cuando os digo que una contestación así no es ni medio normal, está a años luz de ser aceptable. Yo al leer esto inmediatamente pienso en los tipos que iban al campo de batalla a robarles las botas y los relojes a los soldados caídos. Vivir de despojos. Que la vergüenza caiga sobre el nombre de su casa.

The Telegrpah
Hay más cosas. Ampliando el zoom a las causas últimas del terrorismo islamista, un terrorismo que cometen canis post-adolescentes con serias dificultades para caminar y mascar chicle al mismo tiempo, aparecen las narrativas explicativas. Con mero ánimo de entretener mencionaré las más idiotas.

Tenemos la condena del atentado por parte del grupo municipal barcelonés de la CUP que se refiere a "todas las formas de terrorismo fascista fruto de las lógicas internacionales del capitalismo". Es evidente que la máquina de palabras aleatorias con la que se suelen expresar se les estropeó.

La prensa se hace (clickbáitico) eco de un comunicado de una asociación que no sé a qué se dedica ni el peso que tiene pero que se llama "Papeles y Derechos para todos" así que más o menos nos olemos la tostada. En este comunicado dicen: «[la razón última de los atentados de Barcelona es] la desigualdad social, la enorme brecha entre ricos y pobres, entre los miles de inmigrantes sin derechos y los patrones que les explotan, entre los miles de refugiados que se ven obligados a huir a occidente y los gobiernos que levantan muros a su paso». Según el Real Instituto Elcano el 45% de los terroristas islamistas que actúan en España son españoles, el 41% marroquíes. De entre los españoles el 70% es de origen ceutí o melillense y un 10% de Barcelona, Granollers y Sant Boi de Llobregat (sí, de esas tres). Respecto a la pobreza, los países más pobres del mundo según la ONU son: República Centroafricana, Burundi, RD Congo, Liberia, Níger, Malawi, Mozambique, Guinea, Eritrea y Guinea Bissau. Estos países son tan pobres que no son origen de una gran cantidad de inmigrantes ni peticionarios de asilo de los que llegan a Europa (para poder emigrar hace falta que tu patrimonio sea algo más que barro, malaria y sida). El discurso este de la desigualdad internacional y de vincular el terrorismo islamista a causas no islamistas no sé muy bien a qué viene.

Y hablando de islamismo, esa ideología criminal refugio de débiles mentales, tenemos el comunicado de condena del gobierno regional catalán, que nos recuerda que Cataluña es un país —todo el santo día con la matraca— pero que se refiere a los atentados como una especie de fenómeno atmosférico que aparece porque sí.

En fin, como mencionaba al principio, pese a las idas de olla de los esperables, en conjunto creo que la respuesta de la mayoría ha sido ejemplar y eso es algo que tenemos que recordarnos porque dice mucho y muy bueno de nuestra sociedad, que no lo olivdemos, vive en su mejor momento.





lunes, 14 de agosto de 2017

Nazis palurdos y sus defensores tarados

En Villa Carlota, en la vieja Virginia, el choque de dos marchas de gente gordita se saldó con tres muertos. Dos de ellos eran agentes de policía que iban en un helicóptero que se estrelló, otra muerta fue una chica que murió atropellada en un atentado perpetrado por un terrorista nazi durante la jornada. En el atentado resultaron heridas casi veinte personas más, algunas de gravedad. Durante los incidentes docenas de personas resultaron heridas en el enfrentamiento entre grupos opuestos. Cuando estas cosas pasan, partidarios de uno y otro bando se señalan y se acusan de ser promotores de la violencia y responsables de las agresiones. La gente normal nos preguntamos qué estaba haciendo la policía.

Parecen protestar delante de su peluquería.
La inicial marcha nazi fue una más de las convocadas en ese pueblo en los últimos meses. Estas marchas se convocaron sobre todo con la excelente excusa de la decisión del ayuntamiento —demócrata— de retirar una estatua del general Lee. Algún lumbrera decidió aprobar marchas opuestas en las mismas calles y dar orden a la policía de no intervenir. Tras los encontronazos y las peleas la policía finalmente disolvió las manifestaciones pero ya fue tarde para evitar las víctimas.

Escena del atentado.
No fue este día el primero en ver un atentado terrorista nazi en los últimos tiempos en Estados Unidos. En febrero tuvimos un atentado contra unos inmigrantes en Kansas, un muerto. Tuvimos en marzo otro atentado en Nueva York en el que murió otra persona. Otro terrorista nazi asesinó en una parada de bus del campus de la Universidad de Maryland a un oficial del ejército en mayo. Dos muertos hubo en un atentado en un tren de Portland contra dos hombres que defendieron una agresión contra dos mujeres. Estos atentados y las continuas agresiones que se suceden empiezan a ser demasiado cotidianas.

Cuando se dicen estas cosas enseguida saltan los que quieren justificar lo injustificable. Los contemporizadores dicen que también hay que recordar a las víctimas de las agresiones no nazis o de las agresiones comunistas o como queráis llamarlas. ¿Por qué cada vez que denuncio al terrorismo nazi y a esa ideología criminal tengo que juntar a la hoja con un clip una lista de las agresiones comunistas? El comunismo es la ideología criminal que provocó directamente más muertes, hambre, torturas y dolor en la historia de la Humanidad. Eso no acepta ninguna duda. El comunismo es injustificable por cualquier persona leída o decente y debe ser ilegal y perseguido en todas partes del mundo. Esta parte creo tenerla un pelín clara. Ahora bien, si hablamos de los nazis, hablamos de los nazis.

