Desconozco si existe algo como una asociación internacional de sindicatos. Pongamos que sí y que se reúnen para hablar de sus cosas. Ahora situemos a dos delegados de CC.OO. y de UGT en esa reunión. En un receso, se les acerca un sindicalista alemán y les cuenta que está orgulloso de haber hablado con accionistas extranjeros durante una visita para ver de qué forma podían poner una guardería en la fábrica donde trabaja. A continuación el alemán pregunta qué tal las cosas en España, cuáles han sido sus últimos movimientos. Nuestros barrigudos amigos se encogerán de hombros y tendrán que decirle algo así como "nos reunimos ante la puerta de un juzgado a gritarle fea a una jueza que nos está investigando por robar dinero público". Imaginaos la escena. La cara del compañero. Ese "ehm... creo que me llaman por allá, auf Wiedersehen".
Y es que el sindicalismo español vive hoy momentos de gloria, las páginas doradas de la lucha sindical por los derechos de los trabajadores pasan hoy por insultar a una señora, llamar a todo el mundo franquista y comprobar con horror en la prensa diaria otra factura escaneada de millones de langostinos pagados con un dinero que se supone va para organizar cursos de formación. Esto último suele dar mucho juego, pero a mi me parece lo menos malo: tan útil es a la sociedad un curso de formación como que los barrigudos gritones se harten de langostinos.
Se quejan en la extrema izquierda chalada de una campaña de los medios para desprestigiar a los sindicatos (siempre se quejan de lo mismo). Solamente se equivocan al responsabilizar a los medios: son los propios sindicatos los que ejecutan esa campaña. Un par de años más de UGT y CC.OO. y esos dos grandes sindicatos pasarán a la historia. Eso con suerte, si IU y PSOE en Andalucía no siguen protegiéndolos. Me imagino reuniones en penumbra con señores con restos de coca en el bigote diciendo "si yo caigo, tú caes conmigo". Ya sabéis.
También están quienes revolotean alrededor de algo que huele raro. Véase por ejemplo a una tal doña Almudena Grandes, diciendo cosas tan inteligentes como que le cae mal la jueza Alaya porque va maquillada a trabajar a las ocho de la mañana. Lo de Leopoldo Alas o lo de Mariano José de Larra eran columnas. Lo de esta señora es una deposición. Colocar el listón tan bajo hace que ni exista un debate: si las formas son tabernarias, simplemente no puede existir el diálogo. Y se quejarán después de lo mal que les trata todo el mundo y que si la abuela fuma. Ya.
Con razón tienen que venir de fuera a decirles que esto no puede seguir así, que el chollo no puede continuar, que la estrechísima vinculación de los sindicatos mayoritarios con el poder tiene que acabar. Que lo que hacen no es defender a ningún trabajador sino a sí mismos. Cuando una dictadura tiene un sindicato dependiente del poder, la dictadura cae y el hueco sindical que queda lo ocupan dos sindicatos que hacen lo mismo que hacía aquel sindicato único bajo el estado corporativo, se puede afirmar que esos sindicatos no son sindicatos sino otra cosa. La investigación policial en Andalucía está tratando de averiguar qué otra cosa es esa. Y menos mal. Llega a haber una policía autonómica andaluza y las soleadas tierras meridionales serían pasto de gomorritas.
10 comentarios:
Pero hay una cosa más interesante: Parece ser que están empezando a aflorar algunos de los chanchullos de la franja pirítica de Huelva: Hablando con un familiar que tienen amigos en la zona, me decía una cosa: Todo el mundo, a pie de calle, estaba al tanto de la historia.
Desde mi punto de vista, el gran problema de la corrupción en España, tiene bastante que ver con lo que somos capaces de tolerarla, en especial si nos caen algunas migajas....
El problema gordo es que lo de los EREs es sólo uno de los flecos de la gran red de corrupción en que se ha convertido todo el tinglado. Y no es que todo el mundo a pie de calle lo supiera, sino que todo (todo) el mundo lo sabía. Me explico:
Si alguien sabe como funcionan las altas a la seguridad social, sabrá que como te equivoques en un día te meten un paquete enseguida. Pues aquí hay señores que con efecto retroactivo, constan dados de alta como trabajadores desde el día en que nacieron (verídico). Y ahora que alguien m diga que en la seguridad social no sabían nada d estos chanchullos.
Lo dicho, aquí no se salva nadie que haya pisado alguna vez un edificio público.
No sé si va a haber sito en la cárcel para tanta gente...
No tengo ni idea de los entresijos del caso: en las noticias sólo veo a la jueza llegando a su despacho con una maleta y a sindicalistas entrevistados diciendo no sé qué de Franco.
Así,como resumen ejecutivo, te diré que como un ERE debe ser aprobado por la autoridad laboral, con el visto bueno de los sindicatos (esto último no es imprescindible, pero ayuda mucho), gente de la Junta de Andalucía "vendía" a las empresas en dificultades que si querían uno, debían tramitarlo por determinados despachos de abogados (de cargos de la Junta, pero a través de hombres de paja), previo pago de una importante cantidad de dinero a sindicatos y a "gastos imaginativos".
