jueves, 17 de julio de 2014

Cruce de manifiestos

Mientras los cleptócratas catalanes continúan con su salto al vacío, la "sociedad civil" de Madrid y alrededores publica casi al mismo tiempo dos manifiestos. Sobra decir que inmediatamente tras hacerse públicos los manifiestos, la gente fue a degüello a buscar la genealogía de los abajofirmantes para poder así etiquetar, categorizar y estabular a sus defensores y a partir de ahí meterlos en bandos. No llama la atención nuestra querencia por buscar bando y trinchera, al fin y al cabo la mayoría de la población está a dos o como mucho tres generaciones de una vida llena de superstición, aldea primordial y primitivismo.

Voy a buscar los pros y contras de los dos manifiestos.

Libres e iguales

Promotores del manifiesto "Libres e iguales". ¿Tiramos de genealogía? La del vestido azul se apellida Álvarez de Toledo. Si alguna vez tropezasteis con un libro, os sonará el apellido.
El primero habla de un "momento crítico". Rechaza de plano la validez del discurso secesionista. Antepone la democracia española cuya base es la consideración de ciudadanos "libres e iguales" al nacionalismo. Dice que es obligación de todo ciudadano y en especial de los partidos políticos, enfrentar el discurso de odio separatista. Echo de menos una mención a la responsabilidad del gobierno. Aun estando de acuerdo en que esta cuestión nos incumbe a todos, tenemos instituciones que deben velar por el cumplimiento de la ley. En el manifiesto simplemente se dice que "se ha llegado demasiado lejos", nombra a los malvados nacionalistas y a toda la ciudadanía, pero parece que en España no tenemos gobierno ni una historia política que explique por qué se ha llegado a esta situación.

Se pide al "Estado" que aplique "toda" la ley, pero no especifican qué ley incumplen los cleptócratas. Cleptócratas, por cierto, que en su versión CiU obtuvieron el apoyo del Partido Popular para aprobar unos presupuestos regionales no hace tanto. Cleptócratas, que en toda versión del nacionalismo eran bienvenidos para obtener mayorías parlamentarias para aprobar presupuestos con gobiernos del PP y del PSOE. Ahora parece que a aquellos buenos chicos les dio un aire y que todo esto nos coge por sorpresa.

El manifiesto termina con una petición a algunos partidos (PP, PSOE, UPyD y Ciudadanos) para reivindicar la Constitución, rechazar el pactismo y llegar a un acuerdo "transversal" para rechazar el secesionismo. A mayores hay otra petición a la ciudadanía, para derrotar intelectual y políticamente el nacionalismo.

Ni una mención al gobierno, insisto.

Apariciones de la palabra "España": 3.

Una España federal en una Europa federal

Al poner esta imagen pretendo demostrar lo profundo que soy. Lo mismo que los tipos que firmaron este manifiesto. Pero ni el manifiesto ni la imagen sirven realmente para nada.
El primer punto de este manifiesto bascula entre la "insuficiencia de la Constitución" y la necesidad de mantener unido "el Estado" (no sé si hablan de Canadá o de Angola) porque en caso de desunirse habría "consecuencias nefastas para todos". No dicen qué consecuencias son esas. Atendiendo a la propaganda cleptócrata la independencia nos traerá días de vino y rosas. Estos del manifiesto no explican por qué debe estar unida España (palabra que evitan con eufemismos).

A continuación piden a los políticos y a las instituciones reformar la Constitución "en un sentido federal". El uso de esa totémica palabra —federal— parece imbuirles de un halo mágico con el que no necesitan dar más explicaciones. y es que no dicen cómo cambiaría la financiación regional ni cómo se produciría el reparto de competencias. Lo dejan todo en manos de la magia y se ahorran pensar.

Dicen que desean vivir en una "España federal" y en una Europa "federal". Por si no fuera poco lanzar rayos mágicos a España, ahora los lanzan a Europa. En Europa somos 500 millones de habitantes, digo yo que algo tendrán que decir y viendo la evolución política europea no parece que la construcción política del continente pase hoy por la agenda de nadie.