De historia van regu.
Es inevitable achacar el actual envalentonamiento de los nazis en Estados Unidos y en algunos países europeos a la actual situación política y a la actitud que tienen sus gobiernos. Esto a su vez está relacionado con el miedo ante un mundo que cambia y se mezcla más rápidamente que en épocas anteriores, también relacionado con las consecuencias de la Guerra Infinita de Oriente Medio, de la Guerra Olvidada de África Central y de la constante mejora del nivel de vida en todo el planeta que hace aumentar los movimientos de población. El declive en el nvel de exigencia a profesores y periodistas son la sombrilla de este cóctel. La cada vez mayor distancia entre lo que creemos que pasa y lo que realmente pasa es el escenario de fondo, que tuvo su gran presentación con la sorprendente victoria de Trump tras ocho años de Hussein.

Lo que ocurre, por lo tanto, puede ser inexplicable pero no sorprendente a estas alturas para nadie medianamente informado. La nota trágica de todo esto es que en lugar de ver a un adulto en un puesto de responsabilidad como la presidencia de Estados Unidos actuando como tal, tenemos a alguien más preocupado por jugar al golf, incapaz incluso de convencer a su propio partido de apoyar sus políticas. La Casa Blanca está vacía mientras el país se desgarra. La equidistante nota de Trump condenando "todos los lados" de la violencia y evitando ser específico contra el terrorismo nazi sorprende por haber sido muy específico en muchas otras ocasiones contra el terrorismo islamista o alguien que le caía mal. La injustificable actitud de un presidente con este nivel de dejadez e ineptitud se explica mucho mejor considerando a parte de su círculo de asesores entre los que se encuentran promotores de ideas próximas al nazismo.

—¿Un cubo de grasa de cerdo con harina de maíz a nombre de Gauleiter Pollo Frito?
—¡Aquí!
Y mientras esto pasa, en el menos perceptible rumor de fondo que se está produciendo ahora mismo en Internet la cosa va a peor. Ya no se leen periódicos y el último gran medio de masas tradicional que es la televisión resulta en ocasiones demasiado ridículo por abusar de opinadores partidistas y mal pagados. Frente a esto tenemos a gente en Internet accediendo a discursos de odio y justificaciones retorcidas sin ningún tipo de filtro intelectual personal por carecer de los rudimentos básicos de una formación clásica.

—Los nazis cometen atentados PERO los antinazis también los cometen.
—Que Fulanito le tire una piedra a ese gato no significa que tú lo puedas hacer.
—La bandera nazi puede representar el mal PERO los otros llevan banderas de la URSS.
—Otra vez lo de Fulanito y el gato. Y además recordar que en la guerra había tres bandos, dos de los cuales eran encarnación del mal puro.
—Si lo que hago te ofende te aguantas.
—Bueno, depende. Me puedo aguantar o me puedo comprar una tuba y seguirte a todas partes tocándola, Gruppenführer Doble-Whoper-con-extra-de-queso.

Este palurdo lleva un PALO ESTÁNDAR. El primer arma que encuentra uno al iniciar la partida.
Hay una cosa curiosa en esto de tolerar opiniones criminales. Los extremistas en general se escudan mucho en la tolerancia a las opiniones como si eso sirviera para sus opiniones. En principio, legalmente la ley protege las opiniones más idiotas que uno pueda tener. E incluso opiniones criminales como la negación del Holocausto o la justificación del mito de la Causa Perdida del viejo sur.

—Ah, ah, si eres tan demócrata tienes que respetar lo que yo digo.
—Precisamente ser demócrata implica impedirte decir esas cosas. La loca idea de que las libertades no deben defenderse cada día es una de las más equivocadas y extrañas ideas que hay hoy en circulación. La libertad política no es lo mismo que el tiempo atmosférico o la rotación del planeta. Es más, incluso no es cosa limitada a la policía. Es cosa de todos, cada día.
—Pero entonces no estás defendiendo la libertad de expresión.
—Sí lo hago: libertad de expresión no significa que cualquiera pueda decir lo que le salga del orto.

—Si pasó una semana ya no se considera spoiler.
—A ver, nazi tarado, te digo que todavía no vi ese capítulo de Gossip Girl y me lo estás reventando.
Y en este punto hilo con un debate clásico: el significado de la libertad del hombre. De la libertad política en concreto. Robinson Crusoe naufraga en una isla desierta. ¿Es libre? ¿Es políticamente libre? No. No más que una vaca que pasta en el campo. Sin ley no hay libertad. Y la naturaleza de la ley yo la concibo más como un freno que como una puerta abierta. Si quieres una puerta abierta y "hacer y decir lo que quieras" te vas al medio del monte y charlas con las ovejas. Ahora bien, si vives en una sociedad política te cortas. Más aún, en una sociedad política abierta o de libertades no puedes esperar que la ley no esté para defenderla y si tu discurso se basa en destruir esa sociedad política no esperes que no se defienda.

Esto se ve muy bien con el ejemplo de un tipo que dice que tomarse una cucharada del anís que vende cura el cáncer. Todos estamos de acuerdo en que no se le debe permitir continuar ejerciendo su libertad de expresión. Ahora pensad en alguien que hace discursos diciendo que no debe haber libertad de expresión. Es evidente que lo que exige la libertad de expresión es impedir que ese tipo dé esos discursos.

Bien, ahora imaginaos a doscientos tipos así, con banderitas con la cruz gamada paseando por vuestro pueblo, gritando "Hitler tenía razón", con pantalón corto, gordos como nutras, sudando y llevando gorras infantiles.