martes, 31 de mayo de 2016

Por qué no entendemos lo que pasa

No puede haber un debate si dos posiciones no emplean las mismas palabras y los mismos significados y no parten de una base de sinceridad intelectual compartida. Si en una conversación sobre magdalenas uno se refiere a los bollos y otro está todo el rato pensando en que la magdalena es un pescado, las recetas sobre las magdalenas nunca serán correctas aunque las dos partes estén completamente seguras de tener razón.


Los griegos tenían esto muy claro: antes de cualquier diálogo era necesario ponerse de acuerdo en los términos del debate. Hablamos de esto y aquello y aun partiendo de posiciones diferentes entendemos que las cosas de las que hablamos son las mismas. Sería poco productivo que se pronunciaran las mismas palabras con significados distintos, porque eso ya no sería un debate sino dos monólogos.

Creo que ésta es la razón por la que muchos debates son muy cansinos. Es inevitable caer en el sopor que produce el saber que se está hablando con una pared.

En los Discursos a la nación alemana Fichte necesita una excusa para llevar los términos del debate a un lugar que no entre en contradicción con su argumento. La diatriba del alemán consiste en contraponer lo romano a lo alemán y defender que lo alemán es superior, que lo alemán es algo que une a los alemanes y de lo que deben sentirse orgullosos (esta obra es precursora de todo nacionalismo y como tal alude constantemente al "ellos", en este caso a quienes veían al latín como la lengua de la educación y la filosofía). Como los argumentos utilizados hasta el momento no le bastan, Fichte se inventa nuevos argumentos (la ética cultural alemana es superior a la romana). Claro, en los términos de la filosofía clásica y de la tradición cristiana eso de "ética cultural" no existe. Fichte comienza a arar en un campo nuevo de debate en el que sus oponentes carecen de términos para contraargumentar. Luego se unirán los estados alemanes, aparece el Imperio Alemán, invade Europa, aparece la Kulturkampf contra el catolicismo, llega la Primera Guerra Mundial, los vencedores compran la mercancía averiada de los vencidos, llega la Segunda Guerra Mundial, mucha gente acaba en las cámaras de gas y nuevamente los vencedores compran la mercancía averiada de los vencidos. Pese a que Kultur y nacionalismo son las ideas últimas responsables de decenas de millones de asesinatos, siguen siendo cosas que están funcionando por la dificultad de establecer términos del debate compartidos.

Es como tratar de convencer a un chamán de que por mucho que baile no hará llover. O como tratar de convencer a un astrólogo de que la posición de los astros no influye en absoluto en la vida de nadie. Se pueden presentar pruebas empíricas, resultados estadísticos... pero como el chamán, el nacionalista y el astrólogo no funcionan con esos parámetros toda discursión es inútil. Tan solo queda esperar que caigan del caballo.

"Hungría no es Israel", dice esta camiseta de un partidario del gobierno húngaro.
La bicentenaria grieta entre el idealismo alemán y todo lo demás es algo que parece un asunto de cuatro frikis y a lo que no se presta atención. Mi punto es que esta grieta sobre la que no puede haber puentes explica muchas cosas que están pasando. En concreto me refiero al actual avance de las posiciones particularistas e irracionales frente a las universalistas y racionales.

La construcción del espacio político europeo, cuyo sentido original era el hacer de tapón al imperio soviético, encuentra hoy —sin imperio soviético, al menos sobre el papel— mucha oposición interna. Vemos cómo con el proceso de internacionalización e interdependencia de las economías nacionales la socialdemocracia ya no es la base ideológica del sistema y cómo en varios países fuerzas políticas populistas obtienen cierto éxito defendiendo posiciones contrarias a la construcción europea, al multilateralismo y al universalismo. El repliegue de la socialdemocracia deja un terreno lleno de propuestas diletantes y extravagantes (los derechos de los animales, la oclocracia asamblearista, la discusión de instituciones seculares, el chamanismo, el derecho a la inmadurez, la frase "estilo de vida", el aislacionismo, el pacifismo, el ecologismo, etc.). Este humeante "paisaje después de la batalla" es terreno abonado para aquellos que esperaron pacientemente acechando bajo el fango.

Venga banderas.
En un contexto posmoderno en el que las ideas de verdad y belleza se discuten y hay gente que contesta un argumento con la frase "esa es tu opinión" hasta la misma respuesta contra los reyezuelos y chamanes se deshilvana. De esto tampoco se habla mucho. Los que se oponen a un discurso están instalados en un presentismo y en una inmediatez poco útl a la larga. Es lo de asumir el lenguaje del contrario. Centímetro a centímetro las posiciones contrarias a los chamanes empiezan a pasar por alto por qué son posiciones contrarias a los chamanes y el debate pasa a ser un producto de la mente enferma del doctor Frankenstein. Se mezclan argumentos contradictorios, se emplean términos del debate propios del enemigo y cuando te quieres dar cuenta ya han ganado. Y que ganen estos altramuces significa volver a poner al continente patas arriba. No exagero, que nadie se llame a engaño. Esto siempre acaba igual. No existe una vacuna para las malas ideas y sus horribles consecuencias. Hay cosas que no se arreglan para siempre. Hay cosas que hay que reclamar constantemente.

Mira, el 75%, como Noruega, que sin estar en la UE adopta las directivas europeas. Ups.
Es que parece que al tener una constitución y una vajilla en el aparador todo el mundo va a saber comportarse, pero no tenemos ninguna seguridad sobre esto. Por ello es importante no dejar de reflexionar sobre el asunto y de exigir a quienes tienen altavoz que lo usen. Y sobre todo no caer en el sopor que produce el debate amañado. Y algo que me fastidia mucho: no aceptar los términos del que se te opone. Que son chamanes, que no saben lo que es un termómetro.

El otro día cayó un niño en la jaula de un gorila en un zoo americano. Los guardias le pegaron un tiro al simio y rescataron al niño. Lo normal ¿no? Pues no. Muchas personas acudieron al zoo a ponerle velas al mono y llevarle flores. Hubo asociaciones animalistas que pidieron procesar a los responsables del zoo, etc. Toda la respuesta fue muy democrática y tolerante. La prensa cediendo el micrófono a chalados que decían que los animales recibían un trato inhumano, etc. todo el paquete. Quienes pensamos que si hay que elegir entre un niño y un mono no existe un universo posible en el que el mono gane, pasamos a ser "una opinión más". Es alucinante. Son las pequeñas cosas, los centímetros que se ceden día a día, inadvertidamente.

Esa es tu opinión.
Debates en televisión en los que las diferentes posiciones tan solo son apariencias de diferencias. Las diferencias no son sustanciales sino accesorias. Exactamente lo mismo —desde la filosofía que subyace— ocurre cuando en lugar de un debate sobre los derechos de los animales se trata el asunto del irredentismo reaccionario. Hay posiciones a favor y en contra (cosa que ya es sorprendente porque podía haber debates sólo con posiciones en contra y no hablo de las juergas de debate de 13TV) en el que se asume que las dos posiciones están al mismo nivel en el plano de las ideas. ¿Alguien vería un debate nivelado si se produce entre un médico y un chamán? Claro, el productor del programa sí es capaz de distinguir cualitativamente entre los dos ya que uno se basa en nada y otro se basa en una disciplina cuyos resultados son contrastables. Pero entre el trabucaire y el ciudadano, el productor del programa no lo tiene tan claro. Ahí la belleza, la verdad y la libertad ya han fracasado. Ahí ya hay cosas rotas.

Yo a veces planteo la idea de que alguien cuyo objetivo es que la república desaparezca no puede postularse a un cargo público (me va la marcha). Incluso para que esa persona no caiga en una contradicción pienso que debe darse cuenta de que su objetivo sólo es alcanzable mediante una revolución o una invasión. Sin duda mi posición ahora mismo se califica de antidemocrática, con toda la estúpida carga religiosa y espiritual de la palabra. Sin embargo, si digo que acepto a quienes se presentan con el objetivo de variar las leyes vigentes entonces ya estoy libre de pecado. Entre los dos postulados no existe contradicción, pero dependiendo de lo primero que diga entro o no en cierta lista negra. Es la magia. El poder mágico de hacer ciertos pasos de baile en el centro de la aldea.

