miércoles, 29 de enero de 2014

Rajoy y su ala dura abandonan el PP pero se quedan con las siglas

En 2008 tiene lugar el XVI Congreso del PP en el que un sector de este partido logra una pequeña victoria en el contexto de formación del «PP pop». Tres años más tarde, en las elecciones generales de 2011, el Partido Popular logra sus mejores resultados a costa del desgaste de un PSOE que se negó a reconocer la crisis económica en un país donde los niños volvían a pasar hambre.

El sueño de Rajoy.
El caso es que una vez en el gobierno, el Partido Popular comienza un programa político sacado de la manga. Un programa tal vez oculto, tal vez motivado por las circunstancias (hay que decir que efectivamente el PSOE mintió acerca del déficit y si tienes un agujero de 30.000 millones con el que no contabas, todos tus esquemas se vienen abajo), pero injustificable para un partido que hizo campaña por la bajada del IVA y utilizó el lema "más empleo, menos impuestos". Los más cándidos pueden pensar que el contexto de crisis justificaba un giro copernicano en la política económica que hasta el momento defendía el PP. Incluso había motivos para pensar que en Génova/Moncloa cambiarían las tornas. Pongo un ejemplo: Feijoo en el 2009 hizo campaña contra los despilfarros del gobierno PSOE-BNG, ganó y empezó a aplicar medidas de cierta austeridad dos años antes que el resto del país.

Pero dejando al margen las vicisitudes de la economía, que por obtusas y opacas sólo consiguen a nivel de taberna alegatos mercantilistas y proteccionistas, es el tema del terrorismo —en el que todos pueden opinar— el que se percibe como aquel que el PP dejó de lado. Viendo la mayoría absoluta de este partido, viendo su dominio en casi todos los gobiernos autonómicos y contando con casi todas las alcaldías importantes, muchos simpatizantes del partido no son capaces de comprender cómo es posible que los corifeos de ETA regresen a las instituciones. Cómo sádicos torturadores como Bolinaga obtienen privilegios especiales y cómo, finalmente, el gobierno no da la cara en el Tribunal de Estrasburgo para frenar la anulación de la doctrina Parot en el caso de una etarra. Pues bien, este gobierno no sólo deja hacer todo esto sino que además coge la sentencia de Estrasburgo y le inyecta esteroides: todos los presos bajo la doctrina Parot deben salir a la calle. Velada amnistía a ETA —que incluye miembros de otras organizaciones terroristas y otros psicópatas sin afiliación— que viene en paralelo a esta presencia de los corifeos en las instituciones.

¿Alguien se ha parado a analizar la expresión de Aznar cada vez que está al lado de Rajoy...?
... lo digo en serio.
Si durante el gobierno de Aznar se aprobó una Ley de Partidos que impedía a los portavoces de los torturadores aprovecharse de las instituciones, durante el gobierno de Rajoy vemos cómo esa defensa del Estado de Derecho desaparece. Y ahora nos tratan de convencer que un sector "crítico" o un "ala dura" se escinde del PP. Viendo a cada uno desde el Congreso de Valencia del 2008, diría que es la cúpula del PP la que se ha movido, siendo estos supuestos "escindidos" los que no se movieron ni un ápice. Dicho de otro modo: es Rajoy y los suyos los que se escinden del PP.

La nueva normalidad democrática: Herri Batasuna otra vez en el Congreso.
Con este panorama, algunos que no se movieron de unas posiciones que encontraban acomodo en el Partido Popular, fundan otro partido. Y esto clarifica la situación. Así los beneficiados del PP del último año ya pueden actuar con libertad, sin caretas ni poses. Así vemos cómo Oyarzábal contraprograma el homenaje a Gregorio Ordóñez, Borja Sémper acusa a San Gil diciendo que llegará a decir que el PP es cómplice de ETA, etc. Mientras que paralelamente son los estómagos agradecidos del PP quienes llaman asesinos a quienes no se han movido ni un ápice y los corifeos de ETA quienes se solidarizan con este PP que sin dejar el partido, le ha dado la vuelta como un calcetín y lo ha dejado irreconocible.

Y digo yo: si tú criticas a quienes han defendido siempre al Estado de Derecho, han apoyado a las víctimas del terrorismo y se sienten cómodos con la política antiterrorista de Aznar. Si tú comparas con asesinos a quienes apoyan eso y encima recibes la solidaridad del brazo político de los torturadores... ¿quién es el extremista aquí? ¿Quién es el que se ha escindido? ¿Quién es el ala dura? ¿Quién es el ultra? ¿Quienes quieren ver a los torturadores y asesinos en la cárcel o quienes reciben elogios de ETA y critican a las víctimas del terrorismo?

Cualquier persona mentalmente equilibrada sabe que es del "ala dura" quien trabaja por la rehabilitación y lavado de cara de ETA. No puede ser "ala dura" quien quiere que el crimen no compense.


domingo, 26 de enero de 2014

Una historia de la derecha española

La llamada Cultura de la Transición logra que la Transición política española esté de permanente actualidad. Esto es de esas cosas difíciles de definir pero que explican en buena medida la parte de anormal o subnormal que tiene nuestro país, que en otras muchas cosas es un país bien y homologable a cualquiera de su entorno. Es más, en muchas cosas podemos ir con la cabeza bien alta. Otro tema es que nuestros cancilleres no muestren esa actitud. Me estoy enrollando.

Seat 131, Coche del año en España. Importante, no importado.
Con el sistema de partidos de los últimos treinta y cinco años haciéndose pedazos a cámara lenta, conviene tratar de separarnos del presentismo de la Transición chiclosa y pegajosa y observarla como quien observa a Pepe Botella o a Fernando VII (el subconsciente me hace poner estos ejemplos). Al decir «chiclosa y pegajosa» parece que me sitúo del lado de los jipis que quieren prenderle fuego a cosas y no es así. Con la Transición me pasa como con la UE, mantengo distancias y una actitud crítica no dejando de reconocer alguna cosa buena que tienen. Pero como apologistas hay muchos, prefiero acentuar la crítica, que es algo muy sano cuando quieres curar una enfermedad (ups, otra vez el subconsciente).

