jueves, 29 de marzo de 2012

El autoabastecimiento alimentario genera hambre

Estaba leyendo una noticia relacionada con el impuesto robolucionario de sindicalistas criminales, cuando me fijo que en Noticias de Álava hablan del desarrollo del nuevo plan de ordenación urbana de Vitoria. Ahí, la expresión "autoabastecimiento alimentario" centró mi atención exactamente igual que si leyera una noticia sobre una carrera universitaria de echadores de cartas, mimos, homeópatas, vudú y teleoperadores.

Resulta que en el plan de ordenación urbana, se ha presentado una propuesta de reserva de parcelas para lograr la autosuficiencia alimentaria. Todavía es pronto para saber a quién se refieren o de qué parcelas se trata. Es igual: el daño ya está hecho. Que la gente proponga a sus ayuntamientos cualquier cosa, me da bastante igual, siempre y cuando eso no afecte al trabajo cotidiano y por tanto, perjudique a otros. Creo que un ayuntamiento debe escuchar a todos los ciudadanos, por muy idiotas que sean sus peticiones.

Llevan 40 años moviendo a la derecha el pico de Hubbert. Cansinos.
Vitoria tiene un "Plan de Lucha contra el Cambio Climático (2010-2020)", que hace las delicias de cualquier amante de los mapas, tablas de datos y conclusiones precipitadas. Debo aplaudir la cantidad de esfuerzo y dinero que se dedica a ciertos temas, pero lamento que ese esfuerzo y dinero no se dedique a otros. Cuestión de preferencias. Menciono lo de ese Plan, porque en él se trazan las vías para conseguir de la ciudad el objetivo "ciudad neutra de carbono". No sé si se dice así, tengo mala memoria para las chorradas. Tanto este Plan como lo de la autosuficiencia alimentaria, son cositas que van en sintonía con la moda de la "crisis alimentaria, energética y social" (meten ahí lo de social, porque pinta mucho; aunque nadie sepa a qué diablos se refieren).

Esta moda tiene mucho éxito entre la gente que sabe leer y escribir de los gobiernos indigenistas bolivarianos, y es importada como lo más "top" de los conocidos maleantes de la extrema izquierda europea. La moda de la autosuficiencia es la última forma de atacar la división del trabajo y el mercado libre internacional.

John Seymour, uno de los profetas de la autosuficiencia, dice en su bestseller "Como hacer el ridículo y morir de hambre y disentería" (perdón, el título es La vida en el campo y el horticultor autosuficiente):
La autosuficiencia o autoabastecimiento alimentario no significa un retroceso a un pasado idealizado en el que las personas se afanaban por conseguir los alimentos por medios primitivos y se quemaban unos a otros, sospechosos de brujería. Es el progreso hacia una nueva y mejor calidad de vida, hacia una vida mas grata que el ciclo superespecializado de la oficina o de la fábrica, hacia una vida que devuelve al trabajo el aliciente y la iniciativa diaria, que trae consigo variedad, grandes éxitos en ocasiones y enormes fracasos en otras. Significa la aceptación de una responsabilidad plena por lo que se hace o se deja de hacer, y una de sus mayores compensaciones es la alegría que nace de ver el desarrollo completo de cada tarea, desde sembrar el propio trigo hasta comer el propio pan; desde plantar un campo de forraje para cerdos hasta cortar una lonja de tocino.
Estoy de acuerdo en que es muy satisfactorio tener una mata de tomate y ver crecer su fruto. Si encima te lo comes, consigues un alto grado de realización personal. En caso de que vivas en el campo, incluso yo veo como algo positivo tener un pequeño huerto: haces ejercicio, si tienes estudios superiores es probable que sepas lo que comes, practicas tu afición al aire libre,... muchas cosas positivas.

El problema surge cuando se trata de hacer esto de forma generalizada. En la historia reciente, hemos tenido incontables intentos de procurar un sistema de producción y alimentación de masas, de forma dirigida por una autoridad. Siempre fracasaron. Desde los falansterios, que se llenaron de indolentes que no daban palo al agua, pasando por granjas de sectas pseudocristianas en Estados Unidos donde el líder suele acabar abusando sexualmente de docenas de personas y animales a lo loco, hasta, por supuesto, la gloria soviética que supuso usar ese sistema como castigo político (Holodomor) o no (koljoses), pero que a su vez causó millones de muertes.

No tiene nada que ver con el tema, pero me pareció curioso.
Este último sistema es el que más ha permanecido en el tiempo. Una vez que asesinas a decenas de millones usando el hambre, y una vez que tienes a millones de esclavos trabajando para ti, más o menos llegas a cuadrar el consumo calórico con la producción alimentaria. Esta es la única forma en que la autosuficiencia puede permanecer en el tiempo. Por supuesto que tu producción será muy inferior a la que puedes obtener si dejas que la gente se dedique a lo que le de la gana. Si los dejas comerciar libremente en un sistema de intercambio de información, como es un mercado con libertad de precios, te ahorras muchos gastos de administración y producción, varías la dieta, consigues más eficiencia y, encima, liberas mano de obra para hacer autopistas, naves espaciales y mundiales de fútbol.

Hay otro pequeño problema que los amantes de la autosuficiencia alimentaria pasan por alto. Sus esfuerzos por controlar e impedir el comercio, condenan a millones de personas a hambrunas cíclicas en África. Quienes quieren cerrarse en banda, defienden políticas proteccionistas que blindan nuestro mercado a productos extranjeros. Temen con horror que en cualquier supermercado podamos comprar coles de Malawi o rúcula de Eritrea. Proteger nuestra producción, significa no poder comprar lo mismo más barato y significa que otros no puedan adquirir nuestros productos más elaborados. Productos que probablemente necesiten para que puedan producir en masa.

Con todo este dinero, ya tendríamos una colonia permanente en Marte.
La protección a la agricultura es la principal política -en gasto- que aplican la UE y los EEUU y la principal causa de muerte en el mundo. Esto no se puede llevar a cabo si no ofrecemos también a los muertos de hambre, ayuda humanitaria, pequeños dictadorzuelos y armas baratas. Últimamente, gracias a China, incluso nos estamos ahorrando pasta en exportaciones grises de armas.

Me resulta harto curiosa la disonancia cognitiva de quienes defienden la autosuficiencia alimentaria. Protestan porque en el mundo hay hambre que culpan a la superpoblación y al calentamiento global antropogénico (como si culpan a la Santa Compaña y al Ratoncito Pérez). Si alguna vez leyeran algo más que basura pseudocomunista, comprenderían que en el mundo hay hambre porque mantenemos de forma artificial nuestra producción en el sector primario, porque no dejamos progresar a los países pobres (les llaman países "empobrecidos", los muy paletos) y porque hacemos esfuerzos porque se maten entre ellos y no puedan aparecer mercados.

En conclusión: los comeflores bienintencionados, buscando combatir a productos de su imaginación, procuran un sistema más extremo que el que causa el hambre y defienden nuestros gobiernos. Ese sistema sólo funciona con una dirección política férrea. Ese sistema se intentó y mató a millones de personas. La autosuficiencia alimentaria es la nueva ola del comunismo hippy, de los extremistas ecologistas.

Si hacemos nuestra la causa de combatir el hambre en el mundo, indefectiblemente nuestra causa será la del mercado libre y la libertad política.

miércoles, 28 de marzo de 2012

UE amenaza con multar a aerolíneas subvencionadas

Dice el Pedrojota: «la Comisión de Transporte del Parlamento Europeo ha pedido este martes que se impongan multas a las aerolíneas que dejen de operar en los aeropuertos regionales antes de tiempo y tras beneficiarse de ayudas públicas».

Parece una versión europea de La rebelión de Atlas. No se trata de empresas dignas de elogio que ante el gobierno dicen "from my cold dead hands!". No. En Europa el sistema es tan purulento, que aquí se trata de amenazar con multas a empresas que en su día recibieron subsidios. Es decir, los eurobrutos primero les insuflan dinero público para que operen en aeropuertos levantados sin un plan de viabilidad de negocio ("no han entendido nada", dijo Paco Camps en la inauguración del aeropuerto peatonal de Castellón), y luego, cuando ya no quieren seguir pagando, porque entre otras cosas, no hay dinero, cogen, y les amenazan con multarles si dejan de operar.

Datos de 2009. No busco datos más recientes, por vergüenza ajena. Vía Jon Kepa
Que no me quejo de que las multen si se van "antes de tiempo". Ahí debe haber un contrato, y si se incumple debe haber cláusulas de rescisión. Mi punto es que en una actividad totalmente ajena a intercambios de mercado, los eurobrutos reaccionen por impulsos: "ahora os vamos a multar". ¿Qué clase de cachondeo es este? ¿Quién multa a los eurobrutos por, en primer lugar, conceder los subsidios? Mejor aún: ¿quién multa a los visionarios que deciden levantar un aeropuerto a tiro de piedra de catorce aeropuertos más?

Mucho me temo que nadie. No existen mecanismos de control de la actividad europarlamentaria. No al menos a un nivel en que los ciudadanos puedan enterarse de lo que pasa y castigar conductas. La democracia a la europea me da tanta seguridad como la democracia popular.


¿En los programas de ayudas públicas se contempla alguna vez cómo va a reaccionar la gente? ¿O acaso creen que un aeropuerto con aviones, por arte de magia, atrae a pasajeros? Buf, he dicho "un aeropuerto con aviones", creo que voy muy rápido.

La cosa no se acaba ahí. La noticia del Pedrojota -en realidad, de EFE- tiene más miga jugosa y blandita.
Pese a reconocer la importancia de los aeropuertos regionales, los eurodiputados advierten de los problemas que se derivan del exceso de aeropuertos regionales.
Primera idea-fuerza: "los aeropuertos regionales son importantes". ¿Por qué? Niño, no seas impertinente. Segunda idea-fuerza: "si hay muchos aeropuertos regionales, surgen problemas". Es decir, hay que levantar aeropuertos, pero no muchos. ¿Cómo calcula esta gente, sin información del mercado, la cantidad de aeropuertos necesarios? ¿Lo harán como en las aldeas hace décadas: con una romana o un cajón de celemines?