Tell me what you want, what you really, really want, que diría Britney Spears la mujer de Beckham.
Volviendo al escenario europeo, decía que existe un ascenso de posiciones populistas y reaccionarias frente a principios que se entienden como universalistas. En lo mollar las grandes diferencias tienen que ver con la resistencia a ceder soberanía. De ahí que por ejemplo Pablemos y el Front National lleven exactamente el mismo programa político a las elecciones (salir de la zona euro los españoles y los franceses, o la famosa apelación al "estado fuerte"). Sin embargo los reaccionarios españoles saltan con la respuesta preparada de que ellos no están contra la inmigración. Sería muy sencillo responder que si bien no están en contra de la inmigración, tampoco quieren que todos los ciudadanos tengamos los mismos derechos. Al final del día es exactamente la misma cuestión: quebrar el imperio de la ley y deshacer la idea de república. No existe república si el estado no llega con la misma potencia a todos sus rincones. Pero nuevamente actúa la magia y dependiendo del predicado que se acentúe se produce un efecto u otro aunque las ideas sean las mismas.

Cosas similares a las de España y Francia ocurren en Reino Unido, Austria, Polonia, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Hungría, Países Bajos y Alemania. Mucha gente se dedica a estudiar este estado de cosas y hablan del vacío que dejó la desaparición de la socialdemocracia, yo personalmente le doy importancia a la cuestión demográfica y por supuesto siempre está presente el debate sobre el nivel de protección que el estado debe dar a sus ciudadanos. Pero este nuevo escenario en el que una parte no debate sobre una base compartida es un escenario especialmente complicado porque el cadáver de la socialdemocracia ha dejado el terreno abonado de relativismo para que pueda ser escuchado el populismo reaccionario. Y están las cuestiones en las que la UE directamente apesta por su torpeza e ineficacia (no sé por qué la palabra euroescéptico se emplea para señalar a los que están en contra de la UE y no a aquellos que son escépticos. Bueno, sí lo sé: la UE no es una cosa especialmemte sensible a las diferencias de opinión sobre su autoconstrucción).


Decía que muchos están estudiando esto pero yo me planteo lo que vendrá después. Históricamente el regreso al statu quo ante nunca se logró: del Congreso de Viena a las siguientes revoluciones pasaron poquitos lustros, Yugoslavia después de una dictadura personalista volvió a las andadas, Sudáfrica está hecha un carajal, etc. En esta UE ya hay cosas rotas (los propios "no euroescépticos" han levantado muros internos) y lo que venga mañana ya no se va a parecer a lo de ayer. La incertidumbre.


jueves, 26 de mayo de 2016

El mejor aliado de la tiranía

Tras la prohibición de actividades del SPD sus altos cargos se fueron al exilio. Primero Praga, después París y finalmente durante la guerra a Londres. Londres pasaba por ser la capital de todos los gobiernos europeos invadidos y el principal refugio político de los opositores europeos al nazismo.

"Enemigos de la democracia", propaganda del SPD contra comunistas, nazis y Stahlhelm (los "cascos de acero", organizaciones paramilitares. El equivalente a los "colectivos" venezolanos).
Sin embargo, en la propia Alemania, miembros del SPD se quedaron y continuaron cierta actividad política en la clandestinidad. Y me parece curioso el efecto que esto tuvo en el partido: la alta jerarquía se fue al exilio y los activistas que quedaron fueron miembros sin responsabilidad previa de importancia. A su vez, el grupo en el exilio y el grupo clandestino se vieron separados no sólo por la distancia sino por la edad. Los que se quedaron en Alemania tratando de mantener con vida al partido eran jóvenes y cada vez que una célula era desbaratada por la Gestapo, esos cuadros tenían que ser sustituidos por gente cada vez más joven. En Londres, los jerarcas socialdemócratas alemanes contaban con décadas de experiencia política, en no pocos casos con contactos con otros partidos y gobiernos socialdemócratas e incluso con apoyo financiero de partidos y sindicatos de otros países. Pero no estaban en Alemania.

Tras la prohibición de actividades del SPD, sus dirigentes en lugar de hacer propaganda política se dedican a recabar los llamados "informes SOPADE" (de "Partido Socialdemócrata Alemán en el Exilio"). En estos tratan de tomar el pulso a la sociedad alemana calibrando el grado de descontento antinazi y los posibles apoyos para hacer caer al gobierno. Uno de estos informes, de febrero de 1938, recogido en "Inside Nazi Germany: Conformity, Opposition and Racism in Everyday Life" (Peukert, 1987) nos cuenta lo siguiente:

En la medida en que la actitud de toda una nación nunca se puede reducir a una fórmula, podemos afirmar aproximadamente los tres puntos siguientes:

1.- Hitler cuenta con el apoyo de la mayoría de la nación en dos cuestiones fundamentales: ha creado trabajo y ha hecho fuerte a Alemania.
2.- Existe un amplio descontento con las circunstancias actuales pero sólo afecta a las preocupaciones del día a día y no ha llevado a una hostilidad fundamental contra el régimen hasta el punto de concernir a la mayoría.
3.- Son generalizadas las dudas sobre la continuidad del régimen pero también lo es la sensación de impotencia en cuanto a lo que podría reemplazarlo.

[A continuación el informe señala que la incertidumbre sobre el futuro a la que alude el tercer punto no entra en contradicción con la indiferencia política que notan en aumento y que puede estar provocada por la amenaza de una guerra o por la carestía diaria].

Para 1938 gran parte de la oposición —principamente socialdemócrata, católica y comunista— descontaba la inevitabilidad de un conflicto armado ya que las vías pacíficas de oposición habían sido cortadas abruptamente por los nazis cuando toman el control total del estado en 1933. Quizás lo más interesante de estos años no sea tanto la resistencia alemana a los nazis como el triunfo de la antipolítica cuya consecuencia fue la desmovilizacion política y por tanto la incapacidad de existir una alternativa. Gran parte de la actividad nazi del primer año tras su asalto al poder se concentró en acabar con la prensa y encerrar a los principales opositores. La sociedad alemana se quedó sin acceso a mensajes de oposición y la prensa se redujo a meras consignas a favor del gobierno.

NS Frauen Warte, revista femenina durante la Alemania nazi.
Tal como decía SOPADE la desafección hacia el gobierno era habitual pero esta desafección no podía cristalizar en ninguna respuesta organizada. Esto se ve reflejado en el informe SOPADE de enero de 1936 recogido en "Deutsche Geschichte 1933-1945" (Michalka, 1993):

El Tercer Reich logró obtener visiones favorables de observadores extranjeros que reconocen y lamentan su lado oscuro pero que lo disculpan en una etapa de transición (...) Las proclamas de los líderes del régimen como la revolución menos sangrienta de todos los tiempos han tenido su impacto y muchos tienden a considerar los ampliamente conocidos actos de terror como "cuentos de horror inventados" (...). El terror no es sólo la base del programa racial del partido nazi sino la esencia fundamental del régimen del Tercer Reich. Junto a los medios "modernos" de propaganda de masas, el terror es la medida decisiva para obtener el control sin escrúpulos y total sobre el pueblo. Sin él el Tercer Reich no habría durado tanto y su existencia sería inconcebible. Esto se suele pasar por alto en el extranjero. Allá no saben que además del terror contra los judíos impera un terror general contra todo el pueblo alemán y que es usado con vehemencia contra todos aquellos que a pesar del asesinato, tortura y prisión osan actuar secretamente de acuerdo a sus convicciones.

El terror en su plenitud, en su dureza inhumana, no sólo se oculta al exterior. Existen círculos en Alemania en los que no son conscientes de él. No es raro que un ciudadano sin interés en la política, ni de lejos entusiasta del régimen, que evita cualquier bandera nazi que tenga que saludar, pregunte con un matiz de reproche: "¿Pero de verdad usted conoce personalmente a alguien que todavía esté en un campo de concentración?" (refiriéndose a los días de la toma del poder en 1933).

Y cuando salen los nombres de algunos miembros del Reichstag como el Dr. Schumacher, el Dr. Mierendorff, Heilmann y se menciona el trágico fin de Husemann a quien dispararon la primavera de 1935 “mientras trataba de huir”, estas personas se sorprenden por tales revelaciones.

En esta época el partido nazi también era consciente del desafecto de la población (recordemos que antes de la toma de poder su mayor apoyo electoral fue del 37% en las elecciones de julio de 1932, de hecho, en noviembre de ese año perdieron dos millones de votos, cuatro puntos. Las siguientes y últimas elecciones fueron una pantomima. Siempre recuerdo que el mayor apoyo que obtienen los nazis en Alemania es después de la guerra). En un informe de la policía estatal de Hanover remitido a Heydrich el 18 de agosto de 1935 ("Inside Hitler's Germany", Sax & Kuntz, 1992), se hace constar la desafección de la población pero no por las políticas del gobierno sino por la mala conducta de los cuadros inferiores del partido. Esta mala conducta —se lamenta el policía nazi que escribe el informe— no es reprimida por los oficiales superiores y por tanto el público pasa a pensar que el estado no tiene poder, lo que socava la autoridad del estado. Después pasa a hablar de la impresión generalizada de que no existía libertad de prensa y que esta queja incluso era oída dentro del partido. Pero no penséis en nazis a favor de la libertad de prensa, nada más lejos de la realidad: la prensa se fijaba demasiado en la propaganda y no informaba de castigos a los propios miembros del partido, lo que en última instancia también socavaba la autoridad del estado.

