jueves, 28 de abril de 2011

"No es justo que gane tanto dinero"

Son recurrentes las quejas de muchas personas sobre los grandes sueldos del fútbol. Más aún cuando el técnico del Real Madrid denunció ciertas estratagemas oscuras de ciertos equipos para asegurar resultados. Mourinho dijo algo así como "no me merece la pena trabajar en este mundo [del fútbol]", a lo que la legión de esclavos respondió a coro: "¿cómo puedes quejarte con el dinero que ganas?".

Realmente existe una gran cantidad de personas que piensan que es injusto que Mourinho gane x millones al año. Hablan de Mourinho porque levanta envidias, pero esto mismo lo escuchamos de otras estrellas del deporte.


Ante esto sólo cabe plasmar la evidencia de los hechos:
  1. Tú no le pagas el sueldo a Mourinho.
  2. El sueldo de Mourinho lo establece el mercado. El club y el técnico llegan a un acuerdo beneficioso para ambas partes.
  3. No valoras lo que valora el Real Madrid: para ellos Mourinho es el mejor entrenador del mundo y le pagan por lo que vale (es decir, por el retorno de inversión que les proporciona).
  4. Si te quejas por los sueldos multimillonarios, espero que no protestes por los pequeños sueldos de los curritos. Conociéndote, seguro que de eso también te quejas. ¿Por qué? Porque vives en un mundo de fantasía.
Existe la idea preconcebida en muchas cabecitas de lo que es un sueldo justo y lo que no. 5.000 años de mercado se enfrentan a las fantasías de gente que vive en un mundo irreal donde un limpiababuchas debe cobrar lo mismo que un neurocirujano.

No quieren darse cuenta de que cualquiera limpia babuchas, pero pocos pueden extirpar un tumor cerebral sin matar al paciente. En ocasiones -flipa- hasta el mejor neurocirujano mata al paciente. Y le siguen pagando. Eso sí, el que limpia mal las babuchas las pasa canutas porque -insisto- cualquiera limpia babuchas.

Y añado que el mejor limpiababuchas del reino, estoy completamente convencido, gana más que el peor. Esfuerzo, competencia, valoración, resultados. Si quieres ganar lo que gana Mourinho, destaca en algún campo que te proporcione esos ingresos: estudia para entrenador de fútbol, crea un producto, atraca bancos,... haz lo que veas, pero no te quedes parado culpando al mundo.

El mercado es un invento de la civilización. Y la civilización llegó antes que tú y tus ideas neomarxistoides de universitario paria.

Sólo era eso.

Contra el vicio de pedir

domingo, 24 de abril de 2011

Flema inglesa

Es una buena costumbre bucear en hemerotecas, porque ahí se nos revela la verdadera naturaleza de las cosas que nos rodean hoy en día. Si queremos profundizar en el conocimiento del mundo actual y del por qué las cosas son como son, no nos queda más remedio que viajar hacia el pasado.

Esto viene a cuento de la llamada Guerra Negra, hecho histórico poco conocido, casi oculto, en el que los colonos británicos exterminaron a la población negra de Tasmania. No se trató de tres granjeros descontrolados, sino de una política de Estado, sustentada y promovida por los poderes públicos, la prensa y toda las capas de la sociedad.


Colonial Times

HOBART TOWN 

FRIDAY, DECEMBER 1, 1826

In conducting a Journal, which is understood to express the general sentiments and wishes of the people, and in some instances, to regulate and lead them, we are occasion- ally obliged to present those subjects to the   attention of our Readers, which the pressing necessity of the case requires, although they may be attended with painful results. It was this feeling which induced us to devote our space in the last two numbers, to the construction and operation of the Council, to the exclusion of our leading article, in continuation upon the political economy of this Government; and it is with the same feeling, that we now beg most earnestly, to draw the attention of all, to the present situation of those poor, wretched, but infatuated savages, the Aborigines of this Island. In devoting a few observations to the cause of humanity — in tracing the dangers to which the Settler must be exposed, and in pointing out a remedy, if possible, we are not only doing our duty, as Christians, but as Men; and if we offer any observations which are entitled to weight, it is also the duty, as we are sure it will be the inclination, of Government, to act upon them.

