El nivel de vergüenza ajena que me provoca la campaña que están haciendo PP, PSOE y BNG es tal, que me impide tratar las elecciones gallegas de una manera más o menos razonable. Hay varios factores que explican esto:
1.- Nula formación de los implicados. Desconozco el nivel de formación de los políticos que debaten en diversos medios sobre diversos temas. Igual alguno sí sabe, el problema es que no lo demuestra. Ni le parece importante demostrarlo.
2.- Desprecio a la inteligencia del elector. Tratar al ciudadano como a un niño no sólo en sus propuestas, sino en sus formas. Me parece una falta de respeto que los políticos piensen que la gente es idiota, cuando entre esa gente hay personas no sólo moralmente superiores sino capaces de generar prosperidad y darles catorce lecciones sobre el tema.
3.- El ombliguismo. La mitad del tiempo ante las cámaras lo dedican a sacar datos que no nos importan: comparan cifras del bipartito con las actuales, en un juego que me recuerda a las competiciones de ver quién orina más lejos. La otra mitad la dedican a hacer la pantomima de llamarse mentirosos unos a otros. cuando los tres defienden exactamente lo mismo.
4.- Repetición de programas. Cuando los tres partidos se presentan con el mismo programa, es imposible contraponer diferentes puntos de vista y comparar. Algún matiz hay en función de donde tenga cada uno colocado a su cuñado, pero nada relevante.
Sector naval
Es muy curioso que los tres partidos tengan exactamente el mismo programa para el sector naval. A la gente con dos dedos de frente no la pueden engañar: los tres quieren aumentar la carga de trabajo de los astilleros debido a la inevitable mezcla de ser un sector con alta movilización sindical y a la estúpida idea que tienen sobre el mundo. Idea que comparten con los sindicatos, por cierto.
Pasemos por alto que un gobierno autonómico gallego tiene poca o nula capacidad de influencia en la carga de trabajo de los astilleros (dependen de decisiones de Navantia y SEPI; concretamente de que estos organismos capten contratos, que salvo los de la Armada Española, no son decisiones políticas). Si la Xunta de Galicia no se dedica a tirar dinero de todos los gallegos en encargar petroleros y fragatas para luego hundirlos en medio del mar, no sé cómo tienen huevos a llenarse la boca con la manida carga de trabajo. En serio, ¿quieren poner a los conselleiros a hacer de gestores comerciales? Nos gasearían.
Qué esperar de gente cuyo mundo se derrumba a su alrededor. Qué esperar de quienes están formados con manuales de los 70. Hoy en día la misma tecnología se aplica en cualquier parte del mundo. A igualdad de tecnología, el factor coste laboral es fundamental para quien encarga un barco. ¿Cómo demonios van a seguir compitiendo con obreros indios, que comen piedras, o con obreros noruegos, cuyo petróleo es una lotería constante con la que pueden regar su economía? Lo que tienen en mente son mecanismos de ayudas -donde está metida la UE- para mantener al comatoso con vida. De estas ayudas, lo que sacamos es un sobrecoste público en forma de multas europeas (que también manda narices de qué forma negoció España con la UE sus sectores primario y secundario).
¿Quieren un futuro para el naval? Pues probablemente ese futuro pasará por la producción con mayor valor añadido: sistemas de alta especialización tecnológica, otros mercados, etc. Claro que, ¿dónde metes a miles de trabajadores que no se van a reciclar? Los despides poco a poco. En eso estamos: movilizaciones en la calle y lagrimitas de políticos.
Sector energía eólica
El comportamiento mafioso de los tres partidos, sobre todo iniciado por el famoso concurso eólico del bipartito, -al que siguió otro concurso eólico del PP-, que se acaba de encontrar con el fin de las primas, tiene reflejo en el actual canon de producción que pretende atraer empleo e inversión para llegar según el último plan a los 6.500 megavatios en 2016. Todos apuestan por el sector eólico (una industria en la que si no hay viento, te quedas con un palmo de narices, pero ese es otro tema).
Los tres partidos tienen nuevamente el mismo programa: aumentar y asegurar la producción. ¿Cómo? Planes, programas, etc. Yo lo que veo es que la electricidad cuesta lo mismo en Galicia, que es excedentaria, que en Madrid, que es energéticamente deficitaria. Y lo que sé es que la distribución eléctrica dispara el coste. Entonces ¿cómo vamos a tener un sector eólico sostenible cuando debe cargar con costes extras? El problema vuelve a ser muy básico: la falta de un mercado eléctrico libre donde funcione la oferta y la demanda. Ningún partido quiere ni oir hablar de esto. En su lugar, es para ellos muy beneficioso promover pequeñas empresas para mantener sus poderes locales. Hoy se está yendo la gente a la calle, en un sector que se supone que tiene futuro. Que me lo expliquen. Pero no habrá explicación, están muy entretenidos llamándose mentirosos unos a otros. Chavales: el sistema está podrido en su base, el resto son anémonas.
Sector automóvil
Esta gente, que nos quiere destruir, pretende que vayamos en coche eléctrico, sin embargo, sus medidas harán que acabemos yendo en bicicleta (bueno, ni eso: no hay carriles bici en sitios razonables). Incentivan la aparición de electrolineras que quedan abandonadas porque la gente no compra esos coches. Es más, hay un proyecto de fábrica de coches eléctricos del que dicen que sin financiación pública no es rentable. Chingones, entonces es que no es rentable.
En este sector, la medida estrella que comparten los tres partidos, es que la gente compre coches (sí, también dicen que hay que aumentar el transporte público). Su hipocresía no tiene límites: coinciden en dorar la píldora a un sector que, menos mal, se dedica a la exportación, harto de estos catetos. Eso sí, los empresarios no hacen asco al dinero gratis que les regala la Xunta a cambio de hacerse fotos. "Política industrial", le llaman a sacarse fotos. Y mientras el PP se encarga de tirar el dinero público. PSOE y BNG se dedican a recordarle a Feijoo los miles de desempleados del sector industrial. Como si dependieran de él. Ojalá Feijoo fuera responsable de miles de despidos, porque eso querría decir que se ha puesto a pinchar la burbuja autonómica (la hidropesia de organismos públicos). La nada. ¿Quieren una política industrial? Que empiecen a confiar en la gente, que dejen de dar ayudas y de machacar a impuestos a las empresas y a los trabajadores.
Sector textil
Tanto en producción como en diseño, es un sector que funciona mucho mejor que los anteriores. Efectivamente, se está deslocalizando la producción de menor valor añadido (competimos con el mundo entero), pero por la parte que sí tiene valor añadido (diseño), se sigue compitiendo en mejores condiciones que en otros lugares. Como ocurre con los temas anteriores, los tres partidos están de acuerdo en conceder ayudas. Pero vamos a ver, ¿de qué forma los talleres de confección van a aumentar su competitividad? ¿Con ayudas? Es inaplicable e irreal cualquier plan de formación en masa de los obreros textiles. Que se empiecen a dar cuenta de una vez que no pueden seguir prometiendo ayudas eternas (para la contratación, para la formación, etc) cuando el mundo a su alrededor se está derrumbando. Claro que esto no lo harán. Ninguno reconocerá que hay gente que se tiene que ir al paro, y que la ayuda pública solo es pan para hoy y hambre para mañana. Y así seguimos.
Documental «Barreiros, motor humano»:
sábado, 29 de septiembre de 2012
jueves, 27 de septiembre de 2012
El Gobierno se niega a pinchar la burbuja estatal
Tweet
Los intereses crecientes de la deuda y la demanda de protección social creciente, hacen que los gastos del Estado en 2013 aumenten. Es injusto que el sector privado (empresas y familias) estén sudando sangre (más las familias y las pymes que las grandes empresas) mientras el sector público no hace el ajuste.
Entiendo que los intereses de la deuda sean intocables y entiendo que la espiral de miseria dispare el gasto social (63,6% del gasto total), lo que me pregunto es cómo aún así, no se ajusta el gasto para que, en conjunto, los presupuestos estén al menos equilibrados.
Algunas medidas de los PGE 2013
Creación de una agencia independiente para controlar los presupuestos públicos de todas las administraciones. No bastaba con el ministerio de administraciones públicas, las docenas de tribunales de cuentas y la oficina económica de la presidencia. No, creemos ahora una agencia independiente para dar más confianza. Como mínimo, esta agencia será tan independiente como el Banco de España. Ya sabemos lo que eso significa.
Liberalización de servicios profesionales, con excepción de aquellos que por el interés general, no deban ser liberalizados (el acceso a la función sanitaria, supongo). Esto sí me parece bien, ya es hora de que farmacias, notarías, estancos, dejen de ser células de privilegios. La regulación de los colegios profesionales también se verá afectada. A ver cómo desarrollan esa ley que según De Guindos presentarán el primer trimestre del año que viene.
Ayudas de 1.000 euros para comprar coches con 12 o más años de antigüedad. El objetivo emic es la reducción de la factura de combustibles. El objetivo etic es privilegiar al sector del automóvil. Se conoce que los fabricantes de lavadoras no cabildean tan bien como los fabricantes de coches. Es cierto que nuestra importación de petróleo es una almorrana muy gorda, pero donde más se consume es en la producción eléctrica y en los usos industriales. Si vamos al consumo privado, la parte más gorda no va al transporte rodado, sino al aéreo. Si de verdad existiera voluntad de ahorrar la factura petrolífera, se incentivaría el uso de la bicicleta, los cercanías y la mejora del firme de las carreteras. Dejar que las empresas de automóviles hagan el ajuste de precios conforme a la demanda, es la solución más eficiente. Dejad entrar a los coches-caca chinos e indios y ya veréis cómo el sector se pone las pilas para competir.
Impuesto en loterías y sorteos del 20% para cantidades superiores a 2.500 euros. No me parece mal, de alguna forma hay que pagar el rescate de comunidades autónomas gobernadas por retrasados. No sé ahora mismo cómo están los impuestos a los juegos de azar -creo que son competencia autonómica-, pero cualquier gravamen que se ponga a la gente que no sabe matemáticas me parece bien.
Se dedican 3.063M del Fondo de Reserva de la Seguridad Social (69.000M) para pagar pensiones, que suben un 1%. Bueno, el fondo está para eso, para recordarnos que el sistema de Seguridad Social es un esquema de Ponzi que sólo funciona cuando hay crecimiento económico. Cuando nos llevemos la torta, que nos la llevaremos, el país arderá como ardió Albania en 1997. Mientras tanto, el Estado dobla su aportación a la Seguridad Social para asegurar así el pago de las pensiones no contributivas vía ingresos corrientes.
Otra medida que me saca de quicio es la no presentación de una Agencia Espacial Española para poner al primer cuñado con palillo en la boca en Marte para 2020. Ok, esto es broma. Lo que me llama la atención es que la mitad del presupuesto de I+D no se ejecute.
Aumento de impuestos, reducción exigua del gasto
Se mantiene el impuesto del patrimonio, se eliminan deducciones a empresas, se quita la deducción por vivienda, se reimplanta el impuesto por actualización de balances y se aumenta la tributación de plusvalías en el primer año. Medidas todas ellas perfectamente socialdemócratas, que no vienen acompañadas por un mensaje de esperanza en forma de planes para la consolidación de las medianas empresas, incentivos desregulatorios para animar a la inversión, capitalización y en definitiva, crecimiento del empleo. Nada por lo tanto para ayudar a la creación y consolidación de empresas individuales, cooperativas y sector comercial.
Existe un descenso del gasto en los ministerios. A estas alturas ya todos sabemos cómo funciona eso. Basta entrar en cualquier ministerio para encontrarte a dieciséis bedeles, cuarenta y ocho periódicos en el vestíbulo y precios reducidos en la cafetería. Claro que sería mucho esperar de gente que cobra dietas por no tener casa en Madrid, teniendo casa en Madrid, que afrontaran una reducción del gasto mínimamente creíble. Es que hasta Gallardón tiene un mayordomo personal para revolverle el café. Mientras esas actitudes y esas prioridades de reducción del gasto tan bizarras continúen, la credibilidad del Gobierno será nula.
Insistamos una vez más en que empresas, familias y trabajadores están apretándose el cinturón mientras el gasto público primario del Estado se queda en un -0,6%. Es decir, todavía por encima de la reducción del PIB (-1,5%). No olvidemos que durante la burbuja nuestro gasto primario crecía por encima del crecimiento del PIB (7% frente a 3%). El gobierno se niega a pinchar la burbuja estatal. ¿Hasta cuándo?
Entiendo que los intereses de la deuda sean intocables y entiendo que la espiral de miseria dispare el gasto social (63,6% del gasto total), lo que me pregunto es cómo aún así, no se ajusta el gasto para que, en conjunto, los presupuestos estén al menos equilibrados.
![]() |
Howitzer de la 82 aerotransportada, ejercicios en Fort Bragg. |
Algunas medidas de los PGE 2013
Creación de una agencia independiente para controlar los presupuestos públicos de todas las administraciones. No bastaba con el ministerio de administraciones públicas, las docenas de tribunales de cuentas y la oficina económica de la presidencia. No, creemos ahora una agencia independiente para dar más confianza. Como mínimo, esta agencia será tan independiente como el Banco de España. Ya sabemos lo que eso significa.
Liberalización de servicios profesionales, con excepción de aquellos que por el interés general, no deban ser liberalizados (el acceso a la función sanitaria, supongo). Esto sí me parece bien, ya es hora de que farmacias, notarías, estancos, dejen de ser células de privilegios. La regulación de los colegios profesionales también se verá afectada. A ver cómo desarrollan esa ley que según De Guindos presentarán el primer trimestre del año que viene.
Ayudas de 1.000 euros para comprar coches con 12 o más años de antigüedad. El objetivo emic es la reducción de la factura de combustibles. El objetivo etic es privilegiar al sector del automóvil. Se conoce que los fabricantes de lavadoras no cabildean tan bien como los fabricantes de coches. Es cierto que nuestra importación de petróleo es una almorrana muy gorda, pero donde más se consume es en la producción eléctrica y en los usos industriales. Si vamos al consumo privado, la parte más gorda no va al transporte rodado, sino al aéreo. Si de verdad existiera voluntad de ahorrar la factura petrolífera, se incentivaría el uso de la bicicleta, los cercanías y la mejora del firme de las carreteras. Dejar que las empresas de automóviles hagan el ajuste de precios conforme a la demanda, es la solución más eficiente. Dejad entrar a los coches-caca chinos e indios y ya veréis cómo el sector se pone las pilas para competir.
Impuesto en loterías y sorteos del 20% para cantidades superiores a 2.500 euros. No me parece mal, de alguna forma hay que pagar el rescate de comunidades autónomas gobernadas por retrasados. No sé ahora mismo cómo están los impuestos a los juegos de azar -creo que son competencia autonómica-, pero cualquier gravamen que se ponga a la gente que no sabe matemáticas me parece bien.
Se dedican 3.063M del Fondo de Reserva de la Seguridad Social (69.000M) para pagar pensiones, que suben un 1%. Bueno, el fondo está para eso, para recordarnos que el sistema de Seguridad Social es un esquema de Ponzi que sólo funciona cuando hay crecimiento económico. Cuando nos llevemos la torta, que nos la llevaremos, el país arderá como ardió Albania en 1997. Mientras tanto, el Estado dobla su aportación a la Seguridad Social para asegurar así el pago de las pensiones no contributivas vía ingresos corrientes.
Otra medida que me saca de quicio es la no presentación de una Agencia Espacial Española para poner al primer cuñado con palillo en la boca en Marte para 2020. Ok, esto es broma. Lo que me llama la atención es que la mitad del presupuesto de I+D no se ejecute.
Aumento de impuestos, reducción exigua del gasto
Se mantiene el impuesto del patrimonio, se eliminan deducciones a empresas, se quita la deducción por vivienda, se reimplanta el impuesto por actualización de balances y se aumenta la tributación de plusvalías en el primer año. Medidas todas ellas perfectamente socialdemócratas, que no vienen acompañadas por un mensaje de esperanza en forma de planes para la consolidación de las medianas empresas, incentivos desregulatorios para animar a la inversión, capitalización y en definitiva, crecimiento del empleo. Nada por lo tanto para ayudar a la creación y consolidación de empresas individuales, cooperativas y sector comercial.
