lunes, 17 de enero de 2011

¿Dónde está realmente la violencia política?

El diario que nadie lee, se viste de moderado y condena cierta cuesta arriba en el lenguaje político a la que por boca de "expertos" responsabiliza de un aumento de la violencia política. Es curioso que el propio artículo de denuncia ponga dianas sobre las cabezas del alcalde de Valladolid, Dávila y Jiménez Losantos (los únicos que nombra explícitamente). A estos añade las "televisiones de extrema derecha", canales que no siguen el discurso pro-PSOE y que parece que tienen audiencia porque Esperanza Aguirre va casa por casa obligando a la gente a verlas. Y por último, menta a los grupos de Facebook contrarios a ZP y a su piara moncloaquita.


Me llama la atención que se acuerden del tema con un consejero murciano en el hospital al que -literalmente- le han partido la cara. Ahora está de moda relacionar al Tea Party con tertulias rancias de televisión, espolvorearlo con manifestaciones callejeras de la derecha (¡penitentiam agite!) y señalar con el dedo asuntos de evidente discrepancia ideológica y ética para tacharlos de extremismo. Pero la violencia política o la violencia relacionada con la política siempre estuvo ahí. ETA no es una marca vasca de gaseosas, GRAPO no es el mudo de los Marx. Incluso organizaciones wannabe tipo Resistencia Galega no se dedican al corte y confección. Es que parece que nos acabamos de caer de un guindo cuando ahora mismo está activa una campaña contra sedes del PSOE en Galicia (imitada en el resto de España, parece), por poner un ejemplo. El día que le salpique la gasolina a un peatón ya habrá tiempo de lamentarnos, supongo.

Y es que no puedo estar más en desacuerdo con que se acuse a tertulianos rancios de ser poco menos que Lee Harvey Oswald, cuando hay docenas de tipos en madrigueras rellenando botellas de gasolina y usando las ollas de sus madres como recipiente de clavos y tornillos para teñir de rojo arterial la vida política. Supuestos hérores por la liberación nacional que han tragado a dos carrillos un discurso de odio primigenio en institutos, universidades y soflamas partidistas.

Trad.: "No queda otra, ¡fuego! La juventud comunista por la independencia de Galicia"

Parafraseando el refrán: dime qué identificas como violencia política y te diré si eres un ser humano o un robot con una bandera.

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3 comentarios:

Elentir dijo...

Haces bien en publicar una foto de esos mafiosos de Agir, porque hace ahora un año el PSOE se manifestó en Santiago junto a ellos, quema de bandera española incluida:

http://www.outono.net/elentir/2010/01/22/el-psoe-se-manifesto-ayer-con-los-violentos/

Y ahora estos cínicos vienen hablando del Tea Party... Manda carallo.

Teseo dijo...

Ozu! Ya zabia que los autentico gallego eran los britano (y no solo en la provincia del alto Miño y la tierra llana). Por eso wanted ensinanza 100% en galego.

Pablo Otero dijo...

Lo de Agir y tantos otros grupúsculos violentos con los que se codea el PSOE, hace que me empiece a plantear seguir la tesis de Moa sobre la esencia del PSOE.

A mi me gustaría pensar que un partido al que hoy votan 10 millones de personas no tiene en su naturaleza los mismos leitmotivs de los años 30.