viernes, 11 de marzo de 2011

Superar la indefensión aprendida

La KGB a lo largo de décadas pulió el método de quebrar la voluntad de un hombre. Desde los tiempos en que la NKVD enseñaba a jóvenes rubios alemanes de la Gestapo y SS a hacer interrogatorios por medio del dolor puro, innovando poco respecto a los métodos de la Ochrana zarista, hasta los últimos años de la Unión Soviética, el know how acumulado fue espectacular. Los métodos más sofisticados para transformar al más aguerrido de los hombres en un pelele incluían la privación sensorial y la amenaza del dolor.
  • La privación sensorial se efectuaba colocando a la víctima en un tanque insonorizado sobre una solución que proporcionaba extrema flotabilidad. Pequeños anestésicos locales daban la sensación a la víctima de no moverse. Por no saber, la víctima no sabía si podía parpadear. El resultado era que muchos creyeron estar muertos sin estarlo. A partir de ahí, técnicas de hipnosis lograban quebrar la voluntad del espía.
  • La amenaza del dolor es una técnica menos sutil. La emplearon los padres con sus hijos desde los albores de la humanidad, la emplean nuestros soldados en Guantanamo Bay y en fin, aquellos que hicieron la mili sabrán más que yo del tema. Mostrar al reo lo que le puede pasar (sea o no cierto, cosa que carece de importancia), suele bastar para hacerle cooperar.
Cuando una persona se queda sin voluntad, cuando no puede ocultar nada, cuando otorga a su enemigo la función del padre, queda indefensa.

El PSOE maneja a la perfección este síndrome. La actuación del PSOE en su historia ha sido decisiva para crearlo. No se trata de un síndrome para definir a fanáticos. La cosa es más grave. En verdad, millones y millones de habitantes han olvidado el significado de vivir erguidos. De hecho, no es que les guste más o menos vivir arrastrados, sino que ya no parecen tener espina dorsal. Ojo, amigos, que no hablo del nihilismo político de periodistas y votantes, sino de gente que no quiere defenderse de su casta política. Se trata de gente que ha tirado, definitivamente, la toalla. En efecto, son mayoría los españoles que han aprendido a vivir como perros. Han aprendido a vivir indefensos. Desde el 11-M, los españoles han perdido la imaginación, la capacidad crítica, la memoria, la inteligencia y, en fin, todo aquello que al hombre lo hace hombre, porque el miedo, el terror al peligro, es, como decía Daniel Defoe, diez mil veces más terrorífico que el peligro mismo.

Reconozcámonos indefensos. Reconozcamos que nos cagamos en los pantalones. Ahora bien, aunque nosotros ya estemos perdidos, los que vienen detrás no se merecen heredar una situación que ni les va ni les viene.

Tenemos que superar el miedo. No tiene nada que ver con la fuerza de voluntad, la superación del miedo se puede aprender, se puede mecanizar. Cientos de miles de años de evolución nos han preparado para actuar bajo el miedo. Nuestras glándulas suprarrenales segregan adrenalina, aumenta la glucosa en sangre, nos preparamos para consumir más energía, el corazón late más rápido, las pupilas se dilatan, nos ponemos en alerta. La naturaleza nos proporciona medios insuperables para sobreponernos al miedo.

Ah, pero como pasa con todo, disponer de los medios no significa que la solución venga sola. Quizás saber que nosotros ya estamos perdidos y pensar que no nos queremos parecer a quienes nos pisan, nos ayude a decir "basta".

Eso, y conocer un poco la historia. Debemos tener presente que el progreso de un pueblo no es una función de pendiente positiva constante. Pero en fin, si hemos inventado los viajes espaciales, las vacunas y la comida rápida, los paletos no vencerán.

David & Goliath:

3 comentarios:

Ignacio dijo...

Magistral.
Bordado.

Pablo Otero dijo...

Muchas gracias Ignacio!

laindefensiónaprendida dijo...

¡Qué artículo tan bueno!. Mi Blog va a cumplir un mes en tres dias. Os invito a visitarlo. En realidad se trata de páginas de opinión sobre temas económicos y sociales, (aunque hoy no lo parezca). Saludos y os espero.