Existe un descenso del gasto en los ministerios. A estas alturas ya todos sabemos cómo funciona eso. Basta entrar en cualquier ministerio para encontrarte a dieciséis bedeles, cuarenta y ocho periódicos en el vestíbulo y precios reducidos en la cafetería. Claro que sería mucho esperar de gente que cobra dietas por no tener casa en Madrid, teniendo casa en Madrid, que afrontaran una reducción del gasto mínimamente creíble. Es que hasta Gallardón tiene un mayordomo personal para revolverle el café. Mientras esas actitudes y esas prioridades de reducción del gasto tan bizarras continúen, la credibilidad del Gobierno será nula.
Insistamos una vez más en que empresas, familias y trabajadores están apretándose el cinturón mientras el gasto público primario del Estado se queda en un -0,6%. Es decir, todavía por encima de la reducción del PIB (-1,5%). No olvidemos que durante la burbuja nuestro gasto primario crecía por encima del crecimiento del PIB (7% frente a 3%). El gobierno se niega a pinchar la burbuja estatal. ¿Hasta cuándo?
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Olor a epílogo
Tweet
Todavía no sé muy bien qué es eso de la «marca España», así que no valoraré cómo le afectan los últimos acontecimientos. No haré como la prensa conservadora, dando vueltas sobre la «marca España» como si estuviéramos hablando de un refresco de cola. No, aquí se trata de España, es decir, de los ciudadanos españoles. Ciudadanos entre los que se encuentran un montón de empleados públicos llamados policías, que la prensa progre pone a parir. Que aquí nadie se salva. Que en este país empieza a dar un poco de vergüenza tener que leer a corresponsales extranjeros para saber lo que pasa.
Los últimos acontecimientos evidencian que esas cosas que no se ven y mantienen a una comunidad unida, hoy están bajo mínimos. Sorprendente es que a la gente le sorprenda que la única empresa común que existe en España a día de hoy, es la protesta contra los políticos y la coyuntura. Con cinco millones de parados, de los cuales dos millones no trabajarán en su vida. Con cientos de miles de jóvenes estabulados en un sistema educativo cuya finalidad es que no anden por los parques mientras pasean los pensionistas. Con una serie de cargos sobre los que no puedes afirmar rotundamente «esto me parece bien», si no estás metido en uno de sus partidos. Con un empobrecimiento general que es evidente. Con una falta de perspectiva de mejora jaleada por una prensa poco seria. Con actuaciones políticas dedicadas a perpetuar el statu quo de miseria económica y política. Con un Jefe de Estado salido de Los Soprano, cuya única reciente declaración pública de enjundia se dirige directamente contra las aspiraciones políticas de parte de sus súbditos. ¿Qué esperaban? ¿Besos y abrazos? ¿Caritas sonrientes?
Las protestas animadas por grupos fanáticos prepolíticos que se aprovechan de la situación miserable son de esperar. A nadie le importa que quienes azuzan a la masa contra el sistema, formen parte del sistema. En una manifestación en la que se pide la dimisión de todos los congresistas, que cuenta con la participación de congresistas, que no abandonen su escaño de forma inmediata, no le importa a nadie. Bienvenidos a Matrix.
Que un gobierno autonómico, que es una institución Estado, reclame la extinción del Estado, es visto casi como algo deseable debido al hastío. Que lo haga como colofón a una gestión en la que deja claras sus prioridades, como forma evidente de escudo político, no le importa a nadie.
Que todo nos haga pensar que el Gobierno sigue la estrategia suicida de la "patada p'alante", continuando exactamente la política por la que fue castigado el anterior Gobierno, no preocupa en Moncloa. Y en caso de preocupar, que no se esfuercen por aclarar la situación, es algo alucinante. Una cosa es ser prudente y otra muerto viviente.
Con estos ingredientes, los discursos fáciles y emotivos, ganan. Que se nos trate de enfangar en guerras de cifras o con insultantes puñetazos en la mesa, es deleznable pero anecdótico. Salir de lo anecdótico es necesario para poder analizar la situación realmente existente: a partidos, sindicatos, empresarios, etc. todavía les resulta más beneficioso no cambiar las cosas, que ver a millones incorporándose a las filas de la miseria.
Y se habla de la fractura entre partidos y ciudadanos. Será una broma. De la fractura había que hablar hace años. Hoy no hay fractura, hoy hay odio. ¿Acaso el ciudadano observa otra respuesta inmediata, que no sea a policías nada profesionales, comportándose como delincuentes? ¿Conocéis algo moralmente deseable que venga de la autoridad últimamente?
Las columnas de la miseria, racionalmente, se unirán a quienes les prometan pan. Llámense secesionistas, neocomunistas o el alcalde cacique del pueblo. «Pan ahora» es el lema que une. Nada importa si lo dice la izquierda o la derecha. Nada importa que sea mentira.
Sin embargo, de lo que se trata es de parar la espiral de miseria sin socavar las libertades civiles.
Mariano, vaffanculo.
Los últimos acontecimientos evidencian que esas cosas que no se ven y mantienen a una comunidad unida, hoy están bajo mínimos. Sorprendente es que a la gente le sorprenda que la única empresa común que existe en España a día de hoy, es la protesta contra los políticos y la coyuntura. Con cinco millones de parados, de los cuales dos millones no trabajarán en su vida. Con cientos de miles de jóvenes estabulados en un sistema educativo cuya finalidad es que no anden por los parques mientras pasean los pensionistas. Con una serie de cargos sobre los que no puedes afirmar rotundamente «esto me parece bien», si no estás metido en uno de sus partidos. Con un empobrecimiento general que es evidente. Con una falta de perspectiva de mejora jaleada por una prensa poco seria. Con actuaciones políticas dedicadas a perpetuar el statu quo de miseria económica y política. Con un Jefe de Estado salido de Los Soprano, cuya única reciente declaración pública de enjundia se dirige directamente contra las aspiraciones políticas de parte de sus súbditos. ¿Qué esperaban? ¿Besos y abrazos? ¿Caritas sonrientes?
Las protestas animadas por grupos fanáticos prepolíticos que se aprovechan de la situación miserable son de esperar. A nadie le importa que quienes azuzan a la masa contra el sistema, formen parte del sistema. En una manifestación en la que se pide la dimisión de todos los congresistas, que cuenta con la participación de congresistas, que no abandonen su escaño de forma inmediata, no le importa a nadie. Bienvenidos a Matrix.
Que un gobierno autonómico, que es una institución Estado, reclame la extinción del Estado, es visto casi como algo deseable debido al hastío. Que lo haga como colofón a una gestión en la que deja claras sus prioridades, como forma evidente de escudo político, no le importa a nadie.
Que todo nos haga pensar que el Gobierno sigue la estrategia suicida de la "patada p'alante", continuando exactamente la política por la que fue castigado el anterior Gobierno, no preocupa en Moncloa. Y en caso de preocupar, que no se esfuercen por aclarar la situación, es algo alucinante. Una cosa es ser prudente y otra muerto viviente.
Con estos ingredientes, los discursos fáciles y emotivos, ganan. Que se nos trate de enfangar en guerras de cifras o con insultantes puñetazos en la mesa, es deleznable pero anecdótico. Salir de lo anecdótico es necesario para poder analizar la situación realmente existente: a partidos, sindicatos, empresarios, etc. todavía les resulta más beneficioso no cambiar las cosas, que ver a millones incorporándose a las filas de la miseria.
Y se habla de la fractura entre partidos y ciudadanos. Será una broma. De la fractura había que hablar hace años. Hoy no hay fractura, hoy hay odio. ¿Acaso el ciudadano observa otra respuesta inmediata, que no sea a policías nada profesionales, comportándose como delincuentes? ¿Conocéis algo moralmente deseable que venga de la autoridad últimamente?
Las columnas de la miseria, racionalmente, se unirán a quienes les prometan pan. Llámense secesionistas, neocomunistas o el alcalde cacique del pueblo. «Pan ahora» es el lema que une. Nada importa si lo dice la izquierda o la derecha. Nada importa que sea mentira.
Sin embargo, de lo que se trata es de parar la espiral de miseria sin socavar las libertades civiles.
- Ni una peseta pública para rescates bancarios. Los principales bancos del país probablemente puedan hacer frente ellos mismos a su situación. Los que no (las ex-cajas), procesos de bail in que conviertan a acreedores en accionistas, absorción por otras entidades o cierre. Lo siento, pero si una fábrica de galletas no vende galletas, cierra. Y quien quiera banca pública para su cortijo, que convenza a la gente de que ponga dinero, compren una ficha bancaria y abran su banco.
- Cierre de chiringuitos siguiendo un criterio ponderado de necesidades. Antes de cerrar quirófanos, cierras los observatorios de la alcachofa. Para esto entiendo que hace falta un acuerdo político. Recordatorio: en el primer mundo, los partidos acuerdan cosas.
- No crear empresas en 24 horas, sino en cinco minutos. Entrega de CIF temporal que ponga a la empresa a trabajar mientras arregla su situación. Pero que se pueda poner inmediatamente sin coste. Autorización previa y arreando.
- Libertad horaria comercial plena en todo el país. En el primer mundo hay ciudades con libertad de horarios comerciales que no han variado mucho los hábitos. Eso sí, quien quiera abrir, puede.
- Acabar con los peajes de los servicios profesionales. Noticia de última hora: no estamos en la Edad Media.
- Ni un duro para sindicatos, asociaciones de empresarios, mercachifles, etc. Tus vicios te los pagas tú.
- Nada de información institucional en la prensa importante, forma velada de ganar cortesanos. Hay internet. Y por supuesto, ni un duro de forma directa para la prensa.
- Reforma de los medios de comunicación públicos hacia un modelo tipo PBS/NPR.
- Reforma laboral que contemple el contrato único indefinido. Este melón hay que abrirlo, la dualidad laboral -junto a otros factores- está vomitando cientos de miles de chavales sin perspectivas y eso es un suicidio.
- Crear alguna especie de programa mágico (no sé cómo hacerlo, por eso lo llamo mágico), que asesore a aquellos sectores que piden a gritos un aumento de su productividad. Estoy pensando en el sector primario.
- Acabar con la amnistía fiscal en el fútbol. Si baja el nivel de la liga, que baje. Es más, quien quiera que su equipo tenga dinero, que le de su dinero.
- Austeridad no, economía de guerra. Sin descartar sistemas de cupones que no afecten a la deuda pública.
Mariano, vaffanculo.
lunes, 24 de septiembre de 2012
El rescate no garantiza bajar el coste de la deuda
Tweet
Quienes dicen que con el rescate a España bajarían los costes de la deuda dan dos razones: la primera, el control de las cuentas públicas, la segunda, cuando Draghi asomó la patita nuestra prima de riesgo reaccionó positivamente. El problema que veo es que el rescate a otros países no les hizo bajar su prima de riesgo.
Grecia: empieza a recibir ayuda en mayo de 2010. El 7 de mayo su prima de riesgo había alcanzado 965 puntos, el 12 de mayo baja a 430. A partir de ahí, la prima de riesgo helena no dejó de subir, alcanzando el 12 de marzo de 2012 los 3.500 puntos, cosa anecdótica porque la prima de riesgo no merece la pena observarla cuando no tienes acceso al mercado. En marzo de 2012, Grecia "evita" la quiebra al canjear 100.000 millones de euros de deuda por billetes del monopoly y usar la sofisticada fórmula de "quien no participe en la quita, no cobra". La ocurrencia no viene de Atenas, sino de Alemania, que impone la condición para aprobar un segundo rescate. El 14 de marzo la prima griega baja hasta los 1.700 puntos básicos. A partir de ahí, la prima griega sube hasta alcanzar los 3.000 puntos en un mayo lleno de tragedia griega electoral. Después la prima sí que no para de bajar, hoy está en 1.800 puntos. Grecia es un país con economía de guerra, sin acceso al mercado, con una explosión de pobreza y con un montón de comunistas y nazis en el parlamento.
Portugal: en abril de 2011 empieza a negociar las condiciones del rescate (600 pb). A mediados de mayo, la UE aprueba el plan de la troika. La prima portuguesa baja del 10 de mayo al 16 de mayo de los 660 a los 580 puntos básicos. A partir de ahí la prima no deja de subir hasta alcanzar su pico el 30 de enero de 2012 en unos 1.500 puntos básicos. Días después los principales bancos lusos presentan unos estados contables horribles. Los siguientes meses la prima portuguesa evoluciona cíclicamente con pendiente negativa. Hoy está en unos 730 puntos básicos. Es decir, 20 meses después del rescate, la prima está más alta.
Irlanda: en diciembre de 2010, la UE y el FMI aprueban un plan de rescate a la banca irlandesa. Los meses anteriores el gobierno de Dublín fue ayudando a su banca con sus propios recursos hasta quedarse sin nada en el cajón. A principios de diciembre la prima cae de los 660 a los 530 puntos básicos. En marzo Dublín comunica sus intenciones de reestructurar la banca para que queden en el país dos bancos, la prima cae. Días después las agencias rebajan la calificación de la deuda pública irlandesa, la prima vuelve a subir (de 500 a 600). De ahí en adelante la prima no deja de subir hasta llegar en julio de 2012 a los 1.150 puntos debido a la consideración de su deuda como bono basura. La UE y el FMI van observando el cumplimiento irlandés y la prima tiene tendencia descendente en los siguientes meses en los que su gobierno recorta gasto y vende patrimonio público. A día de hoy, la prima irlandesa (340) es menor que la italiana (350).
Parece que Irlanda es el único país que debido a su control de las cuentas sí puede reducir el coste de su deuda. Comparando lo que han hecho unos y otros, el rescate no es la panacea, por mucho que controlen tus cuentas, las condiciones internas del país son el factor más importante. Sin olvidar que el coste de nuestra deuda respecto a Alemania también depende de lo que ocurre en Alemania. Cuanto peor le va a alguno, mejor le va a otro. La pescadilla que se muerde la cola.
Entiendo perfectamente la posición del señor calvo del BBVA y de la patronal: ninguna entidad privada española puede endeudarse a menor precio que el Reino de España y, dado que probablemente muchas entidades privadas tengan mejores cuentas que el Reino, el coste de la deuda les perjudica a ellos un montón. El problema es que no existen las fórmulas mágicas y nosotros operamos con la materia prima que tenemos delante: un sector público desequilibrado, una total falta de audacia política y un paro solo justificable por mezclarse condiciones de posguerra y la Peste Negra, con el que seguimos caminando alegremente hacia el abismo.
Así con todo, ¿el rescate a dos años vista mejorará el coste de nuestra deuda? Parece que sí, pero, ¿qué ocurrirá por el camino? El rescate no es la panacea, lo que necesitamos es crecer, para ello se pueden tomar medidas que, mucho me temo, el actual gobierno no tomará. ¿Por qué? Porque ya lo conocemos: existen resistencias al ahorro público, no hay afán de reformas de calado (lo que se hace no llega) y encima las prioridades no parecen claras (aberrante la promesa de mejorar la financiación catalana mientras no se controlan sus cuentas y siguen existiendo cupos, absurda la política fiscal que se lleva a cabo y delirante la pérdida de contacto con la miserable realidad).
En resumen, España tendrá una medicación como la de Irlanda y una respuesta del paciente como la de Portugal. Desempleo y recesión hasta ajustar el tamaño de la economía con la losa de la deuda a cuestas y la moral por los suelos.
Grecia: empieza a recibir ayuda en mayo de 2010. El 7 de mayo su prima de riesgo había alcanzado 965 puntos, el 12 de mayo baja a 430. A partir de ahí, la prima de riesgo helena no dejó de subir, alcanzando el 12 de marzo de 2012 los 3.500 puntos, cosa anecdótica porque la prima de riesgo no merece la pena observarla cuando no tienes acceso al mercado. En marzo de 2012, Grecia "evita" la quiebra al canjear 100.000 millones de euros de deuda por billetes del monopoly y usar la sofisticada fórmula de "quien no participe en la quita, no cobra". La ocurrencia no viene de Atenas, sino de Alemania, que impone la condición para aprobar un segundo rescate. El 14 de marzo la prima griega baja hasta los 1.700 puntos básicos. A partir de ahí, la prima griega sube hasta alcanzar los 3.000 puntos en un mayo lleno de tragedia griega electoral. Después la prima sí que no para de bajar, hoy está en 1.800 puntos. Grecia es un país con economía de guerra, sin acceso al mercado, con una explosión de pobreza y con un montón de comunistas y nazis en el parlamento.
