martes, 26 de febrero de 2013

Tipos de corrupción

Me parece muy gracioso que Pepe Blanco en su blog, comentara en 2009 exactamente su estrategia del Caso Campeón poniendo de ejemplo el caso Gürtel. En efecto, la trama Gúrtel, según este ex-ministro que se reunía en gasolineras para que le pasaran el sobrecito, es una gran boñiga que se puede usar de forma política.

Este es el objetivo. De momento, vamos bien.
Ahí están por ejemplo las acusaciones contra un implicado de Gürtel de haberse beneficiado de la amnistía fiscal de Montoro. Pero también de la amnistía del PSOE. El toma y daca del y tú más.

Claro que cuando el tema se refiere al Duque Empalmado, la cosa cambia. El bipartito no sabe muy bien cómo manejar la cosa. Por supuesto que están de acuerdo en proteger a la Casa Real, ponerle un paréntesis a la Ley de Transparencia y hacer impenetrables los muros de palacio. Son los herederos del consenso de la Transición, tienen que sobrevivir como sea y a costa de lo que sea para que el statu quo perviva.

—Pero el PSOE quiere meter a la Casa Real en la Ley de Transparencia.
—Por supuesto, eso es exactamente lo que yo haría en su lugar. Si soy el PSOE sé que tengo que aparentar ser alternativa, mostrarme como diferente del PP, dar a la masa miguitas para que se entretengan.

Que se mencione en los correos electrónicos que el suegro estaba informado de todo, parece que no preocupa. Que la Fanta estuviera al día (cuando no participaba) de las decisiones del chiringuito del Duque Empalmado, parece que no implica que ningún juez la llame para preguntarle qué tal le va la vida. Pero lo más apestoso del caso, es que los políticos no hicieran preguntas cuando pagaban a Gagarin Empalmado millonadas por una mala copia de un artículo de la Wikipedia. Normal: hablamos de gente que se mete en política para forrarse. Ellos son incapaces de distinguir entre el bien y el mal y además, pueden cambiar lo que la ley considera «mal».

Cuando baja la riada, se ven las marcas del lodo en las paredes: hasta aquí llegó la mierda en 1984, hasta aquí llegó la mierda en 1995, etc. Como cuando se mide la altura de los niños a lápiz en una pared. Pues igualito que esto, la mierda continúa aflorando.


Partidos catalanes contrataron a una agencia de detectives para espiarse mutuamente. El partido A quiere espiar al partido B, pero el partido B contrata a la misma agencia para espiar al partido A. Es genial. Son inútiles hasta para espiarse. Lo de la política catalana es algo que desborda ya la mínima base funcional de cualquier dictadura árabe. Es que Operación Ubú se estrenó en 1981, han pasado treinta años de satrapía, treinta años de burbuja de irrealidad, la formación del cortijo catalán que tanto vacilaba al cortijo andaluz. Y está bien que lo vacilara, porque el andaluz es sin duda un cortijo, pero ojo, como dicen en mi tierra: «cantade baixiño».

Típico concejal del cortijo catalán.
Y de mi tierra para qué hablar. Años votando con disciplina militar a Paco Vázquez y Manolo Fraga para que ahora sepamos que uno expropió por dos duros terrenos para hacer un campo de fútbol que, sorprendentemente acabó siendo un montón de pisos (se habla de plusvalías del 2.300%) y el otro que nos ha dejado con un bicho tan enorme y tan absurdo, que nadie sabe qué hacer con él. Claro que esto no es algo propio de los grandes presupuestos, en los pueblos pequeños la corrupción no es que esté a la orden del día, no es que sea aceptada tácitamente por la población, es que la corrupción es la forma de hacer las cosas de toda la vida y nadie puede distinguir el bien del mal.

A mi el alcalde me pone una farola delante de casa y no me pregunto si la farola se la hizo su primo con un abultado presupuesto, yo veo la farola puesta (por no mencionar las fiestas populares con empanada, churrasco y vino gratix, que eso también convence a indecisos).

La peor corrupción

Aún con todo, el caso más extremo de corrupción es tan extremo, que ni siquiera entra en la categoría de corrupción, es otra cosa. Esta gente juega en otra liga. Que durante años, los terroristas mataran a la gente como conejos, los cazaran como animales, torturaran, extorsionaran, dispararan, y aceptar tan siquiera que pueda existir una organización política en pie de igualdad con las demás que les de respaldo institucional, es una cosa alucinante.

Gimnasia en Rhodesia
Que haya tipos más o menos sanos, con corbata, que van a misa y beben café, poniendo en pie de igualdad a los fulanos que jalearon durante décadas el terrorismo es simplemente otra liga. No hay palabras ante la impresionante capacidad de perdón de los vendedores de periódicos. Los tipos movidos por la «razón de Estado» aplican la teoría de la paz definitiva. Casi rogando que esas palabras sean una fórmula mágica.

Es como si quisieran asir la historia y domeñarla. Un par de BOE y un par de actos con flores y todo está guay. Aceptar que no vencer puede ser deseable. Hacer pasar por buena una especie de equiparación de víctimas y verdugos. Ya vimos cómo funcionó la magia de Auschwitz en los campos de concentración serbios o hutus, ya vimos cómo funcionó la magia del GULAG en los campos de exterminio norcoreanos. Querer poner un punto y aparte en la historia es una constante pretensión humana, pero es un imposible.


Un gran movimiento popular detrás de los camisas pardas, sirve de excusa para hacer ver que se trata de una opción política más, al nivel del resto, con las mismas prerrogativas de tolerancia. Pues no, no es una opción política más. Que mucha gente lo respalde tan sólo nos da información acerca de una gran cantidad de personas equivocadas. No que opinan distinto, sino que opinan lo que no deben. La democracia tiene límites, la libertad de expresión tiene límites. Son límites lejanos para la mayoría (básicamente hay que jalear a un homicida o torturador para cruzarlos), pero no quiere decir que no existan.

Por eso creo que ésta es la mayor corrupción de todas. Porque va más allá de robar (PPSOE) o insultar (Casa Real). Es una corrupción que derriba los límites de las libertades particulares y colectivas, de la convivencia, de las normas básicas de comportamiento humano. Es una corrupción en un sentido biológico: la vemos en la fruta demasiado madura. Comienza por un lugar y se va extendiendo a toda la pieza.

Denunciar esta corrupción es lo que debe copar las portadas. Los pocos, poquísimos, que la denuncian, son los únicos que parecen enterarse de qué nos estamos jugando.

Más:
  • William Proxmire, senador americano que durante 19 años, cada día, habló del genocidio hasta que el Senado ratificó la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio. Ser un pesado, funciona.
  • Por cierto, no lo menciono, pero hay otra corrupción más. Aquí tenéis una idea de por dónde van los tiros.

domingo, 24 de febrero de 2013

Pandorum (2009)

No sé si ya hablé de esta película. Todas las películas de los últimos diez años de Dennis Quaid me parecen iguales. Dennis tuvo una buena época en aquellas maravillosas cintas de los 80. Sin ir más lejos «Enemigo mío» es un gran clásico subestimado. Ah, pero Dennis tiene que pagar la hipoteca y sus vicios así que no sabe decir que no a nada.

¿De qué va la peli?

A bote pronto, su argumento no tiene nada que ver con la sinopsis. La sinopsis de la película nos dice que dos fulanos se despiertan de un hipersueño en una nave, donde no recuerdan nada y que pronto descubrirán que de su supervivencia depende la supervivencia de la raza humana. Mentira cochina. No va de esto. No tiene nada que ver con esto. Algún mercachifle sin escrúpulos escribió esto pero o no vio la película o nos quiere vender la moto. Ni caso.

«¿Cuánto decís que me vais a pagar por esta película?»
Contemos bien de qué va la peli. Dos fulanos se despiertan del hipersueño en una nave espacial. Bower, joven y nervioso y Dennis Quaid, veterano de vuelta de todo. Como el hipersueño provoca cierta pérdida de memoria reciente, se supone que el turno anterior tenía que estar allí para despertarlos y ponerles al día, pero no hay rastro de los fulanos del turno anterior. Cielos. Y tampoco parece que la nave funcione bien: no se encienden muchas lucecitas parpadeantes. Eso es malo.

Los tipos desayunan y se cambian la ropa interior (imaginaros lo que debe ser estar dormido durante años, si no te meten un tubo por el Ohio eso debe ser una guarrada). Tratando de hacerse una composición de lugar, Dennis le cuenta a Bower que en los viajes espaciales hay un síndrome provocado por el hipersueño que se llama Pandorum. Consiste en sufrir temblores y alucinaciones in crescendo y acaba en su fase terminal provocando una conducta homicida. Gracias por la información, Dennis. No venía a cuento, pero gracias.