"Vota Centro. Último bastión de la libertad y el orden", propaganda de los demócrata-cristianos.
Hay un párrafo que no me resisto a compartir, en él el policía nazi llama reaccionarios a los católicos y expresa dudas sobre el servicio militar obligatorio:

Es obvio que la actitud del público está siendo influenciada por el aumento de la actividad reaccionaria, mucha de la cual emana de los círculos que incluyen el catolicismo político, la iglesia confesional, y de los ciudadanos que se niegan a ser reeducados y que continúan enmascarándose. De vez en cuando incluso se expresan sentimientos monárquicos. La reintroducción del servicio militar obligatorio está dando lugar a la esperanza de un "Cuarto Reich" en el que las fuerzas armadas ejercerán autoridad para excluir al Partido.

Cosa totalmente distinta es la actitud del público respecto a la política exterior. Las buenas relaciones con Polonia y el acuerdo naval con Inglaterra incrementan el optimismo de la población para salir del aislamiento internacional y son vistos como logros funcionales del régimen, dice el informe.

Es importante destacar esto último, ya que el terror bajo el que vive la gente en Alemania parece estar a años luz de la forma con que tratan las potencias extranjeras a la Alemania nazi. Toda la inquietud que se vive dentro del país (de la que, por supuesto, en el Partido son conscientes) queda en agua de borrajas. En cierta manera se podría afirmar que el nazismo obtuvo más oxígeno de la política de apaciguamiento que de los propios alemanes.

La base de esta política de apaciguamiento es el respeto escrupuloso a la soberanía de los estados para arreglar sus asuntos internos. Las posiciones anti-intervencionistas y pacifistas (recuerden "America First" de Charles Lindbergh) son patas sobre las que se sostiene la tiranía. Y como hemos visto en Alemania otra pata es la antipolítica y el carecer de debate público en medios de prensa que ofrezca opciones a la gente.

Conocer la historia como el compendio de sucesos a los que se enfrentaron en el pasado personas como nosotros sirve para tomar partido en situaciones actuales.



sábado, 21 de mayo de 2016

Sykes-Picot y la Guerra Infinita

Cien años después del acuerdo Sykes-Picot estamos nuevamente en la casilla de salida. En el siglo transcurrido el acuerdo que definió las fronteras de Siria, Irak, Jordania, Arabia Saudí, Líbano y Turquía no cumplió ni uno solo de los objetivos con que se había planteado.

Valiatos del Imperio Otomano en Asia, 1909.
Recapitulemos. El acuerdo Sykes-Picot (llamado así por los apellidos de los representantes británico y francés que lo negociaron) pretendía proporcionar un orden de posguerra a las posesiones árabes del Imperio Otomano. En un principio también estaba Rusia en el acuerdo (en él pidió paso franco por los Dardanelos y el Bósforo) pero luego pasó lo que pasó y Rusia quedó fuera.

Este nuevo orden no sería muy diferente de los tratados que las potencias coloniales tenían en Asia y África: reparto pacífico del territorio entre esferas de influencia en cuyo interior se podrían adoptar las fórmulas políticas y el grado de autonomía que las potencias ocupantes desearan. Es relevante añadir que Sykes-Picot fue acordado durante la guerra, años antes de la creación de la Sociedad de Naciones. La vieja fórmula del "protectorado" sería sustituida por la nueva fórmula del "mandato" (de hecho, las tropas francesas entran en Damasco —pegando tiros— antes de que el gobierno aprobara el tratado definitivo en la Sociedad de Naciones).

Primer mapa del Sykes-Picot (16-V-1916). La zona azul sería el mandato francés, la zona A sería territorio árabe bajo influencia francesa. La zona roja sería mandato británico, la zona B territorio árabe bajo influencia británica. La zona amarilla sería de control internacional, con el puerto de Acre-Haifa en manos británicas. (Nota: abajo a la derecha están las firmas de Sykes y de Picot).
En un mapa de las fronteras sirias (pre-2014) observamos que la frontera que separa a Siria de Irak y Jordania es tal cual la trazada en Sykes-Picot, con la excepción de la zona oriental, que corresponde a lo que hasta entonces era el valiato (provincia) de Mosul.
Región otomana de Mesopotamia, con los tres valiatos que la componían. Según Sykes-Picot, el valiato de Basora sería una administración directa británica, quedando el valiato de Bagdad como territorio a organizar por los árabes. Mosul se suponía que iba a quedar en manos francesas y al final no.
Intereses occidentales

Dejando a un lado Rusia por caer de la convocatoria a mitad de la guerra, tenemos dos potencias con intereses en la zona (bueno, en realidad una potencia y Francia).

Los intereses británicos estaban claros:
  • Evitar hacer frontera con la zona de influencia rusa (el Cáucaso y el norte de Persia en aquel entonces). De ahí que el norte fuera para Francia como "zona tapón".
  • Defender el flanco oriental del Imperio Indio, que era el motor de la economía inglesa.
  • Evitar la expansión de un reino árabe independiente.
  • Proteger la producción de la Compañía de Petróleo Anglo-Persa y los puertos para exportar esta mercancía. Será en esta época cuando los británicos decidan eliminar para siempre los barcos a carbón que sustituirán por máquinas movidas por derivados del petróleo.
Francia a su vez tenía sus propios intereses:
  • No perder el estatus de gran potencia (el 90% de su imperio colonial era desierto y jungla infranqueable, el acceso a puertos mediterráneos que abrían rutas hacia oriente podía ser una valiosa fuente de recursos). 
  • Compensaciones de guerra. La mitad de la deuda exterior otomana estaba en manos francesas y este acuerdo preveía la derrota otomana (lo que no previó fue la desaparición del imperio como finalmente sucedió).
  • Explorar nuevas zonas de perforación para la Royal Dutch Shell, compañía de petróleos anglo-holandesa con gran participación de la banca francesa.
Realmente a la cuestión del petróleo sólo se le da importancia años después (aunque hoy es muy jugoso darle importancia). En 1916 era algo secundario ya que en Arabia no se producía petróleo y en Persia se producía poco. Aún así está claro que el petróleo empezaría a ser un producto vital para la economía y la guerra y era necesario diversificar sus orígenes extractivos (Rumanía entra alegremente en la guerra y sus derrotas frente a los imperios centrales le cuestan al Reino Unido la quinta parte de sus importaciones de petróleo. Por cierto, lo de Rumanía en la Primera Guerra Mundial es una historia casi tan graciosa como la de Portugal).

Hay una tercera parte de intereses que tienen que ver con el sionismo (movimiento político que buscaba formar un estado judío). Tras los terribles pogromos de Rusia de principios de siglo, el movimiento sionista había intentado varias veces obtener de las grandes potencias un territorio en el que crear un estado judío (se barajó un trocito de la actual Kenya). De ahí que la influencia del movimiento sionista en el gobierno británico lograra un estatus internacional para una parte de Palestina.
Región otomana de Levante. La zona internacional de Stykes-Picot correspondería a la mitad sur del valiato de Beirut, entre Haifa y la frontera egipcia (Egipto era un protectorado británico).
Entre los intereses del sionismo se encontraban:
  • Lograr un lugar en el planeta donde no se discriminara a los judíos (los pogromos de Odessa, Dnipropetrovsk y Kishinev no tuvieron nada que envidiar a la Kristallnacht).
  • Incentivar más la emigración judía a Palestina (la "aliyá" o "ascenso"), que entre los judíos era conocida como Eretz Yisrael, la Tierra de Israel, el hogar histórico de la gente que profesa esa religión.
  • Formar un estado independiente que garantizara el futuro de los judíos.
A su vez, aparte de los intereses particulares de cada parte, había intereses cruzados. A los británicos les interesaba una Francia fuerte para tener así una vía de contacto con el Imperio Ruso y además un estado judío, occidental, podría contener la posible fuerza de un reino árabe independiente que amenazara sus intereses. A los franceses les interesaba que Reino Unido pudiera proteger su imperio ya que era una garantía frente a la hostíl Alemania. Los sionistas veían en una zona internacional auspiciada por un tratado diplomático el mejor método para no depender de ninguna potencia y poder ser efectivamente independientes.