-Así a ojo, aquí hacen falta de tres a cinco aeropuertos.
-Póngame cuatro y estamos en paz.

Esta gente tiene asumido e implantado a fuego el imposible cálculo económico socialista. Y encima, siguiendo una jerarquía no vertical: distintas administraciones tienen iguales competencias. Lo que haga cada una es como una caja negra. Si hay una coordinación de infraestructuras a nivel nacional, parece que no se nota. Es más: aquí se trata de tener una coordinación a nivel europeo. Alguien que cuando se levantan aeropuertos públicos diga: "me parece regular que haya aeropuertos en Vigo, Oporto y Santiago". Por poner un ejemplo de quinto de egebé.

El drama sigue:
Los eurodiputados recalcan que buena parte de los aeropuertos regionales necesitan ser financiados con dinero público para mantener unos servicios que consideran un bien común.
Ellos, que desayunan con el Doctor Extraño y se van de cañas con Ganesha, deciden lo que es un bien común. La realidad, que es muy puñetera, les enseña aeropuertos vacíos. ¿Si es un bien común, cómo es que no va nadie a esos sitios, pedazo de Einsteins?

Sólo queda el consuelo de saber que son unos vagos:
El texto debe pasar ahora por el Pleno de la Eurocámara para su aprobación, previsiblemente en la sesión que se celebrará en Bruselas el próximo 10 de mayo.
Hacen la propuesta en marzo, y hasta mayo no la votan. Panda de sinvergüenzas.

-Un momento, ignoras el proceso legislativo a nivel europeo. Estas propuestas tienen que pasar por muchos trámites y recibir enmiendas de mucha gente y administraciones.
-Si el sistema es tan complicado, es que está mal hecho.

lunes, 26 de marzo de 2012

El PP ha tocado techo

Ninguno gobernará donde gana. España y yo somos así, Antoñito. No os aburriré dando datos, tan solo diré que en un escenario de alta abstención, el PP presentando a Arenas por cuarta vez, consigue ganar pero los andaluces presumiblemente verán un gobierno PSOE+IU. En Asturias gana el PSOE, pero probablemente gobernará FAC+PP.


En Asturias, si tomamos a FAC como un partido de díscolos del PP, la cosa no tiene mucha miga. Es Andalucía el tema importante.

En un primer momento, se confirma la tesis valenciana y catalana que dice que la corrupción no importa al electorado. Una segunda lectura me lleva a pensar que las medidas de ajuste de Rajoy, le pasan más factura de la que reflejaban los sondeos. La tercera lectura, como visión de conjunto, nos indica la desafección por la política. Aquí reconozco que el candidato del PSOE en Asturias, tiene razón cuando lo destaca en su rueda de prensa.

Una desafección que sigue sin ser analizada debidamente. Una desafección que, con cifras macroeconómicas propias de un conflicto bélico, siempre en la historia ha dado lugar al surgimiento de posiciones extremas y no democráticas. El aumento de voto a IU es una pequeña muestra del serio riesgo de inclinación por opciones políticas totalitarias.


La gente ha votado y todos tienen motivos de preocupación. Se puede hablar de las redes clientelares, del robo a manos llenas, de las traductoras de rumano y de la cocaína. Da igual. El votante medio no juzga moralmente, prefiere seguir recibiendo el sobrecito. Tal vez exagero, pero esto pasa en las cuatro esquinas de la piel de toro.

Me acuerdo de un chaval que no soportaba a su padre. Con su madre se llevaba bien, pero su padre llegaba borracho a casa y le pegaba soberanas palizas. Lo odiaba, lo odiaba profundamente. Cuando cumplió cierta edad, harto, dejó la casa de sus padres. Pasaron los años y le llegó la noticia del fallecimiento de su madre. No reaccionó. Se maldijo a sí mismo por no derramar ni una lágrima, pero no pudo llorar. Al cabo de unos años, recibió la noticia del fallecimiento de su padre. No tenía más familia así que fue él solo al entierro. De pronto, ante la tumba de su padre, cayó de rodillas y empezó a llorar. Lloró hasta quedarse sin aliento. No se lo explicaba en aquel momento. Con el paso del tiempo, comprendió que el odio a su padre era la única cosa que le quedaba. Era, casi, lo único que le definía. Y ahora que no estaba su padre, su vida ya no tenía tanto sentido.

El PSOE ha perdido mucho, muchísimo en Andalucía, pero no lo suficiente. El PP, construido de forma estúpida para morder más de lo que puede tragar, parece ignorar que sólo le sirve gobernar con mayoría absoluta. En todas partes. La gente debe saber que esto no es normal. En los países normales, hay debates, pactos, acuerdos.

Ahora están en el máximo nivel de poder de su historia, esto creo que les hará vivir una mentira. La mentira de que no necesitan cambios.


Creo que el PP ha tocado techo. Si la opción política de derechas quiere subir sus votos, debe poder hablar con varias voces. No sé qué estrategia deben seguir. Pero en principio hay dos: la compartimentalización o la división ideológica. Para dividirse ideológicamente, primero tendrían que tener una ideología. Ser el mal imitador del PSOE no les funciona. Por su parte, la compartimentalización o regionalización del partido, aunque lógico en una formación de derechas, aquí en España está muy mal vista por el voto conservador. Existe una tendencia indisimulada a asignar una etiqueta a cualquier idea política. En este caso, el estado centralista "es de derechas". En todo el mundo es al revés, pero España es especial. Poco importa si en la práctica política el PP es fuertemente descentralizador, lo que importa son las apariencias. Tenemos a mendrugos en política. Y cuanto más mendrugos, más suben. Y la gente les vota. O se queda en sus casas, que es como votarles despacito.

Si no fuera por el funcionamiento del entramado partidista en las instituciones, sería más fácil la aparición de nuevos partidos. El cambio del entramado partidista en las instituciones sólo puede surgir de los propios partidos que ya están en el poder, por lo que no ocurrirá. Y así, amigos, con 5 millones de parados, con una generación de españoles más pobre que la anterior, con la visión de unos partidos que solo se distinguen por los colorines, con un nulo juicio moral a los políticos y sin una salida a la enfermedad socioeconómica crónica de España a la vista, es como se van poniendo los ladrillitos de un sistema que será régimen de libertades en lo formal, pero que ninguna persona con dos dedos de frente puede defender. Y no hablo de lo último, de lo del petróleo de Canarias: existe la posibilidad de que tengamos una nueva fuente de petróleo, y lo primero que hacen los de siempre, es protestar. Hace falta ser rematadamente gilipollas. Con perdón.


El PP tiene muchos motivos para darse cabezazos contra la pared. Arenas los tiene para irse a Kuala Lumpur y no volver. Me dicen que Griñán le está pidiendo a todo aquel con quien se cruza que, por favor, le pellizque. Quienes nos esforzamos por decir que de aquí se sale, vemos cómo cada vez que se les da una oportunidad a los políticos profesionales, la cagan. El PP ha tocado techo. El PSOE es un zombi que se resiste a morir. Ante ellos se extiende una masa harapienta con móviles de última generación.

Afortunadamente, mañana, como cada día, volverán a abrir los comedores de Cáritas.




Duración regímenes socialistas extinguidos:

Alemania Oriental 1949-1990, 41 años
Albania, Yugoslavia 1945-1992, 47 años
Angola 1975-1992, 17 años
Bulgaria 1944-1989, 45 años
Camboya, Seychelles 1979-1993, 14 años
Checoslovaquia, Polonia, Rumanía 1948-1989, 41 años
Congo 1970-1991, 21 años
Etiopía, Mozambique 1975-1991, 16 años
Hungría 1945-1989, 44 años
Libia 1977-2011, 34 años
Mongolia 1922-1990, 68 años
URSS 1922-1991, 69 años
Yemen del Sur 1974-1990, 16 años

Duración regímenes socialistas actuales:

RPD China 1949, 63 años
RDP Corea 1948, 64 años
Cuba 1959, 53 años
Laos 1975, 37 años
Vietnam 1954, 58 años
Andalucía 1978, 34 años




sábado, 24 de marzo de 2012

Sí a la vida

Tarde estupenda de sol en Madrid. El tiempo acompañó a la gente que sale a pasear. Las terrazas estaban a reventar por todo el centro. Según me acercaba a la Puerta del Sol -evité el metro de Sol Galaxy Note porque me esperaba un tapón de gente-, por la calle Montera, los eternos "cash for gold", las prostitutas agazapadas y malandrines de diverso pelaje, se confundían en una marea humana que salía de compras, inundaba las terrazas, etc. Lo que viene siendo un sábado en Madrid.

Ya en la Puerta del Sol no me pude mover mucho, no soy de esa gente que va de un lado a otro tocándole los huevos al personal. Desde una esquina, comprobé que había una multitud con globitos de La Razón y carteles con margaritas del ABC. Por el medio, vagabundeaban periodistas de radio y televisión. Vade retro.

Saqué unas fotos que podéis ver en este set de mi flickr. Son todas muy parecidas.
La verdad es que se lo montaron muy bien. Los organizadores no tuvieron problemas de sonido ni de imagen. Una enorme pantalla conseguía que nadie se perdiera detalle del carrusel de invitados que presentaban Miguel Ángel Tobías y Alejandra Prat. Por cierto, ambos con muchas tablas y muy profesionales. Se aprovechó también la pantalla para pasar vídeos con testimonios de personas, etc. De vez en cuando amenizaba la concentración Nena Daconte y unos tipos que tocaban canciones de los Beatles más mal que bien. Para gustos, colores.

