A estas alturas ya todo el mundo está cabreado con el nuevo decreto de la lengua en la educación gallega. Todo el mundo está cabreado porque no es lo que reivindicaba nadie. Las dos posturas extremas (por alejadas entre sí), son a grandes rasgos la de la Mesa pola Normalización Lingüística -organización política vinculada al nacionalismo- y Galicia Bilingüe -asociación que considera que no hay problema con que alguien viva al 100% en castellano o 100% en gallego-.
Describiré el nuevo plan de Feijoo, hablaré de las posiciones de estas dos organizaciones y concluiré el post comunicando mi mensaje de esperanza, que vosotros, oh, ávidos lectores, esperáis recibir en este mundo tan ruidoso y tan lleno de cizaña.
Lo que dice el decreto
Lo que más llama la atención, es que si el anterior modelo ponía la mitad o más de clases en gallego y la mitad o menos de clases en castellano; el nuevo, le da un tercio al gallego, un tercio al castellano y un tercio al inglés.
- En Educación Infantil, los padres elegirán la lengua (castellano o gallego), las autoridades "intentarán garantizar" la introducción de la lengua no elegida.
- En Educación Primaria, los padres asignarán a cada asignatura uno de los tres idiomas (castellano, gallego e inglés), con un tope del 33% y con la salvedad de que Matemáticas y Conocimiento del Medio (ex-Sociales) no tengan el mismo idioma (parece hecho a propósito para que todo el mundo tenga Conocimiento del Medio en gallego).
- En Secundaria y Bachillerato, se escogerán también un tercio de las asignaturas para cada idioma. Los centros que no puedan impartir alguna asignatura en uno de los tres idiomas, pedirán escoger uno de los otros dos idiomas.
Ejemplo 1: Galicia Bilingüe
Si no me equivoco, lo que defiende GB es un modelo en el que se pueda elegir o todo en gallego (excepto lengua castellana) o todo en castellano (excepto lengua gallega). Es decir, un mínimo de un 90% de una lengua cooficial para quien la elija. Se trata de un modelo en el que la consejería de Educación no decide, sino los padres. Frente al trimodelo de Feijoo, están muy disgustados, pues este trimodelo obliga a estudiar asignaturas en lenguas que los padres a lo mejor no quieren elegir para sus hijos. De ahí que lo acusen de ser un modelo de imposición.
Ejemplo 2: Mesa por la Normalización Lingüística
Creen que la consejería de Educación debe forzar con calzador un modelo en el que los padres no puedan decidir nada. La mayoría de las clases (o todas) se deben impartir en gallego por una misión histórica que tiene que ver con las hadas y la Santa Compaña. Frente a los colonos españoles y a los gallegos llenos de autoodio, utilizar la educación de las próximas generaciones de gallegos en su propio provecho, es un acto de autodefensa.
Mi mensaje de esperanza
Esto es lo que estábais esperando -aparte de un miniputeo a los de la MNL, claro-. Yo veo que el problema está en primer lugar en la Constitución, después en el Estatuto. Es decir: ¿por qué tenemos que tener lenguas oficiales? La primera, en la frente.
La MNL (o sea, el BNG, los de la CIG con sus huelgas preplaneadas, etc) trata de que se imponga un modelo en el que Educación obligue a la gente a educar a sus hijos en los idiomas que ellos quieren, la cantidad de horas que ellos quieren. ¿El hecho de nacer en Galicia o venir por motivos de trabajo y/u ocio debe constreñir las alternativas de escolarización de unos chiquillos? Si alguien quiere educar a sus hijos sólo en alemán, debería poder hacerlo. Siendo realistas habría pocos colegios alemanes, se debería entonces amoldar a la oferta educativa de su entorno. ¿El hecho de estudiar sólo en alemán le impediria llevar una vida comunicativa plena en Galicia? Por supuesto que no. Con el entorno, los medios de comunicación, etc, cualquier niño que se eduque sólo en alemán, sería como mínimo perfectamente bilingüe. Incluso se defendería sin dificultad en un par de idiomas más.
GB, por su parte, elije algo muy diferente. Que los padres decidan modelos monolingües (con la otra lengua oficial presente en su asignatura). Es una plasmación tal cual del Estatuto de Autonomía y la Constitución. Lo que no quieren es que un burócrata decida por ellos las horas en uno u otro idioma en una u otra asignatura. Es una postura más liberal, sin duda, sin embargo sigue estando el problema del niño que quiere estudiar en alemán. Es decir, sigue habiendo el problema de la Ley de Normalización Linguística, del Estatuto y de la Constitución.
La base del gran problema de la capacidad de elección reside en forzar un sistema educativo público. Si los colegios decidieran sus currículos académicos como les diera la gana (junto a los padres) y compitieran entre ellos por ser los mejores, otro gallo nos cantaría.
En resumen: mi mensaje de esperanza es que nos podemos aburrir muchísimo con estos decretos. En unos años lo volverán a cambiar, y mientras tanto, seguirán llenando las universidades gente que apenas sabe leer y escribir. Mi mensaje de esperanza también nos pide estudiar latín y griego y, sobre todo, más libertad.
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