martes, 30 de septiembre de 2014

Alguien se ha hecho caca

Vaya, parece que alguien se ha hecho caca. Huele a toffee en Ciudad Cloaca. El perrete asomó el hocico. El hada marrón dejó su firma. Alguien descomió. Han enviado un fax a Su Majestad. Ahora es el nieto el que le da el werther's al abuelo.


Bienvenidos al momento en que después de dar la vara durante dos años, los cleptócratas reculan.

Tras la convocatoria del presidente de la comunidad autónoma de Cataluña del referéndum secesionista, el gobierno presentó dos recursos al Constitucional: uno para el decreto de convocatoria y otro para la ley autonómica que cobija ese decreto. Al contrario de lo que se escucha por ahí, el Constitucional todavía no se ha pronunciado sobre estas dos normas —evidentemente—, pero mientras no resuelva su decisión sobre la constitucionalidad de las mismas, de forma cautelar las pone en cuarentena. Esto quiere decir que de momento están sin efecto y como el referéndum se fijó para el 9 de noviembre, previsiblemente el 9 de noviembre no habrá referéndum porque al TC no le daría tiempo para pronunciarse. De todas formas es previsible que el TC se pronuncie en contra de estas normas así que, intríngulis jurídicos al margen, hasta aquí llegó la juerga.


Fin. Kaputt. Se acabó. ¿Y por qué comienzo el texto hablando de caca? Pues por lo que dijo el portavoz del gobierno cleptocrático: la Generalitat no podrá hacer campaña para el referéndum. En palabras del portavoz se trata de no poner entre la espada y la pared a los funcionarios de la Generalitat, pues de incumplir la suspensión cautelar de la convocatoria del referéndum, estarían cometiendo un delito de prevaricación. Se le olvidó añadir un detalle al portavoz: los funcionarios de los municipios también se ven afectados por la suspensión.

Mola eso de dedicar dos años a un tema para desvelar en el momento en que interviene la ley que quienes se verían directamente perjudicados por el asunto son... los auxiliares y bedeles de la función pública en Cataluña. En el instante en que alguien le dice a un bedel que lleve una urna a no sé dónde, ese bedel perdería su puesto de trabajo. Dos años para saberlo, no está mal.


En el escrito presentado por la Abogacía del Estado referido a la Ley de Consultas no Refrendarias, mola que en las primeras páginas se advierta al alto tribunal de que esa ley de consultas no refrendarias es una ley de consultas sí refrendarias. Los abogados del Estado vienen a decir que ponerles nombres ocurrentes a las cosas no cambia la esencia de las cosas. Como cuando se le llama Social Media Manager a un tuitero de mierda. No cuela.

Continúa el texto (PDF) recordando lo que pone la Constitución. No lo que pone un olvidado códice medieval guardado bajo tres llaves y perdido en las inaccesibles bodegas de un monasterio palentino. Lo que pone la Constitución. No es tan dificil. Está hasta en Internet. ¿Y qué pone en ese libro desconocido? Pues que los referéndums que tratan de las cosas del comer deben saludar a todos los españoles. Y que el referéndum lo convoca el Rey a propuesta del Presidente una vez que este es autorizado por el Congreso. El Estado, a través del Congreso y del Gobierno, es el que tiene la competencia exclusiva sobre los referéndums.


Con esto ya está todo dicho, pues a los cleptócratas sólo les quedaría una posibilidad de hacer las cosas dentro de la ley: que Cataluña pasara a llamarse España y que el resto de España fuera desconocido para la nueva España. Así, sí. Pero no parece muy probable que esto suceda.

Naturalmente los ayuntamientos —y las comunidades autónomas— pueden consultar cosas al sabio pueblo... siempre y cuando se traten de asuntos dentro del ámbito de sus competencias. No parece que quitarles la ciudadanía a 40 millones de personas, cargarse la ley y la convivencia de un país de Europa Occidental y frustrar el único periodo de relativa paz y prosperidad de la historia de España sea un asunto que entre en el ámbito competencial del ayuntamiento de Altafulla. No sé, igual me equivoco, pero yo diría que no.


Hace mención el recurso citado a textos del Consejo para la Transición Nacional, que es una cosa donde está Pilar Rahola y que pagamos todos y que yo no sé, pero que no parece muy legal que sea un órgano público pues sus fines no parecen estar dentro del Estatuto de Autonomía. Pero como aquí nos hacemos todos los locos, seguimos para bingo. Pues bien, dicen los abogados del Estado que se proponen varias vías para la secesión:
  1. Consultas en ayuntamientos al margen de disposiciones legales del Estado y de la Generalitat.
  2. Elecciones plebiscitarias.
  3. Declaración unilateral de independencia.
  4. Mediación internacional.
Esto lo podéis ver en la página 30 del Libro Blanco de la secesión (PDF). Y en éstas estamos, en que no se puede producir el referéndum para robarnos nuestros derechos, ergo lo que les queda a los cleptócratas es pasarle el marrón a los ayuntamientos o a una "entidad privada" o bien convocar elecciones con carácter plebiscitario, que son unas elecciones regionales normales pero que le ponen un apellido a ver si alguien pica y se cree que son otra cosa.


Como dije antes, si la Generalitat no puede hacer referendos de chichinabo, los ayuntamientos tampoco (y en caso de hacerlos, los que van a pringar son becarios y conserjes). En caso de que el referéndum lo haga la tienda de pines, cava y banderitas que se llama ANC, pues será una cosa tan válida y seria como los referéndums que hago yo sentado en el trono después de un café cargado.

Mis dos centavos van para la opción de elecciones autonómicas y que otro cleptócrata trate de "internacionalizar" el asunto. Probablemente se trate de Junqueras o del señor que se comió a Junqueras.

Continúa el recurso —leedlo, insisto— con un dossier de prensa que recoge declaraciones que se remontan a las elecciones autonómicas de 2012 y que llegan hasta hoy. Alguien se ha ganado su sueldo en la Abogacía del Estado. Sírvanse de un extracto que sirve como fotografía del nivel de majadería alcanzado en el extremo opuesto de la península:


Nosotros entendemos que la radicalidad democrática no solo la hemos de explicitar, sino que la hemos de practicar. Y si el medio ha de ser desobedecer aquellas leyes que nosotros consideremos injustas para el autogobierno como pueblo, entonces así será.
Diputada del Grupo Mixto Isabel Vallet Sánchez.

Sobre la página cincuenta y pico (son 94) nos hablan del censo que no llaman censo para sortear la legalidad. La Abogacía del Estado identifica lo que denomina "electorado ad hoc", que con sólo leerlo nos remite a los buenos viejos tiempos de la Poll Tax y del Apartheid, donde existían procesos electorales democráticos, sólo que... con electorados ad hoc. Que una ley que permite a los gatos comer ratones sólo la puedan votar los gatos huele a chamusquina.


En fin, en resumen: lo que dicen los abogados del Estado es que la Ley 10/2014 es una ley de referéndum y no pueden hacer una ley de referéndum. A partir de aquí hay una salvaguarda democrática que no se puede derribar. No se trata de impedir a la gente que se exprese, se trata precisamente de no arrebatar a la gente el derecho a expresarse. En el momento en que un fulano o un grupo de colegas se creen imbuidos de la gracia divina para decidir sobre la vida de los demás, hay que pararles los pies.

Insistamos una vez más en que la democracia como idea de gobierno no significa votar, sino aceptar las leyes que no te gustan. Este y no otro es el precio que hay que pagar para que otros acepten las leyes que a ti sí te gustan.

Adenda, de La Retaguardia:

Al portavoz también le han preguntado sobre las informaciones aparecidas en 'El Mundo' este lunes en las que se relaciona al presidente Mas con negocios de los hijos de Jordi Pujol, algo sobre lo que el consejero se pronunció para desmentirlo con cierta gracia: "lo dije este lunes: es falso como un duro sevillano", ha zanjado.

Supongo que tiene "cierta gracia" si eres un nazi coprófago. #seny

Bonustrack:


sábado, 27 de septiembre de 2014

El pecado original del PP y la secesión a cámara lenta

En los numerosos encuentros que han tenido el presidente Rajoy y el presidente regional de Cataluña, una y otra vez mi paisano le ha dicho al señor Mas lo que el gobierno hará si él sigue adelante con su plan de robarnos derechos políticos a todos los españoles. Aun así el presidente Mas ha decidido llevar hasta la última casilla su programa político de robo de derechos.


No evitaré cierto reconocimiento al presidente Mas: con la convocatoria del referéndum separatista, ya ha cumplido más puntos de su programa electoral que el de Pontevedra. En concreto, Artur Mas ha cumplido uno, frente a ninguno de Rajoy.