Alejandra Prat, Irene Villa
y el hijo de Irene Villa
El tipo de gente que había era variado como la vida misma. En cantidad, destacaban familias con niños y abueletes cogidos del brazo. También había una cantidad no menos despreciable de jovenzuelos y jovenzuelas en edad de empezar a retozar y, una sorprendente cantidad de milfs. Lo que me indica que ya es primavera en elcorteinglés.

Había gente recogiendo firmas para algo sobre ETA, no me enteré muy bien. Y niñas pidiendo para la organización con huchas. Otros pedían para sí mismos. A un lado se veían banderas de España con el Sagrado Corazón y uno de estos partidos que no los vota nadie tenía a gente con pancartas.

Se habló de acompañar a las embarazadas, se reconoció la nunca bien merecida labor que hacen los abuelos, se reivindicó la dignidad de la persona sea cual fuera su circunstancia y condición y hubo momentos de acompañar en el dolor a las víctimas del terrorismo.

La reivindicación de la vida nunca sobra ni está de más, máxime, cuando vivimos en un mundo en que a los terroristas se les perdona y permitimos que existan campos masivos de exterminio. La reivindicación de la vida tampoco está de más cuando hay gente que por razones médicas o económicas se ve arrinconada y señalada. Hay quien puede concentrar todo esto en el tema del aborto, pero reivindicar la vida y la dignidad de la persona, nos obliga a ir más allá. Nos obliga a hacernos preguntas sobre lo que significa vivir. Para quienes queráis escarbar en el tema y en su aplicación práctica, recomiendo leer cómo define el Tribunal Europeo de Justicia de Luxemburgo la vida. Y luego comparáis si las leyes españolas van acorde a su definición. Os doy un adelanto: las personas no se pueden patentar y no pueden ser propiedad de nadie. Esto parte de las células embrionarias, pero se ramifica hasta llegar a la trata de blancas, la esclavitud sexual y demás. Estar a favor de la vida en los términos de esta concentración, no es sólo hablar del aborto (dudo que los que estábamos allí pensemos lo mismo sobre el tema), sino de la dignidad de la persona, sea cual sea su situación. ¿Qué tema puede ser más importante que éste?

No entiendo por qué tendemos a buscar excusas para ponernos en contra de algo. Si lo que te une a otros es mucho más de lo que te separa, por muy importante que sea lo que te separa, siempre hay un medio en el que se pueden hablar las cosas.




viernes, 23 de marzo de 2012

A favor de la vacunación obligatoria

Hay gente completamente chiflada que está en contra de la vacunación porque le sale de ahí. Gente que va por la calle viendo mandorlas místicas y que por regla general escucha voces que le dicen cosas perversas.

En un primer momento, obligar a la gente -a los niños- a vacunarse suena como un ataque odioso contra la libertad de elección. Un ataque contra la misma libertad de suicidarte que algunos defienden. Vaya por delante que la libertad de suicidarte no la considero una libertad, ya que la vida es anterior a la existencia de la libertad. Lo que no está vivo no puede ser libre, Lovecraft discutiría esta idea, pero a nosotros nos vale.


Dentro de lo grave que es elegir suicidarte o tener una conducta que te hace proclive a morir en un aspecto vital fácilmente remediable (hay gente proclive a morir que no lo puede remediar, como los soldados en combate, por ejemplo), la cosa no sería muy grave porque no pasa de afectarte a ti (bueno, a algunos sí nos parece muy grave, pero hay gente que cree que es propietaria de su cuerpo o algo). Este punto es muy importante. Retenedlo.

Las vacunas persiguen la inmunización frente a enfermedades. Hay varios tipos de enfermedades que se reproducen de forma diferente en cada caso: hay enfermedades infecciosas no contagiosas y las hay contagiosas. Nos centramos concretamente en las contagiosas humano-humano. Los individuos vacunados están inmunizados frente a esa enfermedad. Se pueden contagiar, pero la memoria inmune hace que sus defensas combatan a los virus malvados. ¿No sabes lo que es la memoria inmune, ni un virus malvado? Oh, vaya.

Los chiflados que no vacunan a sus hijos dicen que no han tenido esa enfermedad, con lo que las vacunas son un invento que no valen para nada. Se ajustan los chakras y siguen caminando tan ufanos. Estos tarados desconocen lo que es la inmunidad de grupo. Señora, sus hijos no se han contagiado porque los hijos de los demás sí están vacunados.

La inmunidad de grupo es un problema matemático o médico-matemático muy interesante: si en una población vacunas hasta cierto número de personas (límite de inmunidad grupal), aritméticamente impides que los no vacunados se contagien. Es decir, rompes las posibles cadenas de contagio. Pensad en una persona no vacunada rodeada de vacunados. Los vacunados actúan como cortafuegos, en tal medida, que le pueden estar salvando la vida.

Le damos la vuelta a la cosa: si en una población hay unos poquitos vacunados, pero no hay brote epidémico, nadie nota nada. Imaginemos que llega una patera con enfermos. Los no vacunados enfermarán y alguno palmará. "Bueno", diréis, "han elegido libremente no vacunarse, sabrán lo que hacen".

Memeces.

A esa gente que "elige libremente no vacunarse" se le debe aplicar el código penal donde habla de intento de homicidio, como mínimo. Hay gente que no puede elegir vacunarse porque le está contraindicado: inmunodeficientes, embarazadas,... estas personas se protegen de ciertas enfermedades contagiosas por efecto de la inmunidad de grupo. Si en una población, los chiflados son mayoría, están arriesgando la vida de terceros. No hay más. Es decir, no eres libre para elegir no vacunarte en tanto no vacunarte pone en riesgo vidas ajenas. Punto. La vida es anterior a cualquier mandorla mística y a cualquier chakra revoltoso. No me importan ni tu credo ni tus supersticiones tardoneolíticas. Te tienen que coger y vacunarte a la fuerza por las mismas razones que se te debe impedir abrirle la cabeza con una piedra a un niño en un parque.

Oh, ¿así que en la facultad de misticismo te enseñaron medicina natural? Cuéntame más.

Evidentemente hay ciertos puntos/problemas de caracter técnico: la mutación de los virus, la existencia de vacunas para enfermedades no contagiosas (en este caso no apoyo la obligación de la vacuna), la posibilidad de que existan otro tipo de protecciones para sectores de riesgo específicos (bebés que se van quedando sin anticuerpos de la mamá), el efecto social que produce la falsa seguridad, que la medicina no es magia, sino ciencia con un montón de variables, que hay que investigar continuamente... pero creo que mi punto queda claro.

En España, la vacunación es voluntaria. Los médicos se supone que deben explicar a los padres cómo funciona la vacunación, etc. Este es un punto buenista de la ley. ¿Qué le vas a explicar a gente que se ata los cordones de los zapatos de puro milagro? Que no digo que no se explique nada, pero me río yo de que la gente entienda las explicaciones.

Sí, exagero a propósito

Es cierto que el número de chiflados antivacunas está por debajo del límite de inmunidad grupal (según la vacuna, ronda entre el ~5% y el 30% de una población), así que no hay motivo para aplicar la obligación, pero bueno, estas cosas hay que debatirlas.

Hacia atrás como los cangrejos:
...el jefe del servicio de Pediatría del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, Manuel Sánchez-Solís de Querol, ha alertado de la llegada a España de las "Pox party" o "Measles party", que es como se conoce a las fiestas de la varicela o el sarampión, una tendencia que se ha puesto de moda en los países anglosajones. Se trata de fiestas infantiles organizadas por los padres del niño enfermo para contagiar al resto de invitados con el objetivo de que así pasen el virus cuanto antes. 

jueves, 22 de marzo de 2012

¿La ley nos hace libres o no?

La planificación no me gusta por muchos motivos. La mayoría son motivos relacionados con la eficiencia en la administración de recursos escasos. Reconozco que soy egoísta y quiero vivir mejor, y lo que mejor cuadra para prosperar es la libre competencia y la libre iniciativa.

Entiendo que estos son motivos materiales, tangibles: funciona mejor no planificar que planificar. Pero hay un motivo, digamos, superior. Según la escala de valores de cada uno, será más importante o menos, pero para mi es más importante entre otras cosas por ser católico y haber leído un poquito de historia. A este motivo lo podríamos clasificar como formal. La propia esencia, el propio fundamento, de la planificación económica, siempre exige formas de control social.

Es fácil decir que el control social es inevitable. Es más, existe de forma natural en todos los seres vivos. El problema surge cuando este control no responde a la evolución natural de las cosas. El concepto de "evolución natural de las cosas", lo empleo teniendo presente la teoría moderna de la evolución: la evolución no es dirigida. No tiene un fin. Así que las formas de control social evolucionan: se crean, se transforman y van pasando por la historia. Se adaptan a las circunstancias. Van quedando las formas de control social más exitosas. Por ejemplo: no ir desnudo por la calle.

Y esto es un proceso natural: no hacen falta leyes que digan que no puedes ir en pelotas por la calle. Basta la primera gripe para convencerte de que te conviene vestirte. Pero te conviene a ti, exhibicionista, vestirte, si no quieres enfermar. Que le convenga o no a los demás, es lo de menos.

Cómo elegimos

El hombre es un ser vivo que está en la naturaleza. Tiene cierta herencia que le indica cuándo es mejor comer una manzana. Yo prefiero una manzana madura a una verde o podrida. El sabor y la textura me ayudan a elegir, el riesgo de sufrir indigestión, también.

¿Qué ocurre cuando puedo elegir entre dos manzanas similares? Que aparece el mercado. No soy un experto en manzanas, tan solo poseo instintos naturales, ¿qué proceso mental hago para elegir una u otra manzana? Me fijo en el precio, en la presentación o me dejo convencer por lo que me transmite el vendedor de manzanas. Ante una elección que en medio del monte es aleatoria, en el mercado obtengo más información con la que tomar una decisión.