En una consola —que activa con un cebador manual, cosa que me parece una idea muy buena y realista (sin coñas)—, Dennis comprueba que el motor de la nave necesita que le echen un vistazo, sobre todo porque parece que han saltado los plomos. Bower, que no recuerda nada pero sí recuerda que es ingeniero encargado de reparar el motor y además recuerda que la nave gigantesca puede ser reparada por un solo individuo (prodigio impresionante), decide ir a ver qué pasa con el motor. Los diseñadores de la nave hicieron que el motor solamente pudiera ser arrancado in situ, bravo por ellos, si no, no habría película. Oh, vaya, pero la puerta de la sala donde están no se abre, así que Bower tendrá que arrastrarse por gigantescos conductos de ventilación. Dennis se queda en la sala, no va con él, porque si no, no habría película.

Esto sí que es una alegoría molona.
Según Bower avanza por la nave, recogiendo medpacks y pociones de maná, llega a un sitio donde puede dejar los conductos gigantescos de ventilación. Oh, pero escucha ruidos y ve cosas horribles. Parece que tiene el Pandorum, Dennis, por radio, intenta calmarlo. No, no tiene el Pandorum: en el momento en que los walkietalkies dejan de funcionar (?), Bower ve cómo unos tipos primitivos, rápidos y muy caníbales, pululan por la nave y se lo quieren comer. Afortunadamente para él, estos tipos que van en taparrabos no se meten nunca en los conductos de ventilación, porque si no, se acababa la película en tres minutos.

En un momento dado, Bower se encuentra a otro tipo de la tripulación. Lleva años escapando de los caníbales y da muy poca información a Bower. Bower puede que no tenga el Pandorum, pero es un gafe: al nuevo tipo se lo comen los caníbales. Cosas que pasan, supongo. En su Viaje de Conocimiento™, Bower se encuentra con una especie de panchito «experto en agricultura». En una película anglosajona, el tipo rubio guapete no puede ser el agricultor que va con un palo y el panchito ser el ingeniero nuclear civilizado, no. Es el runrún racista que tenemos que aguantar de Hollywood (hay que decir que la película es una coproducción alemana).

Bueno, pues en ese ambiente asfixiante de pasillos oscuros y caníbales persiguiéndote, los dos, aunque no hablan el mismo idioma (gran idea la de poner en una nave gente que no habla el mismo idioma, alguien en la NASA tiene sentido del humor) se hacen colegas. Siguen avanzando, a veces saltando sobre plataformas y esquivando trampas. En un momento dado, se encuentran a una chati. También se hacen colegas de ella. Resulta que la tía es bióloga (estando buena no puede ser la que friega las letrinas, claro) y los lleva a su Sitio Seguro™: un laboratorio donde cuida de plantas. Allí le explica a Bower (el panchito no cuenta) que los caníbales son gente que se despertó hace mucho del hipersueño y que una enzima que hay en su sangre modificó su ADN para adaptarlos rápidamente a las condiciones de vida de la nave. Vale.

No podía estar gorda y tener la cara llena de granos.
Bower convence a sus dos nuevos mejores amigos de la necesidad de ir a reparar el reactor. A ellos les parece una idea estupenda arriesgarse a ser comidos por los caníbales. Que continúe el Viaje de Conocimiento ™. En un momento dado, se encuentran a un negro semi-civilizado. Dice que es cocinero y les invita a cenar en su cueva. Mientras cenan, el cocinero les explica La Historia™: resulta que uno de los de la tripulación original de la nave sufrió el Pandorum y mató a sus compañeros, después, se dedicó a correrse juergas con las chatis hiperdormidas y a comerse a la gente. En un momento dado, aburrido, volvió a dormirse.

Mientras tanto Dennis Quaid parece que sufre un poco de Pandorum. Será el jet-lag. Vamos, casi fijo que Dennis no es el tarado del que habla el negro.

El cocinero cuenta la Historia™ ayudándose de unas pinturas en la pared que recuerdan sospechosamente a las de los niños de Mad Max 3. Parece que estaba esperando visita y todo. Tanto es así, que en la cena había puesto un narcótico. Al rato, los tres compañeros se encuentran colgados boca abajo y el cocinero les dice que son tiempos duros y que se los va a comer. Ah, estupendo. Pero no hay fallo, el Übermensch ario le convence de que debe reparar el reactor, así que el cocinero les suelta. Me llama la atención que en el momento de soltarlos no le salten a la cara y le arranquen la nuez a mordiscos.


A uno de estos dos personajes, se le rompe la ropa de forma estratégica.
Así que ya son cuatro los colegas que van saltando por plataformas y recogiendo pociones hasta llegar a la sala del reactor, lugar en el que se encuentran al Aparente Malo Final™: en la sala del reactor hay cientos de caníbales durmiendo. Shhh, no los despertéis. Bower tiene que cruzar con mucho cuidadito una plataforma ridículamente estrecha y endeble para llegar al Botón™ que enciende el motor.

Mientras tanto, Dennis descubre a un tripulante escondido en su habitación detrás de un radiador. Dennis le da un colacao con galletas maría. Ahora estás con un colega, cabo, cuéntame tu historia. El cabo le cuenta que pertenece a la última tripulación que recibió un mensaje de la Tierra. Le dice que la Tierra explotó y que sus compañeros desarrollaron el Pandorum y tuvo que matarlos. ¡Vaya! Parece que estamos ante el Aparente Malo Final 2™. Dennis ve que el cabo hace cosas raras, puede que tenga Pandorum, así que le empieza a medir el lomo con hostiejas de las que pican. Como Dennis siempre es un Macho Alfa, le gana la pelea y lo encierra en una cabina de hipersueño.

En la sala del motor, Bower consigue pulsar el Botón™, se cae a donde estaban durmiendo los bichos y no me acuerdo si tenía que pelear o no, creo que no. Un caníbal-niña, se come al panchito mientras tanto. El cocinero huye hacia el sitio donde está Dennis. Al verlo, Dennis se lo carga revelándose como el Malo Final™. También, de alguna forma confusa resulta que el cabo con el que peleó era él mismo, que estaba alucinando. No sé, una cosa rarísima. Da igual.



«Acércate, que te voy a afeitar».
El Übermensch ario llega con la chati al lugar donde está Dennis. Y Dennis les trata de convencer de que no es tan malo: baja el parabrisas de la nave y descubren que están en el agua, en la superficie de su planeta de destino. Dennis les dice que la Tierra explotó porque la gente iba mucho a misa y que la solución para la humanidad es comer a la gente e ir semidesnudos todo el día. Hay mucho catedrático de filosofía que podría esto. 

Tratan de matar a Dennis, pero Dennis es más fuerte, así que Bower rompe un cristal de forma extremadamente sencilla para una nave espacial. La nave se empieza a inundar y Bower y la chati se meten en una cabina de hipersueño. La nave detecta la rotura del cristal y de forma automática expulsa todas las cabinas de hipersueño.


Dennis, en el baño, después de merendar miguelitos en mal estado.
Ya es tener suerte que las cabinas floten estupendamente en el agua. Mientras el agua acaba con Dennis y los caníbales, los pocos supervivientes que estaban en hipersueño salen al agua en sus cabinas-barco. Un zoom out nos indica que están justo al lado de una playa paradisiaca y que los mil y pico supervivientes son la segunda oportunidad de la humanidad.

La moraleja rara que saco es que para salvarte tú, el genocidio está justificado. Pues qué bien.

¿Realmente tienen una segunda oportunidad?

El epílogo de la película dice que sobrevivieron 1.148 personas*. ¿Con eso qué futuro le espera a la humanidad?


Supongamos que hay el mismo número de hombres que de mujeres. Evolutionary Change in Small Populations (Franklin, 1980), nos dice que el factor de endogamia se puede medir como:

f = 1/ (2*1.148) = 0,00043

Este es un factor de endogamia bajísimo: los colonos fueron elegidos de tal forma que nadie fuera pariente de nadie en varias generaciones anteriores, lo que es una selección inteligente. Thresholds for Survival: Maintaining Fitness and Evolutionary Potential (Soule, 1980), nos indica que el número de generaciones que sobreviven antes de que la endogamia extinga a la colonia es de:

g ~ 1,5*1.148 =  1.722

1.722 generaciones a unos 30 años por generación nos da casi 52.000 años. Esto, la enzima mágica de adaptación, más la tecnología que puedan rescatar de la nave y la prohibición de los anticonceptivos, nos indica que efectivamente, la humanidad tiene una segunda oportunidad (no se tiene en cuenta las condiciones ambientales ni los depredadores que pueda haber en el planeta, factores aliviados por la enzima).

Lo que no explican es qué hacer con la gente que sufra Pandorum.

