En aras de contribuir a tender puentes entre diferentes posiciones políticas hoy enfrentadas y teniendo en cuenta que sin un nuevo ejecutivo en España nuestro crédito internacional se resentirá y podemos enfrentarnos a futuras sanciones desde Bruselas por no presentar planes de estabilidad presupuestaria, creo que es un servicio público dotar a la clase política de más opciones de cara a constituir un gabinete. Creo que entre las nuevas opciones a presentar hay que buscar una dificil combinación de perfiles transversales, que puedan ser aceptados por la mayoría, y a la vez creíbles en sus políticas.
Transversales y creíbles, estas son mis propuestas sin orden de prioridad:
1.- El bacilo
Decir "el bacilo" no da mucha información, lo reconozco. Los bacilos incluyen a todas las bacterias con forma alargada, con lo que proponer de candidato a "un bacilo" viene a ser lo mismo que proponer a "un Kennedy", nos referimos a un género o familia.
Pros: gran popularidad, fuertes en políticas de igualdad, mínima manutención, no necesitan chófer.
Contras: darían las ruedas de prensa a través de un microscopio si pudieran comunicarse con nosostros, pueden provocar fallos multiorgánicos, vómitos y diarrea.
2.- Kaiju
Un bonito kaiju de doscientos metros de altura que habita en las fosas abisales tiene serias opciones de ganarse al electorado. Un candidato antediluviano capaz de destruir rascacierlos a bofetadas y de lanzar plasma radiactivo por la boca resultará una baza a la hora de discutir el objetivo de déficit para los próximos ejercicios. Ciertamente en Bruselas tendrán que reformar el edificio donde se reúne el Consejo, pero la mitad de la obra ya la haría nuestro nuevo presidente simplemente sentándose sobre el actual edificio.
Pros: convincente respuesta a la amenaza yihadista a la vez que defiende una política de fronteras abiertas, obtendría el respaldo de los ecologistas ya que se alimenta de centrales nucleares.
Contras: problemas de control del estrés, brazos cortos.
3.- Abominación de Eldritch
El horror que adquiere forma y no se rige por las leyes de nuestro universo físico, cuya sola presencia invoca la pérdida de cordura, es alguien/algo que no podemos descartar. Su eterno viaje por distintos universos y su presencia al mismo tiempo en el pasado y el presente rompe las reglas de la lógica y hace que nos replanteemos el significado del concepto de existir mientras devora la realidad
Pros: provoca positivos debates filosóficos sobre los conceptos de realidad y verdad, provoca positivos debates científicos sobre los conceptos de tiempo y espacio.
Contras: incognoscible, personifica las pesadillas conjuntas de los vivos y los muertos de nuestro mundo y otros mundos, tiene una sospechosa amistad personal con Roures.
4.- Estrella moribunda
Algo poético, lírico: una estrella moribunda. La vida que conocemos con las leyes físicas compartidas por el universo visible es posible gracias a la muerte de estrellas. Una vez que una estrella agota su combustible, las reacciones de fusión de su interior comienzan a requerir elementos cada vez más pesados, creando como residuo elementos todavía más pesados. Somos polvo de estrellas, dicen los astrofísicos-poetas, estamos hechos de residuo de reacciones termonucleares de un pasado ignoto, es bonito, no me digáis que no.
Pros: cualquiera con un telescopio podría ver en todo momento al presidente, incansable, insobornable, su expulsión de elementos pesados crea nubes incandescentes de gases de diferentes colores que son un espectáculo impagable y a la vez gratuito para todo el mundo.
Contras: dependiendo de la masa de la estrella puede ser una legislatura corta con varios resultados posibles entre los que se encuentra el agujero negro (nuestro presidente absorbería todo intento de comunicación con él y jamás respondería (aunque ya sabemos lo que es tener un presidente gallego)) y el estallido de rayos gamma. Si toca estallido de rayos gamma y nuestro presidente se encuentra en nuestra galaxia, puede que acabe con el paro en nuestro país de un plumazo, y con el país, y con el planeta, y con todos los posibles planetas habitados de la galaxia.
5.- Cerebro electrónico
Como dice la canción de Los Punsetes: ya están aquí los tecnócratas con sus estrategias asépticas. ¿Reducir el deficit mientras se suben las pensiones? Hecho. ¿Abaratar la luz mientras se reduce la importación de petróleo? Pan comido. ¿Vivienda para todos? Pide por esa boquita. ¿Pleno empleo con seguridad y grandes salarios? Chupado. Un supercerebro electrónico puede resolver en microsegundos todos los grandes problemas del país siempre y cuando no hagamos preguntas.
Pros: insobornable, incorruptible, infatigable, puede gobernar en segundo plano mientras juega contigo al ajedrez.
Contras: su autoconsciencia mecanoide le dictará que el curso lógico de acción es eliminar el factor humano.
6.- Julio César
Vivimos en una época en la que necesitamos recuperar modelos positivos para la juventud. Hemos sustituido el liderazgo carismático por un gallináceo parlamentarismo que nos lleva a repetir elecciones mientras prevalecen los discursos partidistas. Es hora de un líder que haya demostrado su valía en batalla al tiempo que sea popular entre la plebe. Adorado por sus legiones y temido por sus enemigos, Cayo Julio César puede ser el presidente que necesitamos en este tiempo de incertidumbre.
Pros: lleva la gloria a Roma, llena las arcas del estado con sus conquistas, aplasta franceses.
Contras: su epilepsia requiere supervisión médica, lleva dos mil años muerto.
7.- Leopard 2E
Preparado para el combate en ambiente urbano y semiurbano, sus 1.500 caballos de potencia y su cañón de 120 mm son capaces de responder con precisión y audacia a cualquier pregunta incómoda de la oposición. Sesenta toneladas de ingeniería hispanogermana con 16 lanzagranadas laterales capaces de destruir posiciones extremistas a izquierda y derecha, un presidente de consenso ubicado en la centralidad del campo de batalla político.
Pros: lo fabricamos en España con lo que tenemos repuestos a mano, ¿he mencionado su cañón de 120 mm?, telémetro láser, preparado para la guerra química y biológica gracias a su sistema de presión atmosférica independiente, puede destruir a sus enemigos y luego aplastar sus cadáveres humeantes. Lo hay en varios colores.
Contras: sus 550 km de autonomía demandan disponer de la red ferroviaria para su transporte y os recuerdo que eso significa acudir a Renfe.
8.- Vigo Von Homburg Deutschendorf
¿Os acordáis de Amadeo de Saboya? No sería la primera vez que encontramos un líder entre las casas reinantes de Europa para dejar a un lado las discusiones partidistas. El lema de Vigo el Cárpato "la muerte no es sino una puerta, el tiempo no es sino una ventana, volveré" es la promesa mesiánica de un fénix redentor. Con experiencia de gobierno demostrada en su reino de Rutenia carpática donde se ganó el apelativo de "azote de los Cárpatos" y su éxito en la conquista moldava donde sumó el de "tristeza de Moldavia", es una garantía de que en los peores momentos puedes contar con él. Puede que haya sido tachado de maníaco, lunático, homicida, sociópata e impío pero el resto de jefes de gobierno de la UE son tachados de lo mismo, así que no importa.
Pros: conocimiento de artes arcanas, su combate contra los otomanos indica que el tema yihadista lo tiene clarinete, líder europeísta, que en el Castillo del Dolor se sentase en un trono de sangre puede ganar el voto de los artistas de vanguardia y los funcionarios. Está en contra del aborto ya que necesita poseer bebés para perpetuar su estirpe maldita.
Contras: por sacarle algún fallo, que te conozcan como torturador y sacrílego exige una potente campaña de relaciones públicas.
9.- Meteorito
Tengo una especial inclinación por el meteorito. Con la masa adecuada su impacto contra la Moncloa a miles de kilómetros por hora es capaz de penetrar la corteza terrestre precipitando terremotos, maremotos y el estallido de volcanes. Su efecto puede ser similar a la de muchas bombas atómicas pero sin dejar esa incómoda radiación que arrasa con la vida en el planeta.
Pros: fuerte en políticas de igualdad, nada lo puede detener, mientras se aproxima a la Tierra su reflejo del sol puede iluminar la noche (¿qué otro presidente haría eso por nosotros?), acaba con las enfermedades y el separatismo.
Contras: le afecta el calentamiento aerodinámico.
