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«No te pego porque te acostaras con mi mujer, te pego porque además era mi hermana». |
Si empezamos por el principio —y el principio suele ser un buen lugar para comenzar algo— tenemos que plantear cuál es el cometido de la religión en nuestra historia. ¿Se busca añadir detalles al fondo del cuadro, se pretende hacer orbitar la historia en torno a elementos religiosos o la religión va a tener una función intermedia? Del grado de importancia que tenga se entrará en más o menos detalles. Ocurre aquí con la religión lo mismo que con la geografía, el arte o la gastronomía: el nivel de detalle (y espacio que se le dedique) responde a necesidades de la historia.
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No por favor, el mago Merlín otra vez no. |
Historias en las que la religión no es importante
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Vestidos del Rus de Kiev. |
Miremos por donde miremos siempre —generalizo— encontramos el conflicto entre civilización y barbarie. Si nos vamos a unas coordenadas hispanas el conflicto no incluye a "bárbaros salvajes" porque aquí la romanización fue plena (no exactamente plena pero en comparación con la Britania del VI y su retroceso la diferencia en que me baso está clara). El espacio donde existen los conflictos es compartido y entre pueblos o reinos el sustrato es fundamentalmente homogéneo.
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Canecillos de la colegiata de San Pedro de Cervatos, s. XII. |
Aunque a la historia no le haga falta profundizar en la religión es preciso esbozar algún aspecto religioso pues si el punto de partida mental es cierta idea medieval y en aquella época la religión determinaba aspectos fundamentales de la vida cotidiana, de los horarios y costumbres, en la ficción lo suyo es que también esto sea así. Puede que no estemos hablando de la influencia que tenía la religión en la antigua Roma o de la mezcla entre religión y estado de los imperios que nacen después de la misteriosa oscuridad tras la crisis del bronce (aquellos hiperbóreos para quienes el Dios del Antiguo Testamento era un progre hippy), pero algo tiene que mostrarse.
Historias en las que la religión sí es importante
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Uno de los templos de Khajuraho, s. XII. |
Oh, por cierto: religión organizada y religión no organizada. La religión no organizada no puede existir. Y esto es axiomático. Continúo.
La clave del conflicto épico bien puede ser religiosa: el control de una ciudad santa, un rey a favor de la heterodoxia (recordad el XVIII Concilio de Toledo, del que no sabemos nada y por eso podría servir como punto de partida para una historia fantástica), la guerra santa (el único tipo de guerra medieval de escala épica), etc. Que el origen del Gran Conflicto de Trasfondo sea religioso no quiere decir que los protagonistas de la historia estén hablando todo el día de religión. Una vez que hay guerra los motivos íntimos de los personajes que se apuntan voluntaria o involuntariamente a ella pueden ser diversos.
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Detalle del templo budista de Wat Rong Khun, 1997. |
En este punto hay que luchar con la muy extendida y errónea idea moderna de que la religión era utilizada en tiempos pretéritos como "excusa". Según nuestros imaginativos historiadores contemporáneos las guerras de religión tendrían como causa real la búsqueda de unos objetivos temporales y nada religiosos (ventaja comercial, conquista territorial, etc). Nada más lejos de la realidad: la sociedad medieval no era tan prejuiciosa y temerosa de la magia como la sociedad moderna pero sí mucho más religiosa. Si ciertos comportamientos ponían el alma de alguien en peligro se cuidarían mucho de evitarlos. Esto es dificil de digerir pero si no se entiende no se logrará la visión de la historia más cercana a la historia que nos sea posible.
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Santa Muerte. A la Legión le gusta esto. |
Cuando se trata de asuntos mágicos lo importante es establecer límites, leyes, para evitar esos Deus Ex Machina que arruinan cualquier obra. La magia en ningún caso puede ser todopoderosa (regla de oro: cuanto más se respete la termodinámica mejor). Cualquier escenario hispano contará con cenobios y monasterios, esos lugares de contemplación y estudio que fueron islas de universalismo en un mundo particularista. La apuesta menos arriesgada es establecer una ínitma relación entre magos y monjes. Los monasterios podrían ser escuelas de magia. Y quien dice monasterios dice conventos. Conventos de hechiceras amazonas. O también los monjes ser guardianes de la magia: una magia recogida en viejos pergaminos de los antiguos (sí, de aquel Imperio de los Antiguos que dejaron ruinas en el paisaje y obras de ingeniería que no pueden ser reproducidas porque el mundo perdió su magia).
Conflicto Trascendental
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Siempre hay algún griego más listo que tú. |
Como la religión (o religiones) es organizada, tiene existencia institucional y poder temporal, existen muchas posibilidades de que se haya "apartado del camino". Las entidades sobrenaturales (o la) tendrán así una excusa para establecer algún tipo de contacto entre el mundo sobrenatural y el natural. Esta comunicación se puede producir por el habitual método de sueños místicos, plagas, mensajeros alados o avatares.
