sábado, 30 de abril de 2016

Las nuevas elecciones serán diferentes

Decía al día siguiente de las pasadas elecciones que ojalá volviéramos a votar ya que la alternativa a no repetir las elecciones sería que se formase una gran coalición entre PP y PSOE y entre las razones a favor y las razones en contra me pesaban más las razones en contra.

Durante el Franquismo la edad mínima de voto estaba en los 21 años, en la Transición se bajó hasta los 18.
Bien, el caso es que lo que yo veía como única opción para evitar la repetición de las elecciones —la gran coalición— fue la única fórmula que no se exploró en este tiempo de interregno. Un tiempo de interregno en el que desfilaron por el escenario de las opciones de gobierno todos los monstruitos de circo imaginables. Un tiempo de interregno que se prolongó dos meses de más porque un señor que vende camisas en El Corte Inglés decidió probar suerte y hacernos perder el tiempo a todos con un plan que se sabía muerto desde el principio (al haber una votación de investidura se extiende el plazo para la convocatoria electoral).

José Stalin votando cosas.
Podría decirse que volvemos a la casilla de salida pero no estaríamos diciendo la verdad. No estamos exactamente en la casilla de salida ya que estos meses no han sido en vano. Sabemos los ciudadanos y los políticos quién está dispuesto a hacer qué para llegar a la Moncloa. Este es un dato que no conocíamos hace cuatro meses. También ha estallado un grave caso de blanqueo de dinero y financiación irregular en el PP valenciano así como la vuelta a las andadas de un viejo conocido del fundamentalismo identitario vasco.

Elecciones del 15 de junio de 1977.
También hemos tenido más meses para que los ayuntamientos chavistas aprueben presupuestos y empiecen a trabajar, meses en balde ya que la norma de estos ayuntamientos es hacer propaganda, colocar a parientes, rascarse la huevada y demostrar su incapacidad para llegar a acuerdos. A este cóctel de nueva información podemos añadir que las elecciones en País Vasco y Galicia se van acercando (en estas regiones contaremos uno o dos años en campaña electoral, con lo que ello conlleva: la politización permanente de todo). Además de todo esto está el hecho biológico: en estos meses han muerto ancianos lo que en la política española actual significa cosas.

Adolfo Hitler votando cosas.
Sobre todo la mayor información obtenida en el plano político en este interregno es la actitud mantenida por los principales partidos políticos de nuestro hermoso país (¿"hermoso país" pìca? porque yo he venido a picar). El PP estaba por la gran coalición con el PSOE y si acaso con Ciudadanos, Ciudadanos a veces también pero luego pactó un acuerdo con el PSOE, los reaccionarios jugaron al teto con el PSOE y el PSOE lo único que se les oyó decir fue que el PP es malo. De todos los partidos quien más me gustó fue Coalición Canaria, que no se opuso a la investidura del vendedor de camisas en plan "formen ustedes gobierno que necesitamos a alguien con quien hablar". Los residuos reaccionarios, identitarios, retardocomunistas y chisgarabíes que quedan no destacaron más allá de insistir en la importancia de estar rellenos de boina y de pensar que la riqueza es limitada, dos ideas superadas hace más de doscientos años por la gente que sabe leer y escribir.

Marine Le Pen votando cosas frente a una señora sin dignidad.
De aquí a junio todavía van a pasar más cosas: parece que el chavismo engullirá lo que quedaba de IU y veremos si todo el mundo en IU está por la labor (no puedo dejar de pensar que igual que el separatismo se cargó al nacionalismo, los populistas se van a cargar a la extrema izquierda. Saturno devorando a sus hijos, etc.). En el PSOE algún día alguien tendrá que plantear que el candidato y programa con el que obtuvieron el peor resultado de su historia igual tienen que cambiar, en el PP se deben plantear que proponerse como alternativa al caos ya no cuela, que un golpe de mar puede colocarlos en la oposición y hacer reventar el pus interno, momento en el que comprarems palomitas. En el chavismo lo están haciendo bien, pareciéndose cada vez más a sus homólogos europeos y por último en Ciudadanos supongo que seguirán comprando litio para corregir el desorden mental que provoca ser un partido cada vez más escorado a la izquierda con una base de votantes de derecha urbana.

No quiero finalizar sin dar un preceptivo tirón de orejas a ese discurso tan extendido sobre el coste de las elecciones (lo que gasta el estado un día normal en tres horas) y sobre el "cansancio" al que incluso Su Majestad el Rey aludió. Es que de tanto votar nos cansamos, parece indicar el Jefe del Estado (y otros muchos como él). A todos esos que critican la repetición de las elecciones les preguntaría por la alternativa que proponen. Ah, no, claro, o falar non ten cancelas.


lunes, 25 de abril de 2016

Preámbulos de los estatutos de autonomía II

Cataluña

Mezquita en Tarrasa.
El preámbulo del estatuto de autonomía de Cataluña de 1979 contaba con 265 palabras, tras la reforma de 2006 el nuevo preámbulo pasó a tener 676. La inflación de palabras en los preámbulos de los estatutos reformados durante el gobierno zapateril de triste memoria sigue siendo la norma. Curiosamente, tratándose de Cataluña, este texto emplea un tono de una violencia y hostilidad muchísimo menor de la que nos acostumbran los nacionalistas cleptócratas de esa comunidad. Recordemos que los separatistas están en contra del estatuto, por ahí deben de ir los tiros.

Este texto no innova nada: tenemos los mitos habituales de pretendida legitimidad secular, de ser "tierra de acogida" (como si eso fuera algo bueno) y de tratar al pueblo de Cataluña (los vecinos afincados en esa comunidad autónoma) como una persona con voluntad y derechos.

Subráyese que al menos desde el siglo XIV "Cataluña" es un ente que atraviesa los velos del tiempo y desde aquella época (cortes de Cervera) tiene "vocación de autogobierno". Es más que sospechoso equiparar fórmulas administrativas medievales con las contemporáneas formas de organización política. Y es curioso porque en el estatuto no dejan de reconocer —aun con boquita de piñón— que la legitimidad última del autogobierno regional procede de la Constitución española de 1978.

Cataluña, nos dicen, es una comunidad "donde cada uno puede vivir y expresar identidades diversas", que es el equivalente retórico al derecho a voto de la población negra en la tierra del algodón. Efectivamente, sobre el papel, entre la guerra de secesión y la aprobación de la carta de derechos civiles los negros podían votar en Carolina del Sur. "¿A qué vienen esas protestas? Ya tenéis los mismos derechos que los blancos. ¿Cuál es el problema?". Estas cosas pasan por dejar que los gobiernos se encarguen de más cosas que de tener tanques y sellar pasaportes. En la vieja Europa somos muy aficionados a esperar del gobierno que nos dé de comer potitos. De ahí la inflación legislativa y la venda en los ojos que nos impide ver que el poder de hacer leyes y aprobar impuestos es el poder de destruir (permitidme acentuar el antiliberalismo del asunto étnico).

