Tenemos al portavoz de una famiglia catalana escribiendo en el New York Times perlas como la que sigue:
The history of Catalonia goes back centuries, when Iberian tribes traded with Greeks and Carthaginians along the Mediterranean coast.
Con un par. Luego sigue diciendo que el idioma catalán estaba prohibido y continúa con el mito de siempre. A continuación, el señor Mas esgrime como razón del descontento que Cataluña aporta más al resto de España de lo que recibe —esto suele pasar si tu renta media está por encima de la media del país— y se muestra partidario de entrar en la UE como miembro no receptor. Es decir, que quiere dar a Bruselas lo que no quiere dar a Madrid. ¿Será que le gustan las coles más que el cocido?
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Thomas Jefferson y John Adams. |
...three centuries after the Catalans lost a war against Spain’s new king
...exactly 300 years after Philip V’s troops squashed the Barcelona revolt
Mienten quienes tratan la guerra de sucesión como un conflicto de los derechos milenarios de una Cataluña imaginaria contra los malvados mesetarios a las órdenes del Papa. A partir de aquí podéis dejar de leer porque me voy a poner pesado.
La guerra de sucesión en minuto y medio
Con la muerte de Carlos II se produce un problema sucesorio que se dirime como Dios manda: a palos. Así tenemos a Felipe de Borbón y al archiduque Carlos de Hasburgo poniendo patas arriba la piel de toro. A un bando lo llamaré francés y al otro alemán.
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Carlos II |
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Felipe V |
Cuando los franceses reagrupan a su ejército en Guadalajara, los alemanes empacan, se llevan todo lo que pueden —la quema de conventos y saqueo de iglesias es una vieja tradición madrileña— y dejan tirados a esos barceloneses que, ante las presumibles represalias, pasan a jurar fidelidad a Felipe en menos de dos segundos. Por cierto —para que veáis cómo son las cosas— el archiduque Carlos visita a su prima Mariana de Neoburgo (viuda de Carlos II) en Toledo y la deja ahí como la encontró. Las visitas, como el pescado, huelen a los tres días.
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Archiduque Carlos. |
Bien, ésa fue la guerra. Hoy, el pesado revisionismo nacionalista quiere reinterpretar los hechos del pasado: dando y quitando razón a los bandos. Que acontecimientos de hace 300 años sean razones políticas actuales dice mucho de la falta de capacidad política de los implicados. También es una bonita lección: cada conflicto es semilla del siguiente conflicto y tan dados somos al cainismo que jamás pararemos este círculo vicioso.
¿Por qué siguen insistiendo en querer suspender las clases de historia con sus infumables anacronismos en lugar de hablar de política? Es cierto que la financiación autonómica es horrible. Es cierto que las comunidades autónomas no pueden continuar ocupándose de la política de gasto sin tener en sus manos la política fiscal. Es cierto que no existe un debate por el cual se pueda poner punto y final al café para todos sin que ello signifique la desaparición de todas las autonomías. Es cierto que el origen de este problema no está en la muerte de Carlos II sino en los apoyos que se buscaron para aprobar la Constitución. Entre anacronismos y falsos dilemas se hurta un debate público. De eso no se habla, pero de que Cataluña tiene su origen en el comercio de griegos e íberos sí. Que se vayan a pastar, pesados.
Dramatización:
8 comentarios:
Siempre he creído que la fijación del nacionalismo catalán por la Diada, se debe a que, a fin de cuentas, este no es más que carlismo degenerado.
El carlismo defendía los fueros de las regiones de España, que abolió Felipe V; y no existe noticias de independentistas en Cataluña hasta hace poco más de 100 años, cuando el carlismo pasó una etapa de oscuridad, antes de su renacer durante la II República.
En ese caso, el independentismo sería sólo una mala versión del carlismo, que habría ocupado el vacío provocado por este.
Al evocar la "libertad perdida" y los tiempos de la Arcadia feliz, todo nacionalismo tiene un indudable componente reaccionario. Ahí habría un cierto contacto ideológico con el carlismo (si entendemos el carlismo como reacción frente a la ilustración y la Enciclopedia). En este sentido, el carlismo sería un nacionalismo más, nacionalismo español, pero nacionalismo al fin y al cabo.
Hay quien dice que las familias políticas del franquismo se reproducen hoy tal que así:
PP - tecnócratas
PSOE - falangistas
nacionalistas - carlistas
Como poco son unas relaciones que dan que pensar.
Un saludo.
Si la información no es neutral y objetiva, entonces no es información. La gente estudia en las universidades y hay ciencias que procuran que sea así. Lo otro es otra cosa, que podemos llamar política.
Otra cosa es que la política esté presente en todo, como la imperfección también lo está. Los medios Británicos que aunque son mucho más objetivos que los Españoles, es obvio que sirven a La Corona (la suya, claro), por lo que todo lo que sea meterse con España (es decir, fuera de sus fronteras), es estupendo. Con los medios de EUA es parecido.
Pero no es para decir que "nos parece bien". Inevitable en cierta medida tal vez, pero siempre perseguible.
Y es por ello que critico que publiquen esas cosas.
Vale.
Uf, menos mal que España está muy lejos.
Podría estar hablando un día entero sobre este tema, así que para abreviar únicamente mencionaré las dos cosas que más me han llamado la atención siempre sobre el 1714.
1) El catalanismo inventa que hasta 1714 eran una poderosa (e inexistente) república marítima que posteriormente fue coartada y oprimida. Precisamente fue al contrario. El cambio dinástico supuso el despegue económico y político de Cataluña, convirtiendose en una parte fundamental en la formación de la España moderna.
¿Tuvo algo que ver la supresión de aranceles, la eliminación definitiva del sistema feudalista de remensas, o el fin de una nobleza catalana que no había parado de montar guerras desde el s.XV? ¿Nombrar virreyes en América a catalanes o conceder un monopolio a la Compañía de Barcelona son formas de opresión?
2) Observamos que en todos estos episodios mitificados, cuando se hace referencia al "pueblo catalán" hablan en realidad de la oligarquía de la época. No es que el campesinado se levantase en armas contra los castellanos. Quienes lo hacían eran personajes como el Obispo de Urgell o el Conde de Osona, luchando por sus propios intereses. De hecho, el pueblo llano y los pequeñoburgueses en más de una ocasión se pusieron del lado de la corona para acabar con el poder de esos oligarcas.
Dicho esto, lo realmente escandaloso es que haya gente de izquierdas o liberales que defiendan esto. Son ideologías que deberían acercarse al cosmopolitismo y no pretender recuperar los derechos que unos aristócratas de hace 300 años heredaron por voluntad divina.
Pero uy como digas que juntar nacionalismo e izquierda es un contrasentido...
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