Scott Brown ha ganado un asiento en el Senado. El asiento de Ted Kennedy ni más ni menos. El asiento "más azul entre los azules" (Brown hasta hoy era senador en Massachusets, uno de los 5 republicanos frente a los 35 demócratas). Muchos hablarán de las causas de que los republicanos vuelvan a tener ese escaño después de cuarenta años. Destacan quienes ven en la reforma sanitaria de Obama las razones del triunfo republicano, los hay que justifican el cambio aludiendo a la reforma sanitaria y al perfil racial de Massachusetts, no pocos republicanos (también demócratas) critican la campaña de la candidata demócrata -anuncios en televisión que mentían sobre Brown (le acusaron de no querer atender a las víctimas de violación en los hospitales, por ejemplo), su penosísima explicación sobre su conocimiento de política exterior: "tengo una hermana que vive en el extranjero"- que puso en bandeja la victoria ante una contracampaña de un republicano muy calmado en televisión, con experiencia en los medios -él fue modelo, su mujer es periodista, una de sus hijas triunfita-. Por supuesto, hay quienes achacan la victoria a un discurso diáfano sobre los impuestos: dice Brown: "hay que bajar los impuestos, la política fiscal de Obama no es beneficiosa para la gente de Massachusetts", ante lo que la demócrata no podía hacer nada, tratando de seguir nadando apoyada en el flotador Obama y el flotador "MA es demócrata de toda la vida, apoyadme".
Interrogatorios más duros, recorte de impuestos, oposición a la reforma sanitaria, oposición al nuevo impuesto sobre los bancos... un discurso totalmente opuesto al de la nueva izquierda americana, un discurso tradicionalmente republicano. Y le valió la victoria a Brown en el estado "más azul entre los azules".
Esto no es directamente asumible para España, pero sí al menos se puede sacar alguna lección: no ceder (tu ne cede malis sed contra audentior ito). Tener un discurso propio, no tratar de irse "al centro", no tratar de caer bien a quien no te aguanta. Tampoco decir lo que la gente quiere oir. Ser coherente.
Cuando los ingenieros sociales de la izquierda más neorrancia le dan la vuelta a un país como si fuera un calcetín, surge un pequeño dictador republicano en los corazones de la gente, una suerte de "noble furia". No nos permitamos el lujo de que ese buen material se pierda.
Más:
No dejéis de leer el artículo de McCarthy (It's the enemy, stupid). Cito un párrafo:
And our reputation in the international community? Reputation with whom? Sharia states where they stone adulterers, brutalize homosexuals, and kill their own daughters in the name of honor? Rogue regimes where exhibitions of American weakness are taken as license to mutilate? Euro-nannies who rely on us for protection because they’re without the will and the resources to do the job themselves? They ought to worry about their own reputations. In the United States, only the blame-America-first crowd gives an Obama-dollar what they think. That crowd does not include about 80 percent of Americans who look around at their country, look at the teeming masses trying to get into it, and figure this is a pretty good place after all.
Scott Brown didn’t modulate his positions to send a thrill up the media’s leg. He said the United States needs to stop apologizing for defending itself. And he won going away, in the bluest of blue states.
5 comentarios:
Republicano pero cachondón:
http://www.cosmopolitan.com/celebrity/news/scott-brown-nude-in-cosmo
Me cae bien este Brown :P
P.D. Lo de los tribunales militares para civiles, un auténtico disparate.
Si bien ciertas garantías mínimas son inapelables, entiendo que un terrorista pierde su condición de civil al ser un combatiente enemigo.
Me hace gracia cuando en las noticias se dice "Israel mata a cuatro civiles...", oiga, serían civiles pero eran tipos de Hamás con RPGs.
El nuevo modelo de guerra exige una disposición adicional de la convención de Ginebra.
Esos "combatientes enemigos" -definición ad hoc que prácticamente se inventó Bush II- no forman parte de un cuerpo de Ejército regular, por lo que son civiles y deben ser juzgados por tribunales civiles.
Cualquier delito que cometan está recogido en el Código Penal. ¿Qué problema hay entonces?
La no sujeción de los civiles a los consejos de guerra es un gran avance de las democracias. No lo malogremos.
Vale, ¿un espía es un civil?
Creo que ser garantistas con los terroristas es un paso atrás de las democracias, las debilita y nos pone en peligro a todos. Hagamos las reformas necesarias para protegernos.
Pues depende de quién mande al espía. En el sentido clásico, entiendo que sería un militar.
El terrorismo debe combatirse, pero no veo qué puede conseguir la justicia militar que no logre la civil. Siempre que nos mantengamos dentro de la legalidad, claro -en caso contrario, lo veo clarísimo-.
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