miércoles, 25 de enero de 2017

Pasajeros (2016)

Andy Garcia tiene una agradecida inclinación oculta por el género de ciencia ficción. Su participación en Pasajeros y el estreno este año de Geostorm (que tiene pinta de ser una buena ñorda) nos desvelan una faceta hasta el momento desconocida en este actor internacional que no le hace ascos a compaginar telefilmes de sobremesa con superproducciones de los grandes estudios. En Pasajeros Andy García aporta la veteranía y la experiencia a un equipo de estrellas del momento como Chris Pratt (Starlord), Jennifer Lawrence (Mística) y Michael Sheen. Con el diseño de producción bajo la batuta de Guy Hendrix Dyas (responsable de la mitad de los blockbusters de aventuras y ciencia ficción de los últimos años) y dirigida por el noruego Morten Tyldum (con ese nombre probablemente sea brujo), Pasajeros es una película que cuenta un viaje espacial y eso ya es empezar con un cinco sobre diez (luego se puede restar, ojo).

Andy García yendo a rodar la peli.
De qué va

El capitán Norris (Andy García) pilota la nave espacial Avalon a través de la inmensidad interestelar para llevar colonos a un nuevo planeta de la compañía Homestead, a la que llamaré Cocacola. El nuevo planeta se llama Cocacola 2, la nave transporta a 258 tripulantes y 5.000 pasajeros (colonos) y durante la película nos dan algunos datos sobre el contexto: este tipo de viajes espaciales son muy rutinarios (hablan de "miles" de viajes) y pese a que se requiere de hibernación debido a la larga duración del trayecto, parece que es una tecnología muy fiable (en realidad en la película nos dicen que es "infalible").

¿Qué aventuras le aguardan al capitán Norris? (Ojo al chino de la izquierda, que la va a liar).
Como en las viejas películas de los años 1970 unas azafatas-holograma de Cocacola cuentan al espectador que en la Tierra hay superpoblación y se supone que en los nuevos planetas hay más "espacio" para "vivir". Esta premisa es ridícula pero yo no soy guionista.

El espacio está lleno de peligros espaciales misteriosísimos como asteropides malvados que van a chocar contra la nave. Al inicio del filme se ve un impacto de un meteoro y cómo la nave empieza a tener pequeños fallos que se irán acumulando.

Andy García en una escena de la película.
Uno de estos fallos hace que la cápsula de hibernación de Starlord se averíe y el tipo se despierta. Al principio todo va bien: boca pastosa, legañas, etc. Starlord es informado por los hologramas (que van en automático) de que todo va bien: los pasajeros se despiertan cuatro meses antes de llegar a destino para ponerse en forma antes de bajar al planeta. El problema es que al día siguiente Starlord se da cuenta de que nadie más ha despertado. Empieza a hacer pesquisas y descubre que en realidad no quedan cuatro meses para la llegada sino 90 años.

Tras la confusión inicial Starlord se pone manos a la obra, en una nave capitaneada por Andy García tiene que haber solución para todos los problemas ¿no? En un primer momento trata de contactar con la tripulación que hiberna separada del pasaje protegida por una puerta inexpugnable (es un futuro posterior al 11-S), después intenta arreglar su cápsula de hibernación para volver a dormir. Todos sus intentos fracasan y decide probar una última cosa: ir al bar.

¿Os acordáis de Guardianes de la galaxia? Qué peliculón.
Ir al bar funciona —siempre funciona— porque el camarero-robot está programado para ser viejo zorro y le cuenta a Starlord que los problemas que no tienen solución no son problemas. Tras la fructífera visita al bar y unos fructíferos buenos copazos Starlord decide aprovechar las posibilidades de tener la nave (un crucero de lujo) para él solo: come, bebe, juega, baila, ve películas zafias que mezclan romanticismo y ciencia ficción y se deja crecer la barba porque afeitarse en la época de los viajes espaciales sigue siendo un fastidio.

Tras un año de Rodríguez Starlord comienza a mostrar síntomas de demencia: ha digerido la noticia de que morirá durante el viaje y la desazón le puede. Llega a plantearse suicidarse saliendo al vacío espacial (por lo visto no hay sistemas de seguridad que se lo impidan, caray con la Cocacola). Pero en eñ último momento decide que tal vez es mejor emborracharse más. Tropieza con una botella (ejem) y cae a los pies de la cápsula de hibernación de Mística en su forma humana, que es una chica que está para ponerle un pisito.

Cuando salen a lo oscuro apagan la luz del casco ya que si no no verían nada.
Starlord lee su nombre y la busca en los registros de la nave. Bastante demenciado comienza a averiguar todo lo posible acerca de ella hasta el punto de que decide despertarla porque las penas en compañía son menos penas. Inexplicablemente le cuenta su plan al camarero-robot, ignorando que los camareros-robots son programados por informáticos con tendencias psicopáticas. La despierta, corre a esconderse y cuando se la encuentra se hace el loco en plan "vaya, tu cápsula se ha estropeado, a mí me pasó lo mismo hace un año".

Están los dos solos en la nave y ella repite los mismos pasos que intentó él: tratar de abrir la cabina de mando e intentar arreglar la cápsula; finalmente, convencida de que todo es inútil, decide tener una aventura romántica con Starlord. En ese momento Starlord hace un guiño a la cámara.

Pasan un año holgando y en su aniversario van al bar a celebrarlo. En un momento en que Starlord va a hacer un pis al baño (podía mear en el cubo del champán, pero bueno), el robot-camarero —que carece de escrúpulos como sus programadores— revela a Mística que su cápsula no falló sino que la estropeó Starlord porque le dolían los testículos.

