lunes, 26 de septiembre de 2016

Elecciones en Galicia y el problema de Ciudadanos

Lo que distingue al PP de Galicia del resto de partidos políticos gallegos se ve claramente al día siguiente de unas elecciones: ellos siguen en campaña y los demás no. De hecho, el PP de Galicia, con Feijoo al frente, lleva unos diez años en campaña electoral (acordaos de 2005-2006 cuando hubo debate sucesorio, a los de la gaviota les entró el canguelo y lo solucionaron a la vieja usanza, es decir, con disciplina prusiana, que es un método probado de solución de problemas).

Bávaros bailando muiñeiras.
Es una vieja historia. Nos tendríamos que retrotraer a los tiempos de la restauración (de la primera restauración) para entender la política gallega a pie de calle. La película Luz de domingo de Garci, aunque ambientada en Asturias, nos valdría de introducción al tema. El PP gallego a diferencia del resto de partidos se articula de abajo a arriba, es el partido menos leninista que hay. Aquí no existe una vanguardia revolucionaria que quiere cambiar el mundo, no hay una élite que dirija, como mucho hay una dirección que coordina y resuelve disputas. Son los poderes locales los que hacen funcionar la cosa. Pequeños reyezuelos en administraciones diminutas que pasan desapercibidos y que están unidos por intereses mutuos. Mientras expertos electorales de otros partidos trazan planes y plantean estrategias en función de los sondeos y de los datos disponibles, los dictadores decimonónicos locales del PP te mueven dos buses de paisanos en cuestión de minutos. Hay alcaldes de pueblecitos que pueden matar a un perro en la plaza del pueblo y aún así continuar obteniendo un gran apoyo popular. Esto es lo que no se acaba de entender. Y no se acaba de entender porque se analiza la cuestión desde el punto de vista político y no desde el punto de vista... ¿antropológico?

El alcalde puede robar, matar, fabricar armas químicas, etc. pero es nuestro alcalde e hizo cosas buenas por el pueblo (cosas buenas que igual se deben a otra administración pero explicar esto ya es comerle la cabeza a la gente). Tras décadas en el poder, uno de esos alcaldes ya tiene en su órbita a todos los que le pueden hacer sombra. Normalmente la oposición política de estos lugares la forman miembros de una familia rival o de una familia en competencia por ciertos recursos económicos o servicios. La división de la oposición y la ley electoral hacen el resto. Hay alcaldías que se van relevando por el puro hecho biológico y la herencia incluye la costumbre, el recuerdo y la lealtad. Por ponerlo en perspectiva: algunos lugares tienen hoy el mismo alcalde que tenían cuando llegó el alumbrado público, la recogida de basuras y el ambulatorio a menos de una hora. Es decir, hay una parte del poder local del PP de Galicia que se vincula directamente a la modernidad y a la calidad de vida. La gente recuerda lo que era caminar una hora hasta una marquesina en medio de un lodazal y coger ahí el Castromil para ir a la capital a arreglar sus asuntos. Esa forma de vida ha variado completamente con el mismo señor alcalde, que además es un alcalde que conoce a todo el pueblo y se pasa a saludar. En ocasiones el alcalde, que puede ser el dueño de la gasolinera o el ex-médico del pueblo, durante décadas ha concedido favores pre-políticos, creando así una red de lazos de confianza y vínculos que ningún listillo moderno que habla con anglicismos puede romper.

Luz de domingo.
Para haceros una idea: el PSOE tiene uno o dos ayuntamientos donde es casi imposible ganarle porque ahí el reyezuelo local hace exactamente lo mismo. Es más, a nivel local el color del partido es lo de menos. Cuando hay alguien popular y con contactos los partidos le ofrecen dinero para que se presente por ellos. Una vez hecho el acuerdo —apretón de manos, nada escrito— se pueden organizar los "procesos electorales internos" que les la gana que la cosa ya está hecha.

—Pero es que en tuiter nuestro candidato tiene más followers y...
—Déjate de imbecilidades. Bus de paisanos, ocho de la mañana, papando frío, promesa de una ambulancia que cuesta 100.000 presupuestando 120.000, nadie hace preguntas porque ve con sus ojos la ambulancia, ve la cosa, materia bariónica. El tipo que se baja del escenario y saluda por su nombre de pila a los paisanos. Qué tal la pierna, etc. Palmadas en la espalda. Chismes de insider que apaciguan la curiosidad de las señoras: Feijoo reformó al cocina. Jijí, jajá. Nos vemos mañana.

De abajo a arriba, insisto, antileninismo. Y desde que Feijoo es la cabeza visible —y por tanto indiscutible— de este tinglado, esto ocure todos los días. La instrumentalización del ámbito institucional para el rédito semi-privado de los objetivos metapolíticos de un partido en concreto es el día a día desde hace diez años. Antes estaba Fraga así que calculad.

Homenaje a Manuel Fraga.
Al otro lado tenemos justo lo contrario. De hecho, podemos comparar el PP gallego con el resto de partidos. Por ejemplo, el PP de Galicia se forma por la unión de muchos partiditos muy diferentes (hasta enfrentados entre sí) y muchos independientes donde cada uno va a su bola, pero en apariencia y propaganda tiene la presencia de un bloque sólido y unido. La oposición se forma por escisiones de corrientes internas que acaban formando partidos pero que detrás de sus siglas están todos por lo mismo. El PP de Galicia se articula de abajo a arriba, tiene un cursus honorum funcional, tiene lugares donde colocar a la gente ya que tiene cuadros en todo el territorio, tiene banquillo y banquillo del banquillo, su control de la administración calma las rivalidades internas porque utiliza la administración como su finca privada. Por el contrario la oposición toma sus decisiones en función de las peleítas de sus dirigentes, carece de presencia homogénea en el territorio, carece de cursus honorum, las rivalidades no se aplacan colocando a la gente, sino que suelen resolverse con escisiones y expulsiones.

Los diferentes y contradictorios intereses y aspiraciones del PP de Galicia no son aprovechados por la oposición porque en la oposición son los primeros que se tragan el gran secreto del PP gallego: ocultar su división interna. Toda la oposición trata al PP como el bloque unido que no es, aspira a disputarle el voto y lo convierte en el blanco de sus ataques. Esto nunca dejará de sorprenderme porque los partidos de la oposición se disputan un mismo electorado. Ah, pero por alguna razón el PSOE no ataca a los podemitas o los del Bloque no atacan al PSOE. Esta estupidez y falta de juicio le da la vida al PP.

