viernes, 25 de marzo de 2011

Qué gran oportunidad de ahorrarnos otra guerra a posteriori

Si yo fuera el piloto del B-52 de "¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú", inmortalizado en la icónica escena de la bomba, probablemente diría: "el siguiente paso es desembarcar en Libia asesores militares, enviar armas -a través de Egipto y Túnez- a los rebeldes y destruir a Gadafi por las malas".

Pero como estoy contento con ser un peatón, me siento ante la guerra en directo y veo desfilar a gente que creo que me miente. La cobardía de muchos a bajar sus índices de popularidad y expectativa de voto, choca terriblemente con las condiciones que se esperan de un éxito militar. La intervención de la OTAN, no puede limitarse en modo alguno a destruir la fuerza aérea libia. Las cosas hay que hacerlas bien. Esto probablemente pase por mojarse, es decir, enviar tropas de tierra. A continuación, lo ideal sería cortar la relación militar con Catar y otros, retirarnos del Golfo.


La intervención en Libia sí tendría entonces significado, sería un mensaje muy claro: "sátrapas, no nos vamos a vender por supuestos privilegios energéticos, podemos tomar esos privilegios por las armas".

El pensamiento neocón es muy seductor. Pero el mundo es muy perro.

Cincinato abandona el arado para dictar leyes a Roma, Juan Antonio Ribera, 1806

Lamentablemente la época de los grandes discursos, de la noble furia y de los ideales quedó atrás. La inoperancia de unos políticos que han hecho de la cobardía su modo de vivir tiene consecuencias. ¿Cómo va a liderar un ataque alguien que no se atreve a mentar la palabra "ataque"? Este es el problema y no otro.

En los tiempos de la vieja república, estas cosas las resolvían nombrando un dictator. Como la responsabilidad se derivaba, el gobierno consular y senatorial no veía tan afectado su prestigio en caso de que las cosas fueran mal.

Hoy lo que hacen los políticos es decir que las operaciones militares las dirigirá la OTAN, para a continuación esconderse bajo una mesa no vaya a ser que la mierda les salpique.

Patético.


They were expendable

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