Dependiendo de qué tipo de Conflicto Trascendental tengamos entre manos el lector y/o los personajes tendrán más o menos información. Puede que la invasión de los infieles sea reflejo de una batalla que tiene lugar en el plano trascendental. La victoria última sobre el invasor y su expulsión definitiva ¯\_(ツ)
Y aquí un inciso porque si una religión organizada es funcional —y tenemos que suponer que lo es— las prédicas de agoreros y milenaristas no pueden ser puntos clave de la obra. El predicador que actúa solo, es tratado de loco y al final tiene razón... pues al final no tiene razón y efectivamente está loco. Mucho ojo con tomar el camino fácil de imitar la tradición protestante —sobre todo americana— de las pequeñas iglesias independientes. Aquí no ha lugar a eso más que para quitarles la razón, escarmentarlos y reconvenirlos. Enlazado con esto tenemos el concepto de "culto" o "secta", que carece de sentido dentro de nuestras coordenadas.
Diseñando religiones. La población
Ni siquiera en un mundo de fantasia el mundo es una pizarra en blanco donde las cosas aparecen de la nada. Existen múltiples sustratos y capas que van decantando ciertos componentes que llegan hasta el presente. Si en nuestra historia existió un "Imperio de los Antiguos" habrá que determinar hasta qué punto los seres del presente son conscientes de su existencia y qué cosas conocen de él. El pasado, las tradiciones antiguas suelen formar la base del presente aunque la gente no sea consciente. Puede ser necesario diseñar una religión de los antiguos que no será usada en la obra, hay que pensarlo.
La religión también depende mucho del público al que se dirige. Si asumimos que gran parte de la población se dedica a las labores del campo, la religión estará adaptada a la vida en el campo. Aparte de salvar almas (si es que existen en la historia), de explicar el origen y el fin del mundo (si es que los hay), de dar sentido a la vida y de dibujar la moral, la religión tiene un sentido práctico incuestionable: ayuda a medir el paso del tiempo.
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Ojalá gente del neolítico espantando a garrotazos a esta chusma miserable. |
Nos tenemos que preguntar qué grado de sofisticación tiene una religión: ¿es una religión para un pueblo analfabeto y agrario o es una religión para una liga de ciudades comerciales? ¿Acaso es una religión que sirve a todos igual? Si la religión procura el universalismo (una religión de campesinos, reyes y burgueses) su grado de tolerancia será alto. Existe un compromiso entre lo tolerante que es una religión y la heterogeneidad de las personas que pretende alcanzar. En consecuencia, si se trata de una religión para una sociedad homogénea su grado de intolerancia será alto (ojo, hay excepciones como el tengriísmo mongol).
Habría que explicar cómo es posible la heterogeneidad poblacional y la homogeneidad. Un pueblo protegido por las montañas o un pueblo isleño lo tiene más fácil para lograr una homogeneidad que produzca una religión intolerante. La religión intolerante es un buen motivo para tener una sociedad hostíl al contacto exterior. Sin embargo, aquellos reinos que heredan el territorio del Imperio de los Antiguos tienen un sustrato de universalismo o la "idea" de formar parte de un todo mayor. Ah, pero nunca hay que olvidar que no existen los teléfonos (salvo algún instrumento mágico cuyos guardianes se cuidarán mucho de no revelar). En los reinos homogéneos la homogeneidad hay que trabajarla y ahí la religión organizada cumple una función importante: más allá de lealtades temporales existe una lealtad trascendental y una jerarquía a su servicio. El trabajo de homogeneización se puede lograr mediante reuniones de prebostes religiosos y/o mediante la reproducción de libros canónicos (en el segundo caso habría que dedicar recursos a la persecución de libros apócrifos y quien dice persecución no dice necesariamente censura, sino rdiculización, por ejemplo).
La religión organizada nos plantea un problema de escala. En demasiadas historias de fantasía épica cada reino tiene su religión (y a veces cada reino tiene su religión, su lengua, su paisaje y su raza), pero si la misma religión es compartida por varios reinos los motivos de conflicto no pueden ser religiosos, excepción hecha con las herejías. ¿Qué ocurre si un reino oficializa una herejía? Todos los demás dejarán a un lado sus diferencias para hacerlos picadillo. A mí personalmente me gusta más cuando el conflicto religioso se produce entre religiones inmiscibles. Cuando explicaciones del mundo son tan distintas que no pueden coexistir. Cuando la afirmación de unos supone la negación de otros. Igual que no caben dos soles en el cielo no caben en la tierra Darío y Alejandro.
Cuidado con un problema que puede surgir: si una religión es muy extensa y cubre a gentes muy distintas, su grado de tolerancia puede ser tan alto que no conozca otras religiones que no sean incompatibles. Puede aparecer la aberrante idea de armonía que encontramos en la tradición china o el sincretismo total de la religión romana. Es decir, un reino muy grande no tendrá demasiados motivos para la guerra religiosa.