Presidenciales gringas de 1904.
Luego está lo de "la tradición asociativa y cívica (recuerden el mito de "los catalanes son más europeos") subraya la importancia de la lengua y del desarrollo sostenible", yo creo que a los industriales catalanes que se enriquecieron a partir del XIX por vender manufacturas al resto de España de la que obtenían materias primas, lo del desarrollo sostenible les daba bastante igual. Que esa misma burguesía industrial catalana le pagara la guerra a los sublevados en 1936 es algo que lógicamente no se recuerda en el texto porque para qué estropear una buena fantasía.

Pero como digo, este texto es mucho más aceptable de lo que en principio podríamos pensar. De ahí, insisto, que la reacción rellena de boina (a.k.a. "cerriles habituales") se lo quiera cargar.

Islas Baleares

Aquí lo único a destacar es la consideración de "pueblo" de cada una de las cuatro islas mayores. Estos pueblos han trabajado "a lo largo del tiempo" (¿cuánto tiempo es ese? ¿desde los dinosaurios?) para "mantener la identidad de nuestro pueblo". Es decir, hay cuatro pueblos con una identidad de pueblo común. Pero digo yo que si se identifican cuatro pueblos, esos pueblos tienen identidades. ¿Se trata entonces de que los vecinos de Ibiza tienen identidad ibicenca e identidad balear? Como podéis observar, es empezar a rascar y todo se desploma.

Aragón

Santa María la Mayor, Calamocha. Lo ideal es que esta parte del mundo no llame la atención pues será el último reducto de la civilización cuando todo caiga, que caerá.
Un preámbulo que como el valenciano denota ciertos complejos. Dejan muy claro que son una nacionalidad histórica porque eso se supone que es mejor que no serlo. Luego al menos en un ejercicio de sinceridad confiesan que el Reino de Aragón dió su nombre a la Corona de Aragón y no se inventan historias de baturros en Neopatria. Lo que sí no me queda claro es lo de la "tradicional voluntad de superar fronteras" de esta comunidad autónoma, imagino que fue la expresión ganadora en el concurso "ponga usted una frase hueca en el preámbulo del estatuto".


Navarra

La Ley de reintegración y amejoramiento del régimen foral de Navarra es un acuerdo entre aquella diputación y el gobierno de España. En su preámbulo nos dicen que se requiere constitucionalmente darle a este pacto forma de ley orgánica (y como tal, digamos que es "el estatuto de autonomía navarro")... con lo que deja de ser un pacto o acuerdo.

Lo de Navarra todavía no lo entiendo. En Navarra se encuentran los mayores defensores de la idea premoderna de España (trono y altar, la boina te sienta bien, etc.) conviviendo con los mayores defensores de la idea moderna de la desaparición de España. Y los dos grupos beben de lo mismo. Esto se lo intentas explicar a un chino y se ríe de ti. Junto al de las tres provincias vascas el autogobierno navarro aparece al acabar la primera guerra carlista como una promesa entre generales enfrentados (en 1839 todavía existía el honor). Posteriormente hubo ocasiones de sobra para que dejara de existir (tanto ocasiones legislativas con cambios constitucionales como ocasiones propiciadas por los hechos de armas) y sin embargo ahí siguieron, con un fuero que los diferencia del resto de regiones y les proporciona más autonomía que Paraguay o Bulgaria.

Gente a la que no le gustaba Internet en el XIX.
Así, en puridad no anda tan desencaminado este texto al referirse a derechos históricos ya que el actual estatus legislativo navarro no aparece ni con la CE de 1978 ni con estatutos de los años 30 sino como una compensación de guerra del siglo XIX. Esto molaría mucho si los carlistas hubieran ganado la guerra, pero no la ganaron así que no entiendo por qué hoy Navarra no forma parte de La Rioja y de Aragón. O de Lugo.

La Rioja

El estatuto de autonomía de La Rioja no tiene preámbulo, cosa que es de agradecer. Soltaré tan solo unas palabras: hasta la división provincial del XIX, la actual finca que conocemos como La Rioja formó parte a trozos de los reinos de Pamplona, Navarra y Castilla. En el XVIII es cuando aparecen asociaciones de cosecheros de La Rioja en lo que luego sería provincia de Logroño dentro de la región de Castilla La Vieja. La existencia de esta comunidad autónoma se debe al emperramiento de alguna élite local en no formar parte ni de Vascongadas ni de Castilla y León. Ejem, y esto es todo lo que hay que contar sobre La Rioja. Creo que el idioma castellano nació por la zona. Ah, y lo del vino. En La Rioja se hace vino. Next.

País Vasco

Vaya hombre, ahí debió de caer un frigolito del espacio. Mala pata, cachis, etc.
El estatuto de autonomía para el País Vasco de diciembre de 1979 tampoco tiene preámbulo. Esta autonomía, caracterizada por el silencio culpable y la cobardía de muchas de sus gentes, es un poco diferente al resto (aunque recuerda a lo dicho para Islas Baleares) en que realmente se trata de la unión de tres autonomías (las tres provincias vascas, en realidad castellanas, aclaración que hago con ánimo de molestar). El pacto de caballeros entre los perdedores de la primera guerra carlista y el gobierno de España implicó la conservación de fueros premodernos que tras avatares históricos han desembocado en la situación actual. Hoy que no existen los caballeros y el honor se desprecia esto sería imposible.

Lo que no me explico de esta ley es la actitud perdonavidas con la que está redactada: eso de "los navarros podrán ser vascos cuando quieran serlo". Ojalá reformen el estatuto de Castilla y León y escriban algo así como "los vascos que quieran volver a ser castellanos, etc". Porque a este inmundo juego de boinas enroscadas y lebensraum de pacotilla podemos jugar todos, que nadie lo olvide.


jueves, 21 de abril de 2016

Preámbulos de los estatutos de autonomía I

El poco conocimiento o interés que tenemos sobre nuestros vecinos es algo que tiene consecuencias. Se diría que existen dos pulsiones identitarias en España, compartidas por todos: una creada en Madrid, la capital, sede de la prensa nacional y de los principales medios de comunicación (con salvedad de algunos medios regionales que son los más seguidos en sus respectivas regiones) y otra generada en cada región.

Que las comunidades autónomas tengan las competencias sobre educación ("Tema 4: el Imperio Romano en Extremadura", "Tema 15: De cuando Franco y Aznar aplastaron la independencia independiente del estado independiente catalán de 1714". Estas cosas) influye de forma contundente en la configuración del sentimiento de pertenencia a una comunidad. Sé que cuando se critica esto todo el mundo presupone que se defiende la centralización de la competencia en educación, ya que la gente se siente cómoda en este clásico falso dilema que descarta alternativas y presenta todo como un eterno conflicto entre dos opciones. No trataré ahora el asunto de la convicción fantástica de la libertad de pensamiento.

Quienes prefieren el color verde a las líneas rojas tienen un retraso de al menos cien años (en la imagen, población germanoparlante en 1925).
Un rasgo específico de la creación del sentimiento identitario es que necesita hacer ver a su publico que es especial, que es único. Un paseo por los preámbulos de los estatutos de autonomía nos da buena muestra de las piruetas retóricas que los caciques locales esgrimen para justificar la creación de la identidad regional.

