El último premio Nobel de Fisiología o Medicina ha devuelto a la palestra el dilema moral de la fecundación in vitro. No pocos se rasgan las vestiduras ante una técnica de reproducción asistida que -en pocas palabras- se deshace de embriones -seres humanos- siguiendo un método que intenta aumentar sus probabilidades de éxito.
Deshacerse de embriones fecundados, es lo mismo que realizar un aborto. Para los católicos, este tema está muy claro: no podemos aceptar una práctica que fomenta la desaparición de vidas humanas. Hablando de blastocitos esto suena raro, pero es lo que tiene defender la vida humana y la dignidad de la persona sean cuales sean sus circunstancias (edad, salud, inteligibilidad, etc).
De todas formas, en este tema en concreto, veo que hay espacio para la polémica. Por ejemplo, podemos señalar la existencia de abortos naturales. Del mismo modo en la fecundación in vitro, se intentan fecundar varios ovocitos, algunos no podrán ser fecundados, otros, cuando ya están fecundados y se procede a su implantación en el útero, simplemente no logran salir adelante. ¿No es acaso esto un aborto natural? Ahí dejo la pregunta.
Otro tema distinto es la práctica de la eugenesia: la manipulación del genoma para "mejorar al sujeto". Afortunadamente este tema está más orientado a vender periódicos que a la realidad: a día de hoy la manipulación genética está todavía por detrás de lo que la gente cree: tan solo somos capaces de eliminar alelos dominantes, así que la herencia por rasgos heterocigóticos seguiría pasando a los descendientes.
También quiero mencionar que parece que hay que ser un experto en fertilidad para poder ser católico hoy en día. Y, no se me olvida, que las parejas que tienen problemas de fertilidad tienen la posibilidad de la adopción. Si tanto duele en algunos círculos el tema de la fecundación in vitro ¿por qué se limitan a criticarla y no a dar también publicidad a esta alternativa?
7 comentarios:
Bueno, la eugenesia que manipula el embrión para mejorarlo puede que esté lejos de la realidad, pero la que selecciona a aquellos embriones libres de enfermedad o compatibles con un hermano enfermo, ya se ha hecho en varias ocasiones en el mundo e incluso en España (celebrándose con gran alborozo como "bebés milagro" o "bebés medicamento")
¿Realmente alguien puede defender que un ser humano tiene más derecho a la vida que otro porque no va a padecer enfermedades o porque es compatible histológicamente con un hermano ya nacido?
Como sabes, muchos lo defienden. A mi me plantea un problema moral.
A largo plazo, la evolución tecnológica vencerá los terrores atávicos. Siempre ha sido así.
Aunque hay una seria discusión en el ambiente católico, hay que recordar que muchos óvulos fecundados (seres humanos)están disponibles para madres que deseen "adoptarlos" e implantárselo. Sería posibilitar que nacieran niños utilizando un método desaconsejable, pero (para mi)el bien supremo de la vida es mejor que dejarlos eternamente congelados (lo que supone su deterioro irreversible)
Ah pues mira, ese caso sí es una solución al problema.
De todas formas es mejor continuar perfeccionando los métodos.
Aproximadamente tres o cuatro años después de publicado esto ya es posible cambiar el genoma de un embrión humano con relativa facilidad con un sistema desarrollado en 2012 (CRISPR-Cas9).
Aunque las legislaciones europea y estadounidense lo prohíben, en China hay rumores (procedentes de revisores por pares anónimos) de que ya se han modificado embriones humanos con éxito.
La técnica es una revolución sin precedentes, aunque no absolutamente eficaz. En países "civilizados" se tardará muchísimo tiempo en ponerse en práctica, si es que ocurre, pero lo interesante está en ver qué ocurre en países tecnológicamente avanzados pero con legislaciones más laxas.
Dudo que interese un apunte tan nimio en una entrada tan antigua, pero bueno, just in case.
Saludos y enhorabuena por el blog.
Gracias por el apunte!
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