El mercado no lo inventa nadie, ya estaba ahí. Podemos ser más sofisticados y en lugar de manzanas hablar de proveedores de internet. El proceso mental es el mismo. Nos basamos en elecciones constantes. No ignoro que salimos más beneficiados cuando poseemos más información: observando un lado de una manzana puede que tenga un aspecto apetitoso, pero detrás, en la parte que no ves, a lo mejor hay un agujero de gusano.

Imaginemos que hay dos puestos de manzanas. Uno, no te deja tocarlas. De forma natural acabarás prefiriendo el puesto que te deja comprobar si las manzanas tienen inquilino... a no ser que el otro puesto las venda tan baratas, que te compense arriesgarte a llevar un gusano a casa. Pero incluso compensándote por precio correr ese riesgo, puede que el puesto de las manzanas "buenas" tenga un vendedor que te convenza por su labia, su apariencia o...

Nuestro cerebro maneja millones de variables en segundos. Millones de años de evolución te han llevado hasta la calle de las manzanas para que tomes la mejor decisión posible de acuerdo a tu instinto de supervivencia. Un instinto de supervivencia que, sin riesgo inminente a nuestro alrededor, llamamos gusto.

Por qué elegimos

Del motivo material por el que estoy en contra de la planificación, paso al motivo formal: no me gusta alterar la naturaleza mediante el control. No me gusta porque no me parece éticamente aceptable.

Los planificadores de todo signo y condición a lo largo de la historia, están motivados: primero, para ellos y los suyos, vivir mejor; y segundo (recientemente): para que todos vivamos mejor.

Todo planificador tiene tendencia a querer el poder. Cree que es capaz de decirle a la gente cómo vivir mejor. Rechaza la inteligencia natural de la gente, la menosprecia e impone coactivamente su gran plan. Toda variable que altere el plan debe ser combatida. El fin justifica los medios.

Los líderes planificadores resuelven las pequeñas disputas de los individuos, creando un nuevo centro de atención. Quitar a la gente su capacidad de elegir supone encerrarles, hacerles prisioneros. Creo que es mejor, más humanitario, dejar que la gente llegue a acuerdos. Si por el camino hay disputas o problemas, se pueden resolver sin que ello obligue a planificar de antemano (toda planificación es de antemano, como si existieran bolas mágicas que digan lo que sucede en el futuro). Rechazo la idea de que se puedan planear las elecciones individuales.

Más aún: si tuviéramos un ordenador celestial que previera todos nuestros pasos, (con permiso de Heisenberg, claro), yo por lo menos, empezaría a actuar en contra de mis intereses, de mis instintos naturales. Me irá peor, pero rechazo la idea de ser dirigido. En mi revuelta contra la idea de ser dirigido alcanzo mayor satisfacción que en elegir la manzana óptima siguiendo las instrucciones del gran plan. Ningún plan puede medir la voluntad humana.

Planificación frente a intervención

Existe una delgada línea que separa la planificación de la intervención. Aclarado el punto de por qué rechazo la planificación (antieconomía y tiranía). Confieso que los líderes de la comunidad y la comunidad tienen justificada la intervención. No en busca del "bien común", sino para resolver disputas, mediar. E incluso para, de acuerdo a la costumbre, y siempre y cuando la comunidad se rija por pocas leyes claras impedir su propia tiranía y la tiranía a pequeña escala.


La tiranía del líder puede ser combatida mediante sistemas de alternancia en el poder. Más aún: todo grupo grande y complejo necesita el consentimiento de muchos para funcionar, no me refiero al sufragio, sino a la eutaxia (llevar el correo, imponer el orden, etc.). Si el tirano deja de tener el apoyo de la base, deja de tener poder. Así, se justifica que la comunidad intervenga al poder.

¿Cómo se justifica que el poder intervenga a la comunidad? Para eliminar las pequeñas tiranías. Si dos reconocen en un tercero una figura de autoridad. Sus disputas son resueltas por este tercero. Si uno viola a otro, está justificado que la autoridad, de acuerdo a las leyes aceptadas, le imponga un castigo ejemplarizante o retributivo.

En caso de que uno abuse de todos, debe haber algo que compense a todos. Es una forma muy ineficiente de hacer las cosas (y moralmente debatible), pero de momento no hemos encontrado otra solución (pienso, por ejemplo, en cómo compensar los daños por contaminación: sólo puedes imponer una multa y usar ese dinero para... bueno, para... esas cosas que compensan... no sé, ¿un programa espacial?).

Ley

En cierta forma justifico la intervención por el imperio de la ley. Y reconozco que es un peligro que el imperio de la ley se convierta en dictadura de la ley. Es por eso que hay que insistir mucho en que la ley no sólo sea la misma para todos (incluyendo a la propia autoridad), sino en que no sea aleatoria, caprichosa, opaca, complicada. Por ello, la ley debe poder ser cambiada de acuerdo a ciertos principios. Es muy complicado definir los límites en que las leyes se deben de mover (leyes de leyes), pero no se puede dejar al interés de unos pocos la posibilidad de cambiar la ley.

No soy un planificador, no sé cuál es la mejor ley de leyes. Pero sí sé que nos podemos acercar a la mejor ley de leyes si dejamos atrás los mitos y usamos la cabeza. Si debatimos en el ágora. Por ejemplo, frente al mito de que las señales de tráfico son necesarias, hay lugares donde las han quitado y se redujeron los accidentes. Hay un mecanismo mental por el que la gente, cuando se siente insegura, actúa con más cautela. Estas cosas hay que saberlas.

Al final, dándole vueltas a las cosas, siempre vuelvo a la persona, al individuo, como protagonista de la vida que quiere llevar. De la vida que elige.

Lo que me lleva de vuelta a las manzanas (no os libraréis tan fácilmente de mi). Pienso en el comprador, pero también en el vendedor, pues ambos se reúnen en el ágora. ¿Le va mejor dando más información al comprador? Entonces elegirá dar más información.

Dos temas en el tintero

Un tema que queda en el tintero y que viene a cuento de lo de compartir la ley, es lo que sucede cuando son los estados y no los individuos los sujetos de derecho. Si un estado usa su independencia para que unos corten cabezas a otros, ¿no es lícito hacer presión a tu gobierno para que use su poder y ponga fin a la matanza? Este es un gran tema que me lleva a la doctrina de intervención militar humanitaria universal, y de ahí a los problemas derivados del cálculo del coste de oportunidad ético.

Otro tema que queda en el tintero es el de la vacunación. Es muy curioso, porque la inmunización funciona en tanto no sólo tú, sino los que te rodean, están vacunados, con lo que el máximo egoísmo ético individualista es exigir, incluso obligar, a los demás a que se vacunen. Alucinante e interesantísimo.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Fuga del Campo 14

Su primer recuerdo es una ejecución. Caminó con su madre hasta un campo de trigo en el que los guardas habían reunido varios miles de prisioneros. El niño gateó entre las piernas de la gente hasta la primera fila y vio cómo los guardas ataban a un hombre a un poste de madera.

Shin In Geun tenía cuatro años. Demasiado joven todavía para entender el discurso previo al asesinato. En docenas de ejecuciones durante los siguientes años, escucharía a guardas contar a los prisioneros que al reo le habían ofrecido redimirse mediante el trabajo forzado pero que este había rechazado la generosidad del gobierno norcoreano.

Los guardas metieron piedras en la boca del prisionero, cubrieron su cabeza con una capucha y le dispararon.

En el Campo 14, una prisión para los enemigos políticos de Corea del Norte, las reuniones de más de dos reclusos están prohibidas excepto en las ejecuciones. Es obligatorio asistir.

El Campo 14 es un campo de prisioneros del tipo "distrito de control total", allá van los irredimibles. Fundado en 1959 en la provincia de Pyongan del Sur, retiene a unos 15.000 prisioneros. Tiene 48 kilómetros de largo y 36 de ancho; en su interior hay granjas, minas y fábricas; está situado en una zona montañosa, de valles escarpados. Shin pensaba que todo el mundo vivía en campos como ese. Que era lo normal.

Shin vivía con su madre en la mejor clase de estancia para prisioneros que el campo podía ofrecer. Tenían una habitación propia en la que dormían sobre el suelo de hormigón y compartían una cocina con otras cuatro familias. Disfrutaban de electricidad dos horas al día. No había camas, ni sillas, ni mesas. Tampoco agua corriente.

Si la madre de Shin alcanzaba su cuota de producción diaria, podría llevar comida a casa. A las cuatro de la mañana, preparaba comida para su hijo y para ella. Todas las comidas eran iguales: gachas de maíz, chucrut o sopa de repollo. Shin siempre tenía hambre. Cuando su madre salía para trabajar en los campos, Shin comía su comida y la de su madre. Cuando ella volvía a mediodía se encontraba sin comida y entonces pegaba a Shin con una pala.

La madre de Shin se llamaba Jang Hye Gyung. Nunca le hablaba del pasado, de su familia o de por qué estaba en el campo. Él tampoco preguntaba. Que fuera hijo de ella había sido dispuesto por los guardias del campo: la eligieron a ella y al hombre que se convirtió en el padre de Shin para unirlos en un matrimonio "de recompensa".

Los solteros viven en dormitorios separados por sexos. La regla octava del Campo 14 dice: "En caso de contacto físico sexual sin previa aprobación, los autores serán ejecutados de inmediato". Un matrimonio de recompensa es la única forma de eludir la octava regla. Los guardas anuncian los matrimonios aprobados cuatro veces al año. Si un cónyuge encuentra a su pareja inaceptable por edad, crueldad o fealdad, la guardia podría a veces disolver el matrimonio. En ese caso, ninguno de los dos podría volver a casarse. El padre de Shin, Shin Gyung Sub, contó a Shin que los guardas le dieron a Jang como pago por su destreza al operar el torno para metal.

Tras su matrimonio, a la pareja se le permitió dormir junta durante cinco noches consecutivas. A partir de ahí, el padre de Shin sólo tenía permiso para visitar a Jang algunas veces al año. Su primogénito, Shin He Geun, nació en 1974. Shin nació ocho años después. Los hermanos apenas se conocían. Cuando Shin cumplió cuatro años, su hermano mayor fue trasladado a un dormitorio de solteros.