Claro que en los últimos tiempos apareció una espinita. Ciudadanos de Galicia son los únicos que no atacan como deporte al PP y cuando el PP no es atacado de frente no sabe cómo responder. Además, Ciudadanos recibe los mismos ataques de los nacionalistas que suele recibir el PP, un ataque mal medido del PP a Ciudadanos puede estallarles en la cara. Partiendo de esta posición única me llama la atención la falta de convicción y ganas en las filas naranjas. Teníais que haber visto la desastrosa gestión política de Ciudadanos en Galicia, el horror. Parece que cogieron el manual de "Cómo no hacer unas elecciones" y lo siguieron al dedillo.

Los problemas de Ciudadanos en Galicia

Siempre puede ser peor.
Ciudadanos, como el resto de partidos, tiene problemas que no está en su mano resolver pero también cuenta con otros problemas que se crea gratuitamente. Entre los primeros se cuentan dificultades objetivas que siempre se van a resumir en dinero y gente. Para hacer una campaña necesitas dinero, necesitas pagar publicidad y contratar a gente. Si no lo tienes ya partes con desventaja. También necesitas gente, mientras el PP hace cinco actos públicos en un día, en Ciudadanos como mucho tenías a la candidata tomando un "café ciudadano" en un bar con cuatro fulanos y a unos chavales repartiendo folletos en otra ciudad. Vale, dificultades objetivas, poco que hacer.

La parte menos entendible es la de las dificultades creadas. Por alguna razón Ciudadanos se presenta en Galicia sin un programa electoral para Galicia. Las 100 medidas compiladas como frases sencillas y superficiales no han trascendido en absoluto. De los 75 candidatos que presentaron en sus listas, apuesto pincho de tortilla y caña a que 70 no me podrían decir más de cinco de esas 100 propuestas. No exagero, esto ya ocurrió: en otras elecciones, al cabeza de lista de La Coruña le preguntaban por el programa y el tío ni idea. ¿Me decías que esto no se puede resolver?

Que ésa es otra: el contacto con los medios. ¿Qué maldición gitana impide a Ciudadanos emitir notas de prensa diarias? Con 75 candidatos ¿por qué no suplen su falta de presencia en la calle con presencia en los medios? Hay que buscar entrevistas hasta en las hojas parroquiales porque es el único modo de que sepan que existes.

Hay otros problemas que requieren de mayor inversión temporal. Está el asunto de crear deuda emocional en Galicia. Para que la gente confíe en ti y seas creíble te tienes que abrir una cuenta de crédito emocional. La imagen de Ciudadanos en Galicia es de "gente de fuera" y a la gente de fuera no se le dan las llaves de casa. Los invitados, como el pescado, a los tres días apestan. Sin embargo en Ciudadanos no tienen a ninguna cara que se la relacione con el partido. Utilizaron en su cartelería a Albert Rivera para tratar de establecer el vínculo emocional que se crea al humanizar y poner rostro a un partido pero es que Albert Rivera es de fuera y tampoco se presentaba a las elecciones gallegas. Lo peor que pueden hacer ahora es ir bailando candidatos. Tiene que coger a un líder en Galicia e invertir en crédito emocional, que la gente lo identifique con el partido y lograr en cuatro años una tasa de conocimiento (no digo apoyo, conocimiento) decente. Es que lo de estas elecciones ha sido un escándalo: Feijoo, tasa de conocimiento del 100%, resto de candidatos, tasa de conocimiento del 25%. Es que no se a qué juegan, es como salir a jugar un partido de fútbol con cuatro cojos y sin portero.

Más asuntos. Lo de achacar a la ley electoral la injusticia de los resultados es de primero de mal perdedor, eso jamás hay que decirlo. Las disensiones internas: ¿sois cuatro gatos y permites que haya una escisión? No lo entiendo. No entiendo cómo se gestionó tan rematadamente mal el asunto de la escisión en Coruña. Si eres tan burro como para poner primarias en tu partido y los militantes eligen a alguien que no te gusta no puedes pisar a la gente y hacerles tragar a un paracadisita porque le estás haciendo campaña a tus rivales. ¿En serio no hubo forma de solucionar el tema sin un rodillo? Lo de que el PP cree catorce partidos imitando tu nombre para rebañar docenas de votos no lo comento porque entiendo que no tiene arreglo.

Ah, que no se me olvide. El tonito de libro de autoayuda. Un partido político no es una reunión de Alcohólicos Anónimos. No es un sitio con sillas plegables donde se da apoyo y se eleva la autoestima a tipos con carencias afectivas y problemas de adicción. Aunque estamos en una época muy mala para decir cosas así, un partido político es un partido político. Frente a la ilusión y la solidaridad está levantar el impuesto de sucesiones y hacer una estación de buses.

Luego está el complicado asunto del core-value de Ciudadanos. Tratar de impedir que los medidores de cráneos cometan un golpe de estado es un fin compartido por la mayoría pero los medios a emplear levantan exageradas susceptibilidades. Cualquier denuncia contra la xenofobia aceptada en España se puede interpretar como un ataque a la libertad de elegir y a la democracia porque sorprendentemente en este país la tolerancia incluye y protege a los intolerantes. Claro, en Cataluña Ciudadanos ha conseguido hacerse un lugar —después de diez años de trabajo— y se espera que ocurra lo mismo en Navarra o en Galicia, por ejemplo. La cuesión es hacer funambulismo, no quedarse corto ni pasarse de frenada. Aquí el problema no son tanto las condiciones locales como Madrid. El famoso fuego amigo. Si quieren comerse algo tienen que ser considerados de aquí y eso pasa por hacer ciertas concesiones estéticas. No me refiero a competir en la liga de medidores de cráneos sino a cosas más sutiles: pese a que la población gallega es principalmente urbana hay que pisar hierba y hacerlo sin que parezca que vas de safari. Hay que tener gente con acento muy cerrado y que sepa distinguir un alcornoque de un pino. Gente que sepa que la leche no viene del supermercado sino de las vacas (pese a que los supermercados mueven mucho más dinero y son más importantes que las vacas en Galicia). Hay que encontrar causas emocionales y paisajes estéticos que conecten con lo que se espera de la gente de aquí, aunque sea una ficción. Construir una respuesta al nacionalismo en Galicia pasa por algo que podemos llamar galleguismo constitucional o alguna deformidad de palabras similar. Esto lo hace el PP y nadie dice nada. Pues esta contradicción puede ser explotada por Ciudadanos o Ciudadanos imitar esta estrategia de pose estética. El problema es que mientras al PP nadie le lee la cartilla a Ciudadanos se la van a leer. Cosa curiosa porque Ciudadanos no pacta con nacionalistas y el PP lo hace siempre que le dejan. Ah, el fuego amigo. Ah, esa prensa nacional-pero-madrileña que tiene las cosas súperclaras.