Hoy hablaremos de ese maravilloso mundo en blanco y negro de gente sin sentido de la estética que hizo aparecer la derecha actual en España. Esta historia la empiezo en la guerra del 36 pero podría empezarla en la guerra de Cuba o cien años antes. El caso es que tras la guerra, la oposición a Franco, aparte de versos sueltos en el exilio, la monopoliza el PCE con la insurgencia en los montes. Tras la Segunda Guerra Mundial, el PCE recibe órdenes de Moscú de dejar la lucha armada y practicar el llamado «entrismo». Años antes de morir Franco, el PCE mediante Comisiones Obreras ya controlaba el Sindicato Vertical, una de las instituciones más importantes del régimen. Como digo, palma Franco y el PCE parte con la principal infraestructura, militancia, conocimiento del país y recursos para ser la oposición a los burócratas del régimen (que se suele dividir entre búnker y reformistas, para darles una pátina de respetabilidad a unos y condenar a otros). Mientras en el PSOE unos bachilleres son aupados por sus colegas alemanes y franceses, los del PCE empiezan a recibir a los cuadros del exilio, que vienen con la movida nostálgica de la Segunda República en la cabeza. Quienes llevaban en el PCE 20 años trabajando para Franco ya han reunido un buen capital, se compran una corbata y dejan la dirigencia a los revolucionarios. Así, tenemos en la izquierda a un PSOE en ascenso y a un PCE en descenso liderando lo que se conocerá como Coordinación Democrática, que era el nombre bajo el que la oposición al ya régimen del general Juan Carlos (ups) negociaba con el gobierno. Con este párrafo os acabo de ahorrar miles de páginas de sesuda basura romántica literaria. De nada.

Aquella casa común de aquella jaula de grillos

Menos conocida es la historia de la derecha a partir de la muerte de Franco cuando empiezan los movimientos políticos para dar respuesta a la voluntad del general Juan Carlos y su valido Adolfo Suárez de que se establezca algo parecido a una democracia en España para así poder entrar en el Mercado Común, que era el principal objetivo político perseguido por España desde el Tratado de Roma (¿veis? cuando se saca el presentismo de la ecuación de la Transición, se puede hablar en términos históricos). La historia de la derecha en España a partir de 1975 es una historia que se escribe en los restaurantes más caros de Madrid. Restaurantes en los que todo el mundo se conoce y los camareros cobran un doble sueldo como confidentes de Fraga primero y de Martín Villa después.


Restaurante La Criolla, a la hora en la que empieza a hacer rasca. Ruiz Giménez y Gil Robles cenan con Garrigues Walker y FernándezOrdóñez. Ante la posibilidad de que haya elecciones en España, los dos primeros comunican su intención de formar un grupo demócrata-cristiano que vaya por libre. Así, obligan a los otros dos a definirse de forma negativa respecto a ellos.
  • Garrigues forma la Alianza Liberal, constituida por la Federación de Partidos Demócratas que él mismo dirige, por la Unión Española del liberal monárquico Joaquín Satrústegui y por el Partido Liberal de Enrique Larroque.
  • Francisco Fernández Ordóñez junto a José Ramón Lasuén forma la Federación Socialdemócrata y le ponen ojitos al PSP de Tierno Galván, quien pasa bastante de su rollo.
Estos tres grupos buscaban crear partidos que sin tener mucho que ver con la oposición de la izquierda, tampoco estuvieran relacionados con un gobierno que consideraban ilegítimo. Pero el propio gobierno tampoco se quedó quieto. Con Arias Navarro todavía en la presidencia, se produjeron múltiples reuniones para tratar de llevar a la gente de ese gobierno a un partido que ganara las elecciones de calle. Cuando el rey le da a Suárez la presidencia, estas reuniones continuarían. Políticamente se trataba de mantener el régimen franquista con un cambio electoral en las Cortes que en lugar de tener tercios, tuviera partidos políticos.

Suárez, Fraga, Cabanillas, Areilza, Calvo Sotelo, Martin Villa y Rosón contaban ya con el esquema de un Partido Popular que empezó a funcionar y hasta realizaría un congreso en febrero del 77. Este Partido Popular aunaría al gobierno de Suárez con la Unión del Pueblo Español de Francisco Abella, el Grupo Parlamentario Independiente de David Pérez Puga, la Unión Nacional Española de Fernández de la Mora y Calvo Sotelo, la Asociación para el Estudio de Problemas Actuales (me mola el nombre) de Enrique Tomás de Carranza entre otros.

Fraga dice no

Para finiquitar ya la formación del Partido Popular, Cabanillas y Areilza quedan a cenar con Fraga en el restaurante El Bodegón. Y allí Fraga, en lugar de decirles que sí, les dice que él va a fundar una cosa que se llamará Alianza Popular y que los pimientos de Padrón uns pican e outros non. Es más, tiene la intención de fundar Alianza Popular con la gente con la que los de Suárez habían hablado previamente y con tecnócratas del régimen como López Rodó. En ese momento Suárez no sólo se queda sin el apoyo de Fraga, sino sin el apoyo de la mitad de la gente con la que había establecido contacto. Y encima tendrá de competidor a un grupo fuertemente establecido en el régimen, con lo que ello supone. Para acabar la broma, es Fraga quien propone a la gente del gobierno que se incorpore a su grupo político.

