viernes, 28 de febrero de 2014

El factor chino en la crisis de Ucrania

No creo que se pueda llamar escalada a lo que sucede en Ucrania. Una escalada de tensión se produce cuando dos o más partes en conflicto aumentan el nivel de alerta, el tono del lenguaje y el nivel de riesgo que están dispuestas a asumir. En el caso de Ucrania sólo aumenta la tensión la Federación Rusa, que se está convirtiendo en un paria internacional.


Una a una, los rusos están cumpliendo todas las condiciones del manual "Cómo ser un paria internacional y tal vez morir en el intento". Son cosas al estilo de los estados fallidos de África Central. El caso es que Rusia es un estado sistémico en el orden internacional y si falla más de la cuenta, lo que viene detrás es impredecible. Por eso nos debe preocupar que se estén comportando con su política exterior y de defensa como una quinceañera a las puertas de un concierto de Justin Bieber.

Lo primero que hay que hacer para ser un paria es lograr que tus acuerdos internacionales no valgan nada. Con la independencia de Ucrania en 1991, Rusia, Estados Unidos y Reino Unido firmaron un Acuerdo de garantías de seguridad (llamado Memorandum de Budapest) por el que Ucrania se incorporaba al Tratado de No Proliferación Nuclear. Los rusos se encargaban del material nuclear soviético en territorio ucraniano, los ucranianos no aspiraban a ser una potencia nuclear y todos se comprometían a respetar la integridad territorial y la independencia política del nuevo país. El Acuerdo también comprometía a las partes a no recurrir al uso de la fuerza contra Ucrania. Pero se diría que esta última parte se olvidaron de traducirla al ruso.

Sin embargo, hoy vemos que el ejército neosoviético organiza maniobras militares en la frontera ucraniana, los militares del enclave naval de Sebastopol mueven sus tropas por los sesenta kilómetros que la separan de Simferópol (la mezquita blanca de los tártaros de Crimea y capital de esa región autónoma), ciudad nudo de comunicaciones y con un aeropuerto internacional. Es decir, los militares rusos siguen el manual de conquista militar de un territorio.

Grupo de Boy Scouts llegando de noche al aeropuerto de Simferópol. Ni llevan distintivos militares ni se han leído la Convención de Ginebra.
La excusa de "proteger a la población" ya fue empelada con éxito por Rusia en Osetia del Sur y en Abjasia, en 2008. Y no olvidamos que Georgia era (y sigue siendo) un aliado de occidente. En Ucrania hay quien dice que se repiten los mismos pasos. De momento, los asesores militares rusos y las milicias rusocrimeas no llevan ningún distintivo a la vista, pero dudo que muchos crimeos tengan en el garaje de su casa BMR y fusiles de asalto.

El ministro del interior ucraniano, Arsen Avakov, calificó estos movimientos como intervención armada y ocupación en incumplimiento de los acuerdos internacionales. El Consejo de Seguridad de la ONU acabará pronunciándose, pero como ahí al menos hay tres estados parias (dos cuando Francia tiene el día bueno) no parece que vaya a haber una respuesta contundente para defender la integridad ucraniana.

El típico miliciano espontáneo con sus pertrechos militares espontáneos y su rifle de asalto espontáneo. Al menos no lleva puesto el cargador.
Rusia está echando una partida. Echaba de menos el viejo juego y ha decidido rememorar los viejos tiempos. Es dificil entender qué gana Rusia con sus provocaciones: amenazar a un país arruinado, enfrentarse a occidente, dilapidar la poca reputación que les queda, defender a unos tipos que robaron a Ucrania unos 70.000 millones de dólares (el nuevo gobierno de Kiev ha pedido una inyección inmediata de dinero para no colapsar y parece que EEUU, la UE y el FMI van a empezar a echarles un cable).

Intentando comprender a Rusia

Tan solo analizando el movimiento neosoviético en clave interna se podría empezar a comprender por qué Rusia actúa de esta manera. Si rascamos la costra comunista rusa desde Stalin, nos queda un nacionalismo ruso de caracter étnico. Los famosos desplazamientos de población de la época estalinista incluyeron también a no pocos rusos hasta convertirlos en relevante minoría en muchas de aquellas repúblicas que formaban la URSS. Los rusoscrimeos entran en este saco.

La península de Crimea solía estar llena de tártaros que fueron diezmados por hambre y después desplazados hasta Uzbekistán. Para añadir perspectiva puedo añadir que otros tártaros que hoy tienen su república en el distrito federal del Volga organizaron un refrendum por la independencia en 1992 animados por los vientos de cambio. En aquel año votaron a favor de su independencia pero Moscú no reconoció el resultado. Como este, múltiples ejemplos (los más sangrientos en el Cáucaso). El nacionalismo ruso tiene un grave problema con las minorías nacionales. Pero tratar de mantener su relevancia en lugares como los países bálticos o Ucrania con la excusa de proteger a su minoría nacional tan solo es síntoma de su profunda debilidad. Son los países débiles los que recurren a la fuerza, como vemos, por cierto, en Caracas.

Rusia tiene la baza de sus Fuerzas Estratégicas de Cohetes. Empujados por el escudo antimisiles de la OTAN y por el tamaño del ejército chino, los rusos se preocupan de modernizar esta parte de su ejército, como sucede con los nuevos SS-29.
Este juego de apariencias por el que Rusia pretende presentarse con una fortaleza de la que carece adeuda no poco a la deteriorada situación en el cuerno de África y el Índico. Y aquí estad atentos porque voy a jugármela con una teoría.

China. En China hay un montón de chinos. Los chinos han pasado a tener una mediocre economía de transformación de materias primas en bienes industriales y de consumo en las últimas décadas. La mayor parte de la Rusia asiática ha sido incapaz de competir con el desarrollo económico chino. Hace diez años los chinos podían enviar barcos a la costa oriental africana a recoger materias primas y llevarlas a sus fábricas. Al deteriorarse la seguridad en el transporte marítimo por el sudeste asiático y el Indico, los chinos buscaron una ruta alternativa. De hecho, la única que tenían: cruzar Rusia.

El caso es que esto ha llevado a los chinos a ser los principales inversores en Siberia y en Rusia central. Los rusos no son tan imbéciles como para rechazar estas inversiones (inversiones que tienen mucho de caracter neocolonial). China y Rusia son aliados que se apoyan mutuamente. Pero el nacionalismo ruso de Moscú tiene que enviar un mensaje a China. Naturalmente no hará nada que pueda enturbiar su relación simbiótica con Pekín, así que este mensaje lo lanza desde su frontera europea.

Ositos chino y ruso de la amistad y la paz saludan a los viandantes en la ciudad rusa fronteriza de Chita. Recordemos que en 1969 chinos y rusos estuvieron en guerra.
La crisis crónica rusa, maquillada por el alto precio del petróleo, es económica, sí, pero también demográfica. Y esta crisis demográfica se nota más en el Extremo Oriente ruso que en la zona europea. El Distrito Federal de Extremo Oriente cuenta con seis millones de habitantes repartidos desigualmente (75% población urbana) por... seis millones de kilómetros cuadrados.

Distrito Federal de Extremo Oriente (Federación Rusa). ¿Cuántos chinos caben ahí?
En comparación, la región china de Mongolia Interior tiene 25 millones de habitantes, Heilonjiang 40 millones y Jilin 28 millones. Regiones estas del noreste chino fronterizas con el inmenso vacío —lleno de recursos— del Extremo Oriente ruso. Y por si os lo estabais preguntando, sí, ya llevamos unos cuantos años con inmigración china en el este ruso. De momento limitada (los sobornos de las aduanas rusas tampoco nos ayudan a calcular) y con un alto grado de temporalidad. Pero esta inmigración y estas inversiones como factor de cambio en la política de Moscú no pueden ser descartadas. Ni tampoco podemos descartar las provocaciones chinas por las Senkaku como un mensaje a su vez hacia Moscú.

Esto lo traigo de vez en cuando. La Teoría del Heartland es de 1904, pero se puede actualizar.
Ah, qué sencillo y tranquilo sería el mundo con una Rusa occidental, que atrajera una confiable inversión japonesa en Siberia frente a los intereses dudosos de Pekín. Y cuánta más tranquilidad y paz traería tener en ese escenario a China dividida en muchos pequeños estados dedicados a competir comercialmente.


martes, 25 de febrero de 2014

Rajoy y los hijos de buena estirpe

Un mito popular muy arraigado sobre uno de los personajes de la prensa roja más grises que ha parido madre es aquel que pretende hacer pasar a Rubalcaba por "listo", "astuto" o, como diría un profesor de inglés que tenía en el cole "zorraina". El nivel de astucia esgrimido por el portavoz del PSOE (llamarlo líder le quedaría grande, incluso en ese barco a la zozobra que es el PSOE) se escenificó en el último debate sobre el estado de la nación.