Bueno, y vamos al asunto de las elecciones y así mato varios pájaros de un tiro.

Las elecciones

Típico mitin del PP en Galicia.
El PP ha ganado las elecciones aumentando en porcentaje y número de votos con una participación que superó en doce puntos la de las elecciones anteriores. Está por encima del 50% de apoyo en la marca oriental, cerca del 50% en Coruña y un 43% en Pontevedra, la provincia más urbana y joven. En las cuatro circunscripciones le saca una ventaja de entre treinta y veinte puntos al segundo. El PP juega en su propia liga por razones antes expuestas. No hay mucho que comentar. 41 escaños de 75.

Ya pasó la broma, ahora en serio ¿quién era el candidato del PSOE?
Es relevante el batacazo que se lleva el PSOE. Estos son los peores resultados de su historia. La tendencia es a la baja y parece que no tienen suelo. En la marca oriental conservan la segunda plaza y en la marca occidental quedan relegados a la tercera posición. Su feudo, Vigo (creo que es la ciudad más grande que gobierna el PSOE en España), los ha llevado a la tercera posición, por detrás de unos fulanos que venden pañuelos en los semáforos. En total el PSOE se deja tres puntos, cuatro escaños, 50.000 votos y su honor en lo que ha sido un completo desastre de campaña y trayectoria. Hoy les vota la mitad de la gente que les votaba hace tres legislaturas. Lo guapo de esto es que no aprenden. Los fulanos a los que han ayudado a someter algunas ciudades les han adelantado y ellos siguen en Galicia la estrategia nacional de tratar de competir con el PP. Hoy sus pseudo-aliados bailan sobre su cadáver. Buscas masoquismo en el diccionario y te aparece el PSOE gallego. 14 escaños.

Good job, assholes.
Los chavistas suben cinco puntos y ganan cinco escaños. Son segunda fuerza en occidente y tercera en oriente, un lugar donde las señoras todavía se cubren para ir a misa. Aunque me hace gracia y sé que les molesta que considere a En Marea un Pablemos más del montón, en puridad Pablemos Galicia es inexistente. En Marea es un partido nacionalista construido con los cadáveres de Izquierda Unida y escisiones del BNG en el que Pablemos pinta más bien poco. El día en que al PSOE regrese algún adulto, les quita las ciudades que tienen y adiós. 14 escaños.

BNG guys, srsly, wtf is wrong with you.
El BNG es sobre todo castigado en Pontevedra, que es donde más cae, pero aguanta el tipo pese a tener competencia directa. El BNG pierde un escaño, cae dos puntos y se deja 30.000 votos pero en su Comité Central siguen de botellón a estas alturas ya que se esperaba que perdieran mucho más. 6 escaños.

"Es que hay una situación de bloqueo y hay que sentarse a la mesa a negociar...". "Paco, que no tenemos mesa".
Ciudadanos se queda fuera del parlamento gallego pese a sacar 11.000 votos más que la suma de UPyD y SCD en las elecciones de 2012. De conseguir 300 votos más en Pontevedra, 660 en Coruña y 130 en Orense, Ciudadanos entraría con tres diputados en el parlamento, el PP tendría 39 y el PSOE 13. Pero estas cuentas no valen para nada: esto es como lo de llegar una décima por detrás del tercero compitiendo por una medalla. No ha sido un batacazo pero tiene la apariencia de un batacazo y la apariencia es lo que cuenta.


sábado, 17 de septiembre de 2016

Cualquier idiota escribe sobre la civilización del valle del Indo

Leo este titular: «Descubren una civilización que vivió sin guerras ni desigualdad durante 700 años», y a continuación la entradilla: «Los habitantes de esta región vivieron una utopía fantástica y luego desaparecieron sin más. Lo que hicieron, y cómo lo hicieron, apuntan a que una sociedad mejor es posible» y lo que se me viene a la cabeza son varias cosas. Primero descarto que sea una civilización moderna pues en la época moderna todo el planeta está descubierto y más aún desde que tenemos satélites. En segundo lugar suelto un bufido por lo de "sin guerras ni desigualdad" porque eso directamente me suena a trola (excepto en la civilización del valle del Indo (y habría tela que cortar), pero el periódico no puede referirse a esa porque fue descubierta hace un siglo). En tercer lugar, ¿700 años? 700 años para una civilización antigua es una risa. Por último, lo que acaba por mosquearme es lo de "utopía fantástica", "una sociedad mejor es posible" unido a lo de "desaparecieron sin más". Algo que desaparece no puede ser modelo de nada.

En El Confidencial antes de ponerse a escribir gritan "¡Sed testigos! ¡Nos vemos en el Valhalla!".
Al leer la "noticia" caigo en que El Confidencial por medio de la autora de esas líneas —María Palmero, esto no va con ella, pobriña— nos habla, efectivamente, de la civilización del valle del Indo. Tate. Vale, son idiotas no pasa nada. El problema surge un rato después cuando el canal oficial en tuiter del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED retuitea esta "noticia" que se hace eco de un fulano que escribe un libro —libro publicado hace año y medio, ejem— repitiendo cosas que ya sabía todo el mundo desde hace tiempo (y tampoco es que sean cosas sabidas sino teorías, algunas, por cierto, ya en entredicho porque no se ha dejado de investigar este asunto y lo que te rondaré morena).

Dicho en otras palabras, por el tono del artículo y su acento amarillista parece que hay alguna novedad y no es así. No pasa nada, es El Confidencial, un medio con la credibilidad del marqués de Pionyang (tampoco tienen toda la culpa, al fin y al cabo fusilaron un artículo del Daily Mail, que es el periódico que leen los oligofrénicos ingleses). Lo grave del asunto es que el departamento de arqueología de una universidad actúe como Tom Cruise en aquella película en la que organiza una fiesta y pasan cosas. La universidad no debe bailar al ritmo que marca el clickbait de la prensa digital, vamos, digo yo.