Fraga, fragueando.
¿Qué tenían en mente Suárez, Cabanillas y los demás? Difícil saberlo pero sin duda cogitarían varias ideas: por una parte, era de prever que Fraga arrasara, por otra parte, esa Alianza Popular era la que representaba el franquismo del que se querían deshacer. Distinguirse del equipo de Fraga políticamente les alejaría de una derecha llamada a encontrarse pero a corto plazo les posibilitaría una oportunidad de acercarse a grupos progresistas. Eligieron la segunda opción y se fueron a hablar con demócrata-cristianos, liberales y socialdemócratas.

La invención del centro

Pero estas familias se llevaban aparentemente como perros y gatos. No ya entre ellas sino dentro de esos mismos grupos. Así que la fórmula que eligen los enviados de Suárez es la de hacer un conjunto disjunto. Un grupo en el que las diversas corrientes disjuntas se presenten juntas. Así, Pío Cabanillas va de restaurante en restaurante entrevistándose sucesivamente con Garrigues, Areilza, Marcelino Oreja, Fernández Ordóñez, etc.

Durante el otoño del 76 se van presentando sucesivamente los partiditos de cada uno y el 1 de diciembre se presenta el Partido Popular. Ante la definición explícita de AP, PSOE y PCE, existe un espacio que dan en llamar «centro», palabra que por si no queda suficientemente penosa la empiezan a apellidar «democrático». En la presentación del Partido Liberal de Enrique Larroque, Satrústegui es la nota discordante y clarividente al reclamar una unión entre liberales para no verse disminuidos por socialdemócratas y democristianos. Pero ya estaba todo firmado. Cabanillas en la presentación del Partido Popular habla de hacer una Constitución en la que «quepan todos» y añadirá que gastarán «todo el dinero que haga falta para ganar las elecciones». He aquí la clave del sistema de gobierno en España.

En las Navidades de 1976, los «tácitos» de Cabanillas, los liberales de Garrigues y los socialdemócratas de Fernández Ordóñez se unen en un pastiche que llaman Centro Democrático. Durante el invierno del 77 los democristianos estarán en un tira y afloja ante la decisión de unirse o no al pastiche. Leo que la principal reticencia provenía de Gil Robles que quería ver constituirse un grupo democristiano homologable a los de otros países. En caso de formarse la Democracia Cristiana, muchos de los incorporados a Centro Democrático se desbandarían (incluso alguno de sus principales impulsores como Álvarez de Miranda), esto podía provocar un efecto en cadena que también separara a los socialdemócratas de Ordóñez de los liberales de Garrigues. El proto-partido que en tres meses ganaría las elecciones estaba unido literalmente con chicles y alambres.

Citroën CX. Coche del año en España en 1977.
Y de ahí la campaña en prensa durante el invierno y la primavera del 77. Todos los esfuerzos se centraron en impedir la aparición de un partido demócrata-cristiano: la distinción entre voto católico y voto de los católicos, el llamado «taranconazo», etc. El catolicismo deja a la conciencia particular de cada cual la elección del voto y además la Iglesia no está para meterse en política. Gil Robles acabaría presentándose por Salamanca, obteniendo menos del mínimo electoral y lleno de deudas por la campaña. A esas alturas, en España, los fusilamientos ya eran democráticos.

Se llama "encuesta"

Día de San José de 1977, cena con copa y puro en casa de Ruiz Navarro, asisten los tácitos y los hombres de Suárez para informarse de las encuestas electorales que organiza la presidencia del Gobierno y para hablar del pulso de Areilza que no ocultaba su intención de establecer un gobierno de coalición en España junto al PSOE. Las encuestas son claramente favorables a Fraga y sus nostálgicos con un 40% para Alianza Popular, un grupo que aceptaba ciertos formalismos democráticos pero que nunca tuvo intención de elaborar una constitución ni mucho menos aceptar la legalización de grupos con obediencia extranjera o secreta. Después estaba Centro Democrático con un 20% y el restante 40% se lo repartían el resto (los partidos de Coordinación Democrática todavía reclamaban la legalización del PCE y ninguno aparecía en las encuestas). La correlación de fuerzas en la derecha pintaba dos a uno a favor de Fraga y en contra de Suárez. Adolfo Suárez por su parte tenía dos motivos para sacarse de encima a Areilza. El primero, él era la única persona capaz de mantener cohesionada aquella derecha democrática que llamaban «centro», el segundo, pactar un gobierno con el PSOE era tragar demasiado para la mayoría. A los cuatro días de aquella reunión, el 23, Areilza dimitía de vicepresidente del Partido Popular y por tanto abandonaba Centro Democrático. A partir de entonces Suárez sería cabeza de lista por Madrid sin discusiones y líder del «centro» sin que nadie le chistara, a cambio, el presidente del gobierno pondría todos los recursos del estado a fin de darle la vuelta a aquella encuesta que apuntaba a Fraga como líder indiscutible de una derecha no homologable a la europea y tal vez de todo el país.

Nuestro voto a Cataluña.
Centro Democrático empieza el 3 de abril la precampaña. Pío Cabanillas, candidato por Orense, es recibido en Alicante con gritos de «fascista». Dudo que la gente que gritaba aquello conociera las encuestas que manejaban los políticos. Sea como fuere, la estrategia de mítines abiertos al público cambió totalmente. Luego estaba el problema de las listas. Cada presidente de cada mini-partido integrado en CD quería que le colocaran en una posición que según las encuestas le garantizara un sueldo. La respuesta de los hombres de Suárez era casi siempre la misma: «tú no, que tú fuiste ministro de Franco, ya cuando ganemos te damos algo». Los de Alianza Popular nunca tuvieron ese problema con las listas.