A partir de este momento la cosa pierde emoción porque el gobierno nos ha revelado los spoilers de esta película: informe del Consejo de Estado, Consejo de Ministros aprobando un recurso al Tribunal Constitucional y el Constitucional paralizando de forma cautelar la aplicación de la Ley de Consultas y el Decreto de convocatoria del 9N que se firma bajo esa ley. Fin.

Bueno, fin de una parte al menos. Hay otra parte que queda en suspense. El adelanto electoral en Cataluña una vez frenado el referéndum de robo de nuestros derechos políticos, es más que previsible. Del nuevo escenario electoral dependerá la trama de la siguiente parte de este culebrón. Tras constatar que el gobierno de CiU sólo ha servido para cumplir una promesa que no parece muy legal y que el "padre de la patria" se parece más a Vito Corleone que a otra cosa, todo hace pensar que no será un buen momento para CiU. Por sondeos, se apunta a un crecimiento de ERC en un escenario muy dividido en bandas partidistas. Sí, todavía con predominio independentista.

Los de ERC, que son todavía más pijos que los de CiU, están acostumbrados a decir unas barbaridades enormes. Habrá que ver hasta qué punto Ciudadanos puede rentabilizar su previsible crecimiento para convertirse de facto en líderes de la oposición y si ERC necesita o no del apoyo de CiU para formar gobierno y que sus consejeros juren la Constitución española. Son todavía muchas incógnitas que según nos alejamos del momento presente hacen aparecer todavía más incógnitas.


Y como hay tantas incógnitas y tantas especulaciones, esto ya no es serio (si es que alguna vez lo fue). Esto se ha convertido en una juerga. Yo no quiero ni imaginarme los últimos años que están sufriendo los catalanes con un momento histórico cada dos días. Un sinvivir. Una pretendida secesión a cámara lenta mientras cada mes algunos cobran por calentar butaca en el parlamento.

No soy el más adecuado para hablar del problema de las farmacias catalanas o del cierre de quirófanos. Tan solo constato que mientras los focos se los lleva el asunto de la secesión, hay otros asuntos que no parecen recibir la atención que necesitan. Eso ya es cosa de los propios catalanes pues entra en el ámbito de sus competencias políticas. Y la política es el debate constante de las prioridades. A día de hoy a una mayoría de políticos y ciudadanos catalanes, les importa más hablar de unicornios y metafísicas que de las cosas del comer. Yo eso no lo aceptaría en mi casa. Ellos parecen felices con sus banderolas y sus desfiles con antorchas. Producen cierto sentimiento de solidaridad aquellos catalanes que se sienten prisioneros de una deriva unicórnica que les está secuestrando "la política de las cosas del comer".

Pero este viaje a Nunca Jamás tiene consecuencias reales, hechas de materia bariónica. No se trata de tertulias de café ni de juegos de rol en vivo. El movimiento hacia el precipicio que apoya buena parte de la sociedad catalana y en el que un pedazo de su clase política tan solo hace de altavoz, tiene implicaciones que afectan a la vida de todos. A eso que se llama convivencia civil. Sin consulta y sin salida al balcón ya se han roto cosas en este viaje de sombrereros locos.


No es el momento procesal de la ruptura política el que rompe a una sociedad, es el camino que lleva a esa ruptura el que la rompe. Si coges una hoja de papel y la rompes en dos, no se rompe cuando tienes los dos pedazos separados, se rompe en el momento del primer tirón.

Y con la perspectiva que da no vivir en Madrid (perspectiva, que no conocimiento, ojo) no puedo sino insistir en una idea que tiene pocas novias: existe una tendencia política de signo contrario a la separación que en el plano estético (el más importante) es el horror absoluto. Sin ser independentista me produce tanto rechazo el unicornio de los ladrones de derechos que vienen de Cataluña, como el unicornio del centralismo mágico que se supone resolverá todos los problemas relacionados con la cuestión competencial y/o territorial.


El monotema catalán, de tan infantil, lleva a la política a decidir entre máximos. Y aquí reduzco la marcha para explicarme: yo creo en los máximos. Yo defiendo el no rotundo o el sí rotundo en algunas cuestiones. Yo defiendo que hay cosas que no aceptan discusión. Yo defiendo que no hay diálogo posible con el mal y que el mal existe. Yo no creo en el diálogo como en un fin en sí mismo. Creo que en los últimos tiempos el diálogo ha devenido en una suerte de elixir mágico que tan solo da alas al mal que existe en la tierra. Sé que algún listo me dirá que el mal es relativo. No, el mal no es relativo. No hace falta montar un grupo de debate para saber que el mal es colgar a la peña de grúas en el centro de Teherán, vender a niñas en Nigeria o cortar cabezas en Siria. Los responsables de esos actos tienen que pagar. Pero.

Volviendo al monotema catalán y en general al problema territorial español, no estamos tratando con tipos con turbantes y por lo tanto los máximos no deben de entrar en juego. Los hechos que nos han llevado a este punto en que unos caciques locales ponen en cuestión la igualdad de derechos políticos de todos los españoles no han aparecido por casualidad. Existe un consenso sobre que los gobiernos tienen potestad para legislar sobre lenguas, sobre que las televisiones autonómicas son imprescindibles y sobre que hace falta invertir dinero público, controlado por políticos, en Kultur.


Sin estas herramientas, no se podría producir esta moda de la ruptura. Pero no olvidemos que es Madrid el que permite que existan estas herramientas de suicidio. Y podemos señalar lo más básico: los regímenes forales. En el momento en que no todos somos iguales, se les está proporcionando la excusa perfecta a los más mimosos del patio. Y como esto del independentismo funciona como con niños de siete años, ahora tenemos que aguantar las mismas frases que se escuchan en el Emirato Cleptocrático, en las diócesis gallegas.

Ha llegado el lodo a tal punto que hoy ya no existe nacionalismo en Galicia. Todos los grupos identificados con la etiqueta nacionalista han aprobado la defensa del supuesto derecho de autodeterminación. Allá ellos, que vayan al Avante a pedirse copas los amantes de las antorchas, la Kultur y las banderas. Y en el proceso de desaparición de este nacionalismo —y sustitución por independentismo—, es el PP de Galicia —en este ejemplo— el que recoge el guante y con su doble discurso cumple el programa que haría el BNG en los años 80. Ahí es donde aparece el daño.

Eso es la cultura gallega.
Con glosas a la unidad de España desde la Villa y Corte mientras en la periferia se mantienen leyes lingüísticas, medios públicos de comunicación y una costosa construcción política de los elementos que constituyen la identidad nacional a través de la manida cultura, PP y PSOE son los principales responsables de esta tendencia a la ruptura. Los mismos elementos de nation building que tuvieron un éxito a medias hace ciento veinte años, hoy los reproducen los partidos "estatales" en regiones del país. Hoy Feijoo da coba al santoral del nacionalismo gallego y personifica a Galicia en sus discursos. ¿Pero no habíamos quedado en que son las personas y no los territorios los poseedores de derechos, historia, inteligencia, etc? Por lo que se ve, si lo dices en Madrid, sí, si lo dices en Santiago, no.

¿Hasta cuándo pretenden continuar con su nation building de chichinabo? ¿Nadie les ha dicho que varias generaciones viviendo en un contexto de mini-nación van a terminar reclamando la maxi-nación? Yo no sé si esto no lo ven en el PP a largo plazo o si realmente el PP no puede ocultar su pecado original: el de ser una reunión de muchos grupos distintos, tanto políticos como territoriales.

Me gusta el .gal. Igual registro felipegonzalez.gal o psoe.gal :)
Y como toda acción provoca una reacción opuesta de la misma fuerza, las alas que se da a este proceso incentivan el surgimiento de opciones políticas de máximos en una tierra sin turbantes. Quede claro que yo no quiero turbantes ni máximos. El límite lo marca la ley y la ley... es perfectamente ambigua en este sentido. Harán falta otros discursos acompañados de otras estéticas políticas para derribar esa torre de marfil que es el Título VIII y que genera tantos unicornios.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Fisking de los presupuestos de Cultura

Un ejemplo gráfico de a qué me refiero con el asunto de la Kultur pública lo vemos en una entrada reciente del blog de Noatodo. Tenemos en Mellid (si vais por la autopista lo llaman "Melide") a un jardinero municipal, al encargado del velatorio municipal (!!), a un funcionario del centro de información al no-hombre y (supongo, ya que es tierra de endogamia) al sobrino de la alcaldesa decidiendo quién da clase de música en el conservatorio municipal y quién no. Ah, bueno, me olvidaba del comisario político de turno: si no demuestras conocimientos de idioma gallego, no estarás capacitado para dar clase de piano.

Claro, cuando hablamos de neurocirujanos a nadie se le ocurre que el acceso al puesto dependa de los parientes del alcalde y de individuos que saben de neurocirujía lo mismo que Rociíto. Pero como la enseñanza de música es algo "cultural" y en el fondo nos la sopla a todos, dejamos que el encargado de recortar los setos del pueblo sea quien decida.