It would be worse than useless, to show  how different things might have been — it is enough to state things as they are and we find by every day's experience, that the natives are no longer afraid of a white man — that they know, how a gun is fired off, it is useless. From attacking stock-keepers, they now attack huts, and in many instances, the fight has lasted for hours, until by dint of numbers, they have compelled the whites to  retreat. They have tasted the sweets of civilized life, but they have no inclination for the labour of it. They have ceased to fear, and learn to abhor. They look upon the white men, as robbing them of their land, depriving them of their subsistence, and in too many instances, violating their persons.

To discuss a question of this nature, it is necessary to look at naked truths. It is too late to discuss the question, whether they might not have been civilized — they have unfortunately seen nothing but pernicious examples. What intercourse has taken place, has produced only hatred, and revenge, and nothing, but a removal, can protect us from incursions, similar to the Caffrees in Africa, or the back-woodmen, in North America.

We deeply deplore the situation of the Settlers. With no remunerating price for their produce, they have just immerged from the perils of the bush-rangers, which affected their property, and they are now exposed to the attack of these natives, who aim at their lives. We make no pompous display of Philanthropy — we say unequivocally, SELF DEFENCE IS THE FIRST LAW OF NATURE. THE GOVERNMENT MUST REMOVE THE NATIVES — IF NOT, THEY WILL BE HUNTED DOWN LIKE WILD BEASTS, AND DESTROYED!


Having heard the distinctions in law, laid  down by the Chief Justice in the Supreme Court, in the case of Jack and Dick, for murder, we tremble for the consequences to our brother Colonists, on the one hand, whilst we are chilled with horror, with the probable results, on the other. It is impossible to suggest a perfect plan, but having collected the opinions of many intelligent pesons, we are satisfied, that the first thing, is our own security; the second, the due and proper protection to the natives, and last, and least, the expense of the measure to Government. In the first place, they must be removed, either to the coast of New Holland, or King's Island. The latter is one of our Dependencies, fertile, well supplied with water, and no possibility of escape. There are two parties who have committed outrages — the Oyster Bay and the Shannon parties. We would recommend their being taken, which could easily be effected — placed at King's Island, with a small guard of soldiers to protect them, and let them be compelled to grow potatoes, wheat, catch seals and fish, and by degrees, they will lose their roving disposition, and acquire some slight habits of industry, which is the first step of civilization.

If they are put upon the coast of New Holland, they may be destroyed. If they remain here, they are SURE TO BE DESTROYED. If they are sent to King's Island, they will be under restraint, but they will be free from committing, or receiving violence, and we are certainly bound by every principle of humanity, to protect them as far as we can.

We shall hail with joy any measure the Council may devise, to effectually relieve us from this calamity, but they may be assured no half-measures will suffice, and as no one Member of the Council can speak upon this subject, experimentally, we hope they will consult those who can, for it is one common interest binds us all.

*   *   *
Como muestra un botón. Injusto tal vez, pero real. Me permitiréis que cada vez que me cruce con un hijo de la Gran Bretaña, me acuerde de Su Graciosa Majestad, de Philleas Fogg y de Gibraltar.

Lecciones de moral de esta gente, ni una.

viernes, 15 de abril de 2011

Introducir sinceridad en el sistema

Espera, que creo que no lo he captado bien. Veamos: tengo una casa y decido asegurarla, pongamos con AIG. Les pago una cuota por si le pasa algo a la casa, ellos pagan desperfectos, etc. Hasta aquí lo entiendo.

Ahora pongamos por caso, que aparte de ese seguro, yo estoy pagando un préstamo hipotecario. Bien. Contrato con AIG un seguro de impago del préstamo. Es decir, en caso de que yo no pueda afrontar el pago del préstamo hipotecario durante -pongamos- dos meses, ellos me cubren. Esto ya me empieza a oler: ¿les pago para asegurarme dinero cuando no tenga dinero? Parece que sí. Parece que llegado el caso les pago el seguro con el dinero que ellos mismos me dan. Curiosísimo.