No llamo a nadie a engaño, al contrario de lo que suele decir la izquierda contemporánea (en todos los lugares excepto en España) considero la descentralización política como algo con más ventajas que inconvenientes y sé que cierto grado de identidad grupal es inevitable. La clave del asunto es evitar que una identificación grupal inmediata entre en conflicto con la adscripción nacional que es al fin y al cabo el sustrato común de los derechos y deberes del ciudadano. ¡Nadie dice que el diseño institucional sea cosa sencilla!

Pasemos pues a conocer un poco estas piruetas retóricas.

Andalucía

Típicos andaluces, fijaos en su incipiente holoprosencefalia.
El preámbulo del Estatuto de Autonomía de Andalucía es tan extenso como la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. El problema es que mientras este es la obra cumbre de la literatura política contemporánea, aquél es un absurdo compendio de hueca retórica progre espolvoreada de sintagmas del idealismo alemán.

En el texto nos explican que Andalucía por ser Andalucía tiene una "identidad diferenciada como pueblo" (no dicen qué significa "pueblo", igual se refieren a un postre dulce) y además es un pueblo que "desde épocas milenarias" se asienta sobre un "espacio geográfico diferenciado". No les basta con decir "somos especiales", sino que tienen que añadir que desde milenios atrás son especiales y además —lo más lisérgico si cabe— el terreno que determina esa ley orgánica como alcance administrativo de esa misma norma es un terreno "diferenciado". ¡Qué coincidencia!

Lo cierto es que históricamente el terreno donde desde la aprobación en Cortes de la Ley Orgánica 6/1981, de 30 de diciembre, de Estatuto de Autonomía para Andalucía, opera el estatuto no es ni mucho menos un espacio geográfico diferenciado. Si bien Sierra Morena es una frontera natural que la separa de la Meseta Central, dentro de Andalucía encontramos dos espacios geográficos: el Valle del Guadalquivir en Andalucía occidental y los Sistemas Beticos en Andalucía oriental. Esta diferencia de la geografía tuvo consecuencias históricas: en el occidente la Reconquista termina en el siglo XIII mientras que en oriente Granada no se incorpora a Castilla hasta el final del siglo XV. Más aún, la revuelta de las Alpujarras ocurre en la zona que hereda el antiguo reino nazarí. Avanzando en la historia occidente y oriente vivirán de forma distinta la guerra de sucesión, la invasión francesa y hasta la más reciente guerra civil española.

En Andalucía hay ventanas, balcones y cajeros automáticos.
Al margen de avatares históricos —que realmente no justifican una división administrativa contemporánea aunque todo el mundo crea que sí— la propiedad de la tierra, su uso económico, el tamaño de la región y la distribución de la población nos vuelven a insistir en la idea de dos Andalucías. Entonces ¿por qué hay una única gran Andalucía en el sur? Nuevamente acudimos al preámbulo y encontramos la respuesta: la "voluntad autonomista" aparece en la Constitución de Antequera de 1883. Sin embargo lo que la historia nos cuenta va un poco más atrás: durante la Primera Guerra Carlista se forman juntas provinciales en Andalucía que se reúnen en una Junta Suprema en Andújar. El problema es que este gobierno regional de facto no tiene nada que ver con la creación de un pueblo o de una entidad "diferenciada" y sí mucho con la autoorganización aprendida durante la guerra contra el francés. De hecho, juntas similares se establecen años antes por toda España para defender la Constitución. Es decir, no hablamos de un "hecho diferencial" ni mucho menos de un motivo de nueva adscripción nacional porque la nación defendida era España.

El preámbulo por algún motivo nos comenta que en 1918 unos señores deciden cuál es la bandera andaluza y en 1933 cuál es su himno. Luego comenta el referendum autonómico de 1980 que describe como un "ejemplo extraordinario de unidad a la hora de expresar una voluntad inequívoca por la autonomía". Descripción risible pues apenas votó la mitad del censo.

El característico folclore andaluz reviste de gran interés antropológico.
Por último comentar que aquí se describe a la Constitución española como baluarte de los derechos y libertades "de los pueblos de España", no de sus ciudadanos y luego que Andalucía (como si fuera una persona) "reconoce en España hechos diferenciales y singularidades" pero "no puede consentir que esas diferencias sirvan como excusas para alcanzar determinados privilegios". Como véis el cacao es total.

Murcia

El Banco Santander es una entidad histórica perfectamente definida dentro de España.
En este preámbulo hay poco que comentar ya que no dan la paliza. Describen a la Región de Murcia como una "entidad histórica perfectamente definida dentro de España" y dicen que el estatuto es "expresión de su identidad" (¿qué significa eso?). Bien podían aludir al Reino de Murcia y a la cora de Teodomiro (cuya existencia explica cómo los musulmanes "conquistaron" tan rápidamente la península: no la tuvieron que conquistar toda porque llegaban a acuerdos de vasallaje con la nobleza local). Gracias, Murcia.

Comunidad Valenciana

Típicos valencianos: oblongos, amostazados y concupiscentes desde la cuna.
El preámbulo del estatuto aprobado en 1982 contenía 101 palabras, tras su reforma en 2006 pasa a tener más de 2.200 palabras (más de la mitad de la extensión de la Constitución de los Estados Unidos, os recuerdo que sólo cuento el preámbulo del estatuto).

Necesito una aspirina porque la primera la recibo en la cara: la autonomía valenciana surge del "encuentro" entre la "tradición del Reino de Valencia" y la "concepción moderna del País Valenciano". Estas dos "corrientes de opinión" (lol) "enmarcan todo aquello que es valenciano en un concepto cultural propio en el estricto marco geográfico que alcanza". Ojo al "concepto cultural propio", esto es como cuando las tribus amazónicas practican la planificación familiar saltando sobre las embarazadas... o también puede referirse al turrón de Alicante. O a una mezcla de ambas cosas: provocar abortos con turrón. Al tratarse de Kultur vale cualquier cosa.
El motivo por el que se aprueba el estatuto es "recuperar el autogobierno de nuestro pueblo" aprovechando que la Constitución española garantiza el acceso a la autonomía a las nacionalidades históricas. Es muy habitual encontrar alusiones a un autogobierno perdido en el pasado. El problema es que salvo desde 1982 ese autogobierno jamás existió. Intuyo que se refieren al Reino de Valencia pero aquello dificilmente es comparable con la idea actual de autogobierno. No solo se trataba de un estado del Antiguo Régimen sino que la misma idea política de "pueblo" (como paso previo a la nación política) era inexistente. A esto le pueden dar las vueltas que quieran, la realidad es tozuda: los estados del Antiguo Régimen eran particiones de fincas de terratenientes que se llamaban "rey" o en este caso "virrey". Ciertamente los virreinatos contaban con independencia respecto a otras zonas de la corona (y aquí hablo tanto de España como de Aragón) pero al fin y al cabo estaban sometidos en instancia última a la corona y, en parte, también a la Iglesia.