Pues esto que pasa en todos los pueblos se reproduce a otra escala en el ministerio de Cultura. Y aquí entro en aguas pantanosas porque jamás nadie se mete con la cultura igual que Hesíodo no se metía con las musas. Hay caminos que no deben ser transitados.

Pero yo aquí he venido a jugar así que buceemos en las 584 páginas del presupuesto del ministerio a ver qué encontramos.

Fisking a los presupuestos del ministerio de Cultura

El estado de gastos comienza con un epígrafe general de gastos de los servicios generales. Ahí meten suministros de oficina (clips, preservativos y tóner, supongo) y aprovechan para meter las cuotas de los organismos internacionales (206.000€) y la aportación a la Organización de Estados Iberoamericanos (150.000€). Soy bueno, no me voy a meter con esto. Sigo.

En la Dirección General de Bellas Artes incluyen el Premio Velázquez de Artes Plásticas (100.000€). Algunos de sus ganadores son Antonio López y Antoni Tàpies y aparte de la pasta, el premio incluye una exposición en el Museo Reina Sofía. Es un premio a toda una carrera, pero al mismo tiempo tenemos el Premio Nacional de Artes Plásticas dotado con 30.000€.


Luego tenemos a la Dirección General de Industrias Culturales con un presupuesto de 2.783.000€ de los que 472.000€ son sueldos de funcionarios. Inestimable la labor que realizan.  Esta Dirección General incluye el Premio Luso Español de Arte y Cultura con 37.500€. Este premio es bianual y su último ganador es el director de cine Carlos Saura por su contribución a la promoción del fado portugués. Ya uno se va oliendo la tostada de que existe cierta gente cuya popularidad y éxito depende directamente del dinero de tus impuestos.

Sin salir de esta dirección general tenemos 330.000€ para becas. 5.000€ para la Organización Española del Libro Infantil y Juvenil y 171.000€ a la Federación de Gremios de Editores de España, es decir, la patronal del libro que hace que la gente las pase canutas para comprarles libros de texto a los críos. Pero es que sin salir de aquí, a la "difusión de la cultura española en el exterior" le dedican 464.000€. Recordemos que la cultura es paella, cacao, andar en bici y señoras de Teruel bailando salsa.

Casa de la Cultura de Peralta (Navarra).
El Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales necesita 642.000€ para sus cosas y 2 millones para el pago de cuotas en organismos internacionales. Yo sospecho que algo de esto va para SHIELD o para el Área 51.

El Instituto de Artes Escénicas y de la Música tiene un presupuesto de 1.950.000€, de los que 460.000€ van para clips y fotocopias, 800.000€ van para giras extranjeras de circos, teatros y orquestas, 211.000 son becas y 340.000 va para pagar cuotas de organismos internacionales (incluyendo 145.000€ a la OEI, a quien ya le habíamos dado pasta antes).

Los servicios generales del ministerio tienen presupuestados 65,5 millones, de los que 28,7 se van en salarios de funcionarios y personal laboral y 187.000 en salarios de "altos cargos". Es decir, el 43%. Si sumamos gasto en Seguridad Social y una cosa que me hace mucha gracia que llaman "perfeccionamiento del personal", nos da que el gasto en personal supone el 64% del presupuesto. Esto se generaliza en todas las administraciones y la gente se niega a creerlo. Cuando se denuncian "recortes" y se relacionan con una peor vida para los peatones, no podemos olvidar que más de la mitad de ese dinero siempre van a ser salarios. Ergo hay que buscar quién está protestando y sus motivos reales. A los sindicatos de la cultura les suda un huevo la "cultura", lo que quieren es que no les quiten las lentejas. Seguir pasando el cazo.

Kultur.
La Secretaría General Técnica tiene un presupuesto de 7.438.000€, de los que 6.550.000 son gastos de personal. Ok. Esta secretaría convoca las becas para la formación de documentalistas en materia educativa que alcanzan los 110.000€. Y gasta en publicaciones 190.000€. Alguien muy loco diría que hay cierta descompensación.

(Nota: estoy saltándome lo relacionado con Educación y Deporte).

Llega la joya de la corona Kultur: la Secretaría de Estado de Cultura. 3.583.000€ cuya proporción de gasto de personal asciende al 86,6%. Ejem. Esta secretaría es una cosa cuyo objetivo es pagar sueldos a los que están ahí. Y no me extraña porque sin ir más lejos el secretario de Cultura, Lassalle, pidió una hipoteca en 2006 por valor de 805.000 €. No está mal para un tipo que dice defender la austeridad.

Lassalle.
La parte de archivos de la Dirección General de Bellas Artes, Bienes Culturales (¿la paella?), Archivos y Bibliotecas tiene un presupuesto de unos 19 millones. 11,8 millones es gasto de personal (62%). Viendo sus programas concretos encontramos 14.000€ a la Coordinadora de Asociaciones de Archiveros de España, 7.000 a Archiveros sin Fronteras (cuya última memoria corresponde al año 2009) y 50.000 a la Fundación Medina Sidonia a cuya página no se puede acceder porque pide contraseña (igual tienen porno y snuff movies). 89.000€ a la Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía y Documentación y Museística, 25.000€ a la Asociación Española de Archiveros, Bibliotecarios, Museólogos y Documentalistas y 25.000€ más para la Sociedad Española de Documentación e Información Científica. Me están entrando unas ganas locas de montar una asociación, pero no soy bueno para los nombres, sólo se me ocurren cosas como "Asociación Comunismo Infinito" y "Federación Profunda de Acólitos de la Kultur".

Esta Dirección General tiene un lacónico apartado de "Premios" dotado con 100.000€ que yo creo que utiliza el gobierno para alimentar a un alienígena oculto en una base subterránea.

Por cierto, como curiosidad: el Museo del Prado cuesta 39,1 millones y el Reina Sofía 33,2.

De aquí volamos en nuestra alfombra mágica al programa de promoción y cooperación cultural. Este programa tiene un presupuesto de 8.8 millones. De ellos, 255.000 van para la Fundación Víctimas del Terrorismo, 1,5 millones para las fundaciones de los partidos políticos (jiji), 263.000 euros para el Centro Nacional del Vidrio (¡sabía que el vidrio era cultura, lo sabía!), 264.000 para el Instituto de Cultura Gitana, 105.000 para la Residencia de Estudiantes, 100.000 para San Serbastián/Donostia 2016 ya que dentro de dos años será Capital Cultural Europea (!) pero por lo que se ve hay que ir pagando ya. Finalmente otros 100.000 para el Círculo de Bellas Artes de Madrid y otros 200.000 para el Centro Cultural Lorca de Granada.

Vale, "Promoción del libro y publicaciones culturales". Yo supongo que aquí entran libros sobre el soplado del vidrio y recetas de paellas. A este programa le dedicamos 7.350.000€. E incluye 630.000 euros para las editoriales que publiquen revistas de cultura (chocolate, paella, vidrio) en castellano. Y 2 millones para la "promoción cultural" en general, o sea, el extraterrestre.

"¡Alimentadme en secreto, humanos!"
Luego hay 640.000 euros para "proyectos de animación lectora" y 909.000€ para fomentar la edición de libros para bibliotecas públicas. No puedo dejar de pensar que las listas de bestsellers en España dependen directamente del mandato administrativo. 

Pasemos ahora a "Fomento de las industrias culturales". 2 milloncetes a "Ayudas a la inversión en capital para incrementar la oferta legal de contenidos digitales culturales en Internet y para promover la modernización, innovación y adaptación tecnológica de las industrias culturales y creativas". Bullshit.

Teatros. Ok. El teatro es la típica cosa que hasta que no la pruebas no sabes que te gusta. Como el Tang sabor a rojo. Dedicamos al teatro 58 millones. De los que las ayudas a la rehabilitación de teatros privados se llevan Barcelona 225.000€ y Madrid 100.000€. Supongo que no hay más teatros privados a rehabilitar en España.

Lo gracioso del programa de teatros, es que tiene un apartado de ayudas a infraestructuras de circos itinerantes (173.000€). No preguntes.

Es droga, pero sabe a canela.
Cinematografía. 48,2 millones. Festivales de Cine de San Sebastián, Málaga y Huelva se llevan respectivamente 900.000, 100.000 y 80.000 euros. Otras subvenciones 160.000. El Fondo de Protección a la Cinematografía 33,7 millones. Luego están la Media Business School (30.000), Media Desk España (80.000) y la Asociación de no-hombres cineastas (20.000), entre otros.

Es curioso porque Media Desk España también se dedica a financiar la producción de videojuegos. Supongo que la subvención del cine a los videojuegos será tan solo para las cinemáticas de los juegos. Por su parte la Media Business School también se lleva subvenciones al cine español pero su página ni siquiera está en castellano. Ah, y por supuesto no producen cine, se dedican dar clases de márketing para tarados. Todo esto léelo mientras de fondo oyes sorber por una pajita: sluuurrrp. Es tu cartera.

