lunes, 29 de octubre de 2012

Espanya

Jaume Grau, en el diario Público, publica un contrafactual sobre la preponderancia catalana en España en lugar de la castellana. Como lo hace con ánimo político, se limita a coger todas las características de Castilla y traspasarlas a Cataluña y viceversa, con lo que le queda un pastiche.

El tema es más complicado que un simple cambio de papeles. En primer lugar, como todo contrafáctico, hay que escoger un punto de divergencia. Este punto debe ser plausible en términos históricos, es decir, algo que pudo haber pasado pero no pasó: una decisión, un hecho fortuito en una batalla, etc.

Para especular sobre la preponderancia catalana («Espanya»), me inclino por viajar hasta el siglo XI, época en la que Castilla empieza a aparecer en los mapas. A la muerte de Bermudo III, su cuñado, Fernando I se queda con el reino leonés, quien a su vez tras su muerte, trae la división de su reino entre sus herederos en Galicia, León y Castilla. Castilla de momento es un condado, pero en la plena Edad Media, un par de condes bien situados podían poner en jaque a un rey.

Por esa época, de guerras civiles leonesas, tenemos en oriente a Alfonso I de Aragón, quien en el primer tercio del siglo XII lleva la batuta de la Reconquista. Incluso -no olvidemos- su matrimonio don Doña Urraca lo convierte en «emperador de España» durante cinco años, hasta que la nobleza impugna su matrimonio y divide sus posesiones.

clamabanlo don Alfonso batallador porque en Espayna no ovo tan buen cavallero que veynte nueve batallas vençió

Este punto de divergencia es bastante bueno. El problema es que no sólo vemos a la nobleza en contra de tal acumulación de poder por su matrimonio, sino que incluso a su muerte, cuando tan solo era rey de Aragón y Navarra, al no dejar descendencia, le vuelven a dividir la finca (quería dejar el reino a las Órdenes Militares. Ucronistas, tomad nota). Así que estamos en una época en la que ser rey no es ser mucho.

Pero pongamos que consigue establecer una dinastía. A su muerte, su heredero recibiría toda la España cristiana. Aquí surge un problema que nos viene al pelo para el contrafactual: Doña Urraca ya tenía un hijo de su anterior matrimonio con Raimundo de Borgoña, legítimo heredero del reino de León: Alfonso Raimúndez, que en nuestra línea temporal lo conocemos como Alfonso VII, rey de León, emperador de España.

Supongamos que hay una guerra civil que enfrenta a los partidarios de la casa de Aragón con los de la casa de León. Supongamos que al final se pongan de acuerdo en sellar una paz que consiste en que el rey de León ceda los derechos del condado de Castilla al rey de Aragón (que recordemos, seguía teniendo Aragón y Navarra).

En nuestra línea temporal, en 1183, se firma el Tratado de Fresno y Lavandera, que marca los límites entre Castilla y León (aquí hablan del asunto). En la línea temporal alternativa, supongamos que existe un tratado similar entre León y Aragón. Bien, pues un tratado así, tendría consecuencias en las campañas de la Reconquista. Castilla era una región muy rica, que vendía lana a toda España y Europa. Aragón tendría más posibilidades de protagonizar la Reconquista, frenando el avance leonés por el occidente.


Pongamos que el reino de León acaba por el sur en la frontera entre Extremadura y Andalucía. También pongamos que el condado de Portugal se independiza del reino de Galicia (es que si no, sería demasiado difícil hacer el cuento).


Nos podemos imaginar cómo un rey aragonés establece la Escuela de Traductores de Toledo, cómo las tropas aragonesas toman Sevilla y cómo -debido al coste de la Reconquista- no pueden salir al Mediterráneo tanto como lo hicieron en nuestra línea temporal. Por su parte, el reino de León fortalece su lírica galaicoportuguesa y las rutas comerciales con el norte de Europa. Con el paso del tiempo, sería probable que Colón pernoctase en un monasterio almeriense, con monjes hablando catalán con acento andaluz, y que los Reyes Católicos (llamados Reis Catòlics), en esta línea temporal alternativa, fueran un monarca aragonés y otro leonés.

Con la aparición de la Reforma, el reino de León, al tener un mayor contacto comercial y cultural con el norte europeo, podría vivir algún tipo de problema religioso mayor que el que realmente sucedió en Castilla. Durante el reinado de los Austrias, ya en la Espanya unida con preponderancia aragonesa, crecería una capital geográficamente central en plena tierra reconquistada, pongamos que Teruel o Cuenca. El rey Carles I haría guerras de religión en Europa para defender la Verdadera Fe, pero la colonización de América sería más débil y menos expansiva. La leyenda negra tendría menos importancia. Espanya se volcaría más en el Mediterráneo, quién sabe si Cerdeña tendría hoy la misma consideración de españolidad que Mallorca. E incluso todo el Mezzogiorno.