10.- Urbano II
Los principales problemas del país son el desempleo, el ajuste presupuestario, el separatismo, la consrucción europea y el terrorismo yihadista. Urbano II es capaz de resolver todos esos problemas con un programa de gobierno cuyo único punto sea emprender las cruzadas. Armar el ejército de Cristo emplearía a miles de desempleados, controlar las rutas comerciales de oriente aumentaría la recaudación sin elevar los impuestos, los separatistas que se quieran ir podrían formar su reino en Tierra Santa, este nuevo reino expandiría las fronteras de la UE y sobre el asunto del yihadismo no me hagáis hablar.
Pros: Deus vult!
Contras: Deus vult!
viernes, 29 de julio de 2016
miércoles, 27 de julio de 2016
La guerra en casa
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Toca hablar de la ola de atentados terroristas en Europa porque no hablar de ello no hará que desaparezca. Ola de atentados en nuestra casa que no deja de ser una extensión o un frente más de la Guerra Infinita que está arrasando Oriente Medio y que tiene frentes colaterales en el golfo de Guinea y el estrecho de Adén (por cierto, se comenta poco que la guerra de Yemen se está librando dentro del territorio saudí).
Sin quitar hierro a a la gravedad del asunto hay varias reflexiones pertinentes que hacer. Está el tema del fracaso que evidencia recurrir al terrorismo. Todo grupo extremista que actúa en la sombra es por definición irrelevante. Si no tienes el recurso de exponer tus reivindicaciones abiertamente y sólo recurres al terror es que asumes que estás perdiendo. Ningún grupo terrorista a lo largo de la historia logró nada mediante el terror.
Tirando de este hilo a mí me gustaría ver información sobre la cantidad de atentados abortados en los últimos meses, la cantidad de personas detenidas y las células desactivadas. Sólo damos importancia al terrorismo cuando comete alguna carnicería, pero no se la damos tanto cuando los servicios de seguridad cumplen su trabajo rutinario. En Francia en estos días se acusa al gobierno de "fumarse un puro y leer el Marca" de forma un tanto injusta. La acción de los equipos antiterroristas no variaría mucho con otro gobierno. Es una actividad poco agradecida, que normalmente exige cooperación internacional y que contradice a quienes proclaman que estamos indefensos. Ahí está la célula desactivada que pretendía atentar en Düsseldorf, un atentado frustrado en Túnez, las detenciones en Bruselas y París de marzo de este año, o los terroristas del Daesh detenidos por Marruecos en Casablanca y Tetuán. Aquí en España, por ejemplo en Ceuta, se detienen terroristas prácticamente cada mes desde hace muchos años (esto, esto otro, esto de 2009, etc) en la otra zona de gran presencia musulmana en España tenemos estas detenciones fresquísimas.
Ante el discurso habitual que veo se produce con insistencia incremental cada vez que estos salvajes matan a unas amas de casa o a unos chavales en una discoteca y que nos viene a decir que "las autoridades no hacen nada" el discurso contrario de que eso no es así, que nuestros servicios de inteligencia y policiales funcionan, es poco atractivo. Cada semana que pasa se van puliendo las aristas del discurso de la gente a la que más logran amedrentar estos salvajes: el gobierno no hace nada, la policía tiene las manos atadas, hace falta mano dura, no hay que dejar entrar a moros en el país, etc.
Si criticamos (separamos, analizamos) cada una de las grandes ideas-fuerza de quienes más gritan "¡mano dura!" veremos que la mitad son consignas de grupos políticos en funcionamiento (en Francia, Alemania y otros países espolvoreados de suburbios tumorales), otras proclamas —"¡nadie hace nada!"— provienen del desconocimiento: todos los días miles de agentes están trabajando para destruir a los bárbaros. Las alusiones a la famosa "mano dura" no parecen sostenerse: Marruecos es un país donde los detenidos por terrorismo no tienen precisamente tele por cable ni almohadas blanditas y el ratio éxito/fracaso de las células terroristas es similar al de países europeos donde se deja actuar a sus anchas a los ecologistas de los derechos humanos y el tofú.
Respecto a lo de no dejar entrar a los moros, que es el hit desde la moda de los solicitantes de asilo, el problema que veo es que muchos de los terroristas ni eran refugiados ni inmigrantes, sino mozalbetes criados y educados en Francia, Reino Unido, Alemania, etc. Chavales normalmente criados en el racismo (por tener un apellido árabe se creen diferentes o por ser de religión extravagante), en esos barrios multiculturales donde sacarse el graduado o pagar impuestos nunca estuvo de moda. Suburbios de aluvión donde la policía local no se puede meter porque les rompen el coche. Los que martirizaron a un anciano sacerdote en Normandía tenían 19 y 17 años, el del machete en el tren de Würzburgo tenía 17 años, el que se puso a disparar a los peatones en la capital de mi querida Baviera tenía 18 años. Sí, alguno de estos era recién llegado desde los pozos de barbarie de Oriente Medio, pero no es el perfil constante.
Pero si el discurso de quienes están aterrados es discutible (y en parte explicable por interés político), lo es mucho más el discurso de quienes no están aterrados y miran estos atentados como lo haría una peonza. En las últimas semanas ya he leído que la culpa de estas carnicerías es del capitalismo, de los videojuegos, del bullying, etc. Los progres de salón señalan a todas partes excepto a la más evidente: si un fulano mata a otro fulano gritando que Dios es el más grande, tal vez, sólo tal vez, la culpa no es de los videojuegos sino en primer término suya y en segundo término de quienes expanden y sostienen su doctrina de odio.
Yo —todavía, mañana ya veremos— defiendo una idea nada atractiva: el terrorismo de estos bárbaros no surge directamente de lo que entendemos por islam sino de la ideología política que se inspira en el islam, el islamismo. El islamismo habría que entenderlo como una doctrina totalitaria cuyo fin de reunir bajo un califato a toda la comunidad de creyentes es incompatible con el resto de ideas y formas políticas del planeta. Se podría hacer cierta comparación con otra ideología basada en el odio y la exclusión a nuestro sistema de libertades: el comunismo. El fin último del comunismo es la desaparición de los estados y el dominio y empobrecimiento de todo el planeta por parte de una cúpula privilegiada. El comunismo tuvo y tiene su expresión en actos terroristas y el islamismo hace lo mismo.
¿Cómo logramos hacer perder ímpetu al comunismo y transformarlo en una idea rancia y cambiada (feminismo, animalismo, lol)? Hay varias teorías al respecto pero yo me ciño a la principal: el sistema comunista se carga la innovación y el esfuerzo. El modelo ideológico comunista que fue el Imperio del Mal, no pudo competir con el mundo libre. Esforzado en fabricar misiles nucleares bien gordos fue incapaz al mismo tiempo de evitar que el plátano fuera un producto de lujo en sus grises economatos. La televisión por satélite hizo el resto.
Ahora bien, no ignoro que la misma lección no acaba de servir a nuestro propósito de vencer al islamismo. Pero sí hay una pequeña nota a pie de página: para acabar con el comunismo fue fundamental acabar con su modelo ideológico, la Unión Soviética. De la misma manera vencer al islamismo supone acabar con todos los estados que tienen un régimen islamista. ¿Alguien cree que Hezbolá puede seguir atacándonos en Israel sin un gobierno islamista en Irán? Pues lo mismo con todos los grupos patrocinados o permitidos por las satrapías del Pérsico.
Y con esto volvemos a la eterna discusión desde la vergonzosa retirada de las tropas internacionales de Irak. ¿Cuál es la mejor manera de terminar la Guerra Infinita? ¿Qué coste estamos dispestos a asumir? ¿Qué estrategia debemos seguir? Esta reflexión va más allá de la pura respuesta militar, tiene que ver con la extension de nuestro modelo de sociedad. En los años 40 y 50 todos los estados de oriente medio imitaban los modos occidentales y miramos a otro lado cuando militarotes con ínfulas nos dieron garantías de frenar al comunismo y garantizar el flujo de la especia. Esos militarotes dejaron como única alternativa creíble a tipos con trapos de cocina en la cabeza que no creían que la Geografía y las Matemáticas fueran provechosas.
Si los ecologistas nos dan su permiso, hoy podemos producir especia melange en nuestro jardín. Hoy al contrario que ayer no hay un modelo enemigo cuya expansión temer (¿el autoritarismo ruso tercermundista? No creo que sea un modelo). Hoy tenemos comunicaciones globales inmediatas que nos dan capacidad de propaganda. Por contra, diríase que hoy también parece que valoramos más los riesgos.