Los esclavos tienen barba y llevan minifalda.
Rubalcaba sacó un artículo del Faro de Vigo de hace doscientos mil años en el que un Rajoy gafotas y lleno de granos escribía cosas aleatorias tratando de explicar que los hombres no somos iguales. Para decir lo mismo, bien podía sacar nuestro Alfredo de guardia las palabras del Nuevo Testamento. Pero en fin, sacó las de un Rajoy de 28 años que citaba de oídas textos del siglo VI antes de Cristo en los que se dice que los hijos de buena estirpe superaban a los demás. Alfredo, es que en el VI a. de C. sí se tenía por certeza que la gente de alta cuna era superior a la de baja ralea. De hecho, esto fue un "conocimiento objetivo" hasta época muy reciente.

Puestos a sacarle los colores por algo escrito hace décadas, en ese mismo artículo hay algo que tiene más chicha:

La desigualdad natural del hombre viene escrita en el código genético, en donde se halla la raíz de todas las desigualdades humanas: en él se nos han transmitido todas nuestras condiciones, desde las físicas: salud, color de los ojos, pelo, corpulencia…hasta las llamadas psíquicas, como la inteligencia, predisposición para el arte, el estudio o los negocios.

El ADN no da ninguna información sobre la predisposición para el arte, el estudio o los negocios. Es eso lo que tiene chicha y no lo otro. Y aún así, nos quedaría algún retal que otro que cortar.

Orden espontáneo.
Ciertamente todos somos diferentes y ese hijo de la modernidad que se llama totalitarismo trató de subvertir la naturaleza a golpe de BOE y de fusil. Por eso es bueno distinguir de qué hablamos cuando hablamos de desigualdad. No estamos hablando aquí de que todos estudiemos lo mismo, de que todos ganemos el mismo salario ni de que todos vayamos en transporte público. Hablamos de las oportunidades que tiene cada uno, hablamos de que no nacemos todos en la misma familia, hablamos de que no todos salimos de la misma línea de salida, hablamos de la infanta doña Pilar de Borbón.

No hablamos de llegar todos juntos a la meta, no hablamos de que por ideas estrafalarias todos debemos ser cortados por el mismo patrón, no hablamos de latrocinio. Es más, es que no estamos hablando de elefantiásicos programas estatales para lograr no sé qué objetivos en el plan quinquenal. Hablar de eso es de melones y de comunistas.

Hay cosas que nunca cabrán en un programa estatal.
La desigualdad de oportunidades es un eufemismo para hablar de desigualdad de ingresos porque al fin y al cabo la renta disponible determina las oportunidades que tienes en la vida. Si tenemos a dos pepitos, uno que trabaja cobrando peajes en la autopista por 900 euros al mes y otro viviendo de una renta de inserción social de 200 euros al mes, la diferencia de renta no siempre se va a explicar porque el segundo sea un zote y un vago y el otro un ser listísimo y trabajador. Existen factores que condicionan y explican el desempeño a lo largo de la vida de una persona.

Cada caso es diferente y la estadística la carga el diablo, pero no fallo mucho el tiro si digo que lo que más influye en el desempeño de la persona es su educación. Concretamente su educación en las etapas más tempranas de desarrollo. La diferencia en la atención, cuidado, dieta y estímulo de los niños, está relacionada con el desempeño de su vida adulta, con su desarrollo cognitivo y con hábitos de conducta que lo condenarán para siempre o no.

Sobra decir que una familia de renta alta tiene más incentivos para dar una mejor educación a sus hijos. Es más, una familia de renta alta vivirá en un entorno de familias de renta alta, barrios con menos delincuencia, más limpios, un ambiente más protegido, con mayores estímulos intelectuales, etc. Una familia de renta baja tiene sus posibilidades de dar una mejor educación a sus hijos más limitadas, menos actividades extraescolares, el transporte tarda más en llevarlos a casa (menos tiempo libre), los chavales se juntan con niños que fuman porros con 12 años (bueno, creo que lo de los porros es bastante transversal), etc. Limitar la desigualdad no es la bobada cotidiana que suelta un listo en la tele, del estilo "Cristiano Ronaldo cobra mucho más que el frutero de mi barrio". No. Limitar la desigualdad tiene más que ver con poner una parada de bus más en barrios chungos. Con que la gente de renta baja tenga bonobuses más baratos (insisto en esto porque parte de la desigualdad también se explica por la diferencia de disposición del tiempo), con no emplear un millón de metros de superficie de un ayuntamiento para hacer un campo de golf público que disfrutarán cuarenta fulanos sino con procurar que los colegios públicos de primaria puedan tener talleres extraescolares.

Menos zapateradas de un ordenador por pupitre y más relojes y gafas para los niños.
Limitar la desigualdad no es tener a una diputada progre en el congreso con cincuenta años y fea como un camión diciendo que en su coño no entra ningún obispo, no. Limitar la desigualdad tiene más que ver con que las chicas de dieciséis años de los barrios chungos que se quedan embarazadas puedan tener un nivel aceptable de seguridad sanitaria y económica para criar a su crío en condiciones. Medidas que no son planes súpercomunistas idiotas sino que se parecen más a preguntar a la consellería de educación a ver por qué diablos cada año hay que comprar libros de texto nuevos a la editorial del colega del cuñado del secretario del conselleiro, que además cuestan un ojo de la cara.

Como en este país no existe un debate sobre la desigualdad y todo se queda en una pegajosa plasta demagógica con visos de populismo ramplón, yo doy la batalla por perdida (y tampoco me preocupa mucho el tema ya que España no es un país de rentas muy desiguales). Es que es ver por ejemplo a quienes hacen bandera de la desigualdad exigiendo que bajen las tasas universitarias y apago la tele porque me pregunto en qué clase de planeta sin oxígeno vive esa gente porque a la universidad no llegan quienes no han sobrevivido en las etapas previas.

El problema de la desigualdad es que los universitarios y los pensionistas votan y los niños en edad preescolar no. A veces me pregunto qué ocurriría en este país si hubiera un voto ponderado por número de hijos menores de edad.

Más:
  • Duncan et al. Economic deprivation and early-childhood development. Child Development
    Vol. 65, Nº 2, Children and Poverty (Apr., 1994), pp. 296-318 [PDF]. En los barrios de renta más alta, los niños tienen mejores resultados en los test de inteligencia. Esto no tiene nada que ver con los genes, sino con el tiempo libre de los padres, la calidad de las escuelas de los barrios, etc.
  • W. Steven Barnett. Long-Term Effects of Early Childhood Programs on Cognitive and School Outcomes. Long-Term Outcomes Of Early Childhood Programs Vol. 5 Nº 3 invierno 1995 [PDF]. Programas especiales educativos en edad temprana tienen efectos a corto y largo plazo en el desempeño educativo.

lunes, 24 de febrero de 2014

Las necesarias alianzas internacionales

Ahora que el Departamento de Defensa de los Estados Unidos está puliendo un plan de reforma presupuestaria del ejército, es un momento tan bueno como cualquier otro para recordar que esto se produce en un contexto en el que varios países europeos están haciendo tres cuartas partes de lo mismo. Las amenazas cambian y los ejércitos tienen que adaptarse a estos cambios para continuar siendo operativos.


La estrategia de cansar a la burra sirvió para ganar la guerra fría. Pero desde el 11S leemos a expertos en los dominicales hablándonos de un nuevo tipo de guerra: menos Genghis Khan y más Curro Jiménez. Las probabilidades de que dos ejércitos modernos y profesionales se enfrenten son muy bajas (vaya nuestro agradecimiento al flujo comercial internacional). Las lecciones aprendidas en Afganistán e Irak nos informan de que las campañas largas de ocupación no tienen mucho futuro. Estados Unidos está aprendiendo una lección en el uso de su fuerza militar como herramienta de diplomacia: la fuerza multinacional.

Es hora de que más países se impliquen en misiones internacionales. Esta idea no sólo supone una agradecida reducción del presupuesto militar sino que es un mecanismo para aumentar la estabilidad y el encarrilamiento de los países que decidan compartir gasto y prestigio en estas misiones. Pienso por ejemplo en países americanos y norteafricanos con condiciones óptimas para poder contribuir al esfuerzo de defensa multinacional. Está claro que una nueva política de defensa tiene implicaciones en la política interna de los países, pero la política de defensa al no estar tan ideologizada ni ser tema cortoplacista, ayuda a formar mayorías y establecer una comunicación entre diferentes agentes políticos que pueda dar lugar a consensos en otras áreas. Esto se ve claramente cuando a España la meten en la OTAN (junto a la integración europea, el otro gran objetivo de la dictadura franquista que culminó en el régimen posterior).

-Abuelo, ¿fuiste un héroe en la guerra?
-No, pero serví en una compañía de héroes.
En un principio puede parecer atractivo no implicarse en asuntos exteriores. Sin embargo, si rascas un poco, te das cuenta que esa política de respeto sacramental a la soberanía de otros países es justo lo que hacen los regímenes autocráticos. Un país abierto al mundo, con prensa libre y con intereses compartidos con otros países es más predecible que su reverso oscuro. La estabilidad en el orden internacional llevada a cabo de forma compartida es una garantía última para la población que vive aplastada por bandas criminales que se autodenominan "gobiernos".