En Valencia hay gente armada paseando a plena luz del día.
El preámbulo pasa entonces a describir las reformas del estatuto de 1982 y las nuevas incorporaciones: máximo techo competencial, obligación de escribir en valenciano los nombres de las instituciones autonómicas aun en los textos en castellano (el estatuto valenciano obliga a los valencianos a cometer faltas ortográficas), definición del valenciano como "lengua propia", y "el reconocimiento de la Comunidad Valenciana, como Nacionalidad Histórica (Mayúsculas Tercermundistas Denotan Importancia) por sus raíces históricas, por su personalidad diferenciada, por su lengua y cultura (Kultur always in my mind) y por su Derecho Civil Foral". Todos estos parecen motivos de peso pero no son más que nubes de colores sin significado (salvo quizás el derecho civil aunque para establecer un gobierno regional tanto da). Por ejemplo, "personalidad diferenciada" es lo que se puede ver cuando pasas de San Pedro del Pinatar a Pilar de la Horadada, pueblos murciano y alicantino separados por dos kilómetros pero donde unos son zurdos y bajitos y otros llevan la cara pintada de azul y tienen miedo a los rectángulos. Personalidad diferenciada, esto es.


lunes, 18 de abril de 2016

Pueblo vasco, chemtrails y homeopatía

Niego la mayor. Yo rechazo las peticiones de principio que realiza mi enemigo. Existen adversarios en el plano de las ideas políticas a los que puedo reconocer una base de presupuestos compartidos, por ejemplo, cambiar ciertos tramos del impuesto sobre la renta: puedo no estar de acuerdo con mi adversario pero comprendo su postura, la tolero y la debato. Ahora, la diferencia entre adversario y enemigo es que al enemigo no le reconozco la calidad de interlocutor. Yo no debato con el enemigo.


Lo que me sorprende es que demasiada gente no distinga entre adversario y enemigo y que en esa papilla que es la concepción infantil de la política, no se den cuenta de que tienen enemigos y que tras la atrabiliaria idea de "respetar todas las opiniones" están regalando una ventaja a quien les quiere exterminar políticamente. Luego hay una parte de justicia poética —"karma" dirán los modernos— porque realmente no importa que tú no consideres a tu enemigo como un enemigo, él lo hará por ti.

En la posmodernidad se produce una gran confusión entre lo eterno y lo efímero. La incapacidad que tenemos de desgranar la paja hace que demos importancia a cosas que no la tienen y viceversa. La entrevista a un ex-preso de la organización terrorista ETA invita a un debate deontológico dentro del mundo del periodismo pero también a una reflexión más allá. Yo soy incapaz de desligarme de la inseguridad que caracteriza a nuestro tiempo: la falta de certezas nos impide reconocer lo que es importante y por la parte que me toca no he encontrado (todavía) el remedio contra la incertidumbre.

Programa electoral ortodoxo del PNV.
Y precisamente como todo se pone en cuestión, yo decido fijarme en los pequeños detalles. Cuando el ex-terrorista introduce un tema suele prologarlo o envolverlo en un marco conceptual fijado en dos frases. Sucede cuando menciona las palabras "Estado" y "país", refiriéndose a España y a lo que hoy el enemigo llama Euskal Herría, respectivamente. Yo en ese momento ya dejo de escuchar porque me gustaría incidir en ese punto, sin embargo el entrevistador asiente porque cree que lo importante viene después. No culpo al entrevistador de nada que no pueda culpar a millones de personas que ven esa entrevista. Años de propaganda y de "respetar todas las opiniones" han producido ese efecto, esa potenciación de la confusión.

Como de pasada el ex-terrorista menciona y no se detiene en explicar que su país imaginado (para el que quiere la dictadura comunista) comprende las provincias vascongadas o comunidad autónoma del País Vasco, un trozo de la provincia de Burgos, la comunidad foral de Navarra y el departamento francés de Pirineos Atlánticos que llama Iparralde igual que le podía llamar Cuchufleta o Miguel. A esto en la entrevista no se le da importancia porque la entrevista no va de esto sino del interés noticioso que tiene el inicio de la precampaña a las elecciones autonómicas de un probable candidato a presidir el País Vasco.

Otegi y el Follonero.
Sin embargo para mí este punto es el que tiene mayor interés (más allá de las consideraciones de orden público y de restitución a las víctimas que tienen cincuenta años de terrorismo, novecientos asesinados, docenas de secuestrados, decenas de miles de expulsados y millones robados a punta de pistola, que entiendo se merecen otro tipo de acciones periodísticas, judiciales y políticas). Pero la gente ya da por sabido este asunto de Euskal Herría: claro, dicen, es que buscan la independencia para el sitio donde vive el pueblo vasco, que es el pueblo que habla vasco. Y aquí está el problema.

Se ha instalado entre la gente que decir "pueblo vasco" refiriéndose a algo más que a los ciudadanos con vecindad civil en el País Vasco es lo normal. Insisto, yo niego la mayor. Si el punto de partida de una conversación —o peor: de un mitin político— es presuponer la existencia de un pueblo que se distingue por el rasgo arbitrario de hablar un idioma (o tener un color favorito), ya no hay más que hablar. Para mí deja de ser interlocutor válido un señor que cree en las nubes de colores y en la magia. Aun digo más, el tratamiento que me merece un señor así no dista mucho del que me merecen los individuos raros que "leen las cartas del tarot" en la madrugada televisiva. (Bueno, me merecen un pelín más de respeto los tarotistas porque al fin y al cabo ellos conocen su condición de estafadores).

Qué pasa cuando no se habla de un asunto.
No voy a entrar en contraargumentar las razones del enemigo, tan solo diré que el independentista vasco es bastante burro porque con lo que llueve por el golfo de Vizcaya bien se podía pedir para su país imaginado alguna de las islas Canarias, Manhattan y el monte Fuji. Puestos a reivindicar trozos aleatorios de tierra al menos que incluyan sol, Wall Street y templos sintoístas, que molan mucho.

Ah, no, que a ellos les da la gana hablar de Navarra, Guipúzcoa y los Pirineos occidentales porque ahí "se habla vasco". Bueno, pues se envía a un vascoparlante al monte Fuji y arreglado. ¿Véis la tontería del asunto, la excusa magica? Y por esto destrozan tantas vidas los muy miserables. Bueno, ésta es la excusa; matar, secuestrar, torturar y robar supongo que lo hacen por aceptación grupal, síndrome del eterno adolescente, problemas de afectividad, problemas mentales en general y compensar la falta de habilidades y destrezas para hacer algo productivo con sus vidas. Es decir, por ser vagos, locos y ladrones. Discutir sobre las razones últimas del terrorismo (mal estúpido) siempre lleva a un debate entre lo emic y lo etic: ¿el terrorista busca unos objetivos políticos o es que simplemente no superó su adolescencia? Y entonces en las facultades de sociología se encienden más canutos.