Andy García hace un papel completamente diferente al del Padrino 3 o Muerte en Granada. En esta película interpreta al capitán de una nave espacial que tiene problemas y claro, él es el responsable no sólo ante la compañía sino en última instancia ante el pasaje y la tripulación. Mucho se ha escrito sobre la soledad del mando y cómo al final el que toma decisiones se enfrenta a sí mismo ya que existe un momento crucial, climático en el que no se responde ante nadie más que ante la propia conciencia.
Inexplicablemente ella se enfada (bueno, en la película te explican que ella quería hacer el viaje y regresar a la Tierra para así ver el futuro y escribir un libro, pfff, chorrada) y Starlord se pone triste. Luego es más evidente que empiezan a fallar más sistemas de la nave y casualmente se despierta un tripulante, Morfeo, que conoce los sistemas de la nave perfectamente (no se despertó el peluquero, el concejal o el profesor de autoescuela, no, se despertó alguien con conocimiento útil). Con ayuda de Morfeo comienzan a reparar la nave (hay que meter unas tarjetas en unos sitios y ya, cosa que no podían hacer los robots porque whatever) pero Morfeo está muy enfermo y se muere no sin antes revelar a la pareja la manera de arreglar definitivamente todos los problemas de la nave: tienen que ir a la planta energética y expulsar el calor acumulado (nada de ir al bar, por lo visto).

En la planta energética se dan cuenta de la gravedad del problema: pequeños meteoros han atravesado el casco y la expulsión de calor solo se puede hacer desde fuera. Starlord sale, le da a una palanca y ella desde dentro empuja otra palanca. Pero la palanca de ella está muy caliente así que se tiene que quitar la camiseta para envolverla y quedarse así con una camisetilla de tiras estratégicamente sexy (choca esas cinco, Tyldum).


Al final Starlord flota por el vacío, ella sale y lo rescata y van a la enfermería. Una vez recuperado, Starlord comienza a manipular el "autodoc" de la enfermería (una camilla curalotodo) y descubre que tienen la posibilidad de inducir una hibernación. Le ofrece esa posibilidad a Mística pero ella la rechaza: deciden vivir juntos en la nave hasta el fin de los días.

En el epílogo Andy García dirige a la tripulación para revisar lo ocurrido durante la hibernación y descubre que ella escribió su libro y él le construyó a ella una casita en el patio central de la nave. La voz en off de la tía nos explica alguna cosa de los sueños y de la felicidad que no nos importa.

Andy García en los Oscars.
Hibernación

La gran premisa de la película es extremadamente idiota pero la pueden pasar por alto quienes no sepan nada de ingeniería: las cápuslas de hibernación "nunca fallan".

Un ingeniero que construye una cosa que "nunca falla" jamás la entregaría al cliente. Algo que "nunca falla" es súmamente peligroso. Las cosas útiles, buenas, utilizables son las que fallan: los fallos aportan información para resolver problemas. Si algo nunca te ha fallado, en el momento en que falle tienes que empezar de cero para resolver el problema.

Otra tontería sobre el diseño de las cápsulas: no se pueden volver a usar. Claro, como "nunca fallan", no tienen forma de volver a activarse e iniciar un nuevo sueño. Supongo que una vez lleguen a destino tirarán esas cápuslas a una escombrera porque "no se pueden volver a usar". Es ridículo.

Otra cosa más: el número de cápsulas está contado: hay una por cada viajero. Con 5.258 viajeros un ingeniero jamás montaría 5.258 cápsulas precisamente porque pueden fallar. Ah, pero como "nunca fallan" el número es exacto.

Y digo yo que aunque sean cápsulas mágicas que "nunca fallan", ¿qué hay del error humano? ¿eso no se tiene en cuenta? O de errores en otros sistemas: un incendio, etc.

Gravedad

Science, b*tches.
La nave tiene tres habitáculos que giran sobre el eje central, proporcionado así una sensación de gravedad (pero no gravedad propiamente dicha). Hay un momento en el que el giro se detiene y las cosas empiezan a flotar inmediatamente ignorando el momento inercial. Ciertamente en ese instante la escena de la piscina está muy lograda: el agua, donde nada Mística, sale de la piscina flotando en el aire manteniendo la tensión superficial. Nadar en gravedad cero lo pintan como algo muy terrible pero en realidad es más sencillo que flotar en gravedad cero porque puedes desplazar el material que te rodea (por exagerar el símil: pensad en una piscina de bolas en gravedad cero).

Lo más grave que tiene que ver con la gravedad es que de los 120 años de viaje ellos se despiertan en los años 30 y 31. Si es un viaje eficiente, la nave tiene que acelerar durante exactamente la mitad del trayecto y acelerar en sentido opuesto la segunda mitad del viaje (para detenerse, ya que en ausencia de rozamiento tenderás a mantener una velocidad constante. Bueno, puedes chocar con algo para frenar o intentar una inserción orbital).

Pues bien, la nave está acelerando, con lo que crea una sensación de gravedad en el sentido opuesto al impulso. Es decir, hay dos vectores de fuerza centrípeta sobre los objetos en el interior de los habitáculos: uno debido a la rotación sobre el eje y otro debido al motor pirincipal de la nave. Esto en la película lo esconden haciendo que la nave tenga (desde fuera) un diseño curvo que no sabemos si se corresponde con el diseño de dentro (la ortogonalidad de las cubiertas).

(Actualización: entrevista en la que el guionista confirma que la nave está acelerando durante la acción de la película).

Velocidad


A los 32 años de un viaje de 120 Morfeo nos dice que van a la mitad de la velocidad de la luz. Como la nave tiene que seguir acelerando hasta los 60 años de viaje, es de suponer que se acercará mucho a la velocidad de la luz o al menos que alcanzará velocidades relativistas.

