martes, 7 de junio de 2011

Médico, cúrate a ti mismo

La sanidad supone alrededor del 40% del gasto de esas cosas que llaman Comunidades Autónomas y que yo llamaré regiones. Como cualquier actividad económica, la sanidad vive del crédito. No mencionaré la sanidad privada que vive del dinero público porque en este país tiene un impacto mínimo en comparación con la pública.

El crédito surge de la confianza de los proveedores en que la región cuyo input de dinero se prevé eterno y constante, pague. El problema es que la administración pública no paga. Y si paga lo hace con billetes del monopoly o servilletas que dicen "ya te pagaré ;)". Esas simpáticas servilletas con smiley incluido esconden 15.000 millones de euros. Dos billones y medio de pesetas.

En obras públicas, Pepiño ya dijo en su día que no había dinero para seguir quemándolo en alta velocidad y carreteras. Pero la sanidad que no la toquen, no vaya a ser que vengan pepinos de Siam infectados con el virus de la risa y haya que hacer gasto. De momento, la sanidad pública ya paga a 600 días. Si mi empresa quiere pagar a 600 días a otra empresa, es posible que me encuentre con dos graciosos mariachis en la puerta.

El caso es que me parece curiosísimo que la gente relacione sanidad con salud. Yo me arriesgo a especular que si mañana cierran todos los hospitales públicos y ambulatorios y envían a los pacientes a su casa, la esperanza de vida apenas cambiará.

Evidentemente esto es una burrada, pero algo habrá que hacer, digo yo. La sanidad pública es el más claro ejemplo de un sistema en el que falta información. Es más, surgen listas de espera como medio natural y ajeno a la voluntad de nadie de establecer una demanda objetiva sobre el producto. Si desapareciera el mito de que sanidad es igual a salud, se podría comenzar a introducir información en el sistema. ¿Cómo? Por medio de un token de información como puede ser el euro.

¿Cuál es el activo más importante de la sanidad pública? Los médicos. Si los médicos públicos pudieran equiparar su sueldo en todo el país, trabajar en las mismas condiciones que si tuvieran clínica propia (es decir, que puedan ser despedidos y reemplazados, cobrar por productividad, etc). Y por otra parte, si en todo el país todo el personal no esencial fuera subcontratado a empresas privadas en un mercado con competencia, otro gallo cantaría.

Las generalizaciones son malas, claro que sí, pero todos conocemos a celadores que tienen sueldo asegurado y se la rascan. Lo ideal sería que la desfuncionarización de los celadores se extendiera a médicos y enfermeras, pero al ser un gremio cerrado, eso es más complicado. Luego están los que trabajan en la fotocopia (?), los conductores de ambulancias y demás. Hay regiones que ya externalizan estos servicios y mucha masa cree que eso es privatizar cosas. ¡Ja!

Si los implicados perdieran poder de presión, se podría coger cada hospital, ambulatorio, etc y convertirlos en unidades de negocio. Como pasa con los medicamentos, se subsidia el servicio para grupos concretos y el resto que pague a precios de mercado. La competencia proporciona información, al haber más información hay más donde elegir, al haber más donde elegir, me han soplado que bajan los precios. Al bajar los precios dispondrías de más dinero en la saca para pagar a proveedores.

Evidentemente esto no es tan fácil. Lo que quiero transmitir es que existe un debate sobre la financiación de la cosa sanitaria que se está postergando. Como el debate de la educación, el de la energía, el de la justicia, etc.

Todos los grandes temas sobre los que se construyen las vidas de millones de personas parece que están puestos ahí como un pegote y nadie quiere tocarlos. Todo lo que afecta directamente al día a día de la capa basal de la sociedad está heredado y tan solo se modifica por interés político inmediato.

¿Y qué le parecería un gato?

1 comentario:

Teseo dijo...

A lo mejor eliminando a todas la especialidade acabadas e -logia, -erna e -ía y poniendo a los celadores a hacer su trabajo, si queieres supervisado por una enfermera (con cofia, ojo), a lo mejor el ahorro nos da para contratar a sejor@s de la limpiez@ e incluso nos sobra algo para I+D+I+I. Para la peña de la quiniela o para cafeses sindicale.