Dejando a un lado al terrorista, que es asunto de policía y jueces, el independentista identitario que defiende ideas locas dentro de la ley y llevarnos a los tiempos de Woodrow Wilson merece una contestación frontal mayor que no está recibiendo. Frente al estado racial y a la naturaleza arbitraria de la política identitaria tenemos el Estado de Derecho contemporáneo que surge de la nación política. Los nacionalistas identitarios siempre se ríen cuando les preguntas qué pone en su pasaporte, como si el pasaporte fuera un papelito susceptible de ser cambiado en cualquier momento y por cualquier razón. Sin embargo ahí está la clave del asunto: la ley compartida nos protege a todos y entre nosotros. Esa ley compartida puede existir porque existe una comunidad política y ésta no es arbitraria, ésta responde primero a una voluntad política compartida (plasmada en una Constitución que no es una Carta Otorgada) y segundo a un proceso histórico (en el caso de España la nación política hereda directamente la comunidad existente bajo el Antiguo Régimen, cosa que ocurre en muy poquitos países: Francia, Reino Unido,... no muchos más).

1915. Mapa etnográfico. Cien años después aquí siguen los cerriles.
Que a estas alturas tengamos que reivindicar la base política de la nación y la necesidad de la ley para combatir la arbitrariedad del Estado (la ley nos protege del Estado y limita al gobernante, es importante acentuar esto) y de grupos partidarios es como una constante vuelta a los orígenes que deja una amarga sensación de pedaleo en marcha larga. Es como si nos estuvieran robando tiempo para explorar otros asuntos y eso es imperdonable porque el tiempo es el único recurso realmente escaso que tenemos.

No somos una banda



martes, 12 de abril de 2016

Las razones de Rajoy

Llegados al punto en que los principales partidos políticos no se ponen de acuerdo en si la lluvia moja o si les quedan bien esos zapatos, volvemos a donde estábamos al minuto siguiente de conocer los resultados de las elecciones de aquel diciembre del año pasado. Como los osos, las orugas y los esquimales, un invierno hibernando.

El PSOE tras las últimas elecciones. ¿Por qué nadie habla de esto?
Esto no tenía por qué haber sucedido así. El PSOE, tras cosechar los peores resultados de su historia, bien podía esperar de su candidato que diera un paso atrás y dejara a su partido elegir otro liderazgo y plantear otro programa ya que lo que presentaron el 20D sencillamente no les funcionó. En lugar de eso, que era lo más razonable, decidieron seguir avanzando hacia el fondo del barranco.

Yo entiendo que muchos en la casa del puño y la rosa estén más perdidos que un pulpo en un garaje. Al fin y al cabo obtenían su fuerza vital de decir que el PP era un mojón pinchado en un palo y luego a esperar sentados el voto útil de esa mínima franja de votantes que cambian su voto en función de las circunstancias. Sospecho que no acabaron de realizar un buen diagnóstico total de la situación. Hace años que el problema del PSOE no es el PP, ya que por mucho que insistan están hechos de la misma flácida sustancia. El problema siempre fue que en el PSOE hay seis fulanos diciendo dieciséis cosas distintas. Esto nunca lo acabaron de corregir porque al fin y al cabo nunca fue percibido como un problema para los demás.

Comité Federal del PSOE.
La movida es que hoy sí es un problema para los demás porque tenemos instituciones cuya lealtad a la ley se compara con la lealtad hacia la verdura del congelador de los niños gordos que se quedan solos en casa. Tener un discurso en cada aldea te sirve para obtener apoyos en cada aldea pero a la hora de presentarte en todo el país tienes que elegir y no deambular en un eterno mamoneo de contentar a todos porque eso es imposible. La cuestión territorial española es una cuestión política y precisamente por eso no puede contentar a todas las partes jamás (la política es gestión del conflicto y asumir que hay gente que pierde).

Relacionado con esto, y de forma secundaria, está el problema que les plantean los chavistas. Los chavistas sí que se presentan con un discurso único en todo el país. Ese discurso significa la desaparición del país —y del pan de las panaderías—  pisoteando los derechos civiles de todos, pero es un discurso único que no deja lugar a dudas. Solamente les hace falta decir cuál es su postura en este tema una vez y después pasar a no insistir mucho en ello, como si fuera algo anecdótico. Mientras en el PSOE continuaban como pollo sin cabeza los chavistas ya estaban hablando de otras cosas.

Y algo más que no deja de llamarme la atención: la insistencia con la que el PSOE intenta pintar a su hermano PP como fuente de todos los males mientras los chavistas dejaban claro desde el principio cuál era su estrategia a largo plazo. A saber: violar a IU sobre el capó del coche, adelantar al PSOE y finalmente tomar el poder para no soltarlo jamás. Han logrado el primer objetivo y están trabajando en el segundo. Todo lo que han hecho desde mayo de 2014 ha sido para perjudicar al PSOE y llevarse sus muebles. Y el PSOE con un extraño síndrome de mujer maltratada mientras tanto repitiendo "gobierno del cambio", "fuerzas progresistas" y toda la cantinela que le compra a su némesis reaccionaria, es decir, a los ayatolás chavistas. Es impresionante lo de esta gente.

El síndrome de Estocolmo según Disney.
Y esto no lo digo yo, que al fin y al cabo no le deseo ningún bien al PSOE, lo dicen los veteranos de ese partido. Da igual, ni siquiera escuchan a los que han tenido más experiencia política de entre los suyos. Se diría que en Ferraz siguen a pies juntillas una guía de autodestrucción.

Ojo, tampoco creo que apoyar con abstenciones una investidura del PP, aunque sea a cambio de reformas, leyes y una legislatura corta sea un asunto sencillo (descarto de partida acuerdo de legislatura). Yo no comparto con el PP que el resto de grupos políticos deben apoyarles sin hacer preguntas. Sí comparto con PP y Ciudadanos que el cordón sanitario a partidos constitucionales es algo infantil y estúpido, pero de ahí a asegurar acuerdos hay un trecho.

El PP combatiendo la corrupción.
El PP parece incapaz de ponerse en los zapatos de otro. Es que en esta última legislatura la policía y los jueces han revelado una faceta poco agradable de ese partido: partido de día, organización corrupta de noche. Una corrupción que va más allá de manzanas podridas, que afecta a su médula ósea y que impregna su aparato de toma de decisiones. Es que en el sistema penitenciario español consta una banda de patio llamada "tesoreros del PP", es que del asunto no se pueden ir, políticamente, de rositas. Si precisamente una cosa que hoy está en el tintero es el combate a la corrupción política el PP no parece el más adecuado para ese viaje, máxime cuando en su cúpula hacen oídos sordos a una renovación. El señor Rajoy simplemente no puede aspirar a dirigir un gobierno del que se esperan reformas de garantías democráticas y transparencia. No puede aspirar a eso porque él estaba ahí cuando todo lo otro pasó. Por ello, porque pasó debajo de sus narices, no está capacitado para la tarea (o bien es un inútil por no enterarse o bien es un delincuente y estaba en el ajo).