—¡Extra, extra! ¡hace dieciocho meses un fulano escribió un libro que no aporta ninguna novedad a un tema conocido desde hace un siglo! :O
—¡Pero muchacho! ¿Qué día es hoy? :O
—¡Es Navidad, señor! :D
—¡Ah, Navidad! Toma, malandrín, un chelín y ve a decirle a tu hermana que venga a verme. ;)
Y ya que estamos aquí, poneos cómodos porque el fisking no ha pasado de moda como repiten incesantemente esos tarugos que venden cursos de innovación y SEO a las diputaciones provinciales, célebres piaras de corruptelas.

Quicir, vamos a triturar el artículo. Con permiso.

Imaginaos la existencia de una sociedad sin guerras, armas ni desigualdad. Es una utopía, ¿verdad? Pues, parece increíble, pero existió. Los habitantes del valle del Indo vivieron así durante más de medio milenio (2600-1900 aC) en las llanuras del río Indo.

Los habitantes del valle del Indo vivieron en las llanuras del río Indo. Ok. Vi ríos con peces, con orillas y hasta con ocas pero jamás vi un río con llanuras. Además, la gente que vive a orillas del Indo vive a orillas del Indo. Menos mal. Si la gente que vive a orillas del Indo viviera a orillas del Mississippi, las leyes del universo físico estarían profundamente alteradas y la vida tal como la conocemos sería imposible. Aquí todavía no he discutido nada, esto es saber leer y escribir. Y la universidad retuiteando esto. Bien.

"Sin guerras, armas ni desigualdad". Ciertamente aunque se ha estudiado mucho la civilización del valle del Indo (una de las primeras civilizaciones junto a la egipcia y a la mesopotámica y por tanto un tema con un interés relevantísimo (la china no es de las primeras como dice el artículo ya que es posterior) no nos consta como en las otras dos civilizaciones pruebas de grandes conflictos bélicos. El problema es que no tener pruebas de la existencia de algo no prueba la inexistencia de ese algo (esto es de primero de... pensar). El cénit de la civilización del valle del Indo coincide con la dominación acadia de Sumeria. Al oeste de los montes Zagros las luchas por el poder y los conflictos entre estados eran frecuentes y tenemos testimonio de ello. Pero al este no nos consta la existencia de efervescencia bélica. Curiosamente tenemos constancia de elamitas y sumerios enterrados en las ciudades del valle del Indo (¿migraciones provocadas por la guerra? ¿consecuencia del intercambio comercial?) y viceversa. Lo que sí tenemos son murallas en las ciudades, pista que apunta a cierto PIB dedicado a defensa. Ups.


A cuento de la desigualdad basta decir que en Mohenjo Daro (la ciudad más excavada de esta civilización) las "casas" —igual no son casas— varían su superficie, las hay que son cuatro veces más grandes que otras (50-200m2) y carecemos de datos para saber si un mismo propietario podía tener varias casas (cosa probable porque siempre ha ocurrido). Luego tenemos restos en el exterior de las ciudades, asentamientos más pequeños y todos los restos arqueológicos conocidos nos hablan de una sociedad compleja, con inmigración e intercambio, con la desigualdad que ello conlleva. En Mohenjo Daro tenemos un sitio de preeminencia sobre el resto de la ciudad donde se ubican edificios probablemente con fines religiosos: granero, piscina y algo que podría ser un templo con estancias para sacerdotes. ¿Alguien cree que el sacerdote vivía igual que el tipo que recogía colillas cuando cerraba el casino? No ¿verdad? Bien, porque eso mismo dice un estudio de la universidad de Oxford: los pobres en el valle del Indo las pasaban más canutas que los ricos. Sorpresón.

El gran baño (yo le llamo piscina) de Mohenjo Daro. Autores como Gregory Possehl defendieron la teoría de que la caída de la civilización del Indo fue el preludio de la posterior civilización india. El uso litúrgico del agua igual está emparentado con las posteriores tradiciones hinduistas.

Son MUY numerosas las ceremonias religiosas que tienen que ver con el baño público en la India. Igual existe relación con la civilización del valle del Indo (o igual no).
Lo de "sin armas" es algo bastante gracioso. Efectivamente tenemos un montón de armas egipcias del periodo pero no del valle del Indo. Lo que sí tenemos son cráneos. Cráneos rotos por impacto de objeto metálico contundente o afilado.

Aquí a mi primo lo dejaron guapo: la nariz rota y un machetazo entre los ojos (vía National Geographic).
La investigación [de hace año y medio] ha revelado datos sorprendentes [¡pero si la "teoría pacifista" ya era conocida!] que ofrecen un halo de esperanza a la humanidad. Robinson apunta que, aunque "fue una sociedad próspera y moderna", no se han encontrado restos arqueológicos que evidencien la presencia de ejércitos o alguna guerra en la región.

Un estudio paleopatológico de 18 restos humanos de la ciudad de Harappa (a la civilización del valle del Indo también se la conoce como cultura de Harappa) muestra que al menos la mitad sufrió fuertes traumatismos que les causaron la muerte (básicamente cráneos destrozados). Esto incluye a mujeres y niños, que es feísimo. De momento lo de la panacea pacifista lo dejamos a un lado aunque ciertamente nos faltan datos.

"Próspera y moderna". Por Tutatis, si algo enseña la historia es que precisamente no existe relación entre prosperidad y flecha temporal. Si hay que bajar tanto el nivel yo ya no juego a esto.

No existía ningún gobierno: eran todos iguales (...). Resulta llamativo que hubieran construido tantos edificios y planificado las ciudades (como la de Mohenjo-Daro) sin la coordinación de un líder que organizase a las decenas de miles de hombres que trabajaron en ello.