Portugal: en abril de 2011 empieza a negociar las condiciones del rescate (600 pb). A mediados de mayo, la UE aprueba el plan de la troika. La prima portuguesa baja del 10 de mayo al 16 de mayo de los 660 a los 580 puntos básicos. A partir de ahí la prima no deja de subir hasta alcanzar su pico el 30 de enero de 2012 en unos 1.500 puntos básicos. Días después los principales bancos lusos presentan unos estados contables horribles. Los siguientes meses la prima portuguesa evoluciona cíclicamente con pendiente negativa. Hoy está en unos 730 puntos básicos. Es decir, 20 meses después del rescate, la prima está más alta.
Irlanda: en diciembre de 2010, la UE y el FMI aprueban un plan de rescate a la banca irlandesa. Los meses anteriores el gobierno de Dublín fue ayudando a su banca con sus propios recursos hasta quedarse sin nada en el cajón. A principios de diciembre la prima cae de los 660 a los 530 puntos básicos. En marzo Dublín comunica sus intenciones de reestructurar la banca para que queden en el país dos bancos, la prima cae. Días después las agencias rebajan la calificación de la deuda pública irlandesa, la prima vuelve a subir (de 500 a 600). De ahí en adelante la prima no deja de subir hasta llegar en julio de 2012 a los 1.150 puntos debido a la consideración de su deuda como bono basura. La UE y el FMI van observando el cumplimiento irlandés y la prima tiene tendencia descendente en los siguientes meses en los que su gobierno recorta gasto y vende patrimonio público. A día de hoy, la prima irlandesa (340) es menor que la italiana (350).
Parece que Irlanda es el único país que debido a su control de las cuentas sí puede reducir el coste de su deuda. Comparando lo que han hecho unos y otros, el rescate no es la panacea, por mucho que controlen tus cuentas, las condiciones internas del país son el factor más importante. Sin olvidar que el coste de nuestra deuda respecto a Alemania también depende de lo que ocurre en Alemania. Cuanto peor le va a alguno, mejor le va a otro. La pescadilla que se muerde la cola.
Entiendo perfectamente la posición del señor calvo del BBVA y de la patronal: ninguna entidad privada española puede endeudarse a menor precio que el Reino de España y, dado que probablemente muchas entidades privadas tengan mejores cuentas que el Reino, el coste de la deuda les perjudica a ellos un montón. El problema es que no existen las fórmulas mágicas y nosotros operamos con la materia prima que tenemos delante: un sector público desequilibrado, una total falta de audacia política y un paro solo justificable por mezclarse condiciones de posguerra y la Peste Negra, con el que seguimos caminando alegremente hacia el abismo.
Así con todo, ¿el rescate a dos años vista mejorará el coste de nuestra deuda? Parece que sí, pero, ¿qué ocurrirá por el camino? El rescate no es la panacea, lo que necesitamos es crecer, para ello se pueden tomar medidas que, mucho me temo, el actual gobierno no tomará. ¿Por qué? Porque ya lo conocemos: existen resistencias al ahorro público, no hay afán de reformas de calado (lo que se hace no llega) y encima las prioridades no parecen claras (aberrante la promesa de mejorar la financiación catalana mientras no se controlan sus cuentas y siguen existiendo cupos, absurda la política fiscal que se lleva a cabo y delirante la pérdida de contacto con la miserable realidad).
En resumen, España tendrá una medicación como la de Irlanda y una respuesta del paciente como la de Portugal. Desempleo y recesión hasta ajustar el tamaño de la economía con la losa de la deuda a cuestas y la moral por los suelos.
domingo, 23 de septiembre de 2012
Dos formas de llegar al Estado nación
Tweet
Después del Congreso de Viena se intenta regresar al statu quo internacional anterior al rapto de Europa. El caso es que la historia no tiene marcha atrás y el surgimiento de nuevas entidades políticas es imparable. Este periodo de aproximadamente cien años hasta el Tratado de Versalles ofrece dos visiones opuestas de lo que debe ser una comunidad nacional y de cómo la nacionalidad pasa a ser o no un estado.
Es cuanto menos curioso contraponer la forma de construcción nacional de Francia a la construcción estatal de Alemania. Son dos caminos para llegar al mismo objetivo.
Francia: del Estado a la nación
La mayor contribución de Napoleón a la política francesa fue la culminación ordenada del proceso revolucionario surgido en 1789. A partir de un Estado definido, patrimonio de un rey absoluto, se crea una nación moderna dentro de ese ámbito legal. Que la soberanía política recaiga sobre la nación, es una forma de construcción nacional en la que los súbditos pasan a ser ciudadanos, la bandera que une e iguala representa no al Estado, sino a la nueva nación. Un servicio militar basado en la idea de cumplir con una obligación ciudadana de protección de los intereses comunes, crea una historia compartida entre gente de diferente extracción social impensable unas décadas antes.
Es decir, el Estado-nación francés surge de un ámbito de soberanía del Antiguo Régimen en el que las nuevas leyes igualan a todos los ciudadanos (ciudadanos con derechos políticos y con instituciones representativas). El nacionalismo francés tiene como objetivo que los ciudadanos no sólo estén unidos legalmente, sino que compartan una historia y una responsabilidad para con sus nuevas generaciones. Claro que para ello hace falta homogeneizar el Estado, algo que ya encontramos en los ilustrados del XVIII. Por ejemplo, en la España de Carlos IV encontramos la primera ley de oficialidad del idioma castellano (1799). Si hay algo que tiene la historia es que las cosas no surgen de la nada. No incido en el caso español porque España tiene una problemática distinta (España se ve muy influenciada por Francia, pero se trata de un imperio generador que no entrará en la cuestión de la construcción nacional hasta prácticamente el desastre del 98. Más adelante sigo con esto).
Así, aparece la educación nacional, la oficialidad del idioma, el servicio militar, las fiestas de caracter nacional, banderas en los balcones y mucho come-baguetes cantando la Marsellesa.
Alemania: de la nación al Estado
El proceso en Alemania es paralelo pero tiene un sentido opuesto. Alemania no es un Estado del Antiguo Régimen. Políticamente hay muchos estados soberanos donde están los alemanes. Pero son eso: alemanes. Es decir, existe una nacionalidad previa, una comunidad nacional con sentido de compartir un sistema de pensamiento, con relaciones culturales y económicas que crean lazos de solidaridad comunitaria (Gemeinshaft) si cabe más fuertes que la muy heterogénea Francia del XVIII. Lo que les hace falta es crear un Estado común. En sentido estricto no se puede hablar de «nacionalismo alemán» (ya que si tienes una nación, carece de sentido ser nacionalista), sino de «estatalismo alemán».
Hay un proceso de unificación alemana basado en el acuerdo común y victorias militares. No hay nada que una más que luchar juntos. La lucha se dará tanto en el plano militar como en el de las ideas (la Kulturkampf bismarkiana). Prusia, y luego el Imperio Alemán, construyen un nuevo Estado moderno sobre la preexistente nación alemana. Esta concepción del Estado como unión de la nación alemana (en sentido estricto, como la unión de quienes hablan alemán allá donde vivan) tuvo consecuencias desastrosas porque muchos nacionales alemanes vivían bajo estados que a su vez vivían la pulsión de la construcción nacional.
No es casualidad que el antisemitismo ideológico prenda con fuerza en la civilizada patria de Schiller y Goethe. El proceso de estatalización crece sobre la nación que comparte un idioma y unas costumbres. El gobierno de Berlín no tiende pues a la homogeneización, sino a la compartimentalización de la sociedad (lo que hoy llamaríamos «ciudadanos de primera» y «ciudadanos de segunda»). En la aventura alemana en África se reproduce este modelo: los alemanes construyen sus comunidades sin mezclarse con la población local. Esto no es necesariamente malo: los indígenas pueden continuar con sus tradiciones e idioma y la tensión política es menor.
Medios distintos, fin compartido
La consecuencia evidente de los dos modelos es acabar configurando el Estado nación. Por vías distintas, tanto Francia como el Imperio Alemán llegan a las puertas de la Gran Guerra como Estados modernos en los que los ciudadanos con derechos políticos, formados en un sistema de educación compartido, desfilan ante banderas que los representan. De forma completamente diferente se llega al mismo fin: la relación intrínseca entre lengua, nación y Estado. Es decir, una cultura compartida en un ámbito político de vida compartida. En ambos casos, tanto Francia como el Imperio Alemán, logran crear las instituciones necesarias para que aparezca la solidaridad compartida sobre la que se construye una historia y un sufrimiento comunes, que es la única forma en que se concebía al Estado nacional en esa época (Renan).
Desde España comprendemos mejor el modelo francés. El Imperio Español, con sus instituciones premodernas, tiende a la homogeneización y asimilación sin compartimentalizar a la población. Como dije antes, no es sino hasta época muy tardía que aparece algún tipo de rasgo nacionalista -influencia francesa- en los dominios de la Monarquía Hispánica.
Es arriesgado afirmarlo, pero hasta se podría decir que existe un modelo español con rasgos propios. No hablo de cómo llegamos a ser Estado nación (modelo francés: sobre un Estado previo, se crea la nación, objetivo de los doceañistas y liberales del XIX), sino de antes. España, hasta la Guerra de la Independencia, no podía ser pensada en términos que no fueran imperiales. Es innegable que los españoles europeos eran metrópolis y los españoles americanos eran colonia. También es innegable que los ilustrados tenían en mente la asimilación de la población de todo el territorio. Lo que llama la atención es el caracter generador de la aventura española. Desde el punto de vista alemán, es incomprensible que los españoles dedicaran muchos esfuerzos a levantar catedrales y universidades en América. Sin embargo, desde el punto de vista de un senador de la República Romana, hacer eso resulta perfectamente comprensible.
Los futuribles pensados por los ilustrados y políticos de la época (el conde de Aranda por ejemplo), nos dibujan planes de creación de monarquías modernas en hispanoamérica. Una suerte de entente de estados ligados por lazos de sangre en sus jefaturas de estado y por lazos de religión, lengua y economía en su orden social. De poco sirve hoy insistir en el tema.
Lo que se puede sacar en claro es que no existen leyes fijas en la historia. Al igual que sucede con la economía y con cualquier tema que dependa de personas, podemos plantear modelos, sí, y compararlos. Incluso es deseable relatar hechos del pasado y aprender de ellos. Lo que no podemos hacer es prever con seguridad absoluta el cariz que tomarán las cosas.
Más:
Es cuanto menos curioso contraponer la forma de construcción nacional de Francia a la construcción estatal de Alemania. Son dos caminos para llegar al mismo objetivo.
Francia: del Estado a la nación
La mayor contribución de Napoleón a la política francesa fue la culminación ordenada del proceso revolucionario surgido en 1789. A partir de un Estado definido, patrimonio de un rey absoluto, se crea una nación moderna dentro de ese ámbito legal. Que la soberanía política recaiga sobre la nación, es una forma de construcción nacional en la que los súbditos pasan a ser ciudadanos, la bandera que une e iguala representa no al Estado, sino a la nueva nación. Un servicio militar basado en la idea de cumplir con una obligación ciudadana de protección de los intereses comunes, crea una historia compartida entre gente de diferente extracción social impensable unas décadas antes.
Es decir, el Estado-nación francés surge de un ámbito de soberanía del Antiguo Régimen en el que las nuevas leyes igualan a todos los ciudadanos (ciudadanos con derechos políticos y con instituciones representativas). El nacionalismo francés tiene como objetivo que los ciudadanos no sólo estén unidos legalmente, sino que compartan una historia y una responsabilidad para con sus nuevas generaciones. Claro que para ello hace falta homogeneizar el Estado, algo que ya encontramos en los ilustrados del XVIII. Por ejemplo, en la España de Carlos IV encontramos la primera ley de oficialidad del idioma castellano (1799). Si hay algo que tiene la historia es que las cosas no surgen de la nada. No incido en el caso español porque España tiene una problemática distinta (España se ve muy influenciada por Francia, pero se trata de un imperio generador que no entrará en la cuestión de la construcción nacional hasta prácticamente el desastre del 98. Más adelante sigo con esto).
Así, aparece la educación nacional, la oficialidad del idioma, el servicio militar, las fiestas de caracter nacional, banderas en los balcones y mucho come-baguetes cantando la Marsellesa.
Alemania: de la nación al Estado
El proceso en Alemania es paralelo pero tiene un sentido opuesto. Alemania no es un Estado del Antiguo Régimen. Políticamente hay muchos estados soberanos donde están los alemanes. Pero son eso: alemanes. Es decir, existe una nacionalidad previa, una comunidad nacional con sentido de compartir un sistema de pensamiento, con relaciones culturales y económicas que crean lazos de solidaridad comunitaria (Gemeinshaft) si cabe más fuertes que la muy heterogénea Francia del XVIII. Lo que les hace falta es crear un Estado común. En sentido estricto no se puede hablar de «nacionalismo alemán» (ya que si tienes una nación, carece de sentido ser nacionalista), sino de «estatalismo alemán».
Hay un proceso de unificación alemana basado en el acuerdo común y victorias militares. No hay nada que una más que luchar juntos. La lucha se dará tanto en el plano militar como en el de las ideas (la Kulturkampf bismarkiana). Prusia, y luego el Imperio Alemán, construyen un nuevo Estado moderno sobre la preexistente nación alemana. Esta concepción del Estado como unión de la nación alemana (en sentido estricto, como la unión de quienes hablan alemán allá donde vivan) tuvo consecuencias desastrosas porque muchos nacionales alemanes vivían bajo estados que a su vez vivían la pulsión de la construcción nacional.
No es casualidad que el antisemitismo ideológico prenda con fuerza en la civilizada patria de Schiller y Goethe. El proceso de estatalización crece sobre la nación que comparte un idioma y unas costumbres. El gobierno de Berlín no tiende pues a la homogeneización, sino a la compartimentalización de la sociedad (lo que hoy llamaríamos «ciudadanos de primera» y «ciudadanos de segunda»). En la aventura alemana en África se reproduce este modelo: los alemanes construyen sus comunidades sin mezclarse con la población local. Esto no es necesariamente malo: los indígenas pueden continuar con sus tradiciones e idioma y la tensión política es menor.
Medios distintos, fin compartido
La consecuencia evidente de los dos modelos es acabar configurando el Estado nación. Por vías distintas, tanto Francia como el Imperio Alemán llegan a las puertas de la Gran Guerra como Estados modernos en los que los ciudadanos con derechos políticos, formados en un sistema de educación compartido, desfilan ante banderas que los representan. De forma completamente diferente se llega al mismo fin: la relación intrínseca entre lengua, nación y Estado. Es decir, una cultura compartida en un ámbito político de vida compartida. En ambos casos, tanto Francia como el Imperio Alemán, logran crear las instituciones necesarias para que aparezca la solidaridad compartida sobre la que se construye una historia y un sufrimiento comunes, que es la única forma en que se concebía al Estado nacional en esa época (Renan).
Desde España comprendemos mejor el modelo francés. El Imperio Español, con sus instituciones premodernas, tiende a la homogeneización y asimilación sin compartimentalizar a la población. Como dije antes, no es sino hasta época muy tardía que aparece algún tipo de rasgo nacionalista -influencia francesa- en los dominios de la Monarquía Hispánica.
Es arriesgado afirmarlo, pero hasta se podría decir que existe un modelo español con rasgos propios. No hablo de cómo llegamos a ser Estado nación (modelo francés: sobre un Estado previo, se crea la nación, objetivo de los doceañistas y liberales del XIX), sino de antes. España, hasta la Guerra de la Independencia, no podía ser pensada en términos que no fueran imperiales. Es innegable que los españoles europeos eran metrópolis y los españoles americanos eran colonia. También es innegable que los ilustrados tenían en mente la asimilación de la población de todo el territorio. Lo que llama la atención es el caracter generador de la aventura española. Desde el punto de vista alemán, es incomprensible que los españoles dedicaran muchos esfuerzos a levantar catedrales y universidades en América. Sin embargo, desde el punto de vista de un senador de la República Romana, hacer eso resulta perfectamente comprensible.
Los futuribles pensados por los ilustrados y políticos de la época (el conde de Aranda por ejemplo), nos dibujan planes de creación de monarquías modernas en hispanoamérica. Una suerte de entente de estados ligados por lazos de sangre en sus jefaturas de estado y por lazos de religión, lengua y economía en su orden social. De poco sirve hoy insistir en el tema.