Claro, desde el punto de vista del señor Rajoy, él ganó las elecciones (ganó sin ser demasiado castigado además) y por tanto es el que más boletos tiene de ser presidente. Pero que se ponga en el lugar de los otros. ¿Con qué cara el resto de partidos pueden decirles a sus votantes que van a apoyar a un partido que está procesado por corrupción y que ha desaparecido de ciertas ciudades por ser una organización turbia? Con ninguna, no pueden. Así que el mínimo exigible para ayudar a investir a un candidato del PP es una renovación de caras. Que por lo menos los que estaban allí cuando pasó todo aquello, dejen de estar. Ah, pero en el PP no quieren ni oír hablar de esto.

Un proyecto de gobierno tiene que ser creíble. Y a día de hoy un gobierno del PP dirigido por Rajoy no lo es. Pero que tampoco lloren por las esquinas, el PP al menos es un partido que tiene banquillo, es decir, dependen de sí mismos para renovarse. Lo que pasa es que claro, quieren que solamente cedan los demás. Así no se va a ningún lado.


miércoles, 6 de abril de 2016

La trilogía de Apocalipsis Z

No puedo decir si el infierno será un lugar agradable por no existir copias de esta basura de libros o si por el contrario precisamente el infierno significará leer una y otra vez esta basura, como aquel Sísifo con su piedra. Lo que sí tengo claro es que nuestras prioridades como especie me provocan serias dudas sobre nuestra supervivencia a largo plazo. ¿Cómo es posible que estos libros hayan sido reeditados varias veces en varios idiomas? ¿Por qué hay gente que los compra? Algo está mal en nosotros y de un modo u otro lo acabaremos pagando, posiblemente con nuestro exterminio.


Por dejar las cosas claras: tras muchos años se acaba desarrollando un gusto por la lectura pero también un sentido de la calidad. No mezclar gusto y sentido es lo que me lleva a decir de una obra que es mala pero a mí me gusta o que es buena pero a mí no me gusta. En este caso la obra que os traigo ni es buena ni me gusta.

De qué va

Primer libro

El autor —un Mary Sue de manual— vive —convenientemente solo— en su casa de Pontevedra mientras se escapa un virus zombi de una base rusa. Al cabo de unos días la sociedad empieza a desmoronarse y se levantan las Zonas Seguras o Puntos Seguros —tienen estos dos nombres en mayúsculas según en qué página estés, como si el autor se olvidara de cómo los llama— a donde es evacuada la población para que el ejército pueda protegerla.

Pontevedra.
El protagonista/autor es abogado y carece de habilidades especiales (como saber escribir historias de zombis) —aunque luego resulta que es un maestro de las artes marciales, tiene una agilidad, fuerza y resistencia sobrehumanas, sabe pilotar barcos y motos y conoce el manejo de todo tipo de armas automáticas con la destreza de un profesional. Aparte de ser irresistiblemente atractivo para las hembras, poseer una enorme capacidad de convencer a los demás para que hagan su voluntad y hablar seis o siete idiomas— pero aún así decide que está más seguro quedándose en su casa que yendo al lugar que protege el ejército.

Pasan los días y empìeza a ver zombis por la calle de su urbanización. Su vecino de tapia —que convenientemente tampoco se fue— muere y entonces el abogado decide ir al Punto Seguro. Al llegar a Pontevedra se da cuenta de que los zombis han arrasado el Punto y entonces se va al puerto —su vecino le habia comentado que tenía un barco— y allí se sube a un barco de vela y pone rumbo a la isla de Tambo aunque al llegar comprueba que está infestada de No Muertos.  Entonces se dirige a Bueu y luego a Vigo no me acuerdo muy bien por qué. Vigo está arrasada por los zombis pero en la rada del puerto hay un mercante con gente a bordo y el tío sube.

En el barco hay unos rusos y unos "pakis" (lo del autor y su jerarquía racial lo comentaré más tarde. Dios santo). El capitán —estereotipo ruso de película— le vomita páginas de información muy detallada sobre cómo cayó Vigo y a continuación le dice que no se puede mover del puerto hasta saber cuáles son las órdenes de su compañía porque si no le despiden (¡jajaja!). A continuación le pide al abogado que vaya con unos hombres a la oficina de correos de la ciudad a recoger un paquete con sus instrucciones (sí, la historia es así de imbécil y encima está mal escrita, con errores de concordancia).


El autor va con unos marinos del barco y con un misterioso ucraniano que habla español —que también rescataron unos días antes— para que haga de traductor. Tras pasarlas canutas por la ciudad al final llega a la oficina donde está el McGuffin, perdón, el paquete y sólo sobreviven el autor y el ucraniano, que se llama Viktor. Vuelve al barco pero su sexto sentido le dice que no puede fiarse del estúpido estereotipo ruso con forma de capitán así que deja el paquete en tierra con Viktor y les pide que llenen su barquito de vituallas y les dejen marchar o si no el ucraniano (que está en el muelle) desaparecerá con el paquete. El capitán accede y resulta que los malos (¿por qué son malos?) tienen un lanzacohetes (lo normal). Ocultos tras las velas del barquito consiguen escaparse en una furgoneta sin que les vean mientras los malos disparan al barquito. Ellos dejan un paquete falso al capitán y se llevan el verdadero (¿por qué?).

Escapando de los zombis hacen noche en un concesionario de coches donde el ucraniano trata de abrir el paquete misterioso, que tiene un seguro pirotécnico que le vuela media mano (y el contenido de la valija, que nunca sabremos qué contenía, supongo que un papel que ponía "McGuffin, madafaka"). El autor, que es la persona más egoísta del mundo, decide ir a un hospital para curarle las quemaduras —sí, es un experto en curar quemaduras— porque resulta que Viktor es piloto de helicópteros, sabe dónde hay un helicóptero intacto y se ha enterado de que las Canarias son una zona segura.

Lugar al que van los aficionados del Celta a por astringentes cada vez que juegan contra el Dépor :D
Van al Meixoeiro y después de trastabillar con varios zombis encuentran en el sótano a una joven de "senos turgentes" y "mirada felina" que inmediatamente se siente atraída por el autor. Resulta que en las cocinas del sótano del hospital hay generadores y comida y allí la chica y una monja han estado viviendo meses (ya se sabe, el lugar de la mujer está en la cocina... y este es el constante tono misógino de la obra).

Tras pasar allí mucho tiempo huelen un incendio cercano y deciden irse al helicóptero del ucraniano. Llegan al helicóptero —uno antiincendios de la Xunta— le atan bidones extra de combustible y emprenden rumbo a Canarias.

Aquí acaba el primer libro que publicó el autor en forma de entradas de blog hasta que una editorial sin escrúpulos lo descubrió y le encargó dos más (ya se sabe lo que gustan a las editoriales las trilogías) y empieza el segundo.


Segundo libro

La última escala del helicóptero (van parando para rellenar el depósito aunque siguen llevando los bidones vacíos) es en la costa marroquí donde tienen problemas con unos zombis hasta que llega un helicóptero argentino y los rescata. Al autor le sorprende más ver a un helicóptero argentino que ver a miles de muertos andando (como si estuviera dirigiendo artificialmente la sensación de sorpresa al lector. Lo digo en serio, está mal escrito).