Ok.

La velocidad tiene un efecto delicioso sobre el tiempo: lo dilata, ergo no les quedan 90 años de viaje. Algún listo me saldrá con que esos 120 años ya tienen en cuenta la dilatación temporal, pero en una conversación de los personajes él le dice a ella que ir a Cocacola 2 y volver a la Tierra le llevará unos 250 años. Entonces todos los años de referencia expresados en la película son años-Tierra. ¡Pero la nave va a velocidad relativista: para ellos tiene que pasar menos tiempo! (una premisa gorda de la película es que pasarán 90 años solos en la nave pero no son 90 años es muchísimo menos, pueden ser cuatro años).

Autodoc

Como en Elysium y Prometheus (mola que tenga esas dos críticas hechas) la Avalon dispone de una camilla curalotodo. Espera, lo voy a repetir: la Avalon dispone de UNA camilla curalotodo. 5.258 viajeros. Una camilla. Ok.

Al final de la película Starlord se da cuenta de que usando esa camilla pueden hibernar pero solo hay sitio para uno. Si no se trata de una camilla de usar y tirar como las cápsulas (!) pueden usarla... por turnos. Booom, fin de la peli.

Es decir, puede meterse uno tres meses, despertarse, estar un mes juntos y luego meterse otros tres meses el otro y así sucesivamente doblando su esperanza de vida. No llegarían a Cocacola 2 con 120 años sino con 60, que me han dicho que son los nuevos treinta. Ah, no, espera, que como encima viajan a velocidad relativista pasaría muchísimo menos tiempo de viaje. Llegarían bien, lozanos. Vamos, como ir a Murcia, que tiene lo suyo pero es factible.

Cartel de la película.
Detalle del cartel donde aparece el nombre de Andy García.
Lo bueno:
  • Nave espacial. Esto siempre puntúa. Haces una versión de Guerra y Paz y pones una nave espacial sobre Borodino y es mejor película. O una película de la guerra civil española donde unos son muy buenos y otros son muy malos, que tiene todas las papeletas para ser un truñazo, pones una nave espacial. Boom, taquillazo.
  • Todo lo relacionado con la tensión superficial de un líquido en ambientes de poca gravedad está bien (lágrimas, piscina).
  • Todos son unos actorazos. Menos Morfeo.
  • No hay niños.
  • No hay animales.
  • Hay robots.
Lo malo:
Feel you, bro.

  •  La nave aprovecha el efecto Oberth en el campo de gravedad de una gigante roja pese a tener un motor iónico (el motor iónico es de bajo impulso específico). La suspensión de la incredulidad tiene un límite y ya basta de que aparezcan estos evitables errores en el cine. 
  • Todo lo relacionado con números en la película está mal. Todo (y son números naturales los que aparecen).
  • El papel de Morfeo está metido con calzador. Innecesario. Despedido.
  • La banda sonora no tiene la canción de la piña colada.
  • Las premisas de la película son ridículas de lo tontas que son. El problema es que preguntan a expertos para cuestiones de diseño y nombrecitos raros pero no para la mecánica, no para la física pura y dura. En las películas de ciencia ficción de los años 50 ocurría lo contrario: el diseño no había por donde cogerlo pero la física era la correcta (sort of). Esto nos dice mucho del mundo y la época en que vivimos.
  • Hay un robot-camarero para dar conversación pero en lugar de usar una IA utiliza lo que parece un sistema experto (base de conocimiento, etc). Siendo un robot-camarero una interfaz muy básica en la relación usuario-bar yo le daría grados de libertad.
  • La nave tiene ventanas. Eso es aportar debilidad estructural para no ver nada a través de ellas. 
  • Si hacemos caso cuando nos dicen que la nave viaja a la mitad de la velocidad de la luz podemos calcular el factor de dilatación temporal: 
    • γ = 1/ raíz cuadrada [(1 - (v^2/c^2)], siendo v = 1/2c, tenemos:
    • γ = 1/ raíz cuadrada [(1 - ((0,5c)^2/c^2)], despejamos:
    • γ = 1/ raíz cuadrada (0,75) = 1,16 (aprox.)
    • ¿Qué significa este factor gamma? Pues por ejemplo, si un telescopio desde la Tierra apuntara hacia la nave y mirara por las ventanas a los personajes los vería moverse un 16% más despacio. Además, el morro de la nave aparecería achatado. Y si se pudiera grabar sonido de forma instantánea, se les escucharía hablar como un alcalde del PNV deeespaaciooo, coomoo unaaa balleenaaa. Al mismo tiempo la masa de la nave y de todo lo que lleva dentro sería un 16% mayor.
    • Curiosamente con las implicaciones contraintuitivas de la relatividad especial los habitantes de la nave observarían a través de un telescopio a los habitantes de la Tierra... también moviéndose despacio.
  • No os vayáis que todavía no he acabado de restregar el cadáver putrefacto de Einstein por las narices del guionista de la película. En la película se ven los agujeros que dejó el bólido del tamaño de una mano al impactar en la nave (y atravesarla, parece). Pongamos que ese asteroide tenía 5 kilogramos de masa y recordemos que la nave viaja a 0,5c. Sabiendo esto podemos calcular la energía cinética del impacto:
    • K = ((1/raíz cuadrada(1 - 0,5^2)) - 1) * 5 * 9e16
    • K = 0,15*(5 * 9e16) = 6,75e16 julios, que traducido a algo más prosaico vendrían a ser unos 1.613,29 megatones. Ejem. Todo el arsenal nuclear de Estados unidos son poco más de 1.000 megatones. Un impacto a esa velocidad supone la evaporación inmediata de la nave y de Andy García. Mucho ojito con jugar con la relatividad porque la escala de la que hablamos (energía, distancia, velocidad, tiempo, etc.) enseguida se hace inasumible para el cerebro humano (muchísimo más para un guionista vaguete).