Lo que quiero decir con todo esto es que disminuir los atentados en occidente pasa por eliminar la fuente de odio y propaganda que opera en Oriente Medio y en los suburbios occidentales que parecen Oriente Medio. Esto a su vez pasa por desterrar esa perniciosa idea que nos vende que el modelo de sociedad civilizada compite en la misma liga que una sociedad bárbara. Vamos, ni de coña. Y por eso mismo no podemos permitir que existan burbujas de barbarie en mitad de la civilización (insisto: muchos de los terroristas son mozalbetes criados aquí).
No me acuerdo qué obra era que contaba la anécdota de Alejandor el Grande departiendo con algún sátrapa oriental y el autor (premoderno) no ponía a los dos a la misma altura. Eso lo hemos perdido y tenemos que recuperarlo. Y ojo, que al recuperarlo será necesario insistir con que vivimos en nuestro mejor momento, cosa que no gustará a los agoreros autóctonos.
Sin quitar hierro a a la gravedad del asunto hay varias reflexiones pertinentes que hacer. Está el tema del fracaso que evidencia recurrir al terrorismo. Todo grupo extremista que actúa en la sombra es por definición irrelevante. Si no tienes el recurso de exponer tus reivindicaciones abiertamente y sólo recurres al terror es que asumes que estás perdiendo. Ningún grupo terrorista a lo largo de la historia logró nada mediante el terror.
Tirando de este hilo a mí me gustaría ver información sobre la cantidad de atentados abortados en los últimos meses, la cantidad de personas detenidas y las células desactivadas. Sólo damos importancia al terrorismo cuando comete alguna carnicería, pero no se la damos tanto cuando los servicios de seguridad cumplen su trabajo rutinario. En Francia en estos días se acusa al gobierno de "fumarse un puro y leer el Marca" de forma un tanto injusta. La acción de los equipos antiterroristas no variaría mucho con otro gobierno. Es una actividad poco agradecida, que normalmente exige cooperación internacional y que contradice a quienes proclaman que estamos indefensos. Ahí está la célula desactivada que pretendía atentar en Düsseldorf, un atentado frustrado en Túnez, las detenciones en Bruselas y París de marzo de este año, o los terroristas del Daesh detenidos por Marruecos en Casablanca y Tetuán. Aquí en España, por ejemplo en Ceuta, se detienen terroristas prácticamente cada mes desde hace muchos años (esto, esto otro, esto de 2009, etc) en la otra zona de gran presencia musulmana en España tenemos estas detenciones fresquísimas.
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Una detención en L'Hospitalet. |
Si criticamos (separamos, analizamos) cada una de las grandes ideas-fuerza de quienes más gritan "¡mano dura!" veremos que la mitad son consignas de grupos políticos en funcionamiento (en Francia, Alemania y otros países espolvoreados de suburbios tumorales), otras proclamas —"¡nadie hace nada!"— provienen del desconocimiento: todos los días miles de agentes están trabajando para destruir a los bárbaros. Las alusiones a la famosa "mano dura" no parecen sostenerse: Marruecos es un país donde los detenidos por terrorismo no tienen precisamente tele por cable ni almohadas blanditas y el ratio éxito/fracaso de las células terroristas es similar al de países europeos donde se deja actuar a sus anchas a los ecologistas de los derechos humanos y el tofú.
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Siempre y cuando no seas saharaui, no denuncies las torturas, no critiques al rey o seas... mujer. |
Pero si el discurso de quienes están aterrados es discutible (y en parte explicable por interés político), lo es mucho más el discurso de quienes no están aterrados y miran estos atentados como lo haría una peonza. En las últimas semanas ya he leído que la culpa de estas carnicerías es del capitalismo, de los videojuegos, del bullying, etc. Los progres de salón señalan a todas partes excepto a la más evidente: si un fulano mata a otro fulano gritando que Dios es el más grande, tal vez, sólo tal vez, la culpa no es de los videojuegos sino en primer término suya y en segundo término de quienes expanden y sostienen su doctrina de odio.
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¿Los videojuegos de hacer granjas están provocando que todo el mundo quiera ser granjero? |
¿Cómo logramos hacer perder ímpetu al comunismo y transformarlo en una idea rancia y cambiada (feminismo, animalismo, lol)? Hay varias teorías al respecto pero yo me ciño a la principal: el sistema comunista se carga la innovación y el esfuerzo. El modelo ideológico comunista que fue el Imperio del Mal, no pudo competir con el mundo libre. Esforzado en fabricar misiles nucleares bien gordos fue incapaz al mismo tiempo de evitar que el plátano fuera un producto de lujo en sus grises economatos. La televisión por satélite hizo el resto.
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Festival Monsters of Rock, Moscú, 1991. |
Y con esto volvemos a la eterna discusión desde la vergonzosa retirada de las tropas internacionales de Irak. ¿Cuál es la mejor manera de terminar la Guerra Infinita? ¿Qué coste estamos dispestos a asumir? ¿Qué estrategia debemos seguir? Esta reflexión va más allá de la pura respuesta militar, tiene que ver con la extension de nuestro modelo de sociedad. En los años 40 y 50 todos los estados de oriente medio imitaban los modos occidentales y miramos a otro lado cuando militarotes con ínfulas nos dieron garantías de frenar al comunismo y garantizar el flujo de la especia. Esos militarotes dejaron como única alternativa creíble a tipos con trapos de cocina en la cabeza que no creían que la Geografía y las Matemáticas fueran provechosas.
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La teoría. |
Lo que quiero decir con todo esto es que disminuir los atentados en occidente pasa por eliminar la fuente de odio y propaganda que opera en Oriente Medio y en los suburbios occidentales que parecen Oriente Medio. Esto a su vez pasa por desterrar esa perniciosa idea que nos vende que el modelo de sociedad civilizada compite en la misma liga que una sociedad bárbara. Vamos, ni de coña. Y por eso mismo no podemos permitir que existan burbujas de barbarie en mitad de la civilización (insisto: muchos de los terroristas son mozalbetes criados aquí).
No me acuerdo qué obra era que contaba la anécdota de Alejandor el Grande departiendo con algún sátrapa oriental y el autor (premoderno) no ponía a los dos a la misma altura. Eso lo hemos perdido y tenemos que recuperarlo. Y ojo, que al recuperarlo será necesario insistir con que vivimos en nuestro mejor momento, cosa que no gustará a los agoreros autóctonos.
jueves, 21 de julio de 2016
Sobre los nombres de los grupos parlamentarios
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Esto puede sonar extraño pero al nadar en el peligroso océano de las palabras-fetiche no deja de tener su importancia. La gente concede poderes mágicos a las palabras y cuando no se profundiza la apariencia es lo único que cuenta. Especialmente en el ámbito político juzgamos a un libro por sus tapas. La apariencia, la imagen, la estética, los ritos que acompañan a los grupos humanos son lo que define a los grupos y no su actuación o su verdadero discurso. Por ello se debe juzgar críticamente su apariencia.
El nombre de un grupo parlamentario es una etiqueta tras la que se agrupan diputados por su afinidad partidista. Los grupos sirven para organizar la actividad de una cámara: tiempos del debate, puestos en comisiones, etc. En realidad lo que más importa a los partidos son las subvenciones públicas que reciben al formar grupo y según el número de escaños del grupo. Poco problema hay en ello: si los partidos políticos no recibieran subvenciones la actividad política sería más reducida y menos representativa con las disfunciones que ello conlleva.
El problema aquí no es la subvención (aunque podríamos discutir sobre si grupos políticos que persiguen la desaparición del estado deben recibir dinero del estado (el debate sería si se debe permitir que se presenten a elecciones)), sino el nombre de los grupos. Tal vez pueda parecer cuestión baladí, poco importa el color del coche si el coche arranca, pero con una realidad formada por innumerables cuestiones baladíes, al final del día no deja de tener su importancia.
Y me refiero en concreto a los nombres de los grupos que incluyen gentilicios. Esta perniciosa costumbre que afecta negativamente a la calidad del debate público tiene su origen en las Cortes Constituyentes que a su vez buscaban sus referencias en los grupos de las cortes republicanas ("Minoría Vasco-Navarra" en 1931, grupo del PNV y carlistas). El problema de decir Grupo Parlamentario Catalán y Grupo Parlamentario Vasco es que el Congreso no es una cámara de representación territorial. Además si el grupo catalán está formado por un partido y hay más partidos que se presentaron en las provincias de esa región, empieza a operar en las mentes débiles la relación entre ese partido y esa región, pasando el resto de diputados de esa región a no ser exactamente de esa región.