Puerto de Santa Cruz de Tenerife
Llegan a Tenerife y son puestos en cuarentena porque hay en el mundo un virus zombi que tarda en manifestarse pero eso al autor/protagonista le da igual y se queja mucho. Finalmente salen de la cuarentena y una militar le vomita páginas de información al autor/protagonista (así no se escribe, está mal hecho). Sueltan a los protagonistas y un militar borracho golpea a la monja y le toca los senos turgentes a la erómena del protagonista. Oh, resulta que Tenerife está atestada de refugiados del continente y escasean las medicinas así que el protagonista y Viktor tienen que guiar a un grupo de soldados a Madrid a buscar medicinas.

A partir de aquí se intercala el punto de vista en primera persona del autor con el de su adolescente juguete sexual. La chica, que no acabó el bachillerato, pasa a trabajar de enfermera y se entera de que lo que queda de España está en una especie de guerra civil fría entre la Tercera República en Tenerife y los "froilos", seguidores de Froilán, rey de España, en Gran Canaria. El tipo que la intentó violar va al hospital a rematar a la monja para que no testifique en su contra. La mata —¡un aplauso para la monja a la que podemos llamar "plot device"!— pero lo reconoce la chica a la que se intenta cargar a tiros en medio del hospital, lo que causa una alarma y el caos (por temor a quintacolumnistas froilos, esto es muy ridículo).

Mientras la chica huye se para en un despacho en el que abre un cajón y encuentra un código de seguridad que se mete en el bolsillo porque es lo que hacen las chicas mientras las persiguen a tiros. Total, que al final se cuela en un laboratorio de bioseguridad (gracias al código que había cogido) donde hay zombis y se apoya sin querer sobre una consola de mandos que abre las jaulas de los zombis (quiero llorar muy fuerte). (Por cierto, en este momento la chica se queja de "no llevar puesto un traje de protección bacteriológica", una queja normal en una niña).

Hospital La Paz, Madrid.
Mientras tanto el avión del protagonista aterriza en Madrid con su grupo y van al Hospital La Paz donde recogen dos mochilas de medicinas (¿really? ¿1.756 km de desperdicio de combustible para dos mochilas de aspirinas?), tras vérselas con varios zombis y sufrir bajas resulta que unos soldados del grupo eran unos froilos encubiertos (aquí el lector tiene que hacer una pausa para inyectarse heroína) que se largan en una tanqueta con las mochilas y dejan al protagonista y a su sherpa ucraniano... con otra tanqueta y un militar malherido que les explica cómo arrancarla (cada tres páginas de relleno siempre están a punto de morir y siempre aparece un conveniente Deus ex machina, con lo que desaparece la sensación de peligro. Sí amigos, el autor se carga la sensación de peligro en una novela de zombis ¿no es maravilloso? No).

Total, que van en la tanqueta por medio de un Madrid lleno de zombis hasta que ven en el Museo del Prado un helicóptero al que se suben, van al aeropuerto, llegando antes que los malos y vuelven a Tenerife.

En Tenerife se había desatado el caos (por culpa de la chica, las chicas siempre meten a los demás en líos ¿no es así?) pero en su casa encuentran pistas que les llevan hasta un barquito del puerto donde encuentran a la chica sana y salva. Al día siguiente se van en el barco, ocultos entre el resto de barcos de pesca que sale cada día para alimentar a la población.

Tercer libro

Tras una tormenta son rescatados por un petrolero dirigido por racistas blancos que usan a un grupo de gente de otros tonos de piel para hacer el trabajo sucio. Llegan hasta Guinea Ecuatorial donde cargan al petrolero de producto y regresan a su base en Mississippi. Resulta que meses después de la caída de la civilización (una caída parcial, por lo que vislumbramos en Canarias) un grupo de racistas fortificó un pueblo de Mississippi y viven allí muy bien gracias al trabajo esclavo de los mexicanos y negros, a los que tienen controlados con un medicamento que detiene la infección del virus.


Mientras tanto, otro personaje con punto de vista es un militar norcoreano. Resulta que —con cero originalidad— Corea del Norte sobrevivió al apocalipsis por cerrar las fronteras y no tener remilgos morales (o tenerlos distintos). Pero Corea necesita petróleo e interceptan la señal del petrolero, así que envían en varios aviones de transporte bien pertrechados a dos compañías de soldados con vehículos blindados y bulldozers hasta Estados Unidos. Aterrizan en California y emprenden la marcha hasta el pueblecito que acoge a nuestros protagonistas (trescientas páginas antes ya sabes que van a llegar justo en el momento del caos porque esto es un contínuo Deus ex machina que parece escrito por un niño de doce años borracho).

El régimen racista del pueblo no le gusta nada al juguete de confort sexual del protagonista que se queja mucho —cómo son las mujeres ¿eh? guiño-guiño— y escapa al gueto de los chicanos por la noche porque en el barco le saludó uno de los chicanos-esclavos. En el gueto le rompen la camiseta y le dejan los pechos al aire y la encierran en un almacén. Al día siguiente va a rescatarla el ucraniano y hay una pelea a la que pone fin una mexicana con un arma porque cómo son las mujeres mexicanas.

Mientras tanto el protagonista obtiene un empleo de alto rango en la administración (¡jajaja!). Repasando documentos se da cuenta de cómo controlan a los "inferiores" y de que el régimen del pueblo es una locura sádica por el control de la población esclava. Como el único sádico, racista y misógino que debe existir es él, decide que tienen que irse de allí. Cuando se está escapando con unos documentos que le permitan coger un barquito una secretaria ve que está sudando, cree que tiene gripe y lo lleva al búnker súpersecreto a que lo vea un médico "así no tiene que ir hasta el hospital en la otra punta del pueblo" (de un pueblo como Corcubión). Oh, genial, llevemos al recién llegado a ese Búnker Súpersecreto.

En el búnker el autor/protagonista encuentra a expertos virólogos del CDC rescatados por los locos nazis del pueblo. Allí habían desarrollado el medicamento que aplaca la infección del virus y que dan a cuentagotas a los chicanos para tenerlos a raya. Oh, pero resulta que al tío lo descubrieron robando los documentos del barco y lo encierran en el calabozo no sin antes infectarle con el virus.

Al día siguiente lo llevan con otros expulsados —por el control de población— y lo deportan en un tren de carga ("como los de la película La lista de Schindler", dice) hasta a cientos de kilómetros del pueblo, donde los sueltan con un poco de agua y comida porque sí.

Entretanto la pelea que provocó Confort Sexual y que acabó con un tiro al aire de la mexicana causa una limpieza del gueto ("como en aquella película en blanco y negro de Spielberg", dice uno de los chicanos).

El tío, infectado y a trescientos kilómetros de distancia se las arregla para conseguir una moto, tener un accidente, encontrar una mula y llegar al borde de la muerte hasta el muro exterior del pueblo donde está un chicano con diálogo y su sherpa ucraniano. A los cinco minutos de beber el medicamento que le dan se recupera completamente. A continuación pretenden matar a los malos y unirse al gueto que empieza a resistir a la "limpieza".


