Con las elecciones a la vuelta de la esquina, el PP ha dimitido a Camps. Sin duda es la mejor noticia que le ha podido pasar al PP y a ese señor de barba que a veces habla del Tour de Francia que no me acuerdo cómo se llamaba. Francisco Camps fue a la sede del PSOE, bajó al almacén y se afanó en llevarse las cajas de munición. A Valenciano, Pepunto y otros, les tocaba formar un comité de crisis.
Y poco tardaron, pues inmediatamente tras la dimisión, aparece Elena Valenciano diciendo que el asunto de los trajes con el que tanto nos dan la murga no es nada, que lo gordo es el Gürtel. Sí, desde luego que es gordo, ya que es causa de que haya tanto cargo público pepero imputado. Vamos, que tienen casi a tantos imputados como el propio PSOE.
Para el PP la estrategia a seguir es tan fácil y cae tan de cajón que da vergüenza decirla. A cada comentario tan solo responderán: "sí, pero vosotros no solamente sois corruptos sino que además tenéis al país hecho unos zorros". Por no mencionar el cenagal de Pepunto Rubalcaba llamado Faisán.
Tan solo les queda el control de daños y evaluar hasta qué punto la dimisión de Camps le ha hecho salir el tiro por la culata a un PSOE que está en la UVI.
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