Lo que se puede sacar en claro es que no existen leyes fijas en la historia. Al igual que sucede con la economía y con cualquier tema que dependa de personas, podemos plantear modelos, sí, y compararlos. Incluso es deseable relatar hechos del pasado y aprender de ellos. Lo que no podemos hacer es prever con seguridad absoluta el cariz que tomarán las cosas.
Más:
- Ernest Renan. ¿Qué es una nación? (París, 1882) [PDF]
- Facundo Goñi. Tratado de las relaciones internacionales de España (Madrid, 1848).
- Emilio Lamo de Espinosa. Lengua, nación y Estado. Claves de razón práctica, nº121, abril de 2002.
- Web sobre la guerra franco-prusiana
viernes, 21 de septiembre de 2012
Día de la independencia. Caso práctico
Tweet
Siento cierto morbo por saber los pasos concretos hacia la separación o secesión de una comunidad del resto de España. En este debate, mucho se habla de reyes medievales, de piedras en descampados y de cualquier tipo de anacronismo para justificar tesis cuanto menos discutibles (o cuya importancia sólo es achacable al frikismo hooligan).
También es un debate viciado y espeso en el que la gente da su opinión sobre lo que es o deja de ser una nación o qué repercusiones concretas políticas tiene esto. Asimismo, en este tema, se orbita alrededor de la aburrida cuestión de las lenguas. Algo más interesante es la explicación de cosas fiscales porque revela carencias del sistema de financiación autonómico: para mucha gente, el estado central es un ente abstracto que quita impuestos, sella pasaportes, tiene tanques y cuartelillos de la Guardia Civil. En general, la administración del Estado tiene mala fama excepto cuando aparece en forma de salvamento marítimo o hay una redada en un local de trata de blancas. Incluso estas cosas buenas, la gente puede pensar que no hay razones por las que su comunidad no pueda desempeñarlas. Pero como digo, ahora no es ese el tema. Vayamos a lo concreto.
Hacia la separación
El primer problema que nos encontramos es que no existe un método jurídico para la secesión. En un país normal esto impide cualquier debate sobre el tema (claro que un país normal que no quiera estas cosas, también ordena el resto de sus leyes de forma que no puedan dar lugar a la demanda política de la secesión). Pero como para los que quieren la secesión esto se la sopla, cojamos una pértiga y saltemos sobre la ley para especular con lo que hay al otro lado.
Se habla de que un parlamento autonómico puede declarar unilateralmente el estado propio. Es decir, una votación extraordinaria de un texto que una mayoría suficiente aprueba. Después ¿qué?
Me imagino que habrá fiesta en la calle de los que están a favor. Mientras hace buen tiempo, una fiesta en la calle es bienvenida. Las celebraciones colectivas suelen inspirar un éxtasis de la masa, un jolgorio y alegría del que brota la camaradería. Es el mismo sentimiento de los forofos cuando su equipo gana algo (la Copa del Rey al Real Madrid el día de su centenario, por ejemplo). Pero después ¿qué ocurre?
El presidente de la comunidad celebra con los suyos, hay abrazos y la gente se ríe mucho. Supongo que el acto estará revestido de esa liturgia no escrita que obliga a políticos subdesarrollados a imprimir caracter a un acto mediante semblantes serios. Pero una vez que ha hablado con familiares, cual concursante de Gran Hermano, habrá un momento en que el teléfono le suene.
Estoy intrigado por esa llamada. Puede ser cualquiera, desde un fiscal al Delegado del Gobierno pasando por el jefe de tu policía autonómica. Pasemos por alto que esa declaración unilateral en el parlamento carece de valor jurídico. Pensemos que lo votado es un delito contra la Constitución. ¿Habría una reunión de urgencia en Moncloa para plantear el estado de excepción?
Lo de suspender la autonomía no lo acabo de ver: no hay un método para hacerlo. Aunque militarices algunos servicios públicos, estás dependiendo de un ejército de funcionarios autonómicos y no hay tantos militares como para controlar lo que se hace en cada sitio. Desde luego que los servicios públicos básicos continuarían su funcionamiento sin más problema del que pueda haber un día de huelga (o un domingo). Pero los funcionarios que se dedican a cosas que al gobierno central no le importan (como la gente del Observatorio de la Alcachofa), quedaría inmediatamente de brazos cruzados.
Es más, tengo el problema de la elaboración de un presupuesto alternativo de emergencia. ¿Puede el Gobierno hacerse cargo del presupuesto que maneja una autonomía?
Regresemos a la especulación de lo concreto. Pensemos en que un juez debe cursar una orden que llegue a la policía para proceder a la detención de docenas de ex-parlamentarios, ex-consejeros y el ex-presidente de la comunidad. Es más, es que habría que detener a todo aquel que colaborara con la rebelión. En términos prácticos esto es muy complicado.
Pero volvamos la cámara al punto de vista de los nuevos padres de la patria. La primera orden del nuevo estado bien podría ser la de nombrar embajadores. Todas las comunidades autónomas tienen algún tipo de representación en el exterior. Se habrían de cursar peticiones de presentación de credenciales ante jefes de estado extranjeros. ¿Qué país estaría dispuesto a reconocer la independencia de una región española? Descartemos a todos los que tienen algún tipo de pulsión secesionista y a todos los que dependen en gran medida de relaciones comerciales con la Unión Europea. ¿Qué queda? ¿Venezuela?
Se me ocurre que sería muy gracioso que pidieran presentar credenciales al ministerio de asuntos exteriores en Madrid.
También está el problema de requisar todas las propiedades del estado español en el nuevo territorio. Para eso debes mandar funcionarios de justicia que tendrían de pronto dos amos. Además, hay algunas propiedades que son del ministerio de Defensa. Habría un conflicto muy serio entre las madres/novias de quienes están dentro contra las de los que quieren entrar a quemar banderas. Cualquier movimiento de repliegue de soldados sería interpretado desde el exterior como una vía libre para el reconocimiento diplomático del nuevo país.
Esto la gente lo sabe, así que el nuevo estado declararía solemnemente que de sus asuntos de defensa se encargaría el Reino de España a cambio de un cupo anual. Sería quitarse un problema de encima.
Otro problema inmediato de caracter práctico sería el de la gente que en ese momento está viajando. Un funcionario de aduanas, dependiente del gobierno de España, que trabaje en el nuevo país, dejaría pasar todos los ositos de peluche bomba que encontrara en los equipajes. O no. Pero seguro que con los pasaportes habría un lío: gente que te llega sonriendo con pasaportes del Eurodisney o de Transnistria. Los tienes que dejar pasar mientras no tengas ninguna legislación ni firmes ningún tratado.
Cosa que me lleva al problema del espacio aéreo. De pronto, todos los vuelos en ruta hacia el nuevo estado serían desviados a aeropuertos españoles. Y todos los vuelos programados para salir desde el nuevo estado se quedarían sin control de tráfico, con lo que no podrían despegar. Adiós a las vacaciones con la yaya.
En los pueblos pequeños
No lo puedo remediar: siento debilidad por las actitudes predemocráticas de los caciques de pueblo. En los pueblos la independencia sería más efectiva. Atendiendo a la tesis de Max Weber, en un pueblo pequeño es fácil asumir el monopolio de la violencia. Tres quinquis subidos a un Seat Ibiza con Camela a tope, pasarían a ser el nuevo cuerpo de la policía local. Incluso podrían ir a la farmacia a requisar de forma oficial cierto tipo de sustancias.
El consistorio haría una declaración de adhesión a la que probablemente no fueran algunos concejales, se declararía el día festivo y, en función de la inclinación del nuevo poder local, se usaría la parroquia para hacer botellón o misa solemne.
En los pueblos pequeños del resto de España
La declaración de estado independiente de una comunidad, mandaría un mensaje de debilidad muy claro a pueblos cuyo programa de la tele favorito, después de Sálvame y el fútbol, es la tertulia de Curri o el pestiño del Wyoming.
En unos, se asaltarían supermercados buscando productos con origen en el nuevo país independiente para quemarlos. Los mozos irían a meter migas de pan en las cerraduras del nuevo vecino extranjero. Y habría una declaración solemne de condena en el ayuntamiento. Al alcalde de turno le viene de perlas la noticia para así tener a la gente entretenida sin tocar el presupuesto para fiestas.
En los otros, habría una votación igual de solemne apoyando la secesión e incluso los más graciosos, se declararían cantón independiente. Se asaltarían supermercados con fruición para comprar productos de la región independizada y así mostrar apoyo e incluso se recaudarían exiguos fondos para enviarlos al nuevo estado. Como la gente no tiene un duro, se aceptarían donaciones en especie: un burro tuerto, nueve gallinas, doce kilos de chorizos,... Me deleito con la escena.
La gente normal
La gente normal, sea centralista, federalista, independentista o cubista; seguirá todo por la tele comiendo palomitas. No pocos irán a los cajeros y a los bancos a retirar lo que puedan. Algunos comprarán provisiones en los supermercados, habrá tiempo para repasar hemerotecas y en general se elevará la preocupación en aquellas familias que tengan hijos estudiando una carrera de letras. Las horas que dure el nuevo estado serán todo un acontecimiento que quizás les haga reflexionar sobre los espacios que el misticismo ha conquistado a la política con su silenciosa colaboración.
El día después
Continúo especulando. Esa comunidad, una vez detenidos los padres de la patria, se puede olvidar de tener autonomía durante por lo menosun año tres meses. Todas las leyes aprobadas con anterioridad, en uso de su autonomía, continuarán esta vez bajo un gobierno delegado de Madrid. Sería interesante saber cómo reaccionaría políticamente la gente. Por los precedentes que manejamos de una situación similar, parece que no habría grandes cambios. Así que todo seguiría igual. Eso sí, con una intervención de la troika del tamaño de la Luna.
También es un debate viciado y espeso en el que la gente da su opinión sobre lo que es o deja de ser una nación o qué repercusiones concretas políticas tiene esto. Asimismo, en este tema, se orbita alrededor de la aburrida cuestión de las lenguas. Algo más interesante es la explicación de cosas fiscales porque revela carencias del sistema de financiación autonómico: para mucha gente, el estado central es un ente abstracto que quita impuestos, sella pasaportes, tiene tanques y cuartelillos de la Guardia Civil. En general, la administración del Estado tiene mala fama excepto cuando aparece en forma de salvamento marítimo o hay una redada en un local de trata de blancas. Incluso estas cosas buenas, la gente puede pensar que no hay razones por las que su comunidad no pueda desempeñarlas. Pero como digo, ahora no es ese el tema. Vayamos a lo concreto.
Hacia la separación
El primer problema que nos encontramos es que no existe un método jurídico para la secesión. En un país normal esto impide cualquier debate sobre el tema (claro que un país normal que no quiera estas cosas, también ordena el resto de sus leyes de forma que no puedan dar lugar a la demanda política de la secesión). Pero como para los que quieren la secesión esto se la sopla, cojamos una pértiga y saltemos sobre la ley para especular con lo que hay al otro lado.
Se habla de que un parlamento autonómico puede declarar unilateralmente el estado propio. Es decir, una votación extraordinaria de un texto que una mayoría suficiente aprueba. Después ¿qué?
Me imagino que habrá fiesta en la calle de los que están a favor. Mientras hace buen tiempo, una fiesta en la calle es bienvenida. Las celebraciones colectivas suelen inspirar un éxtasis de la masa, un jolgorio y alegría del que brota la camaradería. Es el mismo sentimiento de los forofos cuando su equipo gana algo (la Copa del Rey al Real Madrid el día de su centenario, por ejemplo). Pero después ¿qué ocurre?
El presidente de la comunidad celebra con los suyos, hay abrazos y la gente se ríe mucho. Supongo que el acto estará revestido de esa liturgia no escrita que obliga a políticos subdesarrollados a imprimir caracter a un acto mediante semblantes serios. Pero una vez que ha hablado con familiares, cual concursante de Gran Hermano, habrá un momento en que el teléfono le suene.
Estoy intrigado por esa llamada. Puede ser cualquiera, desde un fiscal al Delegado del Gobierno pasando por el jefe de tu policía autonómica. Pasemos por alto que esa declaración unilateral en el parlamento carece de valor jurídico. Pensemos que lo votado es un delito contra la Constitución. ¿Habría una reunión de urgencia en Moncloa para plantear el estado de excepción?
Lo de suspender la autonomía no lo acabo de ver: no hay un método para hacerlo. Aunque militarices algunos servicios públicos, estás dependiendo de un ejército de funcionarios autonómicos y no hay tantos militares como para controlar lo que se hace en cada sitio. Desde luego que los servicios públicos básicos continuarían su funcionamiento sin más problema del que pueda haber un día de huelga (o un domingo). Pero los funcionarios que se dedican a cosas que al gobierno central no le importan (como la gente del Observatorio de la Alcachofa), quedaría inmediatamente de brazos cruzados.
Es más, tengo el problema de la elaboración de un presupuesto alternativo de emergencia. ¿Puede el Gobierno hacerse cargo del presupuesto que maneja una autonomía?
Regresemos a la especulación de lo concreto. Pensemos en que un juez debe cursar una orden que llegue a la policía para proceder a la detención de docenas de ex-parlamentarios, ex-consejeros y el ex-presidente de la comunidad. Es más, es que habría que detener a todo aquel que colaborara con la rebelión. En términos prácticos esto es muy complicado.
Pero volvamos la cámara al punto de vista de los nuevos padres de la patria. La primera orden del nuevo estado bien podría ser la de nombrar embajadores. Todas las comunidades autónomas tienen algún tipo de representación en el exterior. Se habrían de cursar peticiones de presentación de credenciales ante jefes de estado extranjeros. ¿Qué país estaría dispuesto a reconocer la independencia de una región española? Descartemos a todos los que tienen algún tipo de pulsión secesionista y a todos los que dependen en gran medida de relaciones comerciales con la Unión Europea. ¿Qué queda? ¿Venezuela?
Se me ocurre que sería muy gracioso que pidieran presentar credenciales al ministerio de asuntos exteriores en Madrid.
También está el problema de requisar todas las propiedades del estado español en el nuevo territorio. Para eso debes mandar funcionarios de justicia que tendrían de pronto dos amos. Además, hay algunas propiedades que son del ministerio de Defensa. Habría un conflicto muy serio entre las madres/novias de quienes están dentro contra las de los que quieren entrar a quemar banderas. Cualquier movimiento de repliegue de soldados sería interpretado desde el exterior como una vía libre para el reconocimiento diplomático del nuevo país.
Esto la gente lo sabe, así que el nuevo estado declararía solemnemente que de sus asuntos de defensa se encargaría el Reino de España a cambio de un cupo anual. Sería quitarse un problema de encima.
Otro problema inmediato de caracter práctico sería el de la gente que en ese momento está viajando. Un funcionario de aduanas, dependiente del gobierno de España, que trabaje en el nuevo país, dejaría pasar todos los ositos de peluche bomba que encontrara en los equipajes. O no. Pero seguro que con los pasaportes habría un lío: gente que te llega sonriendo con pasaportes del Eurodisney o de Transnistria. Los tienes que dejar pasar mientras no tengas ninguna legislación ni firmes ningún tratado.
Cosa que me lleva al problema del espacio aéreo. De pronto, todos los vuelos en ruta hacia el nuevo estado serían desviados a aeropuertos españoles. Y todos los vuelos programados para salir desde el nuevo estado se quedarían sin control de tráfico, con lo que no podrían despegar. Adiós a las vacaciones con la yaya.
En los pueblos pequeños
No lo puedo remediar: siento debilidad por las actitudes predemocráticas de los caciques de pueblo. En los pueblos la independencia sería más efectiva. Atendiendo a la tesis de Max Weber, en un pueblo pequeño es fácil asumir el monopolio de la violencia. Tres quinquis subidos a un Seat Ibiza con Camela a tope, pasarían a ser el nuevo cuerpo de la policía local. Incluso podrían ir a la farmacia a requisar de forma oficial cierto tipo de sustancias.
El consistorio haría una declaración de adhesión a la que probablemente no fueran algunos concejales, se declararía el día festivo y, en función de la inclinación del nuevo poder local, se usaría la parroquia para hacer botellón o misa solemne.
En los pueblos pequeños del resto de España
La declaración de estado independiente de una comunidad, mandaría un mensaje de debilidad muy claro a pueblos cuyo programa de la tele favorito, después de Sálvame y el fútbol, es la tertulia de Curri o el pestiño del Wyoming.
