martes, 30 de diciembre de 2014

En qué clase de mundo vivimos

Fueron autores de ciencia ficción los primeros en popularizar la idea de que el cambio tecnológico, la mecanización del trabajo y la robotización —esta última ya en época más reciente—, afectaría a la vida de la gente y a las relaciones económicas y sociales dentro de los países. Lo que nunca pudieron prever con tanta puntería era que los países como tales iban a cambiar tanto como lo hicieron.

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Hubo un asesinato y todavía hay gente en el velatorio tratando de superar la pérdida. El mundo cambió de tal forma que lo que se daba por sentado ha desaparecido. Todavía estamos en la fase de saber a dónde vamos. No sé si en toda época los hombres tienen conciencia de vivir en tiempo de cambios. Lo que sí sabemos es que en ciertos momentos de la posguerra del siglo XX existía un amplio consenso en que las cosas iban a seguir igual (es decir, mejorando para todos). Nadie pudo prever el cambio rebelde de una nueva generación que se llevó por delante el consenso fundamental sobre el que se construyó el sistema que mejores resultados dio: un país puede redistribuir la riqueza que produce siempre y cuando exista una producción nacional. Ésta es más o menos la piedra clave del aparato keynesiano que funcionó en los mejores años de la posguerra.

La cosa es que hoy no existe una producción nacional y por eso tus esfuerzos de redistribución se te han ido a hacer puñetas. A esto le sumas la aparición de la sociedad de consumo en la China roja y la singularidad tecnológica del cambio de siglo y te queda un lío de un par de narices. Todas estas cuestiones son rasgos de nuestra época, del aquí y ahora. A estos tres factores del cambio le podemos añadir el gran olvidado: el invierno demográfico. Nunca nadie antes en la historia de la humanidad se había enfrentado a estos problemas. Puede que lo que más se parezca a este impacto sea la caída de Bizancio y la Peste Negra. Un gran cambio que da paso a una nueva época.

Repasemos estos tres grandes temas para que puedas dejar a tu cuñado o compañero de trabajo con el culo torcido mientras suelta las mismas bobadas indoctas que ve en los titulares de prensa.

Desaparición de la producción nacional


Frente al lastimero discurso de quienes trabajan fabricando tornillos, conduciendo un taxi o plantando soja, que ven un futuro de libre comercio como una amenaza contra su modo de vida, el libre comercio siempre fue una buena idea y todavía que yo sepa no ha dejado de serlo. Por encima del aprovechamiento inmediato de acceder a más productos y de poder vender tus productos a más clientes potenciales, existe una visión política del libre comercio. Vivimos en un ambiente en que cuando se habla de libre comercio se entrevista a un economista, yo echo de menos que además entrevisten a alguien con una idea del estado. El comercio entre los países es una cuestión política que va más allá de del cálculo económico. El comercio crea interdependencia y la interdependencia trae la paz. Si tu país monta relojes, tus fuerzas aéreas no bombardearán las fábricas del país vecino del que importas las agujas de tus relojes, porque es como si bombardearas tus propias fábricas. Es tan sencillo como eso. Ahora bien, la prosperidad del mundo en que vivimos hace que probablemente haya varios países que fabriquen agujas de relojes.

El inmenso salto de capacidad militar de los países desarrollados respecto a los no desarrollados hace que nos alegremos de que seamos nosotros, el próspero occidente, los que tengamos regímenes políticos basados en la opinión pública. Podemos destruir más que nadie en la historia pero no lo hacemos porque existe cierta moral al respecto (más tarde vuelvo con el tema moral). Hoy basta con las aceptables sanciones económicas para derrotar a los países sin pegar un solo tiro. Ahí tenéis a Rusia, Cuba e Irán pidiendo papas.


El caso es que la libertad comercial funciona en los dos sentidos. Tú lo tienes más fácil para vender tu producción, pero los demás lo tienen más fácil para que les compres su producción. Las ayudas keynesianas a la producción, la política de subvenciones y de protección al trabajador así como las famosas medidas proteccionistas —como las del maíz de Iowa o las de la leche holandesa— crean disparidades en la productividad y acaban beneficiando a tu competencia. A esto le unimos que en occidente no es el estado gaullista el dueño de las fábricas, sino el sector privado y los dueños del sector privado siempre pueden llevar su producción fuera del país. Ciertamente las famosas deslocalizaciones tienen mucho más de mito que de realidad: es una fantasía afirmar que siempre se irán las fábricas a países con mano de obra más barata. Ahí tenemos el ejemplo de una famosa marca de automóviles, que hace diez años llevaba parte de su producción de España a Eslovaquia y después la volvió a traer de vuelta. Puedo ser más gráfico: si todo se basara en laxas leyes laborales y en el precio de la mano de obra, Marruecos sería el primer productor mundial de automóviles. Y no lo es porque tiene que haber algo más.

No fue la globalización comercial la que mandó cerrar astilleros en España, sino esa construcción política europea que para algunos asuntos es muy rápida y para otros no tanto. Pero sin duda algún caso de deslocalización en trabajos poco exigentes podemos encontrar en el sector textil por ejemplo. Bien, la crítica de los enemigos de la libertad se basa en que la riqueza que deja de producirse por la deslocalización, es una riqueza que el país deja de tener para su redistribución. El dueño de la compañia puede engordar y fumar puros en Olerios mientras los chinitos le hacen su ropa barata. Amplíese el ejemplo a Google con la tercermundista Irlanda o el servicio de desatención al cliente de tu operador favorito con el Aconcagua.

Esto ya se quedó anticuado.
Esa riqueza deja de generarse aquí y pasa a ser generada en tierras exóticas como Cork o Chittagong. Lo que para los egoístas de aquí es una injusticia, es una bendición para los bebedores de Guinnes de la isla esmeralda... y la diferencia entre la vida y la muerte para los arrabales de Bangladés. No es casualidad que sean los mismos quienes se quejan de las costureras asiáticas los que nos dicen que les donemos unos euros a sus ONG de palo. Oiga, en lugar de donar dinero para sus dictadores, que nos cosan las faldas, con algo de suerte y la inestimable ayuda del cuerpo de marines, en una generación toda su población estará educada y podrán derrocar a su dictadorzuelo. En otra generación, nos importarán mejores máquinas de coser. Y en una tercera generación nos importarán automóviles, con lo que ya podrás redistribuir en tu país. Bueno, en realidad, de educar a buena parte de su población hasta importarnos coches no hace falta esperar tanto, como hemos visto en Corea del Sur, Taiwán y Alemania. El libre comercio funciona. Ah, pero tiene que hacer algo más que funcionar tiene que tener un discurso moral (vuelvo sobre el tema más tarde).

La China roja y la singularidad tecnológica

El tema de la China roja lo introduje en los párrafos precedentes sin que te dieras cuenta, pero insisto porque es importante. No sólo se trata de que países mierder hagan muñequitos de plástico para asfixiar a bebés occidentales, es que en haciendo eso se capitalizan y con ese capital pueden comprarnos lo que ellos no son capaces de producir/copiarnos. Y meto por la escuadra la singularidad tecnológica. Hoy en día puedes construir una línea de montaje de automóviles en China muy parecida a las que existen en occidente. La apariencia será indistinguible. Pero lo que de momento no puedes tener en China son las cosas que no se ven y que son imprescindibles para que la fábrica eche a andar.

Cualquier mono vestido de botones puede apretar un tornillo y pulsar un botón. Ahora bien, saber qué botón pulsar y qué tornillo apretar es algo que exige cierta excelencia. El diseño de los brazos robóticos de la línea de montaje, el desarrollo de la ingeniería de materiales que exige, el software que controla la fábrica, los cálculos a la micra que requieren las complejas operaciones de la fábrica moderna no están a la altura de cualquier descampado de la costa del mar Amarillo. Esas cosas imprescindibles para nuestro ejemplo se hacen en España, Japón, Estados Unidos o Alemania, que es donde mejores coches se hacen. Existe todavía una brecha muy importante entre nosotros y el resto del mundo.