Calvo-Sotelo como el Alfonso Guerra de la derecha

Hoy esas gafas vuelven a estar de moda.
A finales de abril Leopoldo Calvo Sotelo dimite de la cartera de Obras Públicas para organizar la campaña y las listas. Reúne a los principales dirigentes de CD y les plantea en el Centro Serrano un ultimátum: hay que ganar a Fraga y para ganar a Fraga vamos a usar la imagen del presidente. Les enseña a Miranda, Garrigues, Ordóñez y los demás un plan de campaña con un nuevo nombre para Centro Democrático: «Unión de Centro». Quienes allí estaban y se encuentran con todo el percal montado, los créditos concedidos y las promesas firmadas, tan solo logran obtener como contrapartida que el partido se llame «Unión de Centro Democrático». Quien más alzó la voz debió de ser Enrique Larroque, del Partido Liberal, que se quedó fuera del proyecto, ninguneado por la apisonadora mediática de Suárez y que acabaría siendo fagocitado por la AP de Fraga un lustro después. A aquella reunión que lo cambió todo, asistieron los llamados «alienígenas», paracaidistas de provincias sin cuya presencia la UCD no podría presentarse en todo el país: Manuel Clavero del Partido Social Liberal Andaluz, Federico Olarte de Unión Canaria, Antonio Pérez Crespo de la Unión Demócrata de Murcia, Enrique Sánchez de León de Acción Regional Extremeña y José Luis Meilán del Partido Gallego Independiente entre otros. Todos o casi todos los alienígenas si bien no fueron ministros de Franco, sí secretarios de sus ministros, subsecretarios o directores de negociados.

Una semana después, el 3 de mayo, Adolfo Suárez se autoconcede más de media hora en el único canal de televisión del país —que además trabajaba para él— para presentar formalmente su candidatura a  las elecciones del 15 de junio del 77. Se estima que aquella campaña de la UCD reunió entre donaciones y créditos bancarios tres mil millones de pesetas ¡de las de 1977! Al final las listas las elaboraron Calvo Sotelo, Suárez y pocos más (en algunas provincias iba de cabeza de lista personas que iban en otros puestos de las listas del PSOE). El resultado de las elecciones cogió a no pocos por sorpresa: AP y el poso franquista eran minoritarios en España (cosa que tal vez es una mala interpretación política cuando se piensa en aquellos tres mil millones de la campaña), el gran partido de la izquierda no sería el PSP de Tierno Galván, sino el PSOE y los comunistas se quedaron muy por debajo de lo que su actividad hacía prever.

Hay varias lecciones fundamentales de esta historia que habrán de ser desarrolladas en su momento: la importancia del dinero en campaña, lo decisivo del liderazgo y la importancia para la derecha española de contar con presencia regionalista. En resumen: dejarse de cenitas en restaurantes de Madrid.


jueves, 23 de enero de 2014

Ucrania, frente oriental

Dentro de la Unión Europea a nadie le sorprende que la mayor muestra de europeísmo tenga lugar fuera de la Unión Europea. En Ucrania llevan dos meses protestando contra la inclinación del gobierno de oligarcas a favor de la nueva Unión Soviética. Mientras en Kiev y otras ciudades la gente es arrestada, torturada y asesinada, nuestros próceres europeos ponen cara de circunstancias y abogan por una solución dialogada.

Mientras llega esta mágica solución dialogada (gobierno y oposición se han reunido y no han llegado a ninguna conclusión), la gente muere, la ciegan, la desnudan a temperaturas bajo cero y pierde derechos de reunión, expresión e información. Lo que en origen era un conflicto político sobre la tendencia que debe tomar Ucrania para la próxima década ante la decisión del gobierno de rechazar a última hora el acuerdo de libre comercio con la UE, se ha convertido en la chispa de un conflicto civil que puede tener trágicas consecuencias.

Un país dividido

Uso del idioma ruso.
Conocimiento del ucraniano.
Sin explicar rigurosamente el contexto de las protestas, conviene señalar las dos almas de Ucrania. Ucrania es un país enorme cuya parte occidental y oriental tienen relativamente poco que ver. No sólo a nivel geográfico con los Cárpatos en el oeste y las llanuras de la cuenca del Dniéper en el este, sino por la historia de las dos partes del país y su actual población.

Elecciones presidenciales.
La parte occidental solamente cayó bajo la bota rusa a partir de 1945. La parte oriental sufría los conocidos desmanes rusos desde finales del XVIII. En realidad hoy Ucrania no es más que la herencia de un país inventado por el Soviet que en su configuración actual perteneció a distintos reinos e imperios. Pero hablemos de la población: son los óblast occidentales quienes han votado mayoritariamente a la oposición democrática y los orientales quienes han votado más al Partido de las Regiones del presidente Yanukovich y al Partido Comunista de Ucrania que apoya la dura represión de la Berkut (milicia antidisturbios).

Ingresos mensuales medios.
Mirando la renta per capita regional, con la excepción de Kiev que está en el centro, existe una notable diferencia entre el este rico y el oeste pobre. Es en el este donde la mayoría de la población es rusa y el oeste donde la mayoría es ucraniana (en Europa Oriental y en particular en las ex-repúblicas soviéticas la composición étnica es un lío de cuidado). Es en el oeste "pobre" y "pro--occidente" donde los manifestantes están tomando edificios del gobierno.

Quiénes y por qué

Para hablar de otro país siempre necesitamos este tipo de simplificaciones pero aumentando el zoom a la gente que protesta y da la cara por una idea de Europa que Bruselas y Hollywood les han vendido, encontramos de todo. Desde ramas de la Iglesia Ortodoxa hasta veteranos de guerra, pasando por la mayoría de los estudiantes universitarios, empleados, obreros y perdedores del capitalismo oligárquico de las grandes empresas. Son estas mismas grandes empresas las que ayudan a Yanukovich a mantenerse en el poder y las que tienden puentes con la oligarquía rusa.