En caso de darse una Guerra de Sucesión que cambiara la dinastía reinante, la continuidad geográfica con Francia, jugaría un papel de un mayor afrancesamiento de Espanya y no sería raro que una guerra más virulenta, con partidarios ingleses de la Casa de Austria recalando en puertos leoneses de Galicia.

Tras la Ilustración, al no tener tanta presencia en América, la pérdida del imperio de ultramar debido a la invasión napoleónica no afectaría tanto al ánimo espanyol. Hoy en día tendríamos a un Arturo Máis pidiendo un pacto fiscal y a un ministro diciendo que hay que espanyolizar a los gallegos.

El esquema sería parecido a esto:

Realidad - Contrafactual
España - Espanya
Madrid - Teruel
Barcelona - La Coruña
Valladolid - Barcelona
Palencia, Soria... - Reus, Gerona...
Cataluña - Galicia
Aragón - León
idioma castellano (español) - idioma catalán (espanyol)
idioma catalán - idioma gallego
idioma gallego - idioma castellano
Real Madrid - Club Deportivo Teruel
Barça - Deportivo de La Coruña
Pan con tomate - Pulpo á feira
Fraga - Pujol
Más o menos. Lo importante es que la mitad sur de Espanya también tendría un paro estratosférico.



9 comentarios:

Teseo dijo...

Me apunto a lo del Depor ganando la Champions con Messi, con Xavi y con Iniesta. El Celta seria algo así como el Girona...

...pero lo de comparar el pan tumaca con el pulpo... busca algo del mundo vegetal más intragable. Como los grelos, por ejemplo.

Lino Moinelo dijo...

Está bien, pero has heredado el mismo error que el contrafactual que has enlazado. El nacionalismo catalán hace como el superhéroe: crear a su supervillano, en este caso, el nacionalismo castellano.

Se asume de entrada conceptos como "castellano" o catalán", en la forma en como han sido modelados con el transcurso de siglos de Historia. Es decir, se introduce en la entrada parte del resultado, que ya conocemos. Aplicado a la Historia se llama "Falacia del Historiador".

En caso del castellano tiene algo de justificación, ha sido así y este es el resultado al que hemos llegado. Pero "lo castellano" en aquellos momentos de la Historia no tenía nada que ver con lo que es ahora. De la misma forma "lo catalán" no tenía nada que ver con lo que ahora se está difundiendo, por lo que asumir que si la Historia hubiera sido otra sería "lo catalán" lo preponderante, es una especulación que en este caso carece de rigor Histórico.

De hecho, "lo catalán" no era ni más ni menos que "lo castellano", pero en idioma occitano (castelan), lo que ocurre es que los suceos posteriores no tienen equivalencia. Lo más probable es que si en la coronoa de Aragón se hubiera normalizado y estandarizado "lo de aragón", como se hizo en la Corona de Castilla (o el reino aplicable) en tiempos de Alfonso X, hubiera tenido que acogerse a la literatura más importante que en aquellos momentos existía, que era la valenciana. Así que en ese contrafactual habría que cambiar "lo catalán", por "lo valenciano". Que cosas.
:-)

Pablo Otero dijo...

Error mío por no conocer prácticamente nada de la historia del Reino de Valencia.

Lino Moinelo dijo...

No hay problema, supongo que era complicarlo todo un poco más de la cuenta. La cuestión importante es que el contrafactual del blog de Público.es, está movido por motivos políticos, con lo cual el resultado es poco más que un panfleto.

Si tienes interés en el tema, podrás comprobar como en el estandar linguistico catalán inventado para la ocasión, han tenido que basarse en los clásicos valencianos como Ausias March o Joanot Martorell (Tirante el Blanco), los cuales por sus apellidos, a pesar de ser de ascendencia de lo que hoy se conoce como "Cataluña", explican en sus obras cosas como "Nación valenciana" o que escriben en "lengua valenciana". Realmente curioso. Otro detalle importante es que Jaime I no hablaba catalán, ni tan siquiera la variedad del occitano que en aquellos tiempos recibía tal nombre, allá en un rincón del sureste de la península. Nació en Montpellier de madre de dicho lugar, y hablaba occitano. Las cosas de la Historia.

Saludos

Enrique dijo...

A Lino:

Simplemente un par de matizaciones.