La historia contemporánea de las relaciones internacionales es la historia de la implicación de unos países en los asuntos internos de otros. Si nos podemos quejar de algo es de que esta implicación suele llegar cuando el daño ya está hecho. Pero esto no quiere decir que la idea sea mala: los países aliados tienden a ser menos propensos al aventurismo y los baluartes de la tiranía saben que hay líneas rojas. En definitiva, un orden internacional más estable, donde es más dificil ser un tirano.

«Soy la espada en la oscuridad. Soy el vigilante del Muro. Soy el fuego que arde contra el frío, la luz que trae el amanecer, el cuerno que despierta a los durmientes, el escudo que defiende los reinos de los hombres».
Se puede objetar que una alianza militar no garantiza que se tomen decisiones adecuadas, y ahí tenemos a los tanques del Pacto de Varsovia destrozando Budapest y Praga. Sin embargo, hablamos aquí de alianzas entre países que cumplen ciertas normas de urbanidad. A día de hoy, solamente tiranías como Rusia y China usan a su ejército para provocar a sus vecinos y como instrumento de su política interior. Son precisamente estos países los que colocan en un altar la soberanía e independencia de terceros. El resultado de esto lo vemos en Cuba y Corea del Norte.

La libertad hay que defenderla y sale más barato defenderla junto a otros que también la apoyen. Aunque ciertamente sería un error escatimar en el precio de tu manguera si ves que la casa del vecino está ardiendo. Hablo de alianzas militares internacionales (uno más de los instrumentos diplomáticos que existen, y normalmente el único que entienden los tiranos) y de ciertos objetivos mínimos compartidos. No hablo de esa fantasía de los Derechos Humanos (¿dónde está el Tribunal Humano? ¿Dónde la Fiscalía Humana?) sino de una doctrina común, que obligue a comprometerse a los países implicados y que envíe un mensaje a los tiranos del mundo: vuestras horas están contadas porque el tiempo de los faraones ha pasado y si en tu país fabrican una bomba que meten en mi país, lo que sucede en tu país afecta a la seguridad de mis ciudadanos y no habrá agujero en la tierra donde te puedas esconder porque mis amigos son más fuertes que los tuyos.


sábado, 22 de febrero de 2014

La democracia etarra

Cuando los ejércitos se desplazaban en campañas largas y tediosas, los solían seguir cierta morralla oportunista: tunantes diversos, meretrices, saltimbanquis, ladronzuelos y demás gente de bien. Tras el saqueo a una plaza o después de un enfrentamiento en campo abierto, este sub-ejército de zascandiles aprovechaba los despojos y se llevaba lo que la tropa dejaba. Aquella era una existencia miserable pero había que sobrevivir.

Para ganar hace falta querer ganar.
La farsa etarra de entregar e inutilizar ciertas armas (y nunca había empleado la palabra "farsa" de forma tan precisa como ahora) al igual que todos los "pasos" previos de la "solución del conflicto" (y lo que te rondaré morena), vienen igualmente acompañados de esa ralea oportunista. Es lo que algunos llaman "lavado de cara" y otros "la batalla por el relato". Se puede atribuir al relativismo de nuestra época la equiparación entre torturadores y víctimas, pero usar estos términos mágicos a mi se me da mal. Y además son imprecisos. Yo prefiero lo que se puede tocar.

Hay una parte en la izquierda a la que le cuesta entender lo que significa el Estado de derecho. Quizás por ello no dudan en alejar todo lo posible al departamento de márketing de ETA del resto de la empresa. A este departamento de márketing etarra lo tenemos en las instituciones y esto ya se da como "algo que no tiene remedio". Una vez asumido que esta excepción democrática y grave falla en el sistema no tiene marcha atrás, sólo resta tratarlos como a uno más. En nombre de "un nuevo tiempo" se hace tábula rasa y la marca política de ETA entra en el juego: ¿de qué si no estaría ahora el PSOE planteándose llegar al gobierno navarro? Saben que ni tras las próximas elecciones tendrán los votos, pero ya calculan lo que pueden hacer con el apoyo del partido etarra. En Galicia, cualquiera diría que un acercamiento a los planteamientos etarras supondría una muerte política, pero el BNG decide ir con ellos a las elecciones. Pequeños trazos de un cuadro que, tomados con perspectiva, hacen que nos preguntemos quién está ganando aquí. Y sobre todo, por qué se permite esto.

"No se le puede quitar la representación a cientos de miles de personas". Claro que se puede.
Ya pasó el tiempo en que los listos decían que la derecha en España vivía simbióticamente con ETA. Ya no hacen este análisis porque ETA o su marca política (tanto me da) es una fuerza política autónoma dada al juego político cotidiano. Ahí ya han ganado y por tanto ya la izquierda toma al partido etarra como gente con la que pactar y repartirse los despojos. Oh, sí, fue terrible lo de aquellos atentados pero comprende que había un conflicto y que Madrid no daba el brazo a torcer. Esa equiparación bochornosa y monstruosa.

¿Cuál es la justificación última de estos episodios tan terribles? La consideración de la Constitución como una putita. La campaña de los cleptócratas catalanes por el derecho a decidir y la publicidad que le dan al hecho de que "hay que dejar votar lo que sea porque es democrático" es en última instancia el paraguas argumental bajo cuya sombra el moho etarra prospera. Lo democrático, dicen, es dejar votar todo. Argumento tan repetido y facilón que cala entre quienes nunca estuvieron cómodos con este sistema y entre quienes rechazan todo esfuerzo mental.

No sólo se pueden cambiar las cosas, sino que se debe hacerlo.
Una y otra vez hay que repetir e insistir en que el sistema político que tenemos y que vulgarmente llamamos democracia, no tiene nada que ver con la democracia ateniense. Aquí no se vota cualquier cosa ni el cuerpo electoral es aleatorio. Solamente hay un cuerpo electoral que puede decidir y es la nación española. Esta nación española es una nación política, unida por las leyes y la Constitución. Lo que los malos pretenden es que la nación política española no exista para formar sus propias naciones étnicas de fantasía basadas en criterios aleatorios (color de pelo, música favorita, etc). Este ataque a la nación política lleva inevitablemente de la mano una agenda antiliberal.

¿Cuál es esta agenda antiliberal? Decir que se pueden constituir sociedades políticas no basadas en la identidad que da la ley. Dicho de otro modo: no es lo mismo un paisano que un ciudadano. El ciudadano pertenece a una sociedad política y es igual a otro ciudadano de esa sociedad al margen del resto de consideraciones: el de ciudadanía es un criterio objetivo. El paisano, por otra parte, es un transeúnte, un vecino, un tipo mirando a las vacas que identifica perfectamente a quien no es paisano suyo. Lo que pretenden al equiparar la Constitución con una putita es hacernos regresar a la aldea primordial donde lo más parecido a la justicia son dos fulanos con palos muy gordos.

En conclusión: truncar el lavado de cara etarra y rechazar las aventuras anticonstitucionales es la misma cosa. Así que cuando Rubalcaba dice que no se puede estar cada cinco minutos dando vivas a la Constitución no sé cómo no lo corren a palos. Es precisamente el no haberlo hecho en su día y el no insistir hoy lo que nos lleva a arrastrar crisis políticas que ponen en cuestión la existencia misma del estado.


martes, 18 de febrero de 2014

Escenario de ciencia ficción desde referencias hispanas

Lo prometido es deuda y tras comentar algunas sugerencias sobre qué elementos podría haber en un canon hispano de fantasía, ahora toca lo más difícil si cabe. Y digo difícil asumiendo la contradicción que supone conocer que hay ciencia ficción que no se mueve en coordenadas anglosajonas. Cualquier aficionado es capaz de nombrar obras japonesas y rusas (por ejemplo) que chocan bastante con la idea cotidiana del género que manejamos en Hispanoamérica e Hispanoeuropa (que es la misma idea que manejan los anglosajones).

Torres Quesda, conocido por la saga de La Orden Estelar: «La novelita que más tardé en escribir me costó 24 días, y tres la que menos».
Como la ciencia ficción es un género tan grande y variado, muchos argumentos y escenarios no responden a ninguna referencia histórica y estética determinada. Una historia que gire en torno a un virus o al descubrimiento de algo anómalo bajo la capa del polo norte da igual qué referencias maneje. Lo único que cambiará será el escenario donde se mueven los personajes ante estos conflictos que provocan la historia y la hacen avanzar. Por ejemplo: la historia de Parque Jurásico no cambiaría mucho si los dinosaurios estuvieran en Teruel y los protagonistas fueran españoles. Cambiarían los abalorios y la estética general, pero en lo sustancial tendríamos la misma historia que imaginó Michael Crichton. No es esto lo que busco.

Lo que busco es más sutil y menos inmediato. Y como toda búsqueda necesita un comienzo, yo comenzaré acotando el terreno de juego. ¿En qué parte de la ciencia ficción puede suponer un cambio variar las referencias estéticas y la inspiración histórica de las historias que se cuentan? Acepto sugerencias, pero tras darle un par de vueltas me quedo, dentro del subgénero de historia alternativa, con el sub-subgénero de historia futura.