Pregúntale a un niño si aquí había gobierno o no. Posiblemente el niño hasta te señale dónde estaba el gobierno.
Claro, resulta llamativo porque es mentira. Una ciudad como Mohenjo Daro, de la que se estima una población de hasta 80.000 habitantes (cálculo que parece exagerado, Uruk como mucho tuvo 60.000 aunque los historiadores no se ponen de acuerdo y a veces le dan menos y Uruk es una buena referencia como ciudad más importante de mediados del tercer milenio antes de Cristo: Gilgamesh era de Uruk igual que el Capitán América era de Nueva York) tenía esta ciudadela en un promontorio de la que os he hablado antes, murallas y obras públicas como denota el sistema de alcantarillado que la hace famosa. Luego está el tema de la planta ortogonal de la ciudad: existió en algún momento un plan de urbanismo. Todas estas cosas no se hacen sin gobierno (las puede hacer Cocacola S. A. pero entonces el gobierno es Cocacola S. A.). Más aún, la presencia de industaníes en Omán y Mesopotamia nos informa de cierto nivel de relaciones diplomáticas con otros reinos y por lo tanto la existencia del estado. El paso de la fase protoestatal a la fase estatal se produce por el reconocimiento mutuo entre estados. No importa aquí que las ciudades del valle del Indo fueran ciudades-estado o una confederación o un reino unificado, desconocer la forma del estado no implica la inexistencia del estado. También se dice de las tribus de América del Norte que vivían sin estado. Ciertamente muchas tribus podrían vivir en una fase protoestatal, pero con Hiawatha por ejemplo, ya aparece el reconocimiento mutuo entre esferas de dominio estatal (la confederación iroquesa no deja de ser una ONU en pequeñito).

La relación entre no existir gobierno y ser todos iguales yo no sé de dónde la sacan. El primer elemento de igualación en derechos es compartir gobierno por muy despótico que sea este. Normalmente los primeros estados basaron el dominio sobre su población en el control de la economía, lo que en aquella época quería decir disponer del reparto del grano. El epítome del imperio hidráulico (Mesopotamia, Egipto y el Indo lo eran) lo tenemos en China, unos siglos después: a las provincias levantiscas las dejaban sin agua de riego por un sistema de presas. ¡Taimados!

Del artículo lo que más me gusta es esta insistente dualidad:

Parece increíble que la civilización del Indo viviese en una utopía fantástica (...) en torno al año 1900 a.C., todas las ciudades del valle del Indo fueron abandonadas.

Una utopía fantástica en la que te parten la crisma, tienes que vivir en una ciudad amurallada, los sacerdotes controlan lo que comes, no ponen nada bueno en la tele y encima desapareces. A mí dejadme tranquilito en mi horrible distopía de derechos civiles, antibióticos y Netflix.

martes, 13 de septiembre de 2016

El crimen de Losada

Como el 94,5% de la población gallega yo no he visto el programa de la telegaita en el que los principales candidatos de los principales partidos de las próximas elecciones regionales se dejaban ver para aumentar su popularidad. No es que no me interese la política —como sospecháis quienes me seguís desde hace un tiempecillo— es que simplemente eso no era política. Una cosa a la que llaman debate y donde cada fulano suelta un monólogo que tú ya sabes incluso mejor que los propios candidatos, como podéis intuir, carece de interés (el hecho de tener elecciones cada mes tampoco ayuda).


El rescoldo de ese triste y prescindible espacio televisivo tiene quer ver con el continente más que con el contenido. No ocurrió que alguno de los monologuistas soltara una audaz posición política para el mejor gobierno y la felicidad de los habitantes de esta cristiana tierra, cosa que me congratularía sobremanera, sino que los de siempre reaccionaron como era de esperar ante el cortocircuito que les supuso que una de las monologuistas empleara el castellano para comunicarse.

No se trata aquí de identificar un problema porque no existe ningún problema. Cuando critican a quien habla en castellano no está operando ni siquiera una faceta de la propaganda política sino una mera pose estética, precedente de la política. (La estética como prepolítica sería un tema a tratar en tiempos más civilizados).

Por ejemplo, el periodista Luis Fraga considera un "error" emplear el castellano en ese programa aunque no explica por qué. Puede que sea un error porque el resto hablaba —o lo intentaba— en gallego pero esto a su vez puede convertirse en una ventaja porque diferencia a la hablante del resto y ayuda a identificarla (los candidatos que no son el presidente Núñez cuentan con una tasa de conocimiento de alrededor del 30%, tienen que darse a conocer de alguna forma porque a quince días de las elecciones están optando a 25 de los 75 escaños del parlamento gallego).

Luego están las juventudes del PSOE en Galicia que se preguntan si la persona que estaba hablando en castellano "es realmente gallega". En su perfil de tuiter esta organización se define como "socialista, galleguista y republicana" pero no le tiembla el pulso al establecer relación directa entre idioma empleado y carta de naturaleza. Igual debían modificar ese perfil porque entre otras cosas la idea moderna de república es precisamente la que se opone a que las circunstancias particulares determinen la posición del ciudadano en el espacio político. Republicanos de Saló.

Particular es el caso de Rafael Cuiña, alcalde de Lalín como su padre (en Galicia estamos muy apegados a las tradiciones del Antiguo Régimen, la Santa Compaña, el alambique en el pajar, la herencia de cargos públicos, etc), lo que suelta Cuiña hijo de Cuiña y conocido en algún cuartelillo de la Guardia Civil es que Losada —la candidata de Ciudadanos que hablaba en castellano— es "antigallega" y "un insulto para la cultura gallega". A los nuevos os dejo el enlace a la etiqueta de "cultura" de este mismo blog y así salto el párrafo rápidamente. En lo de "antigallega" ni me meto porque tengo más de diez añitos.

Las muestras del cortocircuito que provoca el empleo del castellano son numerosas entre gente anónima en las redes sociales. Es muy curioso cierto fenómeno observado que consiste en quejarse porque alguien hable en castellano y al mismo tiempo esa persona hablar en castellano. Los hay que comentaron el "debate" en gallego como paréntesis de su empleo cotidiano del castellano. Esto es ya un asunto para especialistas. Los insultos que denotan carencia de argumentos nos los ahorro aquí pero os los podéis imaginar.

