miércoles, 6 de abril de 2011

El Derecho a la Intimidad Personal de los cargos públicos

¿Un cargo público tiene su derecho a la intimidad reducido? Parece que sí. Los cargos públicos deben hacer público su patrimonio con frecuencia para demostrar que no se enriquecen de forma extraña por su posición de poder. Se trata de evitar la corrupción, el tráfico de influencias y la prevaricación. Y por supuesto, en todo acto público que no requiera anonimato, el derecho a la propia imagen está regulado por la Ley Orgánica 1/1982 de Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen:

Artículo Octavo.


Uno. No se reputará, con carácter general, intromisiones ilegítimas las actuaciones autorizadas o acordadas por la Autoridad competente de acuerdo con la Ley, ni cuando predomine un interés histórico, científico o cultural relevante.


Dos. En particular, el derecho a la propia imagen no impedirá:


Su captación, reproducción o publicación por cualquier medio cuando se trate de personas que ejerzan un cargo público o una profesión de notoriedad o proyección pública y la imagen se capte durante un acto público o en lugares abiertos al público.


La utilización de la caricatura de dichas personas, de acuerdo con el uso social.


La información gráfica sobre un suceso o acaecimiento público cuando la imagen de una persona determinada aparezca como meramente accesoria.


Las excepciones contempladas en los párrafos a) y b) no serán de aplicación respecto de las autoridades o personas que desempeñen funciones que por su naturaleza necesiten el anonimato de la persona que las ejerza.

Pero ¿es lícito ir más allá? Por ejemplo, ¿debemos conocer los gustos sexuales de los ministros? Aquí la cosa no está tan clara. En el caso de que el comportamiento privado degenere en delitos, es evidente que se deben de denunciar públicamente. Si hablamos de sexo consentido entre adultos (entiéndase "adulto" como la edad legal a partir de la que se puede consentir tener relaciones), creo que esto nos debe importar más bien poco. Ser objeto de chanzas y poco más.

De Berlusconi se pueden decir muchas cosas, pero su comportamiento privado, en tanto no suponga delito, es cosa suya. Las soflamas públicas, más propias de peluquerías que de la 'prensa seria', no pueden ser el baremo por el que juzgar políticamente a un cargo público.

Vicios privados, públicas virtudes.

La primera barrera de celo de la intimidad debe partir del propio afectado. Sus líos de cama (o de gula, o de aficiones bizarras, o de consumo de drogaína), dependen de sí mismo y no de sus electores. Si por encima, su gestión es transparente y positiva -no digo que sea el caso de Berlusconi-, allá él con su vida.

Supongo que la relevancia que en Europa va teniendo la vida privada de los políticos, responde a influjo de la política americana. Allí, los candidatos se preocupan por dar una imagen familiar, aparecen con su prole en los anuncios y se juzgan tanto o más por cómo son que por lo que hacen.

4 comentarios:

octopusmagnificens dijo...

La vida sexual y afectiva de Berlusconi es cosa suya, y aunque es lógico que la prensa del corazón se haga eco de ella, utilizarla como arma política es una abyección. La izquierda progresista apela a la envidia del populacho, como haría la derecha conservadora si fuera Zapatero el que se acostara con chicas jóvenes y, sobre todo, atractivas. Dicho esto, yo apoyo a Berlusconi aun cuando sea delito acostarse con prostitutas menores de 18 años. Esa legislación es criminal. Las relaciones deseadas no incumben ni al Estado de Bienestar ni al Estado Vaticano.

Pablo Otero dijo...

Excepto por lo de las menores, estoy totalmente de acuerdo contigo.

octopusmagnificens dijo...

Creo que la edad legal para ejercer la prostitución debe estar equiparada con la edad de consentimiento sexual, que en España son 13 años y en Italia 14. Si tienes edad para hacerlo por gusto, no veo razón para que no puedas hacerlo por dinero.

Pablo Otero dijo...

El caso es que está prohibido que niños de 13 y 14 años trabajen en nuestros países.

Sí pueden trabajar en otros países y nosotros compramos sus productos.

Las cosas del comercio internacional.