A esa brecha ha contribuído sin lugar a dudas la singularidad tecnológica: la inmediatez de las comunicaciones, el aumento de la capacidad de cálculo de los procesadores, los pulidos algoritmos que controlan las rutinas del software, etc. forman parte del mundo invisible e inmediato en que nos movemos. Hay empresas financieras que invierten muchos millones en nuevos cables submarinos de fibra óptica para ganar un milisegundo en sus operaciones bursátiles entre Londres y Nueva York. Este pulimiento de las pequeñas cosas que nos distingue del segundo mundo me recuerda a las pequeñas diferencias entre las tallas de las piedras del paleolítico superior e inferior. Un profano no distingue esas lascas, pero el que una piedra esté un poquito mejor cortada que otra significaba para el troglodita un ahorro de varias horas al año pelando zarigüeyas (ahora sí necesitaría a un economista para que hablara del marginalismo y a un filósofo para que explicara por qué el troglodita quería mejorar su vida).

El invierno demográfico


Un fantasma recorre Japón y Europa: el fantasma de ponerle la capucha al pajarito, del trendy single lifestyle, del mírame y no me toques y de la comida al microondas. Un fantasma que a día de hoy supone una mayor amenaza que los telares de Chittagong y los hackers chinos para nuestra felicidad futura.

El demógrafo sueco Hans Rosling decía el año pasado que según las estimaciones de la ONU la humanidad había rebasado el pico de niños en el mundo debido a la extensión de la planificación familiar en África y a que en Europa mantenemos al ratoncito en la madriguera (uf, mis metáforas se están agotando). Esto no es ningún problema inmediato si tenemos en cuenta que la población viaja y se mueve (siempre y cuando no le pongas vallas muy altas y te asegures que cuando llegan aquí, aprendan a qué dios rezar y las cuatro cuentas, cosa que enlaza con el tema moral del que todavía no he hablado).

El problema reside en el sistema redistributivo tal como lo tenemos montado en esta buena tierra. Menos gente aportando, más gente recibiendo. Lo de las pensiones y el gasto sanitario ya sabemos por dónde va. Que la mayor productividad de los empleos no suple esta brecha también lo sabemos. Es decir, que vamos a peor ya lo sabemos. Lo que no hemos calculado son las consecuencias no previstas del cambio demográfico que refleja el envejecimiento poblacional.


Una mayor proporción de gente mayor que come caramelos werther's y cuajadas danone exige una mayor cantidad de gente no muy mayor proporcionando bienes y servicios a esa población. Además, a día de hoy, esa cohorte demográfica es un gran reservorio de capital estable a donde acuden como moscas a la miel gente de la ralea de los banqueros, políticos y aseguradores. Son además quienes tienen en gran proporción viviendas en propiedad (hace treinta años las hipotecas eran a diez años y se pagaban al punto). Lo que quiero decir con esto es que más allá del inmediato cálculo del coste social, la propia economía cambiará para servir a nuestros entrañables mayores que miran obras y ponen a parir al cura nuevo del pueblo a la salida de misa de doce. Menos gintonic trendy y más moscatel. Menos columpios en los parques y un mundo rural más parecido a una película post-apocalíptica. Menos carreteras secundarias y más trenes anchos entre ciudades. Todavía no somos conscientes de estos cambios.

La necesidad del objetivo moral

Toda esta ralea.
Llegamos a la parte moral de este mundo quizás en transición. Existe en las sociedades abiertas una evidente desafección con la política que se traduce en reivindicaciones muy reales basadas en el temor al inmigrante, en el temor al libre comercio, y en el temor al cambio tecnológico. Conocidas las consecuencias de la desafección podemos especular con sus causas.

Puedo equivocarme y acepto sugerencias, pero creo que la causa principal del surgimiento de estos miedos es la carencia de un relato moral, de un entramado moral que cubra a la sociedad y la vuelva a toda ella copartícipe de una idea de futuro compartida.

Hoy en día la política —que al fin y al cabo es la arena de juego de los temas expuestos— está más próxima al rigor de una hoja de Excel que a una teoría de la historia. Hoy en día la política se aproxima más al cálculo contable que a los fines políticos como meta de transformación de la sociedad para mejor (y aquí se ve a las claras que me alejo del discurso que haría un conservador). A las medidas políticas que se basan en el coste de la deuda exterior, en los indicadores de los terminales de Blooomberg, en el cálculo del coste y beneficio de cada epigrafe del presupuesto público, se les opone la idea de someter el cálculo económico a la acción política como instumento de transformación.


Dicen que hay dos razones por las que se puede tomar o no una decisión política. Una es si hay dinero que la costee y otra es si da votos. Estimo que hay una tercera forma que creo que se nos ha olvidado: preguntarnos si esa medida mejorará nuestras vidas o las vidas de nuestros hijos. Y si es así, ponerla en práctica ordenando a los economistas del estado que hagan malabares y a los asesores de campaña que hagan mejor su trabajo.

Hay desafección y por ello surgen los paleototalitarios, porque no existe un debate de ideas, un relato moral. Todo es publicidad y puntos del PIB que a mí personalmente me provocan la misma emoción que ver crecer un cactus. Cuando Kennedy prometió ir a la Luna antes del final de la década, no apareció un señor con bigote preguntando cuánto iba a costar eso. Cuando Churchill prometió nada más que sangre, sudor y lágrimas, a nadie se le ocurrió insinuarle que aquella era mala publicidad. Los dos se enfrentaron a disensiones políticas razonables, pero nadie dudaba de que había un objetivo político y que por tanto estaba por encima de los tecnicismos, del cálculo económico y del índice de popularidad. Al final, llegar a la Luna le sirvió a la industria americana para desarrollar tecnologías que seguimos utilizando cincuenta años después y para que la siguiente generación de estudiantes se matriculara en carreras de ciencias con lo que los americanos conservan su primacía mundial. Resistir a los alemanes les valió a los ingleses para no pasar por una crisis noventayochista ante la périda del imperio y para ganarse el respeto internacional, pese a que sufrieron el racionamiento hasta bien entrada la década de los cincuenta.

Pero hoy no existen políticos que digan que las cosas tienen un coste y que pese a ello intentarán alcanzar sus fines. El mismo cálculo económico que solapa a la acción política de los grandes fines, los vemos en los cálculos electoralistas. Por ello, el hacer partícipe a toda la sociedad de un gran proyecto es algo que ya no existe y que provoca esa desafección que causa los monstruos que conocemos. Ahora bien, la clave sería encontrar el proyecto adecuado, las palabras adecuadas para inspirar. Creo que todavía no se ha dicho todo. Ceterum censeo Carthaginem esse delendam



martes, 23 de diciembre de 2014

Niños abandonados en el río

Una de las cosas interesantes que tiene la historia, nuestra historia, la única historia que hay hasta que no vengan los reptilianos, son sus coincidencias. En la brumosa protohistoria, tal vez la época más opaca que se muestra ante nuestros ojos, aparecen ciertos mitos que tratan de explicar el origen de cultos, reinos y manías.

Uno de los lugares comunes de esa protohistoria y de ese origen mítico de las cosas es poner al niño que va a ser rey en una cesta de juncos o en un barquito para bebés y dejar que lo lleve la corriente del río. Si trazamos una línea recta desde Italia hasta Hyderabad y si nos ponemos en el 1.500 a.C. tenemos ahí que nacen todos los niños-reyes que son abandonados en un río o en la costa a su suerte para realizar un viaje de superación personal y regresar triunfantes bajo el sino de la profecía cumplida. Esto da que pensar.


Hagamos un repaso por algunos de los casos más famosos de niños abandonados alrededor del año 1.500 a.C. que acabaron siendo reyes o líderes religiosos o gente que cae en la categoría general de la celebridad.

