domingo, 31 de agosto de 2014

El arte no existe

En épocas más duras y elegantes que la nuestra, a los caballos de tiro se les colocaban anteojeras en la brida. Este objeto tenía por función evitar la visión lateral de la bestia e impedir que se espantara. Lo malo del instrumento, a entender de los expertos, es que provoca en el animal un insano bizqueo así como el ataque del polvo del camino a los ojos del caballo con las funestas consecuencias esperables.

Pues bien, para no caminar con anteojeras y tratar de ampliar la visión de campo, nos es preciso conocer cómo comienzan las cosas que damos por sentadas. No se trata aquí de revelar nada que no sea conocido para muchos, sino de insistir en ello, de darle una vuelta de tuerca, de mirarlo con otros ojos. Dejémonos de rodeos y vayamos al asunto. El asunto de hoy es el arte, ese mundo de sinvergüenzas.

Leo en la sección de "Cultura y espectáculos" de un diario: «La serie dedicada a "Popeye" de Jeef Koons se puede ver ahora en una exposición en Fráncfort junto a imágenes de vírgenes de la Edad Media de la colección permanente del Museo Liebieghaus. Un marcado contraste entre la siempre polémica obra del estadounidense y el arte más clásico». (¿Vírgenes medievales son arte clásico? ¿Y por qué mezclar Popeye con esas esculturas?).
Una de las dificultades más habituales que me encuentro cuando mareo por ciertos mares ("navegar" es un término que hoy me parece excesivamente moderno, hagamos como Quevedo y expulsemos las moderneces culteranas como "navegar"), es el del significado de las palabras. Sobre todo cuando se trata de ver en perspectiva histórica algún fenómeno. Lo más habitual es encontrarnos con términos anacrónicos y presentistas empleados con su significado contemporáneo en un contexto en el que ese significado simplemente era inexistente. Un ejemplo inmediato que provoca confusiones de tamaño astronómico es el de "pueblo". Cuando en un texto antiguo vemos la palabra "pueblo" no podemos ni de lejos atribuirle el significado moderno que tiene para nosotros. Sin embargo, se insiste en la confusión, incluso desde la academia, lo que no ayuda nada.

Otras palabras han cambiado tanto su significado que pese a usarlas con su significado contemporáneo no ha lugar a confusiones. Véase por ejemplo el término "preservativo". Hoy lo relacionamos con un método anticonceptivo pero hace doscientos años era un término que encuentro utilizado por la Iglesia como sinónimo de "defensa". Así, entre los defensores de la Verdadera Religión era común el uso de preservativos, por ejemplo el Preservativo contra la Irreligión de Fray Rafael de Vélez.

Cuando uno visita Pompeya no va a ver unas ruinas romanas, sino guiris obesos enseñando las pantorrillas.
Pues bien, igual que "preservativo" nos parece moderno y nos hace gracia encontrarnos con preservativos egipcios de milenios de antigüedad o con preservativos de frailes en defensa de la Religión, "arte" nos puede parecer un término que siempre estuvo ahí. Cuando visitamos unas ruinas romanas, con los críos comiendo helado y rosadas señoras inglesas obesas subiéndose a piedras para sacarse fotos como quien se saca fotos al lado de un contenedor de basura, estamos en contacto con el "arte romano" y pensamos que en la Antigua Roma la gente "se preocupaba por el arte". Es más, en los libros de texto se nos dice con la insistencia de una mujer despechada que en la Antigüedad destacan muchos artistas por sus obras que nos elevan y blablabla.

Patrañas.

Tú vete al Lugo del siglo IV y háblale de arte al fulano más listo de la ciudad. No sabrá de lo que le hablas... y es que hoy, yo tampoco sé de lo que me hablas cuando dices "arte". Puedo entender vagamente a qué te refieres cuando dices "arte romano" o "arte barroco" y también cuando dices "arte de la guerra" y "artes marciales". Se me vienen a la cabeza barcos arrastrando redes cuando dices "artes pesqueras" o incluso en los pueblos que conservan molinos de agua puedo entender "arte" como sinónimo de noria para el transporte del agua. Pero "arte objetivo" o "arte a secas" no sé qué diablos es.

Esta gente también va a las capillas ardientes de los dictadores. Todo suma.
Al contrario de lo que hace la gente normal —con sus anteojeras, sus paleodietas, su salto base y su andar sin calcetines en el caso de los varones adultos—, yo cuando no sé qué significa una palabra consulto el diccionario. En efecto, siempre cometo el mismo error de acudir al mataburros y aumentar mi grado de confusión. Veamos qué significa "arte" desde que tenemos diccionario:

Diccionario de 1780: 1 Conjunto de preceptos y reglas para hacer bien alguna cosa. Divídese en artes liberales y mecánicas. 2 Cautela, maña, astucia. 3 Libro de gramática latina. 4 Todo lo que se hace por industria y habilidad del hombre, en este sentido se contrapone a naturaleza.

