viernes, 12 de febrero de 2010

Tea Party

Mucho se habla últimamente del movimiento Tea Party. La novedad, sorpresa y el coger con el paso cambiado a los medios tradicionales, ha supuesto que nadie sepa muy bien de qué va eso. El afán por dar noticias, provoca precipitación, la precipitación, errores. La sabiduría y la prudencia nos recomiendan tomar las cosas con calma.

En Estados Unidos se lleva gestando desde hace años un movimiento ciudadano crítico con la clase política. Abanderan a los padres fundadores, la declaración de independencia y la constitución americana como cosas que tienen vigencia hoy para la sociedad americana. Cosas que creen que su gobierno está pisando. Uno de los nexos de unión de los americanos es la historia de la fundación de su país. Cosa que curiosamente no tenemos en España. Nuestro principal nexo de unión es la selección de fútbol. Perdón, procuraré no desviarme.

Este movimiento, compuesto por organizaciones como los taxpayers (pagadores de impuestos), el Boston Tea Party, los de la Elección Personal o el Libertarian Party; pero sobre todo, por mucha gente que "va por libre" (en Estados Unidos La Rebelión de Atlas es de los libros más vendidos). Todos estos grupos abogaban por un gobierno limitado, la reducción de los impuestos, la auditación de las cuentas públicas, etc. Todo esto venía mezclado de vez en cuando con un discurso "conspiranoico" (Codex Alimentarius, NWO, etc) ¿Qué ocurrió? Pues que para las elecciones de 2008, un candidato del partido republicano llamado Ron Paul, consigue unificar un movimiento civil que precisamente abandera una constitución americana que dice que es el pueblo quien controla al gobierno. El doctor Paul -ginecólogo, también llamado Dr.No por votar "Nay" a toda subida de impuestos o nueva imposición- pulveriza récords de recaudación de fondos online y mete a mucha gente "en política". Consigue ilusionar a muchos aunque no consigue la nominación republicana.

Las elecciones las ganó el partido demócrata, y claro, con la crisis encima empezaron a largar pasta a espuertas. Todo este movimiento, vio que el gobierno comenzaba a incidir en aquello de lo que más se quejaban y les unía. Entonces volvieron a salir a las calles en manifestaciones (fiestas del té). Alguien, en un despacho dijo "tate", y se empezó a organizar el asunto. ¿Quién se puso a organizar el asunto si los "libertarian" no tenían poder oficial de convocatoria? Los conservadores. Canales de televisión, diarios, estrellas de los medios como Glenn Beck (Proyecto 9·12) y demás, comenzaron a "dirigir" el movimiento hasta el conocido encuentro en Tennessee.

Lo que hay ahora, cuya cabeza visible es Sarah Palin, no es exactamente lo que había antes, pero han hecho suyas ciertas reivindicaciones. Desde luego que no las más complicadas -dudo que quieran acabar con la Reserva Federal-, pero sí las más evidentes o aquellas que afectan más al americano medio. Esto es un gran logro porque el partido republicano puede presentar un discurso más liberal en lo económico y deshacerse de los "fallos" de Bush. Pueden empezar a exigir por ejemplo, que Obama no envíe más americanos al frente, ya que el verdadero frente está en las fronteras. Pueden pedir que bajen los impuestos, etc.

La izquierda americana, debido a este movimiento y debido a que Obama "les ha fallado", contempla horrorizada cómo la calle está tomada por estos defensores de la disciplina presupuestaria y de la interpretación más estricta de la constitución. La aplicación del manual de la izquierda no se ha hecho esperar. Así por ejemplo, tiran de hemeroteca para acusar de homófobos y fascistas a los teapartiers. La extrema izquierda española no tarda en hacer de altavoz con la cansina intención de denigrar a lo que consideran "derecha" en su conocida interpretación de la democracia y la libre expresión.

Lo gracioso es que tanto la izquierda española como la americana, se retratan en sus intentos de denigrar a Sarah Palin, Blackburn, Brown y tantos otros. Toman a los teapartiers como una especie de conspiradores para derrocar al gobierno federal y establecer un gobierno "fascista", rememorando así a los maravillosos años 30 que tanto echan de menos.

Nada más lejos de la realidad. El movimiento Tea Party ha corregido el rumbo de los conservadores americanos: se ven a gentes de toda clase y condición por primera vez unidos en cosas tan "graves" como criticar que el gobierno regale dinero a los banqueros, criticar las nacionalizaciones como la de General Motors, defender el derecho a la vida, a la posesión responsable de armas, etc. En palabras de Palin, defienden una segunda revolución americana en términos del "conservative common sense". Es decir, no son libertarians, sino republicanos que han asumido algunos postulados de los libertarians. Y desde luego, dudo mucho que sus términos puedan encajar en la definición de "fascismo" o "extrema derecha" (hasta les acusan de racistas, pese a contar con primeros espadas de varias razas). Aunque bueno, puede que les llamen de extrema derecha porque la izquierda se ha ido a la extrema izquierda y entonces, claro, los ven en un extremo más lejano. Factoide.

En general, las etiquetas "derecha" e "izquierda", si no son usadas para una situación unidimensional, de poco nos sirven, tan sólo sirven para apelar a la emoción de la gente, que es lo que suele hacer el demagogo cuando carece de argumentos.


Adenda

Por cierto, bastante patético y muy revelador que echen en cara a Sarah Palin que salga en los actos públicos "con su hijo que tiene el síndrome de Down". Como si sólo saliera con él para dar pena o algo. No, sale con toda su familia: su marido y sus cinco hijos, uno de los cuales tiene síndrome de Down. ¿Qué debe hacer? ¿Encerrarlo en casa y ocultarlo? El bebé ni siquiera tiene un año.

2 comentarios:

Ignacio dijo...

Me gusta lo que no dices e insinuas
el miercoles tenemos un cafe que hemos quedado, mas español, pero vamos, algo es algo

Pablo Otero dijo...

Bien.