Intereses no occidentales

Principalmente estaban los árabes (suníes, chiíes, cristianos, drusos, etc.). Durante la revuelta árabe contra los otomanos el jerife de La Meca (digamos, el "protector" de la ciudad santa de La Meca), Husein ibn Ali es proclamado rey de Hiyaz (también Heyaz o Hedjaz). Hiyaz es la región occidental de la península arábiga que contiene las ciudades santas de La Meca y Medina.

Es sabido que en la historia del islam suní, se tiene al califato de Rashidun como la época dorada. De hecho, el islam al tener interpretaciones y usos que van más allá de lo religioso, contiene como forma política ideal el califato, que sería un estado que uniría a todos los musulmanes. Con el norte de África fuertemente atado por los europeos, Turquía tratando de imitar a los europeos y el acceso a otras zonas de la Umma cortado por el imperio persa pro-occidental (y además chií, una herejía imperdonable), la unión de todos los musulmanes tendría que conformarse con la unión de todos los árabes. El pueblo árabe geográficamente unido para formar el califato sería la península Árabe (excepto Omán, que eran y son ibadis y además eran un protectorado británico y Yemen donde hay demasiado chií) y precisamente la zona que trata Sykes-Picot.

Cuando los árabes toman Damasco forman un Consejo Nacional Árabe (esta fórmula como eufemismo de "Califato" podría calmar a los occidentales) y proclaman a Husein ibn Ali "rey de los árabes". El experimento duró poco. Las sucesivas conversaciones internacionales no escucharían las reclamaciones árabes. La posterior Declaración de Balfour estableciendo un "hogar nacional para los judíos" es rechazada por el rey de Hiyaz. Esta falta de cooperación logrará que los británicos no le ayuden cuando el rey de Najd (la zona centro-oriental de la península Arábiga) invada su reino. El rey de Najd era un tal Ibn Saud que acabará proclamándose rey de Hiyaz y Najd y con el paso del tiempo uniendo a los dos reinos y poniéndole de nombre su apellido (Arabia de Saud, Arabia Saudí) porque así se las gastaba.

Los occidentales sabían que el éxito de la revuelta árabe que luchó en nombre de Husein ibn Ali contra los turcos era una moneda de dos caras. Por un lado este rey era una figura reconocida y respetada en todo el mundo árabe, utilizarle podría hacer que los árabes aceptaran los planes occidentales de buen talante. El problema era que un rey para un estado árabe tan grande podría unir a los árabes y llegar un momento en que dejaran de ser aliados de los occidentales. Así que al rey Husein no lo hicieron rey, pero en su lugar nombraron a sus hijos Faisal y Abdulá reyes de Irak (1932) y de Transjordania (1921) respectivamente. Este mismo Faisal fue en la primavera de 1920 proclamado rey de Siria, pero cuando los franceses lanzaron a sus tropas senegalesas y marroquíes contra los árabes, Faisal tuvo que huir y el experimento no duró demasiado.

Pero hay más partes no occidentales que no fueron escuchadas. Están los armenios, que eran una minoría en el Imperio Otomano. Originalmente procedentes del sureste de Asia Menor, los armenios constituían un millet (una "nacionalidad" con su sistema legal separado, pero sin territorio autónomo) hasta las reformas legales del siglo XIX.

Proporción de armenios en 1896. Nótese que entre la zona originaria de los armenios, en Antioquía, el Mediterráneo, hasta el lugar montañoso que acabaron poblando al huir de la discriminación turca, en el Cáucaso, lo que hay en el medio no tiene demasiados armenios. Precisamente esa era la zona de guerra entre turcos y persas (más o menos lo que hoy es Kurdistán).

Con religión, idioma y alfabeto totalmente distintos a los demás pueblos de la tierra, los armenios lograron mantener un sentido de comunidad que en las postimetrías del Imperio Otomano los llevó a aproximarse al Imperio Ruso. Esta aproximación se debe a tener un enemigo común (la religión y el idioma no tenían nada que ver con los rusos, y siguen sin tener). El caso es que durante la Primera Guerra Mundial la Otomanía estaba en guerra con el Imperio Ruso y ¿quién iba a pagar el pato? Los armenios. Los armenios fueron perseguidos y masacrados por los turcos. Se habla de un genocidio de millón y medio de muertos. Cuando por fin Turquía renquea, los armenios forman un país en el Cáucaso pero a los cinco minutos llegan los comunistas y acaban con sus aspiraciones de libertad para siempre.

Bien, pues a los armenios nadie los escuchó. Pasa lo mismo con los kurdos. Los kurdos, como el resto de gente no turca del Imperio Otomano, las pasaban canutas y tras la caída del imperio verán su oportunidad para formar un estado independiente. De forma espúrea llegan a existir la República de Ararat (llamada así por el famoso monte) y el reino del Kurdistán, este dentro de Irak. El problema de los kurdos es que antes de que nadie les escuchara, el golpe de Kemal Ataturk acabó con sus aspiraciones al sonido de los fusiles. Y de todas formas aunque les escucharan nadie les iba a hacer caso: los kurdos están emparentados con los persas por el idioma pero con los árabes por la religión. El terreno que ocupan es una zona fronteriza, de choque secular entre dos imperios por lo que sus posibilidades de prosperar eran muy limitadas. Los kurdos simplemente carecieron de peso para lograr un estado en la época de Sykes-Picot y en los tratados posteriores.

Conclusiones

¿Es Sykes-Picot la causa última de la Guerra Infinita, como dice el Daesh y piensan muchos? Yo creo que precisamente lo que Sykes-Picot nos muestra es que el problema no es exactamente ni religioso ni exactamente tiene que ver con un pasado colonial. Yo pondría el origen del problema antes de Sykes-Picot y de que aparecieran los occidentales. El problema estaría en las últimas décadas de la administración otomana. Los turcos, nominalmente señores de los árabes, se desentendían de ellos y dejaban que gobernara en su lugar reyezuelos y emires que en reinos muy pequeñitos carecían de incentivos para crear administraciones. Un reino pequeño que tiene guerras pequeñas no necesita recaudar dinero ni elevar el nivel de vida de su población, con lo que nunca crea instituciones inclusivas ni la población participa ni tiene voz en asuntos de gobierno (lo que a su vez es carta blanca para perseguir minorías y enquistar mini-conflictos tribales).

Grandes extensiones de terreno en el desierto sirio y de Arabia estaban pobladas por beduinos que llevaban exactamente el mismo estilo de vida que mil años antes. Son beduinos los que toman el poder en Arabia, donde los británicos no tenían demasiada influencia. Como contraejemplo podemos poner Marruecos o Túnez. Tienen un pasado colonial y un atraso secular en lo que es la confuguración del estado-nación al estilo europeo y sin embargo son países funcionales. Y es que en estos sitios existían figuras de autoridad. Un liderazgo fuerte (incluso autoritario) está mal visto en Europa porque aquí nos acostumbramos a instituciones inclusivas desde hace doscientos años. Pero lo que es bueno para Europa puede no ser bueno para lugares del mundo que no han visto instituciones inclusivas en su historia. Un liderazgo aferrado al poder evita de mala forma las disputas intestinas y es capaz de pensar a largo plazo (pienso por ejemplo en un programa educativo para tres generaciones).

La fragmentación de las seculares rutas de comunicación que trajo Sykes-Picot así como la creación de una capa de nuevas identidades nacionales en lo que ya era una nación creó nuevas disputas sobre una capa previa de disputas. ¿Cuál sería la mejor solución para este horrible asunto? Pues probablemente la que propuso en 1918 un tal T.E. Lawrence a su jefe (un tal Winston Churchill).

Zona británica, zona francesa, zona armenia, estado internacional... y muchos interrogantes. El mapa que dibujó Lawrence de Arabia es el mapa más sincero de esta zona del mundo. Los árabes obtienen una salida al Mediterráneo, existe un Irak chií que no forma parte de Persia. Aparece una "zona tapón" para aliviar el eterno conflicto entre árabes y turcos y hay interrogantes en la zona kurda debido a su complicada heterogeneidad. La zona internacional que era muy variada en términos religiosos podría servir como hogar judío por la compensación territorial de un reino árabe unido. T. E. Lawrence probablemente fue el occidental que mejor conocía esta zona del mundo (y no tanto por su participación en la revuelta árabe sino porque durante los años anteriores había efectuado numerosas exploraciones arqueológicas). ¿Alguien le hizo caso? No.

jueves, 19 de mayo de 2016

Los grados de libertad del PSOE

Las huestes de las hordas oscuras andan estos días empapando pañales. Serán las encuestas o el aire de la primavera, el caso es que la alianza impía de retardocomunistas, independentistas, ultramontanos, reaccionarios clásicos, populistas de nueva hornada y todo aquel que piensa que sus sentimientos nos deben importar, copa portadas y titulares. Es el mismo efecto que se produce en la campaña de su equivalente americano, Donald Trump: el candidato Trump ganó de goleada las primarias republicanas porque las barbaridades que decía eran muy jugosas para la prensa. Eso es publicidad gratuita, eso son votos.