«(...) ¿no habéis elegido entre vuestros conciudadanos a diez taxiarcas, diez estrategos, diez filarcas y dos hiparcas? Pues ¿qué hacen estos hombres? Aparte uno, que habéis enviado a la guerra, los otros, junto con los hiropeos, presiden las procesiones. Porque, igual que los fabricantes de figurillas, elegís a los taxiarcas y filarcas para el mercado y no para la guerra». (Primera Filípica, Demóstenes).
El propio presidente de la Xunta se permitió bromear al aludir al presidente de Ciudadanos como "gallego comprometido". La broma más allá de los Ancares igual no se capta en todo su esplendor pero para eso estoy aquí, para explicaros las cosas. Núñez alude a la falta de domicilio civil en Galicia del líder de Ciudadanos, partido al que el PP ve como una sucursal extranjera en Galicia. Es decir, que en una chispeante vuelta de la historia el PP emplea el tono y el argumento que los nacionalistas siempre emplean con ellos: "no sois de aquí". Se diría que el PP de Galicia tiene algún problema con el origen no gallego de la gente que pretende hacer política en Galicia. Y lo mejor del asunto es que ni siquiera se da el caso pues la candidata de Ciudadanos es gallega (a los que no somos xenófobos tampoco nos importaría que fuera congoleña). Esto conjuga estupendamente con los golpecitos en el pecho que se da el PP en Madrid, con los editoriales súperespañoles de su prensa afín (hola Bieito) y con los motivos que precisamente llevaron a la aparición de Ciudadanos: la falta de confianza en los dos principales partidos de España en que realmente defiendan la Constitución y los valores de igualdad y libertad expresados en ella. Bromitas como las de Núñez y una larga historia de colaboración con el insaciable nacionalismo son los que vuelven a ese partido y a su coleguita socialista en agentes poco fiables frente a quienes abiertamente propagan discursos xenófobos. Las bromitas, presidente Núñez, se las guarda usted.

Qué queréis que os diga, a mí todo esto me parece lamentable. No contentos con cargarse el idioma gallego, se dedican ahora a sacar a pasear su putrefacto cadáver y a seguir usándolo como bandera política hasta que finalmente acabe por desaparecer definitivamente. La gente que habla castellano de forma habitual no es la que se ha cargado el idioma gallego. Quienes se lo han cargado han sido las leyes de educación universal desde el siglo XIX, el progreso tecnológico, la ley del mínimo esfuerzo (dos idiomas superpuestos y con uno te comunicas con más gente, el pequeño desaparece en el momento en que aparecen los teléfonos y las radios), los filólogos gallegos que modifican la normativa cada diez años (no introducen palabras nuevas o cambian algunos acentos, no, cambian las normas ortográficas, volviendo así inútil la escolarización en gallego de cada generación precedente), los jurados endogámicos de los certámenes de lengua gallega (hay trece fulanos contados que se van rotando en los jurados y se van dando los premios unos a otros), la fuerte politización del idioma desde la adolescencia (un fenómeno sobre todo urbano): profesores de gallego nacionalistas aprovechan sus clases de gallego para inculcar Espíritu Racial 101 a los chavales, los poquitos que salen con el coco comido se meten a filología gallega y el ciclo continúa, el desprecio de la autoridad pública por la educación en Galicia ha dejado en manos de circulitos endogámicos la enseñanza de lengua gallega y el pulso gremial del oficio ha hecho el resto. Tengo para mí que una de las revoluciones pendientes de este país es meter el dedito en los gremios. Anatema.

Más. La instrumentalización de un idioma por un grupo específico de personas hace que un idioma deje de ser un idioma y se convierta en otra cosa. Un idioma por definición debe ser compartido por toda la población que lo habla y no lo puede ser si en el momento de usarlo aparece una etiqueta y en el momento de no usarlo aparece otra etiqueta. La historia nos da varios ejemplos de patrimonialización de ideas y cosas de naturaleza común. Por ser gráfico puedo poner ejemplos extremos: cómo los blancos patrimonializaron el estado en Sudáfrica o Australia, condenando a la población no blanca a no participar del estado. Incluso hoy en día y pese a que esto acabó hace décadas las heridas no están cerradas. Si alguien quiere que el gallego no desaparezca igual hay que dejar de insultar a la gente que no lo usa, acabar con la endogamia de la Kulturkampf y despolitizar el idioma. Vuelvo a plantear la cuestión ¿alguien quiere que el gallego no desaparezca? De entre esta gente, nadie. Y mientras tanto, entre una nube de moscas, seguirán señalando, poniendo brazaletes e insultando.

Y así pasan los días.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Divagaciones sobre la post-democracia

Un tema muy complicado de plantear y al mismo tiempo muy relevante es el tema de lo que vendrá después. Hace unos años con la derrota del viejo enemigo y las nuevas amenazas que surgieron de ignotos desiertos algunos pensadores empezaron a darle vueltas a este gran tema: qué aspecto tendrán nuestros sistemas políticos y sociales en la próxima generación, qué nuevos retos se plantearán y cómo podremos adaptarnos a lo desconocido evitando los baches.

Una de estas ideas es la de la llamada post-democracia. Este nombre, acuñado por el politólogo inglés Colin Crouch, hace referencia a la cada vez menor representatividad de los sistemas representativos. En resumen, no se trata de sustituir la democracia por otro sistema, sino asumir los cambios internos, una evolución provocada por la interdependencia comercial internacional, la introducción de sistemas de gestión pública con criterios de empresa privada y —algo que añado yo— el "bajar la guardia". Cuando hablo de bajar la guardia me refiero al cambio conceptual de una sociedad de cazadores a una sociedad de agricultores. El aumento de la calidad de vida, la consumación de objetivos políticos seculares —educación universal, sanidad universal— el logro de la pacificación interna de nuestras sociedades y el triunfo de aberrantes ideas de tolerancia reflejadas en aquella lamentable frase de un ministro de Defensa español "prefiero que me maten a tener que matar", son indicativos de un cambio que nos prepara para la post-democracia.

Crouch no pudo prever que la post-democracia iba a tomar forma en los actuales movimientos populistas irredentistas. Hace sólo quince años el gran enemigo en el horizonte era la influencia que los intereses privados comerciales tendrían en los sistemas políticos. Todos nos acordamos de cuando se formó una coalición internacional para intervenir militarmente en Irak para derrocar al dictador Saddam Hussein y establecer un sistema democrático que no fuera una amenaza para el mundo ni para su propia población. Cuando aquello, fue sorprendente la cantidad de partidarios con que contaba el carnicero de Tikrit entre la gente que mejor vivía en occidente. La gran presión popular y los errores cometidos por los gobiernos de la coalición lograron el objetivo de terminar las principales operaciones sobre el terreno y en aquel entonces no lo sabíamos pero aquello fue el primer triunfo del actual irredentismo populista.