Los guardas enseñaban a los niños que eran prisioneros por culpa de los pecados de sus padres, pero que podrían redimirse si trabajaban duro, obedecían a los guardas e informaban de lo que hacían sus padres.

Un día, Shin se unió a su madre en el trabajo, plantando arroz. Cuando ella se desplomó, un guarda la obligó a ponerse de rodillas al sol con los brazos en cruz hasta que desfalleció de nuevo. Shin no supo qué decirle, así que no le dijo nada.


Las noches de verano, los niños se colaban en un huerto cercano para comer peras verdes. Si los guardas les cogían, les golpeaban. A los guardas no les importaba que los niños comieran ratas, ranas, serpientes o insectos. Comer ratas era fundamental para sobrevivir. Su carne ayudaba a prevenir la pelagra, que estaba muy extendida debido a la falta de proteínas y niacina en la dieta del campo. Los prisioneros que padecían pelagra, sufrían úlceras cutáneas descamativas, diarrea, delirios y confusión mental. Era una forma muy frecuente de morir.

Cazar ratas era lo que más motivaba a Shin. Por las tardes, se juntaba con sus amigos en la escuela, donde había una estufa de carbón en la que podían asar ratas para comérselas.

Un día, en junio de 1989, el profesor de Shin, un guarda que vestía uniforme y llevaba una pistola al cinto, cacheó por sorpresa a los niños, que tenían seis años. A una le encontró cinco mazorcas de maíz. Ordenó a la niña ponerse de rodillas delante de la clase, y le golpeó la cabeza con una vara de madera una y otra vez. Los niños contemplaron en silencio cómo se le desfiguraba el rostro y cómo su cabeza se cubría de sangre hasta que cayó inconsciente sobre el suelo de hormigón. Sus amigos llevaron a la niña a su casa. Esa noche murió.

En una pendiente al lado de la escuela de Shin, un dazibao rezaba: "Todo de acuerdo a las normas y reglas". El niño memorizó las diez reglas del campo y todavía hoy las recita de forma automática. La tercera regla de la subsección tercera del Campo 14 dice: "Cualquiera que robe u oculte alimentos, será ejecutado de inmediato". Shin creía que la niña había sido castigada justamente. El profesor siguó dando clase. En los recreos, a los niños se les permitía jugar a piedra, papel, tijera.

Algunos sábados, el profesor les daba permiso para que se cogieran piojos unos a otros. Shin nunca supo cómo se llamaba aquel profesor.

En la escuela de primaria había clase seis días a la semana. En la escuela de secundaria se daba clase todos los días. Tenían un día libre al mes.

En invierno, los niños son movilizados para limpiar las letrinas del pueblo de los guardas. Arrancan con sus manos desnudas las heces congeladas y las acumulan en carretillas para ser usadas después como fertilizantes. En verano, los niños trabajan en los campos desde las cuatro de la mañana hasta el anochecer, arrancando malas hierbas con las manos.

El jabón es un lujo. Shin recuerda sus pantalones rígidos por la porquería y el sudor. Cuando hacía demasiado frío para bañarse en el río o estar bajo la lluvia, Shin, su madre y sus compañeros de escuela, apestaban como animales de granja.

Los mejores amigos de Shin en la escuela eran un niño llamado Hong Sung Jo y una niña llamada Moon Sung Sim. Sus madres trabajaban en la misma granja y ellos jugaban juntos. Ninguno invitaba a otro a su casa. No podían fiarse. Los niños trataban de conseguir raciones extra de comida contándoles a los guardas lo que sus vecinos comían, vestían y decían.


Shin tenía nueve años cuando fue enviado con sus compañeros a la estación de tren a recoger carbón. Para llegar allí debían pasar por debajo de un puesto de guardia. Allí estaban los hijos de los guardas que les gritaban: "¡Ahí vienen los reaccionarios hijos de puta!" y se ponían a lanzarles piedras. Los golpes les hacían sangrar y acababan por desmayarse. Entonces llegaban los guardas y les gritaban "¿Por qué no estáis trabajando?". Después les ordenaban que se llevaran los cuerpos de los desmayados con ellos.

Cuando Shin y sus compañeros entraron en la secundaria, apenas sabían leer. Ahora, sus nuevos profesores eran capataces. La escuela secundaria era un lugar donde aprender a trabajar en la mina, en el bosque y en los campos. Al final del día, la escuela se convertía en un lugar donde practicar la autocrítica. De noche, 25 niños dormían en el suelo de hormigón de la clase.

El 5 de abril de 1996, el profesor de Shin le dio permiso para irse a casa y comer sopa con su madre como recompensa por su buen comportamiento. Cuando llegó, se encontró con su hermano, que trabajaba en una fábrica de cemento. Su madre no se alegró de ver a Shin. No lo había echado de menos. Cocinó su ración de 700 gramos de maíz para hacer gachas en una olla. Shin comió y se echó a dormir.

Al cabo de un rato, unas voces le despertaron. Fue a mirar a la cocina y vio que su madre cocinaba arroz. Shin se sintió traicionado. Había estado comiendo lo mismo toda su vida y de pronto su hermano tenía arroz. Shin sospechó que su madre lo había robado puñado a puñado. Escuchó la conversación y averiguó que a Shin He Geun no le habían dado el día libre: se escapó de la fábrica. Ahora discutían qué hacer.

"Fugarnos". Shin se quedó de piedra al escuchar aquello. La madre no se lo discutió al hermano de Shin, aunque sabía que si su hijo escapaba, o era tiroteado al intentar escapar, toda su familia sería torturada y probablemente ejecutada. Todos conocían la primera regla de la subsección dos del Campo 14: "Todo testigo de un intento de fuga que no informe, será ejecutado de forma inmediata".

Estaba enfadado: su madre ponía en peligro su vida por culpa de su hermano. También sentía celos por el arroz. Era la una de la madrugada. Corrió a la escuela. En el aula repleto de cuerpos durmientes, Shin despertó a su amigo Hong Sung Jo. Este le dijo a Shin que contara todo a un guarda. Hizo exactamente eso:

-Necesito contarle algo, pero antes, quiero algo a cambio -le dijo Shin al guarda nocturno. Pidió más comida y ser nombrado delegado de clase, un puesto que le permitía trabajar un poco menos y que no le golpearan tanto.

El guarda accedió y mandó a Shin que durmiera.

La mañana siguiente a su confesión nocturna, varios hombres uniformados esposaron a Shin, le pusieron una venda en los ojos y lo llevaron en silencio a los cuartos subterráneos.

-¿Sabes por qué estás aquí? -el oficial que le interrogaba no sabía o no le importaba que Shin hubiera delatado a su madre y a su hermano-. Al amanecer tu madre y tu hermano fueron capturados mientras intentaban escapar. ¿Tenías conocimiento de su plan? Si quieres vivir más te vale que me digas todo lo que sabes.

El oficial sacó el expediente de su familia.

-Pon aquí tus huellas, bastardo -Shin leyó en el papel la razón por la que su padre fue encarcelado. Era el hermano de un fugitivo que huyó a Corea del Sur durante la guerra. El crimen de Shin, por lo tanto, era ser hijo de su padre.

Lo metieron en una celda diminuta. No podía tumbarse en el suelo ni ponerse de pie. Tampoco había ventanas. No sabía cuándo era de día o cuándo de noche. No le daban de comer ni pudo dormir.

En lo que Shin calculó que fue el tercer día de aislamiento, varios guardas le pusieron grilletes en los tobillos y lo colgaron boca a bajo del techo. Lo dejaron así colgado hasta la noche.

Al cuarto día, unos interrogadores vestidos de paisano lo sacaron de su celda y lo llevaron a un cuarto mal iluminado. Allí había una cadena colgando del techo. En la pared había martillos, hachas y porras. Sobre la mesa, unas cizallas de forja.

-Si dices la verdad, te salvaré la vida. Si no, te mataré. ¿Me entiendes?


Lo desnudaron y le ataron las muñecas y los tobillos. Comenzaron a hacerle más preguntas. Engancharon la cadena del techo a sus grilletes. Shin quedó colgando. Tiraron brasas al suelo. Lo fueron acercando a las brasas incandescentes con un hierro clavado en su abdomen hasta que Shin pudo oler su propia carne asada. Se desmayó de dolor pánico.

Shin se despertó en su diminuta celda. Estaba hecho un ovillo sobre sus excrementos y orina. Su espalda estaba abrasada. La piel de sus muñecas ya no estaba ahí. Las heridas se le infectaron y llegaron las fiebres. Con ellas, perdió el apetito.

Shin calcula que pasaron diez días hasta su último interrogatorio. Como no podía mantenerse en pie, lo interrogaron en la propia celda. Ese día Shin acertó a decir que él había dado parte del plan de huída.

-Hice un buen trabajo. ¡Preguntadle a Hong Sung Jo! -suplicó.

La fiebre fue a peor y las heridas de su espalda rezumaban pus. Su celda olía tan mal que los guardas se negaban a entrar. Por fin, fue trasladado a una celda compartida. Lo habían indultado porque Hong confirmó su historia.

Su nuevo compañero de celda era muy mayor para la esperanza de vida media en los cuartos subterráneos. Debía tener unos 50 años. Según decía, llevaba allí encerrado muchos años. Echaba de menos la luz del sol. Pálida, su piel cubría unos huesos descarnados. Su nombre era Kim Jin Myung, pero pidió a Shin que le tratara como si fuera su tío. Los siguientes dos meses, el tío cuidó de Shin. Le extendía sopa salada de col sobre sus heridas para desinfectarlas y le daba masajes en las piernas para que no se le atrofiaran.

-Todavía te quedan muchos días por vivir -le decía su tío-. Dicen que el sol brilla incluso en las ratoneras.