Dicen que esto respondía a una estrategia del PP: minar a los socialistas promoviendo su erosión por el ala izquierda.

elespanol
Un PSOE débil por la izquierda le dejaría pocos grados de libertad postelectoral. El famoso sorpasso dejaría al parlamento con dos opciones de formar gobierno: la opción chavista que pasaría por la abstención del PSOE o la opción del partido austrohúngaro que también pasaría por esa abstención (como mínimo). En cualquiera de los dos casos el PSOE debe decidir el mal menor. Y que nadie se equivoque: la decisión no responderá al interés general o al bienestar de los españoles sino a la purita supervivencia del partido.

Tras obtener los peores resultados de su historia y con un liderazgo más que discutido, el PSOE no está como para ponerse espléndido, así que tendrá que venderse barato. Se trata de lentejas, de cargos, de llegar a fin de mes. Demasiada gente come del PSOE y con las cosas del comer no se juega.

Las lentejas. Los micrófonos.
La cuestión es ¿qué veneno es menos malo para el PSOE? No soy ni de lejos el más indicado para valorar esto pero aquí he venido a jugar. La opción menos mala siempre será aquella que deje más libertad operativa, es decir, no casarse, no quedarse sin la libertad de criticar a un gobierno que pueda haber contado con su apoyo en la investidura. En este escenario el PSOE no formaría gobierno de coalición ni con los chavistas ni con el PP, tan solo dejaría que se formase gobierno "en aras del interés general y de la estabilidad".

Y para que este apoyo lo recibiera el PP, el PSOE necesitaría superar la simpleza del mensaje "hacer todo lo posible para que no gobierne el PP". Esto puede ocurrir si obtienen el nuevo peor resultado de su historia, la actual cúpula se va a su casa y en espera de un congreso otorgan su abstención al PP. Aunque dudo que una gestora pueda tomar una decisión así, la nueva dirección del partido que saldría de ese congreso podría tener cierta libertad para hacer oposición a un gobierno gaviota en minoría.

García Page en el día internacional del no sé qué. (García Page es la señora de la izquierda que parece Tomás Roncero).
La otra opción es lo mismo pero con los chavistas. En este caso la coalición de los feos le dejaría menos grados de libertad al PSOE. Formase parte o no de ese gobierno tercermundista, el PSOE no estaría en condiciones de ejercer oposición ya que no son capaces de mantenerse firmes en un discurso que contrarreste el llanto sentimental de la turba totalitaria. Ni qué decir tiene que el sorpasso inclinaría todavía más la pendiente por la que peligrosamente se desliza el PSOE hacia su desaparición técnica.

La gente piensa que los partidos tradicionales son muy grandes, estables y homogéneos. En realidad están unidos por la voluntad de unos pocos, media docena de chicles y unos cuantos alambres. Esto pasa en el PSOE y también en el PP, cuya presencia por todo el país se debe a alianzas circunstanciales con gente de su padre y de su madre que carecen de lealtad al partido. Ejemplos de descomposición de partidos similares los hemos tenido en Italia y en Grecia. La forma en que los partidos se mezclan con las instituciones y reparten rentas con hilos clientelares es la misma en todos los casos (puede que en España las instituciones sean más fuertes pero eso tan solo indica que la descomposición llega más tarde).

Sería injusto que todo recayera en el PSOE. Ante la formación de un próximo gobierno también el PP tiene que poner de su bolsillo. Creo que una parte importante de la población no podría aceptar alegremente que Rajoy volviera como presidente. Los imperdonables casos de corrupción del PP que se han investigado en los últimos tiempos exigen algo más que las medidas estéticas puestas en marcha por los granaderos austrohúngaros. Y desde luego que sería impresentable que volvieran a decir "pero vosotros también tenéis corrupción". A quien tiene más responsabilidad se le exige más.


De ahí que surja una hipótesis que nadie ha comentado. Postular nuevamente a Rajoy como candidato podría ser la baza del PP para obtener apoyos de C's y PSOE. El PP podría en el último momento darse golpes en el pecho y proponer a un candidato alternativo a Rajoy y vender su cesión como el gran sacrificio ante el que los demás partidos no pueden negarse. ¿Hilan tan fino en Génova? Me imagino que no y además tienen que calcular el saldo coste-beneficio de esta estrategia: cambiar de presidente supondría admitir que la corrupción llegó hasta lo más alto (algo que descuenta el electorado pero ellos niegan constantemente), afectaría a su credibilidad y abriría ciertas grietas difíciles de cerrar en la tradición de la derecha española: entre la gente de orden la jerarquía y el liderazgo son importantes.

Dentro del gran cálculo coste-beneficio de todas estas operaciones hay más opciones: dejar que los comunistas gobiernen en minoría. Millones de españoles ya saben lo que es que les gobiernen los reaccionarios: la antítesis del gobierno. A mediados de año la mayoría de sus ayuntamientos todavía no tienen presupuestos, la inactividad legislativa, el nepotismo y un uso estridente de recursos públicos para hacerse propaganda caracterizan su forma de gobernar. En Coruña sin ir más lejos, el mayor logro legislativo del ayuntamiento chavista fue prohibir ciertos experimentos científicos en el Día de la Ciencia para favorecer la magia.

Los podemitas de antes vestían mejor.
Claro que aunque políticamente esto tiene sus cosas a favor, también tiene muchas en contra. Si los agentes extranjeros a sueldo de dictaduras llegan al poder en España, ni nuestros servicios de inteligencia ni nuestras fuerzas armadas podrían reportarles, tendrían que hacer una sutil huelga de lápices caídos y esto afectaría negativamente a nuestra seguridad y felicidad futuras.

En fin, ya veremos cómo acaba esto pero si vuelve a ser imposible la formación de un gobierno, recordemos que tampoco pasa nada por volver a repetir las elecciones. Las veces que haga falta.

jueves, 12 de mayo de 2016

Contra la teoría de la guerra civil europea

Cuenta con cierta fama esa interpretación de las guerras mundiales como una única guerra con una tregua (1918-1939) en el medio. Sería este un periodo de "guerra civil europea" (aquí, por ejemplo) o incluso una "segunda Guerra de los Treinta Años", (recordando aquella época de conflictos del siglo XVII en la que se puso de moda matar alemanes) como escribe Churchill en el prólogo de su primer volumen de su obra "La segunda guerra mundial" (aquí en PDF un trabajo que alude a la expresión).


La Teoría de la Guerra Civil Europea tiene alguna cosa a su favor y muchas en su contra. A su favor por ejemplo cuenta con que es una teoría que es ligera y sencilla de retener entre las orejas. Sin duda también se puede hablar, desde el punto de vista de la historia de las ideas políticas, del momento culminante del nacionalismo como corriente política que fue in crescendo desde el fin de Napoleón (el Vormärz) hasta su expulsión del conjunto de ideas respetables con el horror de los campos de exterminio. Para reforzar este último argumento no podemos olvidar que la manera de tratar el final de la Primera Guerra Mundial fue ceder a las ideas nacionalistas, de ahí que el mapa de Europa se redibujara para contentar a los distintos movimientos nacionalistas y con ello alcanzar el final definitivo de los conflictos entre estados-nación. 

Precisamente como jamás nadie ha tenido clara —ni tiene— la idea étnica de nación esto no funcionó. Los años anteriores al inicio de la Segunda Guerra Mundial fueron testigos de la doctrina nacionalista extrema alemana y del apoyo que recibe de la URSS, un país que se supone que nace del rechazo ruso a la Gran Guerra y del antinacionalismo (es el lugar en la economía, no el origen étnico, lo que une a los hombres según la propaganda soviética de la época).

Solamente en cierto modo se explicaría la Segunda Guerra como resolución de un conflicto inacabado de la Primera. Lo que yo echo de menos en esta teoría son varias cosas. Sigue leyendo en el siguiente párrafo.

Una cosa que echo de menos es que me definan los límites temporales de esta guerra civil europea. No parece que tenga demasiado sentido iniciarla con la crisis de julio de 1914. En aquella época un asesinato anarquista o nacionalista de un heredero o incluso de un jefe de gobierno no era nada extraño (en España mataron a varios presidentes del gobierno y no era un país especialmente conflictivo por razones económicas y demográficas que los niños ya no estudian en la escuela porque estudiar es malo y traumatiza a los chavales).