Paquita pidiendo un préstamo

Pero ahora viene lo mejor. Tengo un préstamo hipotecario asegurado con AIG. Otros fulanos, inversores, contratan mi seguro de impago con AIG. Es decir, contratan un documento por el que si yo dejo de pagar la hipoteca, AIG les paga dinero. Vamos a ver: dejo de pagar hipoteca y seguro, y AIG me paga a mi y a una banda aleatoria de individuos y corporaciones con los que no tengo relación ni conocimiento.

Para que esto sea rentable para AIG, los dividendos de los primeros dineros (mi seguro y los papeles que vende a terceros sobre mi seguro), deben superar a los posibles gastos derivados del pago del seguro (a mi y a los alegres desconocidos).

Es decir, para vender esas cosas, AIG tiene que hilar muy fino y yo ser un asegurado muy confiable. Me parece todo muy retorcido pero no me parece mal.

Pero aún no acabé.

Los alegres inversionistas, no compran un seguro sobre mi préstamo hipotecario con dinero de su bolsillo, ya que como son bancos, lo hacen con los fondos depositados por sus clientes puramente ahorradores (y por aquellos clientes inversionistas que meten pasta en fondos de inversión: otros bancos, pero también amas de casa que ven Amarrosa mientras planchan).

El tema es que no dispongo de información para saber si quien me presta dinero, al mismo tiempo que me aplica intereses draconianos, mete mis ahorros en asegurar que yo pague para recibir dinero si dejo de pagar. Es decir, mi banco se sobreasegura dos veces sobre el posible impago de mi préstamo. Y lo mejor es que lo hace con el propio dinero que yo previamente les pedí prestado.

Ser puta y pagar el polvo.

Disculpa el exabrupto. Pero es que yo tengo entendido que cuando plantas un árbol y lo riegas, el árbol crece: pilla nutrientes del suelo, hace la fotosíntesis, etc. Ese árbol da de comer a la vaca que me da leche con la que me alimento, crezco, pido un préstamo y me muero. Volviendo a la tierra para aportar nutrientes a otro árbol. El ciclo cerrado lo entiendo bien, las máquinas de movimiento perpetuo son imposibles. Y aquí hablo de una máquina financiera que se realimenta a sí misma sobre humo.

Este tipo de movidas son las que quienes defendemos el libre mercado nos cuesta explicar y justificar. El caso es que de ninguna manera esto es libre mercado. Esto es trampear el sistema y ser un trilero. Y recordemos que los trileros son lo más alejado del libre mercado que existe. Un mercado, una sociedad, no puede ser libre si no hay un acceso libre a la información y transparencia en el sistema. Aquí no la hay.


Yo entiendo que pague intereses a quien me presta dinero. Pero ese mismo dinero no lo debe emplear para asegurarse que yo le pague ¡porque ya le estoy pagando intereses! Sí me parece bien que use ese dinero para ganar más dinero de otra forma: invirtiéndolo en actividad productiva. Ésa sí es la clase de capitalismo popular que defiendo.

Y ojo, no digo que prohíban a la banca de ahorro emprender negocios de inversión en derivados, pero eso sí, que estén obligados a ser transparentes. Para esto mucho me temo que sí hace falta algún tipo de ley -escrita o no- que les obligue a ello. El libre mercado por sí solo, tal cual es el albedrío humano de los banqueros, no hará nada que pueda hacerles dejar de ganar más dinero. Los bancos se cubren unos a otros, untan a los políticos con jubilaciones de lujo y no escatiman esfuerzos en hacer prevalecer una falta de información al currito de turno que se ve azorado por términos y manejos de un submundo financiero que le es críptico.

O igual el libre mercado no necesita este tipo de regulación, ya que el libre mercado responde a la forma de ser de los seres humanos y los banqueros-financieros, quizás, solo quizás, no sean humanos.

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Adenda

Los partidarios de la libertad se avergüenzan de su gobierno. Pero mucho me temo que el concepto de "gobierno" ya no se limita a cargos en el poder político. El plasma que forman políticos, banqueros, medios de comunicación y grandes empresarios es el nuevo gobierno. Son todos ellos quienes afectan a nuestra libertad. Es casi inevitable llegar a pensar que son estos los gobernantes, y como gobernantes, tiranos.