En unos, se asaltarían supermercados buscando productos con origen en el nuevo país independiente para quemarlos. Los mozos irían a meter migas de pan en las cerraduras del nuevo vecino extranjero. Y habría una declaración solemne de condena en el ayuntamiento. Al alcalde de turno le viene de perlas la noticia para así tener a la gente entretenida sin tocar el presupuesto para fiestas.
En los otros, habría una votación igual de solemne apoyando la secesión e incluso los más graciosos, se declararían cantón independiente. Se asaltarían supermercados con fruición para comprar productos de la región independizada y así mostrar apoyo e incluso se recaudarían exiguos fondos para enviarlos al nuevo estado. Como la gente no tiene un duro, se aceptarían donaciones en especie: un burro tuerto, nueve gallinas, doce kilos de chorizos,... Me deleito con la escena.
La gente normal
La gente normal, sea centralista, federalista, independentista o cubista; seguirá todo por la tele comiendo palomitas. No pocos irán a los cajeros y a los bancos a retirar lo que puedan. Algunos comprarán provisiones en los supermercados, habrá tiempo para repasar hemerotecas y en general se elevará la preocupación en aquellas familias que tengan hijos estudiando una carrera de letras. Las horas que dure el nuevo estado serán todo un acontecimiento que quizás les haga reflexionar sobre los espacios que el misticismo ha conquistado a la política con su silenciosa colaboración.
El día después
Continúo especulando. Esa comunidad, una vez detenidos los padres de la patria, se puede olvidar de tener autonomía durante por lo menos
jueves, 20 de septiembre de 2012
El precio de la leche en Galicia
Tweet
Un tema de relevancia en Galicia es el del precio al que las industrias lácteas compran la leche a los productores. Es un tema que nadie va a solucionar porque todos los agentes en disputa tienen incentivos para tirar cada uno por su lado y evitar llegar a consensos. Estos consensos no sólo son imposibles porque los agentes actúan cada uno de forma racional para su beneficio, sino porque además, en el contexto del mercado más intervenido de la historia, es ilegal llegar a esos consensos.
El problema que se plantea es que la leche gallega la compran las industrias a un precio inferior que la francesa. Pero ésta sólo es la cáscara de un problema con mucha más enjundia.
Trataré de exponer la situación de cada agente con datos aproximados, ya que cambian en tiempo real. Adelanto mis conclusiones: es un tema que perjudica a todo el mundo y que mientras la UE no se tome en serio lo que debe ser un mercado libre, no tendrá solución. E incluso así, la solución será dramática y abocará al cierre de muchas explotaciones si no superan su resistencia al cambio, llevará al conflicto comercial si no se igualan las condiciones de acceso al mercado y disparará los precios finales que soporta el consumidor. Es decir, estamos ante un problema en el que para 2015, cuando acabe la cuota láctea, todo el mundo saldrá perdiendo.
Antes de nada: ¿por qué es un tema relevante en Galicia? La producción láctea gallega vive en el contexto de la cuota de producción asignada a España, no desconozco que el tema del precio de la leche es también dramático en Cantabria o Asturias. El caso es que en Galicia se produce el 40% de la leche de España y se firman el 76% de los contratos con explotaciones pequeñas. A pesar de la alta tecnificación de la industria ganadera, se dedican 500.000 ha a pastos forrajeros. De media, las explotaciones gallegas, tomadas individualmente, producen menos que la media española, con lo que al final tenemos casi 11.000 explotaciones. Esas 11.000 explotaciones -entre las que hay prodigios de la tecnificación y economía de escala conviviendo con explotaciones familiares que han cambiado poco en los últimos 100 años-, están dispersas por una orografía que es la que Dios nos ha dado, con lo que probablemente el precio de los combustibles juegue un papel un poquito más importante que en otras partes.
Los productores
Muchas de las pequeñas explotaciones dependen de sociedades cooperativas (la unión hace la fuerza y existe bastante know-how en este aspecto). Estas cooperativas soportan costes de recogida y transporte con los que deben competir con la gran industria. En general, el problema de la economía de escala (veterinarios, revisiones, medicinas, limpieza, transporte...) se pretende compensar con subvenciones. El argumento que se esgrime es que sin ayudas, el campo se muere y se vacía. Es decir, no hay ningún plan para, no sólo la supervivencia competitiva de las pequeñas explotaciones, sino para evitar de otro modo (buscando la rentabilidad del campo con otros mercados), el despoblamiento de la Galicia interior, que a estas alturas ya es un fenómeno demográfico solo comparable a los desplazamientos masivos de pomeranos huyendo del Ejército Rojo.
Dicho esto, las explotaciones no sólo ven primas a la producción que las aferra a modelos productivos no competitivos, sino que además, la administración (europea, española y gallega) también tiene una larga lista de multas por muchas cosas lógicas (tema sanitario que afecte al consumidor, por ejemplo) e ilógicas, como el exceso de producción (que pagan las distribuidoras y repercuten en los productores). Lo repito: la misma administración que prima la producción, multa por exceso de producción... en un sector en el que no puedes predecir tu producción (prueba a decirle a una vaca cuántos litros de leche tiene que dar, a ver si te contesta).
Cuando hablo de aferrar a las explotaciones a modelos productivos no competitivos, estoy hablando de familias obligadas a vivir en un contexto en el que desaparecen las escuelas rurales. Recordatorio: la gente no va a criar a sus hijos en un sitio donde no hay colegios.
Los productores gallegos están vendiendo la leche a 28 o 29 céntimos el litro. Con estos ingresos deben hacer frente a más costes (por los motivos expuestos) que los productores del resto de España y de los franceses, a quienes se la compran a 33 céntimos el litro.
Las explotaciones tienen contratos de proveedor por los que entregan leche y cobran a final de mes sin saber qué precio va a fijar la industria. No hay un intercambio libre por razones que expongo más adelante.
Las administraciones
Un ejército de funcionarios, desde la delegación provincial de la Xunta, hasta la Comisión Europea, pasando por la interminable alfombra roja de programas, observatorios, ministerios y demás, se dedican a cosas buenas (inspecciones sanitarias) y a un montón de cosas malas. Un ejemplo: hay un sistema de trazabilidad de la leche desde la vaca hasta el vaso, que supone nada menos que rellenar 17 solicitudes para que empiecen a escucharte. Diecisiete. Sumadle el resto de permisos, controles, inspecciones, gastos administrativos, gestorías, tasas, impuestos, etc. Esto es un coste que se suma al de la producción. Pero hay más: tenemos un sistema de cuotas, primas y multas básicamente dedicado a que por una parte la leche gallega no inunde el mercado europeo y por la otra a desarrollar la industria láctea gallega. Objetivos contradictorios, sí. Se trata de una de esas políticas europeas que ayudan a unos y perjudican a otros y que aquí implementamos de forma absurda.
De hermanos Marx: a partir del inicio del período de tasa láctea en 2006, se entiende como "leche", según la definición del artículo 5.a) del Reglamento (CE) 1788/2003 del consejo por el que se establece una tasa en el sector de leche y los productos lácteos, además del producto procedente del ordeño de una o más vacas, la leche termizada. Correspondiendo el resto de los productos lácteos a los definidos en el apartado 5.b). Esta es la definición que nos da el Fondo Español de Garantía Agraria. Este fondo, dependiente del ministerio de Agricultura, es muy útil, porque distingue entre comprador comercializador, comprador transformador y operador logístico. Cosa fundamental para impedir facilitar las cosas al productor último. Pero no me quedo aquí. Resulta que nuestra legislación establece que aunque la política sobre la tasa láctea dependa del ministerio, quien se encarga de su implementación es la Xunta. Así, tenemos un Fondo Galego de Garantía Agraria que desarrolla el régimen de la tasa láctea.
Para rematar la jugada, la administración incluso hace campañas para fomentar el consumo de leche gallega, recordemos que más barata que la francesa. En un mercado normal, de la publicidad se encarga el propio sector. No incido en esto pero ya sospecháis que todo lo expuesto hay que pagarlo.
No quiero pasar por alto que dentro de las competencias de cada administración, se dejan a unas y otras fijar primas y deducciones que afectan al precio final. De Cantabria a Galicia no hay mucha diferencia con esto, pero de Francia a España sí la hay.
Las industrias lácteas
Fábricas de queso, envasadoras de leche... lo que llamamos industria láctea, sobre la que recaen las culpas de los sindicatos agrarios, son las encargadas de comprar a los productores o explotaciones. Lo hacen pagando a final de mes un precio que marcan ellos. Desde hace años hay denuncias de que estas industrias se comportan como un cártel: pactan los precios para comprar más barato y si no estás de acuerdo... esa leche ya la has vendido, estás atrapado: no puedes repercutir subidas de tus costes de producción en tu precio de venta. De locos.
Desde luego que la industria niega cualquier tipo de actividad ilícita. Si compran más barata la leche gallega se debe a condiciones objetivas como un mayor coste del transporte, explotaciones más pequeñas, etc. Los sindicatos dicen que todo eso no justifica las grandes diferencias de precio.
Por supuesto que existen tribunales de defensa de la competencia -a varios niveles administrativos-, pero lamentablemente, al ser de facto un cártel, controlan el mercado de forma que te pueden arruinar. Más aún, esta industria tiene más mano en Bruselas y Madrid que un montón de señores subidos a tractores cortando carreteras.
Es de justicia añadir que existen pequeñas industrias que o bien son sociedades cooperativas agrarias o bien simplemente sacrifican beneficios a costa de pagar mejores precios por la leche. El problema de estas últimas es que jamás podrán competir con las grandes, siempre tendrán mercado reducido y deberán hacer muchos esfuerzos por tratar de aportar un valor añadido a sus productos. Y no dejan de ser empresas en un paisaje social que condena a las empresas por ser empresas. Cualquier tipo de jaleo, subida de impuestos o movimiento de las otras empresas que pactan precios, les afecta terriblemente.
Los sindicatos agrarios
Los sindicatos agrarios llevan tiempo denunciando el acuerdo de precios al que llegan Lactalis (President, Clesa, Lauki, Chufi, La Lechera), Leche Río (Río, Leyma, Cremosita, Solar) y Leche Celta. Estas tres empresas que llenan de color las baldas de los supermercados de barrio, recogen más del 60% de la leche gallega.
Otros países
En países de nuestro entorno, destinos de nuestras exportaciones, a los ganaderos se les paga bastante más que en Galicia. En Italia se llega hasta los 40 céntimos por litro. Esto se debe a la libertad de cada uno de fijar sus primas. Esto nos lleva a una fatal contradicción: la Unión Europea no es un mercado libre. Parece que la idea que tiene Bruselas de sector primario son unas bonitas granjas holandesas con wifi para que visiten los turistas.
Claro que lo que no tienen en cuenta es que en Holanda caminas diez kilómetros y tienes una escuela (yo sigo erre que erre) mientras en Galicia el campo languidece.
Otra de las razones que explica la diferencia de precios es el valor añadido que se da al producto final (esto depende de los hábitos de consumo). Por ejemplo, en España el 55% de la leche se dedica a leche de consumo y un 14% a quesos. En Italia se dedica un 55% a quesos y solo un 22% a leche de consumo. Estamos perdiendo valor añadido.
Soluciones
Adelanté que no hay soluciones que contenten a todos. Lo que se está haciendo es implantar la obligatoriedad de firmar contratos entre distribuidoras y productores (contrato-tipo homologado). También hay un montón de hilarantes e inútiles propuestas (código de buenas prácticas comerciales) de poner avisos en los envases (como con el tabaco). Está también la creación del Observatorio de Precios (más chiringuitos). En fin, todo un conjunto de medidas en el Plan Estratégico "Horizonte 2015" (ver en PDF) que no van a la raíz de los problemas.
La administración se deshace en buenas intenciones prometiendo el aumento de precios (y efectivamente, aumentan el precio, pero para el consumidor final vía impuestos). Los ganaderos son incapaces de aumentar sus explotaciones (¿os comenté que cada vez hay menos escuelas rurales y que ésta es una buena razón por la que la gente no va a trabajar al campo? ¿os comenté que los bajos precios de la leche impiden concentrar capital para la reinversión?). Las industrias, por su parte, sí se van concentrando cada vez más y por lo tanto tienen vía libre para las prácticas abusivas.
Total, que todo esto está hecho unos zorros. O bien aumentamos las subvenciones detrayendo riqueza de toda la sociedad para compensar costes. O bien simplemente dejamos que las explotaciones no competitivas cierren pasado mañana. Esto último parece atractivo, pero ningún político quiere ser responsable: los mineros asturleoneses eran unos 8.000. Los ganaderos gallegos son unos 60.000. Me decanto porque nadie vaya a variar el statu quo: no es posible diseñar planes de reconversión para el rural gallego. No puedes coger a miles de ganaderos de cincuenta años y pagarles cursos de ofimática que no les servirán de nada.
Mucho me temo que para cuando acabe el sistema de cuotas en 2015, no quede nadie al que le importe quién fue el lumbreras que negoció una cuota de seis millones de toneladas de leche para un país que consume nueve millones. Es que además, si hacemos zoom out, vemos que en la UE se produce más leche de la que se consume (en 2009 era un 10% más) y dependemos de los combustibles de manera absoluta. Estas dos cosas harán menos rentable el sector hasta el infinito.
A no ser que el consumidor cambie sus gustos.
Del latín lac, lactis:
El problema que se plantea es que la leche gallega la compran las industrias a un precio inferior que la francesa. Pero ésta sólo es la cáscara de un problema con mucha más enjundia.
![]() |
Vía | Eu tomo leite galego |
Trataré de exponer la situación de cada agente con datos aproximados, ya que cambian en tiempo real. Adelanto mis conclusiones: es un tema que perjudica a todo el mundo y que mientras la UE no se tome en serio lo que debe ser un mercado libre, no tendrá solución. E incluso así, la solución será dramática y abocará al cierre de muchas explotaciones si no superan su resistencia al cambio, llevará al conflicto comercial si no se igualan las condiciones de acceso al mercado y disparará los precios finales que soporta el consumidor. Es decir, estamos ante un problema en el que para 2015, cuando acabe la cuota láctea, todo el mundo saldrá perdiendo.
Antes de nada: ¿por qué es un tema relevante en Galicia? La producción láctea gallega vive en el contexto de la cuota de producción asignada a España, no desconozco que el tema del precio de la leche es también dramático en Cantabria o Asturias. El caso es que en Galicia se produce el 40% de la leche de España y se firman el 76% de los contratos con explotaciones pequeñas. A pesar de la alta tecnificación de la industria ganadera, se dedican 500.000 ha a pastos forrajeros. De media, las explotaciones gallegas, tomadas individualmente, producen menos que la media española, con lo que al final tenemos casi 11.000 explotaciones. Esas 11.000 explotaciones -entre las que hay prodigios de la tecnificación y economía de escala conviviendo con explotaciones familiares que han cambiado poco en los últimos 100 años-, están dispersas por una orografía que es la que Dios nos ha dado, con lo que probablemente el precio de los combustibles juegue un papel un poquito más importante que en otras partes.
Los productores
Muchas de las pequeñas explotaciones dependen de sociedades cooperativas (la unión hace la fuerza y existe bastante know-how en este aspecto). Estas cooperativas soportan costes de recogida y transporte con los que deben competir con la gran industria. En general, el problema de la economía de escala (veterinarios, revisiones, medicinas, limpieza, transporte...) se pretende compensar con subvenciones. El argumento que se esgrime es que sin ayudas, el campo se muere y se vacía. Es decir, no hay ningún plan para, no sólo la supervivencia competitiva de las pequeñas explotaciones, sino para evitar de otro modo (buscando la rentabilidad del campo con otros mercados), el despoblamiento de la Galicia interior, que a estas alturas ya es un fenómeno demográfico solo comparable a los desplazamientos masivos de pomeranos huyendo del Ejército Rojo.
Dicho esto, las explotaciones no sólo ven primas a la producción que las aferra a modelos productivos no competitivos, sino que además, la administración (europea, española y gallega) también tiene una larga lista de multas por muchas cosas lógicas (tema sanitario que afecte al consumidor, por ejemplo) e ilógicas, como el exceso de producción (que pagan las distribuidoras y repercuten en los productores). Lo repito: la misma administración que prima la producción, multa por exceso de producción... en un sector en el que no puedes predecir tu producción (prueba a decirle a una vaca cuántos litros de leche tiene que dar, a ver si te contesta).