Puede que en Coruscant este sea un detalle sin importancia, una concesión a la estética, una tradición inocente, pero en el Borde Exterior de la galaxia donde la lucha por el significado de as palabras es constante este tipo de "inocentes concesiones" son derrotas para los leales. Tradicionalmente la política en la capital trata con las minorías exteriores ninguneando a las mayorías leales de esos mismos lugares y eso es un error. Dar por seguro el apoyo de tu aliado para contentar a quien nunca va a estar contento es una tradición política en España... que jamás funcionó.
El problema de los grupos excluyentes es que su actividad política no se centra contra una idea nebulosa de España sino por la preeminencia de su discurso en su región de origen. El centro de su actividad es la creación de barreras invisibles entre los ciudadanos, la creación de un nosotros y un ellos. El problema, insisto, es que ese "ellos" no está a cientos de kilómetros, sino en las mismas calles de esa región. Que en la capital se hagan alegres concesiones por muy inocentes o baladíes que puedan parecer es una derrota para los leales.
Grupo Vasco o Grupo Catalán son concesiones gratuitas que se pueden parar de forma sencilla pero no se paran. Y mientras tanto, quienes hacen apología de la diferencia engordan esa subrepticia identificación entre su grupo político y la región en la que se presentan. Así por ejemplo tenemos copados los días de exaltación provinciana (¿por qué existen días nacionales autonómicos?) por grupos nacionalistas que actúan imponiendo su exclusión, instrumentalizando símbolos, reescribiendo la historia y extendiendo el odio hacia quienes creen distintos.
Una cosa es reconocer la pluralidad (en España tenemos varias lenguas y educación universal, con lo que hace falta cuadrar las cosas) y otra muy distinta que este reconocimiento sólo vaya en una dirección: en la dirección de extremar la diferencia y aceptar veladamente que los excluyentes tienen razón.
La mayor resistencia contra el nacionalismo excluyente no la hace el ministerio del Interior ni los partidos de la selección de fútbol sino la gente de las provincias que tienen un problema de convivencia que se niegan a aceptar el discurso de odio. Y se niegan a aceptar el discurso de odio pese a no recibir ni las gracias desde la capital. Si el nacionalismo excluyente triunfa no será por mérito propio sino por demérito de quien tiene la obligación de que no triunfe.
Un aforismo dice que hay que tener a los amigos cerca pero a los enemigos aún más. En nuestro caso a los amigos hay que tenerlos vigilados las 24 horas. Ahí está el PP de Galicia tan gracioso llamando "españolista" a Beiras por presentarse con Izquierda Unida, exactamente el mismo insulto que le lanzaba el BNG. O la votación del parlamento balear sobre la modificación de la Ley de Función Pública en la que el PP balear se abstiene diciendo "Nosotros no votaremos ni a favor ni en contra; nos abstendremos. Lo que demuestra que el PP es el grupo más centrado", pese a que tres meses antes habían votado en contra de esa ley que pasaba a considerar requisito el concimiento del catalán para los celadores de las residencias de ancianos (¿?). Por cierto, nótese en la palabra "centrado" cómo lo que está en el centro no está realmente en el centro.
Decía Al Pacino en una película que los partidos se ganan pulgada a pulgada, creo que en el PP no han visto la película. Bueno, en realidad ya poco importa lo que haga el PP. Al PP le gusta mucho hablar de los intereses generales del país pero creo que eso es un eufemismo porque parece que sólo miran por ellos. Menos mal que ya hay alternativa.
El nombre de un grupo parlamentario es una etiqueta tras la que se agrupan diputados por su afinidad partidista. Los grupos sirven para organizar la actividad de una cámara: tiempos del debate, puestos en comisiones, etc. En realidad lo que más importa a los partidos son las subvenciones públicas que reciben al formar grupo y según el número de escaños del grupo. Poco problema hay en ello: si los partidos políticos no recibieran subvenciones la actividad política sería más reducida y menos representativa con las disfunciones que ello conlleva.
El problema aquí no es la subvención (aunque podríamos discutir sobre si grupos políticos que persiguen la desaparición del estado deben recibir dinero del estado (el debate sería si se debe permitir que se presenten a elecciones)), sino el nombre de los grupos. Tal vez pueda parecer cuestión baladí, poco importa el color del coche si el coche arranca, pero con una realidad formada por innumerables cuestiones baladíes, al final del día no deja de tener su importancia.
Y me refiero en concreto a los nombres de los grupos que incluyen gentilicios. Esta perniciosa costumbre que afecta negativamente a la calidad del debate público tiene su origen en las Cortes Constituyentes que a su vez buscaban sus referencias en los grupos de las cortes republicanas ("Minoría Vasco-Navarra" en 1931, grupo del PNV y carlistas). El problema de decir Grupo Parlamentario Catalán y Grupo Parlamentario Vasco es que el Congreso no es una cámara de representación territorial. Además si el grupo catalán está formado por un partido y hay más partidos que se presentaron en las provincias de esa región, empieza a operar en las mentes débiles la relación entre ese partido y esa región, pasando el resto de diputados de esa región a no ser exactamente de esa región.
Puede que en Coruscant este sea un detalle sin importancia, una concesión a la estética, una tradición inocente, pero en el Borde Exterior de la galaxia donde la lucha por el significado de as palabras es constante este tipo de "inocentes concesiones" son derrotas para los leales. Tradicionalmente la política en la capital trata con las minorías exteriores ninguneando a las mayorías leales de esos mismos lugares y eso es un error. Dar por seguro el apoyo de tu aliado para contentar a quien nunca va a estar contento es una tradición política en España... que jamás funcionó.
El problema de los grupos excluyentes es que su actividad política no se centra contra una idea nebulosa de España sino por la preeminencia de su discurso en su región de origen. El centro de su actividad es la creación de barreras invisibles entre los ciudadanos, la creación de un nosotros y un ellos. El problema, insisto, es que ese "ellos" no está a cientos de kilómetros, sino en las mismas calles de esa región. Que en la capital se hagan alegres concesiones por muy inocentes o baladíes que puedan parecer es una derrota para los leales.
Grupo Vasco o Grupo Catalán son concesiones gratuitas que se pueden parar de forma sencilla pero no se paran. Y mientras tanto, quienes hacen apología de la diferencia engordan esa subrepticia identificación entre su grupo político y la región en la que se presentan. Así por ejemplo tenemos copados los días de exaltación provinciana (¿por qué existen días nacionales autonómicos?) por grupos nacionalistas que actúan imponiendo su exclusión, instrumentalizando símbolos, reescribiendo la historia y extendiendo el odio hacia quienes creen distintos.
Una cosa es reconocer la pluralidad (en España tenemos varias lenguas y educación universal, con lo que hace falta cuadrar las cosas) y otra muy distinta que este reconocimiento sólo vaya en una dirección: en la dirección de extremar la diferencia y aceptar veladamente que los excluyentes tienen razón.
La mayor resistencia contra el nacionalismo excluyente no la hace el ministerio del Interior ni los partidos de la selección de fútbol sino la gente de las provincias que tienen un problema de convivencia que se niegan a aceptar el discurso de odio. Y se niegan a aceptar el discurso de odio pese a no recibir ni las gracias desde la capital. Si el nacionalismo excluyente triunfa no será por mérito propio sino por demérito de quien tiene la obligación de que no triunfe.
Un aforismo dice que hay que tener a los amigos cerca pero a los enemigos aún más. En nuestro caso a los amigos hay que tenerlos vigilados las 24 horas. Ahí está el PP de Galicia tan gracioso llamando "españolista" a Beiras por presentarse con Izquierda Unida, exactamente el mismo insulto que le lanzaba el BNG. O la votación del parlamento balear sobre la modificación de la Ley de Función Pública en la que el PP balear se abstiene diciendo "Nosotros no votaremos ni a favor ni en contra; nos abstendremos. Lo que demuestra que el PP es el grupo más centrado", pese a que tres meses antes habían votado en contra de esa ley que pasaba a considerar requisito el concimiento del catalán para los celadores de las residencias de ancianos (¿?). Por cierto, nótese en la palabra "centrado" cómo lo que está en el centro no está realmente en el centro.
Decía Al Pacino en una película que los partidos se ganan pulgada a pulgada, creo que en el PP no han visto la película. Bueno, en realidad ya poco importa lo que haga el PP. Al PP le gusta mucho hablar de los intereses generales del país pero creo que eso es un eufemismo porque parece que sólo miran por ellos. Menos mal que ya hay alternativa.
sábado, 16 de julio de 2016
Fetichismo democrático
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Tras la reciente intentona fallida en Turquía volvemos a orbitar la idea del fetichismo de la democracia. Esa idea que nos dice que una cierta cantidad de apoyo popular justifica cualquier acción de gobierno. En el caso turco esto es todavía más hiriente pues se trata de un gobierno democrático que persigue a minorías en su país, cierra medios de prensa de la oposición, controla los tribunales e incluso asedia ciudades del este imponiendo toques de queda y desplegando al ejército.