"Drenaaaje".
(Nota: mientras voy pasando páginas observo que en "fomento de actividades deportivas" hay 550.000€ para el Consejo Nacional de Licenciados en Ciencias Políticas).

En el apartado de "investigación científica" tenemos las reales academias (6 millones en total). Aunque de los 95 millones de este apartado, 85 se van en becas, 240.000 se van en personal. Es curiosa la disparidad.

"Investigación científica".
Como ya dije, quitando (lo que yo considero) Educación y Deporte. Estas son las cosas que más me llamaron la atención del vistazo que le eché al presupuesto. También he pasado por alto la conservación del patrimonio y lo relacionado en términos generales con la promoción y restauración del patrimonio.

Lo que he aprendido en este viaje es que tenemos a un extraterrestre comiendo ostras en un bunker subterráneo en el desierto y que hace falta una labor de investigación que me supera para obtener información sobre los resultados de las entidades a las que se les da dinero público. Y yo quiero pensar que hay cierto control sobre la efectividad del destino del dinero público. En todo caso, y aun suponiendo que la fiscalización institucional funcione —España no es Albania—, siempre habrá una parte del "estar atentos" que es labor de los ciudadanos. Pretium libertatis.

Más allá de estas conclusiones sobra decir que yo no pasaría las tijeras a estos presupuestos, sino que directamente llamaría a la Fuerza Aérea. Ojo, no ignoro la existencia de resistencias al cambio, pero estas resistencias son las del plato de lentejas de gente cuya única actividad "cultural" es recibir dinero con la excusa de la "cultura".

Multiplíquese esto por autonomías, diputaciones, comarcas, cabildos, mancomunidades y ayuntamientos "preocupados" por el "fomento" de la "cultura" y ya estamos todos.

Ministerio de andares tontos:



lunes, 22 de septiembre de 2014

Por la desaparición de la cultura

Un principio de acción política detrás del que hay un cierto consenso es el que aconseja reducir el gasto público en cosas que no afectan a la vida de la gente. Si en una embajada puedes tener el mismo bloc de notas por cuarenta céntimos en lugar de por ochenta, todos estamos de acuerdo en preferir el de menor coste. Todos menos los contratistas, claro, pero en política siempre habrá perdedores porque la política trata de decisiones y preferencias.

"Nada viene de la nada". Imágenes de Wonkapistas.
Poco se escucha sobre reducir el gasto público y poco se habla del incremento demencial en los años de la burbuja del gasto. Principalmente en educación, sanidad, infraestructuras inútiles y políticas sociales. Ese incremento del gasto que no tuvo consecuencias de mejora en los indicadores de resultados se centró en los incrementos del gasto salarial. Y en concreto del gasto salarial público en puestos de gerencia de esas áreas (esto lo saco de la primera parte de "Una alternativa liberal para salir de la crisis", de Rallo). Esto por sí solo merece un análisis en profundidad que tardará años debido a la cantidad de datos que hay. Es un complejo ejercicio que hay que hacer y del que no podemos esperar que lo realicen quienes viven de la teta del estado.

Hay otro análisis añadido a estos que tiene que ver con la Kultur. Lo que nos gastamos en zumo público de Kultur. La Kultur o La Cultura es ese cajón de sastre donde cabe todo (paellas, chocolate, caminar, restaurar un cortijo, un grupo de baile turolense) porque nadie sabe lo que es. Y con razón nadie lo sabe pues en términos de políticas públicas es un invento reciente que tiene que ver con la construcción de identidades, con voluntades colectivas, con autoconciencia y con el idealismo alemán del XIX y por lo tanto se trata de una mitología cuyos defensores se disfrazan de artistas o intelectuales (otra palabra inventada recientemente y sin significado) pero que detrás del disfraz no pueden ocultar su verdadero ser. Ese verdadero ser (ojo al sintagma heideggeriano) yo lo describo gráficamente con la analogía de los sacerdotes de Horus lanzando a la guardia contra la multitud famélica en un invierno egipcio de hace cuatro mil años.

—¡Tenemos hambre, abrid los graneros!
—¡Atrás, impíos, este grano pertenece a Horus! ¡Soldados, cargad!

Guardianes de Kultur, productores de Kultur.
Y como ese grano pertenece a Horus, nadie se acerca a sus silos. Unos silos y un grano que adquieren facultades mágicas pues se relacionan con aquello que el hombre no puede alcanzar a comprender: la vida y la muerte, los designios de los dioses y la fortuna de los mortales. Es común entre estos fanáticos acudir a manidos eslóganes: "defender la cultura", "conservar la cultura propia"... la mayor parte de las veces se trata de gente poniendo el cazo. Vale, no los culpo, hay que comer y tener un loft en el centro donde te espere una Yosoylajuani mientras hablas de tus producciones y de la "industria cultural" mientras te abres paso entre lonchas de farlopa. Pero más allá del vulgar estafador de pueblo que va con su carrito por las ferias vendiendo elixires, tenemos el problema político y el problema económico que crea esta mitología inventada, llena de palabras huecas, de analfabestias y de vacas sagradas.

El problema político está claro que se relaciona con el problema de la llamada identidad cultural. Cuando en las películas de vaqueros los indios todavía eran los malos, era común ver tótems. Esas columnas labradas con caras de dioses o de parientes incómodos que identificaban tribus de la edad de piedra. Más allá del totemismo y del problema del culto, los tótems eran la bandera o seña de identidad de una tribu. Había por lo tanto una "identidad cultural" identificada con ese tótem. Al otro lado del río había otro tótem y otro campamento de cazadores-recolectores. Probablemente emparentado con el primero, pero al disponer de otro tótem ya eran un grupo distinto. Tenían una identificación grupal diferente. De ahí a los filósofos alemanes del XIX dando soporte filosófico al Reich hay un paso. Y de la Kulturkampf a Beiras diciendo que los vecinos de la comunidad autónoma de Galicia tenemos una identidad particular diferente a otras del mundo ya no hay ni un paso: se trata de una consecuencia inmediata. Cuando el gallego supuestamente estaba prohibido, se crea la editorial Galaxia cuya primera publicación en 1950 es la traducción al gallego de De la esencia de la verdad, de Heidegger. Y chin pun. Que les cuenten a sus acólitos las invenciones que quieran.

Hoy los neocomunistas se basan en la fenomenología del espíritu y no lo saben. Hubo una época en la que el comunista hablaba de producir acero. O tempora, o mores.
Este problema político que provoca el estofado de Kultur, es por lo tanto el problema de la identidad en el estado nación. Diferentes grupos pueden ser fieles a distintas fes culturales y basándose en su teología propugnar la creación de nuevas sociedades políticas reunidas en torno a su fe. Es decir, lo que hace el Estado Islámico: tratar de crear una nueva sociedad política siguiendo dogmas religiosos (administrados por la autoproclamada nomenklatura clerical-cultural, claro). Punto, no hay más. En el caso concreto de España, a estos fanáticos religiosos se les ha dado alas comerciando leyes y presupuestos en el Congreso de los Diputados durante décadas. Es de la debilidad de quienes defienden la Constitución de donde sacan su fortaleza quienes se la quieren cargar para levantar sus graneros.

El otro problema acuciante derivado de la sopa de Kultur es, como decía antes, el económico. Tenemos en todas las administraciones públicas una parte dedicada a Kultur. Yo defiendo la libertad religiosa y la separación Religión-Estado y por lo tanto no tengo problema en que los fieles de la Kultur se paguen sus vicios. El problema es cuando el Estado, a través de sus infinitas administraciones, tira de impuestos y deuda para pagarles la juerga. Por ahí no paso.

Proyecto del nuevo centro cultural de todos los santos laicos de la Mancomunidad de Las Medianías.
Y reconozco que ésta es una batalla súper-perdida. Es decir, una batalla de las que merecen la pena luchar porque en ella no se lucha por su resultado, sino porque al lucharla se encuentra la honra. Este es un tercio español, este barco es Inglaterra, when the fall is all there is, it matters, etc. Algunos ya me entendéis. Otros no y no me importa mucho.

"La madre del decoro, la savia de la libertad, el mantenimiento de la República y el remedio de sus males es, sobre todo lo demás, la propagación de la cultura".
José Martí

Es una batalla tan perdida que antes se privatizan las pensiones en este país, que se acaba con la Kultur pública. Y es curioso porque acabar con la Kultur subvencionada sólo puede traer mayor felicidad al reino. Ah, pero este grano pertenece a Horus. Antes de tocarlo ya pueden arder Tebas y Abydos. Antes que abrir el silo del grano sagrado, arderá la casa de nuestros padres y el Nilo se teñirá de rojo. Antes de finiquitar la promoción cultural en el exterior, el aurresku o el Premio Velázquez, vendemos Asturias a los moros y nos inyectamos ébola en vena mientras danzamos alrededor de hogueras de libros prohibidos con las boinas bien enroscadas. Así están las cosas.

