Las recomendaciones
- Gobierno central y CCAA deben "realizar un esfuerzo presupuestario anual equivalente a más del 1,5% del PIB". Aplicar medidas adicionales de control presupuestario a las Comunidades Autónomas. Parece que los actuales mecanismos previstos entre otros en la Ley de Estabilidad Presupuestaria y la última reforma de la Constitución (donde se pide "prioridad absoluta" para el pago de la deuda, es decir, que pagar la deuda va antes que el resto de gastos) no son suficientes y la UE exige a España crear una agencia independiente que controle los presupuestos públicos.
- Acelerar el aumento de la edad de jubilación.
- Aumentar el IVA.
- Aumentar impuestos medioambientales.
- Disminuir el acceso a la propiedad de la vivienda en favor del alquiler.
- Aplicar una reforma financiera que limpie los balances de los bancos.
- Coordinar los servicios públicos de empleo estatal y regionales.
- Facilitar la financiación de pymes y proyectos de I+D.
- Tomar medidas específicas para combatir la pobreza. (La UE indica que la pobreza infantil en España está en el 26,2%, nivel que califica de "alarmante" y la tele no nos dice nada).
- Liberalizar servicios profesionales.
- Reducir la burocracia y los plazos para la apertura de negocios ("La falta de coordinación entre las administraciones locales, autónomas y central ha dado lugar a una proliferación de normas que a veces se superponen y a una segmentación del mercado interior español").
- Abordar el tema del déficit tarifario.
Quid pro quo
Lo que no dice Bruselas es que la gente espera contrapartidas. Subidnos el IVA, de acuerdo, pero a cambio queremos que desaparezcan las diputaciones, fusionar comunidades autónomas, limitar los mandatos políticos, Gibraltar, producir la leche que queramos y venderla a quien queramos y pescar en más sitios más tiempo. Quid pro quo.
Esto es lo que ni Bruselas ni Madrid entienden: las reformas no salen gratis para la gente. Y si la gente -nosotros somos la gente- tiene que pagar los platos rotos de décadas de malversación y corrupción, queremos tener algo que decir. Que me parecen muy bien las recomendaciones: no esperaba otras. Pero oiga, un contrato es un acuerdo en el que ambas partes salen beneficiadas. Entiendo que las consecuencias de hacer lo que ordena Bruselas beneficien a la población, pero será a medio plazo. Yo personalmente quiero cambios positivos ya. Quiero que alguien me de alguna razón para seguir confiando un mínimo en que la UE sirve para algo más de lo que sirve. Que deje de ser un instrumento de control y pase a ser algo de lo que realmente formemos parte.
Creo que en Alemania tienen que empezar a pensar que nuestros problemas son sus problemas. Puede que resistan bien el ciclón que se formará si España se va por la alcantarilla, pero no se han parado a pensar en las consecuencias no económicas: jamás volveríamos a confiar en ellos y nuestra policía no podría garantizar su seguridad en nuestro territorio. Gol de Señor.
Lo que quiero decir es que tanta austeridad de boquilla crea inquietud y las primeras en demostrar esa austeridad debían ser nuestras instituciones. No existe la idea en la calle de que las reformas estén siendo "justas". Con una tasa de pobreza infantil del 26% no se entiende que sigamos aportando ayuda al desarrollo. La magnífica idea de premiar la pésima gestión financiera no se corresponde con que en los balances bancarios se mantenga un patrimonio sobrevalorado. Es decir, existe la sensación de que estos cambios simplemente tratan de corregir una situación puntual de crisis y no van a la reforma total y absoluta de la forma de hacer las cosas. Hay un gran cinismo en el ambiente. Como todos esos políticos que dicen que hay que aprender inglés y ellos no solo no tienen ni idea de inglés, sino que son analfabetos en castellano.
Se debe aprovechar la crisis para cambiar las cosas de tal forma que no haya vuelta atrás. Debe haber una mayor fiscalización de las instituciones, se deben poner cortapisas a la política bananera española de prometer y dar sin sentido. Hay que ir cambiando el chip a todos los niveles. También en la clase empresarial y trabajadora, ojo: es fundamental acabar con las reminiscencias del corporativismo fascista de los sindicatos de clase y los empresarios deben ser formados en temas como la inversión a largo plazo. Uy, he dicho "largo plazo", creo que eso está prohibido en España. Hay que cambiar el chip, y esto no lo hace ninguna recomendación de las coles de Bruselas.
No solo tenemos que afrontar cambios muy complicados, sino que los responsables de liderar esos cambios carecen de incentivos para llevarlos a cabo. Estamos mal.