Padre Nuestro en glagolítico, catedral de Zagreb. El glagolítico es el alfabeto con el que Cirilo y Metodio evangelizaron a los pueblos eslavos. |
Así las cosas nos resulta imposible conocer las aspiraciones y motivaciones del campesino analfabeto. Por eso le resultó muy sencillo a la élite culta rellenar ese vacío. Recordatorio: ninguna idea campesina que nos venga del pasado nos la transmite un campesino analfabeto del pasado. La élite culta del pasado nos transmite un reflejo de la vida del campesino inculto, y sospecho que en ocasiones esa descripción es una descripción interesada (los cronistas del pasado, puestos a contar la historia de su presente, la contaban como les daba la gana).
Tras la imprenta, efectivamente comienza a surgir una élite culta reducidísima que empezará a tener noticias del mundo. Es esta minoría la que acabará inventando, ya en la Edad de las Naciones, el concepto de lengua nacional. Pero ni siquiera esta idea se puede tomar como ley histórica: el éxito de unas lenguas sobre otras responde a innumerables factores.
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«Dominus est non gradus anus rodentum». "El jefe vale menos que el culo de una rata". Ah, Roma, madre de la civilización. |
Salta una pregunta al terreno de juego y nos empieza a regatear: si la lengua no le importaba un carallo al "pueblo", ¿cómo es posible el triunfo del gusto de una élite a la hora de imponer una lengua nacional? Es decir, ¿por qué una lengua y no otra? Recordatorio: cuando aparece el Reino de Italia, solamente algunos vecinos de la Toscana hablaban italiano (el italiano es el toscano. En Italia se hablaban docenas de lenguas y dialectos). Es más, hasta la Primera Guerra Mundial la mitad de los italianos seguían sin conocer el italiano (estos son los detalles de la Historia que no se publicitan y que a mí me encantan: le rompen los esquemas a la gente que sale de casa con su maleta llena de ideas tan preconcebidas como falsas. Y, amigos, salir de casa con la maleta llena de ideas preconcebidas es una forma horrible de ser la cena servil de los manipuladores).
Lengua de élite
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Botellón antiguo. |
Que el castellano se convirtiera en lingua franca sobre otros idiomas que tenían más hablantes cuando aparece, pudo responder más a que surge en un lugar de paso. Un lugar —el sur de la actual comunidad autónoma del País Vasco— que estaba en mitad de un continuo dialectal. Variedades lingüísticas situadas en territorios colindantes muestran una gran inteligibilidad mutua. Dicho en otras palabras, un paisano de Valencia y otro de Coruña tenían más dificultades en entenderse que cualquiera de los dos con un fulano de Vitoria. Eso por un lado.
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Hace dos días Francia no era ni un concepto difuso. |
Luego está el tema del prestigio. Los promotores del Risorgimento italiano eligen el toscano como la lengua que unificará Italia porque era la lengua en la que escribieron Dante y Petrarca. Igual que ocurrió en la década de 1990 con Songoku y el gallego, en la Edad Moderna los teatros "normalizaron" las lenguas (a Shakespeare se le atribuye el origen de miles de palabras del inglés. Hilando muy fino, sin Shakespeare Inglaterra tardaría más en tener la revolución industrial).
Lengua de élite, lengua del pueblo
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Toda historia tiene un comienzo. |
El hecho de que se publicara sobre todo en una lengua de élite contribuyó decisivamente a que surgieran gramáticas, correctores, vocabularios y a que se estandarizara la norma. La publicación forzosa de sentencias judiciales, la aparición de academias navales y el éxito del teatro itinerante son algunos de los instrumentos previos a la educación reglada con los que se va alcanzando el rango de "nacional" de lo que en muchos casos eran lenguas minoritarias. A partir de ahí, en los estados modernos la burocracia hizo el resto. Es importante traer aquí el concepto de estado moderno, pues en la formación de lenguas "nacionales" se observan distintos grados de éxito en función del éxito del propio estado moderno («Que siempre fue la lengua compañera del imperio», diría Antonio de Nebrija). Y señalo con el dedo a países como Noruega o la ex-Yugoslavia que siguen a día de hoy renqueando en este sentido porque llegaron muy tarde al estado moderno.