"¡Gaseados! —otra victoria para la Cultura" (propaganda antigermana de la Primera Guerra Mundial).
Si hay un epígrafe de la política en el que todos, absolutamente todos los grupos organizados están de acuerdo, es el de la cultura. La idea mítica de la Kultur es un eco que desde hace 120 años vienen escuchando todos los Celidonios que tienen mando en plaza. "Elevar el nivel cultural", "la cultura es importante", "hay que sufragar a quien crea cultura". En todas partes vemos el reflejo de tan aciaga y maligna idea. Todos los diarios (eso que compras por si se te acaba el papel higiénico) tienen su sección de "Cultura" o "Cultura y espectáculos" o "Cultura y sociedad". En todos los noticieros radiotelevisados hay un "espacio para la cultura". Y gente muy moderna a veces entrevista a gente muy antigua en algún parque con una fuente detrás y hablan "de cultura". Realmente hablan de cualquier cosa, pero a eso le llaman "minutos culturales". Y el pueblo de Tebas, famélico, tiene que estar agradecido porque los dioses cuidan de él.

¡Tomamos nota!
Dos aclaraciones que creo necesarias porque algunos os podéis perder con mi forma de contar las cosas. La primera es que esto no es un ataque a la creación artística, al genio humano ni mucho menos a las creaciones preexistentes. El patrimonio histórico es fuente de conocimiento, ayuda a mantener la neguentropía en el universo y al margen del gusto estético concreto de cada obra, ¿quiénes somos nosotros para quitárselo a nuestros nietos? Museos, cenobios, archivos, parroquias perdidas en medio del monte, ruinas romanas, escudos de los Reyes Católicos, arte ibérico, vinilos, comics, etc. La conservación del patrimonio, su estudio y su publicidad no es Kultur, es fuente histórica. Precisamente por ello, el burócrata debe sacar sus sucias manos de él y en todo caso promover una actividad subalterna allá donde la iniciativa privada no llegue. El corolario a esta prevención es que el profesor que enseña estas cosas tampoco es Kultur. Es más, "Educación y cultura" inexplicablemente van de la mano en ministerios y consejerías. Al desaparecer la Kultur, queda la Educación o mejor dicho la enseñanza. Quede pues.

La segunda prevención es que el deseo de acabar con la Kultur pública no tiene por objetivo atacar los programas de los grupos de provincianos resentidos (en todo caso, eso sería una externalidad positiva). Hay ayuntamientos pequeñitos sin ningún tipo de veleidad separatista que caen en el fanatismo cultural. Y en la calle Alcalá y en la plaza del Rey, en pleno centro de Coruscant, es donde la magia sucede más que en ningún otro lugar. Es ese lugar el que tienen que bombardear los drones —siguiendo la metáfora del Estado Islámico— antes que ningún otro. Ahí se reúnen lo sacerdotes de Horus y matan becerros mientras se ríen a carcajadas. Es el gobierno de España a través del ministerio, más que ninguna autonomía, el que mayor ejemplo debe dar y al que más hay que exigir.

La Cultura era Alemania, y Alemania era un simio que golpeaba a mujeres. Hemos normalizado a este simio.
He cogido el presupuesto del ministerio de Educación, Cultura y Deporte y un teórico boli rojo. Pero como el documento tiene casi seiscientas páginas y esto ya se hace largo, os presentaré mi presupuesto alternativo en otra ocasión. Este ejercicio, que os invito a hacer, puede que fuera más sencillo con el presupuesto del ayuntamiento, que en el caso coruñés suponen 16 millones de un presupuesto de 244 (el equivalente a la deuda pública del ayuntamiento, por cierto). Pero para que nos riamos todos, he preferido hacerlo con el del ministerio. Aunque como digo eso será en otra ocasión. Salud.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Nota rápida sobre secesión y liberalismo

Más o menos desde el punto de vista de alguien partidario de la libertad y huyendo del fundamentalismo democrático, ¿existen secesiones que pueden estar justificadas? La respuesta corta es sí. De hecho, fuera del fundamentalismo democrático tienes poco donde elegir, pero esas opciones a elegir son intocables.

Gran Colombia, 1823.
¿En qué casos desde el liberalismo político se puede defender la fragmentación de un estado constituido, reconocido y existente? El primer caso es el que tiene que ver con respetar los contratos de mutuo acuerdo entre las partes. Tenemos un estado y varias partes se ponen de acuerdo en extinguirlo o en aceptar la separación de una de las partes. Más allá del método (referendum, elecciones, mayorías, etc) si representantes legítimos y legales de las partes están de acuerdo, esa secesión nace bendecida, por decirlo de algún modo. Es el caso de Chequia, Canadá y Noruega.

El segundo caso es el de las separaciones traumáticas, que pueden estar relacionadas con la existencia de minorías maltratadas en un territorio con continuidad geográfica. Es decir, si un estado no reconoce la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos y políticamente arrincona a una minoría racial, religiosa, lingüística, etc. Sin mutuo acuerdo esa minoría tiene derecho a defenderse ante la agresión. Si sus reclamaciones no son escuchadas y los actos contra sus libertades naturales continúan por parte del estado, su secesión estaría justificada. Podríamos decir que es el caso de Sudán del Sur, la India o Timor Oriental.


Hay un caso que nadie quiere mentar pero que también existe. Se trata de cuando el estado es incapaz de mantener su integridad. La meta-función básica del estado es que pueda existir como estado. Si por los medios y razones que sean, una parte desconoce las instrucciones del gobierno e instaura un nuevo gobierno en una parte del país y el estado es incapaz de aplastar la insurrección, habrá una secesión de facto. El nuevo país sólo podrá diferenciarse de los piratas de isla Tortuga si una mayoría de la comunidad internacional lo reconocen como uno más. Esta categoría abarca desde países normales como Taiwán hasta sitios donde te puedes casar con una vaca: Palestina o Abjasia.

Desde el liberalismo político el modelo podría ser el noruego. Ese es el caso ideal, el mutuo acuerdo. Románticamente, y quitando decenas de miles de muertos, la independencia de Estados Unidos también es el caso paradigmático. Claro que en el caso gringo se trataba de colonias y por lo tanto sus ciudadanos no tenían exactamente el mismo estatus que los ciudadanos de la metrópolis (tasación sin representación). Por eso el ejemplo americano no nos sirve si trasladamos el tema a las naciones europeas occidentales. A donde estamos nosotros.

Aquellos países como Portugal o España donde todos los ciudadanos son iguales ante la ley, donde los derechos y libertades son los mismos para todos, donde las minorías —arbitrarias o no— pueden incluso participar de los asuntos comunes y proponer y aprobar políticas, la secesión no está justificada. A no ser que el propio estado reconozca ese derecho. Pero mientras no lo reconozca, no hay instrumentos ni razones que justifiquen la secesión.

Aquella región donde hay una minoría que propugna la secesión forma parte, en estos casos, de la misma comunidad política que el estado. Y sus anhelos de separación serán una opción más, pero incluso aun teniendo una mayoría de partidarios en un territorio con continuidad geográfica, la cuestión de la separación implica a la comunidad política en su conjunto, pues esa comunidad política no está dividida. Cosa diferente sería si quienes viven en ese sitio no pudieran participar del gobierno común. O si fueran discriminados. Pero en España, Portugal o Francia no se da el caso. Los corsos tienen tantos derechos como los parisinos.

En este punto, hay quien apela a los textos de ciertos autores liberales para apoyar las secesiones cuando existe una "voluntad mayoritaria" a favor. En ese caso, como no somos hippies, es la ley común de la comunidad política en su conjunto la que debe de dar su visto bueno. En cristiano: que en la Constitución se reconozca el mecanismo para la extinción del estado en parte de su territorio. El caso es que la prudencia y la historia han hecho que en doscientos años de historia constitucional el derecho a la autodeterminación sólo aparezca en cuatro de los doscientos países que hay: Etiopía, Uzbekistán, San Cristóbal y Nieves y Liechtenstein (ver aquí y aquí). Entonces ¿cómo puede ser que algunos clásicos del liberalismo propugnen la secesión? Leamos a Mises en una cita tan célebre como repetida:

Una nación, por lo tanto, no tiene ningún derecho a decirle a una región o distrito que “tú me perteneces, ¡te quiero mantener!”. Un territorio está formado por sus habitantes. Si alguien tiene el derecho a ser oído en esta cuestión, éstos son los habitantes. Las controversias relativas a límites fronterizos deben ser resueltas a través de plebiscitos.