Al mismo tiempo llegan los norcoreanos que atacan el pueblo para conseguir el petróleo del barco (y el medicamento que descubrió el militar por el camino. Os recuerdo que La Voz de Galicia llamó a este fulano "el Stephen King gallego" y que lo tradujeron a varios idiomas).

Durante la "limpieza" del gueto violan varias veces a la mexicana y creo recordar que vuelven a dejar sin camiseta a Confort Sexual (aunque no le quitan los short beige ceñidos. Describir la ropa de la chica es el 30% de algunos capítulos). Se desata el caos total porque los coreanos volaron parte del muro del pueblo y empiezan a entrar no muertos (ah, ¿esto iba de zombis?). Algunos soldados asaltan el petrolero y para cargarse una valla de la cubierta ponen una bomba (puedo aceptar que soldados analfabetos norcoreanos supieran manejar un petrolero, pero no que usaran explosivos sobre miles de toneledas de combustible y gases).

Hacia el final, Viktor, el esclavo ucraniano del protagonista, mata al nazi número uno pero el líder nazi lo mata a él. El protagonista persigue por el ayuntamiento al líder nazi hasta que lo acorrala en el Búnker Súpersecreto, donde lo mata y le corta la cabeza porque es lo que hacen los abogados de Pontevedra.

Encima hay una especie de epílogo. Seis años después ya no deben quedar zombis (en el libro explican que el virus detiene la putrefacción pero no puede combatir los hongos que en unos años degradan a los zombis) y el autor/protagonista llega con Confort Sexual hasta su casa de Pontevedra con su hijo, al que pusieron Viktor.

Ah, a todo esto, el protagonista desde el principio del primer libro tiene un gato que lo acompaña a todas partes y sobrevive.

**Pausa para cilicio y ducha**.

Grandes errores

MAL
Los grandes errores sobrevuelan toda la obra. Básicamente son los típicos errores que puede tener un niño de doce años al escribir un cuento. Los niños escriben en función de lo poco que leen o ven y su estilo por lo tanto es tosco e infantil, como sucede en esta obra. El problema no es que ocurran conversaciones para informar al lector de sucesos que desconoce por emplear un punto de vista en primera persona, sino que lo hace demasiadas veces. La forma correcta de hacer esto es transmitir la información de forma plausible en medio de los sucesos que se narran, no cortando la historia y sentándose dos personajes a tomar café para que uno de ellos vomite datos en una conversación forzada e irreal. Supongo que el autor o no sabe cómo informar al lector o no le quedó más remedio que hacerlo así porque de partida sus personajes están mal hechos.

Otro gran error tiene que ver precisamente con los personajes. No puede ser que todos hablen igual. (Oh, sí, el ucraniano dice "dabai", uuuh, y un argentino dice "che", oooh). Tampoco puede ser que todos tengan la misma formación y actitud (la niña preguntando por un traje bacteriológico y todo el mundo usando varias armas automáticas con gran destreza).

¡Así no!
Mayor error me parece algo de lo que no sé si se dio cuenta el autor: su autoengaño. Se pinta a sí mismo (recordad que tratamos con un Mary Sue) como alguien poseedor de una excelente brújula moral. Cuando se topa con los Nazis Toscos los identifica inmediatamente como racistas y dice que lo que hacen está mal. Sin embargo él mismo no tiene reparos en referirse a la "mentalidad de campesino eslavo" de su compañero (repito en mayúsculas: MENTALIDAD DE CAMPESINO ESLAVO), por no mencionar los más sutiles pero no por ello menos insistentes "esmirriados amarillos" o su deleite en describir las cualidades físicas de los negros.

Lo mismo pasa al tratar con personajes femeninos. Da la sensación de que cada mujer con la que se topa no solo es una supermodelo (excepto las señoras mayores, que todas están gordas) sino que además desean secretamente abalanzarse sobre su pene. Esto es evidente con su compañera que tiene la única función de ser una esclava sexual a parte de ser la que los mete siempre en problemas. La insistente descripción física sobre lo atractiva que es su novia-niña revela ciertas fantasías del autor que podía guardarse para sí mismo y su carpeta de "Varios" de su ordenador. Extrañamente el Señor Brújula Moral al principio no quiere tener una relación con la adolescente por la diferencia de edad, pero esos remilgos desaparecen de pronto sin mayor explicación de un día para otro.

La sensación que te queda al leer el libro.
Otros errores se advierten en el resumen que os hice: el abuso del Deus ex machina, las evidentes referencias del tercer libro a la Lista de Schindler que no sólo son evidentes sino que los propios personajes nos lo recuerdan.

El primer libro escrito en forma epistolar implica que el personaje cada poco tiempo se pare a escribir en una libreta. Al autor no se le ocurrió que el protagonista pudiera escribir estas notas después de los sucesos que narra, no durante.

Sobre la extensión de los libros se puede comentar que hay capítulos de relleno muy forzado. Escenas de acción que se eternizan aunque el lector no tenga la mínima sensación de peligro. Hay capítulos en los que basta con leer el primer y último párrafo para enterarte de todo. Ni siquiera merece la pena leer lo del medio porque sencillamente no está bien escrito.

Pequeños errores

Los pequeños errores son los que tienen que ver con fallos de concordancia. Al final del primer libro el helicóptero es rojo y blanco, al inicio del segundo es amarillo y blanco. Otro tipo de fallos tienen que ver con escenas o conversaciones que no vienen a cuento. En un momento en el que huyen de un hospital perseguidos por los zombis, el autor señala una tanqueta y pregunta qué vehículo es ese, con los zombis tocándoles los talones un soldado responde que es un Centauro, que es un vehículo viejo pero fiable y que él lo usó en la guerra de Bosnia. Esta conversación (que os resumo) tiene lugar mientras corren de la puerta del hospital hasta la tanqueta que está aparcada en la puerta del hospital.

Algo que me dio un asco especial son las coletillas anglosajonas que emplea el autor: "¿de veras?", "no me entiendas mal pero". Es como si su inspiración para el diálogo la sacara de malas traducciones de comics de superhéroes. Esto revela pocas lecturas (o malas) y conecta con lo que decía antes del estilo tosco e infantil.

Y luego está lo del neopreno ¿de verdad puedes llevar puesto un neopreno durante horas de ejercicio físico? Lo dudo.

Dos cosas buenas

Hay dos cosas que considero positivas (pero que ni de lejos justifican perder el tiempo con esta bazofia).

En un momento se hace referencia a los gases de los cadáveres en descomposición y cómo afectan al fuego o a las explosiones. Lástima que esto no haya sido explotado por el autor. Un pequeño destello de originalidad que pronto es olvidado.

La ambientación de los dos primeros libros en España aporta el toque de frescura de cuando una historia así no tiene lugar en pueblecitos americanos. Esta es la misma razón que explica el éxito de la ciencia ficción británica. Cuando en las historias de apocalipsis zombi todo está inventado, la nota de originalidad la aporta el escenario.

Fin

Entre cero y diez mi nota es "puta mierda". Quemad estos libros. Si los veís en una librería poneos guantes y mascarilla, cogedlos con cuidado, gritad muy fuerte "¡atrás todo el mundo!" y preguntad al librero dónde está el contenedor.