Lo bueno:
  • A todos nos gusta ver naves espaciales.
  • A la chati se le va rompiendo la ropa de forma estratégica.
  • Los roles sexuales: está bien que la tipa sepa dar tollinas como una homicida profesional.
Lo malo:
  • Que la superpoblación acabe con la Tierra, pertenece al género fantástico. Ya no estamos en los 70, hoy sabemos que la superpoblación es un mito.
  • Si tienes personajes cuya función es dar información, es que te sobran personajes.
  • Se revela demasiado tempranamente que Dennis es el Malo Final™.
  • Ir por conductos de ventilación estaba guay en Alien, hoy cansa.
  • El discursito Nietszcheano de «Dios ha muerto» (porque desaparece la Tierra) y ahora vale todo. Por lo que sabemos, en situaciones dramáticas, no es lo más común que la gente se vuelva loca y arrample con todo. Los actos de heroísmo, muestras de empatía y la solidaridad suelen ser comunes por instinto de supervivencia. Los seres humanos tendemos a la colaboración para la supervivencia de la especie.
  • Los roles raciales: oh, vamos, parece que algún guionista hizo primaria en el Mississippi de 1910.
  • El concepto de comunicación con la Tierra. A ver, chicos, aunque haya mucho retardo, el flujo de información es continuo y bidireccional.
  • Dar información a la nave de que son la única nave que existe. Es una tontería enviar sólo una nave, pero es más tonto decírselo.
  • Están en un planeta que justo tiene la misma gravedad que la gravedad artificial que crea la nave (ya que no saben que están en un planeta). Qué coincidencia.

*Realmente no son 1.148, sino 1.213. No sé por qué puse el primer número, pero ahora no pienso rehacer los cálculos.



sábado, 23 de febrero de 2013

El Julio Anguita de Turkmenistán

Si le das a un perroflauta poder supremo sobre un país que nada en un mar de petróleo y gas natural, ¿qué crees que hará? Los veinte años de opresiva y excéntrica dictadura de Niyazov vienen a ser la respuesta. No hablo de un tipo que se dedica únicamente a succionar las riquezas nacionales como el dictadorzuelo de Guinea Ecuatorial, hablo de un tipo que hizo eso, sí, pero sin que lo parezca.

Una zona calentita. Y no lo digo por el desierto de Karakum.
El fulano este fue bastante astuto, porque obtuvo la silenciosa aceptación de la comunidad internacional (hasta el punto de hacer aprobar por la ONU una resolución a favor de la neutralidad de Turkmenistán, cosa que celebró con una estatua gigantesca suya de oro sobre un pedestal de mármol no menos gigantesco). Lo hizo mejor que otros dictadores completamente chalados. Eso, un par de medidas de Buen Rollo™ (abolió la pena de muerte) y que nadie sabe nada de Turkmenistán, ayudaron a construir uno de los regímenes más chalados que te puedas imaginar.

Comencemos por el principio. A Niyazov le cogió el gran terremoto de 1948 con ocho años. El terremoto mató a toda su familia así que la consejería de familia le envió a un orfanato. Desde allí, gracias al poco exigente sistema educativo soviético, llegó a graduarse en ingeniería eléctrica. Regresó a la RSS Turcomana y se puso a trabajar en una central eléctrica. Durante veinte años trepó por las filas del Partido hasta que alcanzó el Comité Central. Allí le cogió en buena posición un escándalo de corrupción del dictadorzuelo de turno y fue nombrado líder del Soviet Supremo Turcomano.

Por supuesto, como buen comunista, él era de la línea dura. ¿Perestroika? ¿Glasnost? No le vengais a Niyazov con esas mierdas. Niyazov tenía muy claro lo que el pueblo quería y necesitaba. Tras el golpe de estado a Gorbachov, por supuesto que se puso el primero en la línea de salida de la URSS y proclamó su independencia. El comunismo ya no vale, lo llevo diciendo toda mi vida, soy un demócrata. Para demostrar lo demócrata que era, prohibió el Partido Comunista de Turkmenistán y fundó el Partido Democrático de Turkmenistán. Para no andar con mucha burocracia, todos los miembros del PC pasaron automáticamente al PD.

Aló presidente.
Así, en el año 92, Turkmenistán convoca las primeras elecciones libres de estilo occidental de su historia. Niyazov ganó con el 99% de los votos. En agradecimiento a su pueblo, fundó la Asociación Mundial de Turcomanos para estrechar los lazos de esa comunidad con su país natal. Él por supuesto se nombró presidente de esa asociación, y se añadió un título a su nombre: Turkmenbashi, padre de los turcomanos. Algo parecido a lo que hizo Ataturk.

Una de sus primeras medidas como presidente, líder y padre de los turcomanos fue declarar la neutralidad de Turkmenistán ante cualquier pacto o tratado militar, político y económico. Para demostrar que iba en serio, hizo firmar a 185 países de la ONU una resolución apoyando su decisión. Para celebrarlo levantó un monumento de 80 metros rematado por una estatua suya hecha de oro con un mecanismo que lo hacía girar para mirar siempre el sol. Yeah!

En el Día del Melón, la plaza se llena de colores. Lo del Día del Melón no es una coña.
Una vez que el nuevo súper-palacio presidencial hecho de mármol importado estuvo acabado, se mudó con su madre, la parienta y los críos. Como Carlos III, adecentó la capital, Ashgabat, con parques, avenidas, mezquitas y palacios. Pero a diferencia del rey-alcalde, él no supo parar a tiempo. Cambió el alfabeto cirílico por el latino, cuando murió su madre le puso su nombre al mes de abril (de hecho, quería tanto a su madre, que la palabra "pan" en turcomano, pasó a ser también el nombre de su madre), cambió los nombres de los días de la semana, le puso su nombre a un meteorito, varios aeropuertos, una marca de vodka, varias marcas de colonias, a la ciudad de Krasnovodsk,...

Pero esto era poco para Niyazov Turkmenbashi. Así que decidió cambiar los billetes del país y ponerles a todos su cara, el logotipo de la televisión nacional pasó a ser su cara dorada y sorprendentemente, el pueblo agradecido retiró miles de libros de bibliotecas y librerías para poner muchos ejemplares de su propio libro.

Monumento al libro que escribió. De noche se abre y se proyectan escenas del libro.
El libro que escribió Niyazov (una reescritura de la historia del pueblo turcomano con consejos para la vida diaria y algún poema), tuvo tanto éxito de público y ventas, y resultó tan revelador, que no solo se levantó una estatua al libro, sino que para aprobar oposiciones y el carnet de conducir, caen preguntas sobre el libro. Es más, hasta se aprobó que ese libro figurara al lado del Corán en las mezquitas. Algunos desagradecidos protestaron y sólo lograron cenar lomo a la vara mientras veían cómo se derribaban sus mezquitas.

Niyazov estaba majareta, sí, pero no más que Julio Anguita. Aprobó que la luz, el gas y la sal fueran gratuitos para toda la población e incluso cierta cantidad de gasolina al mes también fuera gratis. Estas medidas ayudaron a la gente a aceptar que cerraran todos los hospitales y bibliotecas del país excepto los de la capital. ¡Viva!

Ah, pero gobernar tan sabiamente no es fácil, aunque tu país tenga la segunda reserva de Gas Natural del mundo. En 2006 el gobierno decidió dejar de pagar las pensiones de jubilación. No sólo eso, sino que exigió que se reintegrara lo pagado durante los dos años anteriores. Para que la medida no repercutiera tanto en la vida de la gente, Niyazov prohibió gastos superfluos como las cintas de vídeo, la ópera, el ballet, mascar tabaco, las barbas, los operadores de internet, fumar, el circo, la Academia de Ciencias, la prensa, los dientes de oro, el maquillaje, el playback, los perros...

Tras tanto duro trabajo, levantó más estatuas suyas de oro.





Un día de verano (el verano turcomano son 40 grados a la sombra, recordad que Turkmenistán cubre el desierto de Karakum), el padre de los turcomanos se estaba abanicando y tuvo una gran idea: construir un palacio de hielo. No una pista de esquí artificial como en los centros comerciales del decadente occidente, sino un palacio hecho de hielo con una pista de hielo en su interior para que 1.000 turcomanos disfrutaran del fresquito. Cómo hacerlo en mitad del desierto es algo que no sabremos, no se llegó a hacer, lo que debió sentar muy mal al bueno de Turkmenbashi.


Cuando no recibía algún premio por ser el turcomano del año o cuando no estaba ocupado cobrando sobornos de directivos de Gazprom, Turkmenbashi tenía tiempo también para modernizar la producción de algodón, mejorar algunas infraestructuras, acordar con China e Irán trazados de gasoductos y revisar la fabulosa fortuna que le guardaban amablemente trabajadores del Deutsche Bank sin hacer preguntas.