Los cuidados y las palabras del anciano de 50 años mantuvieron a Shin con vida. Pasó la fiebre y sus heridas cicatrizaron. Shin se sentía muy confuso: ni se fiaba de que su madre impidiera que él pudiera morir de hambre. No podía confiar en nadie. En la escuela, como todos los demás, delataba a todos siempre que tenía la oportunidad. Como contrapartida, esperaba la traición y el abuso. En aquella celda, su tío le empezó a hacer cambiar de idea.

El tío le contaba a Shin a qué sabía la comida. Le describía lo que era comer cerdo asado y almejas a la orilla del mar. Shin recuperó el apetito.

De pronto, un día, un guarda abrió la puerta y le dio a Shin un uniforme de la escuela. No se quería ir, pero finalmente se despidió de su tío. Jamás lo volvió a ver, pero siguió recordándolo más que a sus padres.

Lo llevaron a la sala de su primer interrogatorio. Le dijeron que era noviembre. Shin había pasado más de seis meses sin ver la luz del sol. Allí se arrodilló junto a su padre, que tenía una pierna doblada en una dirección antinatural.

Pusieron sus huellas en un documento, los esposaron, les vendaron los ojos y los llevaron en camión hasta un lugar lleno de gente, de prisioneros. Shin estaba convencido de que serían ejecutados. Aspiró aire con sus pulmones. Notó cómo el aire los llenaba y los vaciaba. Aquellas eran sus últimas bocanadas de aire.

Un oficial gritó por la megafonía:

-¡Ejecuten a Jang Hye Gyung y a Shin He Geun!

Shin miró a su padre, que lloraba en silencio. Cuando los guardias arrastraron a su madre hasta la horca, Shin vio que su tripa estaba hinchada. La obligaron a subirse a una caja de madera, la amordazaron, le ataron las manos a la espalda y le pusieron una soga alrededor del cuello. La mujer recorrió la multitud con la mirada y se encontró a Shin. Este se negó a sostenerle la mirada. Cuando los guardas quitaron la caja, se sacudió desesperadamente. Mientras veía a su madre, Shin pensó que merecía morir.

El hermano mayor de Shin estaba demacrado. Lo ataron a un poste de madera y le metieron nueve tiros. Shin pensó que él también merecía morir.

Shin tiene 14 años, así que vuelve a la escuela secundaria. Allí, su profesor lo castiga de rodillas durante horas y no le deja usar el váter. Sus compañeros le pegaban, le insultaban y le robaban la comida. Shin estaba muy débil para poder trabajar. Cuando caía sopa al suelo, la tocaba con los dedos y luego se los chupaba. Buscaba también por el suelo granos de arroz y habas. Cuando tenía suerte, descubría granos de maíz sin digerir entre la mierda de vaca.

En el tiempo de reclusión con su tío, había aprendido que más allá había más tipos de comida que jamás había probado. Se sentía solo y despreciado por todos. Pero sobre todo, se sentía mal con su madre. Culpaba a su madre muerta de lo que le pasaba. A veces su padre le preguntaba cómo se sentía, pero lo odiaba demasiado como para responderle.

-Sé que sufres porque no tienes los padres que te mereces. Tuviste mala suerte de nacer donde naciste. Pero, ¿qué puedes hacer? Así son las cosas.

Hacia marzo de 1997, morir de hambre se volvió una posibilidad muy real. Maltratado por su profesor y por sus compañeros, Shin no podía comer adecuadamente. Sus heridas se volvieron a abrir. Crecía debilitado y muchas veces no podía completar la cuota de producción asignada, lo que le llevaba a recibir más golpes, menos comida y a sangrar todavía más.

En el peor momento, Shin obtuvo cierto alivio. Su profesor fue sustituido por otro. El nuevo profesor a veces alimentaba en secreto a Shin. También, viendo su estado, le asignó menos trabajo. Shin recuperó peso. Sus quemaduras curaron. Por qué le ayudó es algo que Shin nunca se explicó, pero sí está convencido de que sin esa ayuda, estaría muerto.

En 1998, con 15 años, Shin fue con otros miles de prisioneros a construir una presa en el río Taedong. La mayor parte del trabajo se hacía con palas, cubos y manos desnudas. Shin había visto morir a mucha gente en el campo: de hambre, enfermedad, golpes y ejecuciones; pero nunca había visto morir a gente como parte del trabajo cotidiano. La mayor pérdida de vidas humanas ocurrió con una riada. En julio de 1998, el desbordamiento del Taedong se cobró la vida de miles de trabajadores forzados. A Shin lo pusieron con otros cientos a cavar fosas y enterrar cadáveres.

Con 16 años acabó la secundaria. El profesor asignaba a los graduados el trabajo en el que pasarían el resto de sus vidas. Más de la mitad de la clase fueron enviados a las minas de carbón, donde los accidentes, el envenenamiento y las explosiones eran frecuentes. A Moon Sung Sim la enviaron a una fábrica texti. A Hong Sung Jo a las minas. Shin jamás volvió a ver a su amigo.

A Shin lo enviaron a una granja de cerdos donde robaba maíz, coles y otros vegetales. Pasó allí cuatro años y estaba convencido de que allí pasaría el resto de su vida. Pero en marzo de 2003 fue transferido a la fábrica de ropa del campamento, donde 1.000 mujeres cosen uniformes militares en turnos de 12 horas. Cuando las máquinas de coser a pedales se estropeaban, Shin las arreglaba.

Un año después, mientras manipulaba una máquina de coser, se le cayó al suelo y se le rompió sin posibilidad de ser arreglada. Las máquinas de coser estaban consideradas más importantes que los prisioneros. El capataz jefe le cortó el dedo corazón de su mano derecha.

En octubre de 2004, llegó un nuevo prisionero a la fábrica. El director de la fábrica ordenó a Shin informar de todo lo que decía de política, su familia o su pasado. Park Yong Chul evitó las preguntas de Shin durante el primer mes. Casi dejaron de hablarse hasta que un día le preguntó a Shin:

-¿Dónde está su hogar, señor?
-¿Mi hogar? Este es mi hogar -respondió Shin.
-Yo soy de Pyongyang, señor.

Park era un hombre de unos cuarenta años, sus modales avergonzaban y molestaban a Shin.

-Soy más joven que tú, déjate de formalidades conmigo.
-Muy bien.
-Oh, por cierto, ¿dónde está Pyongyang?

La pregunta descolocó a Park. Le explicó que Pyongyang estaba a 80 kilómetros al sur del Campo 14 y que era la capital de Corea del Norte, la ciudad donde vivía la gente que tenía poder. Park también le dijo que había crecido allí, pero que también estudió en Alemania Oriental y en la Unión Soviética. Al volver a su país, se había vuelto profesor de taekwondo. Le explicó lo que era el dinero, la televisión, los ordenadores y los teléfonos móviles. También le informó que el mundo tenía forma esférica.

La mayoría de las cosas que Park le contaba, Shin no las entendía, no se las creía o no le importaba. Las únicas historias que le fascinaban eran las que tenían que ver con comida. Park le describía cómo se preparaba el pollo, el cerdo y la ternera en China, Hong Kong, Alemania y la URSS. Por aquellas historias, Shin decidió no dar más informes de Park.

En diciembre de 2004, Shin comenzó a pensar en fugarse. El espíritu de Park, su dignidad y su información incendiaria dieron a Shin una forma de soñar con el futuro. Comprendió dónde estaba y lo que le faltaba. El Campo 14 ya no era su casa, era su prisión. Y Shin ahora tenía un amigo muy viajado para ayudarle a huir.

Comenzaron a hablar del plan de fuga, pero Shin no acababa de fiarse de Park. Pensaba que podía delatarlo. Él había vendido a su propia madre, ¿por qué pensar que Park no lo vendería a él? Pasaron los días y la idea de comer en China le hizo sobreponerse al miedo.

El 2 de enero de 2005 era el día perfecto para escaparse: los trabajadores del taller serían conducidos a un bosque cerca de la alambrada para cortar árboles. En Año Nuevo, Shin vio por última vez a su padre. Al día siguiente estaban al lado de la alambrada. Los guardas llevaban ametralladoras y había torres de vigilancia. Esperaron al anochecer y fueron hacia la alambrada. Ésta tenía tres metros de alto y estaba electrificada.

Park fue el primero en meterse entre las líneas del alambre de espinos. Shin vio saltar chispas y reconoció el inolvidable olor de la carne abrasada. Park ya no se movió más. El peso muerto de Park creó un hueco entre el alambre. Shin se arrastró sobre el cuerpo inmóvil de su amigo. En el último momento, le resbalaron las piernas del torso de Park y rozó el alambre. Notó cómo algo le mordía pero ya estaba fuera. Se puso en pie y corrió colina abajo sin mirar atrás. Corrió durante dos horas. No oyó sirenas, ni tiros, ni gritos. Cuando cayó rendido, las piernas no le respondieron. Las tenía ensangrentadas pero a doce bajo cero no sentía nada. Otra cosa le preocupó en ese momento a Shin: no sabía dónde estaba China.

En el almacén de una granja, cambió su ropa por un uniforme de soldado. Tenía 23 años y no conocía a nadie en el mundo. Durmió en cochiqueras, en vagones helados y caminó días enteros. Comió del suelo, robó y escamoteó en el mercado negro. Le ayudaron, le engañaron y le traicionaron.

A finales de mes llegó al fronterizo río Tumen. Haciéndose pasar por soldado, sobornó a los puestos de vigilancia con cigarrillos, caramelos y galletas. Llegó a un vado de 90 metros de ancho, caminó sobre el agua congelada que rompió bajo sus pies. Llegó arrastrandose a China. Helado y hambriento.

Dos años después, llegó a Corea del Sur.

A los cuatro, llegó a California.

