lunes, 24 de enero de 2011

Cuando gane Mariano

Si lo de que Mariano parezca tonto es algún tipo de estrategia, yo no la estoy captando. A mi paisano le crecen los enanos en su partido, que al fin y al cabo, es algo relativamente fácil de liderar: es un sitio lleno de políticos que quieren chupar de la cosa pública hasta el fin de los tiempos. A todos les interesa estar a buenas con el poder de ese micromundo, por tanto, yo no me explico cómo puede estar haciéndolo tan rematadamente mal.

¿Y qué ocurrirá si, con permiso de Ekaizer, Mariano llega a la Monloa? ¿Un Zapatero 2? Lo que nos faltaba para el duro.

 Mariano practicando la mirada "acero azul".

Mucho me temo que si algún día gobierna María Nin, volvamos a tener este tipo de política tan de moda como la de la primera legislatura del inconsciente y macabro Zapatero: cosas sostenibles, sonrisas profidén, subvenciones para todos los de la caterva, apoyo a la kultura, represión de libertades individuales (por nuestro bien, claro), ayuda a la juventud (?), aumento de las pensiones, atar a los perros con longanizas, instituir la hedionda inmediatez que lo impregna todo y el resto de tics que ya se han instalado en nuestra aberrante y vergonzante clase política.

Esa fotocopia de la pesoe en que se ha convertido el pepé, no me inspira ningún tipo de confianza para enderezar el barco. Si Mariano no gobierna ni su propio partido, dudo mucho que ni con la inestimable ayuda de rémoras, pinchauvas, sacacuartos y correveidiles habituales que orbitan entorno al poder, pueda gobernar el país. Cosa que supondría repetir, insisto, las desdichadas formas y maneras del zapaterismo más vomitivo.

De momento, en el pepé se las prometen muy felices. He oído que ya hay gente frente al espejo practicando la frase "¿qué hay de lo mío?". Y por lo bajini, sindicalistas y altermundistas deseando que gane Mariano para que este país arda por los cuatro costados.

Madre del Señor:

2 comentarios:

Teseo dijo...

Te apuesto una moneda de dos pennies irlandesa de los años setenta con una bestia antediluviana en la cara y una especie de arpa en el reverso, a que Rajoy nunca sera presidente del gobierno.

Pablo Otero dijo...

Una apuesta arriesgada y seductora, lamentablemente yo nunca apuesto.