El mundo es gris y juzgarlo por el seguimiento religioso a la idea democrática no aporta ninguna información ni resuelve ningún problema. La idea democrática por la que el voto popular se sacraliza puede tener algún sentido en Luxemburgo o Andorra. Cuando las sociedades son homogéneas, controlables y su población está a la misma faena, sacralizar la democracia y establecer como forma de gobierno el voto a mano alzada es útil, tiene sentido y suele dar buenos resultados. Cuanto más inclusivo es un gobierno, más próspera, segura y feliz es su sociedad. Tenemos ejemplos de exacerbación democrática en ayuntamientos, por ejemplo: tiene mucho sentido consultar en referendum a los villanos de un pueblo sobre el color de las aceras o la fecha de las fiestas de la patrona. Pero cuanto más compleja, heterogénea y dividida está una sociedad, el referendum nacional y el sistema de la mano alzada deja de funcionar correctamente. Y con "correctamente" me refiero a los procedimientos y métodos que llevan a la comunidad política a su mejora en felicidad, prosperidad, seguridad y permanencia en el tiempo. La eutaxia de Aristóteles, el buen orden. Algo nos tiene que sonar Aristóteles y lo que decía de la política porque es una de las bases de la civilización, digo yo.
La condena de todo golpe de estado contra la democracia es unánime: desde países con garantías democráticas hasta regimenes dirigistas o directamente tiránicos como los de Oriente Medio. El fetichismo demócrata, el fundamentalismo democrático hace extraños compañeros de cama.
Golpe de estado
La idea mdoerna del golpe de estado supongo que tiene su prehistoria en Roma —Julio entrando con sus legiones en Roma— y su origen en el 18 de brumario. Golpe de estado hace referencia a la toma del poder del estado por métodos violentos. Puede que haya que definir qué es poder del estado y qué es un método violento. Aceptemos que sacar los tanques a la calle es un método violento pero preguntémonos si ganar por un voto también lo es. Al menos reflexionemos sobre esta idea para no caer en el fetichismo que he mencionado antes.
Nuestras sociedades occidentales son la excepción política en el planeta y en la historia. Tenemos una sana tendencia a desear que el resto del mundo viva como nosotros. Queremos que exista en todo el mundo igualdad ante la ley, gobiernos representativos, garantías constitucionales, etc. Lo paradójico es que tampoco hacemos mucho por exportar nuestro sistema. Exportarlo cuesta dinero y vidas humanas y las sociedades que cuentan con un termómetro electoral como las nuestras no están dispuestas a asumir los costes. También puede que estén operando otros factores bajo la línea de flotación: la prosperidad y la tecnificación quitan relevancia al trabajo manual, a la actividad física que no tiene que ver con el ocio y acomoda a la sociedad haciéndole olvidar que si ha llegado hasta aquí es porque nuestros antepasados tuvieron que arrastrase por el fango y arrancarles los ojos a sus enemigos.
Ignoro qué tipo de gobierno querían establecer los golpistas en Turquía pero basándome en precedentes del país supongo que no sería un gobierno autócrata. En Turquía el ejército es un poder del estado con influencia política. Lo que nos dice la academia sobre los golpes de estado es que estos no tienen nada que ver con el apoyo popular del gobierno ni con la prosperidad económica de la nación. Los golpes de estado realizados por militares suelen tener que ver con las propias "condiciones laborales" de los militares y con la variación de su influencia política. Como en ningún lugar del mundo existen partidos políticos militares, su forma de cambiar el curso de las cosas es por medio de la fuerza. Esto lo vimos en Egipto, pero también en Tailandia o incluso en Portugal. La revolución de los claveles tuvo más que ver con la situación de los militares en colonias de África que con la falta de libertades políticas de la aletargada metrópoli. En Tailandia hasta hace poco que recuerde el segundo banco del país era propiedad del ejército, igual aquel golpe tuvo que ver con su pérdida de influencia. En España solemos olvidar que uno de los factores del golpe del 18 de julio fue la reforma del ejército con la reducción de oficiales y sus traslados aleatorios. Por su parte, el golpe de Primo de Rivera tuvo que ver con las consecuencias del desastre de Annual.
En Turquía la situación de los militares también estaba cambiando. Tras el fallido golpe de 1997, hace un par de años se condenó a prisión a la anterior cúpula militar y a eso hay que sumarle la oposición interna dentro del ejército a las políticas extravagantes del AKP que pretenden hacer una enmienda a la tradición secular del país y que coquetean peligrosamente con la vista gorda a la financiación en negro al Daesh ("el enemigo de mi enemigo", etc). En Turquía no es casualidad que cada veinte años haya un golpe militar pues los militares tienen poder y el ejército está compuesto por chavales que hacen la mili y siguen las órdenes a pies juntillas para no meterse en problemas.
Democracia
Tiempo para el tema de la democracia, su fetichismo o fundamentalismo, su mitificación o la aproximación religiosa que recibe por parte de la turba.
Que un gobierno salga elegido de las urnas puede significar que sea democrático pero no significa que sea sagrado o intocable. La idea de democracia que manejamos en occidente tiene que ver con el catolicismo. Un gobierno elegido de forma democrática cuenta con una legitimidad de origen pero son sus actos por lo que se le debe juzgar.
A comienzos de siglo se impuso la idea de neodictadura. Toda neodictadura tiene en mayor o menor medida el vestido democrático pero por su acción de gobierno continúan siendo autocracias. El fetichismo democrático seguido en occidente obliga a las dictaduras tradicionales a envolverse en una capa de mercadotecnia democrática para vender su producto y hacerlo respetable ante el exterior.
No cuestionar al gobierno, no cuestionar los totems sagrados, nos lleva a colaborar con un fetichismo oscurantista que nos quita la capacidad de construir nuestra prosperidad, libertad y seguridad futuras.
El contraargumento fetichista contra lo que digo es inmediato: no es lo mismo la revolución de los claveles que un golpe de estado en la democracia turca. Pero ese mismo contraargumento cae en el fetichismo que critico: dejando al margen el poder mágico de las palabras cuya invocación nos abre argénteas promesas de esplendor, hasta donde yo sé el Portugal del 74 no imponía toques de queda en Braga como hace Erdogan en Cirze aunque sí controlaba la justicia y la prensa igual que la democracia turca actual. Es decir, ¿cuál es la gran diferencia en los medios, dejando al margen la magia de la palabra democracia? Esto es lo que me tienen que explicar.
Herejía
A riesgo de sentar plaza de heretico comburendo, desde luego que la violencia para cambiar el curso político es el último recurso y que me parece una mala situación que en un país el ejército esté en posición de hacer valer sus pretensiones mediante el uso de la fuerza. Si en tu país sucede eso es llegas tarde.
Frente a la inopia cerril de los fundamentalistas democráticos a mí me gusta esgrimir la palabra república. La distinción entre la masa que gobierna o cree gobernar y representantes electos que ejercen de freno a las pasiones de la turba viene al caso. Una sociedad abierta con un régimen político inclusivo es lo opuesto al régimen de la mano alzada y a la democracia tribal del voto omnipotente. Leyes, frenos, limitación de los poderes del estado, contrapesos, equilibrios, todo eso es deseable y se ve más nítidamente si hablamos de la "cosa pública" que del "gobierno popular". Ni hace falta que recuerde la triste historia de justificación democrática de las más horribles dictaduras de la historia contemporánea.
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Palacio de Topkapi. |
La condena de todo golpe de estado contra la democracia es unánime: desde países con garantías democráticas hasta regimenes dirigistas o directamente tiránicos como los de Oriente Medio. El fetichismo demócrata, el fundamentalismo democrático hace extraños compañeros de cama.