Hoy Shin trabaja para un grupo activista cristiano por los derechos humanos. Su historia la cuenta Blaine Harden en el libro Escape from Camp 14. Alguna reseña dice que el libro se lee “como un thriller distópico”. Shin se ha cambiado el nombre ahora que tiene una vida en la que puede tomar decisiones. Aparte de dar a conocer el genocidio norcoreano, ayuda a otros que escapan para que no caigan en redes de esclavos o en el tráfico sexual chino.

Las malformaciones de su cuerpo debido al trabajo infantil, las cicatrices por quemaduras de brasas y electricidad, las costras en tobillos y muñecas, y su dedo ausente, son testimonio de lo que pasó en el Campo 14. Un moderno campo de exterminio cuya existencia niega el gobierno norcoreano.

martes, 20 de marzo de 2012

Ecos de la Pepa

Lo de que la soberanía nacional es incompatible con la soberanía individual es una idea cuanto menos discutible. En primer lugar porque la soberanía nacional es algo propio de naciones. La soberanía carece de sentido aplicada a individuos. A no ser que concedamos al individuo la summa potestas y sea un sujeto en el Derecho Internacional. Mi paisana lo explica bastante claro:

Frente al Antiguo Régimen, donde el vínculo político era la sumisión al soberano común, las Cortes de 1812 confirieron cuerpo jurídico a la nación como conjunto de toda la sociedad integrada por individuos libres y con iguales derechos. En ella y, por tanto, en ellos, se hizo residir la soberanía.

Vía jl.cernadas
La soberanía nacional no es una simple "voluntad general del populacho". La soberanía nacional no ha de confundirse con el fundamentalismo democrático, que es lo que hace José Carlos Rodríguez cuando afirma:

Coronada por el prestigio de la democracia, la soberanía nacional es prácticamente ilimitada. Hoy nos parece normal que el Estado decida por nosotros sobre asuntos que nos atañen en exclusiva, como lo que consumimos o la educación que le daremos a nuestros hijos.

No se puede atribuir a la soberanía nacional los efectos concretos de la práctica política. Es sabido por todos que un estado soberano puede aplicar políticas más o menos inteligentes. Es decir, la soberanía no concede un "grado" en la calidad de la ejecución política. Sí es cierto que de una constitución pueden salir problemas de gestión política, pero en todo caso no atribuibles a la soberanía nacional que, dicho mal y pronto, tan solo fija en el escenario de naciones un espacio nuevo de soberanía, donde la política de los otros no puede actuar sin pedir permiso, y, además, hace que el nuevo estado no sea patrimonio personal de nadie al dejarlo en manos de peatones. Cosa muy sana, por cierto.

Continúo con el señor Rodríguez, porque se hace eco de una idea bastante extendida (realmente nada extendida, porque de estas cosas hablamos exactamente ochenta y tres personas el último mes):

nos dejamos inocular el virus francés de la soberanía nacional y de la voluntad general, con el corolario de que nuestros derechos no tienen más consistencia que la plastilina en las manos de los políticos

Todo lo que venga de Francia es malo, estamos de acuerdo. Si por algo nos distinguimos los españoles, es por achacar a Francia todo lo malo. ¡Esos enciclopedistas traga-baguettes, puaj! Claro que hay alguien que todavía es peor visto en esta casa, Karl Marx, que, en una de sus columnas sobre España en el New York Daily Tribune afirmaba:

Lejos de ser una copia servil de la Constitución francesa de 1791, [la Pepa] fue un producto genuino y original, surgido de la vida intelectual, regenerador de las antiguas tradiciones populares, introductor de las medidas reformistas enérgicamente pedidas por los más célebres autores y estadistas del siglo XVIII y cargado de inevitables concesiones a los prejuicios populares.

Cosa que como la escribe Marx, no es de fiar, pero que si leemos los discursos de aquellas Cortes, sabríamos que, efectivamente, se buscó ser muy cuidadoso en no hacer un producto revolucionario francés, sino algo hispano con vocación de durar. Quien quiera ver diferencias, que compare la Pepa con el Acte Constitutionnel de l'Espagne.

No quede ahí la cosa. Si no nos basta con los gabachos, siempre podemos echarle la "culpa" de la Pepa a los pérfidos piratas:

[El constitucionalismo de 1812] imprime una clara orientación del pensamiento economicista anglosajón basado en el liberalismo económico capitalista, que hoy es su representante la globalización neoliberal capitalista. Su plutocracia lideró la revolución burguesa, porque las oligarquías económicas, concretamente la burguesía capitalista buscaba la eliminación de las limitaciones feudales a su poder económico y político, y la monarquía absoluta era una de las instituciones que querían eliminar, porque la misma institución monárquica era la garantía de los derechos de quienes no tenían voz, ni voto en las Españas.

Hay que reconocer que estas afirmaciones tienen un gran mérito. No se le puede ocurrir a cualquiera que lo feudal limitaba el abuso de la burguesía capitalista. ¿Y qué me decís de eso de que la monarquía garantizaba derechos a los desposeídos de la tierra? Sustituye monarquía por lo que quieras, y te sale un texto ortodoxo de lo que quieras.

Dos anécdotas

1.- Ya que el río Ulla pasa por Antas de Ulla, os dejo una perlita de SuperGaspi:



2.- Francisco de Paula, menor de los vástagos de Carlos IV, era uno de los niños a quienes los franceses se llevaron a Bayona el 2 de mayo. Pues bien, se escribió un proyecto constitucional para las Provincias Unidas sobre las que se suponía que Francisco de Paula llegaría a reinar.


domingo, 18 de marzo de 2012

John Carter (2011)

Bichos raros enormes, legionarios romanos con rifles de rayos, ruinas de grandes civilizaciones que vivieron tiempos mejores, conflictos feudales, extrañísimos ingenios mecánicos, costumbres y tradiciones no humanas, conspiraciones de alta política, paisajes infinitos,... el sentido de la maravilla ha vuelto.


Los aficionados a la ciencia ficción con sentido de la maravilla, queremos derrumbar barreras a lo común, visto y manoseado. Por eso tenemos en la centenaria obra del autor de Tarzán, Edgar Rice Burroughs, la posibilidad de pasar un par de horas de acción estupenda. ¿Y qué mejor que Una princesa de Marte? Para quienes nos deleitamos con retar a los límites de la imaginación humana, esta obra no defrauda.


Nosotros, aficionados y autores, somos los peores críticos del género. No nos conformamos con poco y exigimos la perfección. Ya está bien, yo quiero pasármelo bien y esta película lo consigue. Y no lo consigue de cualquier manera: la película, muy posible inicio de una saga fílmica, es un homenaje a las aventuras de espada y planeta, aquellas historias fáciles y baratas, producidas en masa para el gran público. Probablemente Una princesa de Marte sea el canon de esas historias. El aumento de la popularización de los avances científicos haría que esas historias de los pulps, dieran a luz a la Época Dorada. Así pues, enfundad vuestras pistolas de rayos y vuestros tricorder, disfrutad de la casquería, de los monstruitos, del ombligo de la chati protagonista y dejaos transportar a un mundo nuevo. Un planeta de escasos recursos con facciones enfrentadas. Un mundo en el que conviven diferentes razas inteligentes. Un escenario plagado de testimonios de lo antiguo que no acaba de morir y repleto de las promesas de lo nuevo que no acaba de nacer.

Para quienes no estéis puestos en el género, bastará con que os diga que la película da exactamente lo que promete. Es una mezcla entre Lawrence de Arabia, Wild Wild West y el Episodio 2 de la sacrílega precuela del vampiro George Lucas... aunque en realidad todas esas películas beben de la fuente del pulp primigenio, así que podría afirmarse que ellas se basan en esta.

Nótese que habrá quienes la clasifiquen en el género fantástico. No tengo nada contra ese género propio de quinceañeras colgadas enemigas del átomo, de la evolución y de la termodinámica; tan solo diré que en 1912, el conocimiento científico popular era el que era y estas historias mostraban lo que había. Si tú en 1912 a través de un viejo y maravilloso telescopio, veías canales en Marte, ¿por qué no pensar que respondían a un sistema de reparto del agua como el que España se merece desde tiempos del marqués de la Ensenada?

Notas sueltas sobre la película:
  • Gran idea la de distinguir a Helium por el color azul y a Zodanga por el rojo. No solo en los uniformes de los soldados, sino en la decoración de las ciudades-estado y en los "voladores".
  • Secundarios mejores que los protagonistas, como debe ser. Aunque aquí hay poco lucimiento para ellos porque la película se centra mucho en la pareja principal.
  • Estaría bien un mayor toque de originalidad y que la película se tomara más licencias. Una básica que me gustaría ver: Marte es muy frío, no muy cálido.
  • El "perro" de John Carter es un necesario toque "Jar Jar Binks" para mantener la atención de los niños. La película es para todos los públicos desde el punto de vista Disney, con todo lo que ello implica.
  • El "malo" que explica "el gran plan": argumentalmente se podría haber resuelto de otra forma (Los dioses de Marte, siguiente libro del que harán película, trata precisamente de este "gran plan").

viernes, 16 de marzo de 2012

Tragedia hispana

Para algunos, muy poquitos, el 200º aniversario de La Pepa es una excusa tan buena como cualquier otra para hablar de la tragedia, de España, del liberalismo, de los ilustrados y del llamado "problema del ser de España". Cada cual tiene sus obsesiones y estas obsesiones hunden sus raíces en pequeños demonios que le acompañan, no sé si toda la vida, pero sí durante gran parte de ella. Supongo que cuando se van asentando ideas en quienes quieren que su vida sea algo más que un proceso bioquímico y fisiológico, cada vez es más difícil cambiar de opinión.

