miércoles, 23 de abril de 2014

La tutela pública perjudica a la publicación en gallego

Horrible y desolador el panorama de la edición de libros gallegos. Nunca falla: es ponerse las fuerzas vivas a "proteger" algo y lo acaban destruyendo. Una y otra vez chocan con la misma piedra, no se dan cuenta de que ellos son la piedra. Por contraste mirad al toro de lidia, 4.000 años sin "protección" y tan a gustito. Ahora que lo empiezan a "proteger", no le doy más de diez o quince años.

Mira, la Xunta de Galicia y la editorial Edicións Xerais. Nom, nom, nom.
A iniciativa de la televisión pública gallega y en colaboración con la Asociación de Escritores en Lengua Gallega y la Asociación Gallega del Libro Infantil y Juvenil se propuso que la gente usara en Twitter el hashtag #engalegoleo para, atención, «visualizar moito o libro en galego, e máis en concreto o libro infantil e xuvenil, nun exercicio de modernidade propio do século XXI», en palabras del presidente de la asociación del libro infantil. Es que te tienes que reír. Mañana sale la asociación de astrofísicos gallegos y promoverá actividades para visualizar la astrofísica hecha en Galicia... nah, seguro que no. "Los libros" tienen el efecto mágico de "la cultura" y por lo tanto sí recibirán la atención y la parte del presupuesto público debida. Como los Juegos Píticos en la antigua Grecia. No se juega ni se discute con lo que es propio de los dioses, ni con los santos misterios, ni con el culto laico sancionado de forma oficial.

En realidad, la trapallada —porque no tiene otro nombre—, para lo único que sirve es para justificar la existencia de negociados varios. ¿Libro gallego? ¡Que le den al libro gallego! ¿Libro escrito en gallego? ¡Peor aún! Aquí de lo que se trata es de la promoción de gente tocada por la mano de Dios y de oficinas públicas y semi-públicas cuya existencia se justifica en lo mismo que justificaban los romanos dedicar parte del presupuesto de la ciudad a los sacrificios en los templos.

Rosalía de Castro en las bolsas del Eroski, ¡gracias consellería de cultura!
Durante el tiempo que duró la llamada a usar el hashtag (que no llegó a trending topic porque es muy duro competir con Belén Esteban, Nagore, Blesa y Elpidio Silva; es decir, el lamentable mundo real), no encontré a nadie que de forma natural usara el hashtag. Nadie —salvo tal vez cuatro excepciones— que no fuera la cuenta oficial de algún ayuntamiento, diputación o consellería, ni nadie que no fuera editor o "fornecedor da cultura" (los fornecedores forman la jerarquía de la religión cultural del estado ¡por Júpiter!). Varias cuentas del Bloque, las cuentas de las asociaciones promotoras, la telegaita, las bibliotecas de la diputación coruñesa, las bibliotecas de la consellería de cultura, escritores con nihil obstat, chavales que aprovechan para vomitar su xenofobia, el consello da cultura galega, trabajadores de las bibliotecas públicas, etc. Desolador. Yo me lo guiso y yo me lo como.


¿Así es cómo se promociona el libro gallego? ¿Bajo orden ministerial y acentuando la endogamia que destruye la publicación en gallego? No aprenderán en la vida. Mientras la cosa no salga por una demanda real de la gente, seguiremos con los fabricantes de velas de Bastiat. Esta torticera forma de actuar causa rechazo ideológico en una parte de la población. No descarto que este sea también el fin a conseguir: la creación de bandos. Ya sabéis que en aquellos lugares de España donde el druida o chamán no te bendice, eres el primero al que van a machacar. Una vez expulsada de la vida pública esa parte de la población que no toma poción mágica, se consigue la homogeneización ideológica y de ahí al cielo.