Cuando hablo de aferrar a las explotaciones a modelos productivos no competitivos, estoy hablando de familias obligadas a vivir en un contexto en el que desaparecen las escuelas rurales. Recordatorio: la gente no va a criar a sus hijos en un sitio donde no hay colegios.
Los productores gallegos están vendiendo la leche a 28 o 29 céntimos el litro. Con estos ingresos deben hacer frente a más costes (por los motivos expuestos) que los productores del resto de España y de los franceses, a quienes se la compran a 33 céntimos el litro.
Las explotaciones tienen contratos de proveedor por los que entregan leche y cobran a final de mes sin saber qué precio va a fijar la industria. No hay un intercambio libre por razones que expongo más adelante.
Las administraciones
Un ejército de funcionarios, desde la delegación provincial de la Xunta, hasta la Comisión Europea, pasando por la interminable alfombra roja de programas, observatorios, ministerios y demás, se dedican a cosas buenas (inspecciones sanitarias) y a un montón de cosas malas. Un ejemplo: hay un sistema de trazabilidad de la leche desde la vaca hasta el vaso, que supone nada menos que rellenar 17 solicitudes para que empiecen a escucharte. Diecisiete. Sumadle el resto de permisos, controles, inspecciones, gastos administrativos, gestorías, tasas, impuestos, etc. Esto es un coste que se suma al de la producción. Pero hay más: tenemos un sistema de cuotas, primas y multas básicamente dedicado a que por una parte la leche gallega no inunde el mercado europeo y por la otra a desarrollar la industria láctea gallega. Objetivos contradictorios, sí. Se trata de una de esas políticas europeas que ayudan a unos y perjudican a otros y que aquí implementamos de forma absurda.
![]() |
Vía | La Voz de Galicia |
De hermanos Marx: a partir del inicio del período de tasa láctea en 2006, se entiende como "leche", según la definición del artículo 5.a) del Reglamento (CE) 1788/2003 del consejo por el que se establece una tasa en el sector de leche y los productos lácteos, además del producto procedente del ordeño de una o más vacas, la leche termizada. Correspondiendo el resto de los productos lácteos a los definidos en el apartado 5.b). Esta es la definición que nos da el Fondo Español de Garantía Agraria. Este fondo, dependiente del ministerio de Agricultura, es muy útil, porque distingue entre comprador comercializador, comprador transformador y operador logístico. Cosa fundamental para impedir facilitar las cosas al productor último. Pero no me quedo aquí. Resulta que nuestra legislación establece que aunque la política sobre la tasa láctea dependa del ministerio, quien se encarga de su implementación es la Xunta. Así, tenemos un Fondo Galego de Garantía Agraria que desarrolla el régimen de la tasa láctea.
Para rematar la jugada, la administración incluso hace campañas para fomentar el consumo de leche gallega, recordemos que más barata que la francesa. En un mercado normal, de la publicidad se encarga el propio sector. No incido en esto pero ya sospecháis que todo lo expuesto hay que pagarlo.
No quiero pasar por alto que dentro de las competencias de cada administración, se dejan a unas y otras fijar primas y deducciones que afectan al precio final. De Cantabria a Galicia no hay mucha diferencia con esto, pero de Francia a España sí la hay.
Las industrias lácteas
Fábricas de queso, envasadoras de leche... lo que llamamos industria láctea, sobre la que recaen las culpas de los sindicatos agrarios, son las encargadas de comprar a los productores o explotaciones. Lo hacen pagando a final de mes un precio que marcan ellos. Desde hace años hay denuncias de que estas industrias se comportan como un cártel: pactan los precios para comprar más barato y si no estás de acuerdo... esa leche ya la has vendido, estás atrapado: no puedes repercutir subidas de tus costes de producción en tu precio de venta. De locos.
![]() |
Vía | Faro de Vigo |
Por supuesto que existen tribunales de defensa de la competencia -a varios niveles administrativos-, pero lamentablemente, al ser de facto un cártel, controlan el mercado de forma que te pueden arruinar. Más aún, esta industria tiene más mano en Bruselas y Madrid que un montón de señores subidos a tractores cortando carreteras.
![]() |
Lo rico. |
Los sindicatos agrarios
Los sindicatos agrarios llevan tiempo denunciando el acuerdo de precios al que llegan Lactalis (President, Clesa, Lauki, Chufi, La Lechera), Leche Río (Río, Leyma, Cremosita, Solar) y Leche Celta. Estas tres empresas que llenan de color las baldas de los supermercados de barrio, recogen más del 60% de la leche gallega.
Otros países
En países de nuestro entorno, destinos de nuestras exportaciones, a los ganaderos se les paga bastante más que en Galicia. En Italia se llega hasta los 40 céntimos por litro. Esto se debe a la libertad de cada uno de fijar sus primas. Esto nos lleva a una fatal contradicción: la Unión Europea no es un mercado libre. Parece que la idea que tiene Bruselas de sector primario son unas bonitas granjas holandesas con wifi para que visiten los turistas.
Claro que lo que no tienen en cuenta es que en Holanda caminas diez kilómetros y tienes una escuela (yo sigo erre que erre) mientras en Galicia el campo languidece.
Otra de las razones que explica la diferencia de precios es el valor añadido que se da al producto final (esto depende de los hábitos de consumo). Por ejemplo, en España el 55% de la leche se dedica a leche de consumo y un 14% a quesos. En Italia se dedica un 55% a quesos y solo un 22% a leche de consumo. Estamos perdiendo valor añadido.
Soluciones
Adelanté que no hay soluciones que contenten a todos. Lo que se está haciendo es implantar la obligatoriedad de firmar contratos entre distribuidoras y productores (contrato-tipo homologado). También hay un montón de hilarantes e inútiles propuestas (código de buenas prácticas comerciales) de poner avisos en los envases (como con el tabaco). Está también la creación del Observatorio de Precios (más chiringuitos). En fin, todo un conjunto de medidas en el Plan Estratégico "Horizonte 2015" (ver en PDF) que no van a la raíz de los problemas.
La administración se deshace en buenas intenciones prometiendo el aumento de precios (y efectivamente, aumentan el precio, pero para el consumidor final vía impuestos). Los ganaderos son incapaces de aumentar sus explotaciones (¿os comenté que cada vez hay menos escuelas rurales y que ésta es una buena razón por la que la gente no va a trabajar al campo? ¿os comenté que los bajos precios de la leche impiden concentrar capital para la reinversión?). Las industrias, por su parte, sí se van concentrando cada vez más y por lo tanto tienen vía libre para las prácticas abusivas.
Total, que todo esto está hecho unos zorros. O bien aumentamos las subvenciones detrayendo riqueza de toda la sociedad para compensar costes. O bien simplemente dejamos que las explotaciones no competitivas cierren pasado mañana. Esto último parece atractivo, pero ningún político quiere ser responsable: los mineros asturleoneses eran unos 8.000. Los ganaderos gallegos son unos 60.000. Me decanto porque nadie vaya a variar el statu quo: no es posible diseñar planes de reconversión para el rural gallego. No puedes coger a miles de ganaderos de cincuenta años y pagarles cursos de ofimática que no les servirán de nada.
Mucho me temo que para cuando acabe el sistema de cuotas en 2015, no quede nadie al que le importe quién fue el lumbreras que negoció una cuota de seis millones de toneladas de leche para un país que consume nueve millones. Es que además, si hacemos zoom out, vemos que en la UE se produce más leche de la que se consume (en 2009 era un 10% más) y dependemos de los combustibles de manera absoluta. Estas dos cosas harán menos rentable el sector hasta el infinito.
A no ser que el consumidor cambie sus gustos.
Del latín lac, lactis:
- DeLeite y Muuu
- Cooperativa Santa Mariña de Loureiro - fundada por el párroco del pueblo. Se puede comprar online.
- Feiraco y Unicla
- Leite Ulla - tienen máquinas expendedoras de leche.
- Leite O Alle
- Granxa O Cancelo
lunes, 17 de septiembre de 2012
Saber decir adiós
Tweet
Las razones íntimas y personales de las personas para tomar decisiones importantes, residen en ese ámbito de privacidad al que sólo se entra con invitación. Esperanza Aguirre deja la primera fila de la política activa debido a un conjunto indefinido de razones entre las que destaca su estado de salud, su situación familiar y su concepción de la política como un servicio público con fecha de caducidad.
Las consecuencias de esta decisión desbordan el ámbito de la política madrileña. La hasta ahora presidenta de la Comunidad de Madrid es un referente político de nivel nacional, cuya despedida evidencia una orfandad con dos vertientes.
En primer lugar evidencia que es posible responder a las diatribas de la izquierda sin despeinarse. Es posible articular un discurso frontal, no sólo defensivo, sino manteniendo la iniciativa con repetidas mayorías y un gran apoyo popular. Aguirre representa esa forma de hacer política a la que no le duelen prendas en recordar a la izquierda en qué clase de alcantarilla intelectual bebe. Esa forma de hacer política que pone de los pelos a los Zapateros, Rajoys, sindicalistas verticales y al resto de la barbarie progre.
En segundo lugar evidencia una terrible verdad: sin Aguirre, ¿qué político de primera línea defiende un ideario liberal en España? ¿Qué político en activo tiene a su disposición los micrófonos que le da la gana para decir cosas como que los sindicatos caerán como cayó el muro de Berlín? Ninguno. Terrible.
Es muy sencillo ahora tirar de hemeroteca y recordar cómo Aguirre dijo barbaridades como que el sector público tenía que potenciar los campos de golf y cosas así. En 30 años de política, seguro que Aguirre dijo muchas barbaridades. Y es más, gestionando en la abundancia que otorga la capital, se puede criticar que Aguirre fue la política española que más hizo por presentar un modelo de sanidad pública en continuo crecimiento (con subcontratas), un modelo de educación pública con el nivel de la privada (colegios bilingües en inglés), la mejor red de metro que he visto y muchas cosas que uno no se espera encontrar en alguien que supuestamente tiene preferencia por el sector privado.
Dejemos que se calmen las aguas y vayamos viendo qué va a hacer toda esa gente cuya única persona que les ataba con el PP, acaba de dimitir.
Más:
![]() |
Foto colgada por Nerea Alzola en su muro de FB. |
En primer lugar evidencia que es posible responder a las diatribas de la izquierda sin despeinarse. Es posible articular un discurso frontal, no sólo defensivo, sino manteniendo la iniciativa con repetidas mayorías y un gran apoyo popular. Aguirre representa esa forma de hacer política a la que no le duelen prendas en recordar a la izquierda en qué clase de alcantarilla intelectual bebe. Esa forma de hacer política que pone de los pelos a los Zapateros, Rajoys, sindicalistas verticales y al resto de la barbarie progre.
En segundo lugar evidencia una terrible verdad: sin Aguirre, ¿qué político de primera línea defiende un ideario liberal en España? ¿Qué político en activo tiene a su disposición los micrófonos que le da la gana para decir cosas como que los sindicatos caerán como cayó el muro de Berlín? Ninguno. Terrible.
Es muy sencillo ahora tirar de hemeroteca y recordar cómo Aguirre dijo barbaridades como que el sector público tenía que potenciar los campos de golf y cosas así. En 30 años de política, seguro que Aguirre dijo muchas barbaridades. Y es más, gestionando en la abundancia que otorga la capital, se puede criticar que Aguirre fue la política española que más hizo por presentar un modelo de sanidad pública en continuo crecimiento (con subcontratas), un modelo de educación pública con el nivel de la privada (colegios bilingües en inglés), la mejor red de metro que he visto y muchas cosas que uno no se espera encontrar en alguien que supuestamente tiene preferencia por el sector privado.
Dejemos que se calmen las aguas y vayamos viendo qué va a hacer toda esa gente cuya única persona que les ataba con el PP, acaba de dimitir.
Más:
China y Japón a la gresca
Tweet
Con China sucede algo parecido a lo que nos pasa con el mundo islámico. Desde el mundo libre no podemos interpretar correctamente lo que les pasa por la cabeza a esta gente. El conflicto por el archipiélago de las Senkaku puede parecer otra disputa territorial más en un mar lleno de islas que no se sabe muy bien a quién pertenecen, el problema es que para los criminales de Pekín los tiempos y los gestos se miden e interpretan de forma que nosotros no nos esperamos.
¿Cuál es el problema?
Las Senkaku siempre han pertenecido a la misma provincia que Formosa. Durante la guerra sinojaponesa fue territorio conquistado por el Imperio Japonés (1895). Tras la humillante derrota nipona en la Segunda Guerra Mundial, pasaron a estar administradas por los Estados Unidos. En 1971 los americanos devolvieron su administración a Japón. Ahí está el problema:
Otra de las razones para el aumento de la conflictividad es que es un conflicto que a Pekín le sale gratis. En la República Popular no puedes protestar contra el gobierno, pero sí contra el malvado Imperio Japonés. El odio puro que muchos chinos profesan hacia nuestros amigos nipones sólo es comparable al desprecio absoluto con el que los japoneses miran a los chinos. Esta xenofobia mutua hunde sus raíces en las brumas de la competencia histórica, está aderezada del horror absoluto en que se convirtió la ocupación japonesa en la SGM y se ve rematada por el hecho de que la China Popular quiere acceder al estatus de superpotencia sin haber ganado jamás un conflicto.
Ahora que la maquinaria de la China Popular empieza a enfriarse, un conflicto con Japón es una buena vía de escape para purgar el descontento. Sin que nadie cometa ningún error, el conflicto no tiene por qué escalar, China continuará reclamando la soberanía de las Senkaku igual que reclama la soberanía sobre Taiwán. En este mundo de locos, debemos recordar que es Taiwán la que en justicia puede reclamar su soberanía sobre toda la China continental.
Lamentablemente es muy difícil predecir lo que puede pasar. Hay que insistir en que los parámetros mentales en que se mueve esta gente no son los mismos que los nuestros. En su día, Den Xiaoping comentó que China y Japón no hablaban en los mismos términos sobre el archipiélago, así que lo mejor era que el problema lo resolviera "la siguiente generación". Recientemente, Corea del Norte bombardeó sin previo aviso una isla surcoreana y hundió una patrullera. No hubo respuesta a esta agresión. Es difícil ponerse en los zapatos de esta gente. Y para rematar el asunto, existe una alianza de defensa mutua que obliga a los Estados Unidos a actuar ante cualquier ataque que reciba Japón (Panetta comentó que EE.UU. no tomaba partido en la disputa diplomática, cosa distinta). Si ya de por sí, China no tiene nada que hacer contra Japón en un conflicto convencional, es mejor que ni sueñe vérselas contra Japón y la Séptima Flota. Claro que, quién sabe qué les estará pasando por esas cabecitas. En fin, confiemos en que se imponga la cordura (hay que decir que la policía china detiene a mucho exaltado en las protestas y que a la mayor parte de los chinos se la refanfinfla lo que diga su gobierno).
Más:
![]() |
Protesta ante el Consulado General japonés en Shangai. |
¿Cuál es el problema?
Las Senkaku siempre han pertenecido a la misma provincia que Formosa. Durante la guerra sinojaponesa fue territorio conquistado por el Imperio Japonés (1895). Tras la humillante derrota nipona en la Segunda Guerra Mundial, pasaron a estar administradas por los Estados Unidos. En 1971 los americanos devolvieron su administración a Japón. Ahí está el problema:
- los japoneses tienen la legitimidad que otorga la victoria: conquistaron las islas en una guerra y ellos perdieron otra guerra contra los Estados Unidos, no contra la República de China que fue incapaz de retomarlas.
- la soberanía previa a la guerra residía en el Imperio Chino. Recordemos que la República Popular se funda posteriormente en la China continental. Hoy Taiwán es la continuación directa de la República de China, que a su vez es la continuación directa del Imperio Chino. Por ello, Taiwán reclama la soberanía de las Senkaku con más legitimidad que Pekín, que se ha metido en esta historia como si tuviera algún tipo de derecho.
- durante los últimos 40 años las islas permanecen deshabitadas. Estaban en manos privadas y algún islote era usado por la armada americana para prácticas de tiro.
- el gobierno japonés lleva desde 2010 adquiriendo las propiedades, cosa que es vista por los comunistas como una operación imperialista malvada.