1) Lo de la "ascendencia catalana" del Reino de Valencia es bastante mítico. Es una falacia del catalanismo para "apropiarse" de unos siglos de esplendor valencianos que no existen en Cataluña/Barcelona.
La repoblación catalana en la reconquista no llegó al 5% según los registros de la época (Llibres d'Avehinaments), y supongo que llegarían caballeros muchas veces analfabetos y no trovadores ó maestros. Además, esa repoblación tampoco coincide con zonas lingüística ó culturalmente diferenciadas. Los Borgia procedían de Aragón y acabaron hablando valenciano en Italia (curiosamente se les insultaba llamándoles, entre otras cosas, "catalanes"). También existió una gran comunidad mozárabe en la Taifa de Valencia con hasta cuatro diócesis, que evidentemente no se marcharon tras la conquista cristiana. También se da el caso de muchos musulmanes conversos (por ejemplo, hubo un gobernador almohade de Valencia que acabó siendo vasallo de Jaime I con el apellido de "Bellvís"). Y finalmente también se da el caso de muchísimos musulmanes que permanecieron en Valencia. Recordemos que con el decreto de expulsión de 1600, el Reino de Valencia pierde un tercio de su población.
Es decir, que el esplendor cultural valenciano de esos siglos se debe más a razones geográficas, económicas, políticas (las leyes valencianas tampoco eran las mismas que las catalanas) y al sustrato cultural preexistente, que al hecho de que existiesen repobladores catalanes. Es decir, se habría dado igual en el caso de que los repobladores fuesen castellanos ó gallegos.
Pensemos en conquista y reconquista como intercambios entre mandamases locales. En muchos casos, con algo tan español como cambiarse de chaqueta. No hubo un "genocidio cultural" y tampoco afectó demasiado a las actividades del pueblo llano, salvo en el hecho de tener que pagar un diezmo a una iglesia ó a una mezquita.

2) Irónicamente el catalán actual tampoco se basa en esos clásicos. Realmente la gramática del ingeniero químico Pompeu Fabra se basa en el dialecto de Barcelona, que el considera el más "puro" y menos "castellanizado" (curiosamente, el nacionalismo catalán se muestra siempre muy centralizador). Y, por si acaso se le escapaba algún castellanismo, hace cosas como sustituir la "ch" valenciana por la "tx" vascuence.
Además, consideraba el valenciano y mallorquín formas poco "puras" que había que tratar de ir sustituyendo por sus normas, también con intenciones políticas.
¿Por qué se escoge la normativa de este hombre entonces?
Pues simplemente porque pertenecía al círculo de Prat de la Riba y la Lliga Regionalista. En Cataluña acabaron imponiendo esa normativa frente a la "Real Academia de Buenas Letras de Barcelona", pero en Valencia no se consiguió del todo. Y de ahí el conflicto lingüístico existente entre valenciano y catalán.

Es decir, que el catalanismo basa su lengua en el dialecto de la clase política dominante, pero luego también revindica autores clásicos que no escribían en esa variedad y que además consideraban una lengua y cultura distintas.
La solución: pues traducir esas obras al estándar político-lingüístico de ahora. No es broma.

Siento hacer estas aclaraciones porque estoy de acuerdo en sus comentarios así como en el fondo de la entrada. Pero lo consideraba necesario ya que es información que desgraciadamente no se conoce demasiado.

Lino Moinelo dijo...

Sr. "Unknonw", le agradezco algunos apuntes interesantes de los que ha comentado, aunque primeramente los contrastaré con otras fuentes. El resto ya lo conocía, pero no deseaba aburrir al personal. Realmente, y por desgracia, en el resto de España estas cosas no interesan (esta es la impresión que tengo) y lo peor de todo, es que algunos lo consideran otro tipo de victimismo, en este caso valenciano, no muy diferente ni más legitimado que otros como el catalán.

Como no quiero convertir esto en una pelea de gallos (aunque este no sea el caso, puede parecer que se parte con esa perspectiva, más que nada por la insididosa tendencia al maniqueismo que tenemos en España), prefiero que cada uno consulte las fuentes que crea convenientes, para que se de cuenta por sí mismo.



En cuanto al contenido de su comentario, el problema de muchos de los datos que ofrece, aunque son ciertos, no son concluyentes. El registro mozárabe existente es muy pobre. Aunque es obvio y así todos afirman, que la presencia mozárabe fue notoria en el reino de valencia, al contrario que en la reconquista de Castilla que se desplazó casi por completo a la población, si no hay pruebas físicas su utilidad es muy pobre.