Un vistazo a los datos nos da cuenta del cenagal endogámico en el que se mantiene con respiración asistida esta actividad editorial. Primero veamos en el total de España cómo se comporta la producción literaria:


A partir del 2010 se produce un bajón y ahora estamos a niveles de 2001. Bien. Si vemos la publicación en otras lenguas tenemos:


El catalán es el idioma de casi el 10% de las publicaciones en España. Como sucede con el castellano ha retrocedido a niveles pre-burbuja. A continuación y a mucha distancia están el gallego, el inglés y el vasco por este orden. Hagamos zoom en el caso gallego:


El crecimiento en el número de publicaciones entre 2005 y 2009 es alucinante. Me pregunto qué factor o que anomalía operaba durante esos cuatro años. Quizás un mosquito picó a la gente para que demandara muchos libros a las editoriales o es que a las editoriales les dio un aire y se lanzaron a lo loco. El caso es que hubo un aumento del 45% en las publicaciones. Este crecimiento tan bestia, en condiciones normales —sin mosquitos ni ventoleras— vendría acompañado por un crecimiento similar en el volumen de la industria editorial. Veamos cómo evolucionó esta industria durante el mismo periodo de tiempo:


Entre esos años el aumento del número de editores fue del 28%. Hay cierta diferencia. Con esto quiero decir que el aumento de publicaciones no estaba respondiendo a la demanda del mercado. Y la gente se hace el hara-kiri por las calles. Dudo que exista sector que dependa tanto de la intervención del estado, con permiso de notarios, farmacéuticos y taxistas (un saludo a todo ellos), como el sector editorial.

Puede que haya alguien que diga «vale, pero funciona». ¡No! ¡No funciona! Y aunque la siguiente oración no lleve signos de admiración puedo afirmar que la evidencia del fracaso está en la iniciativa corporativista de #engalegoleo. ¿Qué fotos de libros subía la gente a twitter? Con los ojos cerrados: Os dous de sempre, Sempre en Galiza, Memorias dun neno labrego, etc. Dejando a un lado excepciones del tipo Agustín Fernández Paz o Manuel Loureiro, todo lo que subían era el eterno retorno, el no salir del agujero, el orgullo del siervo. Cuando hay una novedad editorial en gallego que es un éxito, siempre se trata de la excepción y en dos o tres años no vuelve a darse el fenómeno.

—Es que la gente lee poco en gallego por culpa de Franco y los Illuminati.

No. La gente lee poco en gallego porque lo que se les ofrece es lo mismo de siempre. Y todo el mundo en el sector está de acuerdo en que así sea. El libro se ha convertido en un objeto de culto. La lectura es una actividad hermética que te acerca a Dios. Ésa es la idea: alcanzar un Nirvana predeterminado por los chanchullos político-culturales. ¡Ay del que se desvíe del camino! Y mientras nos machacan con esto, la gente olvida que leer no es un fin, es un medio. Salvo cuando es un fin, por ejemplo, al leer Canción de Hielo y Fuego. Y como leer Canción de Hielo y Fuego es un fin en sí mismo, jamás lo leerás en gallego. Tate, aquí hay tomate.

La gente sube selfies con sus libros favoritos y ves que son los mismos libros que obligan a leer en el colegio. ¿Son realmente sus libros favoritos o es que no han comprado más desde que iban a EGB? Y encima, el resto tenemos que aguantar estos aquelarres patrióticos y xenófobos. Si es que no hay que ir a la crítica de los millones de euros que dedica anualmente la Xunta a promocionar la lengua gallega, ese no es el problema. El problema es más hondo. Y hablo de "problema" porque yo no quiero que los "promotores" e "impulsores" de la publicación en gallego se carguen la publicación en gallego. Que es lo que están haciendo. Yo quiero que se busquen un trabajo de verdad.

Los 40 libros más recomendados por los centros escolares en Galicia.
Y que cierren la consellería de cultura para siempre. Y el ministerio, claro. ¿Por qué existe el ministerio de cultura cuando hay diecisiete consejerías de cultura? ¿Hay varios estratos de cultura? ¿La cultura funciona por territorios igual que el servicio de  bomberos? Estaría bien que algún día alguien nos lo explicara en el telediario. Cultura zonal. Lo que nos íbamos a reír.

Nota: los datos están sacados de la base de datos del ministerio de cultura del Reino de España.

10 comentarios:

Teseo dijo...

Debe de haber algún pequeño fallo en la gráfica. Me parece un poco raro que se publique casi tanto en aranés como en alemán.