Sargón I de Acad. Lo de reventarle un ojo seguro que tiene una explicación.
El primero podría ser Sargón de Acad, primer rey del Imperio de Acad. El problema con Sargón es que se supone que vivió en el siglo XXIII a.C. y aquí hablamos de mitos del 1.500 a.C. ¿Cuál es el fallo? El fallo está en que el mito del origen de Sargón como niño abandonado en el río en una cestita de juncos calafateada, es un mito que de momento no hemos descubierto que sea anterior al siglo VII a.C. (un mito asirio). Oh, pero con esto podemos pensar que los asirios aplicaron el mito del cestito de forma retroactiva. Es decir, que en el VII a.C. en Asiria el mito del bebé en la cestita era ya una historia famosa.


Llega el turno de Moisés, personaje protagonista de la película Los 10 mandamientos, interpretado por Charlton Heston cuando nadie se atrevía a piar a Charlton Heston. Cuenta un libro que se llama la Biblia que estaban los judíos esclavizados en Egipto y Faraón, cual Herodes, ordena matar a los recién nacidos. La madre de Moisés deja al niño en una cestita en el Nilo y el niño es encontrado por la hija de Faraón. Ríete tú del ascensor social del antiguo Egipto.

Un día, en las obras de una pirámide, Moisés ve cómo los capataces egipcios maltratan a los judíos y no puede remediar matar a uno de ellos. Temiendo el castigo de Faraón, se va de picnic y en un monte se encuentra a Dios en forma de zarza ardiendo que no se consume (paráfrasis que yo emplearía para describir un dispositivo tecnológico si no supiera nada de tecnología). Entonces Dios le cuenta su plan y Moisés lo lleva a cabo. Siempre me pregunté por qué Dios no se le aparece a Faraón: acabaría todo más rápido.

Ahora vamos hacia la India. "India" es el nombre fácil y rápido que empleo para referirme a un subcontinente de cuatro millones y medio de kilómetros cuadrados (la mitad de Europa hasta los Urales), con más variedad de lenguas, razas, religiones y costumbres que todo el continente europeo en cualquier momento de su historia. Ah, pero la distancia y el desinterés hace que generalicemos.

Cualquier imagen de cualquiera de los autores del Rigveda es más falsa que un euro de cartón, así que pongo a Pikachu.
Allá, uno de los autores del primer Mandala del Rigveda era un sabio santón conocido por el nombre de दीर्घतमस o Dirghatamas. El Rigveda es uno de los libros sagrados del hinduismo y contiene una recopilación de versos dedicados a dioses y una serie de aforismos espolvoreados por descripciones de naves extraterrestres (ups, aquí ya me he pasado). Aunque a nosotros esto no nos diga nada, esta cosa es de capital importancia para cientos de millones de personas.

Coñas aparte, el problema del Rigveda es el problema de la datación. La escritura no llega a la India hasta la llegada de los griegos de Alejandro. Aún así, se tiene por consenso que el Rigveda es muy anterior a la escritura y que se mantuvo por tradición oral (los mantras en verso eran cantados y las canciones eran fáciles de recordar: hablamos de un mundo sin radio ni ipods. Probablemente lo único que podías cantar eran los textos sagrados y es más, los mantras exigen una repetición insana de los versos, cosa que ayuda a la memorización).

En esos mandalas no se menciona ni el hierro ni el arroz, pero sí se describe a pueblos seminómadas que hacían mucho uso del caballo (el caballo es un bicho que aparece en Europa). Se sabe —y aquí nos fiamos más de la arqueología que de las canciones— que el hierro es introducido en la India circa el X a.C. así que por lo menos, el Rigveda es anterior al X a.C.

Krishna es un dios o un avatar de Visnú. Según en qué aldea de la India te encuentres, los paisanos te pueden correr a varazos si te confundes. La methemoglobinemia ni se la menciones.
Bien, pues la vida de Dirghatamas aparece en el Mahabharata, un gigantesco poema épico de los primeros siglos de nuestra era. Con esto tenemos: a) la escritura de la parte que corresponde a Dirghatamas se sitúa en la época de los bebés abandonados en cestitas y b) cuando se escribe la biografía de ese tipo, el mito del bebé en cestita ya era ampliamente conocido. ¿Aplicación retroactiva del mito igual que le pasó al amigo Sargón de Acad? Puede ser.

Perseo en Furia de titanes (1981).
Turno para Perseo —ya nos vamos acercando a los buenos—. Uno de los mitos del origen de Perseo es que su abuelo, rey de Argos, recibió un oráculo que le decía que moriría a manos de su propio nieto. El rey entonces recluye a su hija Dánae en una prisión para no ser tocada por varón. No contaba el rey de Argos con la astucia lujuriosa del señor del Olimpo, Zeus, que un viernes por la tarde se transforma en lluvia y viola a Dánae. Caray con Zeus, no hay quien le pare.

El rey de Argos encuentra a su hija preñada y temiendo la profecía decide arrojarla al mar con su hijo en un cajón de madera. Luego Poseidón los salva, Perseo crece y suceden aventuritas varias.

La historia que nos interesa es que a Perseo se le atribuye la fundación de Micenas. ¿A que no adivináis sobre qué época se data la fundación de esa ciudad? Exacto: c. 1.500 a.C. Otro para el bombo.

Esfinge de Naxos (VI a.C.). Museo Arqueológico de Delfos.
¿Aceptamos a Edipo? Si metimos a Perseo y al indio en la lista, no veo por qué no meter a este otro personaje mitológico relacionado con la historia de Tebas y con los royalties que ganó Sófocles al escribir sus tragedias. Edipo no fue abandonado en el mar, sino a manos de un pastor. Entre sus logros se cuentan: matar a su padre, destronar a su tío, casarse con su madre, vencer a la Esfinge, ser rey de Tebas, tener cuatro hijos con su madre, provocar el suicidio de su madre, quitarse los ojos con unos alfileres y condenar a sus hijos, que acabarían matándose unos a otros. No está nada mal.

¿Datación? (Esto es como datar a Pikachu, pero bueno). Pues está entre los diez primeros reyes de Tebas. Si el primer rey, Cadmo, se supone que vivió en el palacio descubierto más antiguo del emplazamiento actual, estamos hablando del 1.500 a.C.

Luperca en los Museos Capitolinos. Los niños sedientos fueron adición posterior. Creo que una estatua similar de la loba presidía las sesiones del Senado.
No podían faltar Rómulo y Remo. El padre de los míticos fundadores de Roma ordenó matarlos, pero como le pasó al jardinero de la suegra del conde Olinos, el encargado de matarlos no pudo con la pena y dejó a los niños en una cestita sobre el río Tíber. Allí los recogió Luperca y luego pasaron cosas. La Fundación de Roma se calcula en el VIII a.C. y la historia más antigua de estos hermanos la leemos en los tiempos de Octavio Augusto, es decir, ayer.

Fin

Desde el Finisterre hasta el Punjab hay una serie de mitos coincidentes en detalles y en el tiempo. Ahora cuéntame más sobre las antiguas tradiciones de tu pueblo milenario, que me quiero reir.


viernes, 19 de diciembre de 2014

Un salvavidas para Cuba

Trataré de ser moderado al tratar el tema del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba. Ya sabéis lo que me gusta describir gráficamente las dictaduras comunistas. Intentaré en esta ocasión hacer una excepción y no decir que tras más de cincuenta años de dictadura el grupo criminal más famoso de La Habana logró convertir a la principal isla del Caribe en un inmenso prostíbulo donde la ignorancia y la miseria tan solo son comparables al hambre de justicia y libertad de la quinta parte de la población que logró escapar de la isla-cárcel. En algunas ocasiones, escapar atando neumáticos con cuerdas para cruzar cientos de kilómetros de un tormentoso mar plagado de tiburones.


