Así que cuando Mussolini, socialista, obtiene el apoyo de la aristocracia y los industriales italianos para vertebrar su movimiento, lo hace en pos de una idea fundamentalmente socialista, a la que tiñe de características románticas nacionalistas. Llama a su partido "partido fascista" y se declara enemigo de los comunistas. Mussolini era igual de enemigo de los comunistas, que Stalin era enemigo de Trotsky. No hay que ver aquí por tanto, un enfrentamiento de ideas, sino más bien una lucha por el terreno en pos de la ortodoxia.
El caso alemán, con sus particularidades, es bien similar. Incluso en el año 25, Goebbeles declararía al New York Times que Lenin era el personaje más grande de la historia y que Adolfo Hitler llegaría a ser el segundo. Durante los años previos al "putsch" de la cervecería, los miembros del partido nacionalsocialista de los trabajadores se declaraban abiertamente seguidores de Marx y de Lenin, cosa que en absoluto entraba en contradicción con sus enfrentamientos con el partido comunista alemán.
"El movimiento nacional-socialista tiene un solo maestro: el marxismo"
(Goebbels, "Kampf um Berlin", 1941)
La imposibilidad patente de aplicar los postulados marxistas, dio pie al éxito de la doctrina leninista de "partido de vanguardia", la imposibilidad de las reformas económicas revelada con el establecimiento de la NEP, ayudó a los movimientos de corte marxista y marcado caracter nacionalista a abanderar en cada momento y lugar la verdadera lucha socialista sin importar la doctrina.
No es de extrañar por tanto, que Hitler y Stalin llegaran a fructíferos acuerdos en fechas tan tempranas como 1937, año en que está documentado que los rusos enviaban listas de agentes comunistas en Alemania, para que la Gestapo se hiciera cargo de ellos. El culmen de la cohabitación nazi comunista fue el pacto Molotov Ribbentrop, por el que Rusia y Alemania se repartían Europa. A los dos días de firmar el pacto Alemania invadía Polonia. Por su parte, los soviéticos invadieron también Polonia. Si bien la excusa nazi era reprender un supuesto ataque polaco, la excusa soviética fue acabar con el "fascismo polaco". El marxismo sirve simplemente como disculpa para llevar a cabo los objetivos que los dictadores de turno quieren conseguir en cada momento. Sirvió entonces y sirve ahora.
Una bonita mañana de noviembre de 1939, la aviación rusa bombardea Helsinki. Finlandia había sido declarada "estado fascista" y comenzaba la guerra fino-soviética (tal y como establecía el reparto rusoalemán). La URSS venía de donde venía, como vimos en el primer capítulo, el ser humano es demasiado vengativo como para construir "un mundo nuevo" sin saldar deudas del pasado. El Imperio Ruso estaba herido en su orgullo y era necesario reconstruir las fronteras imperiales. También se llevaron por delante a los estados bálticos. Lo que curiosamente sirvió para que cuando entraron los alemanes, dos años después, fueran recibidos como liberadores.
Por su parte, Alemania también tenía su propia agenda nacionalista. Para asegurar una posición preponderante en el futuro, Alemania debía expandirse al este. Según Hitler, el destino de Alemania era expandirse hacia el este y colonizar los pueblos eslavos que servirían para trabajar en el campo y en las minas. En verano de 1941, se llevó a cabo la operación Barbarroja, invadieron la Unión Soviética y comenzó el fin de la guerra mundial. Las potencias occidentales (las dos potencias occidentales), perdonaron a la URSS todo lo perdonable y comenzaron a ayudarla. El resto lo conocemos: carne de cañón rusa, potencia de fuego americana y discursitos de Winston Churchill. La guerra terminó en Europa y el holocausto se enseñó al mundo. ¿Cómo podía ser capaz un pueblo como el alemán de llevar a cabo semejante locura? ¡La destrucción industrial, en masa, de millones y millones de personas no combatientes!
El mundo se estremeció.
Mientras tanto, en Moscú, dos comunistas encendían sus pipas y se miraban a los ojos como diciendo "pues anda que como se enteren de lo nuestro...".
Pero esa historia, que nos retrotrae a 1932, será contada en otra ocasión.
Relacionado:
- Lean Simo Hayha y ríanse de Dimitri.
- Para saber lo que tienen en común nazismo y otros marxismos-leninismos, lean National Bolshevism.
- Tampoco olviden hacer una visita virtual al Yad Vashem.
5 comentarios:
¡Y ademas se copiaban los carteles!
En realidad, el colegueo rusoaleman es anterior a la borrachera de Joaquin Von Ribbentrop con Molotov (el del coctel). Despues del Tratado de Versalles, al diminuto ejercito aleman (Reichswehr) se le prohibio tener tanques, asi que Guderian tuvo que ir a practicar a la URSS; se le prohibieron poseer aviones, por lo que Student tuvo que entrenar a sus paracaidistas en Rusia y ademas no le prohibieron el desarrollo de misiles balisticos, asi que tenian barra libre para practicar con las V-2. Tode esto realizado ya en los ultimos años de la Republica de Weimar. Despues vino el tratado anglogermano de 1935 que sento las bases de la Kriegsmarine siempre que la marina alemana no superara el 35% de la britanica, pasandose por el forro a la Sociedad de Naciones. Y todos tan amiguitos.
Espero que ese Student no sea el de la distribución T de Student.
También es curioso que el Arbeit Macht Frei tuviera su origen en los campos del GULAG. Los rusos ponían algo así como "el trabajo dignifica". O "el trabajo te honra".
Y luego estaba la GPU entrenando a la Gestapo en métodos de interrogatorio, la NKVD entrenando a las SS y un tal George Bernard Shaw pidiendo a los científicos que por favor, inventaran un "gas indoloro", para la industria de la muerte.
El Zyklon B no sé si era indoloro, pero al menos los cuerpos no salían rosados de los camiones.
Qué yuyu y qué cuajo.
No, me refiero a Kurt Student, el paracaidista, si quieres, autor de la trisectriz del angulo de 270 grados. El otro Student solo queria seleccionar mejor el grano de la cebada (en cambio el eugenesico Fisher y el filocomunista Pearson ya son mas sospechosos). Espero que Bernard Shaw no tenga nada que ver con el coronel aleman de la batalla de las Ardenas (la peli).
Creo que fue en el tratado de Rapallo en 1922 entre la Republica de Weimar y la URSS cuando Stalin se metio en cama con Hindemburg.
"Ambos países establecieron relaciones diplomáticas, renunciaron a toda reparación de guerra y se comprometieron a desarrollar la cooperación económica. Alemania renunció también a los créditos contra Rusia a cambio del monopolio del aprovechamiento para la industria soviética. Puso fin al aislamiento de ambos países y constituyó un serio fracaso diplomático para Francia y Gran Bretaña. Una cláusula secreta permitió a Alemania entrenar a sus tropas en el territorio sovietico y construir en Rusia las armas prohibidas por el tratado de Versalles".
Y eso fue antes de los nazis... de aquellos polvos vienen estos lodos. Ahora todo me encaja.
Es curioso que ya en aquél entonces para la izquierda "el enemigo" pasaba a ser llamado "la derecha". Ahora nos venden que el nazional-socialismo era la extrema derecha, cuando en realidad comunismo y nazismo son la misma mierda, enfrentadas en el plano militar pero no en el ideológico.
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