Si la gente levanta barricadas con sacos de nieve y aguanta los cócteles molotov y las granadas que les lanza la Berkut es porque saben que los rusos y sus camaradas sólo entienden el lenguaje de la fuerza. Y es que el papel de Rusia en este conflicto es fundamental. No es casualidad que Yanukovich rechazase el acuerdo con la UE cuando Putin les ofreció un acuerdo en materia energética y de ayuda financiera. El grave problema de desabastecimiento energético en Ucrania es la forma del nuevo CAME ruso de establecer su influencia. El grave problema de persecución a las libertades civiles que toma forma con las últimas leyes represivas es calcado al que ocurre en Rusia. Por último, el grave problema de corrupción que toca al gobierno no es sino producto del robo a la luz del día de oficiales del gobierno y políticos adictos al poder que tantas veces vemos en Rusia.


La protesta por tanto implica más factores que la mera alineación pro-occidente o pro-NURSS. Podemos echar un vistazo a las leyes aprobadas recientemente en una cámara que no tenía quorum por el método de contar en siete segundos 130 votos a mano alzada.
  • Amnistía para oficiales del gobierno y fuerzas de seguridad denunciados por abusos en previas manifestaciones.
  • Retirada del vehículo y licencia de conducción para quienes formen una caravana de más de cinco automóviles.
  • Hasta dos años de prisión por investigar a miembros de la Berkut, jueces y oficiales del ministerio del Interior.
  • Hasta un año de prisión por difamar al gobierno en cualquier medio.
  • Hasta cinco años de prisión por bloquear el acceso a edificios oficiales.
  • Hasta dos semanas en prisión por montar escenarios, tiendas de campaña o equipos de sonido en la calle sin autorización.
  • Hasta dos semanas de prisión por llevar bufanda, casco, gorro, boina, máscara de Guy Fawkes, etc.
  • ONG, iglesias y asociaciones que reciban financiación exterior deberán registrarse como "agentes extranjeros" y someterse a inspecciones especiales así como pagar una tasa especial.
  • Nueva definición de actividades extremistas que equipara cualquier apoyo a una protesta como participación en la misma.
Si esta nueva ley represora no es motivo suficiente para protestar, a las razones de la protesta se le une ya la queja contra el uso de violencia extrema por parte de la Berkut, el empleo de balas que han dejado ciegas a varias personas, el cómputo de muertos, los secuestros sin explicación, las detenciones sin proceso debido, las torturas (están desnudando a la gente a 12ºC bajo cero), y las redadas en periódicos y sedes de partidos políticos. Sin olvidar que la líder de la oposición lleva unos cuantos años en la cárcel.

La respuesta de la UE


El ministro de Exteriores alemán valoró como "absolutamente escandaloso" tanto el empleo de la violencia contra manifestantes pacíficos como el uso que hace Rusia de los problemas económicos ucranianos para forzar un acuerdo. En Alemania tienen claro que hablar de Ucrania es hablar de la expansión rusa hacia el oeste. En los países bálticos dicen que es "injustificable" el uso de la fuerza de Kiev y en sentido parecido se han pronunciado otros países orientales de la UE.

Por su parte la propia Unión Europea a través del presidente de la Comisión, ha amenazado con establecer sanciones comerciales al régimen de Kiev que así tendrá excusa para aproximar más su posición hacia Moscú.

Y en Moscú, los medios controlados por el gobierno se dedican a publicar titulares como "Los americanos quieren muertos" o "Ucrania occidental busca la guerra civil". El dictador neosoviético definió a los —sorprendentemente pacíficos— manifestantes como matones entrenados por las potencias occidentales. En Rusia tienen claro que hablar de Ucrania es hablar de la molesta influencia occidental.

Tomar partido

Es caer en un error proyectar las propias ideas de una esfera de influencias y un contexto social dado a una situación de la que se reciben pocos datos. Pero por algo hay que empezar y si empleo un lenguaje y no otro es porque tomo partido. Creo que todos tenemos líneas rojas y cada uno debe establecer las suyas. Los acontecimientos en Ucrania aparte de dejar muy bonitas fotos son actos que van más allá de lo aceptable para cualquier ser humano. Y tenemos la obligación moral de denunciarlo.

Más:

miércoles, 22 de enero de 2014

Lo viable es que haya varios partidos liberales

Ante el debate sobre cómo vender el liberalismo, la consideración del P-lib hacia Vox, y estos temas recurrentes que en mi opinión encierran una trampa peligrosa que es la consideración del liberalismo político en España como una tendencia marginal, también quiero expresar mi opinión.

El Doctor Muerte lo tiene claro.
Recapitulando: tras la presentación de Vox, que como todo partido conservador, liberal-conservador o "de derechas" lleva en su programa económico algunas perlas liberales, el P-lib sale con unas declaraciones marcando distancias y comparando el caso de Vox al de otros partidos y más o menos viene a decir que los nuevos partidos responden a la crisis de régimen (análisis que no puede sorprender a nadie). Todos estos partidos, según el P-lib, responden a ideas socialdemócratas o estatistas. Para el P-lib, lógicamente, los liberales sólo tenemos de opción política coherente al P-lib. Y henos aquí ante la primera curiosidad: ¿cómo es posible que un partido libertario se atribuya la representación del liberalismo político? ¿Cómo no va a molestar a los liberales esta presuntuosidad? Recuerdo que el propio Huerta de Soto marca distancia entre liberalismo y libertarismo desde el libertarismo. Otros la marcamos desde el liberalismo y llegamos a la misma conclusión.