Para las elecciones de 2002 sucedió algo horrible, alguien disparó contra el coche del presidente. Las malas lenguas dicen que fue un atentado de falsa bandera pero el presidente, sabiamente acusó a su rival opositor y lo metió en prisión,... y le obligó a presentarse contra él igual en las elecciones (desde prisión). Evidentemente Niyazov ganó con el 99% de los votos y para demostrar que no le guardaba rencor, prometió a su rival que le indultaría si escribía dos redacciones: una, explicando el intento de magnicidio, la otra... explicando por qué Turkmenbashi era el Mejor del Mundo en Todo.

El tipo lo hizo y Niyazov lo indultó. Esto es el poder. El poder omnímodo. Un tipo de poder que deja a Frank Underwood a la altura de los boy scouts.

Con la broma de las estatuas, Turkmenistan tiene una bonita reserva de oro.
Su Excelencia Niyazov Turkmenbashi, Presidente de por vida y Padre de los turcomanos murió de un ataque al corazón en su súper-palacio en 2006. Se convocaron elecciones y su segundo las ganó con un 99% de los votos... Eh, al menos los meses del año vuelven a tener nombres normales y la estatua gigantesca que siempre miraba al sol fue retirada. Además, ahora, curiosamente, el gobierno turcomano está dispuesto a hablar con la UE sobre el gasoducto Nabucco, cosa que rechazaba la anterior administración.

Carrera de caballos bajo la mirada del sucesor electo de Turkmenbashi. ¡Todo bien en Asia Central!


viernes, 22 de febrero de 2013

De paisanos a ciudadanos

Buñuel hizo famosa la comarca de Las Hurdes por filmar en 1932 un documental, Las Hurdes, Terre sans pain. Que en pleno siglo XX, en el corazón de Europa occidental la gente viviera en la subsistencia fue una revelación desagradable. Sobre todo en una época en que el progreso tecnológico parecía llevarnos a toda velocidad a un futuro prometedor.

Oh la la
En el mismo subgénero que mezcla el sentido de la irrealidad de la ciencia ficción y el realismo de así-son-las-cosas, podemos meter Peasants into Frenchmen: Modernization of Rural France, 1870-1914 de Eugen Weber. El bueno de Weber nos cuenta cómo en pleno siglo XIX, la población rural del mediodía francés vivía en condiciones salvajes no muy diferentes a las que vemos en las tribus del Pacífico o de la América prehispánica. No es que los niños no fueran a la escuela, ese no era el problema: por aquella época, los niños de los suburbios urbanos no iban a la escuela, pero más o menos trabajaban en una fábrica sus diez o doce horitas y antes de cruzar la calle miraban para advertir un carro a excesiva velocidad y no ser atropellados. También, no lo olvidemos, los domingos las familias iban a misa y allí más mal que bien, atendían a historias fantásticas ocurridas en Próximo Oriente durante el Imperio Romano. Y aprendían ciertas normas muy básicas para no arrancarles los ojos a los vecinos ni abalanzarse sobre la bayoneta de un chaval que hacía la mili.

La diferencia entre los niños de la ciudad y los niños del campo era abismal no por la diferencia de dietas o de vestido, sino por la idea del mundo de unos y otros. Tal es así, que Weber cita a diversos autores franceses que describen la forma de vida preindustrial de "franceses" que no sabían que eran franceses ni que estaban en Francia. Me parece muy importante tener esto presente porque influye en la organización social y en las relaciones con los demás. Así por ejemplo, la miseria de los rurales conllevaba no solamente vidas cortas y violentas, sino además, desconfianza, odio, crimen, abusos,... Que a mediados del siglo XIX, soldados de la Guardia Nacional llevaran collares con orejas y narices de los rurales, da una idea del nivel de civilización de lugares como Bretaña o los Pirineos.
Le baguette.
Es cierto que en la Asamblea, los contratos para tender vías férreas se hacían con el único afán de que unos poquísimos industriales y caciques ganaran más dinero (como en todas las asambleas de la época), sin embargo, los intelectuales veían en la gloria tecnológica del acero y el carbón, el medio ideal para que la civilización llegara por primera vez a muchas regiones del país al que amaban.

Mientras Phineas Fogg daba la vuelta al mundo en 80 días, miles de personas que vivían como animales en Francia, tenían contactos esporádicos con la civilización. Normalmente el contacto se establecía por medio de los consabidos culatazos de mosquetes o bien por los incendios controlados para expulsar a los animales salvajes de los pequeños propietarios agrarios. Estos pequeños propietarios —cultivateurs— eran el modelo de hombre civilizado que los aborígenes tenían. Olvidaos de tipos que fuman en pipa al calor de la chimenea mientras los jornaleros trabajan sus tierras. Olvidaos de gente que lleva sus cuentas y va al casino a jugar al dominó con el farmacéutico y el cura del pueblo. Esos campesinos conocían solamente un poquito más el mundo que los salvajes, desde luego que ninguno sabía leer. Y hablar francés, pues muy poquito. Lo necesario para pasar el día. Y eran el modelo de los otros... 


Jules Ferry
Para la gente de ciudad (gente que pertenecía a otro universo, distante unas decenas de kilómetros del Mad Max premedieval del que hablamos), deslumbrada con los logros de las artes y las ciencias, todos los rurales no sólo eran atrasados, sino una vergüenza para la construcción nacional, un palo en la rueda del progreso. ¿Cómo es posible que no conozcan la tricolor ni hablen el francés? ¿Por qué no van sus niños en fila india a la instrucción pública y sus mozos cantarines a incorporarse en el glorioso Ejército Nacional? Son unos atrasados, unos salvajes y encima, unos traidores. Esta imagen llegaba a los pequeños propietarios que, sin ganas, sin capacidad y sin necesidad de discutir, asumían para sí el discurso urbano y avanzado. A nosotros no nos mezcléis con la purrela, decía la purrela. La vergüenza y el oprobio que caían sobre las regiones rurales, la sentían estos franceses que la pagaban con los salvajes. Hasta tal punto se incorporó esa vergüenza en sus usos, que trataban de distinguirse mucho de los salvajes, aplicando la palabra cultivateur para ellos y relegando la de paysan para los otros. Así, no resulta difícil pensar que cualquier cosa que llegara de París fuera bueno y deseable, a imitar e incorporar en la vida diaria.

Como los testimonios nos llegan de los propios estudiosos de aquella época, es necesario, para tener una visión más aproximada de cómo estaba el patio, saber a qué se dedicaban esos estudiosos. Llama la atención la pobreza de estudios etnográficos sobre la población rural francesa (en 1900 era aproximadamente la mitad de la población). Los etnógrafos encontraban más estimulante viajar a África o a Cochinchina. En las universidades se veía más útil aprender latín que francés. En general todos imitaban la moda parisina. La aparición del estado moderno francés, le debe mucho a la imitación de costumbres sofisticadas. Pero es necesario introducir que este proceso de construcción nacional y de grandes aspiraciones compartidas por el estado-nación, pasó por alto a un montón de gente que ni hablaba francés ni sabía lo que era la ropa interior.

Adolphe Blanqui, en 1851, comentaba con sorpresa y amargura: «Parece que dos mundos completamente diferentes conviven bajo el paraguas de la más fuerte centralización», «dos pueblos que comparten la misma tierra viven vidas totalmente distintas, hasta tal punto, que se ven como extranjeros unos y otros». Esos dos pueblos eran el campo y la ciudad. Más aún se puede hurgar aquí, ya que el «campo» eran muchos «campos». Gentes de un lugar u otro podían compartir una vida de miseria, pero no podían compartir un idioma. 


El famoso hexágono gabacho. Nótese a la izquierda cómo de franceses pasan a belgas y suizos. Ejem.
Creo que la invención de la nación francesa fue un proceso civilizatorio, propio de lo que Bueno llama «imperios generadores». La civilización es algo más que abrir escuelas y tribunales. La civilización supone un cambio de la idea del mundo y de la imagen que se tiene sobre lo desconocido cotidiano. Civilización supone que no se te pase por la cabeza arrancarle los ojos a alguien para comer un mendrugo de pan. Civilización supone salir de la aldea primordial en la que los incivilizados habitan. Civilización, en Francia, fue crear una memoria compartida a través de la mili y la enseñanza obligatoria del francés. Ah, y el sistema métrico, que no se me olvide, también ayudó.

Bien, pues teniendo presente la Francia del cambio de siglo, y el documental de Buñuel, no estaría mal hablar de la Galicia de la Unión Europea y las autopistas. Concretamente de los Ancares, notable cadena montañosa que separa la Meseta Central del Macizo Galaico. Pueblos sin caminos, luz eléctrica vergonzosamente reciente, incomunicación durante demasiados días del año. En estudios realizados en épocas que se pierden en la noche de los tiempos (como los años 1980), se ofrecía a la gente abandonar sus pallozas e ir a vivir a sitios más civilizados. No ignoro el mecanismo mental por el que alguien que vive en unas condiciones durísimas, se niega a «mejorar su vida». ¿Quién en su sano juicio querría abandonar una casa rodeada de los espíritus que conoce? ¿Cómo dejarte arrancar parte de tu propia historia cotidiana? ¿Cómo aceptar el desarraigo, para tener calefacción central en lugar de una buena lareira donde observar las llamas?