España, liberalismo, ilustración, nación, América,... ristra de términos no exhaustiva que obligan a pensar en sus contrarios (no contrarios en el sentido de opuestos, tal vez en el sentido de complementarios, ya que la oscuridad es ausencia de luz, por lo que un término no se puede manejar sin tener en cuenta el otro). ¿Cuáles son esos contrarios? El de liberalismo es fácil, voto por absolutismo o Antiguo Régimen, en el de la ilustración podríamos elegir la revolución (con el problema de identificar reacción con ilustración...), opuesto a nación podría indicarse la tribu o la aldea y, contrario a América tal vez elijamos a Europa o a Euroalemania, no, mejor aún, a esa "Europa de los pueblos" que excita sexualmente a lo que entendemos como extrema derecha y nacionalistas de toda aldea.

¿Y España? ¿Cuál es el contrario de España? Hace siglos que los más cultivados ya indican la carga del término España. No existe ningún sistema de pensamiento o escuela de filosofía que se atreva a lanzar conclusiones y zanjar la cuestión de España, de ahí que exista el problema de España en tan hondo cariz que es imposible en los mismos términos hablar del problema del ser de Francia o del problema del ser de Alemania (por poner naciones equiparables, aunque tal vez no sean equiparables. Puede que el mejor espejo sea Portugal, el caso es que Portugal también ha formado siempre parte del problema del ser de España).

Crisis Seldon

En la genial obra de Asimov Fundación, el psicohistoriador Hari Seldon sale de su cúpula cada cierto tiempo -las crisis Seldon- y deja un mensaje a la gente del futuro -del presente- indicándoles dónde se encuentran y cómo continuar adelante. Al igual que en estas crisis, a España le convendría que se abriera alguna cúpula en alguna parte: ciertos momentos de nuestra historia marcaron un punto y aparte, cuando no un nuevo capítulo y estos momentos son perfectamente identificables. No tanto por el hecho disparador en sí, sino por la reacción que a los obsesionados provoca. Estos momentos, a bote pronto, y siempre podemos debatirlos, podrían ser: 1808, 1898 y 1978. Desde luego que no me refiero al año concreto, sino más bien a la época. A las consecuencias de cada época.

1808: un conflicto irremediable en el que España decide si quiere dejar atrás la infancia y asumir la madurez. Mediante las armas y frente a un enemigo objetivo metido en nuestras casas, tratamos de combatir a nuestros propios demonios. En las guerras civiles del XIX se comprueba que aunque no tuviéramos aquí al gabacho, probablemente más tarde o más temprano, los abuelos de nuestros abuelos deberían tomar improrrogables decisiones. Pero mejor no me meto en ucronías: aquí la sangre corrió por las calles y a un alto precio, con un resultado objetivo e incuestionable: España ganó su lugar en un mundo que tropezaba y caía en la modernidad con un desigual ímpetu ilustrado.

1898: a grandes rasgos, España, como viejo imperio, cedió el testigo de la historia a un nuevo imperio por nacer: los Estados Unidos. Por el camino dejamos parte de nuestro ser (la patria es la infancia, dicen). Será el desastre del 98 el punto culminante de la emancipación de los hijos. Puede discutirse si por anhelo de libertad (¿obtuvieron las repúblicas españolas de América la libertad que faltó en la península?) o por la desgracia de nuestros líderes (qué buen vasallo sería si tuviera buen señor, dice nueve siglos antes, el Cantar del Mío Cid). Es tema de historiadores discutir si el enfrentamiento con el nuevo imperio era inevitable. También, explicar por qué España siguió mirando a América y no imitó a otras naciones europeas en la conquista del continente africano. ¿Qué nos movía a actuar así?

1978: no sé si todavía no tenemos suficiente perspectiva como para establecer en el último intento de fomento de la paz entre españoles, un punto y aparte en nuestra historia. Se sugiere que la España democrática es continuación de la dictadura. Al mismo tiempo es imposible no ver que los demonios vuelven a acosarnos. De forma más velada, tal vez, pero es incuestionable el hecho de que volvemos sobre los mismos temas: los mitos, la adoración a las piedras, el consenso pueblerino, la jactancia de la imitación de lo extraño... Existe hoy como nuevo referente, la Europa ésta de las oficinas burocráticas. Seguimos buscando fuera la fórmula mágica de nuestra salvación. A su vez, dentro, repetimos los debates de hace cien años. Desde 1978, estos debates se han convertido en una obligación administrativa.

Hemos cambiado en estos dos siglos, pero no hemos cambiado tanto como las apariencias dicen. Quizás es que nuestros problemas sean inherentes a toda humanidad. ¿A qué problemas me refiero? Destáquense: los mitos, las supersticiones, la abulia, el oscurantismo, la imitación... Somos un pueblo bulímico y muy paleto. ¿Lo remediaremos? Si la respuesta es afirmativa no lo sé.

¿Hay remedio?


Igual que no sabemos cuál es la solución definitiva a la Teoría del Todo, pero sí sabemos alguna característica de esa solución; de los remedios a nuestros problemas podemos intuir ciertas características: podemos estar seguros de que no saldrán de despacho oficial alguno, tampoco de las sinergias de nuestros rancios y calvos caballos blancos empresariales, ni de los salvapatrias flipados, no se cura un cáncer con otro cáncer. ¿Entonces, acaso todo es tristeza y desolación? No quiero dar esa impresión: a pesar de todas las ineficiencias del sistema (los palos en las ruedas), la mayoría de la gente sale adelante, con mayor o menor fortuna. Y lo que cuenta es la gente, no tener el mástil de bandera más alto, ni el mayor número de victorias en los mundiales. Un padre no quiere que su hijo sea el hombre más poderoso del mundo, ni la persona más admirada por los flashes, quiere que crezca feliz y sabe que para eso tiene que poner de su parte. También sabe que el misterio de la vida manda y que llega el día en que uno ya no estará allí para impedir que caiga al suelo. Sirva la comparación para establecer otra característica de los remedios de España: enseñar. La cuestión de la enseñanza siempre vuelve como un eco. Todos sabemos que es parte del conjunto de remedios: la educación es la panacea, con tan solo una generación educada de españoles, daríamos un paso de gigantes. Lástima que dediquemos gran parte de nuestras energías en otros menesteres más estériles.

Quien habla mucho comete muchos errores, así que dejo hablar a otros para hacer honor a esa costumbre tan hispana de eludir responsabilidades.

Desgraciadamente en España hay actualmente demasiados mutilados. Y, si Dios no nos ayuda, pronto habrá muchísimos más. Me atormenta el pensar que el general Millán-Astray pudiera dictar las normas de la psicología de las masas. Un mutilado que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como he dicho, que no tenga esta superioridad de espíritu es de esperar que encuentre un terrible alivio viendo cómo se multiplican los mutilados a su alrededor. El general Millán Astray desea crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por eso quisiera una España mutilada.
Unamuno

Hay en cada pueblo –dice él– cuyo arte y literatura alcanzan, cierto desenvolvimiento, numerosos eunucos intelectuales que no son capaces de engendrar una obra viva y que, sin embargo, llegan a imitar perfectamente el gesto de la procreación.

Estos mutilados constituyen, desgraciadamente, la gran mayoría de escritores y artistas de profesión, y su labor parasitaria anula frecuentemente el talento verdadero y espontáneo. Son los que se apresuran a constituir la escolta de toda nueva tendencia que la moda impone. Resultan siempre, por fuerza, los más modernos, porque ningún mandamiento de originalidad, ninguna conciencia artística les impide imitar constantemente, con el mismo celo, el modelo más reciente y desfigurarlo. Hábiles para apropiarse las exterioridades; plagiarios y pasticheurs decididos, se agrupan en torno a cada manifestación original, maleada o sana, y se ponen, sin perder tiempo, a fabricar contrahechos...
Max Nordau

Es muy fácil hablar con abundancia de palabras y con escasez de ideas, en un país que de palabras vive y admite como moneda de buena ley la mentira convencional y sin reservas. Nada más sencillo que parafrasear libros ocultos en tono dogmatizante y convencido. A los charlatanes y rapsodistas, a los glotones de libros, que hacen de la lectura un fin y no un medio, me dirijo. Porque creo que para ser verdaderamente nuevos, hay que serlo con la cabeza, y con el corazón, con la voluntad y con la idea, y nada me parece más ridículo que eso de colocarse en un sistema, para servir en él de zángano zumbón mientras los laboriosos trabajan. A los adulteradores de la moneda mental, a esos medios opacos que quieren prodigar transparencia, hay que refundirlos o abandonarlos por inútiles. Con ellos no resucitará nunca el ansia de saber en la multitud ignorante, porque la ciencia, como la fe, necesita trabajo, sinceridad y constancia; y el que en ambas vive como fariseo, hipertrofiándose en ellas, las atrofia.
Eloy Luis André

Nada conocemos menos que nuestra propia imagen. Nunca nos vemos en sueños por esto mismo; y a veces, en instantes de sorpresa, nuestra propia figura se nos aparece extraña. Contados retratos nuestros nos agradan; porque a más de esta ignorancia, hay en todos, hombres y razas, cierta dosis, mayor o menor, de narcisismo.
Bernardo de Quirós

Venimos siempre a este resultado: el americanismo es para nosotros una forma más de hispanismo. En el proceso reconstructivo que parece iniciarse en España, uno de los más eficaces estímulos que pueden influir en la vida nacional es América. Hemos de dar a aquel continente lo que podamos, en cada caso, en la medida que a los americanos les interese aceptar nuestros valores de todo orden; hacerlo, no sólo es cuestión de honor, sino vital. La percepción clara y tenaz de esa exigencia ha de obligar a España a subir el nivel de su cultura y de su eficiencia humana. Y si un día llegara en que el fondo común hispano lograra desarrollos nuevos y excelsos, el respeto, el interés y la comprensión mutuos labrarían por sí mismos el perímetro de la unidad ideal en que hubiésemos de movernos. Ese día, el ánimo separatista de algunos catalanes se esfumará como aspiración absurda, propia de un enfermizo provincianismo. Marruecos, hispanoamericanismo y catalanismo no son sino cambiantes facetas de la conciencia y la voluntad españolas.
Américo Castro