Vete tú con el cuento de "ciudadano de la galaxia" a las autodefensas de Michoacán, a ver qué te dicen.
¿Por qué hago esta elección? Pues porque dentro de las historias de historia futura sí existe cierto canon. Sé que estoy generalizando pero a pesar de las variaciones en estos escenarios (pienso en space operas de Heinlein, Larry Niven, Asimov, Scott Card, George Lucas,…), hay ciertos modelos que se repiten y es ahí donde podemos jugar a imaginar otros modelos.

Debo establecer ciertas prevenciones ya que temo no explicarme bien cuando hablo de referencias hispanas o canon hispano. No se trata de que el protagonista hable gallego (cosa que no niego que pueda ayudar estéticamente). Los cerdis de Scott Card hablan portugués y La voz de los muertos no deja por ello de ser una historia con una idea mormona detrás, con el factor héroe muy marcado, etc. Me refiero más bien a las ideas que están detrás de las ideas que leemos en los libros o vemos en las películas. Estas ideas deben mucho a los conocimientos de cada autor y a la época de cada autor. En lo que a la historia futura y a la space opera se refiere, podemos identificar muy bien qué ideas están inspiradas por las guerras mundiales, la guerra fría o la vigente guerra contra el terrorismo. Sobre todo en lo que nos llega de Estados Unidos, vemos cómo se repiten muchos temas de la historia de ese país.

Heredó un mundo... y el notario pasó a cobrar su parte.
El gran autor español de space opera, tristemente olvidado por la élite de la subvención y del reconocimiento oficial, no fue ajeno a vivir en una época dada ni a sus limitaciones personales. Pero eso no le impidió ser pionero en conceptos repetidos después hasta la saciedad (naves generacionales, rayos láser, etc). Aunque más allá de incorporar dispositivos que disparen tramas, se puede observar que su forma de enfocar la historia futura tenía "algo" diferente a la de sus colegas del otro lado del charco. Pero no se trata aquí de valorar la obra de Pascual Enguídanos (George H. White) ni la de otros autores que hoy siguen creando obras de calidad. Aquí se trata de encontrar elementos que puedan construir un nuevo canon.

Si hablamos de historia futura y de space opera, lo primero que tenemos ante nosotros es la barrera de la capacidad para salir al espacio (el motivo de salir al espacio es cosa de cada autor). Los americanos no tienen este problema, ni los rusos: ellos se ven a sí mismos como capaces de dar el primer salto. Pero lo curioso es que los japoneses tampoco ven aquí un problema: por su propia idea del mundo, sus historias pueden ignorar al resto del planeta y solamente tener en cuenta a Japón (Evangelion, Vexille, Battleship Yamato...). ¿Es esto posible hacerlo con España? No, no resulta creíble dada nuestra historia. ¿Es posible hacerlo con Hispanoamerica? Tampoco, por motivos evidentes. Y aquí tenemos la primera cosa que nos separa del canon anglosajón. El punto de divergencia que nos haga capaces de salir al espacio no puede responder a ninguna situación política o económica identificable en la actualidad. O bien este punto de divergencia se sitúa en el pasado para tener hoy una superpotencia o bien se sitúa en el futuro para explicar por qué otras superpotencias han fallado.

Un "diabólico hombre de ciencia"...
De situarse en el pasado sería muy trillado acudir a la prevalencia del imperio (de hecho, las ucronías sobre la historia de España suelen repetir este cliché). De situarse en el futuro habría que explicar qué pasó con Estados Unidos y Alemania. Un atajo podría ser usar a Europa como una especie de confederación futura que posibilite acuerdos multinacionales que combinen la ingeniería alemana y a los Cristóbal Colón del futuro. Pero como aquí tampoco se trata de poner a Hispanoamérica o a España en un altar (eso es justo lo que hacen los yanquis con EE.UU.), podría haber otro atajo todavía más rápido: usar a Estados Unidos. ¿Sabéis cuáles son las previsiones demográficas en Estados Unidos? Usar eso. Cualquier repaso a los apellidos de los marines muertos en Irak o Afganistán nos da una pista de cuáles pueden ser los apellidos de esos primeros astronautas que pondrán su pie en otros planetas.

A partir de aquí, parecerá que con sustituir las hamburguesas espaciales por burritos espaciales ya está todo hecho. Pues no, crear un canon nuevo tiene que ser algo más que un mero lavado de cara. Cuando en las space opera la gente sale de la Tierra y hay una colonización temprana de planetas próximos, estos planetas suelen independizarse debido al despectivo y autoritario gobierno de la Tierra. Esto responde a referencias históricas que nos son ajenas. Está claro que si lo que quieres es extraer cierto mineral de Marte y creas en Marte un monopolio productivo en torno a la exportación de ese mineral, la gente querrá la independencia. Pero qué pasa cuando la colonización de planetas no responde a un cálculo económico sino a uno religioso. Es bastante cliché esto de los zelotes y la evangelización, pero parece un buen motivo de conflicto argumental. Incluso viendo lo que nos rodea, podría sugerir una colonización por motivos... deportivos. ¿A que cambia la perspectiva? Motivaciones respaldadas por la mayoría de la gente, no por el economicismo de una oscura corporación malvada. Menos Weyland-Yutani y más Real Madrid.

Te invaden los alienígenas y lo que te preocupa es quedarte sin fútbol. Eso es un hombre (El Eternauta).
Una estrategia muy usada para partir de un escenario mundial que no arrastre deudas con el mundo real que conocemos sería usar el comodín de la Guerra Mundial. Conflicto global que acabe con todas las instituciones conocidas y así, empezar con una Tierra que sea como un mapa en blanco. Quizás en un conflicto así se emplee algún tipo de arma biológica mucho más efectiva en latitudes frías. El mismo resultado da una "plaga". No existiría aquí una "nueva guerra fría" (otro cliché) entre Lima-Callao y Yakarta. Cada uno a lo suyo y la tecnología se encargaría de procurar la convivencia. La "plaga" o la "guerra" se encargarían de bajarles los humos a cualquier veleidad conflictiva. La humanidad debe buscar su redención en las estrellas y en esas estrellas (si se opta por la ciencia ficción blanda) hay otros tipos con escamas o antenas.

El tema del Primer Contacto lo pensamos como lo pensamos debido a que el estándar ha sido marcado por americanos que hacen suya la historia británica. Los autores de ciencia ficción han presentado múltiples variaciones del esquema general, pero yo me pregunto si se puede escapar de este esquema y presentar un nuevo canon. El esquema general al que me refiero es que el Primer Contacto lleva al conflicto: científicos que estudian especímenes en ambos lados, unos alienígenas muy avanzados tecnológicamente pero muy rudimentarios socialmente, alienígenas que o bien son psicópatas o bien sólo piensan en términos económicos... Como digo hay múltiples variaciones, pero ciertas líneas siempre se cumplen. Siendo el Primer Contacto un Problema Fuera de Contexto (ninguna experiencia previa nos prepara para saber cómo actuar) tenemos sin embargo en nuestra historia al menos dos Primeros Contactos. El primero: hallar en Nuevo Mundo gente de la que la Biblia no decía nada. El segundo: civilizaciones precolombinas valorando la llegada de barbudos con ropa de metal y bastones de fuego.

El imperio de Trigan.
Este Primer Contacto Mutuo (y alienígena) que fue el descubrimiento de Nuevo Mundo sí muestra una gran diferencia tecnológica, pero esto no implicó conquista y dominio. Fue la propia política interna del "conquistado" la que precipitó que en tiempo récord desaparecieran sus instituciones. Esto se hizo con una colaboración interna imprescindible (los pueblos no son paquetes estancos cortados por el mismo patrón, sino que hay conflictos e historia previa) y a su vez el "conquistador" también "es conquistado" pues tiene que cambiar su idea del mundo, incorpora a los alienígenas indios como a sus iguales y se mezcla con ellos de tal modo que en un par de generaciones se reproduce la misma civilización en la nueva tierra recién descubierta.

Con estos antecedentes hay que olvidarse de dos imperios espaciales militares que chocan y cuyo destino decide el tener más PIB. No hay planteamientos de máximos. No existe, en nuestro nuevo canon, la subyugación del enemigo ni su exterminio. Existe el conflicto, sí, pero este conflicto supone una evolución en la forma de ver el mundo de los contendientes. Es decir, más mestizaje y menos "supervivencia del más fuerte".

Guerra espacial estándar. No a esto.
Ya si vamos hacia la ficción especulativa de la space opera clásica, es obligado hablar de esos imperios espaciales, de ese tecnofeudalismo, de esa aristocracia espacial. Imperios conquistadores hasta que los planetas independentistas forman una federación. Es decir, George Washington en el espacio. ¿Dónde estaría aquí el cambio? Pues en que no existirían planetas independentistas porque la forma de ser del imperio del hombre obligaría a que en todos los planetas se reprodujera la sociedad de los planetas "del núcleo". Para que nos entendamos: Arrakis o Tatooine no podrían existir. ¿Supone esto un freno al desarrollo de historias? No, porque tenemos la historia de Roma. El imperio del hombre se puede dividir, puede haber guerra, puede haber una época de decadencia y finalmente un renacimiento. Existe un campo de juego infinito ignorando los conceptos de "Alianza Rebelde" y "Federación de Planetas", tan caros a los oídos de los aficionados a la guerra de la independencia americana.