sábado, 21 de enero de 2017

No se puede ser liberal y apoyar a Trump

No soy mucho de poner a funcionar la impresora de carnets de liberal porque es una actividad inútil y además suele ser mejor dejar que la gente sea feliz con su visión de sí misma aunque viva en un perpetuo error. Sin embargo, despersonalizando el asunto, no podemos ser ingenuos y asumir para el liberalismo victorias, fracasos, estéticas y razones que no son del —amplísimo y heterogéneo— ámbito del liberalismo.

#winning
Pongamos que el mundo que conocemos tiene un padre que es el liberalismo y una madre que es la socialdemocracia. Los liberales solemos quejarnos de la "mamitis" que tiene el mundo, sobre todo Europa, con su insaciable apetito por más derechos positivos y decisiones gubernativas que nos lleven de la cuna a la tumba. Desde nuestro punto de vista la socialdemocracia malcría políticamente a la gente. Por nuestra parte, el liberalismo es el que, primero, trae el dinero a casa (esta es una familia tradicional y antigua), segundo, echa las broncas (las sociedades son fuertes cuando los gobiernos son austeros) y tercero, funda la familia y las relaciones con otras familias. Desarrollo este último punto porque viene a cuento de lo que quiero explicar.

El orden mundial que conocemos se debe al liberalismo político. La idea del estado-nación es la base del liberalismo. Hace doscientos años el estado-nación surge por oposición al estado-finca. Los países pasan de ser cotos privados de caza o fincas particulares a ser naciones políticas. Trasladar la soberanía de una o varias familias a todos los habitantes es la gran transformación de la historia política que inaugura lo que entendemos por Edad Contemporánea. El vasallo pasa a ser ciudadano.

Yo soy más termidoriano pero la historia es la historia.
Una vez creado el estado-nación y el concepto de soberanía nacional, el desarrollo y evolución de la idea democrática contemporánea lleva a que el ciudadano pueda ser legislador. A partir de ahí ocurre una cosa llamativa y es que pese a las dificultades de cuadrar millones de aspiraciones individuales... la cosa funciona: las sociedades liberales y democráticas son las más libres en términos banales (desplazarte, hablar, organizarte, etc.), también las más prósperas y curiosamente las más seguras, menos conflictivas, más poderosas militarmente, más sanas y mejor educadas. A ver, que yo defiendo la libertad individual por motivos éticos pero incluso un utilitarista se ve obligado a reconocer que la libertad funciona. Es tan sencillo que parece que hay gato encerrado pero no: la libertad funciona mejor que su alternativa.

Es tal el éxito del liberalismo al fundar la Edad Contemporánea que incluso los países que no tienen un sistema liberal de gobierno se ven obligados a funcionar con la idea de soberanía nacional. Las dictaduras más horribles que hay sobre la tierra —Cuba, Corea del Norte, Francia (jiji), etc— se ven obligadas a apelar a la nación y por tanto a jugar con conceptos liberales, pues saben que si son sinceras revientan. Toda dictadura contemporánea usa la idea de nación como excusa.

Cádiz, 1812.
Hace 25 años cae el Imperio del Mal y con ello no sólo se expande el orden liberal por la antigua finca comunista sino que los países descolonizados en la posguerra comienzan procesos de transición sin la injerencia soviética que creó tantas miserias, hambres y guerras civiles. El orden liberal se expande a Europa Oriental, Asia y África.

Con la idea liberal compartida ampliamente por todo el orbe el acuerdo se hace más sencillo: aparecen enormes áreas de libre comercio y libre circulación. Casi todas las plataformas continentales tienen algún tipo de acuerdo transnacional económico, comercial y de circulación. Paralelamente aumenta la prosperidad y con ella la salud, la educación y la seguridad. Es tal el triunfo que las amenazas internacionales surgen del terrorismo —el terrorismo es evidencia de impotencia política y de fracaso— y de pequeños países autocráticos que a quien más aplastan es a su propia población.

Es decir, el liberalismo no sólo crea que el estado contemporáneo sino los andamios que sustentan las relaciones entre esos estados. Jamás hubo algo parecido en la historia. ¡Qué gran época la nuestra!


Esta es la forma de contar el liberalismo que más me gusta, la optimista: los liberales estamos ganando y cuando uno gana no se pone a la defensiva, cuando uno gana sigue atacando con el objetivo de obtener una victoria aplastante. Escucho a muchos decir que hay que "replantear cosas" porque hay gente simple que no le gusta el sistema (esta es la tesis que maneja Luis Garicano), que prefiere una alternativa antiliberal. El problema es que toda alternativa antiliberal ha sido probada en el pasado y sabemos que funcionan peor. Y no funcionan peor sólo en el aspecto económico —un argumento demasiado manido— sino en el resto de aspectos que definen a la comunidad política, que definen a la comunidad de intereses compartidos, de logros y sufrimientos compartidos.

