Cartel de las juventudes de CC.OO.
Y es que lo que no podrá hacer la izquierda en el parlamento, lo hará en la calle. Esto lo damos por hecho todos. Además, el sentido leninista de movilización unitaria que inunda a la izquierda no se ha movido ni un ápice desde hace una centuria. El revivir constantemente la Guerra Civil -a través del cine y la memoria histórica, por ejemplo-, es una clara muestra de ello.
De esta guisa le escribe Cayo Lara a Fernández "Cruceritos" Toxo:
Te reitero que en la lucha por la libertad sindical y el papel central de los Sindicatos nos vais a tener siempre de vuestro lado, frente a la derecha económica y frente a la derecha política y aquellos que desprecian el hilo histórico de la experiencia de lucha de los trabajadores del mundo entero y se amparan en la antipolítica para hacer los coros del antisindicalismo.
Hemos valorado tu propuesta para la creación de una Plataforma Ciudadana para la Defensa del Estado Social y quiero anunciarte el acuerdo de Izquierda Unida con esa iniciativa. Estamos dispuestos a participar en su conformación y trabajo, y a recabar la participación activa en la misma de nuestra militancia y simpatizantes. También nos dirigiremos a las fuerzas sociales y ciudadanas con las que nos relacionamos para hacer posible la extensión de la iniciativa.
Lo que en román paladino significa que van a organizarse reuniones tan pomposas como inútiles que acabarán -¡cómo no!- en contenedores ardiendo y escaparates rotos.
Tienen fijación con el verbo "luchar".
Como digo, se construyen trincheras, se organizan esfuerzos y se coordinan acciones esperando una victoria pepera el 20-N. Las movilizaciones contra Esperanza Aguirre en Madrid son solo una toma de contacto que sirve a muchos para aprender dónde colocarse, entrenar sus plumas contra la malvada derecha neoliberal y obtener pequeñas medallitas de jefecillos tribales. Perdón, sindicales.
Por debajo de todo esto permanece un runrún que todos conocemos: los recortes sociales los hizo ZP y Rajoy no es precisamente Margaret Thatcher. Pero eso da igual: el caso es movilizar a "la calle", prenderle fuego al país y así hacer una demostración violenta de fuerza.
No es nada nuevo, insisto, cuando alguien quiso imponer el Estado Social en un país, previamente siempre tuvo que señalar como enemigo a alguien y armar mucho jaleo.
Lo que quizás no se den cuenta -o sí, pero se la sopla- es que con más confrontación en la calle perdemos todos. Lo que se necesita es poner sobre la mesa alternativas e ideas constructivas de las que todos nos beneficiemos. Y cuando digo "todos" incluyo a quienes no defendemos un programa de corrupción masiva socialista.
Del U.H.P. al People of the world, rise up:
3 comentarios:
Es evidente lo que va a pasar: harán contra el PP las protestas que no hicieron contra los recortes y contra la pésima gestión de Zapatero y del PSOE. Pero bueno, el sectarismo de la izquierda española es sobradamente conocido, no se puede esperar menos.
Estoy de acuerdo. Lo que no sé es cómo reaccionará el gobierno del PP. Si se acobardan, malo.
Dirigentes como Margaret Thatcher hay uno al siglo, y sólo en países civilizados. No es concebible un político español que devuelva a los sindicatos a las cavernas. Si las dos Españas actuales no fueran idiotas, harían dos Españas con inteligencia: una, con sindicatos, y otra, sin. En pocos meses, todos se pasarían a la seguna, y problema resuelto.
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