![]() |
Masa aborregada destrozando un restaurante chino de comida japonesa en Suzhou. |
Ahora que la maquinaria de la China Popular empieza a enfriarse, un conflicto con Japón es una buena vía de escape para purgar el descontento. Sin que nadie cometa ningún error, el conflicto no tiene por qué escalar, China continuará reclamando la soberanía de las Senkaku igual que reclama la soberanía sobre Taiwán. En este mundo de locos, debemos recordar que es Taiwán la que en justicia puede reclamar su soberanía sobre toda la China continental.
Lamentablemente es muy difícil predecir lo que puede pasar. Hay que insistir en que los parámetros mentales en que se mueve esta gente no son los mismos que los nuestros. En su día, Den Xiaoping comentó que China y Japón no hablaban en los mismos términos sobre el archipiélago, así que lo mejor era que el problema lo resolviera "la siguiente generación". Recientemente, Corea del Norte bombardeó sin previo aviso una isla surcoreana y hundió una patrullera. No hubo respuesta a esta agresión. Es difícil ponerse en los zapatos de esta gente. Y para rematar el asunto, existe una alianza de defensa mutua que obliga a los Estados Unidos a actuar ante cualquier ataque que reciba Japón (Panetta comentó que EE.UU. no tomaba partido en la disputa diplomática, cosa distinta). Si ya de por sí, China no tiene nada que hacer contra Japón en un conflicto convencional, es mejor que ni sueñe vérselas contra Japón y la Séptima Flota. Claro que, quién sabe qué les estará pasando por esas cabecitas. En fin, confiemos en que se imponga la cordura (hay que decir que la policía china detiene a mucho exaltado en las protestas y que a la mayor parte de los chinos se la refanfinfla lo que diga su gobierno).
Más:
- Una entretenida galería de fotos sobre las protestas en la República Popular.
- Pregunta: ¿por qué la prensa española usa mayoritariamente la toponimia china?
- Del diario de propaganda del Partido Comunista chino: «China no es la España de Zapatero o de Rajoy donde se pide abiertamente la separación de la Patria, de Cataluña y de Vascongadas sin que nada ocurra».
sábado, 15 de septiembre de 2012
Excursiones sindicales
Tweet
Otra manifestación unitaria del Sindicato Vertical más a la que voy. A este paso, me planteo pasarme por uno de sus palacios a preguntar qué hay de lo mío.
La plaza de Colón de Madrid un sábado de verano es un lugar bastante turístico. Alabo el acierto de los camaradas locales en apuntar tal escenario para concentrar a representantes sindicales y solidarios con tiempo libre de todo el país. Por ahí tienen la Biblioteca Nacional, el Museo Arqueológico, el Museo de Cera, varias galerías comerciales, un montón de terrazas donde refrescar el gaznate y por supuesto, las tiendas exclusivas de la calle Serrano a tiro de piedra.
El único problema que le veo a organizar ahí la Revolución Socialista de Octubre es que con la cantidad de turistas que hay, va a parecer que muchos de los que se tumbaban en la hierba o andaban sacando fotos, no eran solidarios trabajadores públicos machacados por el neoliberalismo o precarios jóvenes con móviles de última generación (pero con tarifas de voz y datos a precios fascistas). Claro que a la hora de contar asistentes (uno de los deportes más entretenidos de nuestros camaradas de las centrales sindicales), la cifra puede ser engañosa.
Para solventar tal dificultad, los compañeros de lucha iban vestidos con camisetas de colores. Sí, como las de los críos en los campamentos de verano. Además, ir con las mismas camisetas y con banderas facilita a los grupos la organización: que si quedamos para comer en el vips, que si vamos al Cortinglés a comprarle un pantalón al chaval que se quedó en el pueblo. Nada que objetar.
Al ser una concentración en que se reunían grupos de aplastados por el sistema de toda la Unión de Repúblicas Socialistas Ibéricas, muchos aprovecharon el día para hacer unas compras, sacarse fotos con algún monumento, etc. Que el barrio de Salamanca, cuando hace sol, es un sitio muy visitable. Además, si la marcha obrera contra el fascismo que nos asfixia viene por el Paseo del Prado, tienes una ruta monumental que ni los buses de dos pisos para los guiris. Quita, quita. Mucho mejor que la policía opresora te corte la calle para ti y tus primos, andando se va de lujo. Quizás mucho sol, eso sí. Pero hasta ahí nuestros camaradas del comité de organización no pueden llegar. Todavía.
¿El contenido de las proclamas? Teníamos el pack básico: el PP nos lleva a la ruina, se están haciendo recortes malísimos, queremos un referendum para votar en contra de la austeridad, Borbón al paredón, etc. Da igual que el ritmo de gasto público haya aumentado. Da igual que no exista una relación entre gasto en educación y resultados académicos. Lo que importan no son los resultados de las políticas, sino mantener la preeminencia de lo público sobre lo privado y asegurar puestos de trabajo que expulsen a la competencia y así mantener el poder de las centrales obreras.
Sería injusto decir que desde la última manifestación no ha habido progresos intelectuales en las justas reivindicaciones de los representantes del pueblo trabajador: últimamente va asentando un mensaje novedoso de odio a Alemania. Así lo atestiguan algunas pancartas y comentarios soeces en los bares de la zona.
Y qué deciros del gustazo de ver a tanta tele grabando. Que los de la tele solo vinieron al pueblo cuando el Raimundo le abrió la cabeza con un palo al viudo de la Angelines por cortarle el melocotonero. Y para eso que era solo el segundo canal autonómico.
Por la megafonía, la juventud (¡cómo son los jóvenes!) insistió en poner los últimos éxitos de cantautores de los setenta. Y Ana Belén con "La muralla", cuyo novedoso y revelador mensaje a todos nos sulibeya.
Tema banderas (otro de los grandes deportes sindicales): segunda república, unión soviética, las de los sindicatos, autonómicas modificadas con estrellas rojas o similares y nada más.
Notas sueltas: los de la UCE vendiendo su periódico, que son como los cienciólogos con sus medidores de karma. Gente con barba larguísima (sin duda, magos) hablando de extraterrestres y jóvenes ojerosos combatiendo la resaca del viernes trasegando litronas.
En definitiva, sin duda el mensaje le ha llegado a "la Merkel". Por si no le ha llegado, el 25 se va a rodear el Congreso de los Diputados. La prima de riesgo se va a cagar y va a bajar ocho mil puntos. U ochenta mil. Al diablo, que prohíban la prima de riesgo. Todo se puede hacer con leyes que den forma a la realidad. Que modifiquen la realidad para poder pagar tomografías con buena fe, por ejemplo. Y que fortalezcan el statu quo de los sindicatos, que a eso hemos venido. A pasar el cazo.
La plaza de Colón de Madrid un sábado de verano es un lugar bastante turístico. Alabo el acierto de los camaradas locales en apuntar tal escenario para concentrar a representantes sindicales y solidarios con tiempo libre de todo el país. Por ahí tienen la Biblioteca Nacional, el Museo Arqueológico, el Museo de Cera, varias galerías comerciales, un montón de terrazas donde refrescar el gaznate y por supuesto, las tiendas exclusivas de la calle Serrano a tiro de piedra.
El único problema que le veo a organizar ahí la Revolución Socialista de Octubre es que con la cantidad de turistas que hay, va a parecer que muchos de los que se tumbaban en la hierba o andaban sacando fotos, no eran solidarios trabajadores públicos machacados por el neoliberalismo o precarios jóvenes con móviles de última generación (pero con tarifas de voz y datos a precios fascistas). Claro que a la hora de contar asistentes (uno de los deportes más entretenidos de nuestros camaradas de las centrales sindicales), la cifra puede ser engañosa.
Para solventar tal dificultad, los compañeros de lucha iban vestidos con camisetas de colores. Sí, como las de los críos en los campamentos de verano. Además, ir con las mismas camisetas y con banderas facilita a los grupos la organización: que si quedamos para comer en el vips, que si vamos al Cortinglés a comprarle un pantalón al chaval que se quedó en el pueblo. Nada que objetar.
Al ser una concentración en que se reunían grupos de aplastados por el sistema de toda la Unión de Repúblicas Socialistas Ibéricas, muchos aprovecharon el día para hacer unas compras, sacarse fotos con algún monumento, etc. Que el barrio de Salamanca, cuando hace sol, es un sitio muy visitable. Además, si la marcha obrera contra el fascismo que nos asfixia viene por el Paseo del Prado, tienes una ruta monumental que ni los buses de dos pisos para los guiris. Quita, quita. Mucho mejor que la policía opresora te corte la calle para ti y tus primos, andando se va de lujo. Quizás mucho sol, eso sí. Pero hasta ahí nuestros camaradas del comité de organización no pueden llegar. Todavía.
¿El contenido de las proclamas? Teníamos el pack básico: el PP nos lleva a la ruina, se están haciendo recortes malísimos, queremos un referendum para votar en contra de la austeridad, Borbón al paredón, etc. Da igual que el ritmo de gasto público haya aumentado. Da igual que no exista una relación entre gasto en educación y resultados académicos. Lo que importan no son los resultados de las políticas, sino mantener la preeminencia de lo público sobre lo privado y asegurar puestos de trabajo que expulsen a la competencia y así mantener el poder de las centrales obreras.
Sería injusto decir que desde la última manifestación no ha habido progresos intelectuales en las justas reivindicaciones de los representantes del pueblo trabajador: últimamente va asentando un mensaje novedoso de odio a Alemania. Así lo atestiguan algunas pancartas y comentarios soeces en los bares de la zona.
Y qué deciros del gustazo de ver a tanta tele grabando. Que los de la tele solo vinieron al pueblo cuando el Raimundo le abrió la cabeza con un palo al viudo de la Angelines por cortarle el melocotonero. Y para eso que era solo el segundo canal autonómico.
Por la megafonía, la juventud (¡cómo son los jóvenes!) insistió en poner los últimos éxitos de cantautores de los setenta. Y Ana Belén con "La muralla", cuyo novedoso y revelador mensaje a todos nos sulibeya.
Tema banderas (otro de los grandes deportes sindicales): segunda república, unión soviética, las de los sindicatos, autonómicas modificadas con estrellas rojas o similares y nada más.
Notas sueltas: los de la UCE vendiendo su periódico, que son como los cienciólogos con sus medidores de karma. Gente con barba larguísima (sin duda, magos) hablando de extraterrestres y jóvenes ojerosos combatiendo la resaca del viernes trasegando litronas.
En definitiva, sin duda el mensaje le ha llegado a "la Merkel". Por si no le ha llegado, el 25 se va a rodear el Congreso de los Diputados. La prima de riesgo se va a cagar y va a bajar ocho mil puntos. U ochenta mil. Al diablo, que prohíban la prima de riesgo. Todo se puede hacer con leyes que den forma a la realidad. Que modifiquen la realidad para poder pagar tomografías con buena fe, por ejemplo. Y que fortalezcan el statu quo de los sindicatos, que a eso hemos venido. A pasar el cazo.
jueves, 13 de septiembre de 2012
El gobierno portugués baja los salarios privados
Tweet
El rescate a Portugal de 78.000 millones de euros recibió luz verde el 16 de mayo de 2011. Desde aquel día hasta hoy, se han sucedido una serie de medidas por parte del gobierno portugués que están derrotando completamente al país.
Me llama la atención que sabiendo que Portugal es una visión del futuro de España, no estén nuestros medios más pendientes de lo que está pasando ahí al lado. A grandes rasgos, las quejas contra el gobierno se parecen a las de aquí: no se ahorra donde se debe ahorrar y el gobierno es fuerte con el débil y débil con el fuerte. En concreto, la última puñalada a los pepitos portugueses es la subida de las cotizaciones a la Seguridad Social en el tramo que paga el trabajador (la Taxa Social Única que paga el fondo de la Caixa Geral de Aposentações), de un 11% a un 18%. La gente se queja de que el tramo que pagan las empresas, paralelamente, baja. Del 23,75% al 18% (una forma curiosa de reducir los costes laborales). Y la puntilla la acaba de dar un estudio de Deloitte que calcula que las rentas inferiores a 21.000 euros son las más perjudicadas. En resumen, se trata en la práctica de una bajada general de sueldos a trabajadores públicos y privados.
Pero no solo se detrae el esfuerzo del trabajo con el aumento de la TSU (recordad que hay un 16% de paro y el SMI está en los 485 euros). El gobierno de Passos Coelho anunció en su último paquete de medidas una reforma del IRS (el IRPF luso) que reducirá la escala de forma que se perjudique más a la clase media. Ignoro cómo es la pirámide de ingresos en Portugal, aunque mucho me temo que la idea mágica de "subir impuestos a los ricos", no vaya a funcionar. De donde pueden sacar pasta es de la clase media. Una clase media que cada día que pasa se va haciendo más pequeñita.
Igual que ocurre en España, el Gobierno ha reconocido que no iba a cumplir con el objetivo de déficit este año, con lo que ha negociado una prórroga para el año que viene a cambio de tocar todo esto (cotizaciones, IRPF), salarios públicos (al menos, los empleados públicos portugueses volverán a cobrar una de las dos pagas extra el año que viene, prorrateadas) y las pensiones (también se quitarán las extras de verano y Navidad en las pensiones, una reducción del aproximadamente el 15%, con un tope máximo de 1.500 euros creo haber escuchado). No se han especificado por el momento la aparición de nuevos impuestos verdes, como le mola a Rojoy, pero sí sabemos que el IBI portugués subirá para 2013. Tenedlo en cuenta si vais a comprar... el Alentejo.
A todo esto hay que sumar medidas positivas, como la privatización de Correos, de la Radiotelevisión de Portugal (RTP), de la empresa de alcantarillado, de las mercancías ferroviarias, de Transportes Aéreos Portugueses (TAP), etc. Para aprobar todas estas cosas, el gobierno del PSD se empieza a encontrar solo, pues el apoyo que hasta ahora recibía del PS (fue su gobierno el que pidió el rescate y empezó a tomar medidas de austeridad, por ejemplo, subieron el IVA hasta el 23% ¿os suena?) parece evaporarse al anunciar los socialistas que no aprobarán los presupuestos del año que viene (¿os suena?).
El director de Jornal de Negocios se lamenta en un editorial amargo, derrotado:
Como digo, ésta es la visión de España dentro de unos meses. Afortunadamente nosotros ya tenemos a gente armada, siguiendo órdenes de un gobierno que incumplió su programa, rodeando el Congreso. Ups.
Me llama la atención que sabiendo que Portugal es una visión del futuro de España, no estén nuestros medios más pendientes de lo que está pasando ahí al lado. A grandes rasgos, las quejas contra el gobierno se parecen a las de aquí: no se ahorra donde se debe ahorrar y el gobierno es fuerte con el débil y débil con el fuerte. En concreto, la última puñalada a los pepitos portugueses es la subida de las cotizaciones a la Seguridad Social en el tramo que paga el trabajador (la Taxa Social Única que paga el fondo de la Caixa Geral de Aposentações), de un 11% a un 18%. La gente se queja de que el tramo que pagan las empresas, paralelamente, baja. Del 23,75% al 18% (una forma curiosa de reducir los costes laborales). Y la puntilla la acaba de dar un estudio de Deloitte que calcula que las rentas inferiores a 21.000 euros son las más perjudicadas. En resumen, se trata en la práctica de una bajada general de sueldos a trabajadores públicos y privados.
Pero no solo se detrae el esfuerzo del trabajo con el aumento de la TSU (recordad que hay un 16% de paro y el SMI está en los 485 euros). El gobierno de Passos Coelho anunció en su último paquete de medidas una reforma del IRS (el IRPF luso) que reducirá la escala de forma que se perjudique más a la clase media. Ignoro cómo es la pirámide de ingresos en Portugal, aunque mucho me temo que la idea mágica de "subir impuestos a los ricos", no vaya a funcionar. De donde pueden sacar pasta es de la clase media. Una clase media que cada día que pasa se va haciendo más pequeñita.
Igual que ocurre en España, el Gobierno ha reconocido que no iba a cumplir con el objetivo de déficit este año, con lo que ha negociado una prórroga para el año que viene a cambio de tocar todo esto (cotizaciones, IRPF), salarios públicos (al menos, los empleados públicos portugueses volverán a cobrar una de las dos pagas extra el año que viene, prorrateadas) y las pensiones (también se quitarán las extras de verano y Navidad en las pensiones, una reducción del aproximadamente el 15%, con un tope máximo de 1.500 euros creo haber escuchado). No se han especificado por el momento la aparición de nuevos impuestos verdes, como le mola a Rojoy, pero sí sabemos que el IBI portugués subirá para 2013. Tenedlo en cuenta si vais a comprar... el Alentejo.