La ONU o los Estados Unidos, según se vea.
¿Y qué ocurre en el futuro muy lejano? El canon estándar nos habla de una humanidad cada vez más civilizada hasta convertirnos en "seres de energía" o alcanzar la inmortalidad en palacios de pinchitos de cristal súper-iluminados. Quienes levantaron la Torre de Babel aprendieron lo que ocurre cuando alguien quiere rivalizar con Dios. Muerte, destrucción y lección aprendida. No tenemos aquí por tanto definido el Objetivo Último de la humanidad y el universo. No estamos predestinados (ojo, otros pueden pensar que sí existe la predestinación y esto puede provocar el conflicto argumental en alguna historia). El hombre es dueño de sus acciones.

He hablado de la historia futura, pero la ciencia ficción abarca mucho más, si elegí hablar de este subgénero es porque me resultaba más sencillo comparar el canon estándar anglosajón. El ejercicio ahora sería buscar cánones o reglas estándar en otros subgéneros de la ciencia ficción y ver qué reglas se pueden romper y qué aportes se pueden hacer.

Algo como esto:






sábado, 15 de febrero de 2014

Escenario de fantasía desde referencias hispanas

Los géneros de fantasía y ciencia ficción aparecen en todas partes del mundo, pero desde hace cien años tienen especial éxito las creaciones desde una perspectiva anglosajona. A mí me gusta en general que los escenarios de los anglosajones se conviertan en estándar, pero como juego mental está bien pensar cómo habría sido la cosa  con otras referencias históricas y estéticas.

Castillo de Ampudia (Palencia). Es delito no utilizar estos escenarios. Hacemos el canelo.
El género fantástico casi que lo podemos retrotraer al nacimiento de la escritura en Oriente Próximo, el Indostán, China... Obras como la Teogonía de Hesíodo, el Poema de Gilgamesh, los Vedas hinduistas y los cuentos del Rey Mono chino si bien describen mitos, por su naturaleza y referencias, pasados por la termomix del presentismo, hoy ya forman parte del género fantástico. Por su parte, el género fantástico anglosajón (para entendernos, la fantasía que crean hablantes de inglés, protestantes, de lugares fríos y que piensan que es exótico aquello que no lo es) se circunscribe a dar vueltas sobre temas cristianos. Por su parte, la ciencia ficción, que aparece con Frankenstein o el moderno Prometeo (1808), aunque parezca un género eminentemente anglosajón, bien pudo ser Julio Verne el considerado padre del género, pero a Verne pronto le sucedió H.G.Wells y la cosa tomó otros caminos. Si hay una preeminencia de la ciencia ficción anglosajona es porque en Estados Unidos las guerras mundiales quedaron lejos y una clase media fascinada por la tecnología y la ciencia consume millones de revistillas o pulps que forman la base del que es el más virtuoso género de la narrativa de nuestros días.

Una vez establecido que esto no es una queja por la creación en inglés. Podemos plantearnos cómo habrían sido estas creaciones desde coordenadas hispanas, católicas y cálidas (por adjetivar la cosa). Hagamos el ejercicio y dejemos volar la imaginación.

Patio de los Arrayanes (creo), en la Alhambra de Granada.
Quién sabe si las referencias a las sagas nórdicas habrían tenido su doppelgänger hispano en las leyendas medievales árabes. Los enanos del género fantástico, metidos en cuevas, maestros de la forja y la herrería que tanto deben a los dvergar de la mitología nórdica bien podrían no haber aparecido en la literatura fantástica. Los guapos y refinados elfos, pozos de sabiduría y templanza, que también son herencia directa de las sagas nórdicas (álfar), puede que tampoco hubieran aparecido. Si toda esta fuente nórdica se sustituyera por leyendas árabes, puede que habláramos de los genios que creó Dios antes que al hombre y que como éste están dotados de libre albedrío. Genios que cambian de forma y pueden poseer cuerpos. Unidos a la tradición católica sobre la muerte, podían aparecer como seres recurrentes los gul (o ghoul) de las leyendas árabes. Estos gul son demonios del desierto que se acercan a hurtadillas a los cementerios para alimentarse de los muertos. Yo ya me estoy imaginando a monjes guerreros peleando contra estos malvados gul. Pero no quiero adelantar acontecimientos.

El "moro bueno" siempre da juego.
Debido a que Enrique VIII fue incapaz de cumplir su palabra y su compromiso con Catalina de Aragón, el género fantástico anglosajón carece de la referencia de la Iglesia como poder temporal y también carece (estoy constantemente generalizando, siempre hay excepciones, claro) de cenobios y monasterios. Los monjes que pintan son monjes errantes, que van por libre y ven el mundo. Cambiaría bastante la cosa si estos monjes no vieran el mundo (o lo vieran de otra forma) y se quedaran en sus monasterios compilando sabiduría y alabando el nombre de Dios. Lugares que no toman partido en las batallas y donde los soldados veteranos guardianes de un secreto pueden ocultarse tomando los hábitos. Pero como no nos limitamos a la Edad Media inventada en el XIX, podemos unir estos monasterios con legiones imperiales mal pagadas. Imaginaos monasterios de legionarios. Órdenes monástico-militares que van por libre y no responden ante señores ni obispos. Monasterios como fortalezas militares y muchos dolores de cabeza para nobles conspiradores.

Catedral-fortaleza tudense. En la catedral de Santiago también se encuentran torres de origen militar.
Y hablando de señores, feudalismo y vasallaje, aquí vienen muchos problemas. Es sabido que en España el feudalismo tiene un carácter especial y diferente al del resto de Europa. El escenario estándar de la literatura fantástica nos habla de un feudalismo funcional, jerarquizado, con el rey a la cabeza, los grandes señores debajo, pequeños señores debajo de estos y una inmensa masa de campesinos dándoles de comer a todos. Ésta es la idea a quebrar más difícil en nuestro juego de imaginación.

Podríamos tener dos administraciones paralelas, por un lado al rey y por el otro a la Iglesia. Ambas con fortalezas y ciudades repartidas por el mismo territorio. En la administración del rey, quizás como pago a la ayuda en batalla o por antiguo casamiento con la familia real, podría haber nobles autónomos que pusieran en cuestión la autoridad del rey y conspiraran para cambiar las cosas. Sin embargo, habría fortalezas y ciudades que dependieran directamente del rey. Al contrario que en Inglaterra o en Francia, esto refuerza la figura del monarca. Se reducirían las conspiraciones palaciegas por parte de casas nobiliares y aumentarían las conspiraciones por parte de familiares del rey, pensad en la dinastía Julia-Claudia. De ningún modo la alianza de tres grandes casas pondrían en cuestión la autoridad del rey, aquí el rey sería fuerte y tendría el apoyo de la Iglesia que es transversal a todos ellos y más poderosa que cualquier noble. Puede que cansadas de los impuestos para pagar la guerra, varias ciudades realengas  se unieran en ligas —a la griega usanza— y formaran confederaciones de ciudades estado.

Azul vodka, amarillo cerveza y rojo vino. Esto a tener en cuenta. Por cierto, ¿cómo llamaban los griegos a Georgia? Tenía un nombre pintón pero los dioses me han quitado ese recuerdo para que no vaya allá a buscar el vellocino de oro.
Y ya que hablamos de guerra y podemos identificar referencias estándar a la guerra en la literatura fantástica anglosajona, podemos también cambiar estas referencias. Hombres de armas, lanceros, caballeros, arqueros… De la historia de España, donde sí hubo batallas de verdad no como los encontronazos entre borrachos que glosan los ingleses, podemos sacar algunas referencias originales y poco explotadas. Cosas como la guerra de guerrillas, la caballería ligera, las algaras a las ciudades, las alianzas entre varios reyes enfrentados pero que tienen a un enemigo común… Y por fin la conquista de territorio. En lugar de ir a las plazas conquistadas e izar un estandarte, construir nuevas ciudades desde cero. Fundar ciudades. Puede que las órdenes de caballería siguiendo los pasos de las legiones romanas levanten fuertes y obtengan fueros reales con los que atraer población. Puede que estas villas acaben expulsando a sus señores y eligiendo un concejo y puede que este concejo decida aliarse con otras ciudades. Una vez que nos atrevemos a salir del escenario estándar las posibilidades son infinitas.

