viernes, 14 de junio de 2013

Última hora: en Internet se espía

Coincido moralmente con aquellos que ven un abuso en el uso de los sistemas de inteligencia en todas nuestras comunicaciones. Hay algo sórdido y que está muy mal, lo mires como lo mires, cuando un tipo en un cubículo de algún contratista de Wichita puede acceder a tus correos, escuchar tus conversaciones telefónicas e incluso encender remotamente tu webcam para verte la cara.


Me parece tan sucio y tan mal, que sabiendo que eso se hace, no me quiero enterar. Está claro que hay gente malvada por el mundo y esta gente malvada usa medios electrónicos para organizarse. Desde luego que los servicios de inteligencia deben poder actuar para acabar con los malos pero aún así hay una parte de maldad intrínseca en vulnerar la privacidad de la gente. Tampoco ignoro que el abuso o el mal uso de este espionaje universal no siempre responde a los más altos estándares de honorabilidad y transparencia. De todos modos, puestos a ser espiado, prefiero que lo hagan los buenos, es decir, los servicios de inteligencia del mundo libre o semi-libre.

Sí, ya sé que estos recursos algunas veces son empleados para beneficiar a ciertas empresas: ahí están los contratos de China con la Boeing en detrimento de Airbus. El sistema no es perfecto. Es muy jugoso tener este gran poder de interceptación de comunicaciones como para no usarlo a veces en tu beneficio. Sabemos que usar estos recursos para el espionaje industrial o para recabar información privilegiada con la que invertir en bolsa, se aleja de los fines para los que se crean los sistemas de inteligencia de señales. Afortunadamente, los servicios de inteligencia están supeditados a leyes y controles. Cuando estos controles fallan, incluso puede salir un agente con acné y llamar a un periodista, cambiar el apoyo público a estos programas y hacer que los políticos les limiten el presupuesto. Alivia un poco saber que existe este mínimo equilibrio hidrostático. Cosa distinta sería que este espionaje universal lo hicieran los rusos o los chinos. Ahí sí que no habría equilibrio ni porras. El propio Putin, preguntado por el caso Snowden, poco menos que llamó boyscouts a la NSA. Miedito.

Rasgarse las vestiduras

Una vez dicho que sí, que esto es una guarrada, que no me quiero enterar de lo que hacen. Conviene mirar la sobrerreacción de la gente. Este fenómeno psicológico me parece la mar de interesante. Tipos que se escandalizan en las tertulias de batalla. Gente que se pone papel de aluminio en la cabeza para que los satélites no les lean los pensamientos. Personas que creen que a los terroristas se les mete en la cárcel ofreciéndoles un flor y una sonrisa.


Me gustaría que se rebajara el nivel de escandalera. No vamos a tirarnos de los pelos a estas alturas ¿no? Sobre todo en un país en el que los ministros reciben Blackberrys. Todo el mundo sabe que la contraseña de root de estos terminales reside en la casa matricial. Es decir, que ni siquiera hace falta un sistema de inteligencia de señales para saber lo que hacen los ministros con sus teléfonos. Me imagino a un Pepe Blanco o a una Ana Mato en un consejo de ministros colocando el teléfono sobre una carpeta. Y se supone que las deliberaciones de los consejos de ministros son secretas. Jajá y jejé. Aplíquese lo mismo a cualquiera que recibe un teléfono, tableta u ordenador por motivos de trabajo o debido a su cargo en la administración. Vamos hombre, los espías nunca lo tuvieron más fácil.

James Bond ya no va a hoteles de lujo a darles palmadas en el trasero a voluptuosas indígenas. Hoy en día James Bond es un tipo al que le mola Juego de Tronos, que come galletitas saladas en su cubículo y que es un millón de veces más efectivo que aquel macho alfa con bisoñé.

No vale quejarse de que la NSA tiene nuestros datos cuando tenemos cuentas en Facebook que creamos sin leer los términos de uso. Es decir, ¿regalamos nuestra información a Facebook para que se la venda a empresas de marketing y nos escandalizamos de que esa información la use la NSA para atrapar terroristas? Un poquito de por favor.

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3 comentarios:

Teseo dijo...

Vaya, no me había dado cuenta. Pensaba que todo lo de Interné era secreto de confesión.

¿También espían a los generales adolescentes de cuatro estrellas americanos de la NATO que guardan los mensajitos de la novieta en la papelera del Gmail? ¿Todavía no se han dado cuenta que la forma más fácil de mandar un mensaje es a la vista de todo el mundo, haciendolo público y que sólo lo descubran los destinatarios? Ah, que si, que ya se han dado cuenta. El que no se ha enterado es Putín.

Chapusoft dijo...

Los términos del servicio nunca dicen que van a vender tus datos personales, sino una estadística como varón, nacido en murcia, de 35 años al que le gusta Decathlon. No tus conversaciones privadas, con tu nombre y DNI, eso es un incumplimiento de los términos del servicio por muy obvio que sea que se lo pasen por el forro no deja de serio y es un engaño y un ataque a tu privacidad y gracias a este señor tenemos pruebas concluyentes de esos abusos. Gracias Mr Snowden.

Lino Moinelo dijo...

Hombre, entiendo el artículo. Es verdad que no consiste todo en pedirle perfección a un Estado, sino es tener mecanismos y libertades para poder señalar esos errores. Y eso se cumple medianamente bien. Es decir, no hay que fijarse únicamente en el error, sino también en las cosas que podrían ir mal y no lo hacen gracias al funcionamiento del sistema.
Pero creo que el verdadero problema de todo esto no es la "privacidad" de las personas, la cual solemos tirar por la basura cada vez que mandamos un Whatsapp. El verdadero problema es que es el Estado el que monopoliza toda una ingente cantidad de recursos con los que obtiene una información, que puede utilizar perfectamente para modelar conductas en la sociedad. No quiero parece conspiranoico, pero lo cierto que es sólo de facebook se puede obtener unas estadísticas que nunca antes en la Historia ha sido posible. Sería tal vez momento de plantearse que se está haciendo con toda esta información.