Enrique dijo...

Dos historias de la mafia editorial valenciana que le hacen sentir a uno como en Galicia.

1) La polémica de hace unos años sobre TV3 me hizo descubrir a un personaje llamado Eliseu Climent. Este señor es un empresario de la cosa cultural, y a parte de la asociación "sin ánimo de lucro" que montaba los repetidores tiene algunas editoriales. Entre otras cosas, edita una revista en catalán llamada "El Temps". Uno puede pasarse por la web y sin saber catalán entiende de qué va.
Bueno, la cuestión es que a partir de entonces me comencé a fijar. Y es curioso, apenas encontraba esa revista en quioscos y papelerías (en alguno llegué a preguntar y me decían que la podían encargar si quería). Eso sí, en bibliotecas municipales, universitarias, y centros cívicos, te encuentras todas las que quieras.

2) Esto ocurrió hace más tiempo en el instituto. En clase de valenciano tuvimos como lectura obligada la novela "Raquel" de la escritora Isabel-Clara Simó. Realmente lo poco que recuerdo de la novela es que era una colección de tópicos de literatura juvenil que prácticamente no gustó a casi nadie en clase.
El caso es que 5 alumnos hablamos con el profesor y le comentamos que nos había parecido malísimo y que, por favor, el siguiente fuese distinto. Para nuestra sorpresa, el profesor nos dio la razón y vino con una lista.
"Sí, si a mí también me parece bastante malo. Yo preferiría recomendaros a Kafka o Robert-Louis Stevenson, aunque sea traducido, porque son de mis autores favoritos. Pero a principio de curso la Conselleria nos pasa una lista de libros y tenemos que escoger por lo menos uno de ahí. Aquí tengo la lista por si os habéis leído alguno, pero éste me pareció el menos malo. El próximo os prometo que no lo escojo de ahí."
Ahora me hubiese gustado volver a ver esa lista y comprobar las editoriales.

Pero bueno, al menos para fomentar la lectura no se les ha ocurrido exportar el "Sant Jordi" catalán. Un día en el que gente que no toca un libro en todo el año sea capaz de hacer cola durante horas para que Ana Obregón les firme un ejemplar.

Elentir dijo...

Teseo, hay que tener en cuenta que el gráfico es de libros publicados en España. La publicación de libros en aranés es puramente marginal. Hasta la superan los libros en alemán.

En cuanto al tema que trata Pablo, en Galicia la Xunta compra un montón de libros para dejarlos morirse de asco en un almacén. ¿Qué importa que nadie los vaya a leer, si están en gallego?

Pero lo mejor es encontrarse con noticias como ésta de hoy mismo:
http://www.laopinioncoruna.es/sociedad/2014/04/24/editores-gallegos-critican-xunta-apueste/834143.html

¿Cómo se le ocurre a la Xunta apostar por contenidos digitales, más baratos y más prácticos? ¡Menudos reaccionarios, carallo! Ya de paso, recuperemos el telégrafo. O mejor, el cuerno de soplar. Eso de comunicarse con móviles es de fachas que quieren arruinar el sector de las comunicaciones tradicionales...

Triste figura dijo...

Una de las cuestiones es: Quien lee en gallego? Y la otra Quien escribe en gallego?

Parto de la hipotesis que, a pesar de los esfuerzos de la Xunta, el 99% de los gallegos conocen el español tan bién o mejor que el gallego.

Bueno, tiene sentido leer "En busqueda del tiempo perdido" o "Los hermanos Karamazov" en gallego? Para empezar al haber mayor numero de traductores hispano-hablantes lo mas probable es que la edicion en español esté mejor traducida y segundo que la menor tirada de la edicion gallega hace que que lo mas probable es que el libro sea mas caro. Por lo tanto, excepto por afirmacion nacionalista o porque te han culpabilizado "el gallego se esta muriendo. Si no venis a llenarnos los bolsillos es que sois fachas y traidores" lo normal es leer a Proust o Dostoyevski en español. O sea que excepto cuando el libro ha sido escrito en gallego no hay ninguna ventaja en comprarlo en esa lengua. Si, pero... la poblacion de Galicia es inferior a la de Madrid. De verdad hay batantes autores con talento como para generar diez o veinte libros al anyo dignos de ser leidos?