Golpe de estado
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Cuando los irlandeses rechazaron el Tratado de Lisboa y la UE les hizo repetir el referendum a cambio de ayudas económicas ¿eso cómo se llama? |
Nuestras sociedades occidentales son la excepción política en el planeta y en la historia. Tenemos una sana tendencia a desear que el resto del mundo viva como nosotros. Queremos que exista en todo el mundo igualdad ante la ley, gobiernos representativos, garantías constitucionales, etc. Lo paradójico es que tampoco hacemos mucho por exportar nuestro sistema. Exportarlo cuesta dinero y vidas humanas y las sociedades que cuentan con un termómetro electoral como las nuestras no están dispuestas a asumir los costes. También puede que estén operando otros factores bajo la línea de flotación: la prosperidad y la tecnificación quitan relevancia al trabajo manual, a la actividad física que no tiene que ver con el ocio y acomoda a la sociedad haciéndole olvidar que si ha llegado hasta aquí es porque nuestros antepasados tuvieron que arrastrase por el fango y arrancarles los ojos a sus enemigos.
Ignoro qué tipo de gobierno querían establecer los golpistas en Turquía pero basándome en precedentes del país supongo que no sería un gobierno autócrata. En Turquía el ejército es un poder del estado con influencia política. Lo que nos dice la academia sobre los golpes de estado es que estos no tienen nada que ver con el apoyo popular del gobierno ni con la prosperidad económica de la nación. Los golpes de estado realizados por militares suelen tener que ver con las propias "condiciones laborales" de los militares y con la variación de su influencia política. Como en ningún lugar del mundo existen partidos políticos militares, su forma de cambiar el curso de las cosas es por medio de la fuerza. Esto lo vimos en Egipto, pero también en Tailandia o incluso en Portugal. La revolución de los claveles tuvo más que ver con la situación de los militares en colonias de África que con la falta de libertades políticas de la aletargada metrópoli. En Tailandia hasta hace poco que recuerde el segundo banco del país era propiedad del ejército, igual aquel golpe tuvo que ver con su pérdida de influencia. En España solemos olvidar que uno de los factores del golpe del 18 de julio fue la reforma del ejército con la reducción de oficiales y sus traslados aleatorios. Por su parte, el golpe de Primo de Rivera tuvo que ver con las consecuencias del desastre de Annual.
En Turquía la situación de los militares también estaba cambiando. Tras el fallido golpe de 1997, hace un par de años se condenó a prisión a la anterior cúpula militar y a eso hay que sumarle la oposición interna dentro del ejército a las políticas extravagantes del AKP que pretenden hacer una enmienda a la tradición secular del país y que coquetean peligrosamente con la vista gorda a la financiación en negro al Daesh ("el enemigo de mi enemigo", etc). En Turquía no es casualidad que cada veinte años haya un golpe militar pues los militares tienen poder y el ejército está compuesto por chavales que hacen la mili y siguen las órdenes a pies juntillas para no meterse en problemas.
Democracia
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Democracia. Cuidado, no la toques. |
Que un gobierno salga elegido de las urnas puede significar que sea democrático pero no significa que sea sagrado o intocable. La idea de democracia que manejamos en occidente tiene que ver con el catolicismo. Un gobierno elegido de forma democrática cuenta con una legitimidad de origen pero son sus actos por lo que se le debe juzgar.
A comienzos de siglo se impuso la idea de neodictadura. Toda neodictadura tiene en mayor o menor medida el vestido democrático pero por su acción de gobierno continúan siendo autocracias. El fetichismo democrático seguido en occidente obliga a las dictaduras tradicionales a envolverse en una capa de mercadotecnia democrática para vender su producto y hacerlo respetable ante el exterior.
No cuestionar al gobierno, no cuestionar los totems sagrados, nos lleva a colaborar con un fetichismo oscurantista que nos quita la capacidad de construir nuestra prosperidad, libertad y seguridad futuras.
El contraargumento fetichista contra lo que digo es inmediato: no es lo mismo la revolución de los claveles que un golpe de estado en la democracia turca. Pero ese mismo contraargumento cae en el fetichismo que critico: dejando al margen el poder mágico de las palabras cuya invocación nos abre argénteas promesas de esplendor, hasta donde yo sé el Portugal del 74 no imponía toques de queda en Braga como hace Erdogan en Cirze aunque sí controlaba la justicia y la prensa igual que la democracia turca actual. Es decir, ¿cuál es la gran diferencia en los medios, dejando al margen la magia de la palabra democracia? Esto es lo que me tienen que explicar.
Herejía
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¿El golpe de estado en Francia de 1958 fue "bueno"? ¿Cuál es el criterio? |
Frente a la inopia cerril de los fundamentalistas democráticos a mí me gusta esgrimir la palabra república. La distinción entre la masa que gobierna o cree gobernar y representantes electos que ejercen de freno a las pasiones de la turba viene al caso. Una sociedad abierta con un régimen político inclusivo es lo opuesto al régimen de la mano alzada y a la democracia tribal del voto omnipotente. Leyes, frenos, limitación de los poderes del estado, contrapesos, equilibrios, todo eso es deseable y se ve más nítidamente si hablamos de la "cosa pública" que del "gobierno popular". Ni hace falta que recuerde la triste historia de justificación democrática de las más horribles dictaduras de la historia contemporánea.
domingo, 10 de julio de 2016
Mesa de negociación
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La opinión más extendida estos días es que repetir por tercera vez las elecciones sería una cosa horrible y hay que evitarlo a toda costa. Nadie explica por qué sería horrible pero me imagino que tiene que ver con la necesidad de aprobar los presupuestos generales contando con las medidas de ajuste del Pacto de Estabilidad salido del estallido de la crisis del euro de hace ocho años. El ajuste presupuestario que se requiere para cumplir los objetivos de déficit de la administración general, comunidades autónomas y entes locales necesita de un gobierno que hurgue bajo los cojines y reparta el alpìste. Si mi teoría es correcta y la necesidad de evitar la repetición electoral viene de aquí entonces también podemos asegurar que al 90% de la población se la trae al pairo.
La ignorancia sobre el funcionamiento del sistema es una herramienta estupenda para el que está en el poder pero tiene un problema en el caso de que el sistema se base ligeramente en el método plebiscitario: el elector carecerá de una información completa y puede acabar votando inadvertidamente contra sus propios intereses. Fijémonos en la situación actual, por ejemplo. Sin autonomía en la política monetaria y comercial el único mecanismo semi-autónomo de influir en el curso económico de la nación es la política fiscal... y sin gobierno no hay política fiscal. Vamos en automático para lo bueno y para lo malo. Yo creo que explicándolo así la gente entendería mejor la necesidad de formar gobierno.
Yo quiero pensar que nuestros políticos son conscientes de esto y realmente trabajan para que se forme un gobierno negociando, cediendo, llegando a acuerdos. El problerma es que atendiendo a la prensa no me están llegando esas señales de negociación y midiendo la temperatura de sectores próximos (aka fulanos) a los principales partidos tampoco. Quiero suponer que la gente sabe lo que está haciendo. Repasemos:
Posición del PP: alejada ya la fantasía de una gran coalición, en el PP están buscando apoyos en pequeños grupos regionalistas y nacionalistas como CC y PNV. Ya que gobiernan con Ciudadanos en algunos lugares no esperan reticencia a la hora de llegar a algún tipo de acuerdo con los liberales (la palabra "centrista" me provoca arcadas). En principio el PP no descartaría la inclusión de C's en el gobierno aunque hay que suponer que no es su opción preferida. Todo esto da igual. Da igual los apoyos que sume el PP a la investidura de Rajoy, los números no dan y necesitan al PSOE. En un caso extremo podrían proponer a un candidato que no fuera Rajoy pero que también conociera Pontevedra, les ayudaría, pero hoy por hoy no tienen incentivos para hacer eso pues su líder ha salido reforzado de las elecciones.