Galicia es un poquito la Alabama de España. Mucho redneck.
Estos lugares no vivieron el proceso civilizatorio francés que Buñuel pedía para Las Hurdes. Tanto es así, que incluso el gallego que hablaban nos costaría entenderlo a los orgullosos habitantes de la ciudad. El imperativo biológico se encargó de hacer lo que los despachos no supieron o no pudieron o simplemente pasaron de hacer.

Es cierto que hoy en día, una extraña mezcla de socialistas hippies y ecologistas, tratan de «ayudar» a que las viejas costumbres no mueran. Sería un ejercicio de grato interés si no fuera porque esas viejas costumbres tienen más que ver con relatos y mitos, que con las formas de vida que tuvieron lugar en la realidad. Así, la idealización del pasado se vuelve un arma de doble filo: por un lado, supone un acto de hipocresía y por otro, una herramienta de construcción política. Dios me libre de indicar a nadie que el concejo abierto, como órgano primario de organización social en las aldeas premodernas, es una costumbre más leonesa que gallega. Jamás se me ocurriría que la forma en que la civilización efectiva entraba en esos mundos era mediante la Iglesia. En la cabeza de estos maquetistas mentales, la Iglesia es el Mal. Nada diré pues de cómo la educación cristiana no fue un invento del fascismo. Ni de que era la única forma posible de poner en contacto aldeas remotas con cierta idea del mundo que las alejara de la barbarie.

Sería desde luego un abuso por mi parte recordar a ningún bienintencionado constructor del mañana (y del ayer), cómo la prohibición de pisar terreno sagrado armado propició un lugar de reunión, intercambio e incluso una escuela para los niños (¿os acordáis de cuando había niños en Galicia? los sonidos de la aldea tenían que ser diferentes, me cuesta imaginarlo). 


No sé de dónde sale la costumbre de levantar cruceiros. Supongo que de Roma (todo viene de Roma), pero no estoy seguro.
Igual que en el libro de Eugen Weber, cuesta pensar que la gente de los Ancares (y de otros lugares antes), tuvieran la más ligera noción de pertenecer no ya a algo parecido a Galicia, sino incluso a España. No sería extraño, que con una orografía más dura que la francesa y con una división del trabajo más pobre, cientos de miles de personas en toda España y particularmente en Galicia, no tuvieran la más mínima noción de eso de «nación de ciudadanos libres e iguales». No estaría de más, que esta lección calara en tanto amante del Buen Rollo™ que hoy se dedica a construir historias fantásticas como las que se leen en los preámbulos de las leyes de grandes ciudades o en los preámbulos de proyectos de Estatutos muy imaginativos.

Two nations; between whom there is no intercourse and no sympathy; who are as ignorant of each other's habits, thoughts, and feelings, as if they were dwellers in different zones, or inhabitants of different planets; who are formed by a different breeding, are fed by a different food, are ordered by different manners, and are not governed by the same laws.

Más:
  • Weber, Eugen. Peasants Into Frenchmen: The Modernization of Rural France, 1870-1914. Stanford University Press. 1976.
  • Casaseca Hernández, Salustiano. Los Ancares: educación y subdesarrollo. Universidad de Salamanca. 1990.
  • Leyes de Jules Ferry
Delicioso:






miércoles, 20 de febrero de 2013

Prejuicios y dominio social

Cuando las personas están solas actúan de una forma y cuando están en un grupo u otro, actúan de otras formas. Las personas perciben a los grupos y se relacionan con ellos, los grupos significan cosas para las personas y por tanto, el comportamiento individual se modifica en función del ambiente (y por la herencia genética). Las personas no pueden controlar ni el ambiente ni su predisposición genética. Esto lleva a pensar que ni somos libres en el sentido universal, ni lo podemos ser. Aunque para llegar a esta conclusión no hace falta ir por aquí.

Una de las actitudes que crean los grupos y que ha sido ampliamente analizada con experimentos en muchos lugares y tiempos, es la que dio lugar a la Teoría de la Dominancia Social. Esta teoría postula que existe una jerarquía humana de grupos y ella explicaría la aparición de los prejuicios contra los grupos sociales, el racismo, el autoritarismo, etc. Sospecho que sin Freud ni Marx, esta teoría jamás hubiera aparecido. No me lo tengáis muy en cuenta ya que también sospecho que existe una conspiración milenaria de la gente barbuda contra los barbilampiños.

¿A qué grupo pertenece cada niño?
La relación que establecen los grupos humanos entre sí y los individuos frente a los grupos en términos de conformidad, obediencia, violencia, autoridad, atracción, liderazgo, etc. fue estudiada antes de la aparición de la Teoría de la Dominancia. Bajo los genéricos e inocentes títulos de «prejuicio» y «estereotipo» se estudiaron con fruición los fenómenos del comportamiento social desde el punto de vista de los grupos: el miedo, el inconsciente colectivo, la lucha de clases, el racismo, etc. No es casualidad que los estudios sobre la masa tuvieran su punto álgido en el periodo de entreguerras.

Dejando a un lado la famosa eugenesia escandinava, tan solo la lucha de clases siguió teniendo aceptación en los estudios de los grupos humanos. Tiendo a pensar que esto se debe a que el racismo se venció en el campo de batalla, revelando sus horrores. A la lucha de clases, no. Y por eso continúan dándole pábulo muchas fierecillas a esa concepción de las relaciones entre grupos como únicamente enfrentamiento entre grupos, sin aceptar que se aporte un poco de luz al tema, por ejemplo, diciendo que eso es aberrante. Eh, Dios me libre de querer que nadie levante los pies del suelo.

Distanciarnos de la emotividad del estudio proporciona la perspectiva necesaria para observar cómo se hacían antes estas investigaciones y especular cómo se podrían hacer hoy en día.

Pongamos como ejemplo Preferencias nacionales y estereotipos entre los niños de color, del doctor Meltzer, realizado en 1934 y publicado en 1939 en The Journal of Genetic Psychology. En su estudio, el doctor hacía que los niños (de 10 a 13 años) subrayaran su preferencia nacional (y si no tenían preferencia, que subrayaran a voleo. Hola Freud), entre parejas aleatorias de las siguientes nacionalidades y razas (hoy diríamos adjetivos): American, Armenian, Chinaman, Englishman, Frenchman, German, Greek, Hindu , Irishman, Italian, Japanese, Jew, Mexican, Negro, Pole, Russian, Scotchman, Spaniard, South American, Swede y Turk (respectivamente estadounidense, armenio, chino, inglés, francés, alemán, hindú, irlandés, italiano, japonés, judío, mexicano, negro, polaco, ruso, escocés, español, sudamericano, sueco y turco).

A continuación, en una lista de esos adjetivos, los niños tenían que marcar su preferencia puntuando de 1 a 5 (de "me gusta mucho" a "no me gusta nada") y explicando por qué.

La lista de prefrencias de los niños blancos (el estudio es sobre niños negros, pero los resultados se expresan en función de los resultados de los niños blancos, ejem) resultó:
  1. Estadounidense
  2. Inglés
  3. Francés
  4. Irlandés
  5. Alemán
  6. Español
  7. Escocés
  8. Sudamericano
  9. Italiano
  10. Sueco
  11. Mexicano
  12. Ruso
  13. Judío
  14. Polaco
  15. Griego
  16. Armenio
  17. Japonés
  18. Chino
  19. Turco
  20. Negro
  21. Hindú
La lista de preferencias de los niños negros resultó:
  1. Negro
  2. Estadounidense
  3. Inglés
  4. Francés
  5. Sudamericano
  6. Mexicano
  7. Español
  8. Italiano
  9. Irlandés
  10. Japones
  11. Escocés
  12. Alemán
  13. Ruso
  14. Chino
  15. Sueco
  16. Armenio
  17. Judío
  18. Griego
  19. Polaco
  20. Turco
  21. Hindú
Nosotros, desde el altar del siglo XXI nos podemos parar en esa lista graciosa del doctor sin escrúpulos, pero el estudio no se para tanto en la lista y destaca que la variación de notas que dan los negros es mayor que la de los blancos. Los negros parecen un grupo más heterogéneo que los blancos (en la preparación del estudio preguntaron a los niños qué revistas y libros leían, y blancos y negros leían las mismas cosas (todas guays). Eso sí, en las escuelas no estaban mezclados), que además no sólo se sentía más identificado con la palabra «negro» sino también por aquellas nacionalidades que percibían como injustamente tratadas: «own internal solidarity as a minority group».