2 comentarios:
"Es importante traer aquí el concepto de estado moderno, pues en la formación de lenguas "nacionales" se observan distintos grados de éxito en función del éxito del propio estado moderno."
Añadiría a la relación un tercer concepto que tiene mucho que ver con los otros dos: el grado de "implicación" del ciudadano dentro del propio estado. Es decir, que el estado saldrá adelante en gran medida si encuentra una colaboración de los ciudadanos; y a su vez, existirá una mayor colaboración en la medida que la lengua oficial se adapte a la de los ciudadanos. Y aunque tampoco tiene por qué ser la lengua uno de los elementos de "construcción nacional", es requisito indispensable que el estado vaya en la misma onda que los ciudadanos. A la gente no le gusta oír que se equivocan por hablar en su propia lengua.
Precisamente los dos ejemplos posteriores fracasan por eso. El "Nynorsk", por intentar construir una normativa que en la práctica no usaba nadie. ¿Qué sentido tiene basarse en los dialectos locales cuando sus potenciales usuarios son analfabetos, y mientras que las "élites cultas" de las ciudades están usando otra normativa? Y el "serbocroata", por intentar unir en una única lengua dos comunidades culturales que ya funcionaban de forma independiente. Puede que tus hablantes se entiendan al 100%, pero si una mitad utiliza tradicionalmente el alfabeto latino y la otra mitad el cirílico, cualquier decisión al respecto va a darle la espalda a una mitad.
Y no hace falta irse tan lejos teniendo aquí el ejemplo valenciano/catalán. ¿Por qué la "construcción nacional" catalana ha fracasado en Valencia (y en menor medida, Baleares)? Pues porque se hizo de espaldas a los referentes culturales que ya había allí. No puedes decirle a unas élites, que desde el s.XV ya hablaban de "lengua valenciana", que se equivocan todos y que en realidad lo deberían llamar "catalán". Como tampoco puedes intentar arraigar una "cultura oficial" completamente distinta a lo que representan Blasco Ibáñez y Sorolla en sus obras, que precisamente tienen un gran éxito siendo costumbristas. Y, por supuesto, no puedes pretender que escritores y lingüistas valencianos acepten una gramática creada por políticos catalanes y al margen de su opinión.
Y ojo, porque ese éxito no se puede forzar (salvo que lleguemos a niveles norcoreanos de control estatal). Sin una demanda social, meter el "catalán normativo" en la televisión y universidades sólo contribuye a tener mínimos de audiencia y matriculados en filología. Y poner requisitos a los funcionarios sólo consigue que la única función de la lengua sea aparecer en el currículum. Por ejemplo, en Baleares se eliminó el catalán como requisito en las oposiciones (ahora "sólo" es un mérito que equivale a un doctorado), y un año después se redujo el número de alumnos en las escuelas de idiomas un 66%.
PD: A Noruega lo que le ocurre también es que tiene una demografía horrible. Eso de que la gente no sale de su aldea durante toda su vida allí es rigurosamente cierto, y hasta hace nada era incluso peor (concretamente desde que descubren petroleo).
Claro, no significa eso que el estado noruego no llegue a los pequeños pueblos. Sino que en esos lugares la gente tiene contacto con el estado principalmente a través del Ayuntamiento, y pueden utilizar el "Nynorsk" porque el funcionario de allí también lo utiliza (también contribuye a ese uso que cada ciudad tenga acentos tan distintos que hasta en ocasiones les cuesta entenderse a ellos mismos).
No obstante, actualmente no existe conflicto ninguno. Y a medida que las cosas cambian, el "Bokmal" se convierte de facto en la normativa oficial (no encontrarás ninguna escuela de "Nynorsk", por ejemplo). Todo eso sin poner una pistola en la cabeza de nadie.
Y mil disculpas, porque últimamente escribo unos tochos...
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