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Londres, 1550 |
Aunque María llega al trono con 37 años, su heredera era su hermanastra Isabel, hija de la Bolena, conocida agitadora protestante, por eso era importante tener descendencia y asegurar una línea de sucesión que satisficiera a los partidarios de la causa católica. Y ahí es cuando empiezan los problemas.
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Luz de Trento, martillo de herejes, espada de Roma, barrita de chocolate. |
La desazón que provoca la intención de María de casarse con Felipe es aprovechada por Francia que a través de su embajador apoya una revuelta para deponer del trono a María. En este intento de insurrección hay material para una buena película: existen partidarios de los Habsurgos en Londres y María firma sus primeras sentencias de muerte. Isabel Tudor acaba presa como cabecilla de la conspiración y esto motiva a los historiadores ingleses a crear un mito en torno a su persona.
Una vez los alborotadores están muertos o en prisión, el parlamento inglés aprueba la ley del matrimonio de la reina con Felipe. Es un acuerdo político por el que Inglaterra no estará obligada a apoyar la política exterior española y Felipe no podrá contratar extranjeros para la corte. Para igualar el estatus de los contrayentes Carlos nombra a su hijo rey de Nápoles y de Jerusalén.
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Felipe (26) y María (37), con sus perros microscópicos, pasando la tarde ( |
Se suele decir que María deshizo los cambios religiosos de su padre y volvió a meter en el redil romano al reino, pero mucha parte del daño ya estaba hecho. Las tierras de los monasterios no regresaron a la Iglesia, sino que quedaron en manos de los terratenientes y además, pese a las reinstauradas leyes contra la herejía, se prometió no obligar a nadie a abrazar la fe católica. Una vez ordenado el aspecto religioso y desactivadas las conspiraciones francesas en la corte, Felipe marcha a Flandes a hacer un poquito la guerra contra los franceses. A María, aburrida, se le cae el palacio encima y recuerda cómo su padre mandó ejecutar a su institutriz a cuyo hijo nombra arzobispo de Canterbury y también al mayordomo de la casa donde se crió, uno de los organizadores de la resistencia católica contra Enrique VIII. Entonces es cuando se pone a cortar unas poquitas cabezas de nobles protestantes. Nada en comparación con las persecuciones anticatólicas de su padre, en las que no sólo se cortaban cabezas sino que además se quemaban campos y se extendía la hambruna entre los vasallos.
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Escudo de armas de María. |
María muere tras seis años de reinado y después de crear muchos enemigos para la fe católica en Inglaterra. La Tudor pudo vencer con éxito numerosas conspiraciones en su contra, pero no pudo contra una sospechosa enfermedad que también se llevó por delante la vida del arzobispo de Canterbury exactamente el mismo día que ella. Yo sospecho que ese día la princesa Isabel estaba en la cocina del palacio. Con Rubalcaba.
Isabel I
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Isabel Tudor, la reina virgen. |
Habíamos dicho antes que los problemas políticos se reducían a Dios y a la patria. Si más o menos lo de Dios lo arregló Isabel matando protestantes para contentar a los católicos, lo de la patria (el trono) era una cuestión diferente. Por aquel entonces era reina de los escoceses una tal María Estuardo. Se daba el caso de que María Estuardo era nieta de la hermana de Enrique VIII y por lo tanto, si quitamos a las concubinas de Enrique del árbol genealógico, la legítima heredera de María Tudor al trono inglés.
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María Estuardo, reina de los escoceses, en una reciente película. ¿Os habéis fijado que a las reinas católicas las ponen siempre con el pelo negro? |
Cuando la joven María se quedó viúda del rey de Francia, el acuerdo francoescocés por el que los franceses protegían Escocia quedó en agua de borrajas. María regresó a una Escocia dividida entre las dos facciones religiosas, se casó con un católico, tuvo un hijo (Jacobo, acordaos del nombre), su marido mató a su amigo especial, ella después lo perdonó, luego él la traiciona, después a él lo asesinan. Un panorama, vamos. Después María se casa con el asesino de su marido, sobre el que hay rumores de que la había secuestrado y violado antes. La apresan, aborta, la rescatan, forma un ejército, pìerde una batalla y la vuelven a hacer cautiva, esta vez en Inglaterra. María tiene 26 años.
María era la cautiva más complicada del reino. Isabel no se la podía cargar así que tramaba conspiraciones para restarle partidarios. Los españoles, por su parte, trataron infructuosamente de defender su causa (la iban a casar con Don Juan de Austria). Total, que al final Isabel accede a que juzquen a María por conspirar contra ella. La juzgan de forma bolivariana y le cortan la cabeza. Isabel entonces se hace la loca y ordena encerrar a sus verdugos en plan "conmigo no va la cosa". Es el año 1587 y en España los astilleros y atarazanas están doblando los turnos.