El restablecimiento de relaciones diplomáticas y el intercambio de presos (recordemos que de un lado se trataba de peligrosos espías comunistas y del otro de un tipo que quería instalar una conexión a Internet para la comunidad judía de la isla) hay que enmarcarlo en un contexto más amplio. La información en la que me voy a basar es la información que dan en Miami, que es la única información de la que uno se puede fiar a la hora de hablar de Cuba.

Bien, pues lo que se baraja en los círculos demócratas cubanos es que los Estados Unidos están dando por perdida a Venezuela debido a la caída del precio del petróleo. Y es que para explicar lo que pasa en Cuba hoy hay que mirar lo que pasa en Caracas. El riesgo latente de guerra civil en la dictadura chavista obliga a buscar nuevos factores de estabilidad en el patio trasero del imperio. Y si uno busca estabilidad y tratar de controlar los sucesos que pueden desencadenarse en la colonia cubazolana, uno tiene que buscar la estabilidad en el corazón del meollo, es decir, en La Habana. Esto por el lado gringo.


Por el lado de los hampones, los cubanos no ignoran que la broma cubazolana se les ha ido de las manos. Y en las actuales circunstancias, si cae Venezuela en una crisis más profunda todavía de la que ya está, Cuba se iría a hacer gárgaras. La primera fuente de ingresos cubana es el petróleo que les regalan desde Venezuela, producto este que usan los cubanos para exportar y obtener divisas. Hoy la producción venezolana de petróleo está en caída libre y esta tendencia unida al riesgo de paro total en Venezuela, obligan a La Habana a mover ficha y procurar un acercamiento al imperio con la vista puesta en un improbable levantamiento del embargo. Sea dicho además que aunque no haya levantamiento del embargo estadounidense, las reformas acordadas —aumento de la cantidad de dinero en reenvío, permiso para operar con bancos estadounidenses, aumento de exportaciones, etc— apuntan a un fortalecimiento de la situación económica isleña.


Si vamos a 20 años atrás en el tiempo, observaremos la amarga medicina que los cubanos no están dispuestos a volver a tragar. Es el llamado Periodo Especial, eufemismo que esconde el proceso de desaparición del Imperio del Mal, con la consabida desaparición de los envíos rusos de petróleo. De 1989 a 1993, el PIB cubano se contrajo un 35%. Eso según estimaciones exteriores pues la medición del PIB en una dictadura comunista es muy cercana al concepto de aleatoriedad (sólo después de la caída de la URSS supimos que el PIB soviético era una broma en comparación con el americano y por tanto todo el concepto de mundo bipolar, la mayor mentira de la historia contemporánea).

Hoy en día es más dificil justificar las durísimas medidas del Periodo Especial, es por ello que tal vez buscar la inyección de divisas en una masiva afluencia de turistas sea una idea con bastante sentido. Lo de que en plena calle arrastren a manifestantes de los pelos y los suban a camiones es otro tema.


Como otro tema es el del embargo, que supone algo más que la simple posición americana —sobre todo republicana— de molestar porque sí. Aparentemente es una contradicción que los defensores del libre comercio —excepto para los sectores gringos hiperportegidos como el agrario— mantengan un embargo comercial, y especialmente con una dictadura, ya que el comercio es una vía de agua en la presa de la represión y cuando la gente logra obtener una vajilla de porcelana está menos dispuesta a jugársela por terceros. El caso es que el levantamiento del embargo y la instalación de empresas americanas en la isla supondría una oleada de querellas en los tribunales pues estarían lucrándose con propiedades y recursos que todavía tienen dueños legítimos en Estados Unidos (y en España, ejem). El embargo tiene más relación con la prohibición americana de que empresas americanas se lucren con el robo de 1959 que con una pataleta caprichosa. Impedir que con mi coche robado hagas de taxista y ganes dinero, no es un ataque al libre mercado.

Pendientes quedan las reformas en materia de libertades civiles y además, otras reformas de las que no se habla tanto por la forma bobalicona que tienen los de siempre de tragar con la propaganda comunista que les evoca ideas románticas de una revolución que les gusta ver por la tele: a nivel educativo y a nivel sanitario, Cuba es una erial. Tan solo el salvaje puño de hierro de la dictadura mantiene unido con chicles y alambres el país. Que otra cosa de la que algún día hay que hablar es del fracaso de las dictaduras a la hora de lograr la eutaxia del estado. En Cuba, el gobierno, es uno más entre varios grupos del crimen organizado. Lo que les distingue de otros es que ellos aparecen por la tele. Pero vamos, que como toda dictadura que se precie, corrupción, mercado negro y economía sumergida son lealtades al margen del estado que forman parte del día a día de prácticamente toda la población que no está en prisión siendo violada y torturada.

Para terminar, tan solo añadir que el experimento de acercar Cuba al imperio utilizando papelitos verdes con caras de presidentes muertos puede que sea una salida más pacífica que la opción del trocito de plomo en el cerebro, pero sin duda es una salida que exige más paciencia. ¿Qué quiero decir con esto? Que a los criminales de La Habana les acaban de regalar un oxígeno que no se merecen.


lunes, 15 de diciembre de 2014

Remanentes de la historia

Algunos sabéis que tengo cierta vendeta personal con el modo tradicional de presentar la historia. No hay cosa que haga más daño al conocimiento de los sucesos del pasado, que pasarlos por el tamiz de los ojos del presente. Y no me refiero sólo al juicio moral. El creer que por ejemplo la motivación religiosa era tan solo una excusa para ocultar motivaciones más prosaicas como dinero y poder; o el mero desconocimiento de la historia no material (v.g. la adolescencia es un invento muy reciente), promueve muchos choques con la aproximación a la verdad que el rigor intelectual y la honestidad de la herencia nos exige a todos.

Alguna vez he hablado del flaco favor que hacen los mapas políticos que representan la fotografía del pasado. Antes de la Paz de Westfalia tiene poco interés y da poca información colorear los países de colores. Aunque reconozco que los mapas nos suelen gustar a los más guapos y listos del lugar, son una peligrosa munición en manos de los atolondrados re-escritores de la historia.


Bien, pues la "mala información" que dan los mapas de colores se parece bastante a la mala información que da la cronología. Dividir los periodos históricos como puntos de inicio y de fin de cosas que han pasado puede dar lugar a errores de interpretación que nos alejan de la verdad. La cronología no se puede ver como una línea recta dividida en segmentos. Las fechas de división cronológica se parecen menos a los hitos de la carretera que a la nube de probabilidades de la posición de un electrón alrededor del núcleo atómico. Digamos que son marcas de convención que ayudan a la ubicación pero no determinan una ubicación exacta. Es como cuando en el móvil te buscas en el mapa. No te da exactamente tu situación, pero la información sigue siendo válida en buenas manos.

Y no hablo de los problemas relacionados con la datación. Esos problemas están asumidos: es común que guiándonos por historiadores del pasado fallemos más que una escopeta de feria, igual que debemos tener presente que los sistemas de datación por comparación o por isótopos nos dan un margen de error. De lo que hablo, insisto, es del mapa. No del mapa geográfico, sino del mapa cronológico.

Para ubicar y presentar el problema, os dejo algunos ejemplos famosos evitando lo de los "ocho siglos de islam en España" que es una cosa que os dejo como deberes.

476, Caída del Imperio Romano de Occidente

¿En serio cayó el imperio en el 476? Este es el año que por convención sitúa la caída del imperio, pero el proceso de caída de algo tan grande acepta una explicación más larga. Eso, en el caso de que efectivamente cayera el imperio.

En Marruecos la gente era cristiana y hablaba latín.
Julio Nepote era el emperador y su general en jefe, Orestes (mano derecha de Atila el Huno) se rebela y hace que en Rávena la corte imperial reconozca a su hijo como emperador. El chaval fue coronado como Rómulo Augustulo. Se supone que este emperador es al que depone Odoacro cuando entra arramplando con todo en Italia. Y así cae el imperio romano (o el imperio ravenano, la capital era Rávena por aquel entonces).

La realidad es más complicada. El nombramiento de Rómulo Augustulo no fue reconocido por el emperador de Constantinopla. Era Constantinopla quien daba el visto bueno a los emperadores de occidente (fue también quien les enviaba toda la escoria hacia el oeste). Así que técnicamente Rómulo Augustulo no fue emperador o como mucho fue un pretendiente (que efectivamente estaba en la capital, no le quito mérito). El caso es que Orestes no acabó con Julio Nepote. El emperador de occidente continuó en su oficina unos años más, concretamente en Dalmacia, de donde era originario. El problema de Nepote era que no tenía suficientes cuñados en Roma. El senado de Roma —que siguió con su burocracia muchos siglos después— de hecho, ante la espantada de Nepote y el puño de hierro de Orestes, se comunicaba con el emperador de Constantinopla y lo reconocía como único soberano de los dos imperios.

Si esto no es suficiente para dudar del año 476, tenemos a Afranio Siagrio, hijo de Egidio y como su padre magister militum de la Galia. Del Loira hasta Bélgica y Las Ardenas, el norte de la Galia continuó siendo Roma tras la caída de Roma. Finalmente estos romanos serían derrotados en batalla por el primer rey de los francos, Clodoveo I. ¿Y qué fue lo primero que hizo Clodoveo I tras la victoria? Enviar un fax a Constantinopla.


El emperador convino en nombrar a Clodoveo cónsul de Roma. Como todo buen caudillo bárbaro que se preciara, Clodoveo recibió la noticia de su nombramiento como el mayor reconocimiento que podía esperar en su vida. Se cuenta que hasta hizo un triunfo para demostrar a los demás caudillos quién mandaba. Un triunfo era una ceremonia romana en la que un general victorioso desfilaba por una ciudad y recibía una corona de laureles. El reino de los francos fue fundado como subsidiario de Constantinopla, es decir, de Roma.

Si esto no os llega todavía tengo más. Prácticamente todos los reyes medievales que contaron con cronista incluían a los emperadores romanos en sus anales (anales que están muy bien hechos, pues cuentan la historia del mundo desde Adán y Eva). Era muy raro que el poder de un rey altomedieval no estuviera referido al pasado romano. Ni qué decir tiene que las crónicas se escribían en latín y los reyes buscaban el plácet de la Iglesia, una institución con la cabeza en Roma y organizada en diócesis a imitación de la administración del Bajo Imperio.

Astures, Islam, Croatas, Eslavos, lol.
Pero hay más. En el año 800 el papa León III corona a Carlomagno como emperador de los romanos. No lo corona como rey de los francos o como emperador de los francos, sino como emperador de los romanos. Su dominio comprendía desde la Marca Hispánica hasta Hungría y la mitad norte de la península Itálica. Hay quien puede decir que en esa época ya no había Roma porque al fin y al cabo estamos hablando de bárbaros. El caso es que 400 años antes, cuando Roma se alía con los bárbaros —normalmente para acabar con otros bárbaros, como hicieron los españoles en Nuevo Mundo—, las tribus aliadas de Roma terminaron por ser más romanas que los propios romanos. No sólo los hijos de los caudillos recibían una educación clásica, sino que en batalla eran los que más se dejaban la piel por el emblema del Chi Rho, emblema de Cristo y de Roma.

Del senado romano que pervivió hasta la Edad Moderna, de los cónsules de Roma que duraron hasta el siglo IX y del Imperio Bizantino que con su caída en 1453 asentó el Renacimiento en Italia, ni hablo.

1945, Rendición de la Alemania nazi

El 30 de abril de 1945 y según su fiel secretaria, Hitler y su señora nos hacen un favor a todos y se suicidan. Le sucede en la jefatura del estado Karl Dönitz. Bajo la presidencia de este, Alemania firma su rendición el 7 de mayo de 1945. La rendición alemana es conmemorada como el día de la Victoria en Europa, sin embargo, que un país se rinda en una guerra no es exactamente lo mismo que desaparecer. Hasta finales de mayo y terminada la guerra en Europa siguió existiendo una administración nazi en la ciudad de Flensburg. Los aliados y los soviéticos tuvieron que ponerle fin con el arresto de Dönitz, Jodl y otros gerifaltes nazis que se pegaron al cargo como el típico presidente socialista de Andalucía. 

Remanentes alemanes tras la rendición.
Al término de las operaciones de combate en Europa, es decir, después del 7 de mayo, seguían existiendo unidades alemanas en Noruega, Dinamarca, Holanda, Curlandia, Chequia, Austria, Alpes italianos y algunas islas del Mediterráneo oriental. Y no es que estas unidades no escucharan la orden de rendirse, es que hicieron todo lo posible para lograr ser prisioneros de los aliados y no de los soviéticos. Así tenemos la batalla de Slivice, el levantamiento de la legión georgiana, la batalla de Poljana y el suceso de la isla del Oso, en Spitsbergen, una estación meteorológica alemana que se rindió ante unos cazadores de focas noruegos (ahora entiendo por qué los nazis de Greenpeace se la tienen jurada a los cazadores de focas).

Luego de esto están los submarinos alemanes. Muchos se fueron rindiendo de forma escalonada durante el mayo del 45, uno se rendiría el 17 de agosto de 1945 en Argentina, una semana después de enterarse de la segunda bomba atómica lanzada sobre Japón.

Los derechos de los vencedores de la guerra (más Francia) sobre Alemania finalizaron con la firma del Tratado sobre el acuerdo final con respecto a Alemania, en 1991.

1945, Rendición de Japón

Es imposible conocer el número de soldados japoneses que continuaron la guerra en el Pacífico después de que su emperador reconociera por radio que su voluntad no era infalible (reconocimiento que los demonios blancos conocemos por "rendición de Japón"). Durante décadas fueron apareciendo diversos soldados y unidades en islas del Pacífico. Las rendiciones más tardías sucedieron en 1974. En algunos casos hubo que llamar a oficiales veteranos del ejército japonés para que esos soldados depusieran las armas.

En el proceso de independencia de Indonesia (1945-1949), algunas unidades japonesas lucharon en el bando indonesio.

1898, Guerra del 98

La guerra del 98 no acabó en el 98, sino en el 99. Pese a que el Tratado de París se firmó en diciembre de 1898, y que la guerra hispano-filipina se convirtió en guerra estadounidense-filipina, en Baler continuaron 50 soldados españoles sitiados en una iglesia. El gobierno español les enviaba a gente para convencerlos de que depusieran las armas y los americanos en cierta ocasión trataron una operación de rescate en la que mordieron el polvo. Tras 337 días y después de sufrir 17 bajas y causar unas 700, los españoles sitiados se enteraron por la prensa del final de la guerra. Cuando embarcaron en Manila para regresar a España, los filipinos los despidieron con honores.

1991, Caída del Imperio del Mal


El Imperio del Mal se supone que desaparece con la dimisión de Gorbachov el día de Navidad de 1991. Cuando el de la mancha deja el cargo, nadie es nombrado para sucederle, ¿significa eso que ha desaparecido el país? Diversas partes del territorio soviético fueron separándose en un proceso de descomposición que duró años. La última de ellas, la República Socialista Federativa Soviética Rusa, simplemente se cambió el nombre por Federación Rusa y dejó de enviar delegados al Soviet Supremo.

En puridad, esa república soviética rusa hizo cambios de la ley a la ley, con lo que la legitimidad última soviética sigue vigente. Para que vuelva a haber un Imperio del Mal, basta con que se restablezca el Soviet Supremo y se nombre un presidente. Hace poco salió en la prensa que la embajada rusa en Japón está a nombre de la URSS. Y es que fuera de la URSS las propiedades del país se tuvieron que repartir entre los antiguos miembros. La negativa ucraniana de ceder a Rusia la propiedad de la embajada hace que ésta siga a nombre de la URSS (aunque usada por los rusos, a ver quién los echa).


Y luego está lo de la Unión Euroasiática. Tema del que no hablaré en la lengua de Mordor.

Dramatización:



jueves, 11 de diciembre de 2014

Vendo Opel Corsa

Poner al gobierno y al lobby de la prensa diaria a legislar sobre Internet es como poner a los fabricantes de velas a legislar sobre las bombillas LED. Tenemos aquí un caso que recuerda mucho a aquel canon por copia digital que acabó tasando los medios de reproducción sin distinguir a quienes hacían copias ilegales de quienes no. Esa movida por cierto, acabó haciendo que el canon pasara directamente por los Presupuestos Generales. Me gustaría saber si quienes protestan por lo de la casilla voluntaria de la Iglesia en la declaración de la renta están de acuerdo con pagarles religiosamente a Julio José Iglesias, Maruja Torres y Pedro Almodovar. Pero ese es otro tema.


Hoy hablamos de Internet, esa red global de comunicaciones que muchos periodistas escriben en minúscula —internet— desconociendo que así se refieren a un tipo de red y no a la red global que usamos para jugar al poker, comprar viagra, ver porno y leer este blog. Ah, pero no hagamos sangre con los pobres periodistas, bastante tienen con lo suyo. Aquí el problema son los fabricantes de velas.

Hay una cosa que se llama Asociación de Editores de Diarios Españoles que ya sólo por el nombre huele a alcanfor que tira para atrás. Gente que va a explotar de lo rancia que es. Carrascal, Gabilondo, Ansón, Hermida. Gente que usa escupidera y orinal en su casa. Ok, no seré malo: aquí el problema no son los periodistas sino sus jefes. AEDE —los fabricantes de velas— está compuesta por las empresas que editan los diarios de papel de mayor tirada. Ahí están todos: PRISA, Unidad Editorial, Grupo Godó, Vocento, Grupo Zeta, Grupo Voz, Prensa Ibérica, Grupo Heraldo, Grupo Joly, Grupo El Progreso, etc. ¡Qué diablos! en lugar de mostraros la enumeración, os dejo un enlace a la página de AEDE: ojete calor.

Qué invento más bueno este ¿no creéis? Pongo un enlace —hipervínculo para los insoportables— y al pinchar sobre él se os abre otra página. Esto tiene que ser cosa del diablo.


Al grano

La movida es que los medios rancios han pedido a las autoridades de Bruselas que les protejan. Así, en el caso de España, el gobierno ha sacado una reforma de la Ley de la Propiedad Intelectual que obliga a quienes enlacen a esos medios a pagarles. Ante la caída en lectores y publicidad de los medios, estos se protegen, como hacen los pesetas con Uber y otros servicios de compartir coche. Con las farmacias todavía no tenemos ese problema: nadie se mete con los farmacéuticos enfurecidos por temor a que la próxima aspirina que compren sea de cianuro.

Astutamente no piden cobrar por todos su enlaces entrantes, sino sólo por aquellos que pueden controlar. Y así llegamos a servicios de noticias como Google News, Yahoo News, Bing News, etc. Estos son servicios que tienen los buscadores a mayores: buscadores para páginas de prensa. En esos buscadores, el término de búsqueda se rastrea por páginas que en la mayoría de los casos han pedido estar ahí. Y si no lo han pedido, estar ahí no es obligatorio: Cebrián o Soraya pueden pedirle a Google que retire a El País de Google News. Se quita y punto.


Pero no. Aquí se trata de estar en misa y repicando. Los rancios han buscado una ley por la que Google les tiene que pagar por aparecer ahí. Y aquí viene lo bizarro del asunto: que te enlacen desde otras páginas es bueno para ti porque atrae a gente a tu sitio web. Si además de enlazarte obligas a que te paguen como si tú, que eres receptor beneficiario, les estuvieras haciendo un favor, es que alguien no ha entendido nada. Y la cosa es todavía más sangrante cuando una importantísima parte del tráfico de entrada a la prensa rancia viene precisamente de servicios como Google News. Melones: Google News tiene millones de visitas. Que te enlace alguien con millones de visitas es realmente bueno.

El caso es que la retorcida mente del fabricante de velas es incapaz de ver esto. Lo que dicen desde AEDE es que ellos le hacen un favor a Google al dejar que Google les enlace ya que Google no produce nada, sólo enlaza. Así, quienes "crean contenido" son los diarios y no Google.


Y este es el punto crucial que no acaban de entender. Ellos "crean contenido", pero Google "crea el valor del contenido" al atraer las visitas. Punto. Es así de simple. Tú puedes tener un periódico online muy bonito y muy trabajado, que si no te entra gente, no tienes nada. No se trata de que una de las partes vive a expensas de la otra, sino que tanto los que creamos contenidos como los buscadores tipo Google vivimos en simbiosis.

Pongo un ejemplo gráfico. Imaginaos una tienda de souvenires en medio del campo. Llega una empresa llamada Google que fabrica carreteras y vive de los carteles publicitarios que pone a los lados de la carretera. Google lleva la carretera hasta la tienda de souvenires. Y los de la tienda le dicen a Google que para llevarles hasta ellos la carretera, les tienen que pagar. Claro, Google les dirá que hay más flores en el campo y no les pondrá la carretera. ¿Resultado? Los clientes dejan de ir a la tienda de souvenires.


¿Es esto lo que va a pasar con los diarios AEDE? Seguramente. En Alemania probaron el mismo experimento, Google News retiró sus enlaces a la prensa y la prensa volvió corriendo llorando como una niña asustada pidiendo por favor que volvieran a enlazarles. ¿Por qué? Pues porque algunos diarios habían perdido hasta un 80% de su tráfico. ¡Ouch! ¡Mirad todos esos euros huyendo!

De momento, Google ha anunciado que ante esta reforma de la ley, dejará de operar su servicio de Google News en España. Inmediatamente, el gobierno ha corrido a emitir una nerviosa nota de prensa en la que dice que desde el Google normal se puede seguir accediendo a los diarios rancios. Parecen no entender estos del gobierno que no es exactamente el mismo servicio la indexación en el motor de búsqueda que el rollo Google News en el que muestran los noticias por fecha y temas bien presentadas con enlaces a varios medios para la misma noticia.


Quién no está en AEDE

De AEDE forman parte básicamente los diarios de la prensa de papel. Los medios online nativos no forman parte del lobby y por lo tanto viven ajenos al tema (bueno, en realidad, ante la presumible bajada de visitas de los medios rancios, ellos se podrían beneficiar). Que otra parte graciosa de la ley es la consideración del cobro de la tasa como "derecho irrenunciable". Tal como está la ley, los AEDE no pueden no cobrar la tasa. Genios.

Si sirviera de algo, la gente empezaría a usar bloqueadores de páginas de medios AEDE (ya hay alguno por ahí circulando). La movida es que al seguir siendo páginas de acceso irrestricto, nada impide a cualquier quinceañero hacer su propio Google News. ¿Por qué los rancios insisten en remar contra la corriente? Si tanto quieren proteger su creación que pongan paywalls. A ver quién les lee.

Crisis de la prensa

...si ustedes cierran tanto como sea posible todo acceso a la luz natural, si ustedes crearan así la necesidad de luz artificial, ¿cuál es en Francia la industria que, de una en una, no sería estimulada?
Petición de los fabricantes de velas, Frédéric Bastiat

Todo este tema tiene una evidente relación con la crisis de la prensa (no sólo de la escrita, ¿dónde está Punto Radio?). Internet es un medio más donde la gente puede leer la prensa, escuchar la radio y ver la tele. Además, la gente puede hacer uso de esto con más facilidades: la radio la escuchas cuando quieras, la tele (¿alguien sigue viendo la tele?) la ves según el horario que quieras y para leer la prensa no te tienes que desplazar al quiosco.

(JohnnyBlu)
La propia naturaleza del medio hace que los costes de implantación sean infinitamente menores que en el caso de los medios rancios. Esto aumenta la competencia y segrega al usuario. Cuando compras un periódico rancio, tres cuartas partes te sobran. En Internet vas directamente a los temas de tu interés.

Luego está la parte de los anunciantes: existe un dinero para dedicar a publicidad y si la gente se mete más en Internet, ese dinero deriva hacia Internet.


También hay que decir que la inmediatez del medio cambia el comportamiento del usuario. Cuando una semana después del hundimiento del Titanic llegaba la noticia a Carballo, la gente flipaba de lo rápido que viajaban las noticias. Hoy, una noticia que ves por la mañana, se quedó anticuada por la tarde. Yo no sé vosotros, pero me niego a comprar el periódico para ver las noticias del día anterior que ya vi el día anterior por la noche. Otra cosa es si en papel me están ofreciendo algo que no encuentro en Internet.

Y entramos en el tema de la temporalidad, que desde que Einstein sacó sus teorías de la relatividad, nos tiene a todos con el culo torcido. Hay que distinguir entre lo efímero y lo eterno. Hay cosas que igual que llegan se van y hay cosas que llegan y se quedan. Yo toda la radio que escucho la escucho por Internet, todos son podcasts que escucho cuando me viene bien. Sé que esto no es efímero, esto se queda: si la gente sigue haciendo radio será para un público que no va a estar ahí cuando ellos quieran.

Y también tenemos el fin de la mecánica. No vemos moverse piezas cuando algo cambia. Escuchar la radio por Internet me exige exactamente lo mismo que abrir un enlace para leer al Arcadi y su pelazo.

Es decir, todo se queda anticuado y además no vemos los cambios. ¿Creéis que esto no tiene implicaciones? La inmediatez y la invisibilidad nos lleva a reflexionar sobre lo viejo y lo nuevo. si nada cambia y todo está en el pasado, ¿cómo será el futuro? Una copia del pasado. Una repetición. Hoy vas a una fiesta con una levita y un bombín y eres el más moderno de todos. De ahí que la estética de éxito sean reproducciones de lo clásico. ¿Por qué tiene éxito Rolls-Royce? Porque no hace coches-huevo. No trata de ser moderno. Se aleja de lo efímero.


Y así con todo. Claro que para profundizar en el tema necesitaría la ayuda de un filósofo. ¿Hay algún teléfono de asistencia filosófica 24 horas?

Hay quien se queja de que en Internet no se puede profundizar en los asuntos y que como puede escribir "cualquiera" la calidad del contenido baja. Pero esta sólo es la forma educada que tienen los rancios de llamar tonta a la gente. Pero ni la gente es tonta ni el problema es de demanda. Sólo hay que ver cuáles son los tipos de publicaciones online que más éxito tienen —y para ver eso hay que ir a un mercado maduro como el americano—. Existe toda una nueva generación de medios en Internet que están haciendo periodismo incumpliendo las supuestas reglas "para tener más visitas".


Si hay un problema que impide ver esto, se lo debemos a la legión de expertos en marketing online, con sus cursos de tener más visitas y sus consejos guarros de posicionamiento en buscadores. Al final del día, la evidencia nos indica que artículos largos, con pocos enlaces y que no despisten son herramientas de éxito que despiertan el interés del lector, que profundizan en el asunto y que van al meollo del asunto. En las redes sociales, por otra parte, donde las marcas intentan hacer no se sabe qué, la desconexión entre consumidor y empresa es todavía más acentuada que entre los usuarios de los medios de prensa.


Yo creo que parte del problema que tienen los editores rancios —y la mía es una opinión muy personal— es que han confiado en los libros de autoayuda de "Aprenda el Interculo en siete días", han contratado a "consultores de marketing online" y han acabado con chapuzas. Esto mismo es lo que hace la gente calva y barrigona de la administración cuando contrata conferencias sobre nuevas tecnologías en salones de actos de diputaciones con goteras. O esos buses que llevan el Internet a los pueblos para crear "abuelas blogueras" y salir en la tele como adalides del I+D. Hay toda una ralea de vendedores de elixires que nunca aparecen por ningún sitio y son los que están poniendo trabas en la madurez del negocio de creación de contenidos online.

Sospecho que el secreto de la supervivencia de la prensa pasa por... hacer lo que siempre hizo la prensa. Dejar a los periodistas ser periodistas y no convertirlos en linkwhores. Pero para lograr esto hace falta que los que toman decisiones dejen de decir "nuevas tecnologías". No son nuevas, melones, Internet no es "el futuro", rancios. El tren os ha pasado por encima y ni os disteis cuenta.

Ah, que duro tiene que ser el fabricar velas en un mundo de bombillas LED.



lunes, 8 de diciembre de 2014

La muerte de Eric Garner y el resto de cosas que están mal

Durante estos días y tras la acentuación de la tensión racial después de los sucesos de Ferguson, la muerte de una persona durante su detención en Staten Island ha disparado nuevamente los ánimos y una ola de protestas cubrió los Estados Unidos. Ese país que es admirable por muchísimas cosas, pero no es exactamente un ejemplo de comportamiento en otras muchas. Sin ir más lejos, en el caso que hoy nos ocupa, la muerte de Eric Garner, se deja ver algo muy penoso de la sociedad estadounidense: cómo los progres crean un problema, para después inventarse remedios que aumentan el problema y finalmente, cuando hay una víctima, echarle la culpa a la sociedad, al ambiente, a las normas que ellos mismos defendieron, etc.

Si la mitad del esfuerzo por atraer audiencia la dedicaran a investigar por qué hay guetos y fracaso escolar, en diez años no habría que lamentar este tipo de muertes. Ah, pero aquí lo importante no es por qué murió un fulano, eso parece no importarle a nadie.
El caso concreto que motivó protestas en muchas ciudades fue la muerte de Eric Garner, 43 años, 200 kilos de peso, padre de familia, con antecedentes por delitos menores, con un cuadro de hipertensión y asma crónico, un conocido de la policía del lugar por menudear con tabaco de contrabando. Al resistirse a su detención —en la que hicieron falta media docena de agentes, alguno de color negro, en concreto una sargento de policía de color negro—, el señor Garner fue reducido con una llave, y maniatado en el suelo de la acera. A los pocos minutos fallecía asfixiado. Naturalmente una muerte en esas circunstancias obliga a realizar una autopsia. En esa autopsia el forense apuntó a que la llave en el cuello no provocó la muerte del hombre, se especula con que la asfixia pudo ser provocada por la llamada asfixia posicional: el individuo, asmático y obeso, tumbado boca abajo fue incapaz de aportar el oxígeno necesario a su sangre.

Sí, desde luego que si los seis policías no lo reducen, y en su lugar le dan los buenos días, le dejan seguir vendiendo ilegalmente cigarrillos y se marchan, Eric Garner hubiera tenido una esperanza de vida algo mayor.

Hubo una vista ante el gran jurado —una cosa que tienen los gringos para evitar el abuso de autoridad y que consiste en reunir a un jurado para que decida si una cosa es juzgada o no— y este decidió que no había caso contra el policía que le hizo la llave en el cuello con la que se inició el proceso de detención (una llave no recomendada por la policía, pero no ilegal, como se suele repetir). A mucha gente esto le pareció una decisión equivocada. No tanto por los detalles del caso sino porque el policía era blanco —un poco morenete, diría yo, se apellida Pantaleo— y la víctima negra. Recordemos que en Ferguson hubo un muerto negro y un policía blanco exonerado.