Hoy prefiero ser gobernado por leyes antes que por personas. Quizás porque pienso que un kilo de limones que vale 1,50 euros vale más que un papel que diga que vale por 1,50 euros. No sé si me explico.

jueves, 7 de abril de 2011

Malditos cables

La señora no reconocería un tuiteo aunque lo tuviera delante. Como cada mañana, temprano, después de tomar una sopa de gachas de avena (o de huevos de pescado o lo que quiera Dios que coman por el Cáucaso) y aplicarse un chupito de jarabe de vodka entre pecho y espalda, se colocó una vieja chaqueta sobre los hombros -las mañanas siempre son frías en todas partes- y cogió su pala. Abajo, en el portal del bloque de pisos, desenganchó su carretilla.

Se alejó del suburbio de bloques empujando la carretilla. Saludaba con la cabeza a algunos vecinos con los que se cruzaba y sorteó la basura que se acumulaba en el terraplen que discurría en paralelo a la vía del tren. Miró a un lado y al otro. La experiencia le indicaba que aquél era un buen sitio para descubrir viejos cables de la catenaria del tren.

Una lata de cocacola, un paquete de pañales vacío, algunas botellas de cerveza. Hurgaba en la tierra buscando cable de cobre, cuando sonó el silbato del tren. Calculó por la hora que sería la línea Telavi-Dedoplis Tsqaro. Iba con retraso. Para variar. Siguió excavando en perpendicular a la vía cada pocos metros.

De pronto, la pala tocó algo duro.

No era tan duro como una piedra, pero sí lo suficientemente duro como para ser interesante. Despejó la tierra. Al principio pensó que aquello era una tubería. No, no podía ser una tubería. Ella trabajó de enfermera durante cincuenta años en la Fábrica de Tuberías nº5 de Tiblisi, reconocía una tubería cuando la tenía delante. Aquello era algún tipo de conducto de fibra plástica. El tubo no estaba suelto. Decidió cortar una sección para ver si podía vender el material al capataz del taller Mukhran. Aquél viejo avaro revendía la chatarra a la propia compañía del ferrocarril nacional. Usando la pala como un hacha, comenzó a golpear. La vieja juró por lo bajo, ya tendría tiempo de pedirle perdón a Santa Nina Isoapóstola: aquello parecía realmente valioso, si no, no estaría tan bien protegido.

A pocas docenas de kilómetros, Artak Nakashian se sentó en un sillón de falso cuero de la sala VIP del aeropuerto Zvartnots de Ereván. Pidió como siempre un Bombay Shappire con tónica 1724. Puestos a beber de buena mañana, mejor hacerlo con estilo, se decía. Mientras cargaba el portátil se regodeó en la inocencia de las grandes potencias. Como programador de Microsoft Armenia, y consultor externo de la OTAN, había conseguido programar una clave global de acceso a todos los silos de misiles intercontinentales de la Alianza Atlántica. Aquel era un día tan bueno como otro cualquiera para llevar de nuevo a la gloria a la Rodina. Alguien tenía que hacerlo. ¿Acaso los corruptos caudillos de las exrepúblicas soviéticas habían cumplido sus promesas? Eran los mismos perros. El aparente progreso que trajo la atomización, hacía del mundo un lugar menos seguro. A Artak no le gustaban los nuevos temores. Su padre se había dejado la salud sirviendo como oficial a un gran país que ya no existía, en una guerra silenciosa en la que no hubo ni desfiles ni monumentos. Su abuelo combatió contra la bestia alemana que hoy era más próspera y respetada que su propio país. ¿Y a cambio qué recibieron? El desarraigo y una pensión de miseria.

