viernes, 19 de noviembre de 2010

Cariño

¿Por qué da la sensación de que cada vez que España negocia con Marruecos, sale perdiendo? Por ejemplo, con los derechos de pesca en el caladero de las aguas saharauis, que de acuerdo al derecho internacional nunca dejaron de ser aguas españolas. O el tema de la libertad de información en el Sáhara Occidental.

Resulta que el Gobierno acepta enviar a los periodistas que "pasan el corte" de Rabat. ¿Qué acuerdo es este? Aceptar esta imposición viene a ser un reconocimiento de la soberanía marroquí en un territorio en proceso de descolonización -con misión de la ONU y todo-. Además, todos nos tememos que será una "visita guiada", organizada para mejorar la imagen de Marruecos en los medios españoles. Algo que lógicamente preocupa a Rabat y que España se esfuerza por cumplir.

Entiendo que se intenten mejorar las relaciones diplomáticas con un país. A veces incluso hay que tragar con cosas desagradables, pero oiga, cuando ese país es una satrapía, un cenagal donde se vulneran diariamente los derechos más básicos de las personas, cuando existe una posición de fuerza y abuso sobre una minoría, las relaciones hay que replantearlas de otra manera.

Si hace cincuenta años un país normal tuviera la misma complacencia con el régimen de Franco, seguro que el juicio de la historia para ese país hubiera sido distinto. Se hubiera dicho que dio un balón de oxígeno a la dictadura o que le dio alas, etc. (Y efectivamente esto se dice de los Estados Unidos y la Santa Sede a partir de 1953).

Soy incapaz de comprender la posición genuflexa de Madrid respecto a Marruecos. Creo que a partir de ahora el análisis político irá en el sentido de considerar el conflicto del Sahara como "la guerra de Irak" del PSOE. ¿Nos importa tanto lo que ocurre en el golfo Pérsico como lo que ocurre en nuestra frontera? La respuesta nos dará la medida moral de nuestra sociedad.

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2 comentarios:

Teseo dijo...

Uh, 24 años ya de La Mision... yo recuerdo el anuncio en los cines como si fuera ayer. Mola tambien la escena en la que frankenstein se carga al hermano con una toledana escondida debajo de la capa.

Ah, lo de los moros... que si no fuera por americanos y franceses, otro gallo cantaria.

Pablo Otero dijo...

Me acuerdo de ver la película en el cole.