¡Build the wall! ¡Build the wall!
Los que más se beneficiarán de la post-democracia no serán, como decía Crouch hace años, los gobiernos "neoliberales" con sus tecnócratas (¿del Opus?) sino los nuevos populistas. Mi idea es que los progres se confundieron de enemigo (una vez más, y van...). El socavar la capacidad de los países para intervenir en el exterior es justo lo que todo satrapilla de medio pelo desea. Hoy existen más democracias que nunca en la historia pero la mitad de esos gobiernos se diferencian poco de dictaduras. Los presidentes-dictadores hoy duermen más tranquilos que hace quince años gracias a nuestra bienintencionada tolerancia y respeto a la soberanía de otros países. Esta institucionalización de la cobardía y de la tolerancia mal entendida tiene algo bueno y es que regresan menos ataúdes en aviones de transporte militar a casa. Nuestras plácidas y confortables sociedades de agricultores respiran más tranquilas dentro de los muros dejando vía libre a los cazadores en mitad de la selva.

Aunque la doctrina de intervención humanitaria sea para mí un tema relevante por aquello del catolicismo romano banal y porque identifica muy bien el objetivo del estado como herramienta de civilización de la otra orilla del Rin, reconozco que los cambios en lo que tenemos más cerca son más difíciles de identificar. En los análisis sobre el tira y afloja actual entre irredentismo y cosmopolitismo se pasa por alto que aquellos "neoliberales" son los principales enemigos de gente como Trump, Wilders o Farage. Es muy curioso que si miramos con un objetivo de gran angular la llamada socialdemocracia no existe en este debate. Por una parte la sociedad abierta hoy no se plantea sin el acceso libre a los mercados y por la otra el control nacional de la economía exige levantar muros. No existe un término medio. No se puede elegir acceso libre a los mercados y muros o no tener muros y controlar la economía nacional. Quienes están en estos puntos intermedios están condenados a desaparecer.

Sí se puede.
Asumiendo que el cosmopolitismo no podrá triunfar en todas partes hay que modificar la idea de post-democracia. Aunque dentro del irredentismo tenemos diferentes modulaciones en función del grado de libertad económica aceptable tenemos que tener presente la imposibilidad del término medio expresada antes. Dicho esto, incluso los gobiernos populistas irredentistas continuarán aplicando los nuevos sistemas de gestión pública, la introducción de objetivos de eficiencia económica en labores del estado que en principio no tienen que ser económicamente eficientes (y esto lo digo aun siendo partidario de la austeridad pública, pero una cosa es ser austero en las cuentas y otra considerar cualquier gasto un derroche. Un estado no es una empresa y parece mentira que haya que poner esto negro sobre blanco).

Pese a que en la teoría de la post-democracia no existen grupos o clases organizados en función de intereses comunes, la aparición de gobiernos populistas puede iniciar la aparición de grupos organizados que se identifican como tales. A bote pronto se me ocurre aquella gente que vea que sus derechos son menoscabados: inmigrantes, minorías morales e incluso grupos políticos. Paradójicamente grupos de interés que hoy insisten en su discurso victimista no tendrán ningún problema bajo gobiernos populistas. Me refiero a la ralea que carece de una teoría del estado: ecologistas, animalistas, feministas, etc. Estos bajo el populismo pueden vivir divinamente porque hablar de nubes de colores sale gratis e incluso son una buena coartada para gobiernos con una agenda de recorte de libertades civiles.

Ah, Rusia.
El siglo XX pesa mucho y es muy dificil romper el marco conceptual del sistema de bloques de países. Aunque el malvado apoyo de Rusia a los populistas occidentales tienda a hacernos pensar en la formación de un bloque de países liderado por ella, es poco probable que ocurra algo así. La población occidental, incluso la que está muerta de miedo y halla refugio en los chispeantes mensajes de los populistas, sigue siendo muy similar a la de aquellos países donde no triunfa el miedo. Supongo que por ejemplo en el caso europeo los gobiernos populistas tratarán de hacer entrismo en instituciones comunitarias y postergar indefinidamente cualquier proyecto de estrechamiento de vínculos políticos internacionales.

La erosión de los sistemas de gobierno representativos no afecta únicamente a nuestros países. En buena parte del mundo los reformistas tratan de imitar nuestros modelos de gobierno con lo que nuestra erosión arrasará cualquier iniciativa de cara a la construcción de sociedades abiertas en esas otras partes del mundo. Países con sistemas políticos más débiles y sociedades más heterogéneas son fruta madura para el conflicto y la barbarie. Aquí no somos conscientes de lo extraño que es salir a la calle y que todo el mundo hable el mismo idioma, rece al mismo dios y que esté mal visto sobornar a un guardia. Lo normal en medio mundo es llamar a la policía y que no haya nadie al otro lado del teléfono o que "policía" sea el nombre de una organización criminal más. Si perdemos en casa frente al miedo esos países serán aniquilados.

¿Motivos para el optimismo? Es una pregunta mal planteada. No se trata ahora de ver lo bueno y lo malo según la actual posición moral dominante, se trata de ver las cosas con sus mochilas. Las demandas del populismo no aparecen de la nada y quienes les apoyan no están paralizados de miedo porque les apetece. Existen problemas que nuestras sociedades libres están afrontando con poca audacia. Uno de los motores del populismo europeo es la Guerra Infinita que provoca el desplazamiento de millones de personas. Esta Guerra Infinita también tiene uno de sus frentes de batalla en nuestros guetos multiculturales llenos de locutorios y lavanderías. Parte de la guerra se lucha en casa y parte en desiertos lejanos pero hay otra lucha, una lucha que no es sofisticada ni se plantea nunca en los titulares de prensa, tiene que ver con reconocer que nuestras sociedades libres son las que mejor conjugan progreso y bienestar y que el resto del mundo sólo tiene la opción de elegir entre vivir como nosotros o sobrevivir en la selva. Si la gente de los desiertos lejanos viviera como nosotros, su acogida no implicaría problemas de convivencia.