Aquello no era justo, pensaba, mientras establecía una conexión encriptada con los silos de los Minuteman III de Dakota del Norte y Montana. Desde luego, no cometería el error de señalar como objetivos grandes capitales. Él mismo había colaborado en la redacción de los protocolos de los escudos de misiles occidentales. No. Sus objetivos serían más útiles: plantas de energía, presas, nodos de telecomunicaciones y sedes de la hacienda pública. También, sabía que debía incorporar un factor de aleatoriedad para despistar, quizás algunas capitales regionales. "Un componente fundamental de la guerra nuclear es el factor psicológico". Sonrió. Él mismo había escrito esa frase en un informe enviado al Cuartel General de la OTAN.

Todo estaba listo. Sorbió su gin-tonic y sonrió a unos chiquillos que pululaban por la sala. Pulsó ejecutar y esperó a que se resolviera la conmutación de los nodos de acceso. La pantalla mostró en cirílico: "operación realizada con éxito". Cerró la ventana y se puso a jugar al Tetris, sería cuestión de minutos que el mundo cayera en una espiral de caos y destrucción de proporciones bíblicas.

Cuando terminó su copa y constató que el nivel 23 de esas endiabladas piezas multiformes era superior a sus fuerzas, notó que la gente a su alrededor perdía el control. Comenzó a silbar el Katyusha y se acercó a un mostrador donde ya se agolpaba gente.

- ¿Qué ocurre?
- No funciona el Amadeus. En ningún sitio funciona, no sólo pasa aquí -le respondió una azafata con fuerte acento.

Sin comprobar el éxito de su operación. Artak salió de la terminal. Siguiente parada: el cementerio militar de Ereván. Derramaría vodka sobre la tumba de su padre.

Una pena que Nikola Babajanian, taxista de 28 años, no comprobara los frenos de su viejo Lada la noche anterior.

Algún chico de la calle le había robado los cables.

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miércoles, 6 de abril de 2011

El Derecho a la Intimidad Personal de los cargos públicos

¿Un cargo público tiene su derecho a la intimidad reducido? Parece que sí. Los cargos públicos deben hacer público su patrimonio con frecuencia para demostrar que no se enriquecen de forma extraña por su posición de poder. Se trata de evitar la corrupción, el tráfico de influencias y la prevaricación. Y por supuesto, en todo acto público que no requiera anonimato, el derecho a la propia imagen está regulado por la Ley Orgánica 1/1982 de Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen:

Artículo Octavo.


Uno. No se reputará, con carácter general, intromisiones ilegítimas las actuaciones autorizadas o acordadas por la Autoridad competente de acuerdo con la Ley, ni cuando predomine un interés histórico, científico o cultural relevante.


Dos. En particular, el derecho a la propia imagen no impedirá:


Su captación, reproducción o publicación por cualquier medio cuando se trate de personas que ejerzan un cargo público o una profesión de notoriedad o proyección pública y la imagen se capte durante un acto público o en lugares abiertos al público.


La utilización de la caricatura de dichas personas, de acuerdo con el uso social.


La información gráfica sobre un suceso o acaecimiento público cuando la imagen de una persona determinada aparezca como meramente accesoria.


Las excepciones contempladas en los párrafos a) y b) no serán de aplicación respecto de las autoridades o personas que desempeñen funciones que por su naturaleza necesiten el anonimato de la persona que las ejerza.

Pero ¿es lícito ir más allá? Por ejemplo, ¿debemos conocer los gustos sexuales de los ministros? Aquí la cosa no está tan clara. En el caso de que el comportamiento privado degenere en delitos, es evidente que se deben de denunciar públicamente. Si hablamos de sexo consentido entre adultos (entiéndase "adulto" como la edad legal a partir de la que se puede consentir tener relaciones), creo que esto nos debe importar más bien poco. Ser objeto de chanzas y poco más.

De Berlusconi se pueden decir muchas cosas, pero su comportamiento privado, en tanto no suponga delito, es cosa suya. Las soflamas públicas, más propias de peluquerías que de la 'prensa seria', no pueden ser el baremo por el que juzgar políticamente a un cargo público.

Vicios privados, públicas virtudes.

La primera barrera de celo de la intimidad debe partir del propio afectado. Sus líos de cama (o de gula, o de aficiones bizarras, o de consumo de drogaína), dependen de sí mismo y no de sus electores. Si por encima, su gestión es transparente y positiva -no digo que sea el caso de Berlusconi-, allá él con su vida.