Y luedo esta el problema de los autores. Si un autor es lo suficientemente bueno para no necesitar de las compras institucionles de la Xunta y los municipios para que alguien compre sus libros por qué iba a escribir en gallego cuando haciendolo en castellano puede no solo estar en las librerias de toda España sino en las de hispano-america y no solo eso sino atraer la atencion de editoras inglesas, francesas o alemanas? Solo hay tres posibilidades: prefiere ser pobre a escribir en castellano, es poeta y las sonoridades del gallego le convienen mas, o es malo con avaricia.

Y ya puestos que mal, especialmente si es minoitaria, hay en que desparezca una lengua? Acaso no desaparecieron el celta, el ibero y el latin sin que se muriese nadie? Y si hay que elegir no es mejor que muera la lengua que tiene menor valor como instrumento de comunicacion y menor fondo literario? Porque la desaparicion del latin si que tuvo consecuencias negativas al hacer mas dificil el comercio y los ajustes de poblacion durante las hambrunas.

Teseo dijo...

¡Songoku mola más en gallego que en español! (Y el original es francés o japonés).

Pablo Otero dijo...

Triste figura, tienes argumentos sólidos. Quizás por hacer de abogado del diablo te podría decir que el hecho de tener más traductores de una lengua no te garantiza una mejor traducción.

Lo que ya me parece un argumento débil es cuando se dice que el gallego es inútil. Eso se oye bastante. A mi me gustaría ver la lista universal de cosas útiles e inútiles. Porque a mi la columnata de Bernini me es inútil, sin embargo si alguien pretende destruirla, le doy una bofetada. Lo mismo con el gallego.

Si hablamos de utilidad estricta del idioma, la inmensa mayoría de idiomas del mundo tiene menos hablantes que el gallego. Si encima vamos al grado de inteligibilidad, el gallego tiene una inteligibilidad superior al 90% con portugués y español y de más del 80% con el italiano. Entiendo que esta inteligibilidad sea similar sabiendo sólo español, pero si no resta, todo lo que suma bienvenido sea.

Javier Botana Botana dijo...

El Gallego Xunteiro, el de la transición, provoca rechazo, y cuando no provoca rechazo, provoca complejo de inferioridad en quien no lo domina ya que cree que habla mal. El Gallego es un idioma latino y cambiando el acento, es prácticamente la misma lengua que el Portugués, pero está mal desaprovechado por su gramática. La normativa de la RAG, que se cambia cada vez que sopla un poco el viento por Fisterra le hace flaco favor, ya que hay muchos ejemplos de el chiringuito de amigos que es, además de bastante intransigente.

Creo que hay dos motivos para el "odio" de la lusofonía desde la RAG:
Es una asociación a sueldo del Estado Español, y esto es bastante serio, ni la RAG va apoyar nada de la lusofonia ni Lisboa va a aceptar a Galicia dentro de la CPLP, no vaya a ser que tense relaciones con España.
Otro motivo que se me ocurre es que el "negocio" editorial gallego, es un mercado pequeño, y mejor ser escritores mediocres en un mercado pequeño, que con 250 millones de lectores potenciales ni el tato conocería al terrorista de Ferrín.

Acabando, los idiomas se usan mientras sean útiles y que bien nos vendría, creo yo, que cuando se adoptó la gramática se aprobase la Portuguesa o reintegracionista.

Pablo Otero dijo...

Según esa teoría, Javier, a las editoriales les convendría más tener un mercado de 250 millones de hablantes ¿no?

Javier Botana Botana dijo...

No, como bien dices, el gallego es un negocio con las subvenciones, pero a mi si me convendría saber escribir Portugués, es abrirse puertas. Aunq esto es algo que se debió hacer en la transición cuando no había una postura fija, ahora el "mal" ya está hecho.

Republica bananera dijo...

Hace unos años el ayuntamiento de Bilbao convocó un concurso literario: El premio al mejor texto en euskera quedó desierto: Nadie presentó una candidatura.