Esto último me lleva a recordar que no hubo quejas por la promulgación de la Constitutio Antoniniana. Claro, sin duda hubo un trabajo anterior de patrullas de la benemérita durante los cuatro siglos anteriores desde Galicia hasta el Ponto Euxino. Ah, pero el viejo imperio era una sociedad de cazadores no como nosotros, agricultores gorditos comiendo queso todo el día en nuestros agujeros hobbit.


lunes, 5 de septiembre de 2016

Desapariciones de niños y el burkini de Soria

En lo que va del ex-ministro de Industria José Manuel Soria al burkini, pasando por las desapariciones de críos, tiene que haber algo más que la competición por la audiencia televisiva y el aumento de las ventas de una prensa en horas bajas. Tiene que haber algo más que clics facilones que proporcionen visibilidad a los anunciantes que pagan la prensa digital. No quiero aceptar que los dramitas semanales que produce el pánico moral sean provocados por el secular asunto de las lentejas del personal. No quiero. Y es que si todo al final del día se reduce al vil metal nuestra sociedad sufre un grave problema de disonancia cognitiva: grandes proclamas morales serían el envoltorio de un mero mercadeo de tahúres.

No, no puede ser. ¿Nosotros? No.

Nosotros, la gente que vive en este preciso instante, estamos motivados por la más alta exigencia moral. Cuando criticamos a un corrupto es porque valoramos la trasparencia, cuando criticamos una prenda de ropa es porque en el fondo esa ropa nos hace pensar en aquello que crea comunidad y al criticar a quienes prohíben esa ropa construimos un bonito altar moral donde purgar los pecados del padre.

Pocos altares más bonitos que este.
Entre lo que se ve y lo que no se ve hay un ejemplo especialmente trágico que es el de las desapariciones de niños o de adolescentes. En un momento se da la alerta de una extraña desaparición y durante días los medios y las tertulias se centran en hablar del caso, mantenerlo caliente, las primeras horas son las más importantes, etc. Es muy raro esto cuando cada año en España hay miles de denuncias de casos de desaparición. De hecho, cada año hay docenas de niños de los que jamás se vuelve a saber nada. Si todos los casos son igual de sangrantes entonces cada día los noticieros tendrían que informar de media docena de casos. No lo hacen. Se habla de algunos, especialmente en verano, y no de otros.

Aquí todo el mundo labra una ebúrnea torre de ética inquebranable mientras habla de lo que ve y no habla de lo que no ve. ¿Cómo quedan las fotos del desaparecido en papel y en cámara? ¿Qué contactos, capacidades y posibilidades tienen unas familias y no tienen otras? Cuando se empieza a rascar en lo que no se ve entonces aparecen los monstruos. Y a nadie le gustan los monstruos porque los monstruos, cuando cae la noche, siempre esperan al otro lado del espejo. A ninguno nos gusta vernos feos en el espejo. A ninguno nos gusta la ropa que relegamos al fondo del armario.

Ahora, hablar de los monstruos de los demás es deporte nacional. 

Retomo el mencionado pedestre asunto del ex-ministro (a ver cómo hilo estos asuntos). El ex-ministro Soria dimite por no reconocer en una declaración pública su participación en una empresa. Meses después en su calidad de funcionario es nombrado para un puesto que le corresponde por mérito laboral en una institución internacional. El caso es que los partidos contrarios al partido del gobierno rechazan que este señor pueda continuar su carrera laboral por haber dimitido en su carrera política. En estos años está de moda que los partidos pidan transparencia y responden a una sana demanda de acciones contra la corrupción política, etc. Respecto a la corrupción política todos los partidos dicen lo mismo pero critican un caso que no es de corrupción política, respecto a la transparencia todos pugnan por publicar sus cuentas en Internet (lo que se ve) y de paso no informar jamás del número de afiliados que tienen (lo que no se ve).

¿Cómo se relaciona el asunto del burkini con esto? (En serio, si os logro convencer que todo esto está hilado, me invitáis a un chuletón). En el asunto del burkini nuevamente tenemos diferentes capas. Por el tono y las expresiones empleadas por los autores de artículos de opinión que trataron el asunto yo diría que lo del burkini es una arista más del debate más sobre la integración en nuestra sociedad de gente con extrañas costumbres. Qué grado de adaptación al otro y cuánto está dispuesto a ceder cada grupo. Hubo quien llevando el asunto a la cuestión de la convivencia cívica defendía que mientras algo no haga daño, sea voluntario, etc. no hay motivos para prohibirlo. Posiciones morales como esta, pasadas por la lavadora veinte veces hasta perder color, son las más habituales. En ninguno de estos artículos de lo que nadie habló fue de las razones usadas para prohibir el burkini en varias playas francesas. Por ejemplo, en Bastia (Córcega) había turistas sacando fotos en la playa y unos señores de los que llevan a sus mujeres como mesas camillas se enfadaron tanto como para pegar a un crío que avisó a su padre, quien a su vez avisó a su cuñado, etc. el resultado fueron varios heridos, coches incendiados y el típico ambiente de convivencia que el mero buen rollo solucionará por sí solo porque somos personas maravillosas. De lo que tampoco se habló mucho es de cómo en países de mayoría musulmana el burkini no está permitido en muchos sitios (Marruecos, Albania). De lo que ningún artículo habló fue de lo que pasaría si el autor del mismo fuera el padre del crío al que un señor le cruzó la cara en aquella playa. Estoy completamente seguro que estos mismos articulistas le echarían la bronca a los pasajeros de un vagón de metro que no hacen nada mientras se produce una agresión. ¿Quién quiere aulas de filosofía y misas en latín cuando contamos con legiones de moralistas tan intolerantes —en el sentido estricto de la palabra— como variables en su intolerancia?


Esas preciosas torres morales labradas en marfil, con filigranas de una delicadeza exquisita. Esa fantasía de plantear la condición humana como una pizarra en blanco y de describir al otro como si quisiera exactamente lo mismo que tú. Ese rostro afable de señora de media edad que inspira confianza en tertulia matutina para amas de casa que tuerce el gesto de dolor impostado ante el trágico caso de la desaparición de una adolescente que casualmente da bien en cámara, mientras en ese mismo día ya ha desaparecido otra media docena de chavales. Esos golpes en el pecho de diputados de provincias exigiendo infinita transparencia al otro mientras los dos comparten que la transparencia tiene límites porque entre bomberos no vamos a pisarnos las mangueras.

Hay cosas que se ven y hay cosas que no se ven. Como en los trucos de magia, la clave es fijarse en la mano que el mago no usa. Solamente al especular con lo que no vemos seremos capaces de sacar alguna lección mientras los flashes nos hacen voltear rápidamente la cabeza de un lugar a otro como un juez de tenis.

La mauvaise reputation de Brassens (extraña versión en español):