Las cosas no se echan de menos hasta que se pierden.
Esto a su vez no implica una defensa del inmovilismo. El liberal de hoy no tiene que ser el conservador de mañana. El mundo cambia —o mejor dicho: al mundo lo cambian— y hay que adaptarse a los cambios. Veo que por ejemplo en el tema de la inmigración hay propuestas para endurecer los criterios de acogida, algo que parece que tiene sentido ahora mismo pero que en una generación, con el cambio demográfico que se torna global, habrá que replantear de nuevo. Tenemos que lidiar con el problema terrorista probablemente incorporando nuevos frentes de choque, nuevas estrategias. Y por supuesto nuestro gran cambio demográfico que es un asunto que como estamos metidos en él parece que no lo vemos. Lidiar con estas cuestiones aplicando un retroceso antiliberal no veo cómo puede ser mejor que continuar por el camino de la libertad, la prosperidad y la extensión de la ciudadanía.

Lo de Trump

"I am growing stronger".
Donald Trump acaba de ser investido presidente y por tanto no se puede juzgar su presidencia pero seríamos ingenuos si no analizáramos su discurso. Trump habla de "America First", para resumir su modelo antiliberal de proteccionismo económico, nacionalismo étnico y aislacionismo diplomático. Yo creo que estos pilares no se pueden separar. Trump es coherente en su discurso y aplica un colectivismo antiliberal a todas las áreas de acción del estado.

No entiendo que se pueda decir que es antiliberal en lo económico-social y liberal en política exterior (esta es la tesis que maneja Rallo). El aislacionismo en política exterior no lo considero una característica fuerte del liberalismo, máxime en nuestros días en los que una mariposa bate las alas en Tokio y una oveja da a luz en Mondoñedo. Ciertamente el no intervencionismo militar tiene sentido para una presidencia liberal: uno se debe a sus electores y a su país y no se mete en asuntos ajenos. Pero hoy en día esta idea cambia ya que lo que ocurre en otro país afecta a la libertad del tuyo. Un ejemplo: si dejamos que Rusia siga creando inestabilidad e invadiendo países, nuestras libertades (y nuestros intereses económicos, la capacidad de firmar posibles acuerdos) se ven amenazadas. Por tanto, en muchas ocasiones una agresión a un tercero es una agresión indirecta contra nosotros y a partir de ahí la defensa es legítima, justa e imprescindible.

Sobre el proteccionismo económico hay poco que decir. A nadie se le escapa que la defensa de los "campeones nacionales" y la tendencia al autoconsumo son medidas que están en las antípodas de todas las ramas hijas del liberalismo. Chicago, Viena, Elección Pública, Liberalismo Clásico, Minarquismo, Gobierno Limitado y demás están todos de acuerdo en que esa no es una ruta liberal (los liberales recordamos demasiado poco las cosas que tenemos en común cuando en verdad todos aspiramos a lo mismo en diferentes dosis).

Lo que pasa cuando no comercias.
Sobre el nacionalismo tribal o étnico o grupal, creo que no hay que comentar mucho: la excusa de "proteger a la nación" suele usarse para ignorar cuando no aplastar las aspiraciones individuales de la comunidad política. Una bandera gigantesca siempre augura malas noticias para el ciudadano-legislador. Poner la patria por encima del compatriota es antiliberal en el sentido de que ignora la base fundamental del liberalismo que es la de reconocer al ciudadano derechos que le son propios por el hecho de ser ciudadano y su dignidad como persona por el hecho de ser persona.

Esto no quiere decir que el liberal no tenga bandera (de hecho, algunos tienen varias, e incluso patrias sentimentales). Al relacionar el país de uno con una herencia histórica, con una tradición, con un respeto educado por lo que otros han construido es normal y suele ser común sentir aprecio por el país de uno. No existe antiliberalismo en ello ya que hablamos de educación y sentimientos. Ahora bien, esto sólo es posible en un ambiente de pluralidad política (esto es, en una sociedad liberal) que garantice la oposición y el control al gobierno. Entre las labores del gobierno no está la de decirle al ciudadano lo que tiene que sentir por su país aunque en muchas ocasiones se juegue a esto, sobre todo en las conmemoraciones de la historia nacional y en los asuntos que tienen que ver con la defensa. En las sociedades plurales estas contradicciones las dejamos pasar porque ya están asumidas y no percibimos qué puede tener de bueno abandonarlas.

Como nota frívola tenemos la propaganda antioccidental rusa para dar un tono de color gris al asunto. No es una coincidencia que los seguidores europeos de Trump sean a su vez condescendientes con la persecución de las libertades civiles en Rusia, sus crímenes de guerra en Siria y su amenaza a países fronterizos. Sobre esto sólo voy a decir que si apoya a Rusia es antiliberal. Da igual en qué siglo leas esto.


lunes, 16 de enero de 2017

Sully (2016)

Esta película de Clint Eastwood se basa en un libro que relata el amerizaje del US Airways 1549 en el río Hudson el 15 de enero de 2009. El vuelo que duró menos de cuatro minutos y el rescate de los cinco tripulantes y 150 pasajeros, que duraron otros 24 minutos se extienden menos que la duración de la película, que es de aproximadamente hora y media.

Después todo son risas, pero en el momento las pasas canutas.
Para alguien como Clint Eastwood, que le gusta hablar de héroes —American Sniper, Gran Torino, etc— esta historia era un pastelito que no podía dejar pasar. Es más, teniendo a todos los testigos vivos y localizados, las grabaciones del avión, del control del tráfico aéreo y de la Autoridad Portuaria de Nueva York, así como la investigación posterior de la administración de seguridad aérea, la cinta podía reflejar exactamente segundo a segundo lo sucedido en el llamado "milagro del Hudson". Claro que entonces ya no estaríamos hablando de una película sino de un documental.

De qué va

Cualquiera de estos cuatro puede ser el próximo presidente de los Estados Unidos. No es broma.
Contada mediante recuerdos del amerizaje y de la vida del capitán Sully, la película relata parte de la investigación posterior y la fatiga de batalla que sufre el piloto, interpretado por un Tom Hanks con bigote al que se le da de miedo hacerse el estresado. También aparece Aaron Eckhart haciendo de sidekick (era el copiloto) con bigote.

Aunque se trate de una catástrofe aérea (con feliz resultado, eso sí) la cinta no recuerda a las películas de catástrofes de los años 70. Apenas presentan con dos trazos a media docena de pasajeros y Clint no nos aburre con historias que no nos importan. A lo largo de la película la catástrofe en sí aparece en dos o tres ocasiones y el estrés post-traumático del capitán Sully nos deja bonitas escenas de aviones estrellándose contra edificios de Nueva York. La película cuenta en hora y media lo que pasó en cuatro minutos, algo que tiene cierto mérito.

La necesidad del antagonista

"Y entonces le dije, '¿sabes lo que te digo, Almodóvar? Paso de cine'".
Graciosamente, cuando le pidieron al viejo Clint dirigir esta historia lo primero que preguntó fue "¿y quién es el malo?". Toda historia que trate de héroes necesita un antagonista que plantee frenos y resistencias que el protagonista ha de superar, es el conocido como "camino del héroe": alguien normal se ve ante una serie de obstáculos que al irlos superando lo hacen crecer, en el clímax se enfrenta a su némesis y la victoria viene acompañada de la experiencia adquirida resultando que el protagonista ya no es un ser normal, sino heroico, etc. Pero la vida real no es tan redondita y bonita como la ficción. El horror real es muy superior al de la imaginación de cualquiera y los hechos heroicos también son muy superiores a los de la imaginación. Y existen ocasiones en las que no hay malos, como es nuestro caso.

En la película los malos que se inventan son los investigadores de seguridad aérea que entrevistan a los pilotos y les acusan de poner en riesgo innecesariamente las vidas de mucha gente. Según estos malos las simulaciones demostraban que el avión podía haber regresado a LaGuardia y Tom Hanks que es muy listo les gana poniendo caritas de Tom Hanks y siendo entrañable y viejo zorro al mismo tiempo. Su argumento es que en las simulaciones los pilotos juegan con el preaviso de lo que tienen que hacer: tras el impacto de los pájaros y la pérdida de impulso, inmediatamente viran hacia el aeropuerto, mientras que en la situación real hay una demora de unos segundos. Cuando vuelven a hacer la simulación aplicando la demora, el avión choca contra el suelo. La gente se queda impresionada de las posturitas de Tom y como colofón, Aaron Eckhart comenta que pilotar no es como jugar al Pac-Man. Caray, es que daban ganas de invitar a esos dos a paella el domingo.

"Me crié en el bosque, me amamantó una loba".
En realidad, como digo, no existe el malo. La investigación posterior al amerizaje no se hizo con animosidad —ninguna investigación se hace con animosidad—, es más, los propios invesitgadores actuaron con especial deferencia ya que Sully se había convertido en un héroe instantáneo. Incluso la aseguradora, Airbus y la compañía no tenían necesidad de culpar a nadie ya que no se trató de un fallo mecánico, de un error humano o de algo evitable: el choque contra la bandada de pájaros fue fortuito, una broma del destino.

Algunos highlights

"No sé, Clint, no creo que el verdadero Sully llevara una pistola al cinto".
La parte del vuelo está calcada de la realidad y tiene las mejores escenas de la película. Una vez que el avión pierde los dos motores el piloto declara emergencia, habla con tráfico aéreo y el controlador empìeza a ofrecerles pistas cercanas. Mientras el avión desciende y ya Sully piensa en posarse en el Hudson —toma la dificil decisión en segundos— se escucha cómo el controlador va ofreciéndoles pistas. En una de estas, Tom Hanks le dice que van a acabar en el Hudson y el controlador como que no se lo cree, le pierde en el radar y debe abandonar su puesto para que le hagan los controles antidopaje. De hecho, el controlador, que permanece en una sala incomunicado durante todo el tiempo, piensa que el avión se ha estrellado.

En las grabaciones reales de las comunicaciones, cuando el controlador pierde al avión en el radar hay otro avión que le dice "creo que ha dicho que va a acabar en el Hudson". Ese fue un detalle gracioso que bien podían haber puesto en la película.

Otro detalle destacado es muy de Clint Eastwood y lo podemos llamar "la escena de sinceridad del bar". En American Sniper es cuando Bradley Cooper conoce a su mujer y le dice que es un Ranger que sirve a su país, ella le pregunta por qué y él le responde "porque América es el mejor país del mundo". En Sully vemos que Sully es reconocido por los borrachines del bar y se siente abrumado, azorado, incómodo. Él es un tipo normal que hace su trabajo lo mejor que puede, no le gusta ser un héroe (cosa que es una característica fundamental del héroe: sólo el Mesías niega su divinidad).

Más cosas: la transmisión del estrés que viven los pasajeros cuando las azafatas pasan de ser camareras a ser robots que gritan "¡Brace, brace, brace, heads down, stay down!" (en la versión en castellano no sé cómo lo habrán traducido). Esa alteración súbita de la realidad, esa pérdida de lo apacible, esa nostalgia inmediata que surge por lo cotidiano, ése es el momento del terror. Es incluso un terror superior al del propio impacto. Ante un impacto nadie puede hacer nada, hay un choque ¡bum! y ya está, es una cuestión física de masa, presión, temperatura, elasticidad de los materiales, etc. Pero cuando la gente se comporta de forma distinta a cómo se comporta normalmente ahí es cuando los esfínteres se relajan y el perrete asoma el hocico.

"Y entonces me dijo: 'no hay huevos', ¿que no hay huevos? Verás".
Cosas buenas:
  • Si a Tom Hanks le gustó la película puede que ahora produzca una miniserie sobre aviones, como pasó tras rodar Apolo 13 y Salvar al soldado Ryan.
  • Los gritos de las azafatas que se escuchan desde la cabina. 
  • Ese ya tradicional romanticismo con el que se trata a los servidores públicos de la ciudad de Nueva York: policías, guardacostas, etc.
  • El conflicto no lo resuelve la magia o los buenos deseos, sino las 20.000 horas de vuelo del capitán, la experiencia de su primer oficial, el entrenamiento de las azafatas y el trabajo y conocimiento adquiridos por miles de ingenieros, técnicos, obreros y especialistas en aeronáutica durante décadas de historia de la aviación.
  • La presión crea diamantes.
 Cosas malas:
  • Tom Hanks rechazará el Oscar porque es demasiado facilón que se lo concedan.
  • Flashbacks de la vida de Sully que son puro relleno.
  • En lugar de los investigadores del accidente los malos tenían que haber sido los pájaros. Yo habría hecho un prólogo a la película con yihadistas entrenando a los pájaros para chocar contra aviones. Eso no os lo esperábais ¿eh?
  • "Teterboro" lo pronuncian muy raro.


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lunes, 9 de enero de 2017

Explosión fake-right

La chifladura es contagiosa. En los últimos tiempos cada vez más personas, dentro del poco representativo ambiente de las redes sociales, parecen compartir noticias sobre cómo Occidente se derrumba y tú no haces nada para salvarlo. ¿No te da vergüenza? Todo está perdido porque George Soros y sus amigos judío-reptilianos se reúnen en áticos de Wall Street para escribir los guiones de Dora la Exploradora y así expandir el islam por Occidente y convertir a tus hijos en transexuales. ¡Todo está perdido! ¿Todo? No. Gracias al KGB (o como se llame ahora) un grupo de valientes está dispuesto a compartir muchas opinoticias para sortear la manipulación de los malvados medios de comunicación. Estos héroes de nuestro tiempo, que nunca beben agua, son la respuesta a una pregunta que nadie ha formulado, pero que está ahí y no podemos ignorar.

El nazismo no va a volver con desfiles al paso de la oca sino con tipos con gorro de piloto que apestan a ginebra.
Antes de la mecanización del campo, de que los lazaretos estuvieran bien vistos y de la popularización de las redes sociales, era dificil cruzarte con esta gente. De forma casual te podías cruzar con uno en la calle, cegado por el sol tratando de contactar con los extraterrestres, pero hoy con la ley de la gravitación internetera se unen y organizan sin que medie ningún plan coherente. A veces parece que compiten en un concurso de desenterrar teorías paracientíficas del XIX y otras veces, sin subterfugios, simplemente cuentan trolacas sórdidas siempre protagonizadas por gente morena.

Las hordas sarracenas

Caballería persa, s. VII (parecen chinos y seguramente no sea casualidad).
Un caso paradigmático de estas trolas es el de los mil moros (1000) que le prendieron fuego a "la iglesia más antigua de Alemania" en la Nochevieja de Dortmund. La historia inventada con el fin de aumentar el odio y la sospecha contra la población musulmana surge de Breitbart, un clásico de la fake right, y fue compartida miles de veces sin hacer preguntas. En realidad, según cuenta la policía local de esa ciudad, la Nochevieja transcurrió más tranquila que otros años y el incendio de la iglesia fue provocado al caer fuegos artificiales en los andamios de madera.

Da igual que sea mentira, si no se informó de ello en la prensa normal, la noticia inventada se desdobla en dos noticias: una la del incendio y otra la de la conspiración de los medios que no quieren que sepas La Verdad™. Así, en La Gaceta, que por alguna razón desconocida el clickbait se mete en estos berenjenales, nos cuenta: «La gran noticia es que no haya sido noticia: eso dice más del estado de Europa que cien portadas en los periódicos más prestigiosos del continente». "El estado de Europa", ojo, que está la pobre Europa hecha unos zorros, al parecer.

Opinoticias

También recientemente corrió como la pólvora entre la fake right algo que no era exactamente una noticia pero que se trató como una noticia por reproducirse en sitios web con aspecto de diario digital. Se trata de niños holandeses a los que llevan de excursión a una mezquita para enseñarles cómo rezan los musulmanes.



Pese a que las imágenes son de hace dos años, parece que la nueva viralidad viene por el Express o el Daily Mail o algún otro medio inglés populista, luego saltó a los blogs de gente que odia a los moros y se comporta como moros radicales (cambias Alá por Occidente o raza blanca y son igualitos) y finalmente acabó en el timeline de mucha gente en las redes sociales y sitios de opinoticias, como aquí: «Un ejemplo más de una Europa que transita errática y a expensas del GPS progresista». OMG. 

Es innegable que esos niños fueron a esa mezquita (por cierto, que están mezclados niños y niñas, les están enseñando mal) y también es cierto que aquí nadie habla holandés, con lo que el adorno de la opinoticia puede ser infinito. Eso sí, ya os digo cómo no van a adornar la opinoticia: no contarán que en Holanda los niños de primaria tienen una asignatura de "religiones del mundo", tampoco dirán nada sobre cómo de unos 6.000 centros de enseñanza que hay en Holanda, en 40 enseñan islam sunnita (en más de 5.000 enseñan alguna denominación cristiana, y hay también colegios hinduistas porque hace doscientos años a los ingleses les empezó a salir más rentable usar hindúes que esclavos africanos, llevaron a los hindúes hasta Surinam y Surinam fue una colonia holandesa... es una larga historia). Es más, no contarán que hay dos institutos de secundaria que dan clases de islam en Amsterdam y Rotterdam y que el de Rotterdam está dirigido por la Fundación Escolar Cristiana. Además, por la ley holandesa de educación, todos los centros reciben algún tipo de financiación pública y el estado obliga a tener clases mixtas en todos ellos. Yo entiendo que no adornen con estos detalles porque hay que leer cosas (este pdf, por ejemplo) y leer es cansado, es mucho más fácil decir que Angela Merkel está echando flúor en el agua para que las mujeres blancas prefieran tener novios ismaelitas en lugar de novios de la fake right, que se lo merecen más y que eso es tan injusto como que Obama no enseñe su certificado de nacimiento.

El microuniverso de la opinoticia (no confundir con la no-noticia) es dificil de falsar debido a que no se trata en realidad de noticias sino de opiniones con una fuerte carga propagandística. En medios de la izquierda reaccionaria estas opinoticias son lo habitual y ya pasan como noticias (después de dar el dato de la bajada del paro, los medios reaccionarios de izquierda irán inmediatamente a entrevistar a una familia que no llega a fin de mes para demostrar que la crisis económica sigue ahí y que el gobierno del PP miente).

El concurso de belleza que derrotó a Occidente
Pìlas, comida enlatada, pastillas potabilizadoras, una muda de ropa y a echarse al monte.
Otros ejemplos los tenemos en detalles frívolos, anecdóticos, que la fake right viste como presagios del apocalipsis caníbal. Es el caso de la elección de Miss Helsinki: en la fake right andan preocupadísimos por ese concurso de belleza porque lo ha ganado una chica de generosos pechos. Ah, no, espera, que ese no es el problema, que el problema es que es negra.

Uno de mis periodistas favoritos de S.P.E.C.T.R.A. nos puntualiza la polémica:

"Todo debate será bienvenido".
A quienes a veces bebemos agua igual nos sorprende un poco que de un concurso de belleza de una aldea como Helsinki se saquen cosas como que "existe un canon de belleza occidental que implica rasgos estéticos reconocibles en el contexto occidental" (¿eh?), "el premio se concedió por motivos ajenos a ese canon", y que estamos "desmantelando nuestra identidad cultural". Que el jurado del concurso haya valorado más a esta chica que a otra no parece ser la razón de concederle este premio. Ok.

El caso es que aquí tampoco se ha hecho la investigación oportuna. En 2013 este mismo concurso lo ganó Kelly Kalonji, otra chica de tez oscura.

Miss Helsinki 2013.
Parece que hay una tendencia en lo que busca el jurado del concurso, sin embargo en 2016 la ganadora fue Jessica Ruokola, un poquito menos oscura.

Miss Helsinki 2016.
Sé que puede parecer una explicación muy loca, pero igual, sólo igual, en el concurso se puntúa a las misses y gana una y no existe ninguna conspiración extrañísima. Eh, pero si hace falta pongo más fotos de modelos.

Cosas lamentables


Todo esto que yo pinto de forma frívola porque si le vas a contar a alguien la verdad más vale que lo hagas con humor, o en otro caso podrían matarte, tiene un aspecto muy sombrío. En una conversación con una periodista radiofónica que no voy a nombrar, se quejaba de que la Comunidad de Madrid tuviera comedores sociales para inmigrantes. El argumento era que si estamos en España los españoles tenemos que recibir ayudas primero. Es un viejo argumento pero me preocupa que alguien que parece normal se lo trague.

La cosa es: si hay comedores para inmigrantes ¿por qué no los hay para españoles? La respuesta es inmediata: sí los hay para españoles. Ah, pero el problema es que si los hay para solamente inmigrantes ¿por qué no los puede haber para solamente españoles? Poca gente tiene los huevos de explicar esto en la barra de un bar y por eso parece que la cosa se queda sin respuesta y el argumento xenófobo gana. El problema es que se trata de un falso argumento, enmarcado en peticiones de principio (asunciones) no expresadas.

Yo devuelvo la bola y pregunto por qué tiene que haber solamente para españoles (técnicamente españoles y de la UE). Entiendo que los haya especializados para inmigrantes por cuestiones técnicas (necesidad de traductores), médicas (otros problemas de salud) e incluso administrativas (se facilita la labor a asociaciones de ayuda al inmigrante). Para los españoles que lo pasan mal existe cierta cobertura subsidiaria de la administración y de los servicios públicos. Hasta donde yo sé la gente de aquí tiene más facilidad para acceder a servicios sociales que los inmigrantes sin papeles. Y aún así hay que recordar que aunque burocráticamente los comedores para inmigrantes no son para españoles, legalmente están obligados a atenderlos.

A ver, en realidad el problema es algo más complicado. Para la mayoría de la población hay cierta gente que no eixste o que si existe son estereotipos semi-invisibles cuya utilidad se limita a la de ser puching-ball dialéctico: inmigrantes, presos, drogadictos, locos... Sólo estamos tranquilos si esta gente vive detrás de muros altos y no hablo de muros de hormigón. El problema es que mientras unos se pasan de frenada y otros juegan a la patata caliente los del puño en la mesa tienen un amplio campo de acción, llegando a convencer a gente normal de sus vanas fantasías. ¿Cómo actuar sin pasarse de frenada y al mismo tiempo evitar la tentación populista? Esa tarea requiere de hombres de estado, de políticas basadas en resultados y de una legislación clara que no deje excesivo terreno a la interpretación. Es decir, requiere cosas que hoy la sociedad no demanda, pero debería. Yo por mi parte, no me resigno.