Mises, como anarquista, cae en el fundamentalismo democrático. La "voluntad mayoritaria" es un lugar común de estos fundamentalistas, pero no tiene en cuenta la ley, que es anterior a esa voluntad. Y hablamos de leyes no impuestas por tiranos ni venidas de la gracia divina sino de leyes ligadas a constituciones que pueden ser cambiadas. Y es que en el argumento de Mises no aparece la otra parte contratante: la secesión de un territorio implica a los que no viven en ese territorio. De forma unilateral una parte de la comunidad política no puede cambiar el estatus del conjunto de la comunidad política. A no ser que haya acuerdo, claro. Pero si no hay acuerdo ni mecanismo legal, estamos lisa y llanamente ante un robo.


Tema relacionado con la secesión es el de la descentralización política. Ahí más o menos encontramos cierto consenso entre las filas liberales: la descentralización política y la competencia fiscal son deseables. Del tema ya escribí un par de veces y no voy a repetirme hoy.

Como telón de fondo hay que tener en cuenta que la dialéctica de estados y los asuntos que tienen que ver con la existencia y desaparición de los estados no son una pizarra en blanco. Los estados constituidos arrastran una historia y aunque es apetitoso decir que con voluntad y reformas se puede cambiar todo, no podemos olvidar que si existen estados es porque otros estados los reconocen. Las separaciones y las uniones implican a terceros y en temas como estos el ámbito de decisión es restringido y complicado. El mundo que heredamos no es casual: existen relaciones e intereses entre estados que por mucha reforma y voluntad que le pongas no vas a poder subvertir. Te puede gustar o no, pero tan solo constato lo que hay.

Aun al otro lado del mundo este barco es nuestro hogar:



miércoles, 17 de septiembre de 2014

La cuestión estética en el liberalismo

La idea más extendida cuando hablamos de las ideas es que la gente es tonta. Sea esta la afirmación más repetida a lo largo de eones, desde que un homínido peludo, en el valle del Rift, vio a otros homínidos lanzarse hacia un precipicio para poder volar. Me imagino a ese prehombre apoyado en una acacia, todavía encorvado por su simiesca herencia evolutiva, diciéndole a un compañero "es que la gente es tonta". A continuación me imagino a los dos matándose a estacazos en una prehistórica negociación sobre el ajuntamiento con la hembra alfa del clan.


La hembra alfa es Raquel Welch.
Poca fortuna se halla en combatir la idea de que la gente es tonta. Acaso una de las más peligrosas ideas que se puedan postular. Si la gente es tonta, enseguida aparecerán los listos y ya sabemos cómo acaba siempre esa historia. A ver, que tontos hay. Hay gente muy tonta, pero en general, cuando se trata de hacer medias la gente no es tan tonta. Aunque ciertamente se tiene por seguro que la masa iguala por abajo. Por eso, cuando las personas se organizan en comunidad, desde hace un porrón de años han establecido normas y mecanismos para evitar el efecto turba o el pernicioso asamblearismo.

La gente, en general, no creo que sea tonta. La gente puede —podemos— estar equivocada. Se me viene a la cabeza Stephen Hawking, un señor que es ejemplo de superación personal al dar la batalla a una cruel enfermedad. Oh, y también están sus contribuciones en el campo de la física teórica y la aplicación de la relatividad general a las teorías del origen del universo, la singularidad y en general a la astrofísica moderna. Pecata minuta en comparación con lo de la esclerosis. Pues bien, aún así el profesor Hawking actúa como un necio al boicotear a Israel por "cómo trata a los palestinos". Y es que nadie se libra de la tontería.


El caso es que esto es epidémico. Y pongo un ejemplo muy manido. Un ejemplo que desde los clásicos trae a la gente de cabeza: el uso de la libertad personal como excusa. ¿Realmente hace falta repetir que no puedes hacer lo que te dé la gana? El otro día un cleptócrata decía que Madrid tendría que respetar la legalidad catalana. Cosa complicada porque no existe la legalidad catalana más allá del ámbito legislativo que marca su estatuto de autonomía. También es frecuente escuchar lo de la auditoría de la deuda para no pagarla. En primer lugar si ya has determinado no pagarla, no pierdas el tiempo con una auditoría. Y en segundo lugar, antes de decir esa imbecilidad asegúrate de haber echado cuentas. Ah, pero no. Primero lo dicen y luego ya si eso arreglamos el tema.

Otra más sobre el monotema. Un ministro diciendo que en el asunto de la consulta de los cleptócratas el gobierno usaría la ley para detenerla. Al instante saltaron los sospechosos habituales llevándose las manos a la cabeza ante la provocación impresionante de escuchar a un ministro decir que se va a cumplir la ley. Hubo hasta idiotas de Champions League diciendo que lo próximo sería sacar los tanques. En concreto, recuerdo que fue un diputado nacional del PNV el de la desafortunada frase. Pero vamos a ver zanguango, ¿a ti quién te da de comer? Y como estos ejemplos muchos más.

Luego están los que están inexplicablemente equivocados, como los nacionalistas gallegos contentos con la idea de bombero de la separación catalana. ¿Qué les dices a esa gente? Yo es que no veo comunicación posible con ellos. Es que la región que dominan los cleptócratas catalanes es la quinta parte del PIB español y las pensiones en Galicia apenas aguantan el nivel del 70% de la media nacional. Supongo que la idea que hay en esas cabezas de chorlito es que si se separa Cataluña, lo tendrán más fácil ellos para aumentar sus apoyos (i.e. sueldos y colocaciones de cuñados). ¿Pero cómo se pueden decir esas barbaridades y a continuación mentir a la gente diciendo que buscan el interés de Galicia? ¿El interés de la miseria de los koljoses y de la nomenklatura de tú y tus colegas endogámicos? No, gracias. Si la pensión de la señora Maruxa ya es una miseria que la obliga a seguir plantando patatas con 80 años, esperad a que se independice Cataluñistán. Listos.

El ejemplo de los cleptócratas y el ejemplo de Pablemos son muy gráficos. Pero es que me acabo de enterar de que el Rajoy del PSOE llamó a un programa de prensa rosa para decir que no le gustan los toros. Ok, Einstein, ya sabemos que no eres una vaca, ¿qué diablos haces con tu vida? Es para llorar. ¿Esta basura constante es el futuro que nos prometieron? ¿Dónde están los coches voladores y las colonias en la Luna?

El futuro antes molaba más.
Lo de las colonias en la Luna es un detalle importante porque ante este panorama hay quien huye por la vía de la neorreacción, de la ilustración oscura y de un neoeuropeísmo identitario muy extraño. Cierto discurso que podemos situar próximo a la derecha social europea que gana adeptos mientras intercambia imágenes de cuadros del romanticismo y fotografías de iglesias nórdicas por las redes sociales. Todavía esa nueva tribu no tiene escuela pero cuando la veis, la identificáis. Por eso lo de las colonias en la Luna. Sí hay una salida y esa salida no es evocar un pasado romántico.

Que ésa es otra: lo de evocar un pasado romántico es patológico. Tú intenta decir algo sobre el límite de un ayuntamiento o ya no digamos exclave autonómico y tendrás suerte si sales vivo. Esa cosa tan premoderna de "¿qué has dicho de mi pueblo?". Cuando veo una de esas reacciones me encantaría ver a alguien defendiendo trazar límites administrativos con escuadra y cartabón. Sólo por eso, aunque fuera un chalado del cambio climático, tendría mi apoyo.

Fronteras bien.
Nadie es ajeno al error debido a que nadie puede procesar la información necesaria para no cometer errores. Pero digamos que los humanos tenemos la facultad de cambiar de opinión. El problema de los humanos es que en ocasiones deciden no cambiar de opinión y emperrarse. Algún mecanismo debe haber que explique por qué buscamos la autoafirmación. Supongo que en un dominical se nos dirá que el cerebro humano busca estar cómodo y por eso prefiere no cambiar de opinión. Cambiar de opinión es un proceso doloroso y complicado y el cerebro está más a gustito con sus preconcepciones. No sé.

A la conclusión que he llegado de un tiempo a esta parte es que existe una preferencia estética a la hora de inclinarte por una u otra idea. Si te gustan más unas cortinas de color amarillo que unas de color verde, no puedes explicar exactamente el porqué. Yo tampoco me explico que haya preferencias en el mundo de la cortina, para mi la mejor cortina es la que está más cerca de la salida del comercio. Pero si ciertamente no se trata de ponderar pros y contras sino de meras preferencias estéticas, las reglas del juego diría que se vuelven más sencillas. Sólo a una parte pequeña del auditorio lo podrás convencer con gráficos y tablas, a la mayoría tendrás que caerle bien o gustarle.