Después explican sobre qué bases debe construirse su federalismo mágico. Son tres, a saber: «reconocimiento de las identidades diversas de nuestro país hasta el punto en que la evolución histórica ha establecido». Estos no me leen. No existe una evolución histórica que determine movimientos políticos. En concreto, quien conozca la historia del nacionalismo —i.e. la historia de la apología de la diferencia— sabrá que el nacionalismo es un proyecto de cien años de vida cuyo origen se encuentra en el deseo de unas élites muy concretas (en el caso vasco es una persona concreta) en participar de los privilegios de una "élite central" que consideran rival. La evolución histórica no establece nada y no determina nada porque no existe. En nuestro último periodo constitucional fueron señores con nombres y apellidos los que negociaban leyes, pactaban cesiones de IRPF y mercadeaban competencias. Nada de musas históricas ni extraterrestres. Señores con corbata. Casi todos vivos. Explicaciones y rendición de cuentas.

La segunda "base federal" es la petición de una cámara territorial para tratar temas comunes. Lo dejan muy al aire porque esto ya es algo técnico y concreto. Lo cierto es que en España hay poca co-gobernanza y si las autonomías legislan es de cajón buscar algún tipo de ágora común para resolver cuestiones propias del conflicto competencial entre instituciones y demás. Una buena idea que si se lleva bien a cabo puede desjudicializar un poquito la vida política.

La tercera "base" habla precisamente de definir explícitamente quién hace qué. Cosa que me parece bien.

La cuarta pide una financiación "justa" y definen aquí la justicia con el principio de ordinalidad. Oiga, puede que otros piensen que la justicia es otra cosa. Tan justo puede ser para algunos la ordinalidad como la competencia fiscal y el dejarle una limosna al gobierno central para pagarle las cremas a la reina.

Por último hacen un análisis de en qué situación estamos. Dicen que hay dos opciones: el inmovilismo y la ruptura. Ellos tratan de proponer una tercera vía, que coincide con la que defiende el PSOE, ups. Acaban diciendo que una España "federal" se insertaría "de manera natural" en una Europa también federal. Y esto me llama la atención porque en este entierro la naturaleza no tiene vela.

Apariciones de la palabra "España": 2.

No es esto
El típico secesionista esperando el día de la redención.
Me gusta el lenguaje del primer manifiesto y me gusta alguna propuesta del segundo. En concreto, del primero, me gusta la diferenciación explícita que se hace entre nacionalismo y ciudadanía. Lo que ideológicamente distingue una opción de la otra es que los primeros quieren construir una nación política escogiendo criterios arbitrarios y los segundos dicen que hay una ley y no te la puedes saltar. Además, es una ley que entronca con nuestra mejor tradición liberal: la nación es el conjunto de los ciudadanos libres e iguales que además son soberanos. Es decir, no es lo mismo ser un paisano que un ciudadano.

Del segundo me gusta lo de dejar claro el reparto competencial y lo de tener una cámara territorial que haga participar a los entes intermedios en el gobierno de lo común. El problema es que la definición práctica de esto no lo dejan claro. Los estados federales conocidos se caracterizan por tener menos competencias que las comunidades autónomas. En Alemania hay unos señores del gobierno central que entran en los gobiernos regionales sin llamar a la puerta y piden papeles. En Estados Unidos hay una descentralización que llega a distritos y condados (aquí en España nadie menciona a los ayuntamientos, por ejemplo). Por supuesto que cualquier sistema federal se cargaría los conciertos económicos, cosa que nadie está diciendo.

Teniendo luces y sombras los dos manifiestos ¿por qué digo que "no es esto"? Porque al secesionista se la sopla el asunto. Quien se quiere independizar no busca ningún lubricado acuerdo federal y por supuesto tampoco considerará importante lo que diga la Constitución ni nuestra complicada historia de lograr que en España funcione la ley y no el palo del tío Facundo (al final del día, la batalla ideológica se reduce a elegir entre ley o palo, por mucho que lo adornemos).

Con esto delante yo diría que estos manifiestos son de consumo interno. Habría que ver por qué, después de tanto tiempo, algunos se empiezan a mover. O en otra palabras: qué encuestas están manejando.

Así ven algunos el mundo:




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