Una cosa buena que tienen los anglosajones, es que como no han visto mundo ni se han mezclado con otros pueblos, para ellos cualquier cosa es exótica. Si los autores hispanos buscan exotismo no pueden recurrir a un sonoro idioma de un imperio desaparecido hace cientos de años (que ha dejado ruinas impresionantes por la campiña). Para nosotros el exotismo es Teotihuacán, no Egipto. Nuestro nivel de medir el exotismo es más alto que el suyo. Puede que a ellos les baste con una semana cruzando un mini-desierto para ver cosas rarísimas. A nosotros nos harían falta meses cruzando océanos para ver cosas que nos parezcan rarísimas. Otra diferencia está en que esos países exóticos no están deseando ser "civilizados" ni "liberados" porque ellos ya están civilizados a su modo. Al exotismo de casa se le uniría entonces un nuevo exotismo, una mayor mezcla. Puede que en la capital del reino de fantasía, como ocurría en Roma y ocurre en Nueva York, sea complicado encontrar transeúntes que hablen el idioma local. Es más, en el propio reino sería extraño que todos hablaran el mismo idioma. Puede que apareciera una lengua franca utilizada por la Iglesia y los comerciantes, quién sabe. Ah, y tomad nota: peregrinaciones a ciudades santas. Una ciudad santa atrae comercio y riqueza, así que habrá ciudades que se inventen ser santas y funden religiones. Puede que existan cismas en la Iglesia y los mismos conflictos que hay entre reyes, se produzcan entre iglesias. Estas iglesias podrían tener a su vez órdenes de monjes guerreros con cuerpos de élite al estilo ninja.

Dejemos a los druidas vegetarianos para las niñas. Christus vincit, Christus regnat, Christus imperat. ¿Mola o no mola? Mola.
Otro día hablo de la ciencia ficción, pero supongo que ya intuís por dónde van los tiros.

jueves, 13 de febrero de 2014

Justicia para Venezuela

Hace unos días, en el marco de las acciones represivas de la dictadura cubazolana, detuvieron en San Cristóbal a un puñado de estudiantes y a gente que pasaba por allí. Lógicamente la gente salió a protestar. Este tipo de detenciones suceden con bastante frecuencia en Venezuela y llama la atención que los cuerpos represivos dispongan de medios para cometer estos atropellos y no tanto para contener la violencia que se cobra 25.000 víctimas al año en ese país. Una violencia que algunos pensamos que está promovida por el propio gobierno a través de sus "colectivos" y "milicias". El miedo es un instrumento de control.

San Cristóbal (Táchira).
Pero cuando escasean los productos básicos debido a la funesta irresponsabilidad del gobierno a la hora de controlar la inflación y a que la corrupción campa a sus anchas (el sistema cambiario venezolano está orientado al robo por parte de funcionarios del gobierno), la gente tiende a perder el miedo. El miedo a los represores instruidos por los terroristas de La Habana no puede superar al miedo a la hambruna y a que los hijos de nuestros hermanos venezolanos sean abatidos a plena luz del día por las bandas motorizadas, instrumentos de la política represiva del gobierno que quién sabe si ya se les ha ido de las manos.

Valencia (Carabobo).
Pues bien, a las protestas de los estudiantes por la represión del gobierno, se les unen las protestas de comerciantes que no tienen género, de trabajadores que no pueden trabajar y de esa parte de la sociedad civil que ve intolerable la persecución contra sus derechos civiles de reunión, de libertad de prensa y de asociación. La historia del chavismo es la historia de cómo sustituir un sistema representativo —con muchísimos fallos, nadie lo niega— por un régimen de abusones y pistoleros que usan la excusa de la democracia oclócrata para destruir la democracia representativa. Esta historia de desaparición de libertades civiles se ve facilitada por la violencia generalizada y el expolio de los recursos nacionales, (fundamentalmente petrolíferos, porque el sector primario ya lo han arrasado).

Pistolero identificado como miembro del Movimiento Tupamaro de Venezuela, uno de los grupos de apoyo a la dictadura comunista. La prensa venezolana no puede publicar una foto así.
Coincidiendo con el Día de la Juventud, el 12 de febrero cientos de miles de venezolanos salieron a la calle a protestar, coincidiendo con una estrategia formulada por la oposición democrática de "ganar la calle" evitando el caos. Es encomiable que la oposición democrática venezolana no se haya dejado llevar por vías alternativas que dadas las provocaciones de los aprendices de los criminales de La Habana conllevarían un gran coste humano. Y eso que las circunstancias justificarían ese tipo de vías alternativas. En todo caso, en estas manifestaciones se produjeron tres muertos: dos estudiantes y un miembro de un "colectivo" pro-gubernamental. Los heridos ascienden a casi la treintena entre manifestantes desarmados y miembros de los cuerpos represivos. Los detenidos se cuentan por docenas, incluyendo menores de edad y puestos a disposición de los tribunales mediante instancias militares.

Construyendo el socialismo.
Uno de los más famosos señores del crimen de Caracas ha culpado de los episodios violentos a la "derecha fascista". Las fotografías que los venezolanos suben a Internet puenteando el apagón informativo impuesto por la dictadura muestran a pistoleros vestidos con uniformes de las fuerzas de orden público (un policía de una dictadura no es un policía, es un vulgar pistolero y un traidor a su país). Pese a las pruebas que implican a miembros de la seguridad del estado en los tiroteos contra manifestantes pacíficos, el gobierno colonial cubano en Venezuela ha ordenado iniciar la persecución de algunos de los principales líderes opositores.

La estrategia represiva del chavismo ha sido utilizada profusamente por muchas dictaduras a lo largo de la historia contemporánea. Una dictadura cercana a su desaparición es como un animal herido, reacciona con violencia sin atender a ninguna otra circunstancia. Queda por saber cuánto tiempo resistirán a la defensiva y cuántos más muertos están dispuestos a asumir los venezolanos. En lo que a España respecta, cabe preguntarnos qué hace nuestro gobierno para apoyar la victoria sobre el comunismo en Venezuela, para cuidar de nuestros emigrantes en Venezuela (180.000 españoles en Venezuela de los que 45.000 son gallegos), para aliviar la situación de escasez y de persecución de libertades civiles tanto unilateral como multilateralmente en el marco de la UE y por último, pero no menos importante, por qué los medios de comunicación públicos asumen una equidistancia vomitiva entre gobierno y opositores.

¿Cómo logra el chavismo llevar a Venezuela a toda velocidad hacia el Tercer Mundo?

¡Ouch!
Que Venezuela se dirija a toda velocidad hacia el Tercer Mundo no se debe a una serie de catástrofes naturales que hayan arrasado el país, sino a la acción planificada de su gobierno. Un gobierno empeñado en algo que se llama "revolución bolivariana" y "socialismo del siglo XXI". Los pasos dados hacia la escasez e inflación en el país responden a una cuidadosa agenda orquestada para acabar con el ahorro y poder adquisitivo de los venezolanos. Este empobrecimiento general, junto a la consabida corrupción planificada, son piezas fundamentales que contribuyen al aumento del miedo y la violencia. Miedo y violencia necesarios para imponer el dogma socialista. En todas las revoluciones socialistas ocurrió igual (de hecho, ninguna triunfó sin llevarse por delante como poco a un 10% de la población del país). Si acaso en la Europa Oriental este miedo y violencia tenían el carácter objetivo de la presencia del Ejército Rojo, que no aceptaba ningún competidor en esos campos. Pero veamos qué lleva a Venezuela a llamar a la puerta del Tercer Mundo para pedir su ingreso como miembro de pleno derecho.

Para recorrer este camino utilizaré un documento firmado por varias docenas de economistas venezolanos y publicado por el grupo Pensar en Venezuela. El control político de PDVSA a partir de 2003 y del Banco Central de Venezuela a partir de 2005 no son sino meros hitos en el proceso de dominio político de la economía del llamado gobierno revolucionario (robolucionario, más bien). El proceso de continuo deterioro económico del país, que ya partía de una situación complicada antes de que el militar golpista tomara el poder en el 98, tiene varias causas meridianamente identificables.


Las divisas que entran en Venezuela a través de PDVSA (el petróleo supone el 99% de las exportaciones del país, locura que ninguna satrapía del golfo Pérsico se permite) no se corresponden con los ingresos en el BCV. La mitad de estos ingresos es derivada a programas de la estrategia política internacional bolivariana y a pagar la deuda contraída con China. Asimismo, PDVSA deja de ingresar debido a los compromisos en la exportación a precio preferencial a países como Cuba y otros del Petrosur, etc. Pese a que el precio del petróleo llegó a sus máximos históricos en la última década, los ingresos de PDVSA no siguieron el mismo patrón.

El gobierno venezolano carece de instituciones regulatorias independientes del estado. No existen mecanismos de control ni de freno ante la voluntad política de fijar el precio de la moneda. Ni siquiera, como se ha visto últimamente, existe libertad de precios para los productos de venta al público general. Esto siempre ha causado distorsiones en el abastecimiento y por eso existe escasez de insumos básicos (papel higiénico, harina, papel industrial para la prensa, coches, billetes de avión... todo). Esta escasez potencia el mercado negro y la delincuencia (asaltos, robos) y disminuye los ingresos fiscales del estado.