A todo esto hay que sumar medidas positivas, como la privatización de Correos, de la Radiotelevisión de Portugal (RTP), de la empresa de alcantarillado, de las mercancías ferroviarias, de Transportes Aéreos Portugueses (TAP), etc. Para aprobar todas estas cosas, el gobierno del PSD se empieza a encontrar solo, pues el apoyo que hasta ahora recibía del PS (fue su gobierno el que pidió el rescate y empezó a tomar medidas de austeridad, por ejemplo, subieron el IVA hasta el 23% ¿os suena?) parece evaporarse al anunciar los socialistas que no aprobarán los presupuestos del año que viene (¿os suena?).
El director de Jornal de Negocios se lamenta en un editorial amargo, derrotado:
Isto não é só mais do mesmo, isto é mal do mesmo. O dinheiro que os portugueses vão perder em 2013 dá para pintar o céu de cinzento. O IRS vai aumentar para toda a gente, através de uma capciosa redução dos escalões e do novo tecto às deduções fiscais; os proprietários pagarão mais IMI pelos imóveis reavaliados, os pensionistas são esmifrados, os funcionários públicos são execrados. É em cima de tudo isto que surge o aumento da TSU para os trabalhadores.
Alternativas? Havia. Ter começado a reduzir as "gorduras" que o Governo anunciou ontem que vai começar a estudar para cortar em 2014 (!). Mesmo uma repetição do imposto extraordinário de IRS que levasse meio subsídio de Natal, tirando menos dinheiro aos trabalhadores e gerando mais receita ao Estado, seria mais aceitável. O aumento da TSU é uma provocação. É ordenhar vacas magras como se fossem leiteiras.
Como digo, ésta es la visión de España dentro de unos meses. Afortunadamente nosotros ya tenemos a gente armada, siguiendo órdenes de un gobierno que incumplió su programa, rodeando el Congreso. Ups.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
¿Por qué existen nacionalismos en España?
Tweet
Poca cosa entretiene más a los españoles de cualquier condición y latitud, que hablar de España. En concreto, a los españoles se nos da de fábula hablar mal de otros españoles. Esto no es cosa de Franco ni de Zapatero ni de Rajoy. Cualquier vistazo a los temas populares de la literatura española clásica, da buena cuenta de las pullas que se lanzaban contra gallegos, lemosinos, castellanos, andaluces, etc.
Hace siglos, la gente no era más lista que ahora. Su ignorancia sobre la vida en otra esquina de España alimentaba el desprecio. Igual que ahora. Conviene apuntar que en el siglo XVII esa ignorancia estaba más justificada que hoy en día: había menos gente que supiera leer y escribir. Hoy sin embargo tenemos a un montón de gente analfabeta en varios idiomas y la cosa no cambia mucho.
Centro-periferia
La dialéctica centro-periferia tan de moda (sólo) en los últimos cien años, responde a un montón de factores. El más importante -y al que menos importancia se le da-, es la propia distribución demográfica. España en estos últimos cien años tiene gente básicamente en Madrid y en su costa. En el XVI había problemas con los pastores castellanos de ovejas porque había gente en Castilla, hoy los castellanos no plantean ningún reto a la estabilidad política. Esta es la primera idea: la distribución de la gente sobre el territorio. Habrá que pensar por qué hemos acabado con un país básicamente vacío. Qué tipo de medidas fueron las responsables de esto. Habrá que pensar qué consecuencias tiene esta aberrante distribución demográfica: ¿un 70% de población mirando al mar y de pronto un 10% de población en una ciudad en medio del desierto?
El segundo factor viene de la incapacidad de los Borbones por crear un estado centralizado. Hasta ayer por la tarde teníamos guerras civiles con gente que defendía cartas forales medievales, que eso tú lo cuentas por ahí y se ríen en tu cara. En general, en España no hemos tenido suerte con ningún tipo de sistema administrativo eficaz. No me sorprendería que la administración americana fuera más eficiente que la ibérica a la hora de cobrar impuestos, proteger a la gente, construir infraestructuras, etc. No es que los dirigentes españoles fueran peores que en otros lados (eso también es muy español: pensar que o somos los mejores del mundo en algo o somos los peores del mundo), más bien ocurrió que estaban más preocupados por mantener alto el honor nacional que por procurar que la gente tuviera con qué comer. Así por ejemplo, seguíamos exportando lana mientras los telares multiplicaban por cuarenta su precio en el extranjero.
Si tienes un inmenso territorio casi despoblado por el que percibes una renta, careces de incentivos para fabricar un telar y vender la lana transformada. Si encima nadie va a cambiar el statu quo (el exceso demográfico se va a América, otros rentistas vecinos hacen exactamente lo mismo que tú, la corona no te aplasta a impuestos porque saca plata de América, etc.), habrá que esperar hasta que llegue un ejército extranjero e invada tus campos para que cambie algo. Por el camino, el país entero pierde cualquier tipo de iniciativa en el campo técnico o político. La aberración al valor añadido, a la excelencia en las cosas (que tan bien vemos reflejada en nuestra emoción cuando sí destacamos en algo), viene de esa hidalguía bajuna y rentista. Sin olvidar que los mayores rentistas españoles (hasta ayer por la tarde), fueron la Iglesia y las Órdenes Militares. Que si un noble tenía pocas obligaciones, estos, directamente, ninguna. (A pesar de lo cual, aún debíamos cierta protección social, y un sistema educativo a la labor de la Iglesia).
El tercer factor que da pie a la dialéctica centro-periferia es consecuencia de los dos anteriores: la población no cortesana vive muy lejos de la corte y precisamente no dispone de grandes extensiones de tierra con las que fomentar una hidalguía bajuna y rentista (en Andalucía sí disponen de esa tierra, por eso ahí evolucionarán de forma distinta a Vizcaya). En estos sitios, además, se hablan idiomas diferentes y si llegas de fuera y quieres mezclarte, sólo te aceptarán si imitas las costumbres locales. Este comportamiento se acopla y refuerza. Conforme pasa el tiempo, aumenta la densidad de población, aparece una burguesía urbana cuyas demandas poco tienen que ver con las de la hidalguía ganadera, hay más contacto con el exterior (puertos de mar). En general, esos españoles evolucionan de forma distinta. Para cuando alguien en Madrid decide organizar una administración nacional más o menos moderna y funcional, se encuentra con un zapitoste de mucho cuidado.
La riqueza excedente de esas zonas, se emplea en ocio, como en todas partes del mundo. Pero en lugar de organizar dos corridas de toros, organizan una y además unos Juegos Florales. En esos Juegos Florales, siempre está el borracho del pueblo o un tipo que lo pasa mal porque su legítima se acaba de escapar con el telegrafista a Río Muni. Y pone a parir a todos los tronos celestiales, con la mala pata que lo hace en lemosino o galaicoportugués. Los vecinos le ríen las gracias, pero se da el caso que uno tiene un primo en la capital que es periodista. Ahí empieza el matute. Hay un listo -siempre hay un listo- que lee la historia en el periódico y se le ocurre que eso de que haya Juegos Florales es una concesión que afecta al correcto desarrollo de la modernidad en España. Otro listo -estos asuntos siempre son entre listos- responde en su columna que lo moderno es reconocer la pluralidad plural de la cosa nacional. Y ahí se enzarzan en una discusión entre caballeros antiguos.
Todos están de acuerdo con esta dialéctica
Incluso en época tan reciente como los años veinte, ningún movimiento nacionalista español relevante pedía la independencia. Mejor dicho: ninguno de los actuales padres de las patrias gallega y lemosina, pedían la independencia. Aquí está la clave del asunto: años después, ya en pleno franquismo, muchos profesores universitarios que no ligaban, cogieron citas de esos padres de la patria y se inventaron una historia horrible de persecución y enfrentamiento (como si en este país hubiera pasado algo diferente a otros países). Por su parte, otros catedráticos con mucho tiempo libre, respondieron a estas historias, lo que a su vez provocó una reacción en sentido opuesto. Este debate, con su gran componente sentimental, pasa a la política (aquí la política es un constante apelar al sentimiento, y a nadie le gusta que se metan con su aldea de mierda). De la política pasa a los planes de estudio y de ahí a mis libros de texto, en los que con once años tenía que creerme que los gallegos tenemos parientes celtas y suevos y además del siglo XV al XIX no se publicó nada en gallego, cosa que se repetiría con Franco. Que esto sea mentira no le importa a nadie (y a quien le importe pasará a estar en un "bando" sin comerlo ni beberlo): todos sabemos que se trata de un pacto entre el centro y la periferia. La periferia tiene la excusa de alimentar un nacionalismo sacador respecto al centro. El centro tiene la excusa de alimentar su necesidad de permanencia porque de no existir, España se rompe. Curiosamente, en el diálogo, nadie piensa que lo que el nacionalismo saca al centro, se lo saca a los ciudadanos de su nación. Tampoco que lo que el centro tiene no se puede deber únicamente a los ciudadanos del centro.
Mientras tanto, lo que está entre Madrid y la costa, aparte de despoblarse, se debate entre imitar a los nacionalismos o apoyar la causa capitalina.
Por último, desengáñense: ni España se va a romper, ni los nacionalismos van a desaparecer. La dialéctica sirve de justificación a las dos partes por igual.
Hace siglos, la gente no era más lista que ahora. Su ignorancia sobre la vida en otra esquina de España alimentaba el desprecio. Igual que ahora. Conviene apuntar que en el siglo XVII esa ignorancia estaba más justificada que hoy en día: había menos gente que supiera leer y escribir. Hoy sin embargo tenemos a un montón de gente analfabeta en varios idiomas y la cosa no cambia mucho.
Centro-periferia
La dialéctica centro-periferia tan de moda (sólo) en los últimos cien años, responde a un montón de factores. El más importante -y al que menos importancia se le da-, es la propia distribución demográfica. España en estos últimos cien años tiene gente básicamente en Madrid y en su costa. En el XVI había problemas con los pastores castellanos de ovejas porque había gente en Castilla, hoy los castellanos no plantean ningún reto a la estabilidad política. Esta es la primera idea: la distribución de la gente sobre el territorio. Habrá que pensar por qué hemos acabado con un país básicamente vacío. Qué tipo de medidas fueron las responsables de esto. Habrá que pensar qué consecuencias tiene esta aberrante distribución demográfica: ¿un 70% de población mirando al mar y de pronto un 10% de población en una ciudad en medio del desierto?
El segundo factor viene de la incapacidad de los Borbones por crear un estado centralizado. Hasta ayer por la tarde teníamos guerras civiles con gente que defendía cartas forales medievales, que eso tú lo cuentas por ahí y se ríen en tu cara. En general, en España no hemos tenido suerte con ningún tipo de sistema administrativo eficaz. No me sorprendería que la administración americana fuera más eficiente que la ibérica a la hora de cobrar impuestos, proteger a la gente, construir infraestructuras, etc. No es que los dirigentes españoles fueran peores que en otros lados (eso también es muy español: pensar que o somos los mejores del mundo en algo o somos los peores del mundo), más bien ocurrió que estaban más preocupados por mantener alto el honor nacional que por procurar que la gente tuviera con qué comer. Así por ejemplo, seguíamos exportando lana mientras los telares multiplicaban por cuarenta su precio en el extranjero.
Si tienes un inmenso territorio casi despoblado por el que percibes una renta, careces de incentivos para fabricar un telar y vender la lana transformada. Si encima nadie va a cambiar el statu quo (el exceso demográfico se va a América, otros rentistas vecinos hacen exactamente lo mismo que tú, la corona no te aplasta a impuestos porque saca plata de América, etc.), habrá que esperar hasta que llegue un ejército extranjero e invada tus campos para que cambie algo. Por el camino, el país entero pierde cualquier tipo de iniciativa en el campo técnico o político. La aberración al valor añadido, a la excelencia en las cosas (que tan bien vemos reflejada en nuestra emoción cuando sí destacamos en algo), viene de esa hidalguía bajuna y rentista. Sin olvidar que los mayores rentistas españoles (hasta ayer por la tarde), fueron la Iglesia y las Órdenes Militares. Que si un noble tenía pocas obligaciones, estos, directamente, ninguna. (A pesar de lo cual, aún debíamos cierta protección social, y un sistema educativo a la labor de la Iglesia).
El tercer factor que da pie a la dialéctica centro-periferia es consecuencia de los dos anteriores: la población no cortesana vive muy lejos de la corte y precisamente no dispone de grandes extensiones de tierra con las que fomentar una hidalguía bajuna y rentista (en Andalucía sí disponen de esa tierra, por eso ahí evolucionarán de forma distinta a Vizcaya). En estos sitios, además, se hablan idiomas diferentes y si llegas de fuera y quieres mezclarte, sólo te aceptarán si imitas las costumbres locales. Este comportamiento se acopla y refuerza. Conforme pasa el tiempo, aumenta la densidad de población, aparece una burguesía urbana cuyas demandas poco tienen que ver con las de la hidalguía ganadera, hay más contacto con el exterior (puertos de mar). En general, esos españoles evolucionan de forma distinta. Para cuando alguien en Madrid decide organizar una administración nacional más o menos moderna y funcional, se encuentra con un zapitoste de mucho cuidado.
La riqueza excedente de esas zonas, se emplea en ocio, como en todas partes del mundo. Pero en lugar de organizar dos corridas de toros, organizan una y además unos Juegos Florales. En esos Juegos Florales, siempre está el borracho del pueblo o un tipo que lo pasa mal porque su legítima se acaba de escapar con el telegrafista a Río Muni. Y pone a parir a todos los tronos celestiales, con la mala pata que lo hace en lemosino o galaicoportugués. Los vecinos le ríen las gracias, pero se da el caso que uno tiene un primo en la capital que es periodista. Ahí empieza el matute. Hay un listo -siempre hay un listo- que lee la historia en el periódico y se le ocurre que eso de que haya Juegos Florales es una concesión que afecta al correcto desarrollo de la modernidad en España. Otro listo -estos asuntos siempre son entre listos- responde en su columna que lo moderno es reconocer la pluralidad plural de la cosa nacional. Y ahí se enzarzan en una discusión entre caballeros antiguos.
Todos están de acuerdo con esta dialéctica
Incluso en época tan reciente como los años veinte, ningún movimiento nacionalista español relevante pedía la independencia. Mejor dicho: ninguno de los actuales padres de las patrias gallega y lemosina, pedían la independencia. Aquí está la clave del asunto: años después, ya en pleno franquismo, muchos profesores universitarios que no ligaban, cogieron citas de esos padres de la patria y se inventaron una historia horrible de persecución y enfrentamiento (como si en este país hubiera pasado algo diferente a otros países). Por su parte, otros catedráticos con mucho tiempo libre, respondieron a estas historias, lo que a su vez provocó una reacción en sentido opuesto. Este debate, con su gran componente sentimental, pasa a la política (aquí la política es un constante apelar al sentimiento, y a nadie le gusta que se metan con su aldea de mierda). De la política pasa a los planes de estudio y de ahí a mis libros de texto, en los que con once años tenía que creerme que los gallegos tenemos parientes celtas y suevos y además del siglo XV al XIX no se publicó nada en gallego, cosa que se repetiría con Franco. Que esto sea mentira no le importa a nadie (y a quien le importe pasará a estar en un "bando" sin comerlo ni beberlo): todos sabemos que se trata de un pacto entre el centro y la periferia. La periferia tiene la excusa de alimentar un nacionalismo sacador respecto al centro. El centro tiene la excusa de alimentar su necesidad de permanencia porque de no existir, España se rompe. Curiosamente, en el diálogo, nadie piensa que lo que el nacionalismo saca al centro, se lo saca a los ciudadanos de su nación. Tampoco que lo que el centro tiene no se puede deber únicamente a los ciudadanos del centro.
Mientras tanto, lo que está entre Madrid y la costa, aparte de despoblarse, se debate entre imitar a los nacionalismos o apoyar la causa capitalina.
Por último, desengáñense: ni España se va a romper, ni los nacionalismos van a desaparecer. La dialéctica sirve de justificación a las dos partes por igual.
–Cuando yo uso una palabra –insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso– quiere decir lo que yo quiero que diga…, ni más ni menos.
–La cuestión –insistió Alicia– es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.
–La cuestión –zanjó Humpty Dumpty– es saber quién es el que manda…, eso es todo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)