La Felicísima Armada
El problema militar de España era Flandes, no Inglaterra. Los piratas ingleses patrocinados por la reina Isabel eran una leve molestia en comparación con la sangría de los Países Bajos. Durante la década de los años 1570 Inglaterra trató sin éxito de ganar alguna batalla a las flotas de galeones españoles en alta mar. Los herejes, despechados por las continuas derrotas, decidieron entonces atacar las flotas americanas en los puertos ibéricos y apoyar a los levantiscos holandeses. Esto por sí solo ya es un causus belli, pero Felipe II, ejerciendo la responsabilidad que se espera de la potencia hegemónica, esperó a una resolución de Naciones Unidas (Regnans in Excelsis).
Uno no se pone a construir 100 barcos sin que todo el mundo se dé cuenta. La flota inglesa ataca algunos puertos españoles los meses anteriores a la partida de la armada, retrasando los planes de invasión y dando un tiempo precioso a los ingleses para preparar sus defensas.
El plan era ir a Flandes, embarcar a los tercios y llevarlos a Inglaterra con el fin de poner a la Virgen Santísima en un bonito altar de la abadía de Westminster. El plan fracasa no solamente por el mal tiempo, sino también por la estrategia inglesa de atacar a los españoles en puerto (en Calais, por ejemplo) y lanzar brulotes a buques anclados muy cerca unos de otros. La imposibilidad de embarcar a las tropas trastoca los planes españoles, que dejan atrás a los corsarios ingleses y rodean por el mar del Norte las islas Británicas para regresar a la península. Estamos hablando del paralelo 60ºN, el mismo que cruza Alaska. Por esas aguas los españoles sufren la mayoría de sus pérdidas, fundamentalmente buques de transporte. Los supervivientes de los naufragios logran llegar a las costas de Irlanda.
Las consecuencias de este enfrentamiento fueron básicamente dos: los españoles aprendieron a hacer mejores barcos (en 1590 se triplicó el tonelaje de mercancías americanas de la década anterior) y los ingleses armaron su propia Contraarmada.
La Contraarmada
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María Pita, enseñando modales. |
Drake lo intentó en Coruña, sin armas de asedio y con continuas deserciones. Falló y se dirigió a Lisboa, una plaza cuatro veces más grande que la herculina, donde tampoco tuvo éxito. Finalmente los ingleses pusieron rumbo a las Azores, pero la flota hispánica que les había recibido en Lisboa salió en su persecución causándoles continuas bajas y capturando a sus barcos. De regreso a Inglaterra trató de saquear Vigo, que ni siquiera era una plaza fortificada, y también falló. En el Cantábrico salieron en su persecución barcos españoles frescos. Causando también más bajas, deserciones y capturas.
La mayor empresa naval de la historia inglesa hasta el momento había fracasado estrepitosamente, pero los ingleses no iban a dejar así las cosas.
Los españoles tampoco.
4 comentarios:
Llevo una temporada leyendo tu blog, y he de decir que me encanta. No todo el mundo consigue escribir con tanta constancia y calidad.
Aunque Felipe II llamó a su flota "Gran y Felicísma Armada", los ingleses la llamaron "Armada Invencible", en gran parte porque estaban cagados de miedo. Como el nombre es más corto y menos rimbombante, fue el que se acabó haciendo más popular. Posiblemente el que los ingleses tengan mejor departamento de marketing que nosotros también influyera.
Tengo entendido que el objetivo inicial de la "Invencible Inglesa" era iniciar una revuelta en Portugal con ayuda de la nobleza local. Sin embargo, Sir Francis Drake decidió que saquear puertos civiles por la costa era más su estilo.
La flota española perdió en torno a 1/4 de sus barcos cuando intentó invadir Inglaterra, y la mayoría se hundieron por el mal tiempo. Drake perdió la mitad de su flota, y la perdió en combate. No sólo las cifras de muertos fueron muy similares, si no que en proporción el desastre inglés fue mucho mayor.
Por supuesto, nadie habla nunca de la Invencible Inglesa (la española todo el mundo la conoce, claro está), así como tampoco se habla de la expedición de Drake al Caribe (que también fue un fracaso) y tampoco se habla de las andanzas del almirante Vernon por Cartagena de Indias. Por suerte este último episodio parece que se está rescatando y ahora Colón comparte su plaza en Madrid con una estatua de Blas de Lezo.
Hablando de Blas de Lezo, una pequeña anécdota: en 2005 Inglaterra celebró el 200 aniversario de Trafalgar. Supuestamente era una conmemoración a los caídos en la batalla y no un desfile de victoria, y pidió a las otras naciones que participaron en la batalla, España y Francia, que colaborasen mandando algún barco.
España envió a la fragata Blas de Lezo.
Trolear a los ingleses es una de las cosas más nobles y honrosas que se pueden hacer.
La flota española pasó por delante del puerto donde estaba anclada la inglesa, en Plymouth, pero órdenes son órdenes. Y los tercios no estaban cuando llegaron a embarcarlos: los españoles que lleguen en hora a una cita con otros españoles son gilis desde el siglo XVI.
Pablo Higueras, no es que los ingleses tengan mejor departamento de márketing, es que Hollywood asocia a los ingleses como sus "antepasados". Cosa también curiosa, porque Hollywood está en California.
Pasa lo mismo cuando se incluye a Grecia en el Occidente civilizado porque los consideramos el origen de la democracia. Bueno, igual tampoco es el mejor ejemplo.
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