Por eso creo que es mejor recurrir a lo obvio, que es que el origen de una lengua, aunque se pueda pensar que proviene de un único lugar (yendo al peor de los casos respecto al valenciano), no es suficiente para definir su posterior definición ni denominación (casos del inglés, proveniente del sajón, o del portugués, proveniente del latín vulgar hablado en Galicia). Por tanto, lo cierto y demostrable con pruebas físicas, es que independientemente que se quiera establecer un origen del valenciano fuera de lo que hoy son las fronteras de la Comunidad Valenciana, lo cierto es que incluso los descendientes de aquellas tierras consideraron su lengua como suya, y de eso de lo que se trata, de si la lengua de los valencianos es suya, o de quien es si no.

Y eso es lo que ocurre actualmente, que por motivos políticos la opinión valenciana no se tiene en cuenta, y la Historia poco importa si no hay un poder que la defienda. La idea es intentar establecer forzadamente un paralelismo con "lo castellano", el cual se asume que se "expandió" por la península, como le gusta pensar al nacionalismo castellano, aunque la realidad es que fue un cúmulo fortuito de circunstancias y de uniones y separaciones dinásticas, las que llevaron a la Corona de Castilla a su forma actual.

Es cierto que el actual estandar catalán está basado en los gustos de la oligarquía barcelonesa que era la más importante del momento, siendo este un error histórico, ya que si hubieran escogido una norma con una intención más cohesionadora (en lugar de "anexionadora"), el problema hoy en día sería muy distinto. Pero en todo caso, la base sintáctica y gramatical es la valenciana, ya que como el propio IEC defiende, el catalán (como cualquier otra lengua que pretenda serlo) según su teoría, sin la base literaria importante valenciana antigua, no sería nada. De hecho, sin el poder político que lo sustenta, no es nada.

Me temo que al final he podido aburrir. Lo siento.

Enrique dijo...

Completamente de acuerdo. Simplemente mi intención era añadir información por si terceras personas lo leían.

Personalmente me quedo con este párrafo:
"Por eso creo que es mejor recurrir a lo obvio, que es que el origen de una lengua, aunque se pueda pensar que proviene de un único lugar (yendo al peor de los casos respecto al valenciano), no es suficiente para definir su posterior definición ni denominación (casos del inglés, proveniente del sajón, o del portugués, proveniente del latín vulgar hablado en Galicia). Por tanto, lo cierto y demostrable con pruebas físicas, es que independientemente que se quiera establecer un origen del valenciano fuera de lo que hoy son las fronteras de la Comunidad Valenciana, lo cierto es que incluso los descendientes de aquellas tierras consideraron su lengua como suya, y de eso de lo que se trata, de si la lengua de los valencianos es suya, o de quien es si no."

Es que esa última frase es la clave de todo. Si los valencianos consideran una lengua y una cultura como propias, ya pueden decir misa que seguirán sin tener legitimidad para "quitárselas".
Es como si vamos a Portugal y a Brasil y les decimos que su lengua y su cultura en realidad son "gallegas" y que han vivido toda su vida en un error. Como poco se reirían de nosotros.

Evidentemente el debate no se zanja de una vez porque "la opinión valenciana no se tiene en cuenta". Pero ahí sí que añadiría: "...y la opinión catalana se tiene demasiado en cuenta."
Es que, si nos paramos a pensar, en España no se tiene en cuenta la opinión de ninguna región salvo País Vasco, Cataluña, y a veces el lugar de nacimiento del presidente de turno. Manda cojones que los que más reciben del sistema son los que más reniegan de él.

Saludos y encantado de conocerle.

Lino Moinelo dijo...

Encantado igualmente, Enrique

Pablo Otero dijo...

Lino describe perfectamente lo que me pasa a mi. Yo caigo en la contraposición del castellano frente al catalán, con lo que me cuesta entender que una lengua tuviera su origen en una latitud más meridional.

Es muy fácil y tentador recrear el relato de la Reconquista como un simple avance norte-sur. Esta simplificación pasa por alto todo el sistema imbricado de vasallajes y políticas extrañas medievales (y sobre todo, que Cataluña nunca fue gran cosa hasta el siglo XVIII).

Reconozco no tener en cuenta la influencia del nacionalismo catalán, que logra, en época muy reciente, articular un relato históricamente discutible.

Lamentablemente, tratar de poner de manifiesto el relato de las letras valencianas, es hoy tenido como una agresión o ataque contra Cataluña. Al menos por un sector político que cuenta con grandes altavoces y mucha influencia en planes de estudio y política cultural.