La restricción al acceso a divisas no provoca una mayor redistribución de riquezas, sino que debilita el potencial productivo de la economía venezolana. Además, aumenta el desabastecimiento del comercio y la industria que pierden efectividad y capacidad de reacción. Esta desindustrialización planificada por el gobierno pone en peligro la estabilidad en el empleo, empleo que, debido a la inflación, se precariza. Las medidas socialistas de expropiar empresas y estatalizarlas, tienden al mantenimiento de empleo en situación precaria y al enriquecimiento de cuadros progubernamentales. Sin embargo estas empresas, al no operar con información del mercado, son pozos sin fondo para las arcas públicas y motivo de un mayor endeudamiento con China (que recibe petróleo a cambio).

La paralización programada por el gobierno de la economía productiva venezolana, lleva pareja un florecimiento del mercado negro y un aumento de las importaciones de productos que de otra forma se producirían en Venezuela. Efecto bola de nieve: las confiscaciones y estatalizaciones perjudican a las empresas productivas, el estado suple esa carencia mediante importaciones y el resto de empresas privadas no confiscadas pierden competitividad, con lo que, para mantener el empleo, son a su vez estatalizadas, aumentando así el gasto público y perdiendo competitividad al quedarse sin información real del mercado.

La gallina petrolera de los huevos de oro se muere


El Gosplán caribeño en que han convertido PDVSA reproduce punto por punto los errores de los planes quinquenales soviéticos. Todos los objetivos de producción se han incumplido y encima el gobierno lleva meses sin publicar estadísticas oficiales. Las pocas que hay, son de naturaleza más que dudosa. A la URSS, hasta la Perestroika, la jugada le salía más o menos bien: en Occidente creían que la economía soviética era robusta e incluso se hablaba de un mundo bipolar. Mera fantasía que ocultaba el hecho de que la economía soviética representara menos de la mitad de la americana (sumatorio que incluye una sobredimensionada e inoperante capacidad militar). Pero volvamos a Venezuela.

El Gosplán venezolano marcó un objetivo de producción de 5.800.000 barriles diarios para 2006, jamás alcanzó tal meta. Ahora han rebajado sus expectativas para una producción de algo más de cuatro millones de barriles diarios para 2015. En 2013 estaba produciendo 2.600.000 barriles diarios. Durante esta época de chavismo existe una apreciable diferencia entre las cifras que publica el gobierno y las que calculan los operadores del comercio internacional de crudo. Quizás porque ya era imposible sostener la mentira, el BCV dejó de publicar estadísticas hace casi dos años. Cosa que, como todo el mundo sabe, da una seguridad de cojones a cualquier inversor.

La infraestructura petrolera venezolana no es ajena a los problemas que viven otros sectores. Una tasa de cambio que dificulta la adquisición de repuestos en el mercado internacional, un control político que afecta a la calidad de los puestos gerenciales, una caída del poder adquisitivo que propicia el mangoneo, el contrabando a Colombia y una situación generalizada de deterioro en factores técnicos y humanos, provoca el aumento de frecuencia de las paradas y el consiguiente aumento de las importaciones de derivados del petróleo. Estas importaciones de derivados del petróleo ascienden a un total de 8.400 millones de dólares. Para hacernos a una idea de la gravedad del asunto, las exportaciones venezolanas no petroleras suponen 3.300 millones. Se están cargando a la gallina de los huevos de oro.

PDVSA, una empresa en quiebra. José Guerra - Noticiero Digital
Esta situación complicada de PDVSA afecta negativamente a las muy renqueantes cuentas públicas. PDVSA no está en situación de responder a sus obligaciones fiscales con lo que entrega pagarés al BCV que pasa a monetizarlos, contribuyendo de forma determinante a la espiral inflacionaria. En 2013 el BCV financió con 40.000 millones de dólares a PDVSA (un 11% del PIB venezolano). Usar un Banco Central para monetizar déficits de empresas públicas es una fórmula mágica que jamás ha funcionado en ningún país del mundo. La inflación en Venezuela no responde a "errores capitalistas" ni a "conspiraciones", la está provocando un gobierno galácticamente inepto.

Reducen los ingresos por petróleo, monetizan la deuda, aumenta la inflación, vuelven a reducirse los ingresos del petróleo, vuelven a monetizar el déficit de caja de PDVSA, con lo que vuelve a aumentar la inflación... dada esta situación, acaban antes si bombardean las ciudades (ah, pero entonces no pueden robar).

Un gobierno sociópata

En una situación brutalmente deteriorada y carencial, el gobierno chavista ni siquiera tomó una medida como la de Mugabe ante la hiperinflación zimbabuense, esto es, dejar circular moneda extranjera en el país. Al contrario, complicó más la entrega de divisas y devaluó el bolívar. Consecuencia de manual: caída a plomo de la tasa de cambio en el mercado negro y aumento del mercado negro. La escasez derivada de estas torpes medidas afectó a la adquisición de bienes de consumo como vimos en la prensa, pero también afecta a la adquisición de repuestos y productos intermedios de la actividad productiva (lo que no se ve, pero tiene peores consecuencias).

Junto al desastre del petróleo, es el control cambiario el empujoncito que Venezuela necesita para ser recibido en el Tercer Mundo. Dificultar la entrega de divisas a los importadores no evita la "acaparación" sino que evita... las importaciones. Estas importaciones que se dejan de hacer no son sustituidas por la producción nacional. El resultado es conocido: escasez. Entonces, ¿por qué ese empeño por aherrojar el tipo de cambio? Muy sencillo: quien controla el tipo de cambio accede de forma preferencial a sobornos y a un dólar por 6,3 bolívares, de ahí va al mercado negro, donde puede obtener hasta 90 bolívares por dólar y repetir. Calculan que sólo en esta oficina del gobierno el fraude asciende a 25.000 millones de dólares (un 6,5% del PIB, no está mal).

La escasez de productos —provocada por el gobierno— tiene un efecto psicológico que a veces se reproduce en situaciones de catástrofes naturales: el acaparamiento. Este acaparamiento realimenta la escasez. Ante esto el gobierno marca limitaciones a la compra de productos básicos y topes a la tasa de ganancia. Nuevamente esto no resuelve nada (es más, lo empeora). La preferencia de adquirir productos por cauces ilegales, ha fortalecido de tal manera el mercado negro que el suministro normal de bienes e insumos es una tarea casi imposible de lograr. Y termino con una cita:

La inflación en alza y las amplias distorsiones cambiarias empobrecen más a los pobres y aumentan la riqueza de los pocos que tienen acceso a ahorros en moneda dura, lo cual deteriora rápidamente la distribución del ingreso nacional. De continuar el Gobierno en el presente curso, los problemas económicos de los venezolanos se agravarán en forma dramática. El alza sostenida de los precios, la caída del ingreso real, las limitadas oportunidades de empleos bien remunerados y la escasez de alimentos, medicinas y una variedad de bienes de uso frecuente, harán de la vida de los venezolanos un proceso de empobrecimiento y padecimiento por pesadas dificultades económicas, todas relacionadas entre sí.

Convertir la vida de alguien en un "proceso de empobrecimiento y padecimiento" es un crimen que no puede quedar impune.


miércoles, 12 de febrero de 2014

La excusa de la cultura nacional

Acercaos al fuego que vamos a hablar de la cultura, esa invención de hace dos tardes que hoy lo solapa todo con el mismo aire de gracia y hermetismo que la lectura de vísceras en la Antigua Roma. La cultura es una cosa importantísima. Los periódicos tienen secciones de "cultura", la gala de los premios Goya es una liturgia "cultural", existen ministerios y consejerías de "cultura", casas de "la cultura", numerosos documentales hablan de "culturas" de sitios (cuando nos hablan de sitios, se suelen referir a las personas que viven en esos sitios, pero hay gente muy bruta que mezcla las dos cosas), etc.

Pirámide egipcia o maya. Para el caso es lo mismo.
En su día hablé sobre una definición operativa de la palabra "cultura". Y no inventaba nada: hasta hace dos tardes la cultura era el cuidado o acondicionamiento de las cosas. Punto. No hay misterio: un campo culto es un campo cultivado, una persona culta es una a la que no amamanta una loba, etc. Pero eso no es especial ni hermético, eso no es algo cuya llave guarden unos pocos, eso lo puede comprender todo el mundo, así que cultura ha derivado en lo que tú quieres que sea (me salto todo el nacionalismo alemán del XIX porque si no me extendería demasiado).

Al término de la Primera Guerra Mundial, se redibujan las fronteras de los países europeos. Sin embargo la gente siguió en sus sitios. Al término de la Segunda Guerra Mundial, la gente se movió de los sitios (decenas de millones de refugiados, pensad en eso) para que su nacionalidad coincidiera con el país que representaba esa nacionalidad. Y es que había algo que llaman "cultura nacional". Con todas las complicaciones que arroja hablar de la cultura de una persona, imaginad la dificultad en tratar de definir la cultura de millones de personas, cada una de su padre y de su madre. Pues bien, esta "cultura nacional" es la excusa que ponen muchos para pintar una bandera de un color y no de otra, para que en los colegios se enseñe una historia y no otra (la cultura nacional demanda que existan varias historias y no una historia universal, cosa que siempre me ha llamado la atención porque es de un imbécil que asusta).