Diseñando religiones. La ley
Comunicación intergeneracional de mitos, rituales de socialización, aproximación a las verdades (conocimiento) por revelación,... La religión cumple muchas funciones pero donde más impronta deja es en la formación de una moral. Códigos de conducta no escritos que son leyes aceptadas por la gente. Si está "bien visto" dar limosna, los mendigos pedirán limosna (si no, no habrá mendigos pedigüeños). Si está "bien visto" curar a los enfermos, los enfermos no serán repudiados.
Realmente aquí hay poco que decir porque asumo que el autor —por muy rebelde que sea y al margen de lo que crea que cree— come sopas de moral católica a dos cucharas. Si se quiere buscar el exotismo habría que acudir a referencias que nos son extrañas: una moral basada en la economía nacional (que sea moralmente deseable que el reino no contraiga deudas), una moral basada en la superioridad de un tipo de persona sobre el resto (la mujer sobre el hombre, por ejemplo) o una moral que compartimentalice a la sociedad y que cada miembro sea muy consciente del lugar que ocupa y lo que se espera de él (moral marxista).
Aquí las normas de conducta derivadas de la religión tienen mucho que ver con el tipo de sociedad que queramos diseñar. Para una sociedad basada en la rapiña será virtuoso hacer campañas de ataque y botín (norteños). En una sociedad esclavista será virtuosa la lealtad del esclavo hacia su amo (Roma). Etc.
El comportamiento moral sólo destaca en oposición o comparación a otro comportamiento moral. Lo que para unos es lo esperable para otros es aberraciíon a evitar. Esto tiene implicaciones muy interesantes a la hora de jugar con los personajes. A mí me gusta mucho la figura poco explorada del malo que no tiene maldad. Hace cosas que son malas pero que para él no son malas en una escala que va desde los insectores del Juego de Ender hasta el dios ciego e idiota Azathoth de la mitología Lovecraftiana. En demasiadas ocasiones nos encontramos con personajes malvados que no tienen sentido, para evitar esta infantilización innecesaria acudimos a la construcción de morales (excepción hecha cuando no existe una moral, como en el caso de Azathoth).
No confundir el enfrentamiento entre morales incomunicadas con la escala de valores que en cada momento y lugar son cambiantes. Una moral se puede basar en varias virtudes y las personas siendo conscientes de estas virtudes desarrollar una escala de valores o de comportamientos más deseables que otros. La diferencia en la escala de valores lleva a conflictos dentro de la sociedad homogénea (incluso dentro de la sociedad que forma la tripulación de un barco). Es más, los valores pueden cambiar con el tiempo: un personaje que en su juventud buscaba evitar conflictos, en su madurez puede aceptar el conflicto y meterse de lleno. Muerto el viejo rey, el nuevo rey (elegido por la corte, no heredado, recordad que nos basamos en la Edad Media) puede tener unos valores diferentes.
Diseñando religiones. La estética
Paradójicamente lo menos importante es a lo que más importancia se le da en las guias anglosajonas de construcción de mundos. Símbolos, nombres, colores, ropas, arquitectura y ritos realmente son lo de menos. Estas cosas vienen determinadas por los recursos naturales disponibles (granito, madera, adobe, lino, lana, algodón...), el nvel tecnológico (poleas, ruedas, grúas, hornos...), el mestizaje (zona geográfica, reaprovechamiento de tecnología antigua...) y la necesidad (sacrificio de exceso poblacional, de inútiles, etc).
Aquí nos podemos hacer algunas preguntas: ¿la clerecía tiene poder temporal (signos externos de opulencia, templos-palacios)? ¿El grado de introducción en una religión conlleva signos personales externos (los musulmanes que completan el Hajj pasan a tener un sobrenombre y hay frailes que llevan tonsura)? ¿Los templos tienen alguna función astronómica (el momento del año suele determinarse por la posición de las estrellas y el sol (o soles))? ¿El dios o los dioses de la religión tienen forma humana? ¿Se pueden representar? Como digo, esto es lo de menos y ya responde al criterio estético que se busque.
3 comentarios:
Hola, Pablo:
Excelente post, lo he disfrutado mucho! Juego al rol desde hace 25 años y he diseñado (para mi grupo de amigos) varios mundos de juego. Sin duda lo más divertido es crear las diferentes religiones, con panteones de dioses fikis o ucronías basadas en nuestra historia. Creo que fue el tebeo de SuperLopez "la caja de Pandora"(excelente sátira de Jan) el que me marcó en la infancia.
Una campaña de rol de la que quedé especialmente orgulloso tenía por protagonistas a Humanistas elfos oscuros en la sociedad fanática a Lloth, muy muy divertido(sobretodo para el master)
Lo dicho, enhorabuena por tu gran trabajo.
Saludos!
Hank
Muchas gracias Hank.
Me mola mucho tu idea de un mundo de fantasía hispánico. Lo que no sé es como llevar a cabo el mapa, como una región (como la Tierra Media) o todo un continente (Poniente en Juego de Tronos). ¿Qué me recomiendas?
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