Luego está el problema de que tus sujetos de laboratorio sean niños. Las explicaciones que dan los chavales para valorar las nacionalidades son graciosas y terribles al mismo tiempo. Por ejemplo, un 6,59% de los que valoraron a los chinos decían que son buenos cocineros y que les gustaba «su chop suey», un 1,65% de los que valoraban a los estadounidenses decían «nos dan trabajo», un 16% de los que valoran a los alemanes decían «les gusta la guerra» (3,57% de los japoneses, 9% de los turcos), un 9,06% de los que valoraban españoles «me gustan sus bailes», un 7,4% de los sudamericanos «están cerca de América»... En general se establece la influencia de la escuela en las valoraciones de las nacionalidades. Así, los ingleses, «empezaron la Revolución Industrial», «les gustamos», «son la madre patria»; y los españoles «son descubridores y exploradores», «tienen mucho oro», pero también «nos hundieron el Maine».

Hoy es absurdo pensar que un grupo social tienda a compartir preferencias y actitudes debido a que pertenece a ese grupo social. Vista la influencia de los factores ambientales (lugar de residencia, profesores...) y el cada vez más barato acceso a fuentes de información (que pueden quebrar el encorsetamiento), es legítimo pensar que las actitudes hacia la lucha de clases difieran de lo que nos hacen creer (¿quiénes? los interesados en que exista una lucha de clases como método de control social). En otras palabras: el grupo social no determina los estereotipos asociados a ese grupo social, sino que son factores externos, no controlables por el grupo, los que lo determinan.

Y aquí volvemos a la Teoría del Dominio. Se supone que un grupo tiene la hegemonía y otros grupos menos consideración. Cuanto más poder tenga un grupo, más arriba será su posición respecto a otros. Ante esto hay dos aproximaciones:
  • Legitimación del dominio: quienes están arriba harán todo lo posible por mantenerse. Mucho cuidado aquí, ya que quienes creen estar arriba (pertenecer al grupo hegemónico), también harán todo lo posible para «mantenerse arriba» (como dicen en mi tierra: «traballar para o inglés»).
  • Deslegitimación del dominio: quienes se identifican con una posición inferior, harán todo lo posible por mejorar su situación, es decir, quebrar el dominio del grupo superior.
Ojo con confundir esto con la lucha de clases. Este no es un relato de buenos y malos. El grupo hegemónico puede ayudar a otros para hacerse necesario (proveedor). El grupo inferior, aunque aparentemente bienintencionado, puede alterar el orden de tal forma que las consecuencias de sus actos sean imprevistas (por ejemplo, propugnando nuevas formas de discriminación social, cuando no apuntando al asesinato).

La tendencia al dominio social se puede medir en las personas. En general con asépticos tests. A nadie llama la atención que los miembros de las fuerzas de seguridad y los burócratas puntúen más alto que los empleados por cuenta ajena o los autónomos. A Luis XIV no le hicieron ningún test pero podemos sospechar qué resultado sacaría.

El autoritarismo político podría ser explicado en función de esta teoría: la seguridad y el orden son necesarios, la jerarquía de mando es deseable, la acumulación en los proveedores crea un reparto eficiente... A su vez, desde el punto de vista de la deslegitimación del dominio, esta teoría también explicaría los motivos detrás de quienes quieren un «reparto más justo (?) de la riqueza». Lo que no resuelve (y aquí viene lo gracioso) es la contradicción inherente al cambio de roles. Si los seres humanos, de forma natural, nos vemos en grupos que se organizan jerárquicamente (y de ahí nuestra discriminación y preferencias sociales), darle la vuelta a la situación no va a cambiar la raíz de las discriminaciones y preferencias sociales. Tan solo cambiará la ubicación geográfica de los grupos en la jerarquía, pero no sus roles.


Referencias:
  • Meltzer, H. Nationality Preferences and Stereotypes of Colored Children. The Pedagogical Seminary and Journal of Genetic Psychology. Vol. 54, Iss. 2, 1939 
  • Sidanius y Pratto. Social Dominance. Cambridge University Press, 2001



lunes, 18 de febrero de 2013

Vender más Europa

Europa tiene un plan. La Eurocosa va a entrenar a eurofuncionarios para meterse en internet a decirnos que Europa mola. De cara a las elecciones de 2014, los eurócratas se dedicarán a vigilar la red, seguir conversaciones y controlar temas de actualidad para que no decaiga la euroafición.

Lo entiendo. Los eurócratas quieren una Europa «porque sí». Consideran la Unión Europea una unidad de destino y ese es un cimiento muy débil. Ante su debilidad argumentativa, lo que les queda es tratar de controlar la red para que el discurso oficial responda a sus intereses. Hacerse trampas al solitario, etc.

El mentat es la evolución natural del eurócrata.
Si tienes una idea que es muy buena para todos, no te hace falta pagar a nadie para defenderla. En primer lugar, porque habrá muy pocos detractores (partiendo de que el 10% de la población sufre algún tipo de psicopatía, siempre va a haber gente bizarra, pero es una minoría). En segundo lugar, porque ese posible beneficio hará que la gente defienda la idea de forma natural, sin presiones. Ah, pero en la UE son especialitos: tienen que hacer lobby de sí mismos.

Es una idea muy original: que Europa haga presión a Europa para defender el cotarro europeo. Una cosa es que cocacola meta pasta en los políticos para que se aprueben las bebidas azucaradas en las escuelas públicas. Se crea un debate (si sabemos quién paga a quién) y no lo tienen fácil (cocacola y los dentistas estarían enfrentados a los vendedores de agua embotellada, que por cierto, son los mismos que venden cocacolas, ups). Otra muy diferente es que la construcción política europea se autoasigne financiación para engañar a la gente y venderles un debate inexistente. Digo que el debate es inexistente porque la Eurocosa no acepta opiniones en contra. La libertad de expresión la dejamos para decidir quién se va de la casa de Gran Hermano. Gloria de la modernidad. Espíritu de nuestro tiempo.

Museo de la Memoria Histórica. Vietnam.
La propia medida de «supervisar los blogs y las redes sociales» buscando opiniones en contra de la Eurocosa para responder (combatir) ya nos da mucha información acerca del carácter de esta Unión Europea. Repetir referenda hasta que salga lo que ellos quieren, vigilar lo que se opina y decir que Europa es necesaria porque si (unidad de destino): gran trabajo, chavales.

Ok, voy a tratar de ser un poquito más justo. Voy a concederles esa justicia que a nosotros nos niegan. La UE tiene que hacer propaganda de la UE porque casi nadie de la UE sabe a qué se dedica la Eurocosa ni cómo toma las decisiones ni nada de nada. Pero cuidado: la línea que separa una campaña de información de la pura propaganda que roba alternativas al público es sutil. Cruzarla es tentador y, de momento, no hay nada organizado para oponer resistencia. ¿Cómo esperar que se contengan? Quien tiene el poder lo usa para su beneficio y hoy el poder en Europa no es representativo, ni hace pensar que pueda existir un auténtico debate en condiciones justas para ambos contendientes.

Del Mapa intelecutal y cotejo de naciones.
Existe un cotarro europeo que resulta ajeno y hostíl a mucha gente por muy variadas razones: quienes pensamos que la UE reproduce los errores de los estados nacionales (por ejemplo, emprendiendo campañas de auto-propaganda y control del debate en la red) y quienes aspiran a una idílica «Europa de los pueblos», no tenemos nada en común, tan solo la ojeriza por la construcción europea. Enfrente están quienes ciegamente y sin pensar que necesitan dar explicaciones a nadie, van a la utopía europea: el colchón que los Estados Unidos tenía que poner para que en sus limes no se encontrara al Ejército Rojo. Hoy el Ejército Rojo se ha replegado. Acecha, pero es inactivo. Y los Estados Unidos tienen que dedicarse a vigilar el Extremo Oriente. ¿Con estos ingredientes y teniendo en cuenta la larga serie de tristes guerras europeas, vamos a hacer algo más que un totum revolutum? ¿Qué tipo de unión política es la que se puede construir sin un idioma común, ni una religión común, ni siquiera unas aspiraciones compartidas acerca de cómo debe ser el resto del mundo?

Salía Hollande por la tele previniendo de la no creación de una Europa del sur y otra del norte (tema muy importante para Francia, pues los franceses quieren estar en el norte y son el sur). Tan solo semanas antes, la aviación francesa bombardeaba a terroristas en Mali. No era una misión con bandera europea, sino con bandera francesa (con ayuda española, canadiense, estadounidense y británica, claro). Este tan solo es un ejemplo cotidiano del discurso incoherente de esos constructores de Europa.