No te metas con este vómito, ¡es cultura!
Todo el mundo habla de cultura nacional y nadie tiene ni puñetera idea de a qué diablos se refiere, pero como en el cuento del traje nuevo del emperador, nadie dice nada. Cualquier cosa es un atentado contra la cultura, la cultura es la nueva estatua del templo y ay de ti si tus impías manos osan tocarla. En un sentido mundano, sabemos que la "cultura" es la excusa de unos para recibir subvenciones. Existe una relación entre "arte" y "cultura" que se me escapa. Claro que arte tampoco sabemos muy bien qué significa. Un paseo por las ferias de arte contemporáneo nos ofrece una curiosa mezcla entre trabajos elaborados de forma virtuosa y mierdas solemnizadas por el papanatismo que son usadas como inversión o simple fraude a la hacienda pública.

Abundando en este sentido mundano de la cultura, llama la atención que para que algo sea "cultura" hace falta recibir el nihil obstat de ciertos sacerdotes. No me refiero a la farándula sino a quien mueve la pasta entre bambalinas: editores, caza-subvenciones, constructores, políticos (en España, el primer presupuesto "cultural" público aparece en 1908 y desde aquel año todos los gobiernos han puesto pelas para el asunto). Igual que en la Roma de Cayo Cilnio Mecenas, recibir protección y pecunio de alguien bien colocado supone acceder a una forma de ganarse la vida. Lo mismo hacen los mercenarios de Blackwater. Así aparece una relación simbiótica: uno vive a costa del erario público y el que maneja el BOE tiene a un ejército que le homogeneiza el país y controla que no haya desvíos. Los trabajadores de la "cultura" son por tanto elementos de la política de estado. Alguien puede hablarme de la "cultura privada" pero vivimos en el mundo real y a cierto nivel lo privado y lo público son la misma cosa. Echad un vistazo a los patronatos de las fundaciones "culturales" del país y decidme si esas empresas y esos señores estarían donde están sin el paraguas del presupuesto público.

La cultura cuesta y la vas a pagar tú, y tus hijos y los hijos de tus hijos...
Siendo la "cultura" una mera excusa de dificil definición que tiene gran parecido con una especie de competencia religiosa de la política de estado, llama la atención las piruetas que muchos cerebros han emprendido por tratar de racionalizar esta nube de colorines. Así, han sido innumerables los que han tratado de categorizar y aprehender la cosa de la cultura. Yo, por muchas vueltas que le doy, soy incapaz de ver en las "culturas nacionales" o "culturas mundiales" algo más que meros prejuicios y estereotipos que, por viajar y leer, se me antojan todos arbitrarios y casuales. Pero no por inoperantes dejan de tener su gracia. Ciertamente, una vez que se pone el personal a comparar "culturas nacionales" debe dar el salto de la mera creación artística a los tratos y costumbres del país. Así, una "cultura nacional" no puede ser el conjunto de películas y cuadros que se hacen en esa nación porque la nación de al lado básicamente hace las mismas películas y cuadros. Como digo, se introduce la costumbre con la nada sorprendente consecuencia de... liarlo todo más.

Pasa a ser "rasgo cultural" que haya manteles en los restaurantes o no los haya. Forma parte de la "cultura nacional" dar la mano o inclinarse juntando las palmas. Y ya es de premio Nobel de la estupidez galáctica que en unos sitios la gente sea "más reservada" o "más abierta". Estereotipos arbitrarios que todo el mundo repite y que sencillamente no son ciertos (y cuando lo son, es que hablamos de simplemente costumbres más extendidas en esos sitios, pero que en todo caso no "petrifican", pueden cambiar).

La Orquesta Filarmónica de Toledo es cultura de Toledo. Se parece mucho a otras orquestas, pero eso da igual.
Encontré en una empresa que se dedica a tomar el pelo a la gente (empresa de comunicación) una de estas caracterizaciones culturales del mundo. Hay muchísimos otros ejemplos pero cojo este para ser gráfico.

Por el científico método de lanzar un dado al aire, estos tipos llegan a la conclusión de que en el mundo la cultura tiene tres vértices. Los lados del triángulo (que es equilátero para más señas) son las diferentes modulaciones o combinaciones de los dos vértices que los limitan. 


Estos vértices o "polos culturales" son:
  • Multiactivo: cálido, emocional, locuaz e impulsivo.
  • Lineal-activo: frío, objetivo, decisivo, planificador.
  • Reactivo: cortés, amable, complaciente, conciliador.
Regla de oro de los sacacuartos: inventar palabritas para designar cosas que no existen (a esto se dedican los filósofos desde hace mucho tiempo, pero antes de insultarme, pueden recordar estos filósofos que "la filosofía" también es "cultura" en incluso "cultura nacional" en ciertas épocas. Poco importan sus protestas, quien paga manda y quien paga suele ser imbécil o tener objetivos mundanos y concretos). Con esto quiero decir que lo de "multiactivo", "reactivo", etc, bien podía llamarse "zotrix", "zitrix", y "tomate". Para que veáis cómo está el asunto.

Una vez que han decidido a voleo que el mundo tiene tres polos culturales, colocan países y zonas siguiendo criterios religiosos, lingüísticos, económicos y geográficos (claro, usan estos criterios porque el criterio cultural es imposible usarlo ¡porque no se sabe qué concepto manejan de cultura!).


Estupendo. Pero entonces ya no hablamos de modulaciones y solapamientos de diferentes "culturas nacionales" sino de meter intuitivamente países en ciertos sitios porque sencillamente les da la gana. Una segunda mirada al cuadro nos informa de que lo que les motiva son los prejuicios (no valoro moralmente los prejuicios: los hay aceptables y no tan aceptables, no me meto ahí ahora).


Los "emocionales e impulsivos" son los Antonios Banderas, exóticos, dornienses, etc. Cerca de ellos por el lado "cabeza-cuadrada" están mediterráneos con sus barcos de vino y aceite y eslavos cristianos que nunca sabe nadie dónde meterlos, pero que también se emborrachan. Según se desciende por el lado "pausado" están los zulús y bantús (porque nadie sabe dónde meterlos) seguidos por los árabes con su té y su invitación a sus jaimas y a que elijas una de sus hijas para casarte.


Por el lado de los "cabeza-cuadrada" por supuesto que tienes a Alemania (el Banco de Hierro de Braavos) y yendo por el lado emocional, el espacio vital alemán y a los Estados Unidos porque California ya se sabe como es. Hacia el lado "pausado" tienes a los países nórdicos hasta conectar con los confucianos con Canadá en el medio porque, seamos realistas, ¿qué sabemos de Canadá?


En el vértice "pausado" están los países confucianos todos mezclados (mar de Jade) y es que están unidos por un "rasgo cultural" rotundo: la brida mongólica. Poco importa que Tailandia se parezca tanto a China como a Saturno y que en la propia China haya turcomanos y eslavos que son como agua y aceite. En este vértice y por el lado emocional encontramos a malayos, filipinos e indonesios, países que en sus mismas fronteras muestran una mayor heterogeneidad que todo el continente europeo. Hacia el lado "cabeza-cuadrada" están los singapurenses, hongkoneses y taiwaneses porque fabrican microchips y culturalmente no tienen nada que ver con los cantoneses y shenzhenenses, claro.

A nadie se le escapa que un intento tan ignavo como fútil de categorizar esto que no se puede medir ni pesar es una pérdida de tiempo. Sin embargo, y con un par de guerras mundiales por el medio, parece que no acabamos de aprender la lección. Quien habla de la "cultura propia" y de la "cultura nacional" es un iluminado o un malvado que busca adhesiones para su causa. Una causa que sospecho tiene más que ver con labrarse un medio de vida que en redimir al personal. Desde el momento en que tenemos macdonalds y zaras en todas partes, el cuento de la "cultura nacional" se va desdibujando. Nunca en la historia como hoy en día tantas personas hablan varios idiomas y viajan por todo el mundo. Nunca en la historia como hoy en día tenemos tantos conocimientos sobre evolución y genética. Nunca en la historia como hoy en día existió tanta división internacional del trabajo. No hay otra época en la historia en que más japoneses aprendan flamenco y lucenses baile tirolés. Y frente a los oscurantistas sacerdotes subvencionados que alertan de la desaparición de la "cultura propia"  tenemos un mundo que se está haciendo más pequeño. Un mundo que es capaz de comunicar creaciones artísticas más allá de las fronteras y de lograr que costumbres aberrantes desaparezcan en sustitución de otras mejores (y aquí sí hago una valoración moral). Un mundo que probablemente amanezca un día con una sola civilización, que, por si alguien tiene dudas, será la nuestra. Y esto no es malo porque las "culturas nacionales" no son especies biológicas, sino, como digo, excusas de caracter político, instrumentos de homogeneización con más externalidades negativas que positivas.

Pero supongo que todo esto es parte de una conversación más larga. Basta por hoy.