Austria-Hungría no se levanta un día de buena mañana y decide plantearle un ultimátum a Serbia porque sí (menos aún recibir respuesta afirmativa de Serbia y rechazarla). Nada viene de la nada y es sabido que la crisis de los Balcanes venía calentita de dos guerras que habían tenido lugar los dos años anteriores (aunque la Segunda Guerra de los Balcanes (1913) en realidad fue un poco como jugar al teto con Bulgaria). Pero es que incluso la Primera Guerra de los Balcanes (1912) tampoco aparece de la nada ni es un asunto exclusivo de la Liga Balcánica (Serbia, Grecia, Bulgaria y Montenegro). Rusia tenía interés en aumentar sus garantías en los Balcanes aprovechando la decadencia otomana y para ello buscaba aumentar la extensión del Imperio Búlgaro y de Serbia. Más aún, los eslavos del sur (principalmente Serbia) actuarían como contrapeso frente a los austrohúngaros en caso de conflicto entre los dos imperios.

Por su parte los británicos que contaban con colonias en el Mediterráneo y una dispuesta aliada en la joven Grecia no iban a permitir que se moviera nada sin contar con sus intereses (principalmente asegurar la comunicación con la India a través del canal de Suez y no ponerle fácil a Rusia contar con puertos francos —de Bulgaria— en el Mediterráneo —la salida por Tesalónica que en principio iba a ser búlgara y al final no—).

Pero es que incluso con la participación velada de las grandes potencias (Alemania también andaba por ahí apoyando a los otomanos) estos pequeños y jóvenes países no podían planear atacar a la Otomanía sin más razones que armas occidentales y pulsión nacionalista. Había algo más y para ello hay que irse al año anterior, del que hablaré en el siguiente párrafo.

No comento nada de las revueltas albanesas contra la administración otomana porque revolverse para pagar menos impuestos y no hacer la mili es un clásico. Me voy sin embargo a la guerra Italo-Otomana de 1911-1912. La facilidad con la que los británicos habían obtenido el usufructo de Egipto y los franceses de Túnez exacerbaron las ansias territoriales de una parte de la administración italiana y de la prensa. Pese a que los Jóvenes Turcos buscaban una política de apaciguamiento con las potencias occidentales, Italia rechazó pactar una transferencia pacífica de la Tripolitana y declaró la guerra. Tras un año de combate los italianos tuvieron la décima parte de bajas que los turcos, conquistaron Libia y las Islas del Dodecaneso. Es decir, el gran Imperio Otomano era un gigante con pies de barro. De ahí que inmediatamente los balcanitos se pusieran a hacer planes (en 1912 la Otomanía todavía tenía Tracia y Macedonia).


Sin duda la guerra Italo-Otomana tiene relación con los sucesos de Túnez y Egipto (y con el canal de Suez, claro), pero tampoco es cuestión de ir más atrás, creo que se entiende mi punto. Por cierto, el mismo ejercicio se puede hacer hacia adelante: ¿la guerra acaba en 1945? Se puede debatir: la URSS entra en la guerra de la mano de Alemania y técnicamente estaba en guerra contra los aliados por el asunto de Finlandia, no pocos historiadores afirman que en la SGM hay tres bandos.

Otra cosa que echo de menos (¿os acordáis de que estábamos hablando de las razones en contra de la Teoría de la Guerra Civil Europea?) es precisamente lo que sucede en el llamado periodo de entreguerras.

En 1914 no había totalitarismo y en 1939 sí. Este nuevo ingrediente del cóctel igual tiene que cambiar la perspectiva del análisis de las relaciones entre estados de una época y la otra. Sí, ciertamente los estados totalitarios son continuistas en política exterior (el mejor ejemplo es Rusia, que cambió profundamente su forma política y sin embargo su política exterior no ha cambiado nada desde Pedro el Grande hasta nuestros días), pero en política interior —sobre todo en economía y en propiedad de la tierra— el cambio es considerable.


La Europa de 1914 era un lugar cuyo paisaje no llamaría especialmente la atención a un romano togado. La propiedad de la tierra estaba en muy pocas manos y la agricultura era la base económica de todos los países sin excepción. Esto chirría un poco porque en 1914 hay trasatlánticos, locomotoras y automóviles, pero es que un tío que vive a diez kilómetros de los astilleros de Belfast o de la sede central del Banco de Inglaterra y que come engrudo en su choza destartalada de madera, apenas tapadas sus vergüenzas con harapos, y que desconoce el nombre del pueblo en el que vive, no queda muy bien en pantalla en las historias fantásticas de Hollywood (ya ni hablemos de un tipo de Salerno, Kilkenny o Bucovina).

La Primera Guerra Mundial como movilización total de los medios técnicos y humanos de los países contendientes cambia profundamente las seculares estructuras de propiedad, jerarquía, relaciones sociales y costumbres. Ya no serán privilegios de sangre (que seguían operando hasta en las democracias más consolidadas como Francia o Reino Unido) los que determinen la posición de un individuo dentro del estado sino su utilidad para el estado la que determine esa posición. La leva mete a la mujer en la fábrica (nada hizo tanto por los derechos de la mujer como la sangrienta guerra). Las bombas hacen necesario aumentar la eficiencia de la extracción de recursos, la formación de los extractores de recursos y el aseguramiento de su transporte. Infraestructuras, industrialización y educación avanzan al ritmo de las bajas en las trincheras. En este sentido se puede decir que Francia, Italia, Estados Unidos y la parte occidental de Austria-Hungría se "alemanizan".

Si en un momento Prusia llega a ser el reino más importante del Imperio Alemán se debe al éxito de su industrialización temprana, a su meritocracia y a ser prácticamente una economía de guerra a disposición del ejército (cuando la corrupción no es robar a una difusa burocracia sino debilitar a la patria, se convierte en traición y en deshonor para la familia y además te fusilan, no te meten en la cárcel). Que la labor más valorada en Prusia fuera el empleo militar tiene que ver con viejas historias de órdenes de monjes guerreros en el Báltico (nada viene de la nada). Esta filosofía de "un ejército y detrás un país" en cierto modo se traslada a las potencias contendientes de la guerra del 14.

Como toda guerra industrial, la del 14 es una guerra de recursos y logística. Alemania no se rinde por falta de ganas de matar franceses sino porque en sus ciudades escaseaba el pan. Se trata de una amarga derrota en la que la población civil ha sido una molestia. Bueno, no toda la población civil, una parte de ella: los derrotistas y los que profesan lealtad a obediencias extranjeras. ¿Nos suena?

Sobre todo en Alemania, al contrario de lo que ocurre antes de 1914 cuando el enemigo siempre está al otro lado de la frontera y come baguetes, por primera vez el enemigo está dentro. Si los alemanes salen de la guerra con el sabor amargo de la derrota en los labios y una sociedad dividida, los sucesos de Rusia no hacen sino echar más leña al fuego. Hablo de un nuevo factor desestabilizador en el orden internacional: los chicos de Petrogrado.


El espía alemán más famoso de todos los tiempos tiene éxito en su misión rusa. Los bolcheviques de Petrogrado tan solo evidencian el malestar de la población con un gobierno incapaz ante una guerra que le venía grande: cargas de caballería que acababan en comida para perros ante las ametralladoras alemanas, regimientos completos del ejército que se negaban a seguir órdenes, deserciones masivas (con el consiguiente efecto en la inseguridad local), todo esto sumado a una producción escasamente mecanizada que necesitaba niños para recoger la comida del campo y no tenía niños porque los niños estaban marchando donde Cristo dio las tres voces.

La guerra civil rusa (desde 1917 hasta que se retiran las últimas tropas aliadas de Rusia —los japoneses— en 1925) es el tercer gran conflicto internacional del siglo XX en número de bajas (y hablo de millones de bajas). Pese a ello se suele pasar por alto y se suele comprar la versión de la historiografía soviética (aun hoy) en la que una alegre muchachada es seguida por la población, machaca a cuatro reaccionarios malvados y triunfa la revolución socialista. Nada más lejos de la realidad. Durante casi una década de guerra la posible victoria bascula varias veces entre el Ejército Rojo y los ejércitos no rojos (que a veces también peleaban entre sí). Una vez que los chicos de Petrogrado (una élite de periodistas y profesores de escuela, ninguna revolución surgió de las masas) resisten y acaban con el gobierno de Moscú (Rusia iba a ser una monarquía constitucional pro-occidental, pero ese plan salió mal) efectivamente salen de la Gran Guerra (con grandes concesiones territoriales) pero pronto empezarán a operar para exportar la revolución socialista a todo el mundo.