Y este es uno de los puntos principales del debate. Siendo el liberalismo político español un conjunto de principios rectores políticos que incluso pueden entrar en contradicción entre sí, la mera existencia de UN partido liberal resulta chocante. Yo entendería que existiera UN partido liberal en España si estuviésemos en un periodo constituyente: para el trazo grueso, para los principios constitucionales, sí creo que es posible que todos estemos de acuerdo. Pero para la política diaria veo que es imposible esta unidad. Ya ni qué decir tiene si ese partido de la unidad liberal defiende una tendencia al anarquismo que es insólita en la historia del liberalismo español.

Por libertarismo me refiero a la posición del Partido Libertario de Estados Unidos que es la que imita el P-lib y llama "liberalismo". De ahí la confusión por lo que entendemos por libertarismo en España, que es el anarquismo libertario que se cargaron los comunistas.
Me detengo un poco en el tema de las contradicciones. Cuando leo a Mill o a Daoiz escribir sobre cómo vender el liberalismo no pueden evitar el esbozo de un programa político. Es demasiado tentador y casi automático cuando hablas de cómo vender algo, decir qué vender. Y en estos esbozos aparecen ideas de trazo grueso que parecen muy básicas y ampliamente compartidas (creo) por quienes nos inclinamos por el liberalismo. Mi punto es que tal vez sea un espejismo que estemos tan de acuerdo en esos temas (pienso por ejemplo en quienes toman la instrumentalización que hace el nacionalismo del Estado Autonómico como la excusa para acabar con ese Estado Autonómico. Detalle que tal vez explica por qué UPyD no se come nada en las regiones levantiscas). Y si no estamos tan de acuerdo en esos temas, no busquemos un único partido liberal.

Las izquierdas sí se lo han sabido montar.
Más. ¿Es buena idea dejar cuestiones especialmente peliagudas —para las que "el liberalismo único" no tiene posición definida— al margen? Puede ser una estrategia buena para algunos, no lo niego. Siempre me ha sorprendido esa insistencia sobre el derecho a portar armas en un país en el que esa falta de derecho no supone ningún problema para personas más o menos normales. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando uno de esos "temas menores" tiene una enorme importancia para un grupo? Pues en mi opinión ese grupo se debe distinguir de los demás y organizarse. Esto lo vemos claramente con los liberal-conservadores. ¿Van a dejar de ser liberales quienes rechazan el aborto? No lo creo. Cuando dos bienes jurídicos entran en disputa el liberalismo no te da ninguna solución única (solamente larguísimos debates tan inoperantes como entretenidos. No bromeo cuando os digo que leí a alguien hablar de que se establece "un contrato" entre el feto y la madre. Wow!) o incluso un liberal que defienda valores católicos puede tener muy clara su posición sobre ciertos asuntos. ¿Deja por ello de ser liberal? No lo creo. Reconozco que cuando se habla de catolicismo y liberalismo puede operar cierta influencia extranjera o de otro tiempo. Ciertamente la Iglesia y los liberales fueron históricamente agua y aceite, pero precisamente en España es donde, en atención al origen del liberalismo, puede haber puntos filosóficos de contacto. Otrosí digo que, dentro del liberalismo, quienes defienden la legalización de las drogas tendrán enfrente a otros liberales que no están de acuerdo. ¿Por qué tratar de unir lo que no se puede unir? Es más, hay quienes rechazan el aborto y al mismo tiempo defienden la legalización de las drogas. Esos también son un grupo diferente. Si a alguien dentro de ese grupo el tema de la droga no lo considera importante simplemente optará por los liberal-conservadores.

Sacrificar ideas

¿Hasta qué punto sacrificar/descartar ideas en aras de un resultado electoral es razonable? Hasta el punto que digan los electores y que soporten quienes forman tu grupo. Por ejemplo, supongamos que yo defiendo que debe haber una Agencia Espacial Española. Como nadie más defiende esto, no me preocupa que nadie lo lleve en su programa. No hay demanda. Otro ejemplo: el PSOE lleva cosas de políticas de igualdad genital en su programa y ay de ellos si eliminan esos puntos. Tienen una demanda fundamental y el apoyo de grupos organizados por esas movidas.

Con esto lo que quiero decir es que un partido político no es 100% libre a la hora de redactar su programa (y muchísimo menos libre a la hora de llevarlo a cabo). Distintos partidos defienden cosas concretas distintas y a grupos de población diferentes. Repito: es normal que todos los liberales no se reúnan en la misma casa. Esta misma "multiplicidad de opciones" hace que el "sacrificio de ideas" se minimice.

La prosaica realidad


Con una de las muchas combinaciones posibles de grupos liberales tus paisanos te eligen alcalde. Tienes 1.000 pesetas en el presupuesto. El Colectivo de Viudas de Guerra te pide carbón para pasar el invierno, la única empresa de obras públicas de tu ayuntamiento te dice que si no les das trabajo cierran y echan a treinta a la calle, los vecinos del centro se quejan del horario de recogida de basuras, heredas un montón de deudas de la anterior administración, ya has recortado todos los abalorios del presupuesto, ¿qué haces? ¿Quejarte de que estás ante un falso dilema y recortar tasas e impuestos por valor de 1.000 pesetas? Estupendo. Las siguientes elecciones las ganará el Partido Comunista y esas serán las últimas elecciones que tenga tu pueblo. Entonces podrás irte a tu casa a escribir en Internet sobre la pureza del liberalismo y sobre la concepción de una política mágica que no asuma las contradicciones inherentes a una realidad que insiste en ser puñetera.



martes, 21 de enero de 2014

La tiranía de la ecuación de Tsiolkovski o por qué estamos atrapados

Supongamos que por alguna razón queremos hacer una misión espacial. La variable más importante que debemos tener en cuenta es la delta-v o variación de velocidad (Δv). Las naves espaciales no conocen lo que es la autonomía ni el alcance. En teoría (y en astrodinámica la teoría se parece bastante a la práctica) una vez que alcanzas velocidad de escape puedes llegar a Andrómeda o a la Pequeña Nube de Magallanes si no chocas con nada por el camino o si de casualidad no te atrapa el campo gravitacional del un astro (o si no te secuestran los reptilianos, pero esto es hilar muy fino).