Posición del PSOE: los socialistas son muy difícles de leer porque no se mueven por derroteros racionales. Tras el peor resultado de su historia y segundo empeoramiento del resultado con el mismo candidato, ese candidato no ha dimitido y el partido continúa —como el PP— en la misma posición en la que estaba en diciembre. El número de escaños está repartido y parece que los únicos que no saben sumar son los abuelos del PSOE. Desde Ferraz invitan a Rajoy a que busque su mayoría sin contar con ellos porque a ellos no les gusta Rajoy. Lo que no les cabe en la cabeza es que no existe ninguna mayoría posible sin contar con el PSOE. Simplemente en el Congreso no existen los votos que le dan la investidura a Rajoy. Para hacer las cosas más emocionantes el PSOE insiste en que tampoco se abstendrán para que se forme gobierno en España. Este bloqueo sería inteligente en dos situaciones: la primera, en el caso de que el PSOE sí contara con los votos que le dan la presidencia a ellos; la segunda, en el caso de que el apoyo popular al PSOE estuviera al alza con esta estrategia. El problema de los socialistas es que no se da ninguna de estas dos situaciones: el PSOE tampoco cuenta con los votos (no logró la investidura hace unos meses con más escaños, no la logrará hoy) y su apoyo respecto a diciembre ha menguado en escaños. En el planteamiento de la posición del PSOE se nos tiene que estar escapando algo. Igual el problema es que se da por sentado que no se puede negociar una reforma legislativa a cambio no ya de un apoyo sino de una abstención. Yo creo que no son tan burros. Entonces el problema es otro. El problema es la fotografía en la portada de los periódicos del PSOE facilitando un gobierno de Rajoy. Ese sería el mejor cartel de campaña de los chavistas. Vale, ¿es ese el problema? Porque si ese es el problema la solución inmediata es que el PP no proponga a Rajoy como candidato, cosa que aumentaría la visión favorable de PSOE y C's. Aunque si pensaran a largo plazo el decidir entre apoyar o no al PP frente a los chavistas es cuestión de tiempo. El PSOE tiene un millón de cosas más en común con el PP que con los antisistema. Ante la proposición de ley de los chavistas de considerar ciudadanos a los perros y bombardear Nueva York el PSOE inevitablemente votará junto al PP. Caray, si una vez superen el infantilismo provinciano ya serían partidos indistinguibles (lo que les llevaría a su extinción... o no). Un contraargumento del "miedo del PSOE a los populistas" es que es el propio PSOE el que les deja gobernar algunas ciudades. Los populistas no pueden ni ir al baño sin pedir permiso al PSOE. Esta extraña relación sólo tiene una cosa positiva para los de Ferraz y es que los populistas locales son técnicamente partidos distintos al central bolivariano con lo que pueden agudizar sus contradicciones y matar a la bestia desde dentro (para eso necesitarían a un par de Rubalcabas, eso sí).
Posición de Ciudadanos: siendo el tercer partido constitucional en importancia su propuesta de sentar al PP y al PSOE juntos con ellos es un poco como tratar de marcar en Riazor chutando desde la Torre de Hércules. Ciudadanos en ningún caso puede esperar llevar la batuta en ningún acuerdo. Esta aparente debilidad es paradójicamente un plus de cara a firmar acuerdos porque ni PP ni PSOE los ven como una amenaza. Ciudadanos sostiene gobiernos autonómicos de PP y de PSOE y se mueven en una ambivalencia que los convierte en una chica casadera de una familia con tierras. Del instante electoral de rechazar a Rajoy por su responsabilidad política en los aciagos casos de corrupción que sumergen al PP pasamos a la realpolitik de ver el liderazgo de Rajoy reforzado ya que no ha sido castigado en las urnas (nota para la próxima vez: las urnas no castigan la corrupción, parece mentira que todavía no se sepa esto: mirad a UPyD o a Andalucía). Ciudadanos hoy se tiene que tragar (como los demás) sus palabras y promover la formación de un gobierno constitucional. El debate ahora es si les merece la pena participar desde dentro de ese gobierno o solamente apoyarlo puntualmente desde fuera. Hay quien dice que los apoyos externos no ayudan (Madrid, Andalucía) pero el participar en el gobierno tampoco es una garantía (los Libdems en Reino Unido). Para cada ejemplo de algo que no funciona hay un contraejemplo (el SPD en Alemania, recordemos que lo que en España llamamos "Merkel" suelen ser exigencias del SPD). El debate es delicado pero también es secundario ya que sin contar con el PSOE España no puede tener gobierno.
Posición de quienes quieren arrebatarnos nuestros derechos civiles: los separatistas, comunistas, veganos, altramuces, populistas, fascistas, chavistas, racistas y lerdos en general votarán en contra de cualquier propuesta liderada por cualquiera de los tres partidos constitucionalistas ya que los ortogramas políticos son opuestos y enfrentados. Sus variopintas y extravagantes ideas políticas no pueden existir en un país con una constitución que garantice la libertad y la igualdad de todos los españoles, cualquier otra interpretación responde a la ignorancia o a la mala fe. Un poco como en Poltergeist: existe un mundo de vivos y un mundo de muertos y cuando se abre una vía de contacto entre los dos mundos los televisores se comen niñas. Yo estas cosas las digo de forma graciosa porque el humor también es una vía de adscripción estética, como llevar a las tertulias a chicas jóvenes como portavoces de un partido. Cada miga de pan suma.
Así creo que están las cosas. Si en 2017 pretendemos tener unos presupuestos decentes habría que estar haciéndolos en septiembre. No parece el caso. De momento no he visto las casas de apuestas pero a día de hoy vamos a unas terceras elecciones y eso hace caer la confianza en nuestro sistema representativo de gobierno cosa que suele tener erótico resultado.
La ignorancia sobre el funcionamiento del sistema es una herramienta estupenda para el que está en el poder pero tiene un problema en el caso de que el sistema se base ligeramente en el método plebiscitario: el elector carecerá de una información completa y puede acabar votando inadvertidamente contra sus propios intereses. Fijémonos en la situación actual, por ejemplo. Sin autonomía en la política monetaria y comercial el único mecanismo semi-autónomo de influir en el curso económico de la nación es la política fiscal... y sin gobierno no hay política fiscal. Vamos en automático para lo bueno y para lo malo. Yo creo que explicándolo así la gente entendería mejor la necesidad de formar gobierno.
Yo quiero pensar que nuestros políticos son conscientes de esto y realmente trabajan para que se forme un gobierno negociando, cediendo, llegando a acuerdos. El problerma es que atendiendo a la prensa no me están llegando esas señales de negociación y midiendo la temperatura de sectores próximos (aka fulanos) a los principales partidos tampoco. Quiero suponer que la gente sabe lo que está haciendo. Repasemos:
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Como en África o en India en el PP hacen campaña electoral dando de comer al pueblo. |
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El Comité Federal del PSOE pediría otra q más. |
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—Pero Girauta, si cogemos el taxi juntos nos ahorramos unas pesetas. —Contigo no bicho. |
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Sí se puede. |
Así creo que están las cosas. Si en 2017 pretendemos tener unos presupuestos decentes habría que estar haciéndolos en septiembre. No parece el caso. De momento no he visto las casas de apuestas pero a día de hoy vamos a unas terceras elecciones y eso hace caer la confianza en nuestro sistema representativo de gobierno cosa que suele tener erótico resultado.
jueves, 7 de julio de 2016
Sobre estética política en el rural
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Se produce un curioso efecto de asimilación en la supuesta conexión de ciertas ideas e imágenes con otras ideas e imágenes. Este engaño de los sentidos es constante y transversal: funciona como las ilusiones ópticas que tienen nombre propio: escalera de Penrose, cubo de Necker, etc.
Por ejemplo, a la idea de reforma política se le acompaña la idea de juventud. De quien defiende ciertas ideas se espera una presencia estética diferenciada. Un político con traje y corbata es más sospechoso de aceptar sobornos que un tipo que parece un gorrilla de aparcamiento. Estas ilusiones ópticas, estos engaños de los sentidos (también hablar bajito y despacio es aparentar tener la calma que acompaña a la razón frente a quien pega cuatro voces para dejar el asunto zanjado y que igual tiene más razón que un santo) son tan solo eso, engaños, y sin embargo suponen la herramienta más básica de presentación pública.
Me acuerdo de una noticia del diario satírico The Onion en la que contaban que el Partido Republicano mantenía un fuerte respaldo entre los jóvenes que se visten como señores mayores. En el video ponían escenas de videos reales de Youtube en los que se veían a simpatizantes jóvenes del GOP vistiendo pajarita y tirantes entre otros adornos. Sé que todo esto parece una chorrada pero al darle un par de vueltas uno se encuentra con que por debajo del discurso existe una cuestión estética que yo creo que se pasa por alto.
A la hora de apoyar o rechazar un partido o una ideología pesa mucho el voto por identificación ("se parecen a mí") y el voto prospectivo ("quiero parecerme a esos"). Esto parece que no lo acaban de tener claro en la derecha (ni tampoco en la vieja izquierda estética que hace tiempo dieron la batalla por perdida ante las hordas del este). A mí me preocupa que siendo algo, en principio, tan sencillo no insistan con el tema.