"RSFSR. Quien no trabaja no come", Tashkent, 1920.
El ascenso de los bolcheviques al poder en varias ciudades rusas tiene lugar al mismo tiempo que la derrota alemana. Tras el primer año de guerra civil rusa parecía que los bolcheviques se asentaban con el aumento de capacidad de maniobra y recursos que eso conlleva. Los líderes bolcheviques son puestos como modelo de los socialistas europeos dispuestos a hacer triunfar la revolución socialista internacional. Antes de organizarse la III Internacional ya salen de Rusia agentes con joyas en las maletas para sufragar posibles revoluciones en Europa (en las zonas controladas por los soviets había dejado de circular la moneda).

Solamente un mes después de la rendición alemana se produce el levantamiento espartaquista en Berlín, que es sofocado con dureza por el desmotivado nuevo ejército republicano con ayuda de los Freikorps (estos sí que estaban motivados). Un mes después se proclama la República Soviética de Hungría, que fue un despiporre (la cosa acabó fatal con el ejército rumano invadiendo Hungría). Igualmente se proclama la República Soviética Eslovaca (dura quince días) y la República Soviética de Baviera.

Berlín, enero de 1919. Tanque británico (capturado durante la guerra) usado por los Freikorps, nótese el Totenkopf.
Un año después del final de la Primera Guerra Mundial los ejércitos de la Triple Entente siguen combatiendo en Europa Central a los hooligans de Moscú. Y luego está el asunto de Polonia que fue una maravilla: la tercera vez que Polonia vuelve a aparecer en el mapa lo hace por la retirada del ejército alemán del frente oriental. En tierra de nadie aparece Polonia sin fronteras pactadas en ningún tratado internacional y para evitar la extensión de la guerra civil rusa a su territorio entra en guerra con los rusos. Esta guerra dura dos años y logra detener la exportación revolucionaria rusa. Los siguientes congresos de la Internacional Comunista procurarán otra estrategia menos conflictiva con su programa de alianzas con socialdemócratas blanditos en los llamados "frentes populares".

Las mayores operaciones de combate en Europa Central terminan a finales de 1920. Las economías arrasadas, las familias de luto, el revanchismo a flor de piel y la casa sin barrer. La reacción contrarrevolucionaria parece una opción deseable frente a la caos impredecible de los comunistas. Esta reacción es especialmente aguda entre las filas de los viejos socialistas. Durante la Gran Guerra los partidos comunistas europeos se dividieron entre partidarios y detractores de participar en la guerra. Y después de la guerra, en las minirevoluciones europeas los militantes (incluyendo prensa, sindicatos y locales) socialistas fueron el primer objetivo de los comunistas. La gran división que había creado la III Internacional sería el origen de pequeños partidos socialistas con un fuerte componente nacionalista. El espía británico más famoso de todos los tiempos es elegido diputado en Italia en mayo de 1921. El anticomunismo de los socialistas más radicales sería posteriormente instrumentalizado por la vieja élite industrial y aristocrática.

De esto ni hablo.
Es decir, para 1939 tenemos componentes ideológicos inexistentes en 1914. En 1914 no combaten dos formas de gobierno sino dos alianzas que perseguían lo mismo (primacía, recursos, colonias). En septiembre del 39, sin embargo, sí hay un enfrentamiento ideológico. La guerra enfrenta a sistemas incompatibles que no pueden coexistir en el mismo continente. La segunda guerra parte del conocimiento adquirido durante la primera (el uso de armas químicas se limita a Asia y aparecen la guerra de tanques y los bombardeos masivos).

Mi punto es que la SGM se debe más a los acontecimientos del periodo de entreguerras que a las discusiones del Tratado de Versalles (digo más, esta excusa es la que utilizaron los nazis). Tocará seguir rascando el tema en otra ocasión.



lunes, 2 de mayo de 2016

Explosión alt-right

El movimiento de la alt-right es la respuesta a la pregunta ¿puede existir una doctrina antiideológica que compatibilice los principios antienciclopédicos con el anticatolicismo? Pues parece ser que así es y esta gente tan moderna que hace bandera de la antimodernidad viene a demostrarlo.

¿Quiénes son estos fulanos y por que son un tema? Estos fulanos son gente que son calificados por cualquier europeo leído como fascistas o neofascistas pero una atención más pormenorizada hace que el epíteto sea incorrecto. Los fascistas tenían un componente identitario como la alt-right pero alababan sobre todo al estado y estos modernos antimodernos tienen opiniones diversas sobre el estado. Digamos que de momento más que un movimiento político son un movimiento estético (en la posmodernidad la distinción entre una cosa y la otra es sutil, también es verdad).

Lo del anime supongo que es influencia de 4chan/pol. Aunque existe desprecio hacia los asiáticos, muchos de estos racistas entienden que Japón es un caso especial. Yendo más allá, el nacionalismo blanco se supone que acepta que "cada raza" viva en "su zona del mundo", cosa que también decía Malcolm X, por cierto.
Los alt-right ("derecha alternativa" en la lengua de los piratas del norte) saltan a la palestra por la campaña de nominación republicana a las elecciones de 2016. Resulta que en esta campaña Donald Trump, el Pocero americano, está teniendo un gran éxito entre grupos muy concretos de la demografía por hacer un discurso que anatematiza al resto de la demografía. El descarado populismo simplón del señor Trump proporciona audiencia a las cadenas de noticias —a todo el mundo le gusta reírse del tonto del pueblo— y el magnate neoyorquino logra así miles de millones de dólares en publicidad gratuita para su campaña, cosa que lo ha puesto como favorito en delegados y en las encuestas.

En puridad Trump no representa a los alt-right (es más, Trump es visto por la derecha del establishment como un personaje con tendencias excesivamente izquierdistas, yo dudo que tenga algún tipo de idea política), pero los alt-right se sienten cómodos con Trump. Prohibir la entrada de musulmanes a los Estados Unidos y hacer un loco muro en la frontera mexicana son cosas que les gustan mucho a estos heterogéneos identitarios. De hecho, puede que el identitarianismo sea el único pegamento que los mantiene unidos para poder identificarlos. Este identitarianismo sobra decir que tiene que ver con un racismo que va más allá de la supuesta raza y alcanza opciones religiosas (un bosnio es tan blanco como un checo, pero es moro y entonces para esta gente ya es genéticamente inaceptable).

Sobre cómo la nueva interpretación racista del mundo que hace esta gente es especialmente loca puedo añadir que existe dentro de este grupo un racismo... antifinlandés.

wat
Sí amigos, hasta este punto están reventados de la cabeza. Tradicionalmente los racistas considerarían a los vecinos de Papá Noel como parte de la raza blanca, pues ahora ya no. Ahora los finlandeses forman parte de la "raza amarilla", por aquello de la línea de Hajnal. Y es que algo que diferencia a estos alt-right del resto de la derecha es el uso compulsivo de los métodos... progres.

La línea de Hajnal (Hajnal, 1965) se supone que separa a las sociedades según la edad del primer matrimonio y el grado de soltería. En algún sitio es superpuesta a cualquier otro mapa aleatorio, como el Índice de Democracia y la distinción individualismo-colectivismo. Dale un mapa a un tonto y compra palomitas.
De todos es sabido que para establecer el sentido común progre en las mentes y corazones de Occidente (eso que algunos llaman "consenso socialdemócrata", otros "corrección política" y los alt-right "cultural marxism") fue necesario dar rienda suelta a los progres en las facultades de Humanidades (o subestimar el poder de la universidad). Millones de artículos académicos tratando de explicar el mundo y diciéndonos cómo gobernarnos acabaron dando forma a la sopa pastosa que hoy vemos como "sentido común", una sopa que la derecha traga con disgusto, pero traga. Los alt-right, por contra, rescatan artículos académicos muy cogidos por pinzas y basan en ellos sus justificaciones racistas. Estudios con metodología seria basados en premisas mágicas que refuerzan conclusiones mágicas. Como hay términos científicos en esos papeles, la gente suele miopemente creérselos: asuntos como test de inteligencia raciales o conductas reproductivas. Uno de los últimos artículos académicos utilizados por los alt-right que leí (alguien tiene que mancharse las manos) hablaba de la doble selección darwiniana inversa en las poblaciones humanas: los mejores y más inteligentes tienen menos hijos y los peores y más burros tienen más hijos. Sobra decir que estamos hablando de blancos y amarillos frente a inmigrantes morenos de distinto grado. Lo que nos lleva inmediatamente a la justificación científica del racismo, por mucho que eso no sea ciencia, sino magia potagia.

La conexión rusa

La forma de verse que tiene esta gente aparte de los discursos de Trump es Internet. Su señalamiento a los medios de comunicación del establishment los empuja a informarse y compartir noticias de medios alternativos. Entre estos medios se cuentan estrellitas interneteras de la extravagancia política, conspiracionistas y gente a la que presta su altavoz el Kremlin.