La velocidad de escape del planeta Tierra se puede expresar como la raíz cuadrada del doble de mu entre la distancia al centro de la Tierra.

vesc = √ (2μ/r)

Siendo mu (μ) = G*M (constante gravitacional (no preguntéis) por masa terrestre (parámetro conocido)) y el radio de la Tierra 6.371.000 metros. Con lo que la velocidad de escape de la Tierra es aproximadamente de 11.183 m/s. Expresado en términos de variación de velocidad (delta-v), diríamos que partiendo de una velocidad cero tenemos que alcanzar once mil metros por segundo. Ésa es nuestra delta-v para salir de la atracción terrestre y sumergirnos en el inhóspito vacío espacial rumbo a lo desconocido y misterioso.

Pero supongamos que por algún casual a alguien se le ocurre que tal vez sea buena idea regresar a la Tierra. En ese caso tenemos la velocidad orbital, que es la velocidad a la que un objeto alcanzará y mantendrá una órbita circular en torno a la Tierra.

vo =  √ (μ/r) = 7.907,26 m/s

Tiene bastante sentido que sea una velocidad menor que la velocidad de escape ya que no abandonamos el abrazo gravitatorio de este planeta que llamamos Tierra y debería llamarse Agua. Pero ¿de dónde sale esta ecuación? Me alegra que me lo preguntes.


La ecuación que determina la velocidad a la que orbita un objeto se expresa de la siguiente manera:

v = [μ(2/r - 1/a)]

Siendo 'r' la distancia al centro del planeta en torno al cual está orbitando el objeto y 'a' la mitad del semieje mayor de la elipse (el semieje mayor es la línea que podemos trazar en una órbita elíptica desde el apoapsis hasta el periapsis, en el caso de la Tierra, desde el apogeo hasta el perigeo). Bien, en el caso de una órbita circular tenemos que r =a. Luego nuestra ecuación será:

v = [μ(2/r - 1/r)] (creo que es casi imposible y nada intuitivo restar fracciones pero aún así lo intento) = √ (μ/r) ¡tachán! 

De acuerdo, estamos en órbita circular en torno a la Tierra ¿cómo aterrizamos? Pues con cuidado y variando nuestra velocidad de 7.900 m/s a cero. Luego una misión espacial que consista en alcanzar una órbita circular y regresar a Monforte de Lemos necesitará una delta-v total de 15.815 m/s. Claro, esto en condiciones de vacío, pero la Tierra es un planeta especialmente puñetero y te aparecen la resistencia atmosférica y la resistencia gravitacional que serán variables a calcular con ecuaciones ad hoc. Incluso si nuestro cohete despega y tras cierta altitud se inclina hacia el este para aprovechar la velocidad de giro de la Tierra, aún así no compensaremos la pérdida de delta-v. Así que añádase a cualquier cálculo unos cuantos cientos de metros por segundo para ir sobre seguro (en los presupuestos de delta-v que veo por ahí, toman 9,5 km/s como referencia. Exagerados).

Saturno V en primer plano. Al fondo un Titan III despega. Fueron tiempos heroicos.
Esta resistencia atmosférica no siempre juega en nuestra contra. A la hora de regresar a tierra las naves espaciales suelen usar el aerofrenado. Cuando vemos las cápsulas que se ponen incandescentes por la fricción y compresión de las partículas del aire, realmente estamos viendo cómo energía cinética se transforma en calor ahorrando a los intrépidos pilotos preciosa delta-v. Las cápsulas bien podrían descender sin volverse incandescentes si usaran sus motores para frenar… ah, pero es que cada metro por segundo que puedas ahorrar vale (exponencialmente) su peso en oro. ¿Pero por qué es tan valiosa la delta-v? Por la ecuación de Tsiolkovski.

Ecuación de Tsiolkovski

Esta ecuación es el eje fundamental que explica el comportamiento de los cohetes y nos sirve para calcular la variación de velocidad en función de un tipo de motor (en concreto de su impulso específico) y del propelente (y/o combustible) a usar. Tsiolkovski llega a esta ecuación partiendo de la segunda ley de Newton que nos dice que todas las fuerzas que actúan sobre un objeto son iguales al ritmo de cambio de su momento lineal. Resulta que un cohete lleva dentro combustible (y/o propelente) y mientras cambia su velocidad consume ese combustible o expulsa ese propelente, luego su masa varía. Es decir, hay una relación entre la variación de masa del cohete y su variación de velocidad. En concreto la relación se expresa tal que así:

Δv = ve * ln (m0/m1)

  • Siendo Δv la delta-v o variación de velocidad (que nos hace cambiar de órbita, salir de un planeta, aterrizar, etc).
  • ve es la velocidad de escape del motor. Cada motor tiene un impulso específico que al multiplicarlo por la gravedad terrestre (en nuestro caso) nos da su velocidad de escape. Diferentes motores y combustibles tienen diferentes impulsos específicos.
  • m0 es la masa inicial y m1 la masa final. m0 cuando nuestro cohete está en la base de lanzamiento es el resultado de sumar toda su masa: propelente, estructura, señores en la cápsula, una imagen de la Virgen María, galletitas, etc. m1 es la masa final cuando hemos logrado cambiar nuestra velocidad. Si estamos haciendo un lanzamiento en varias etapas, podemos conocer la masa final una vez hemos alcanzado la órbita pero en ocasiones nos resultará útil calcular la masa entre cada etapa (motores que funcionan muy bien en vacío no funcionan tan bien en la atmósfera así que nos interesará tener varias etapas para usar varios motores diferentes, si tenemos dos etapas, nuestra primera m1 será nuestra segunda m0). 