Por cieto, que el "comercial" advertía que si bien de esta forma se garantizaban el ERE, si acudían al procedimiento legal podían estar seguros de que sería denegado.
Tras eso, se aprobaba el ERE sin procedimiento alguno, y entre los trabajadores despedidos se colaba a gente del partido o familiares que nunca habían cotizado (habían trabajado en B para el partido o algún sindicato, o alguna asociación afín al régimen), de modo que constasen como trabajadores desde antiguo, y así cobraban las ayudas, el paro, y luego la jubilación.
Además, para ayudar a los pobres trabajadores despedidos (y a los que se metían por la cara), la Junta destinaba una importante cantidad de dinero, que era tramitada por un par de aseguradoras (propiedad de amiguetes) que se quedaba con una buena comisión por los servicios (parte de la cual se revertía al partido, o a los creadores del tinglado).
Todo ese dinero público que usaban (de momento se sabe que más de 1200 millones de euros), no aparecía en los presupuestos, sino que se sacaba de él por la cara, para integrar el famoso "fondo de reptiles", con la excusa de que era con fines sociales, y que cometer una prevaricación desviando fondos era bueno porque era para ayudar a pobres parados y todo eso.
Obviamente, es bastante más complejo, y hay mucho hilo del que tirar, con ramificaciones en muchos sectores, pero para hacerse una idea, creo que vale.
¿1080 evros por 30 raciones de langostinos? Sabían a quien le cobraban...
Sí, se me olvidaba: lo de ahora de los sindicatos es que tirando de la madeja, resulta que mediante facturas falsas (y presentando varias veces, en varios expedientes la misma), usaban el dinero de los cursos de formación para sus cosillas, como por ejemplo mariscadas, o pagarse un chalet.
Es que la cosa va aclarándose así: Primero, los dueños de una cadena de restaurantes graban a un cargo de la Junta exigiéndoles una mordida para darles una subvención. De ahí se destapa lo que ocurría en Mercasevilla, y a partir de eso, sale a la luz lo de los EREs. E investigando lo de los EREs, aparece lo de los sindicatos.
Y a saber lo que será lo próximo, porque hay mucho debajo de las alfombras...
O sea, que la propia política de ayuda laboral de la Junta propició la aparición de una estructura paralela de enriquecimiento ilícito.
Es decir, que esto no es cosa de cuatro ladrones, sino del sistema en sí. Me imagino que la política de ayuda laboral de la Junta ya ha sido intervenida por el estado ¿no?
Hay algo que me fascina de esta "extrema izquierda chalada" y es su nulo contacto con el presente.
Electoralmente hablando, uno de los puntos fuertes de la izquierda es su cercanía a los jóvenes. Pero parece que en España la estrategia es desaprovechar eso y hacer todo lo contrario. Es más, cuando intentan ser "modernos" y "enrollados" parece que le copien el manual de estilo a Leticia Sabater, con un resultado patético.
En una entrada anterior se comentaba como la izquierda pretendía encarcelar a un tal "Billy el Niño". Es decir, juzgar a un anciano por haber pegado palizas hace 50 años cuando era policía franquista. Un asunto de completa actualidad y que seguro que le importa mucho a todos aquellos que no llegamos a vivir el franquismo.
El otro día, unas feministas entran en el congreso para expresar su opinión acerca de la planificación familiar. No, no pedían condones gratis, sino defender el aborto, el anticonceptivo del s.XIX. E hicieron algo tan radical como enseñar las tetas. Algo que ahora mismo hace hasta la duquesa de Alba y sólo escandaliza por cuestiones estéticas.
Hoy me encuentro aquí con un enlace a un blog de un señor que presume de haber escrito en periódicos como "Pueblo" o "Diario 16", más pasados que las Grecas, y defiende la utilidad actual de los sindicatos argumentando las heroicidades de Nicolás Redondo y Marcelino Camacho... HACE 40 AÑOS.
Es que ya no es una cuestión ideológica, sino de sentido común. Tienes una bolsa inmensa de votantes que han conocido tres papas distintos pero sólo a Cándido Méndez como secretario general de la UGT. ¿Y sigues hablando de batallitas en los tiempos de Franco? ¿Cómo vas a lograr así que alguien de menos de 50 años se identifique con eso? Con conciertos de Serrat está claro que no.
Pues la jefa de las juventudes de IU en Madrid acaba de tuitear que Madrid será la tumba del fascismo: https://twitter.com/Krisdekolores/status/389461986758500352
Pa'que veas el nivel.
Efectivamente, esto no es el tinglado de cuatro golfos, sino uno de los flecos de un régimen bananero corrupto hasta la médula. Y me temo que el gobierno central no ha movido un dedo.
Y puede ser que se deba a que la política de nuestro gobierno sea taparse la cabeza con la sábana cuando huele alguna dificultad, o a que a nadie le importa un pimiento lo que ocurra en Andalucía... O algo peor. Sigo pensando que si esto lo sabíamos los indios, los jefes no podían ignorarlo.
Me temo que en unos meses, alguien tendrá que decidir entre permitir que continúe la investigación (y que todo el sistema se hunda bajo las antorchas y las guadañas de la turba), o parar la cosa y ofrecer al público unas cuantas condenas ejemplares tras meter más porquería bajo la alfombra.
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