Russia Today (RT) mezcla noticias más o menos sesgadas ("Última Hora: el presidente de Estados Unidos es una víbora") con purrela conspiracionista totalmente lóquer. Este canal da pie a gente que hace vídeos sobre gobiernos en la sombra y camarillas de judíos-illuminati-alienígenas que controlan el mundo que refuerzan las ideas preconcebidas de su audiencia y acaban calando como "la verdad que otros no te cuentan". Dentro de este conjunto encontramos además a Breitbart, InfoWars, Prison Planet, Drudge Report, el podcast New Alternative Right y American Renaissance. En Internet nada de esto es dificil de encontrar pero en los quioscos es imposible.

Sobre la relación Rusia-alt-right hay más. La actual política de esa oligarquía corporativista deslabazada que conocemos como "gobierno ruso" es vista con buenos ojos por los alt-right. Políticas que criminalizan a los homosexuales, discursos propagandísticos sobre poder militar y la imaginería de símbolos y liturgias propias de un régimen autoritario son endiabladamente atractivas para los alt-right. De la misma forma el gobierno nacionalista polaco o el húngaro son vistos con buenos ojos por su tendencia al identitarianismo y sus advocaciones a defender los valores occidentales frente a los bárbaros. Putin es tratado como ejemplo de líder autoritario (ser autoritario es positivo para ellos, ya que confunden autoritarismo con fortaleza) y al que "no le tiembla la mano para tomar decisiones", en oposición al parlamentarismo blandito de las democracias liberales (que históricamente suelen ser las que al final ganan las guerras).

Imágenes que decoran el blog Grey Enlightenment. Un popurrí.
Economía

Una de las caracteristicas más curiosas que identifico en los alt-right es la carencia de ideas económicas (o, mejor dicho, la carencia de un corpus doctrinal único en lo económico). Hoy que lamentablemente basamos la política —y la moral— en decisiones económicas esto llama mucho la atención. Sin embargo en esta gente esta ausencia tiene mucho sentido.

Uno de los orígenes de este movimiento es el desánimo causado por el cambio de rumbo de los conservadores americanos en 1964. Cuando la derecha deja atrás temas como la familia, la comunidad y la tradición y reduce su ideología a una triste y gris hoja de cálculo, a hipotecas y crecimiento del PIB, es como si se dejara lo importante olvidado atrás. No me equivoco mucho si afirmo que para los alt-right el cuidado de la naturaleza tiene más importancia que el precio del dinero. A esto contribuye la heterogeneidad de origen de sus integrantes: gente que va desde el individualismo americano ácrata hasta la derecha protestante pasando por paleoconservadores (Pat Buchanan está encantado con esta gente).

Ver a Juana de Arco con la bandera republicana es como ver a El Cid con la bandera de la ONU. Ok.
El populismo de Trump y el discurso del FN francés (cuya imaginería de Juana de Arco flipa a esta gente y que, no lo olvidemos, tienen excelentes relaciones con Rusia) sí tienen puntos en común en lo que a economía se refiere: se trata de poner medidas proteccionistas y albergar "campeones nacionales" à la De Gaulle (sectores de la economía en los que participe el estado mediante empresas públicas), pero a título individual no parecen tener las cosas claras y no insisten en el tema.

Los enemigos

Propaganda alt-right. Os ahorro comparaciones de negros y simios e imágenes de judíos como las que aparecen en El Jueves.
A pesar de denunciar el control de una élite político-económica en la sombra (normalmente con judíos ahí metidos, en esto no innovan) no critican el totalitarismo surgido en países de mayoría blanca. Así el totalitarismo islamista o comunista sí es denunciado pero no el del nazismo o del fascismo. Desde luego que los progres son el enemigo así como los pro-globalización, los que defienden cierta apertura de fronteras, el libre comercio, etc. De entre el grupo de enemigos destaco a los conservadores. Curiosamente alt-right es un movimiento que nace por oposición al conservadurismo y en general a la derecha. De ahí que pretendan ser "derecha alternativa".

A los conservadores del establishment les llaman cuckservatives que vendría a ser una mezcla de palabras entre conservador y cornudo. Es decir, aquellos que se dejan engañar o que contribuyen a un engaño y con ello perjudican el porvenir de la raza blanca (por cierto, ¿sabíais que los "amarillos" fueron considerados de raza blanca hasta que se decidió que no? Supongo que el cambio estaría por la época de las guerras del opio. Hay que ver qué cosas tienen los no católicos). Todo aquel que contribuya a la mezcla racial y que promueva la inmigración de razas diferentes es el principal enemigo. Si aceptamos que la globalización y las migraciones sur-norte de las últimas décadas son producto de esta globalización, entonces los gobiernos occidentales sin distinción política son el enemigo (curioso que sean los mismos enemigos que tiene Rusia, ejem).

Bizarrismo

Que esta gente viva en Internet tiene consecuencias bizarras. Existe por ejemplo una conexión muy extraña entre personajes de animación japonesa y la campaña de Donald Trump. (Ya os avisé que todo esto era muy loco).


Supongo que esto se debe al comentario despectivo que un estratega republicano hizo para la MSNBC llamando a los seguidores de Trump "solteros sin hijos que se masturban con el anime". Este señor no dijo esto gratuitamente (o no del todo gratuitamente) ya que parte de esta gente venía caliente (con perdón) por el asunto del Gamergate.

El Gamergate fue una polémica entre críticos de videojuegos y jugadores de videojuegos que comenzó allá por 2014. Los primeros empeñados en denunciar la poca sensibilidad de los videojuegos con temas sociales como el rol de la mujer, la violencia física, la falta de protagonistas morenos, etc. y los segundos empeñados en que les dejen jugar en paz. Bien, pues la polémica estuvo subida de tono con denuncias y amenazas cruzadas y fue una buena escandalera. Parte de la lectura del Gamergate se ha interpretado como la imposición de una agenda política en la creación artística de los videojuegos y la reacción en contra acabó organizando a grupos en Internet contra la llamada "corrección política". Parte de estos grupos han acabado apoyando a Trump por su discurso contrario a la "corrección política". ¿Véis cómo se va relacionando todo? Marhuenda jamás te explicará esto.

Aparte del Gamergate existe otro nexo de unión muy loco entre los dibujos japoneses y los alt-right. ¿Os acordáis de la fiscal general de Crimea, Natalia Poklonskaya? Bien, pues fue nombrada presidenta de la Sociedad de Amistad japonesa-rusa, tiene una comunidad de seguidores que le hacen fanart y le componen canciones con extractos de sus intervenciones públicas y felicitó el Año nuevo de 2015 a los rusos con un vídeo que la recogía a ella y a una foto del zar Nicolás II.

Si uno va a grupos de conversación de los alt-right, las imágenes de la familia imperial rusa son constantes. Existe una línea de continuidad entre la tradición rusa y el anime por medio de esta mujer.
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Y ya que hablamos de fotos de emperadores, las imágenes que evocan el pasado suelen ser un apoyo estético propagandístico habitual en estos grupos especializados en memetizar imágenes que son rápidamente viralizadas.


Imágenes del pasado e imágenes de la naturaleza —que me recuerdan a Knut Hamsun— que comparten algunas de estas personas se mezclan con imágenes de dibujos racistas (intencionadamente) cutres del Paint e imágenes manga. Y luego está el asunto de los lobos: imágenes de lobos en bosques brumosos, con su variación de animales solitarios. Cosa que entronca con la iconografía nazi.


De todos estos temas hay distintas variaciones: fotografías de catedrales. fotografías de artesanos trabajando con las manos y sobre todo imágenes que yo situaría entre 1871 y 1914. Esta apelación a una supuesta arcadia feliz es más habitual encontrarla entre europeos que entre americanos. Recordemos que este movimiento es global por definición.

Un tumblr de alguno de estos individuos. Montañas brumosas, cosas nazis y ama de casa.
Desde luego que existe una evocación romántica cuando vamos hacia el tema de la naturaleza. Todo irracional cree que explica más cosas sacando una foto a una seta que a un acelerador de partículas.

Acabo

Que la extrema derecha cambie de nombre y aprenda a utilizar Internet no es novedad. Lo que sí puede ser novedad es que movimientos particularistas de cada país encuentren un nicho de conexión internacional. En Internet no existen (aparentemente) fronteras entre países y, como siempre ocurre, parece que se están organizando. Mucho se lo deben a Donald Trump, un tonto útil que les ha abierto la puerta para colar el racismo como una enmienda total al "sistema". El velado apoyo indirecto de Rusia es otra novedad con la que antes no contaban. Veremos si de aquí a un año seguimos hablando de esto (por incomparecencia del contrario) o desaparece (por sus contradicciones internas).