Conociendo la gráfica del logaritmo neperiano, es inmediato descubrir que sin variación de masa no vas a cambiar tu velocidad. También es bastante inmediato deducir que existe una relación exponencial entre la delta-v y tu proporción de masas.  Explico esto: pongamos que eliges tu motor y conoces su velocidad de escape, para aumentar un poquito tu delta-v necesitarás aumentar un muchito tu proporción de masas (m0/m1). Y si quieres aumentar mucho tu delta-v tendrás que aumentar una enormidad tu proporción de masas. Para hacernos una idea, los cohetes conocidos suelen estar formados en un 85% por propelente y un 15% por aparatos, estructura, agua, ordenadores y señores.

Pero dejemos a un lado la tensión dramática y elijamos de una vez un tipo de impulso. En el mundo de los combustibles de cohetes y propelentes, curiosamente hay una relación directa entre impulso específico de un compuesto y su toxicidad. Si pudiera elegir elegiría un motor químico de hidrazina, pero tampoco quiero que me lluevan las demandas porque sé que la gente va a trabajar al taller espacial sin su traje de bioseguridad (en realidad si fuera totalmente libre para elegir y los ecologistas no existieran, elegiría un motor nuclear y pondría mi base de lanzamiento muy lejos de mi casa, jiji). Bueno venga, elijo un motor de oxígeno líquido e hidrógeno líquido que son unos viejos conocidos abundantísimos. Este tipo de motor tiene una velocidad de escape a nivel del mar de 3.816 m/s y en el vacío de 4.462 m/s.

El transbordador espacial, arruinándolo todo.
Bien, para alcanzar la órbita y volver a Monforte habíamos dicho que necesitábamos una velocidad de 15.815 m/s. Realmente lo ideal sería usar en la primera etapa algún tipo de combustible que no necesitara un oxidante y nos diera un bonito impulso específico en la atmósfera, pero para simplificar los cálculos, tomaré el viaje como una sola etapa con la velocidad de escape de este motor a nivel del mar (para ponerme en el peor caso ya que estamos haciendo trampas). Así, tenemos:

15.815 = 3.816  * ln (m0/m1)
ln (m0/m1) = 4,14 (dejémoslo en 4), con lo que m0/m1 = e4 = 54,5 <— con la experiencia que tenemos en lanzar cohetes sabemos que esta proporción es una salvajada (el Saturno V tenía una proporción de masas de 22 (claro que hubiera montado la ISS en un par de viajes)), por lo tanto este motor cumpliría su función pero no es lo más eficiente para la misión. Es más, sería especialmente ineficiente pues ese 54,5 significa que por cada tonelada de cohete +  carga necesitamos 54,5 toneladas de propelente. 

Pequeños incrementos de la delta-v requieren proporciones de masas disparatadas.
¿Cómo ser más eficientes? Mirando la ecuación podemos elegir entre buscar una velocidad de escape del motor mayor, o bien una proporción de masas menor o una combinación de ambas. En el mundo real, como dije antes, los cohetes usan varias etapas para aprovechar la diferencia de condiciones de presión, oxígeno y resistencia atmosférica.


Bien, pero hasta ahora sólo hemos hablado de ponernos en órbita y regresar a la Tierra. Una misión así es muy ridícula (a no ser que seas un turista espacial o trabajes para el gobierno). Como la velocidad de escape en la Luna es mucho más pequeña que en la Tierra, lo suyo sería planear misiones espaciales que partan de la Luna (donde también puedes obtener propelente para el viaje. En serio, llevar propelente desde la Tierra es tirar el dinero). Supongamos pues que en el futuro Movistar decide colocar un satélite en órbita a Marte y su nave sale de la base espacial que tiene Viajes Castromil S.A. en el Mar de la Tranquilidad. ¿Qué delta-v necesitaríamos?

Δvtotal = escapar de la Luna + atrapar órbita marciana

escapar de la Luna = √ (2*G*masa de la Luna/radio de la Luna)=2.375 m/s

atrapar órbita marciana = √ (G*masa de Marte/radio de Marte)=1.122,6 m/s

Δvtotal = 2.375 + 1.122,6 = 3.497,6 m/s es decir, salir de la Luna y meterte en una órbita marciana supone la mitad de lo que se requiere solamente para salir de la Tierra. Esto nos tiene que hacer pensar. Si un impedimento habitual que argumentan los anti-espacio es el coste de ir al espacio, hay que saber que una vez superada la primera barrera, todos los costes se desplomarían a una fracción. Bueno, todos no: el ordenador, las reglas de cálculo y los lápices cuestan lo mismo. Pero al necesitar mucha menos delta-v para despegar, cada kilogramo de propelente te rendiría mucho más.


Hemos visto que la proporción de masas en la ecuación de los cohetes de Tsiolkovski es la clave del asunto. En general, en los viajes por el espacio te interesa que tu masa con los tanques vacíos sea mínima y para eso la masa estructural debe minimizarse (y los ingenieros deben miniaturizar los ordenadores con las conocidas aplicaciones que tiene este proceso en todos los aspectos de la vida cotidiana). Así que una nave espacial que sólo vuele por el espacio digamos en una ruta Luna-Órbita marciana será un cascarón finísimo. Bien, a ciertas velocidades (y una velocidad final de 3,5 km/s es respetable) cualquier partícula o mota de polvo espacial que choque contra tu casco tiene consecuencias horribles. Por lo tanto, es bastante probable que tras ciertos viajes no puedas reutilizar tu nave espacial. ¿Os imagináis que los aviones que van de Coruña a Madrid hubiera que desguazarlos cada cinco o seis viajes? ¿Cuánto se dispararía el precio del billete?

De momento lo dejo aquí, pero seguiré.

Llegada a Nuevo Mundo