Liberalismo y cuestión estética

Y aquí es donde engancho con el post del liberal de Bilbao. Pasando por alto que la normalidad que propone el liberalismo es un instrumento para superar la tontería dominante, es necesario descifrar por qué carece de éxito el liberalismo en este país. Lo primero que se me ocurre es que la pregunta encierra una trampa. ¿Realmente el liberalismo en España carece de éxito? Ya sé que ponerse como víctima es lo fácil: todo el mundo lucha contra gigantes imposibles de vencer. Pero hay motivos para pensar que el liberalismo no carece de éxito en España.


España es el único país del mundo que ha probado todas las ideologías y sistemas políticos conocidos. Y finalmente nos quedamos (o nos hicieron quedar, para el caso es lo mismo) con este que es un sistema liberal. Liberal a la europea, pero liberal al fin y al cabo, perfectamente inmerso en occidente y homologable al resto del mundo libre. Es decir, son los no liberales los que parten con la ventaja o desventaja de proponer un sistema alternativo. Buena suerte con eso, chiflados.

Si tenemos un sistema liberal, quienes defendemos este sistema seremos liberales. Siguiendo el silogismo, los liberales somos mayoría en este país. Mayoría aplastante además. Esta es mi "vuelta del revés" que menos éxito encontrará entre las filas liberales, lo reconozco. Y aquí llegamos al problema estético que creo también leerle al compañero bilbaíno. La cuestión estética. Si el liberalismo se ve a sí mismo como parte del antisistemismo o como contracultura (?) o como posición minoritaria, entonces así será cómo lo verán los demás. En ocasiones he pensado que al liberalismo español le hacen falta menos economistas y más expertos en marketing. Menos expertos en Forex y más cantantes. Menos profesores de economía y más presentadores de telebasura.

No es que desprecie la parte económica del liberalismo ni mucho menos: se trata de que esta parte no tape al resto. El PSOE por ejemplo tenía éxito con su política hacia las minorías, una parte que, quitando las subvenciones al silbo gomero vegetariano, era lo más liberal de su programa. El público llega a pensar que esa es una política socialista y no lo es. Si la gente después del PSOE corre huyendo hacia el PP es porque se le suponía capaz de arreglar la situación económica y lo poco salvable del programa económico del PP, es decir, las razones por las que el público les veía como salvación, es precisamente la parte liberal del programa. Otra cosa es que su programa para ellos tenga tanto valor como las candidaturas no-Pablemos dentro de Pablemos.

Un pequeño melón

Tangencial a la cuestión estética hay un melón que nadie quiere abrir. En política, el enemigo de mi enemigo no es mi amigo. Hay una parte en la derecha española que se siente a gusto entre liberales porque criticar juntos al PSOE, a los nacionalistas y a los ecologistas, es más divertido. El caso es que el 90% de las veces esas mismas críticas se les puede hacer a ellos desde el liberalismo (o por su antiliberalismo).


En el fondo (y en la superficie) el problema es que el liberalismo acepta tanta variedad en su seno que cualquier iniciativa de abanderar la marca liberal está condenada al fracaso. Si apareciera un partido liberal con ese nombre en España, una legión de liberales diría que no son liberales. Por eso ningún partido se define por lo que es (los "socialistas" tan solo heredan una marca registrada). Esto es como lo de arreglar los baches de una calle. Si el ayuntamiento, dirigido por una lista liberal, decide arreglar los baches, arreglar los baches será liberal y no arreglarlos antiliberal. Doscientos años de filosofía política a la basura ¡con alegría!

No creo, por lo demás, que el mayor problema sea la movida del estatismo o del ancapismo, esas son discusiones muy frikis y reducidas que no le importan a nadie. Yo quiero que la señora Maruxa, que la dejamos unos párrafos más arriba muriéndose del asco con sus patatas, vote a una lista liberal. Si ganas a esta señora, ya hay partido. Pero antes de ganarla hay que llegar a ella.

Ahora vas y lo cascas:



viernes, 12 de septiembre de 2014

Historia rápida de la banca española

Cuando se habla de dónde viene la España actual los más nostálgicos mentarán a los Reyes Católicos, otros, apelarán al sentido político de la definición de nación y apuntarán a la Constitución de Cádiz. Los más incultos hablarán de Franco, de la Guerra Civil y de la restauración actual delegada por la dictadura. Algún pícaro recordará a Isidoro de Sevilla cuando elogiaba a España en una época en la que todavía se hablaba latín, Patton era Belisario y Nueva York era Bizancio.

Si somos más prosaicos habrá que apuntar a que la España actual viene de una larga y compleja serie de reformas legales y administrativas desarrolladas a lo largo del siglo XIX. Y por España me refiero a quién maneja mi barca, quién. En el XIX una serie de familias llegaron al poder y de ahí no se apearon nunca más. Un ejercicio que todavía está por hacer es el de coger los nombres de los ministros de Hacienda desde Isabel II y empezar a tirar de árbol genealógico. España era —y en parte sigue siendo— una merienda de negros.


Es mucho más fácil de meterse uno en el tema recurriendo a los fundadores de los bancos y a los ministros. Me habréis leído en varias ocasiones que los problemas arrastrados (y las grandes y desconocidas historias de éxito que en este país no solemos comentar, pero que las hubo y podemos estar orgullosos de ellas) no responden a designios divinos ni a manos negras. Los fenómenos tienen causas y los fenómenos que tienen que ver con la miserable vida del hombre tienen causas humanas, prosaicas, con nombres y apellidos. No se trata tampoco de caer en el vano intento de tratar de corregir la historia. La historia es la que es y nosotros ante ella tan solo debemos informarnos. Desde luego que lo que no se puede hacer con la historia es tratar de repetirla o escudarse en ella para dejar a los críos con la suegra y salir a la calle a una procesión de antorchas, himnos y banderas gigantescas. Eso lo hacían los nazis, hoy esas cosas ya no se hacen. Al menos no las hacen las personas mentalmente equilibradas.

Bueno, que me pierdo. Siglo XIX, regomello, gobierna Isabel II, los vapores de La Habana llegan puntualmente al puerto de La Coruña. Los cuatro tipos más listos del pueblo leen la prensa y charlan en la Sociedad Recreativa de las nuevas ideas que vienen de Francia. Hablan también de los adelantos tecnológicos y de la situación en ultramar. Hay quien hace buenos negocios con contratos muy cerrados a la competencia, sobre todo en lo relacionado con obras públicas y con el comercio ultramarino. Era una época en la que el mantón de Manila venía de verdad de Manila. Pero naturalmente la mayoría de la gente vivía en charcos de barro. Es más, el paisano estándar de estos pagos no vio grandes cambios en su vida desde la época de Octavio Augusto hasta bien entrado el siglo XX.

En España opera el Banco de San Fernando (antiguo Nacional de San Carlos) y aparecen otros dos bancos, el de Barcelona y el de Isabel II. Los tres se reparten la emisión de moneda, la deuda pública y el mercado de valores. Hay otras instituciones más antiguas que son los Montes de Piedad y desde 1835 con más pena que gloria también comienzan a operar las cajas de ahorros a instancias de los gobernadores civiles.

2 maravedís de 1858.
Se conoce que en los años 40 hubo cierta crisis económica y el Banco de San Fernando absorbe al Banco de Isabel II. El nuevo banco, llamado Nacional de San Fernando, compite en la emisión de moneda con el de Barcelona y con el Nacional de Cádiz, de reciente fundación. Estos tres se comían toda la tostada. Y cuando digo que se comían toda la tostada no me refiero a cuando alguien muerde una tostada y dices "se comió toda la tostada". No. Me refiero a esos guiris gordos como un tonel que en el buffet de desayuno del hotel untan catorce vacas en una tostada, le ponen el bacon de dieciocho cerdos y de postre muerden al camarero.

Alejandro Mon, ministro de Hacienda, saca la ley del 4 de mayo de 1849 en la que regula la actividad bancaria a imitación de otras regulaciones similares en Francia y Reino Unido. A esa ley debemos los españoles la fea, feísima costumbre de que el gobierno nombre al gobernador del Banco de España. ¿Y quién era Alejandro Mon? Pues fue ministro de Hacienda entre 1837 y 1858 media docena de veces (los gobiernos cambiaban entre colegas), también presidió el consejo de ministros y es una de esas personas indicativas de lo que decía antes de la merienda de negros. Su sobrino, Alejandro Pidal y Mon fue ministro de Fomento con Cánovas y presidió las Cortes. El hijo de éste, Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós fue también diputado de 1896 a 1910, ministro y miembro del primer Comité Olímpico Español. Éste a su vez por parte de madre era descendiente de Francisco Bernaldo de Quirós y Mariño de Lobera, gobernador de Cataluña y ministro con Carlos III. ¿Qué os decía? Rascas y encuentras.