Diccionario de 1817: 1 Astucias, engaños, manejos. 2 Conjunto de preceptos y reglas para hacer bien alguna cosa. Divídese en artes liberales y mecánicas. 3 Cautela, maña, astucia. 4 Libro de gramática latina. 5 Todo lo que se hace por industria y habilidad del hombre, en este sentido se contrapone a naturaleza. 6 Artificio, máquina. 7 Lógica, física, metafísica.

Diccionario de 1884: 1 Virtud, fuerza, disposición e industria para hacer alguna cosa. 2 Acto mediante el cual, valiéndose de la materia o de lo visible, imita o expresa el hombre lo material o lo invisible, y crea copiando o fantaseando. 3 Conjunto de preceptos y reglas para hacer bien alguna cosa. 4 Cautela, maña, astucia. 5 Libro de gramática latina. 6 Todo lo que se hace por industria y habilidad del hombre, en este sentido se contrapone a naturaleza. 7 Artificio, máquina. 8 Lógica, física, metafísica.

Diccionario de 1925:  1 Virtud, fuerza, disposición e industria para hacer alguna cosa. 2 Acto mediante el cual, valiéndose de la materia o de lo visible, imita o expresa el hombre lo material o lo invisible, y crea copiando o fantaseando. 3 Conjunto de preceptos y reglas para hacer bien alguna cosa. 4 Cautela, maña, astucia. 5 Libro de gramática latina. 6 Todo lo que se hace por industria y habilidad del hombre, en este sentido se contrapone a naturaleza. 7 Artificio, máquina. 8 Lógica, física, metafísica. 9 Aparato que sirve para pescar. 10 Noria.

A partir de aquí se repiten estos significados y se añaden adjetivos a la palabra "arte" que pasan a ser muy mal definidos, como en "arte abstracto" que comienza la definición diciendo que es una "disciplina artística", con lo que hay una definición circular que no sirve para nada ("una puerta es una puerta"). Desconozco el motivo por el que la Real Academia no es arrasada por la Fuerza Aérea.

Heather Rae Young, alias "la Rae", (¡gracias Google imágenes!).
Este repaso al significado de "arte" hace saltar todas las alarmas. Lo que hoy entendemos como "arte" aparece no antes de finales del XIX (acto del hombre que expresa lo material o invisible). Por tanto, para hablar de arte antes del XIX hay que ser muy cuidadoso. Si el primer significado era el conjunto de reglas para hacer bien alguna cosa, entonces el arte de una silla de Ikea es el manual de montaje de esa silla. Ahí está el arte: en los planos e instrucciones que un maestro enseña a los constructores de una carretera, nave espacial o catedral. Por esas reglas locas del lenguaje, el término que indica las instrucciones para construir algo, pasa a identificarse con ese algo, tal vez de ahí salgan los añadidos de artificio, máquina, máquina para pescar y noria que vemos incorporados posteriormente.

Llama la atención que la gente normal haga cola en las taquillas de los muesos de arte, mientras apuran sus cocacolas y dejan que los descuideros les roben la cámara de fotos, esperando ver... cuadros, esculturas y "Un perro andaluz" que exhiben en bucle en el Reina Sofía como quien fabrica algodón de azúcar en una feria. Eso es arte. Pero a la vez eso no es arte. Yo entiendo que en la fachada de un edificio así no pongan en un cartel "Hay cosas variadas aquí dentro que gente supuestamente más lista que usted cree que son molonas". Primero, no lo ponen porque es un título largo. Y segundo, no lo ponen porque es insultante: «¿cómo que otra gente valora estas cosas y yo no? ¿no soy acaso libre?». Además, las colecciones de arte implican un acto de fe. Yo mañana alquilo un local y expongo papel de váter usado y difícilmente seré considerado un artista o un mecenas. Ese papel de váter usado (usado para hacer origami, no manchado con caca, malpensados) no está imbuido de cierta fuerza espiritual incognoscible que lo eleva a la categoría de arte.

Arte.
Por tanto, el arte exige un acto de fe. La gente normal que va al museo está yendo a contemplar la licuefacción de la sangre de San Jenaro ¡y no lo sabe! Incluso los más ateos del pueblo, que están "de vuelta de todo", que no llaman a sus abuelos, que votan al Súpercomunismo, que envían a sus hijos a clases de vela porque son idiotas, y que se jactan de no ir nunca a misa... están yendo a misa. Como ovejitas. Como ovejitas medievales. Como los que levantan el culo en las madrasas y nunca se afeitan.

El último gran acto revolucionario es pasar por las taquillas de un museo de arte y gritar "¡beee!".

Claro, vosotros ahora pensaréis que estoy en contra del arte. No, no se trata de eso. Estoy en contra de abusar de la idea de "arte objetivo", como cuando en un periódico encontramos un suplemento de "arte" y los defensores de la propagación de la nueva fe cagan sus encíclicas y sus fetuas. Arte puede ser cualquier cosa, sin embargo el estado de gracia solo lo alcanzan ciertas cosas que obtienen el nihil obstat de la nueva religión atea.