Europa es un modelo para exportar al mundo. Tiene entre sus valores la paz y el diálogo.
Pero hay más. Más ejemplos de la incoherencia de ese viaje sólo de ida a la euroutopía. El tema de salir de la UE. ¿Qué diría la gente si existiera un club en el que se entra pero no se puede salir? Sonaría raro ¿verdad? Lo es. Pero no se cuenta toda la historia (aunque ahora, con la movida en Escocia y Cataluña, empiezan a salir datos). La Eurocosa no habla de cómo salir de la UE. Sin embargo, cuando Argelia se independizó de Francia, tuvo que salir de la CEE. Y Groenlandia, en 1982, siendo una provincia danesa, votó y salió (hoy los eurócratas se las ven y se las desean para meter a esos eskimos en vereda de nuevo). Ah, pero estas minihistorietas europeas no se dicen en voz muy alta. Ahí están los independentistas catalanes aspirando a salir de España y quedarse en la UE (¿?). Posición que contrasta con los caledonios, que ya asumen que salir del Reino Unido significa salir de la UE (y de todos los tratados de Derechos Humanos, la Convención de Ginebra, etc.: si se independizan, mientras no ratifiquen tratados internacionales, la policía escocesa puede convertir toda Escocia en... ¡Guantánamo!).

Europa se construyó con debate democrático y paz.
Y si hablamos de salir, podemos hablar de entrar. La ampliación natural pasa por los Balcanes e Islandia. Sin embargo a la continuidad territorial europea le sale una pequeña burbuja en su centro: Suiza. La UE deja que cualquiera (Turquía) hable de acceder a ella, pero no se detiene ni un minuto en tratar el asunto suizo. ¿Por qué no existe ese debate? No lo sé. En esta Unión Europea hay cosas de las que no se habla y punto.

En fin, sigamos engordando a ese monstruito. Sigamos haciendo como que existe una elección democrática (puedes comer pollo a la Pantoja, pollo al chilindrón o pollo a la cerveza, pero al final sólo comerás pollo), dejemos que sigan confundiendo oponerse a esta construcción europea con oponerse a cualquier construcción europea. Sigamos así, que nos irá de perlas.

Más:

domingo, 17 de febrero de 2013

El Buen Rollo™ frente a la realidad

Demasiadas Cumbres del Buen Rollo te deben freír los sesos. Gente joven y dinámica, pero sobre todo joven, como si ser joven fuera un valor por sí mismo, con ganas de «cambiar el mundo». Lo malo de esta gente, es que se lo creen.

Ok, iré más despacio. Hay cosas malas en el mundo, e incluso sin caer en la pretenciosidad, hay cosas malas en la aldea o en el barrio. Si se identifica algo como malo, la reacción natural es huir o cambiarlo. No está mal querer cambiar las cosas (en cierto modo es un deber civil). Lo que está mal es querer cambiar algo con una mágica campaña de marketing.


Hoy hay demasiado marketing en la política. Miniestrellitas de cinco minutos. Gente sin escrúpulos ni la constancia del poso que deja la historia, ni el conocimiento sobre la naturaleza humana, ni la evidente característica de la heterogeneidad humana; que lee una estadística y se abalanza sobre ese unicornio que es un BOE con poderes mágicos, para cambiar lo que la costumbre, la historia, las relaciones diarias de cientos de miles de personas (cada una de su madre y de su padre), han forjado en lo que vemos aquí y ahora.

No quiero decir con esto que no haya jóvenes que no tengan presentes estas cosas. Para mi la edad es como el género o la raza: no me da ninguna información. Los voluntariosos jinetes del cambio están llenos de buenas intenciones de consecuencias imprevistas. La historia nos da buena muestra de ello.

Mercado de esclavos moderno. Las buenas costumbres se resisten a morir.
Puede que sea por el número de días de sol al año que esta tierra ve crecer como setas en octubre a esta gente que dice «apartaos que esto se hace así». No sé. Flipadetes de última hora que creen que con Buen Rollo se pueden resolver conflictos antiguos y enrevesados. Gente peligrosísima que ven el mundo como un conflicto permanente entre buenos y malos. Caras bonitas que de pronto bajan a la calle y se encuentran con aquellos a quienes quieren ayudar, salvarlos de sí mismos, y en lugar de pétalos de rosas, se encuentran con que les lanzan insultos.

Brutal.
La culpa de esto la tiene El Gato al Agua, claro. En el momento en que se reproduce en la tele la conversación tabernaria cotidiana, se abre la veda para que en todas las teles se haga lo mismo. Así, cualquier indocumentado incapaz de medir sus palabras cree que sus palabras son gratuitas. Es fácil decir por la tele o ante tus colegas lo que la gente quiere oír. Lo difícil es repetirlo ante gente que te arrancaría los ojos a mordiscos.

Ah, pero se suponía que en este régimen de libertades existe la libertad de expresión. Ese es el cuento que se vende y los bobos pican. ¿Libertad de expresión? ¿Ante la masa enfurecida? ¿De qué guindo te has caído?

Del desarrollo teórico de cómo deben ser las cosas a la implacable realidad, hay un mundo. Parece que si un mentecato cualquiera, ladra un poco en la tele, lo que dice va a misa. Nada más lejos de la realidad. Salir a la palestra como portavoz de tus coleguis y decir las cuatro tonterías habituales sin pensar que en política tiende a infinito el número de factores que se escapan a tu control, es de una inocencia que sería tierna si no fuera porque realmente estos adalides del cambiarlo todo se creen sus propias pajas mentales.


Cuando la policía a la que se supone que debe odiar la saca de la masa, la chica llora. «De pena» diría después. Cagada de miedo, sabemos todos. Es lo malo que tiene la masa. Es lo malo de no leer a Ortega. Es lo malo de no leer en general. Tratar de domeñar a la masa con declaraciones medidas en todos los medios de las marujas, tratando de presentar una imagen irreal de uno mismo y pretender que no se va a pagar un peaje, es una fantasía. Una fantasmagoria de la mente, proyectada con la luz de años de Buen Rollo en un ambiente controlado.

¿A quién no le sucede esto? A los grises. La gente gris, con traje barato, no se mete en estas zarandajas. Sabe cómo malfunciona el sistema. Rubalcaba puede convencer a los incautos diciendo en un mitin que va a prenderle fuego al concordato con la Santa Sede. Alguno se lo cree. Otros saben que de ser así, tendría que dar algo a cambio. En política se trata de ceder y negociar para poder ganar. Y por muy cartero del Buen Rollo Infinito que seas y tengas pinta de ser un yerno excelente, hay gente que te odia. No hablo de quienes están en tu contra, sino de los tuyos. No hay odio más primigenio que el que se cuece en tu propia casa.

El que parte de una posición contraria, ya sabes cómo va a reaccionar. Sin embargo, es en tu propia casa donde se crean las contradicciones que mueven las butacas del auditorio. Buena parte de la acción política es crear y hacer ver contradicciones en tu adversario. Si eso lo haces en tu casa, en cinco minutos te encuentras a un montón de senadores apuñalándote. En el momento de la puñalada final, se puede ver en los ojos llorosos una pregunta: ¿por qué me hacéis esto? La respuesta la encontramos en la fábula del escorpión y la rana: no puedo no hacerte esto.


A ninguno de los protagonistas de la política joven y dinámica del Buen Rollo Infinito se le ha ocurrido preguntarse: ¿otro no ha pensado lo mismo que yo antes? Creer que mientras abres la boca y mueves la lengua estás construyendo una nueva historia, abriendo las puertas de la percepción, señalando el camino a un futuro mejor para todos, es inocente e indecente. Uno no se nombra a sí mismo protagonista de la historia, eso se decide décadas después de haber muerto.

El que fabrica balas, no mata a nadie, ¿verdad?
Y ahí es donde entra el papel de los medios de comunicación. Programas y diarios que conceden una visibilidad excesiva y concentrada. Esos tipos que «sólo informan» y después, cuando a su monstruíto le llaman «zorra» por la calle, hacen como que la cosa no va con ellos. Ay que ver la masa como es ¿eh? Esos eran cuatro, la gente en general es diferente. Efectivamente, amigos, estos tampoco han leído a Ortega. Te resumirán a Hessel en dos patadas, pero de leer a un Ortega, un Marañón  o un Madariaga, ni hablar. ¿Cómo van a leer a tipos culpables de los dos grandes «males» de España: ser español y ser liberal? Como estos intelectuales están borrados del presente, la gente cae en la trampa. Algo similar sucede a quienes piensan en el estímulo económico sin aprender las lecciones del crash del 29. En serio amigos, la historia ya está inventada. Entiendo que sea complicado entre escapaditas de fin de semana y Cumbres del Buen Rollo pararse a leer un poco. Pero tampoco es demasiado esfuerzo. Se puede empezar por el Critias y de ahí en adelante.