Aquella ley del año 49 fue incumplida a la luz del día. Incumplida además en un aspecto muy gracioso: la ley le exigía al Banco de San Fernando un capital de 200 millones de pesetas para cubrir las pérdidas de los años anteriores. Los principales accionistas —algunos diputados entre ellos— se negaron a aportar el dinero exigido y no pasó nada. En los años 50 y 51 aparecieron nuevas leyes en las que se permitía al banco emitir más moneda a instancias del gobierno y reducir su capital.

El 28 de enero de 1856 aparece una nueva ley muy importante pues liberaliza la emisión de moneda en España (y al Banco de España se le empieza a llamar Banco de España). En realidad liberaliza "a la española". Ese mismo año, de 13 bancos que había en España, cuatro emiten moneda. Dos años después, de veinte diez emiten moneda. En 1869 de 33 bancos que había en España, 19 emitían moneda. Pero el 19 de marzo de 1874 la cosa cambia. Entre bomberos no vamos a pisarnos las mangueras y el gobierno de la Primera República concede el monopolio de emisión de moneda al Banco de España. Era ministro de Hacienda José de Echegaray, que os recuerdo fue un matemático que ganó el Nobel de Literatura en 1904. Ríete del siglo XIX.

Una peseta del Gobierno Provisional.
Cuando se aprueba ese decreto lo primero que hace el banco de España es conceder un préstamo al gobierno republicano por valor de 125 millones. El gobierno cayó a los dos meses y el régimen en otoño de ese año.¿Qué ocurrió con los bancos que hasta entonces emitían moneda? La mayoría fueron absorbidos por el Banco de España. Alguno como el Banco de Bilbao recurrió el decreto ante los tribunales pero otro decretó les obligó a retirar sus billetes ya en el año 1878. Hecha la ley hecha la trampa. En lugar de tratar con sus propios billetes, los comerciantes que tenían negocios con estos bancos intercambiaban obligaciones de pago como si fueran papel moneda. Ah, que tiempos.

Durante la etapa de libertad de emisión de moneda, de una media de 40 bancos quebraron seis. Esto representaba el 5% de los billetes emitidos y el 8% del capital en circulación. El peor año fue el de 1868 —cuando por cierto, aparece la peseta y comienza el sexenio democrático—. Sea como fuere, 1874 se lleva por delante buena parte de los bancos que había. Tan solo sobreviven un puñado, entre ellos, el de Bilbao y el de Santander, que te deben de sonar, amable lector, porque muy probablemente sean dueños de tu culo.

En dos ocasiones durante la Primera Restauración Borbónica corrieron lágrimas de alegría por las mejillas de los presidentes de los bancos. La primera, la guerra de Cuba. A finales del XIX Cuba era la región más rica de España y al vendérsela a los yanquis, los hacendados repatriaron su capital a España. La segunda ocasión de alegría para los banqueros también involucró dolor y muerte, para ellos la Primera Guerra Mundial fue como si el Dépor ganara la liga y Bar Refaeli te preparara el desayuno.

Bar Refaeli.
Entre 1915 y 1920 el número de entidades en España se dobló (de 50 a 100), los depósitos se multiplicaron por cinco y el crédito se triplicó. No es sólo que el país le vendiera a los países en guerra, es que a España dejaron de venderle y por lo tanto hubo que sustituir importaciones por producción nacional.

Para 1920 los mayores bancos de España eran el de Bilbao, el de Vizcaya, el Español de Crédito, el Central, el Hispanoamericano y el Urquijo. Quitando el Urquijo que en 2006 fue adquirido por el Sabadell, el resto forman hoy los dos bancos más grandes de España, BBVA y Santander. Merienda de negros.

Pero el dinero que fácil llega, fácil se va. La quiebra del Banco de Barcelona en 1921 provocó que el ministerio de Hacienda —a la sazón dirigido por Francisco Cambó en un gobierno de Antonio Maura— propusiera una nueva ley de regulación bancaria. En ella, por primera vez el Banco de España regularía y supervisaría la banca privada. Lo curioso de la quiebra del Banco de Barcelona es que si sus dueños aportaran nuevo capital probablemente se hubiera salvado. Ah, pero salvar a un banco al precio de que un banquero se haga un poco más pobre, eso no lo verán estos ojitos.

A tope con la ley de Gresham.
Es curioso que para la historia de la banca española la guerra civil no tenga grandes consecuencias. Más o menos quien hacía negocios antes los continuó haciendo después. A quien sí afectó la guerra fue al Banco de España —llegó a haber dos bancos de España emitiendo moneda—. Tras la guerra no se pudo cumplir la ley que exigía un respaldo monetario a la emisión del banco central porque en el sótano del Banco de España sólo quedó un conserje llamado Pepe, dos cucarachas y un montón de revistas de Mundo Gráfico, que era una revista muy moderna y muy guay que se vendía en España en los años 30.

En otoño del 39 el nuevo gobierno hace una serie de reformas en el sector. Una de las más polémicas fue el llamado "desbloqueo de corrección". Hasta entonces el gobierno franquista no reconocía ninguna operación bancaria de la zona roja y tras la guerra lo que hacen es aceptar las operaciones (durante la guerra) en zona republicana siempre y cuando no excedieran los saldos a 18 de julio de 1936.

La UGT emitiendo moneda ¿qué podía salir mal?
Hubo que esperar hasta el 13 de marzo del 42 para reconstruir los balances del Banco de España durante la guerra. Se aplicó un tipo de cambio a la peseta republicana y se integraron los balances del banco republicano en los del Banco "de Burgos". Finalmente la Ley de Ordenación Bancaria del 31 de diciembre de 1946 convirtió definitivamente al Banco de España en el mancebo del ministerio de Hacienda. Una ley Pablemos, para entendernos.

Se estableció también un registro de bancos y banqueros en el que de forma automática se reconoció a todos los banqueros de antes de la guerra y supuestamente se deberían de registrar nuevos banqueros. El caso es que no se concedió ninguna ficha bancaria nueva. En este sentido el gobierno franquista de posguerra fue más rojo que la media de los gobiernos republicanos.

En los años cuarenta los tipos de interés de los depósitos y préstamos privados salían del despacho del ministro de Hacienda. Si en 1920 había 100 bancos en España, para 1950 había 109. En cuanto a las sucursales, de las 1.903 del año 36 se pasó a 2.157 en el año 48 y a 2.647 en el año 1960. El 70% de ellas pertenecían a los cinco grandes. La posguerra fue una etapa de gran concentración bancaria: si en 1946 diez entidades manejaban el 60% del negocio, para 1960 eran cinco bancos los que manejaban el 70%.

Para 1962 había en España seis bancos públicos. Y ese mismo año se aprueba una nueva liberalización "a la española": Entre 1963 y 1978 se inscriben 34 nuevos bancos tras pasar el visto bueno de los respectivos ministerios de Hacienda. En realidad este proceso de liberalización hizo que los grandes bancos abrieran más oficinas incidiendo en la ya de por sí mermada competencia del sector. Fue una buena época para algunas familias, otros, como el director general del Popular tuvieron suerte de hacer negocios con Patrimonio Nacional.

Inflación España (la saqué de un sitio curioso).
Pero el impulso definitivo para los bancos de hoy en día vendría de uno de los últimos decretos bancarios del franquismo. En 1974 se abrió todavía más la espita de la expansión bancaria y el número de sucursales pasó de 5.600 a 11.000 en 1978.

Claro, de pronto una expansión bancaria y con la economía aguantando una inflación del 20% la cosa no pintaba nada bien. De hecho no pintó nada bien porque a la propia crisis económica y a las primeras reconversiones industriales les acompañó una crisis en el sector de 1978 a 1985. 48.000 empleados de banca se quedaron en la calle. Algunos casos nos suenan por su sonoridad intrínseca como el caso de Banca Catalana, Banca Mas Sardá, Banco de los Pirineos y un montón de otros bancos catalanes.

"Abel Matutes" :____)
A partir de ahí la historia es conocida. Entramos en Europa, llegó Cobi, Curro y un montón de nuevos retos para un sector, el bancario español, que desde 1874 siempre buscó el cobijo estatal, convirtiéndose en un sector híbrido público-privado en el que si las cosas van bien ganan algunos y si van mal perdemos todos.

Dos moralejas: jamás existió una banca libre en España. Y además, que los bancos que tenemos hoy son los mismos que había durante la Tercera Guerra Carlista. Ahora vas y lo cascas.


Referencias:
  • Martín, Comín y Vallejo, La Hacienda por sus ministros. La etapa liberal de 1845 a 1899. Universidad de Zaragoza, 2006.
  • Historia del Banco de España - Banco de España.
  • García Ruiz, Libertad de emisión en España, 1856-1874: una revisión [PDF]. Cuadernos de Estudios Empresariales nº1, Editorial Complutense, 1991.
  • Martín Aceña. La conformación histórica de la industria bancaria española. Colección Mediterráneo económico nº8. Caja Rural Intermediterránea, Cajamar.
A mi si me bailan y cantan les invierto lo que sea: