jueves, 29 de diciembre de 2016

Mitos sobre la Unión Soviética

Veinticinco años después de la victoria del mundo libre sobre el Imperio del Mal es una fecha tan buena como cualquier otra para revolver en la sopa soviética. Como todo régimen que ha fracasado históricamente no llama la atención que aparezca una nueva ola de partidarios y propagandistas que sientan nostalgia de esta larga y triste dictadura que no tuvieron que sufrir.

Más allá del análisis histórico que para una época tan larga todavía nos reserva descubrimientos, podemos apuntar de forma superficial algunos "puntos del debate" sobre el juicio histórico que se merece la más longeva dictadura del siglo XX. Es importante hacer este tipo de análisis y recordarlo no sólo como una obligación intelectual que separe el grano de la paja, sino como una obligación moral ya que no debemos olvidar jamás que estos fueron los tíos que inventaron el totalitarismo: una forma extrema de tiranía política que además no podía surgir en otro país que no fuera la Rusia que ya tenía práctica en deportaciones masivas a la salvaje Siberia y en el uso de su policía secreta.


Revolución

En muchos análisis históricos sobre la llamada Revolución de 1917 se pone el acento en exactamente lo que la propaganda bolchevique ponía el acento en aquella época y durante los setenta años siguientes. La revolución bolchevique vendría a ser la venganza de un pueblo que se alza en armas contra la tiranía de un obsolescente zar o la emancipación de las masas trabajadoras contra los poderes arcaicos que las mantenían oprimidas.

Es triste que todas las revoluciones (menos la neolítica) sean pintadas así porque ésta es una forma estrictamente marxista de describir los fenómenos históricos. Esta no es la forma "normal" de contar la historia porque la historia del hombre no es la historia de la lucha de clases.

Respecto a esta Revolución de 1917 hay que decir principalmente dos cosas:
  1. Los bolcheviques no fueron vanguardia de un movimiento de revuelta "contra el zar".
  2. No fue una revolución sino el inicio de una larguísima y sangrienta guerra civil.
Para febrero de 1917 el cansancio de guerra había destruido los mercados interiores y la economía doméstica de la mayoría de la población. Con el ejército en el frente y el emperador ocupado personalmente en la dirección de la guerra, la emperatriz (alemana, no lo olvidemos, durante una guerra profundamente nacionalista) resolvía disolver las protestas por el efectivo método del siglo XVI: mandar cargar a la guardia.

Llega un momento en que las deserciones masivas del ejército ruso alcanzan un punto crítico: en la guarnición de la capital se producen deserciones y cuando se ordena disolver una manifestación que pedía comida la guardia se encuentra delante a algunos de esos soldados desertores. La incapacidad para contener la revuelta deja de facto al gobierno imperial sin poder y miembros de la Duma tienen que improvisar un gobierno.

El nuevo gobierno provisional ruso hace promesas de reforma política, libera a los presos políticos, aprueba la libertad de reunión y de prensa, prohíbe la pena capital y proyecta una constitución democrática pero decide continuar la guerra contra Alemania. Durante el verano de 1917 las deserciones del ejército ruso se cuentan por decenas de miles al mes. Al final del verano Rusia se encuentra con cientos de miles de tipos armados cazando ardillas en los bosques, asaltando pueblos y poniendo en evidencia la capacidad del gobierno provisional para gobernar. Al mismo tiempo estos soldados se exponen a la propaganda de los socialistas que estaban en contra de la guerra.

En Petrogrado, la capital, los socialistas habían creado un soviet que supuestamente representaba las aspiraciones de "los trabajadores". En realidad el soviet era una asamblea tan elitista como la Duma pero monocolor. Los alemanes viendo la situación de cansancio de guerra y las demandas de dejar la guerra de parte de la clase política rusa, envían a Lenin —conocido azuzador ruso exiliado en Suiza— a Petrogrado. Este Lenin había pensado en la manera de establecer el comunismo de forma profesional. Cuando llega a Petrogrado se enfrenta directamente al gobierno provisional. Aunque los socialistas estaban de acuerdo con el gobierno en las reformas democráticas que se estaban haciendo, Lenin sospechaba que si el gobierno tenía éxito se podría crear una república burguesa-democrática y el comunismo perder su oportunidad. Viendo que la guerra era el mayor tema de separación, su bando, los bolcheviques, comenzó a azuzar a los soldados desertores en este sentido. Soldados desertores=gente armada con hambre. Los bolcheviques eran ladrones y homicidas, pero no tontos.

Alegoría del comunismo según los rusos blancos. Bastante exacto, a mi entender.
Finalmente para noviembre del 17 y tras una primera fracasada intentona en julio, los bolcheviques deciden dar un golpe de estado contra el gobierno provisional. El problema era que los bolcheviques eran muy minoritarios y aunque contaban con apoyos en puestos clave de los sistemas de comunicaciones y transportes, tenían que apoyarse en una masa de soldados desmoralizados, temerosos de ser enviados al frente, que apenas eran indistinguibles de delincuentes. De ahí que se encontraran con una gran oposición y comenzara una guerra civil que duraría unos ocho años.

La guerra civil rusa fue el tercer conflicto armado del siglo XX en número de muertos. En ella participaron potencias aliadas de Rusia de la Primera Guerra Mundial. Pero el bando del "ejército blanco" era a su vez muy heterogéneo, parte de sus miembros querían restaurar el imperio y otra parte defendía el regreso del gobierno provisional y la continuación de las medidas democratizadoras. En Extremo Oriente y Siberia había señores de la guerra con ejércitos particulares que eran bandos en sí mismos. Los bolcheviques, con la base de su poder en las ciudades de Petrogrado y Moscú, contaban con mayor capital humano y las principales armerías del ejército.

El final de esta guerra civil (ocho años, tres millones de muertos) fue una pírrica victoria de los bolcheviques porque aunque lograron establecer su poder en la mayor parte del territorio, no pudieron evitar la pérdida de Finlandia, las repúblicas bálticas y la independencia de Polonia.

Segunda Guerra Mundial

El pacto entre la Alemania nazi y la Rusia roja garantizó una rápida y temprana victoria alemana en Europa Occidental. Como los acuerdos de Munich esta es una de esas cosas gratis que tuvieron los nazis y a la que deben un éxito que hizo pensar a los aliados que la máquina de guerra alemana era imparable. En realidad el ejército alemán dejaba mucho que desear: de no ser por robar gratis las fábricas checoslovacas y por posponer la guerra en el este otro gallo hubiera cantado.

El pacto entre estos dos países liderados por psicópatas homicidas consistió principalmente en un acuerdo comercial en el que en términos prácticos los rusos proporcionaban combustibles y avituallamiento al ejército alemán y los nazis prometían pagar en un futuro en divisa fuerte. Este pacto contenía un protocolo secreto sobre el reparto de los países bálticos y Polonia. Una vez que los alemanes invaden Polonia y llegan a la frontera pactada, los rusos invaden a su vez estos países.


La Wehrmacht y el Ejército Rojo llegan a desfilar juntos y se van de copas. La NKVD y la Gestapo se reúnen con frecuencia e intercambian información sobre la resistencia polaca. Llega a haber una propuesta para que la Unión Soviética se adhiera al Eje. Los rusos, pese a haber entrado en guerra con los japoneses en 1939, con su acercamiento al Eje echan pelillos a la mar y firman un pacto de neutralidad con Japón. Stalin llegará a publicar en el Pravda que Inglaterra y Francia fueron las causantes de la guerra. Rusos y alemanes intercambiarán presos, trágicamente en los envíos rusos habrá judíos alemanes que habían buscado asilo huyendo de la persecución racial.

Desaparecido el frente occidental y asegurado el suministro de combustible rumano, los alemanes atacan a la Unión Soviética para cumplir su programa político, social, económico, agrario, de vivienda y acabar con la pobreza energética, el Generalplan Ost, un plan que suponía la colonización del este europeo a imitación de la expansión estadounidense hacia las Grandes Llanuras (en este caso los rusos serían los nuevos indios). Los rusos se ven en metidos en el problema de la guerra de dos frentes ya que los japoneses estaban en Manchuria y los rusos tenían que estar al sopesquete de una invasión por el este. Con parte del Ejército Rojo desplazado al Extremo Oriente los alemanes avanzan sin gran oposición y demasiado rápido como para tener el control efectivo del territorio conquistado. Enormes bolsas de unidades del Ejército Rojo son rodeadas y sobrepasadas en la guerra relámpago alemana. Muchos serán capturados como esclavos por las SS pero otros se dedicarán a la guerra de guerrillas, afectando a las líneas de suministro alemanas. La Wehrmacht finalmente parará su avance a las puertas de Moscú y en Stalingrado. Sitiarán Leningrado durante años de canibalismo. Nuevas remesas del Ejército Oriental reforzarán las líneas rusas.

La propaganda rusa habitual nos habla del sacrificio del pueblo soviético, de su arrojo y de cómo Stalin se niega a abandonar Moscú. Lo cierto es que Stalin no abandona Moscú porque no tenía otro sitio a donde ir: Moscú era una ciudad que controlaba, su desplazamiento al interior del país no era seguro. Prueba de esto es que cuando se acercan los alemanes por fin ordena a Zhukov proteger Moscú —o sea, a él— con veinte divisiones siberianas preparadas para la guerra en invierno que son capaces de hacer frente a los alemanes en mejores condiciones.


La propaganda también nos cuenta cómo la industria soviética se traslada al este de los Urales y ahí empieza a levantar fábricas en descampados que construirán una cantidad descomunal de tanques y aviones. En parte esto es cierto: se crearán nuevas ciudades alrededor de nuevas fábricas de armamento, pero esta producción tardará dos años en estar lista para una contraofensiva. Mientras tanto los soviéticos dependerán del envío de material de guerra americano, detalle que no se suele subrayar en los libros de historia rusos.

El ejército soviético durante la Guerra Fría

Tras la Segunda Guerra Mundial el Ejército Soviético se convirtió en un escaparate. Los rusos participaron indirectamente en los conflictos de Corea y Vietnam para no obtener ninguna ganancia. Tuvieron un choque armado con la China roja en 1969 que no sirvió para nada y finalmente matarían a decenas de miles de chavales que enviaron a hacer la mili a Afganistán.

¿Grandes hazañas del ejército ruso durante la Guerra Fría? Aplastar con blindados a panaderos húngaros en 1956, aplastar con blindados a oftalmólogos checos en 1968, instalar baterías de misiles en Cuba que luego tuvieron que desmontar y regalar armas y enseñar a disparar a millones de africanos a partir de la década de los 70, provocando así la espiral de violencia y pobreza en el continente negro que dura hasta nuestros días. Curiosamente este quizás haya sido su mayor logro: convencer a todo el mundo de que la pobreza africana se debe al robo de recursos naturales que hacen multinacionales capitalistas malvadas y no a la lluvia de armas con que condenaron a la guerra interminable a varias generaciones de africanos.

MiG 21 somalí.
Fábrica soviética de tanques abandonada en Ucrania.
Cementerio de tanques en Asmara, Eritrea.
El sobredimensionado, ineficiente y costoso ejército soviético era la principal garantía de existencia del estado soviético. Como toda dictadura ésta se basaba en el poder militar, un poder militar que pese a las innovaciones de los años 60 (cohetería, transporte de infantería) nunca llegó a estar a la par con occidente por sus carencias tecnológicas y en capacidad aeronaval y anfibia. La doctrina soviética siempre fue una doctrina basada en el ejército de tierra: sus planes para invadir Europa Occidental se basaban en lo que creían era la debilidad intrínseca de la democracia: la opinión pública. Sus columnas blindadas superarían numéricamente la oposición de la OTAN en la Brecha de Fulda, rota la defensa aliada en Turingia sus columnas avanzarían por las autopistas occidentales hasta llegar a Lisboa en cuestión de semanas. La única forma que tendrían los aliados de detener el avance sería mediante el uso de armas atómicas, armas cuyo uso rehazaría la opinión pública occidental. Es decir, su doctrina se basaba en que el enemigo no quería que desapareciera la vida en la Tierra. Dicho de otro modo, su estrategia era una estrategia suicida.

El programa espacial

Los rusos ganaron los primeros pasos de la carrera espacial al colocar al primer satélite artificial en órbita y al llevar y traer de vuelta a un esclavo tres semanas antes de la primera órbita de un hombre libre. El secretismo del programa espacial (un programa dedicado al perfeccionamiento de la capacidad estratégica del mando de misiles soviético) nos impide conocer con detalle el número de víctimas que provocó. Al contrario de lo que ocurría en Estados Unidos, donde por ejemplo los tres astronautas muertos en una prueba del Apolo 1 fueron reconocidos por el público, o en los dos accidentes del transbordador que fueron transmitidos a todo el planeta, en la URSS las muertes se mantuvieron en secreto.

Y es que el repetido éxito del programa espacial soviético se basa en el secretismo sobre sus fallos. Tuvimos que esperar décadas hasta saber que la perrita Laika no murió plácidamente tras tomar un veneno relajante después de orbitar durante una semana en su cápsula, sino que murió de un ataque de pánico, con sus pulsaciones cuatro veces más rápidas de lo normal y a cuarenta grados de temperatura sólo cinco horas después del lanzamiento. El cadáver de la perrita Laika tiene el récord de ser el cadáver perruno que más tiempo ha estado en el espacio, seis meses y más de 2.500 órbitas antes de ser incinerado en la caída órbital.

Programa espacial soviético: prueba y error sin importar el coste humano.
Como ella otros cosmonautas murieron de forma horrible sin que nadie lo supiera (alguno no murió en una horrible explosión química o asfixiado en el espacio sino que fue purgado). Es ya célebre la historia de los hermanos italianos radioaficionados que captaron señales de cosmonautas rusos no identificados que viendo inminente su muerte no decían cosas bonitas del mando espacial ruso.

En el Vosjod 2 Leonov realizó el primer paseo espacial de un esclavo tres meses antes de que lo realizara un hombre libre (Ed White en el Gemini 4). Este es también vendido como un gran éxito y una heroicidad a la que se suma el detalle de que en el paseo espacial la presión del traje espacial le impidió regresar al interior de la nave, con lo que tuvo que expulsar aire de su traje y entrar casi muerto. La heroicidad del Vosjod 2 se acaba ahí porque lo cierto es que acabaron aterrizando 1.200 kilómetros fuera de su ruta. En mitad de los Urales Leonovo y su compañero tuvieron que esperar dos días a ser rescatados haciendo una fogata para ahuyentar a los lobos.

Mientras que en 1965 los rusos tardaban dos días en localizar a unos astronautas, los americanos podían rescatarlos en cuestión de horas en cualquier punto del océano. No diría que es algo de lo que estar orgulloso.

Lograda la órbita y el paseo espacial la siguiente fase de la carrera hacia la Luna es el acoplamiento. De las diez misiones Soyuz que hubo hasta 1971 para lograr el acoplamiento, sólo tuvo éxito una y de dieciocho cosmonautas implicados, murieron cuatro. Los rusos tuvieron que olvidarse de la Luna.

El colapso económico de la Unión Soviética se produjo antes de su desaparición


La opinión convencional, es decir, la opinión que parte de la propaganda antiamericana en la que se insiste desde la academia europea, nos cuenta cómo la caída de la URSS fue un desastre económico y después humanitario. La célebre tesis de Chomsky —la "doctrina del shock"— explica de forma imaginativa cómo un proceso apurado de privatizaciones y de apertura del mercado llevó a la ruina a la economía rusa.

La verdad está muy lejos de esa propaganda. Yo entiendo que es una propaganda fácil de deglutir porque se basa en presunciones previas que partían de las mentiras que los rusos contaban sobre sí mismos. La idea de la Guerra Fría era la de un mundo bipolar donde existían dos superpotencias que competían por la hegemonía mundial. Bueno, poco a poco se fue descubriendo que eso no era cierto. De esas dos superpotencias sólo una podía tener el título, la otra era una especie de México con armas atómicas.

En los años 60 la economía soviética crecía más rápidamente que la americana, que era tres veces más grande que ella. Después de 1975 el crecimiento soviético se estancó, siendo rebasado por los americanos.

En 1985 la CIA encargó un informe que comparaba las economías de los dos países porque las estadísticas oficiales rusas ya se habían alejado excesivamente de la realidad como para siquiera tenerlas en cuenta. En él nos cuentan cómo sólo un 8% de las fábricas con más de 500 trabajadores tenían ordenadores mientras que en Estados Unidos todas las empresas con más de 100 empleados contaban con esas máquinas. El retraso comparativo en la robotización industrial era así mismo flagrante: la mayoría de las fábricas rusas no solo no estaban robotizadas sino que no podían estarlo debido a la deficiente formación del personal y a la carencia de una industria nacional de informática capaz de proporcionar componentes y repuestos. Los americanos calculaban que esta diferencia tecnológica suponía que el trabajador soviético apenas alcanzaba un 38% de la productividad del trabajador americano.

Una constante histórica es que el control político de la economía produce escasez.
No todo era malo, claro, la URSS era líder en la producción de cemento, acero, máquinas herramientas y petróleo en el momento en que empezaba a importar cereales de Estados Unidos y Canadá. El 1% de la tierra cultivable soviética en manos de campesinos particulares producía el 28% de la producción agraria, las granjas cooperativas y las granjas estatales, que trabajaban el 99% de la tierra cultivable, el 72% restante, lo que da una idea de la ineficiencia del sistema.

La CIA identificaba tres fallas fundamentales en la economía soviética que nos deben sonar de algo:
  1. Carencia de la información que dan los precios para guiar las decisiones económicas (a veces se cuenta como un chiste aquello de que en el Gosplan estaban suscritos al Wall Street Journal para saber si una tonelada de plomo costaba más que una tonelada de cebada. Trágicamente no se trata de un chiste).
  2. Escasa influencia que los consumidores tienen sobre los productores (sin información sobre qué producir y cómo producir para satisfacer necesidades, los productos que se fabrican son de peor calidad y siempre hay escasez).
  3. Ausencia de competencia entre los proveedores (en la práctica el proveedor único era el estado, salvo para las familias de la nomenklatura que podían viajar al extranjero y acceder a productos occidentales).
En resumen se trata del viejo problema de la imposibilidad del cálculo económico socialista.

Los americanos calcularon que el tamaño de la economía soviética en 1984 era similar al de los americanos a comienzos de los años 60. Tras la guerra de Vietnam el gasto militar americano se redujo del 10% del PIB al 5% y en 1983 se aumentó una barbaridad hasta el 6%. Por su parte los rusos durante todo el periodo invertían en balas y misiles entre un 12% y un 13% de su PIB, frenando la disposición de inversión en mejoras tecnológicas y aumento de la calidad de los productos así como en seguridad alimentaria.

No es de extrañar que mientras la economía soviética se iba a pique estuviéramos más cerca que nunca de la completa aniquilación termonuclear..
El plan quinquenal de 1981-1984 preveía un aumento de la producción industrial que era la mitad del previsto en el plan de 1966-1970, que a su vez era la mitad del previsto (un 10%) del de 1951-1955. Durante tres décadas cada nuevo plan quinquenal reducía las previsiones de crecimiento, McDonald's y la General Motors no han tenido nada que ver en esto, por mucho que se insista. En 1985 la CIA tenía una explicación para la grave crisis económica que se avecinaba en el horizonte ruso: hasta el momento sus aumentos de productividad se basaban en el uso extensivo del capital fijo: más mano de obra, más fábricas, más equipamiento, pero los costes fijos comenzaron a subir, cada vez era más dificil aumentar la mano de obra (transición demográfica) y los rusos tuvieron que aumentar su productividad por medio de la eficiencia. A partir de 1976 la inversión en producción industrial se redujo a la mitad pero las fábricas no aumentaron su eficiencia por arte de Marxia (¡perdón!) y no alcanzaron los planes de producción. Al no alcanzar los planes de producción esperados se produjo un efecto en cadena de todo el sistema: vagones de trenes llenos de cordones de zapatos no tenían zapatos que atar, barcos llenos de botones no tenían ninguna chaqueta que abrochar, etc. Os hacéis una idea.

Desfile en Berlín Oriental, 1987.
Acerca de la diferencia tecnológica se exponen varias razones:
  • Gasto militar prioritario. Casi todo el I+D soviético era militar y no redundaba en la economía civil, al contrario de lo que ocurre en las economías abiertas.
  • Incomunicación entre la industria civil y la investigación académica. La investigación civil soviética acabó centrada en estudios teóricos, sin aplicaciones prácticas para la industria. La industria civil soviética rechazaba asumir los costes (riesgos) de adoptar nueva tecnología.
  • Falta de incentivos a la innovación para aumentar la productividad. Los incentivos de la industria se basaban en las cuotas de producción, no en la productividad. No se incentivaba el mejorar sino el "hacer más".
A partir de los 70 no sólo la industria y la tecnología se quedaban atrás respecto a occidente (o mejor dicho, abrían una brecha mayor) sino que la agricultura también se vio afectada.

Los problemas agrarios eran similares a los del sector secundario: altos costes de capital fijo, dirección política arbitraria de la producción, baja calidad de materiales y herramientas... Según los investigadores de la CIA en 1983 un campesino americano alimentaba a 66 personas mientras que uno soviético apenas llegaba a nueve. Por esas fechas el sector primario estadounidense constituía aproximadamente el 3% de su economía mientras que en la URSS era aproximadamente el 20% y empleaba una proporción similar de trabajadores. Cada nuevo plan quinquenal exigía mayores inversiones por unidad producida al tiempo que la eficiencia caía sostenidamente desde comienzos de los 70.

Esto hay que verlo sabiendo que a finales de los años 60 el aumento de producción agraria en la URSS superaba al de EEUU, Canadá y Europa Oriental. Una década después estaba por detrás de todos estos países. De ser un exportador neto de carne y cereal, pasó a ser el mayor importador del mundo. El Gosplan, incapaz de aumentar su producción, decidió aumentar sus importaciones.

Se esgrimen varias causas de esto:
  • Ineficiencia incremental y pobre gestión debidas al cuello de botella de las industrias auxiliares (recordad que toda la cadena de producción estaba planificada).
  • Incremento del tiempo en que la maquinaria no funcionaba y esperaba reparaciones. Reparaciones que cada año eran más lentas y más costosas.
  • Interferencia política en la toma de decisiones de producción.
  • Falta de información sobre la calidad del producto y del coste.
  • Pobres condiciones de vida en el campo: los trabajadores más cualificados migraban a las ciudades.
  • Rechazo a reformas orientadas a obtener mejor información: los líderes soviéticos temían que una reforma debilitara su control sobre la economía y sobre el país aun a costa de perder eficiencia y sufrir mayores costes.
Puedo seguir hablando de cómo los rusos tenían más vagones de mercancías que los americanos pero eran incapaces de transportar más. Cómo sólo la mitad de las carreteras estaban más o menos asfaltadas (una proporción similar a la de los Estados Unidos en los años 40). Respecto al comercio internacional la Unión Soviética tenía el perfil de un país subdesarrollado: exportación de materias primas, principalmente combustibles fósiles (a sus estados satélites). Téngase en cuenta que el periodo analizado es el posterior al de la Crisis del Petróleo de 1973, es decir, cuando más ingresos del exterior disfrutaron, peor emplearon el dinero.

No estaba todo tan mal: había gente con ropa.
Podría extenderme hablando de la demografía (las increíbles pérdidas de vidas humanas durante las guerras mundiales, la guerra civil, las purgas de Stalin y la colectivización agraria afectaron de forma dramática a su demografía, con consecuencias sólo perceptibles en el largo plazo), de la salud, de la educación y de tantas cosas que se dicen sobre la URSS veinticinco años después de su desaparición y quizás algún día hable de ello. Por el momento con esto es suficiente.

La moraleja es que el desastre que es Rusia no se debe a la caída del comunismo sino a una lenta y constante crisis que dio comienzo en la década de los setenta.

Otras lecturas:

martes, 20 de diciembre de 2016

El día después de un atentado terrorista

Regresa el fantasma de las Navidades pasadas y lo hace mostrando la única cara que conoce: la cara del miedo que provocan los miedistas o del terror que provocan los terroristas. Y aquí incluyo a personas que por la publicidad y alcance de sus crímenes debemos considerar grupos terroristas formados por un solo individuo.

Breitscheidplatz, Berlín.
Son constantes los atentados terroristas que suceden en todo el mundo a lo largo de todo el año. Lógicamente nos preocupan más los atentados que ocurren cerca de casa o a gente parecida a nosotros, de ahí que los atentados en las capitales de Oriente Medio no despierten tanta preocupación como los que ocurren en ciudades europeas o americanas. Pese a que forman parte de la misma guerra es natural que unos nos sensibilicen más que otros.

Es curioso lo que logra un atentado terrorista: no sólo produce víctimas directas del atentado sino el nerviosismo del público informado. Asumiendo que el terrorismo busca una reacción pública que incremente las posibilidades de que los gobiernos cometan errores, cuanto más incomprensible sea el atentado, más efectivo será.

Y es que los terroristas no atacan centrales energéticas, no hunden barcos en la bocana de los puertos, no vuelan puentes ni prenden fuego a oficinas de correos —todos ellos ejemplos que provocarían una gran disrupción en el día a día de la población— sino que atacan objetivos con un nulo valor militar o económico. De ahí el uso de vehículos en aglomeraciones de gente, los asesinatos masivos en salas de fiesta y templos. El atentado terrorista tiene que ser incomprensible para la gente normal. Lo incomprensible es una forma de definir lo desconocido y si algo no podemos evitar temer es a lo desconocido.

"Religiously inspired" antes de 2010 era "islamist", hubo que cambiar la denominación because reasons
A esto se le une el ataque kamikaze. Es muy dificil plantear una defensa frente a un enemigo dispuesto a morir en la acción. El poco publicitado y menos felicitado trabajo policial y de los servicios de inteligencia ya frustra la inmensa mayoría de estos atentados, pero basta con que uno tenga éxito para que la conversación pública se convierta en un gallinero.

Hay algunas cosas que contribuyen al éxito de un atentado que no tienen que ver con el terrorista sino con la reacción del público. Por ejemplo, está lo de evitar pensar que el riesgo existe. Supongo que esto es una derivación de la vanidad, otrora pecado capital tornado hoy en motor de la sociedad. "Esto no me puede pasar a mí porque yo soy el centro del universo", piensan millones de personas al mismo tiempo.


Está la aproximación kantiana a la cuestión: aquello que decía JFK de «nuestro lazo básico común es que todos habitamos en el mismo planeta, todos respiramos el mismo aire, todos nos preocupamos por el futuro de nuestros hijos y todos somos mortales». Pensar que el otro fulano piensa igual que tú, que aspira a lo mismo. Es complicado, pero es necesario darse cuenta de que esto no es verdad. Existe la extendida creencia de que todo el mundo es como nosotros y espera que su moral aprendida sea innata en toda la población mundial (una moral objetiva, universal). Nos parece normal pensar que no se puede andar matando a la gente en atentados terroristas o que los niños, las embarazadas y los ancianos merecen una especial protección, pero esto no es así. Esto es así aquí, sales de tu aldea y ya no es así. Me parece algo muy básico y sin embargo es un mito muy persistente. En el Gran Ducado de Lituania aún estaban los monjes evangelizando a la gente en el siglo XIV (esto lo digo porque al fin y al cabo nuestra moral es cristiana y pese a su vocación de ser universal todavía no ha logrado serlo).

Hay quienes ayudan al terrorista aumentando el caos y la disensión respondiendo a objetivos políticos. De forma muy reciente tenemos por ejemplo a los quintacolumnistas del Kremlin. Gente que quiere que nuestros hogares se parezcan a ese pozo de persecución y miseria que es Rusia. Gente que se llena la boca con palabras grandilocuentes apelando a valores muy bonitos y cuyo discurso sin embargo tiene más fallos que una escopeta de feria. Es habitual escucharles repetir consignas de Moscú más próximas a la fantasía que a la realidad como que la culpa de los atentados recae en parte sobre una clase política que apoya una política migratoria laxa o eso que tanto me gusta de que apoyamos a grupos terroristas en Oriente Medio. Se entiende este aumento de la campaña de desinformación rusa, es su única forma de atacarnos ya que las sanciones económicas les están dejando en los huesos.

Nota: hasta el año 91 existía la URSS.
Pero hay más reacciones al otro lado del río que no quiero dejar pasar. Recientemente, pese a que el atentado en el mercado navideño de Berlín se lleve las primeras planas, en Suiza hubo otro atentado: un grupo terrorista individual se lió a tiros en una mezquita e hirió a tres personas. Bien, estas personas eran musulmanas y no tardaron los listos en repetir que esto no le importa a occidente precisamente por ser musulmanes o que la prensa conspiraba para no hablar de este atentado. Evidentemente esto es falso porque apareció en toda la prensa y la gente mostró su solidaridad hacia esa ciudad, hacia las víctimas, etc.

Como la gente ya tiene sabida la reacción ante lo que va a suceder, esa reacción es automática. La verdad parece que ya no tiene importancia. La información veraz y la desinformación circulan exactamente a la misma velocidad. Muchas veces la falsedad prospera por simple (casi siempre inevitable) negligencia pero yo pongo el acento en las ocasiones en que se hace adrede. Y hay otra razón que hace circular la falsedad y yo la considero la razón principal: el hastío. El tedio, el aburrimiento, el cansancio es una de las mayores fuerzas de la historia. A veces suceden cosas porque la gente se harta de evitar que sucedan. A veces la gente cede por simple desgaste. Nuestros cerebros también juegan a favor del enemigo porque nos adaptamos a todo.

Quizás esto último sea lo más terrible del tema: nuestra capacidad para acostumbrarnos incluso a lo que jamás deberíamos de aceptar. Posiblemente así ganan los malos. Recordad cuando Arendt decía que Eichmann no era un genio criminal sino un anodino funcionario pelagaitas. El horror nos espera en el espejo.


lunes, 12 de diciembre de 2016

Cómo discutir con racistas 2: la venganza

Tras mi último artículo sobre el racismo han aparecido algunos comentarios. Plaza me apunta a un artículo interesante porque parece contradecir mi posición punto por punto: variación clinal, diferencias intragrupo, etc. En realidad yo no lo veo como una contradicción sino como una aclaración detallista. En resumen viene a decir que sí, las razas humanas existen, pero eso no nos tiene que poner nerviosos.

Muy bien, las razas existen. Y existen porque existen diferencias biológicas humanas. Estoy absolutamente seguro de que existen diferencias estadísticas apreciables entre los habitantes de Castilla la Vieja y la Rutenia transcarpática. Bien ¿y? Mi punto es que no hay ningún "y" y que tenemos que defendernos de la gente que continúa la frase.

La sociedad libre es mejor para la guerra que la sociedad dirigida.
El gran problema de los prejuicios —y aquí hablamos de prejuicios y de la historia del odio— es que no son simples mentiras sino que tienen un grado de veracidad. Por eso arraigan con fuerza y es complicado extirparlos.

Muerta la época de las "grandes ideas", la papilla ideológica de creencias y de estéticas, salpimentada por lo efímero de nuestro tiempo y como consecuencia la dificultad añadida de distinguir lo bello y lo verdadero nos lleva a olvidar asuntos básicos para nuestra supervivencia. Y no hablo de la mera existencia sino de la buena vida. En el asunto del racismo, la idea que subyace es la idea más terrible de todas. La idea del odio que contacta al individuo con el grupo. La idea que sirve como forma de relación entre individuos y grupos. Si esta idea es prejuiciosa el conflicto está servido. Yo no sé vosotros, pero soy partidario de resolver los conflictos por medio del comercio y no de la rapiña, por medio del intercambio y no del robo.

Como punto optimista hay que recordar que en toda la historia de la humanidad el intercambio siempre ha sido más utilizado que la rapiña (incluso existiendo cosas como Inglaterra): somos mejores en eso y las ganancias son mayores.



Hablar de todo

Hay quien opina que censurar debates está mal. Si a grupos humanos arbitrarios cuyos límites son imposibles de establecer les llamamos razas, debemos poder hablar de razas. Aquí sí que no voy a coincidir con muchos: yo creo en el poder de la censura. Es más, incluso tras aceptar que el intercambio es mejor que la rapiña yo creo que existen momentos en que la violencia llega a estar justificada. Es un tema horrible porque contradice todo a lo que se supone que aspiramos, pero sin derecho a la defensa estamos indefensos.

Debo insisitir en una parte del anterior artículo que quizás no ha quedado clara: no soy progre. No voy a pontificar sobre la tolerancia infinita que tienen que tener las ovejas con los lobos sabiendo que existen pastores sobre los que descargar la responsabilidad cuando los lobos actúen como lobos. Ni creo que todos seamos iguales ni defiendo que todas las ideas deben ser toleradas. Estamos muy mal acostumbrados, creemos en la existencia del "consenso". El consenso no existe y cuanto más te alejas del campanario de la iglesia de tu pueblo menos consenso hay. Esto no quiere decir que haya que salir a buscar el conflicto. Los conflictos nos suelen ahorrar ese trabajo ya que suelen aparecernos cuando bajamos la guardia. Y ante el conflicto hay que defenderse, este es mi punto y esta es mi barroca forma de explicarlo.

El debate

Otro tipo de comentarios recibidos por mi artículo eran de la clase "todo eso al racista le va a dar igual". Estoy de acuerdo. En mi caso no se trata tanto de convencer a los contrarios como de reforzar a los propios. Incluso surgió el tema de que el mejor argumento contra el racismo es que fue derrotado en el campo de batalla. Si el racista fuera coherente se daría cuenta de que en cada guerra que pierde un bando racista, se elimina parte del pool genético del racismo. El racismo por tanto sería una característica humana condenada a la desaparición como la querencia por los pantalones de pata de elefante. Yo no esperaría coherencia por parte de esta gente porque ya se sabe: cuando la linde se acaba...

Finalmente llegamos a quien me llama xenófilo, cosa que me gusta tan poco como cuando me llaman xenófobo. Aclaraos porque uno no puede ser las dos cosas al mismo tiempo (estas cosas suelen pasar cuando alguien rompe el consenso. Me llama la atención que con lo pro-sistema que soy aparente tratar de romper consensos. Será por mi inclinación por abusar de los adjetivos, supongo).

Su respuesta, como predije en mi artículo, es una orgía de datos. Conocida estrategia para inmovilizar al oponente. Yo no tengo que demostrar que la Tierra no es plana: me basta con confiar en la serie de pruebas que demuestran que no es plana y en la gente que ha demostrado que no lo es. Y no es una falacia tipo argumentum ad antiquitatem porque estas pruebas son reproducibles. Ante esto se me dirá que como no contradigo el argumento estoy aceptando mi derrota pero no discutir que la Tierra no es plana no es aceptar que lo sea.

Aún así se pueden hacer algunos comentarios como cuando me dice que la taxionomía racial no es arbitraria y me enlaza un artículo académico (tic progre) en cuyo resumen se lee:

These clusters are also correlated with some traditional concepts of race, but the correlations are imperfect because genetic variation tends to be distributed in a continuous, overlapping fashion among populations. Therefore, ancestry, or even race, may in some cases prove useful in the biomedical setting, but direct assessment of disease-related genetic variation will ultimately yield more accurate and beneficial information.
Ajá.

Luego dice que la geografía y las relaciones humanas tienden más o menos a aumentar las diferencias genéticas intergrupales. El caso es que ese es un argumento en los dos sentidos: ya puse el ejemplo del hongerwinter (hambruna holandesa). La variación genética es posible y si es posible no veo por qué hay que meter a la gente en cajitas.

Sigo: que la sociedad sedentaria evolucione más rápidamente que la agreste es una curiosidad que me hace recordar que el proceso de sedentarización es posible que fuera anterior a la revolución neolítica. Aunque este fleco del debate sea interesante no veo qué tiene que ver con decir que los chinos son mejores en matemáticas que el resto.

Darwin. O alguien parecido.
Por encima del texto sobrevuela la idea de tratar a Darwin como si fuera Telepiza (ahora quiero una cuatro quesos y ahora quiero una tropical). Darwin no es el chico de los recados de nadie. Es más, Darwin, lo que viene siendo Darwin, a mí me la trae al pairo. Nada ha hecho tanto daño en la historia como aplicar Darwin a las poblaciones humanas. Hoy tenemos genética, epigenética y una mejor comprensión de la teoría de la evolución de la que pudo tener jamás Darwin. "Es que las sociedades sedentarias producían más comida y la gente se volvió menos violenta porque se adaptaban al medio". Yo diría que las sociedades sedentarias se volvieron más violentas porque la presión demográfica y la maniática de la suegra del rey exigían nuevos territorios. Es otro fleco del debate pero me gustaría que me aclararan si las sociedades pre-neolíticas eran más o menos violentas que las posteriores. Lo de la "adaptación al medio" es algo que suele llevar a error ya que se pasa por alto lo arbitrario de las mutaciones genéticas o cuando son dirigidas (¿a qué medio están adaptados los chihuahuas?).

El ornitorrinco demuestra que Dios tiene sentido del humor (la historia de Job también lo demuestra).
Continúo: tras aplicarme un hombre de paja bien bonito (dice que estoy a favor de "cualquier política migratoria", cuando en mi texto dejo claro que no lo estoy) dice que la mezcla no siempre es buena y como argumento me saca a los judíos asquenazis que precisamente debido a su endogamia tienen problemas como mayor presencia de hemofilia, etc. Ok, punto para mí.

Luego relaciona la migración con la conquista, dice que en la actualidad hay más migración que nunca (cierto) y que históricamente al grupo conquistado le va mal. Yo concretaría que al grupo conquistado le va mal si el conquistador es inglés. Los trasiegos poblacionales —salvo los colonizadores ingleses y en una ocasión los alemanes— no suelen desembocar en el genocidio de la población conquistada. Si bien es cierto que ser conquistado es una faena creo que es mear fuera del tiesto comparar el actual trasiego poblacional con las conquistas del pasado. Comparar el mercadeo de mujeres cristianas en Al-Ándalus con que un somalí se empareje con una sueca es una exageración que probablemente tenga su origen en una inconfesable inseguridad sexual. Además, este argumento de la conquista es el que suelen usar equivocadamente los progres para justificar las puertas abiertas.

Cuando eres una isla al otro lado del mundo se te permiten hacer cosas.
A continuación advierte sobre el peligro electoral y moral de que los sorianos de cuna sean minoría en Soria. El invierno demográfico sin inmigración es una cosa estupenda: IVA del 80%, cero pensiones y Noche de Fiesta en todos los canales. Bromas aparte nadie defiende que no deba haber una preferencia por la población nativa, este es otro hombre de paja que suelen usar los racistas. El debate de la inmigración entre españoles es extraño porque buena parte de nuestra inmigración viene del otro lado del mar y probablemente esa gente que reza a nuestro mismo Dios en nuestro mismo idioma sean nuestros parientes.

Luego nos dice que hay musulmanes que cometen delitos. Ok. Y que sus sociedades son endogámicas, intolerantes y dificiles de asimilar (como la sociedad a la que aspira el racista: oh, cáspita). Después dice desconocer por qué existen afganos de ojos verdes. ¡El misterio de la vida!

Después vuelve a aparecer la curva de Bell. Sí, los negros americanos parecen tener menos inteligencia que los blancos americanos. Y también tienen menos ingresos, más familias desestructuradas, más asuntos con la justicia y viven en un país con una triste historia de racismo anglosajón. Esto es un non-sequitur y algo dificil de explicar: existe relación entre pobreza, alimentación, educación, etc. Y existen tests de inteligencia hechos golpeando la minga contra un teclado. Si hacemos un test de inteligencia a sorianos y palentinos, estoy seguro de que unos son más listos que otros. Es más, habrá más diferencias entre los coruñeses y los gaditanos. ¿Y? Paso de mencionar bibliografía que pone en duda los estudios de inteligencia racial: estoy seguro de que el evangelizador se la conoce al dedillo.

Termino recordando que uno no habla para los contrarios sino para los propios.

Cheerfulness. :D


viernes, 2 de diciembre de 2016

Cómo discutir con racistas

Hay un fenómeno curioso que se produce cuando mucha gente está de acuerdo en un tema: no sabemos si realmente está todo el mundo de acuerdo o si simplemente algunos deciden no discutir. Que las expresiones artísticas y los medios de información refuercen la apariencia de consenso tan solo logra que se oculten todavía más los armarios de la disensión.

Entonces un bendito día alguien abre la puerta de uno de esos armarios y se encuentra con una buena zorrera montada. Los que tenían fe en el poder del consenso se encuentran en un nuevo mundo para el que jamás nadie les había preparado.

Por ejemplo, ¿alguna vez habéis discutido contra un racista? Delante de un micrófono es dificil que alguien se reconozca como racista debido al ostracismo que eso implica y es curioso porque política basada en la identidad de grupo tenemos a espuertas y algunos hasta reciben homenajes. Pero no quiero detenerme en la política española donde ocurre lo que ocurría en la economía cubana: tú haces como que trabajas y yo hago como que te pago. Creo que los problemas más gordos siempre son los que están por venir y la nueva moda política suena a problema para aquellos que delante de un micrófono no nos definimos como racistas (lo de la retranca me lo voy a tener que mirar).

Si de forma aleatoria cogemos a un pepito y lo ponemos a discutir con un evangelizador racista delante de público, el pepito ganará la discusión siempre. Si les quitamos el público el pepito perderá el 90% de las veces. Esto que digo para el tema del racismo sirve para otros muchos temas: toros, aborto, eutanasia, religión en el cole, cámaras en las calles, etc.

Vivimos en una época en la que todo el mundo alberga opiniones y según el apego emocional de cada cual las opiniones serán más o menos fuertes. La mayoría de quienes están contra la tauromaquia no tiene una posición fuerte porque los toros solamente los ha visto por la tele y se la suda bastante el tema. La mayoría de quienes están contra el aborto sí tienen una posición fuerte ya que existe un vínculo emocional que tiene que ver con la moral por motivos religiosos o profesionales (los médicos que están contra el aborto suelen ser activistas). La lista sigue.

Lo que quiero decir con esto es que en España el racismo no es un tema de debate público porque existe un consenso aparente en su contra. Salvo cuatro ONG vinculadas con la inmigración, algunos católicos que van de misiones y grupos ultras que se entretienen con banderitas igual que se podían entretener con Dragones y Mazmorras, el 99% de la población es ajena al tema y si le preguntan tendrá una opinión contraria para que el encuestador le deje en paz. Y después de tirarme a la piscina escribiendo esto con la única ayuda de mi intuición comprobé en los barómetros del CIS que efectivamente el racismo no es considerado un problema por los españoles. Ok.

Aquí no hay ningún racista —paso por alto el asunto del establishment racista que gobierna alguna región de España— y el racismo no es un problema para nadie. Fin del asunto ¿no? Dejemos el tema como sabido y así el pepito que discuta con un evangelizador racista perderá. La gente no está preparada para discutir de racismo porque carece de argumentos, nunca se vio en la necesidad de discutir (podríamos hacer el mismo juego con el asunto del sistema representativo de gobierno, creo que el 90% de la población no tiene argumentos para defenderlo). Por su parte el evangelizador racista es un evangelizador, es un tipo que dedica parte de su tiempo todos los días de su vida a formarse para hacer proselitismo. Nuestro pepito no tiene ninguna oportunidad.

Discutir con un racista

La capitana Sam Cristoforetti de la Aeronautica Militare no sé si es mala aparcando, pero ha viajado al espacio más veces que tú.
Antes que nada está el impulso de llamar racista al racista para insultarle. En toda discusión, si comienzas insultando has perdido. Te quedas a gusto, no digo que no, pero has perdido. También hay que decir que hay racistas a los que que les llamen racista no les importa. Y luego están los sibilinos, los de la escuela progre, que te corregirán y te dirán que no son racistas sino un eufemismo extraño: racialistas, esencialistas, defensores de la biodiversidad humana, etc.

Hay que decir también que no todos los racistas son iguales. Están por ejemplo los nacionalistas negros como Malcolm X que abogaba por una nación independiente para los negros. El nacionalismo blanco es igual pero con los blancos y además tenemos la derivada del supremacismo que son los que consideran que los blancos deben tener una posición de dominio porque así lo dice su historia inventada, su particular dios, los marcianos o lo que creen que es la naturaleza.

Algunos ya os habéis percatado del primer error que he cometido: he asumido el discurso del enemigo desde el primer momento. He aceptado en el anterior párrafo que existen negros y blancos como grupos humanos diferenciados. La realidad es más compleja. Desde el punto de vista de las ciencias puras, hablar de razas del hombre es un error porque lo que existe son variaciones clinales. Efectivamente si tenemos delante a personas con muy diferentes colores en la piel los distinguimos como blancos, negros o chinos. Con dibujos se entiende mejor.

El error sería partir de esto:
En lugar de esto:

Desde el punto de vista exclusivamente científico se acabó el debate. Pero hay que reconocer que este no es desde hace cincuenta años un problema científico sino político y moral. Hay que partir por lo tanto de una situación ruandesa: hay hutus y tutsis, ¿por qué? Porque sí. Parece tonto y lo es pero esta es la base de toda política basada en la identidad de grupo.

Existe un riesgo muy grande a que el debate degenere en qué hacer o cómo comportarse con cada uno de los subgrupos. En ese momento has perdido el debate. Lo único que tiene que hacer el racista para ganar es que su interlocutor incluya entre sus argumentos la existencia de estos subgrupos. "No hay que tratar mal a los afro-seres humanos de color moreno", puede decir el antirracista progre de turno, a lo que el racista le responderá "no digo que haya que tratar mal a nadie". ¿Veis cómo es muy fácil perder? Pero esto es algo que sirve para cualquier debate: usar las palabras del enemigo es perder.

Hay ciertos asuntos en los que se puede poner al racista en un brete. Mi posición de partida, como véis, es una negación frontal de la base de su discurso: la construcción de esos subgrupos humanos es arbitraria. Hay datos más allá de la biología que avalan esto. En Estados Unidos existía la ley de la gota de sangre. Durante la segregación se consideraba negro a quien tuviera una gota de sangre negra. Hubo mucha gente muy blanca que fue legalmente considerada negra (graciosamente nadie propuso una ley de la gota de sangre blanca porque igual había que considerar al 80% de los negros americanos como blancos). Hay algunos estudios sobre la mezcla racial en los Estados Unidos que están cogiendo polvo divinamente.

El profesor Hawking no sé si es un incordio en un pasillo estrecho pero su teoría sobre los agujeros negros revolucionó nuestra forma de estudiar el universo.
Siguiendo la trituración de la división de grupos humanos de forma arbitraria tenemos que no sólo no está claro a qué subgrupo pertenece cada persona sino que tampoco sabemos qué grupos hay. En la época en la que no ser racista estaba mal visto (hace 80 años, que no es nada de tiempo: por muy modernos, cupcake, muffin, fibra óptica y cool que nos creamos todos. La generación de nuestros abuelos o bisabuelos vivía entre gorrinos y tuberculosis. Eso es ayer).

El padre Feijoo investigó el asunto en su monumental Teatro Crítico Universal, concretamente en su tomo séptimo (1736) investigaba el problema del color etiópico. El sacerdote ilustrado se preguntaba por qué los etíopes tenían un color oscuro en la piel y falsaba argumentos comunes de su época, la mayoría relacionados con la religión pero alguno relacionado con el clima y la geografía. Feijoo descartó un montón de argumentos —que hoy todavía circulan— y nos dejó alguna píldora que no está nada mal, como que las diferencias son más aparentes que otra cosa ya que un etíope criado en España era indistinguible en sus modales e inteligencia de cualquier español.

Esto es muy bonito porque tiene que ver con que el prejuicio racial es un fenómeno reciente que tiene su origen entre las clases humildes. Contra lo que se suele leer en las historias marxistas, el conflicto racial no es una invención de los poderosos para dividir a los explotados: ningún poderoso tiene problema alguno con que otro poderoso tenga otro tono de piel. Cuando los ingleses empiezan a tener esclavos en América, en época muy temprana ya aparecen dueños de esclavos sin ascendencia inglesa. En el sur de Estados Unidos había indios y negros dueños de esclavos. Con la revolución haitiana la nueva aristocracia negra hace otro tanto de lo mismo. Cuando dejamos de leer la historia como una lucha de clases aparecen cositas.

De la misma época es el Systema Naturae de Carlos Linneo. En esa obra que inaugura la taxonomía el sueco diferencia cuatro razas del hombre: la europea, la asiática, la africana y la americana. A cada una de estas razas le atribuye características físicas: los europeos son rubios, los americanos tienen pecas, los asiáticos tienen el pelo fosco y los africanos los labios gruesos y la nariz simiesca. No se queda contento y a las características físicas les añade el caracter. Los europeos son ingeniosos, los americanos son alegres, los asiáticos son severos y los africanos son perezosos. Toda taxonomía humana posterior tiene su base en esto y algunas de estas características se convertirán en prejuicios.

Viena, 1908.
Durante el siglo XIX a la gente le entran ganas de usar la ciencia para justificar sus actos ya que la Biblia había perdido una batalla contra la Revolución Francesa. Así, el mito bíblico de las razas del hombre (los hijos de Noé) es sustituido por la poligenesia: cada raza tiene un origen natural diferente en cada continente. Esto servirá para justificar la esclavitud. Hay que decir que ni mucho menos había consenso científico. Entre los antropólogos del XIX encontramos abolicionistas y no abolicionistas. Las siguientes décadas serán testigo de mucha gente que viene a hablar de su libro, con teorías tan científicas como mis zapatos (teorías rechazadas en la propia época).

En todo este camino de categorización de razas humanas la nota dominante es la arbitrariedad. Tenemos por ejemplo la clasificación de Hans Günter no ya de las razas humanas, sino de las razas europeas que fue usada en los libros de texto de la Alemania nazi: la nórdica (Alemania, Escocia y países escandinavos), la fálica (de Westfalia, jeje), la occidental (Inglaterra, Francia, Renania), la dinárica (Baviera, Alpes, Croacia), la oriental (Francia, Alpes, Italia) y la báltica oriental. En los libros de texto escolares cada una de estas razas venía con el dibujo de una calavera (algunas más redondas y otras más cuadradas). De estas razas unas son más pasionales, otras más honestas, etc, según le soplara el viento a Hans.

Varios autores tenían distintos modelos raciales de Europa y de Alemania y competían por ser los nazis más chispeantes del momento. El lío fue tal que la doctrina oficial pasó a considerar la raza alemana sin más fruslerías. Esta raza era la raza suprema y estaba por encima de las demás, con una jerarquía que clasificaba a los eslavos y gitanos como sub-humanos (y por tanto fuera de las razas humanas) y a los judíos los pintaban directamente como ratas (como en el éxito de crítica y público, Der ewige jude, El judío eterno). Este runrún terminó con el aseinato a escala industrial de millones de seres humanos en lo que conocemos como Holocausto.

En este punto el evangelizador racista dirá que él no es nazi y que no quiere matar a nadie, que sacas la tarjeta nazi porque no tienes argumentos. No sólo eso, además te dirá que si hay alguien en contra del genocidio es él y los que opinan como él ya que están en contra del genocidio contra la raza blanca que está teniendo lugar en los países donde aumenta la mezcla racial. Te hablará del invierno demográfico, de delitos cometidos por inmigrantes, del interés de las grandes corporaciones en aumentar la inmigración y de que a los políticos no les importas porque favorecen a los de fuera e imponen un clima (mediante televisión, cine y demás medios) en el que no se pueden discutir estas cosas. Un clima de discurso hegemónico que llaman "marxismo cultural" al que quieren que el resto del mundo les llame así.
Creo que en este punto del debate se produce una separación en función de si el no racista es progre o no. El progre dirá cosas como que todo el mundo tiene derecho infinito a todo, que la inquisición española mató a millones de indios en América, que la culpa de la inmigración (nótese "culpa" de la inmigración) la tiene el colonialismo, que las multinacionales que quieren ganar dinero producen pobreza y que este año no habrá función de Navidad en el colegio para no discriminar a los niños multirreligiosos humanos que se merecen todo nuestro respeto.

Insisto: eso de ahí es lo que contestaría el progre metafísico. Pero aquí no somos progres. Hay una historia muy bonita y poco explorada sobre los antifascistas no comunistas de antes de la guerra. El padre de la familia Von Trapp no parece un agente de Moscú pero lamentablemente, dinero de Moscú por medio, los intelectuales europeos, parte de los americanos y los movimientos sociales y artísticos fueron copados por tontos útiles. Poquito a poco los que merecían la pena fueron cayendo del guindo pero todavía quedan los rescoldos de relacionar fascismo con anticomunismo. Hace veinticinco siglos cualquier griego listo te desmontaba este silogismo pero hoy no hay filtros y la información se expande como balsa de aceite ya sea ésta veraz o degenerada.

Fotograma con 0% de comunismo.
Yo quiero que todo el mundo viaje libremente por todo el mundo. Que viaje, que estudie, que trabaje, que busque tesoros submarinos, que cace vampiros, etc. Que todo el mundo pueda entrar en la casa de todo el mundo e incluso apalancarse toda la vida en el sofá. Ahora bien, que antes llame a la puerta.

La evolución demográfica de Europa no es una crisis. Una crisis es algo de lo que se sale. El invierno demográfico es crónico y aunque se retomara la tasa de reemplazo habría una zanja temporal en la que se seguiría necesitando gente. La historia ha demostrado que los países que se cierran al mundo exterior se quedan atrás y tal como tenemos montado el sistema, incluso por egoísmo, necesitamos gente joven. Esta supuesta invasión peligrosísima es la excusa que lava la cara al prejuicio. El caso es que hay datos que faltan en este punto del debate: primero, la UE o Canadá no tienen una política de puertas abiertas. No es que sean el Reich australiano con sus discretos campos de concentración en Nauru, pero aquí no entra cualquiera de cualquier forma. Son miles los deportados cada año, ejército y policía pelean contra las mafias de tráfico de personas, tenemos normativas nacionales y europeas y esto no es Jauja.

En segundo lugar, el flujo de inmigración global no existe tan solo de África y Oriente Medio hacia Europa. En esa parte desconocida del mundo donde viven la inmensa mayoría de seres humanos también hay flujos de migración. No, no existe ninguna conspiración mundial que pretenda hacer más mestizos a los países de Europa Occidental, la causa de que tengamos esta inmigración y no inmigración malaya o sueca en todo caso es de la geografía: a las costas europeas las separa del continente afircano una lengua de agua (por cierto, ¿los moros son de raza mora? ¿Los afganos de ojos verdes también?).

Metidos en el asunto de la inmigración el asunto de las razas se diluye. Aunque existe una realimentación entre Estados Unidos y Europa sobre este tema me parece que hay que separarlos. La inmigración hispana (o española) a Estados Unidos es especial ya que junto a los descendientes de los nativos americanos que sobrevivieron al genocidio de los anglosajones (toma razas) ellos son la población original del oeste de Estados Unidos. No es que los hispanos crucen la frontera es que la frontera les cruzó a ellos, que es distinto. Volviendo a Europa, no se trata tanto de la diferencia racial sino de la religiosa, moral, educativa y de costumbres. Aquí la excusa para el prejuicio es que los moros tienen una religión diferente. Y esto te lo dice gente que sólo va a misa si después sabe que se puede emborrachar en una fiesta.

Wat Rong Khun es un templo budista e hinduista que hay en Tailandia.
Aquí entramos en el tema de la morisma. La de expertos en estudios coránicos que hay, Abu Bakr estaría orgulloso (bueno, en la época de Abu Bakr no existía el Corán. De hecho me gustaría saber si alguien en la batalla de Guadalete decía "Alá", porque para mí que la población cristiana del norte de África hablaba latín vulgar).

Si toda la información que te llega sobre el islam es a través de filtros prejuiciosos, toda la información que tendrás será prejuiciosa. Tenemos una tendencia natural a comparar las cosas que no se conocen con las cosas que se conocen y al islam se le atribuyen características del cristianismo. La relación más tonta que veo es la que se establece entre Corán y Biblia. "El Corán es el libro sagrado de los musulmanes igual que la Biblia lo es de los cristianos, pero los musulmanes radicales se lo toman al pie de la letra". No hay peor mentira que una medio verdad (o una estadística). El Corán no es solamente un libro religioso. El Corán es un libro de autoayuda, es un código de leyes, es un compendio de costumbres, es un manual para crear una sociedad que tuvo una utilidad práctica en su momento: cuando se compiló, el califato era tan heterogéneo y ya contaba con las experiencias de las primeras fitnas que lo que se buscaba era la homogeneización, el sometimiento de sectas y lealtades ajenas a la del califa. ¿Qué ocurrió? Que no cumplió exactamente su cometido ya que el sustrato de rencillas que existía en tan vasto territorio le ganó la partida. Así, desde época muy temprana aparecen en el islam diferentes ramas. Estas diferentes ramas no se parecen a las diferentes ramas del cristianismo (dejemos ya de comparar con el cristianismo, todas las sectas cristianas tienen el concepto de iglesia, un concepto que implica la intermediación de los hombres y por tanto su falibilidad, los musulmanes carecen de instituciones intermedias entre el hombre y dios y por lo tanto operan con el concepto de la infalibilidad. Bueno, en puridad los chiítas tienen instituciones intermedias).

Faltaría más que tuviera un problema con que se critique al islam. Mi problema aparece cuando se considera al islam un todo único y homogéneo. En otros escritos ya hablé del tema así que no me enrollo. Pero vamos, el islam, como toda doctrina, puede servir de excusa para cualquier cosa. Luego están los ibadis, que como no se meten con nadie, nadie habla de ellos y son religión oficial en la única monarquía absoluta que sigue existiendo sobre la Tierra. Y los drusos, que tradicionalmente fueron considerados musulmanes hasta que un califa egipcio decidió que no e intentó matarlos a todos (hoy sirven en el ejército israelí, ya que con el Líbano es el único país de la zona que no los persigue). Lo que predomina en la historia del islam, aparte del secuestro de esclavas cristianas, son los conflictos internos. El secular conflicto turco-árabe nunca les ayudó a desarrollarse (occidentalizarse) y tras la descolonización de posguerra nos encontramos a vendedores de camellos con armas automáticas. ¡Buen trabajo, islam!

Supongo que el prejuicio y odio a lo foráneo no se limita a lo religioso, el problema es que sus costumbres son árabes. Al racista se le podría decir que hay cristianos que rezan el Padrenuestro en árabe antes de que su aldea levantara la primera ermita. La Iglesia Católica Oriental, con sede en el Líbano, utiliza el árabe para la liturgia y está en plena comunión con Roma. Estas pequeñas cosas no se conocen si uno no sale de su burbujita endogámica.

La curva de Bell

Alejandro Dumas, no se si escuchaba rap pero escribió libros de aventuras que se siguen leyendo doscientos años después.
Si tenéis mala suerte y os toca debatir con un racista del subgrupo pesado, os lanzará a la cara estadísticas de inteligencia por razas. En concreto os tratará de llevar a su terreno anticatólico (con perdón) con alguna obra derivada del libro de 1994 "La curva de Bell". Este polémico libro se trata de un estudio de inteligencia que retomó para la prensa y el público general lo que para la ciencia es un obsoleto debate entre caracteres adquiridos o innatos. En él, los negros americanos puntuaban peor en inteligencia que los americanos de piel blanca o rosadita. El problema de las estadísticas es que puedes formular las preguntas para tener los resultados que quieras. El libro ha sido descartado por los gurús científicos docenas de veces (e incluso a veces con críticas tan manipulativas como el propio libro). Me parece muy curioso que sigan usando esto para justificar la separación racial porque conocemos la epigenética desde bastante antes de la aparición del libro. Y de aquí saltamos a los Países Bajos, en el invierno de 1944. :)

Hongerwinter

Holanda era uno de esos países que los nazis ocuparon de forma blandita, como Dinamarca, pero cuando los ejércitos de la democracia avanzaron hacia sus fronteras los holandeses empezaron a pasarlas todavía más canutas. La operación Market Garden pretendía ser un movimiento audaz que liberara los puertos del país para las tropas británicas y para llevar a cabo el plan, los sindicatos de transporte holandeses se pusieron en huelga para perjudicar la defensa alemana. Los ingleses fallaron y los alemanes se vengaron de los holandeses imponiendo un embargo a los transportes de comida. A esto se le sumaba que los alemanes inundaban los campos de labranza abriendo las esclusas de los estuarios para empantanar el avance aliado. Se calcula que durante aquel invierno de 1944 murieron casi 20.000 holandeses de hambre. Y los que no morían estaban en condiciones de malnutrición severa.

La hambruna fue tal que sus efectos se siguieron viendo varias generaciones después. De hecho, daba la casualidad de que Holanda era un sitio donde había muchos investigadores y médicos que de forma abrupta cayó a niveles calóricos peores que los del Tercer Mundo y por tanto tenemos muchos datos y mucho seguimiento de los efectos de esa hambruna. No solamente los niños que nacieron aquel invierno tuvieron problemas de salud, sino menores tallas y lo que es más desopilante, sus hijos también tuvieron menores tallas. Factores medioambientales determinan la expresión genética. Oh, sielos Leonsio.


El Dr. Daniel Hal Williams, no sé si comía sandías pero fue pionero en la cirugía del pericardio en el Chicago de finales del XIX.
El argumento que más me gusta

A pesar de todo lo dicho el argumento que más me gusta es uno que está emparentado con la Ley de los Grandes Números. Veréis: podemos dividir a la humanidad en distintos grandes subgrupos basados en diferencias arbitrarias que siempre se encontrarán más diferencias intragrupo que intergrupo. Bum.

Por último está el argumento egoísta que tiene que ver con el trasplante de órganos y la donación de sangre. Bum, bum.