Esta obra se llama "Matar a todos los humanos". En serio.
En general, esto de lo que hablo va ligado al mito de la cultura y es una historia más larga: tiene que ver con la inversión teológica, con la rotura de la cristiandad en el siglo XV, con la sustitución de Dios, y con ese cambio que se produce en la Ilustración en el que de glosar la vida de los artistas se pasa a glosar la vida del arte, como si se tratara de un ser vivo eterno.

Y nuevamente volvemos a esa inmanencia del arte en la historia: de la cueva de Altamira a Mickey Mouse tenemos expresiones del hombre sobre lo material o invisible y sin importarnos el por qué, las metemos todas en el mismo saco. ¿Es lo mismo una escultura de un candidato a una magistratura romana en el siglo I que un tebeo de Spiderman? Realmente sí, pero nos dicen que no. Y nos argumentan que tebeos hay muchos y escultura una sola. Sin embargo ese no es motivo para hacer tal distinción. Para los seguidores de Spiderman, un cómic original tendrá un gran valor y para un talibán, la escultura de un tío en pelotas tiene que ser destruida. Por lo tanto, siempre que hurguemos en el tema será necesario acudir al acto de fe.


6 comentarios:

Hooke dijo...

Efectivamente, el Arte no existe.

Cuando Lope de Vega escribía sus obras como una ametralladora, su idea era suministrar un producto de consumo para el entretenimiento de las masas, era el Jorge Javier Vázquez de la época.

Cuando los arquitectos medievales erigían catedrales, estaban edificando la Casa de Dios, hoy en día edificamos Centros de Interpretación y otros mojones similares como las casas de los dioses posmodernos.

Cuando Velázquez retrataba a los Reyes de España, estaba proporcionando un servicio de retratista y propagandista, como el Instagram o el facebook.

Enrique dijo...

El "arte" y la "cultura" no se entienden si no van acompañados de los conceptos de ocio y turismo (que es el mismo ocio pero en otros países).

Dentro de ese ocio tenemos tres tipos. El de "relax", que viene a ser el que se va a un balneario o alquila una casa en la playa. El "británico", que es hacer todo lo que te da vergüenza hacer en tu casa, es decir, coger una melopea y practicar el balconing. Y el "cultural", que es pasar el rato viendo cosas que son consideradas interesantes ya sea por belleza o importancia histórica.

Todo lo que entra dentro de esto último es lo que hoy se considera "arte". Pero nadie debe engañarse, se trata en esencia de lo mismo que los otros dos tipos:
- Es un negocio. Por muy espirituales que sean los motivos que nos dan los artistas, no hay ni uno solo que no pida cobrar. A ser posible con contrato fijo.
- Está influido por las modas, por lo que puede acabar en masificación. El motivo por el que a miles de personas a la vez se les ocurre escoger Marbella o Benidorm para pasar unos "relajantes" días en la playa es el mismo por el que se hacen colas de varias horas para entrar en un museo que no te interesa. Es decir, ninguno, pero es lo que toca hacer porque lo hace todo el mundo...
- Por supuesto hay diversas calidades y más allá los estafadores. No encuentro ninguna diferencia entre el tipo que cocina un cristo para una exposición y el bar que te sirve un garrafón letal.
- Y que la experiencia siempre es subjetiva. En un mismo viaje a uno le puede parecer que Venecia es la ciudad de sus sueños y a otro que está sita sobre una cloaca inmunda de aguas estancadas.

Esto último es lo que más relación tiene con la idea de la fe, porque vivimos en una sociedad que tolera cada vez menos los pensamientos individuales. Y claro, si el consenso dice que eso es arte, pues es arte porque para eso es un consenso. ¿Y quienes han llegado a ese consenso? Estamos en lo de siempre.

Hooke dijo...

Yo a lo que voy es que admiramos en un museo un mosaico romano como si fuera una "obra de arte" en si mismo.

Pero para el romano que lo encargó y el currela que lo hizo no era mas que el alicatado del cuarto de baño.

Enrique dijo...

Bueno, también hay revistas y programas de televisión donde se admiran los alicatados de baños actuales. Es completamente compatible con lo dicho pero el motivo es un poco lo de menos. en cuanto alguien dice que es "arte" o "cultura" y entra en el circuito, ya vale.

Teseo dijo...

El arte existe por sus obras. Por ejemplo el Ecce Mono de Borja.

Santiago dijo...

Sí que existe, existe una categoría de cosas llamada arte, otra cosa es que en su mayor parte sean tomaduras de pelo basadas en actos de fe basadas en ese concepto que tan bien redactas "Ahí dentro hay gente más molona que tú que dice que lo que hay dentro mola". Por ejemplo las "artes" Marciales, que son actos de fe sobre el poder del "sensei", que normalmente no tiene ni media galleta, y si la tiene no es precisamente por algo diferente a su carácter o su biotipo.

Es un negocio, y algunos son auténticos Madoff en él.

Muy bueno, como siempre, Pablo.