Supongo que la relevancia que en Europa va teniendo la vida privada de los políticos, responde a influjo de la política americana. Allí, los candidatos se preocupan por dar una imagen familiar, aparecen con su prole en los anuncios y se juzgan tanto o más por cómo son que por lo que hacen.

lunes, 4 de abril de 2011

Discutiendo el sistema

Lo que me gusta de la idea de democracia se sustrae de algunas de sus características ideales ("ideales" en el sentido de "conceptuales"). Verbigracia: alternancia pacífica del poder, cambio no violento de las leyes, una ley única para todos los ciudadanos, un sistema de apelación independiente del que ejerce el poder y lo que orbita a todo esto: distintos focos de poder que se equilibren para evitar la tiranía. En resumen, según lo entiendo yo, la democracia se contrapone a la tiranía. O debería contraponerse al menos en el plano conceptual.

Lo cierto es que la democracia ateniense, inspiradora del principio del "gobierno del pueblo", no era sino un sistema en el que los ciudadanos eran una élite minoritaria que se gobernaba a sí misma y al resto de una población cuya autonomía y derechos estaban fuertemente limitados. Este sistema de gobierno no careció de críticos antes de su establecimiento, durante y después.

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La crítica más inmediata no fue la que hoy se podría hacer desde nuestra perspectiva (que una minoría gobernara una gran población esclava o que las mujeres no fueran ciudadanos). La crítica fue de método: cuando se trata de resolver un asunto técnico, se escucha una valoración técnica (dónde levantar un nuevo punto de amarre para las naves), cuando se trata de resolver una cuestión política se escuchaba a gente que se movía por sus intereses o carecía de intereses. Creo recordar que fue Aristóteles quien criticó la democracia contraponiéndola como forma desviada a la forma recta de República. Así, las formas desviadas de gobierno eran Tiranía, Oligarquía y Democracia y las rectas Monarquía, Aristocracia y República.

Con el paso del tiempo, a la idea de democracia se le incorporaron características "deseables". Solemos olvidar que lo deseable cambia con el espíritu de cada época. Así por ejemplo, veinticinco siglos después de Pericles, se contrapuso la idea de democracia a la tiranía colectivista. Por tanto, el "método democrático" se ve ligado a la defensa de una serie de derechos humanos ampliamente aceptados. Es una incorporación que creo positiva, sin embargo continuamos sin resolver el problema fundamental: ¿son correctas las decisiones que se toman? ¿Qué es lo correcto en política?

Y yendo más allá, también me pregunto: en un lugar sin organización política ¿conviene establecer una forma democrática de gobierno como primera opción? Si esto fuera lo ideal, las democracias consolidadas, por exigencia de sus ciudadanos, harían todo lo posible por exportar sus esquemas de gobierno. Salir a la calle nos basta para comprobar que al ciudadano-soberano esto se la refanfinfla bastante.

Es más, el sistema tiende a dorarle la píldora al ciudadano-soberano con una ilusión democrática (ritos como el de votar) mientras crece una burocracia política, una élite que toma las decisiones. El gobierno desviado del pueblo deriva en gobierno desviado de una élite (siguiendo la terminología aristotélica). Pese a que los derechos humanos sean una condición sine qua non del sistema democrático moderno, nada nos garantiza que en el plano político se tomen las mejores decisiones. El sistema no se discute y creo que eso no es bueno.

¿Puede haber un sistema que garantice los ideales que escribí en el primer párrafo y que no derive en el poder de una élite (que defenderá sus intereses y echará raíces)? ¿No necesitaría el modelo democrático moderno sistemas más rápidos de revocación del que ostenta el poder? ¿No existe ningún modelo que garantice que se tomen las decisiones correctas? E insisto: ¿cuáles son esas decisiones correctas? Todos tenemos claro que una turba con una idea no proporciona a esa idea la rectitud. ¿Descubriremos algún día un sistema perfecto teniendo en cuenta nuestras limitaciones?