Un grupo de redactores puede escribir un argumentario de campaña y estudiar los posibles contraargumentos, recopilar datos, consultar expertos, etc. Y aún así a la hora de presentar esas ideas aparecerán réplicas no esperadas. Sin embargo existe un discurso al que no se le puede oponer otro discurso: el estético. Con la estética estás transmitiendo información y conociendo el paisanaje de este país es muy fácil aprovechar los prejuicios de la gente a tu favor. Fijaos en Diego Cañamero o en los barrigudos barbudos que suelen ejercer de portavoces sindicales. Da igual que no hayan pegado palo al agua en su vida (de verdad, para esa función da igual) pero la gente espera esa estética y se siente reconfortada al ver sus prejuicios confirmados. Nadie entendería que el Christian Bale de American Psycho hablara representando a los obreros de un astillero. Chocaría. La masa es simple como una zapatilla.
Este principio del prejuicio estético puede operar en cualquier sentido. Y —a lo que voy— romper este principio también puede operar en función de unos intereses dados.
Una de las aficiones más recurrentes de algunos liberales es la de darles vueltas a la cuestión de "¿por qué no llegamos a más gente?". A mí me gustan mucho en general las reuniones en las que un grupo de personas cortadas más o menos por el mismo patrón indagan sobre el comportamiento de otros grupos que jamás irían con ellos ni a la vuelta de la esquina. Lo que opinan grupos de personas que viven de espaldas a otros grupos es una afición entretenida y sin embargo inane. Esto no solo pasa con los liberales, ocurre también con los antiliberales. Gente súperpreocupada que te cagas, tía, con el hambre de los pobres negritos de las colonias y que siempre preferirán ver al negro en pintura. O esos tipos que lloran por el efecto invernadero (¡no conocen Venus!) pero viajan en coche y en avión porque uno es progre pero no tonto.
Es complicado hablar desde la esfera personal de experiencias de esferas de experiencias ajenas. Desde luego que se puede salvar la zanja accediendo a información pero cuando no se trata del hambre en el mundo, del efecto invernadero o de los osos polares, cuando se trata del frutero de la esquina, del socavón de la calle, de presos o de pacientes de psiquiatría ahí ya toda reunión resbala más que la piel de plátano en el Mario Kart.
Si quieres dirigirte a gente que en su vida se pone una corbata no te pongas corbata. Si quieres hablar de riesgos laborales en la construcción, evita a alguien que solo haya visto a un obrero en el comic de Pepe Gotera y Otilio. Si quieres que te vote alguien más que el urbanita con dos coches y casa en la playa, procura que todos tus portavoces no parezcan dependientes del Corte Inglés. Fijaos lo que hace el PP de Galicia en las aldeas donde siguen estando en el siglo XII. En esos sitios su gente parecen figurantes de un capítulo de Juego de Tronos. Tipos con un nulo sentido de la higiene, con retrato de Franco en el comedor de su casa y a los que todo se la pela. Claro, el PP consigue una relación simbiótica de votos a cambio de pequeñas prebendas. La mitad de los alcaldes de pueblo del PP no saben ni qué significan las siglas (ni les importa).
Todo esto lo digo porque se acercan las elecciones gallegas y mucho me temo que con el voto urbano (mayoritario en Galicia, hay que recordarlo porque la gente sigue pensando que aquí todos tenemos vaca (ojalá)), más o menos inamovible porque la gente ve cosas en la tele que no son el Gayoso, el voto decisivo una vez más (desde hace treinta años) lo tendrán los pueblos donde poca cosa ha cambiado desde tiempos de Isabel II. El poder llegar al rural gallego es una asignatura pendiente para todos los partidos que no han heredado la red secular de favores y confianzas tejida desde tiempos de la invasión napoleónica. Esa red que pasó por la Restauración, la república, el franquismo y el fraguismo sin solución de continuidad. Esa red de lazos de confianza interfamiliar que estaba bien cuando era un coñazo trasladarse a la capital a arreglar papeles o a poner denuncias en el juzgado.
Cada año que pasa ese moderno feudalismo resiente los efectos de la mejora de las comunicaciones y de la paulatina concentración poblacional en entidades de tamaño medio. La oportunidad la tendrán quienes eviten vestirse de vendedores del Corte Inglés y eviten dárselas de listos hablando del déficit o del imasdé. Ya en demasiados pueblos el principal motor económico son las pensiones de jubilación y la edad media supera los sesenta años como para hablar de futuro y de novedades. Quizás la vuelta de tuerca sea apelar a los instintos: la inseguridad, el miedo al mañana, estas cosas que antes se le daba de perlas a la derecha y que con la sacudida del tren de la posmodernidad hemos olvidado.
Por ejemplo, a la idea de reforma política se le acompaña la idea de juventud. De quien defiende ciertas ideas se espera una presencia estética diferenciada. Un político con traje y corbata es más sospechoso de aceptar sobornos que un tipo que parece un gorrilla de aparcamiento. Estas ilusiones ópticas, estos engaños de los sentidos (también hablar bajito y despacio es aparentar tener la calma que acompaña a la razón frente a quien pega cuatro voces para dejar el asunto zanjado y que igual tiene más razón que un santo) son tan solo eso, engaños, y sin embargo suponen la herramienta más básica de presentación pública.
Me acuerdo de una noticia del diario satírico The Onion en la que contaban que el Partido Republicano mantenía un fuerte respaldo entre los jóvenes que se visten como señores mayores. En el video ponían escenas de videos reales de Youtube en los que se veían a simpatizantes jóvenes del GOP vistiendo pajarita y tirantes entre otros adornos. Sé que todo esto parece una chorrada pero al darle un par de vueltas uno se encuentra con que por debajo del discurso existe una cuestión estética que yo creo que se pasa por alto.
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You're doing it wrong. |
Un grupo de redactores puede escribir un argumentario de campaña y estudiar los posibles contraargumentos, recopilar datos, consultar expertos, etc. Y aún así a la hora de presentar esas ideas aparecerán réplicas no esperadas. Sin embargo existe un discurso al que no se le puede oponer otro discurso: el estético. Con la estética estás transmitiendo información y conociendo el paisanaje de este país es muy fácil aprovechar los prejuicios de la gente a tu favor. Fijaos en Diego Cañamero o en los barrigudos barbudos que suelen ejercer de portavoces sindicales. Da igual que no hayan pegado palo al agua en su vida (de verdad, para esa función da igual) pero la gente espera esa estética y se siente reconfortada al ver sus prejuicios confirmados. Nadie entendería que el Christian Bale de American Psycho hablara representando a los obreros de un astillero. Chocaría. La masa es simple como una zapatilla.
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Un polo atractor fácilmente identificable convierte a un grupo de personas en una masa. La inteligencia de la masa tiende a igualarse a la de su miembro menos inteligente. |
Una de las aficiones más recurrentes de algunos liberales es la de darles vueltas a la cuestión de "¿por qué no llegamos a más gente?". A mí me gustan mucho en general las reuniones en las que un grupo de personas cortadas más o menos por el mismo patrón indagan sobre el comportamiento de otros grupos que jamás irían con ellos ni a la vuelta de la esquina. Lo que opinan grupos de personas que viven de espaldas a otros grupos es una afición entretenida y sin embargo inane. Esto no solo pasa con los liberales, ocurre también con los antiliberales. Gente súperpreocupada que te cagas, tía, con el hambre de los pobres negritos de las colonias y que siempre preferirán ver al negro en pintura. O esos tipos que lloran por el efecto invernadero (¡no conocen Venus!) pero viajan en coche y en avión porque uno es progre pero no tonto.
Es complicado hablar desde la esfera personal de experiencias de esferas de experiencias ajenas. Desde luego que se puede salvar la zanja accediendo a información pero cuando no se trata del hambre en el mundo, del efecto invernadero o de los osos polares, cuando se trata del frutero de la esquina, del socavón de la calle, de presos o de pacientes de psiquiatría ahí ya toda reunión resbala más que la piel de plátano en el Mario Kart.
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La realidad es muy desagradable. |
Todo esto lo digo porque se acercan las elecciones gallegas y mucho me temo que con el voto urbano (mayoritario en Galicia, hay que recordarlo porque la gente sigue pensando que aquí todos tenemos vaca (ojalá)), más o menos inamovible porque la gente ve cosas en la tele que no son el Gayoso, el voto decisivo una vez más (desde hace treinta años) lo tendrán los pueblos donde poca cosa ha cambiado desde tiempos de Isabel II. El poder llegar al rural gallego es una asignatura pendiente para todos los partidos que no han heredado la red secular de favores y confianzas tejida desde tiempos de la invasión napoleónica. Esa red que pasó por la Restauración, la república, el franquismo y el fraguismo sin solución de continuidad. Esa red de lazos de confianza interfamiliar que estaba bien cuando era un coñazo trasladarse a la capital a arreglar papeles o a poner denuncias en el juzgado.
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Cómo bailar esto. |
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