Es sorprendente y costoso hablar en estos términos para un español que vive en una de las regiones más racialmente homogéneas del mundo. No me siento capacitado para juzgar situaciones que involucran el uso del perfil racial y ni siquiera concibo la necesidad de un perfil racial (aunque muchos científicos sociales llevan décadas defendiendo el uso del perfil racial por el bien público). Desde luego que me parece espantosa esta muerte. Y también me producen dudas razonables el hecho de usar semejante fuerza contra una persona que vende cigarrillos sueltos. Aunque no ignoro que el uso de la fuerza policial tiene que ser proporcional, tampoco puedo pasar por alto el hecho de que el señor Garner no reaccionó correctamente a los requerimientos de tantos policías mientras el rodeaban lentamente.

Como es un tema que toca el conflicto racial no he podido seguir el caso por la prensa conservadora. En Estados Unidos la derecha tiene prohibido hablar de estos temas (aunque en Estados Unidos lo que se entiende por derecha es una especie de club en el que hablan de la segunda venida de Cristo y de reptilianos, vamos, lo que para nosotros es Russia Today). Estas cosas son coto privado de los progres, aficionados a crear problemas para luego culpar a los demás. En la CNN y en ABC era curioso el seguimiento que hacían los reporteros a las concentraciones de repulsa contra este arresto con triste desenlace. Manifestaciones cuyos integrantes eran mayoritariamente negros eran seguidas por reporteros negros porque esa es la forma de no ser racista de los racistas progres americanos, supongo.

Racismo de fondo.
Al calor de la redacción, los presentadores blancos repetían una y otra vez la noticia pidiendo perdón por tener un tono claro de piel. Mientras expertos en áreas variopintas del proceso legal americano daban su opinión, se coló por el medio una entrevista a la hija de Eric Garner. La mujer, evidentemente dolorida, trató de reconducir la historia y no presentarla como un episodio de guerra racial. Lo que Erica Garner pedía era justicia no a favor de los negros, sino contra el abuso policial. Y ahí si que hay tema, más allá del trincherismo que no ayuda a nadie pero que da audiencia.

Todo el que ha vivido en Estados Unidos sabe que hay un problema racial. El caso es que si además de haber vivido allí te interesas por el tema, el argumento de relacionar raza con criminalidad adquiere una nueva dimensión si a esa correlación evidente —las cifras son sangrantes— le añades la variable "educación". No es que haya más negros en prisión porque ser negro implique no cumplir la ley —eso es racismo y el racismo es un "ismo" desmentido por todas las ramas del conocimiento humano—, hay más negros en prisión porque en general tienen peores resultados académicos. En este punto, un heraldo del KKK diría que ser negro implica ser más tonto —nuevamente el racismo funcionando—, sin embargo si nos centramos en el tema educativo la nueva correlación va en función de la renta disponible.


Para los de la LOGSE: renta baja -> fracaso escolar -> criminalidad .> prisión -> renta baja. En este círculo vicioso la raza no aparece por ninguna parte. Por ello no pienso que se trate de un problema racial, sino de un problema más dificil de ver y sobre todo de corregir: el problema de cómo crear riqueza. Pocos se han preocupado por averiguar por qué Eric Garner tenía que vender cigarrillos sueltos.

Existe una cantidad infinita de asociaciones, oficinas gubernamentales, ONG, fundaciones, clubes de pijos, etc. dedicados a "combatir la pobreza". Y esa aproximación yo creo que es la que falla. Desde luego que los prejuicios raciales desempeñan un papel, pero a nivel básico, estamos tratando con un problema —el de las sociedades opulentas— en el que la raza es una pantalla opaca que nos impide ver qué hay detrás.

No hace falta irse a comunidades con una triste historia de prejuicios raciales para encontrar este círculo vicioso. Aunque en menor medida, en un país tan homogéneo como España encontramos el mismo problema —mucho más reducido, claro, porque en Europa funciona otra tradición del sentido de comunidad y de la responsabilidad pública—. Me gustaría cruzar los datos de fracaso escolar, criminalidad y nivel de renta. Sospecho que incluso en Estados Unidos, quitando la variable "raza", las conclusiones no me sorprenderían: un blanco pobre y sin estudios también tiene boletos para acabar en la cárcel.

Pobreza y delito

Ahora, una vez identificado el problema, debemos preguntarnos si la aproximación de "combatir la pobreza" es la correcta. ¿No podemos acercarnos al tema desde el punto de vista de "crear la riqueza"? Por mucho que les duela a quienes quieren seguir en su despacho universitario estudiando el "fenómeno de la pobreza" como quien estudia amebas en una placa de Petri, hay una realidad prosaica y peatonal en este problema: tratar a la gente como a animalitos domésticos simplemente no funciona. Levantar viviendas sociales crea especulación para la clase media —incluidos familiares de concejales comunistas— en el mejor de los casos y guetos en el peor de los casos. Poner un ordenador en cada pupitre puede sonar bien pero si la gente no puede ir a clase porque tiene que ayudar a recoger chatarra o en el puesto de la feria, sólo se va a beneficiar de la medida el hijo de la familia que no tiene problemas y el cuñado del presidente de la diputación que gana el concurso público de los ordenadores.

Es como un documental de La 2.
Los ejemplos gráficos son muy pintones y me puedo pasar la tarde poniendo más. El caso es que según vas hurgando hay cosas mucho más sutiles que se nos escapan. Por ejemplo, cuando gente rica intenta enseñar a gente pobre cómo ahorrar. Es que si compras una nevera A+++ ahorras en la factura de la luz, el caso es que no tienes dinero para comprar esa nevera. Hay ayudas para la compra de vehículos eléctricos que a la larga ahorran mucho dinerito, pero esos vehículos, aun con la subvención eco-chupi sólo se los puede permitir una fracción de la población. Hay combos para líneas de teléfiono con los que se ahorra, pero un combo implica tener varios servicios contratados, etc. La lista de "progres tirando a fallar" es interminable porque para ahorrar dinero hay que empezar por tener dinero. Y recordemos que para los progres entusiasmados con tratar a los pobres como animalitos, que otros tengan dinero es malo.

Mientras el Estado sea una agencia de redistribución para los más ricos (a quienes creo que no hace falta ayudar) y de mantenimiento de una miseria conllevable para la menguante clase media, los pobres seguirán siendo pobres, seguirán entrando y saliendo de prisión, seguirán abandonando los estudios y seguirán vendiendo cigarrillos de contrabando por cinco duros.

Hay en este punto algo relacionado con el código penal. En EEUU por ejemplo, algunos se quejan de que las penas por posesión de droga para pobres (crack) son mayores que las penas por posesión de droga para ricos (cocaína). En el caso de España, los delitos contra la salud pública (eufemismo para no hablar de droga, ya que entonces habría que meter a las viejecitas del bingo en la cárcel) son la razón de que estén en prisión 14.000 personas de una población total reclusa de 55.000. La droga es la panacea del que quiere salir de la pobreza. Es como la Lotería Nacional, pero mal vista y por tanto apetecible. Olvídate de los hedge funds, invertir un euro hoy en droguismo te da al cabo de tres meses rentabilidades espectaculares. Pero este es un tema feo del que es mejor no hablar. Los presos, donde no podamos verlos. Como los pobres. Con hacer un docudrama de vez en cuando ya nuestra conciencia está tranquila. Además, los presos no votan. Como los pobres.

¿Os acordáis de las fotos del rey en Botsuana? Pues eso.
Y no, la gente no es malvada. No la mayoría al menos. El caso es que el dinero para los políticos lo ponen los más beneficiados por los políticos (¿hacen falta tantos campos de golf públicos? ¿en serio?) y la menguada clase media sigue con las migajas (soportando por ejemplo la energía y telecomunicación más caras del hemisferio occidental). Al fondo a lo lejos, en algún documental tipo National Geographic están los pobres, que no votan. O que si votan, votan a un sinvergüenza que les promete una farola en el parque y les invita a empanada en algún mitin electoral. Esto mismo que denuncian tantos después de la cena, es —al menos en parte— provocado por esos mismos que cenan caliente y con la conciencia tranquila.

¿Sabíais que en el mundo, cada sesenta segundos pasa un minuto?