Ah, pero los grises no colaboran. El horario de máxima audiencia no está para hablar de Platón. Ni la escuela. La función de la tele es evadirse. La función de la escuela es producir herramientas humanas. Todos los intentos por tratar de cambiar el statu quo, realimentan al statu quo. Los maverick audaces con ganas de cambiar cosas, enseguida son asimilados por los grises. Como los Borg de Star Trek. Una vez que entras en el juego, el juego pasa a definirte.

¿Y entonces que hacer? Debes estar realmente desesperado para buscar respuestas aquí. Sí puedo apuntar a que históricamente cuando los que mandan y los que son mandados están muy lejos, suele haber sangre. Aunque esto tampoco es una regla de oro. Los libros de autoayuda dicen que para cambiar las grandes cosas se empieza por pequeños cambios. Los libros de autoayuda normalmente los escribe gente que no vale para otra cosa. Tiendo a pensar que no existen fórmulas mágicas y que, Dios mediante, la evolución de las especies seguirá su curso: el sol volverá a salir, los peces seguirán nadando y esos lemures-rata de Madagascar continuarán observando a los pájaros volar desde las copas de los árboles.


sábado, 16 de febrero de 2013

Cómo el capitalismo salvará a los elefantes

Es muy interesante ver cómo las instituciones afectan al medio que nos rodea. Tomar unas decisiones en lugar de otras tiene efectos palpables y medibles empíricamente.

Hablemos de elefantes africanos. En general estos elefantes son una especie amenazada, sin embargo la población de elefantes en unos lugares crece, mientras en otros desciende. Como hay consenso en que los elefantes no se deben extinguir, diferentes países implementaron políticas para protegerlos.

(Ethiriel Photography)
Seguro que intuís por dónde voy: aquellos países que siguen las recomendaciones de los ecologistas del Primer Mundo, son los que sufren la brutal y sangrienta pérdida de elefantes (y de vidas humanas, ojo). Tratar de comprender a la naturaleza desde una Cumbre Internacional del Buen Rollo es complicado, si a ello le sumas planteamientos económicos —y de la naturaleza humana— que tienden a la servidumbre, a la planificación central y al hacer las cosas porque sí; el resultado es un montón de consecuencias imprevistas.

El ejemplo de cómo tratan en Kenya y en Zimbabwe el asunto del marfil es muy gráfico. Kenya adoptó las recomendaciones internacionales del Buen Rollo y de la Pachamama y prohibió el tráfico de marfil.

Primera idea: prohibir algo no hace que ese algo desaparezca mágicamente.

La población de elefantes en Kenya descendió drásticamente en las últimas décadas. Solamente los elefantes situados en los parques nacionales están supervisados. No solo los furtivos acabaron con la población de elefantes fuera de los parques, sino que ahora la guerra se traslada al interior de ellos. Furtivos y guardias de las reservas están fuertemente armados, se pegan tiros, y hay muertos.


Zimbabwe hizo lo contrario: no proteger a los elefantes. En su lugar, la población local pasó a tener derechos de propiedad sobre las manadas cercanas. Si un monarca europeo o un jeque árabe quieren ir a cazar elefantes, pagan un buen dinero por cada uno. Ese dinero va a las arcas del pueblo donde lo cazan. Así, se paga a la escuela local, al médico, los sobornos a los funcionarios estatales para poder excavar un pozo, etc. La gente de la aldea tiene muchos incentivos para asegurarse de eliminar el furtivismo.

Segunda idea: nos movemos por incentivos.

En Kenya, los elefantes sólo preocupan a los funcionarios de los parques naturales. Con los medios disponibles, hacen lo que pueden y el elefante está muy amenazado. En Zimbabwe, los elefantes preocupan a todo el mundo, se crea un incentivo monetario y hoy en día el problema es que hay demasiados elefantes.

Lo triste es que en Zimbabwe no apliquen el mismo principio en otras áreas de su economía. Lo vergonzoso es que los bienintencionados ecologistas del primer mundo no aprendan que para salvar a a naturaleza, hay que ponerle un precio.

Elephants and ivory:

Banning ivory is the surest road to extinction for the African elephant, argue leaders in those countries. They believe the villagers can do more to protect the elephants and ensure the longevity of the species than costly centralized government programs can.


viernes, 15 de febrero de 2013

Meteoritos: el tamaño no importa (mucho)

Con razón se recomienda que durante un bombardeo, la gente ponga cinta adhesiva en los cristales y se aleje de las ventanas. La onda expansiva de un objeto veloz puede causar daños materiales a gran distancia.

Antiguamente, la Unión Soviética tenía un gran programa de defensa civil frente a ataques aéreos: refugios, simulacros, instrucciones en las escuelas... Esta madrugada un pequeño meteorito cayó cerca de Chelyabinsk.

Hay cientos de heridos, pero son miles las personas cuyo miedo ha aumentado respecto al miedo cotidiano con el que conviven. Este meteorito pasó desapercibido para los varios sistemas que hay en la Tierra dedicados a detectar amenazas que vienen del espacio.

¿Demasiado pequeño para poder detectarlo? No. Detectar objetos que amenazan a la Tierra no depende del tamaño de esos objetos, sino del dinero que se dedica a la vigilancia espacial. Como en cualquier cosa relacionada con el espacio, se trata de decisiones políticas.

El tamaño importa, pero también la velocidad

La masa de los meteoritos importa hasta cierto punto, pero no es lo único en que debemos fijarnos. Si estamos preocupados por la energía cinética que acumulan estos objetos (pues ello indica el tamaño de la explosión y sus consecuencias sobre la población), hay un punto en que en lugar del tamaño hay que fijarse en la velocidad que llevan.

Sea k los julios de energía cinética del objeto, m, su masa y v su velocidad respecto a la Tierra. Una ecuación básica para calcular el daño que provoca un meteorito es:

k = 0.5 * m * v²

Calcular la masa es complicado (composición, densidad, masa que se pierde en la entrada...), pero por ejemplo, el asteroide Geographos tiene un radio de 1 km y una masa aproximada de un millón y medio de kilogramos. La mayor velocidad alcanzada por un objeto hecho por el hombre (que se haya hecho público, claro), es de 70.220 m/s (la sonda Helios 2).

k = 0,5*1,5e6*70.220² = 3,7e15

Esta es la energía (julios) equivalente a 1 megaton (67 Hiroshimas). Pero si la velocidad de entrada es menor, digamos, en dos órdenes de magnitud.

k = 0,5*1,5e6*702² = 3,7e11

La energía es equivalente a 44 toneladas de TNT. Lo destruye todo en 300 metros a la redonda, sí, pero la diferencia con 67 Hiroshimas es ciclópea.

A mi me parece más importante conocer la velocidad que la masa de un objeto. Lamento que los redactores de las no-noticias no compartan mi criterio. Sé que es más pintón decir que tal meteorito es del tamaño de un bus o de una pelota de golf, pero, seamos serios, eso nos da poca información.


El granito de arena del Juicio Final

Pongamos un grano de arena de un gramo. Inofensivo ¿verdad? ¿Qué ocurre si se mueve a un 1% de la velocidad de la luz? Aquí la ecuación cambia (masa relativista, e es igual a m por c al cuadrado, esas cosas).

k = ((1/sqrt(1 - (v²/c²))) - 1) * m * c²

k = ((1/sqrt(1-0,01²))-1)*0,001*9e16 = 8,9e12

Que en julios equivale a unos 2 kilotones. No está mal para un grano de arena.

¿Qué pasa si en lugar de un 1% va a un 99% de la velocidad de la luz?

k = ((1/sqrt(1-99²))-1)*0,001*9e16 = 9,2e15

Que equivale a casi 2 megatones.

Para ser gráfico, pongamos que en lugar de un grano de arena, tenemos un coche de un diputado estrellándose a un 1% de c.

k = ((1/sqrt(1-0,01²))-1)*1.000*9e16 = 8,9e18

Unos 3 gigatones o si lo preferís, un terremoto de intensidad 9,5 en la escala de Richter.


¿Qué quiero decir con todo esto? Que la masa de los objetos que se mueven a altas velocidades sólo tiene mucha importancia si se mueven a muy altas velocidades. Los objetos naturales que chocan contra la Tierra suelen ser lentos, por lo que la masa (o tamaño) importa menos que su velocidad.

Adenda

Un virus malvado se está extendiendo por el Reino Unido. Parece la mutación de un viejo conocido. Es terrible, desde luego, pero no le llega ni a la altura del betún a la malaria. Cada minuto se muere un niño de malaria. Según la OMS más de 3.000 millones de personas están en riesgo de infectarse. Pero claro, como es cotidiano no es noticia. Además, no conocemos el nombre de esos niños. ¿Qué más te dará? No puedes entrevistarles ni son los hijos de nadie que te importe. Oh, pero eso sí, con el SARS sí se puede atemorizar a la población.


 

Actualizo: aquí los datos del meteorito que cayó en Rusia.