Según estimaciones de la ONU, este año llegamos a los 7.000 millones de habitantes. Una cantidad redonda que aprovecharán algunos para seguir trincando, es por ejemplo lo que hace Bob Walker del Population Institute, que acaba de publicar un trabajo From 6 Billion to 7 Billion: How Population Growth is Changing and Challenging our World (aquí lo tenéis en PDF). En él, se defiende que los estados adopten cierto tipo de políticas públicas para contener o incluso hacer decrecer a la población. Las premisas utilizadas, como es habitual, son en algunos casos más que dudosas. Por ejemplo, se habla de que cada vez hay menos superficie cultivable.
Lo cierto es que cada vez necesitamos menos superficie para cultivar lo mismo debido a la tecnificación. Son aquellos lugares donde se emplea poca tecnificación los que necesitan más superficie de terreno para alimentar a una población que aumenta gracias a las mejoras en medicina y salud. Son esos lugares donde no se emplean medios mecánicos ni fertilizantes químicos ni sulfatos plaguicidas. Es decir, paraísos para la llamada agricultura ecológica hippie que tanto mola vista desde un país rico.
Superficie cultivable respecto a la superficie total (Banco Mundial)
Esta agricultura "sostenible" se une al proteccionismo occidental agrícola para tener consecuencias realmente preocupantes. Echarle la culpa al aumento de la población es desviar la atención del origen del problema.
Producción agraria (Banco Mundial)
No se puede utilizar el argumento de que cada vez se cultiva menos y que nos abocamos a un pico de Hubbert poblacional cuando los datos nos indican que cada vez se cultiva más y mejor (donde la autoridad lo permite).
La lista de ideas preconcebidas que no son lo suficientemente rebatidas aparecen resumidas en el estudio mencionado:
"...a world in which arable land and water are in increasingly short supply, food and fuel prices are steadily increasing, rivers and lakes are shrinking, water levels are falling, temperatures are rising, drought and flooding are intensifying, biodiversity is declining, the number of failing states is expanding, and the very future of ocean habitats is threatened.”
Muchas de estas ideas están en entredicho, otras son discutibles y alguna es directamente mentira. El problema no es tanto denunciar estas cosas como que los países adopten las recomendaciones de control de precios, planificación familiar e intervención económica que precisamente provocan esos problemas. Se me viene a la mente un ejemplo inmediato: el mar de Aral. No fue la globalización capitalista la que arruinó el mar de Aral, más bien lo contrario. Tampoco se pueden achacar al libre comercio las inundaciones en Bangladesh (ojo, tampoco son achacables a otro modelo económico).
En fin, con la benevolente idea de "salvar al planeta" y tras cuidadas campañas de marketing se esconden aberrantes ideas tales como la de reducir la población mundial. Es curioso, ya que los menores índices de natalidad están en el primer mundo. Me pregunto de dónde quieren estos adalides del buen rollo recortar personas.
Y luego rajan de las petroleras.
Más:
- Conjunto de estadísticas del Banco Mundial. Muy interesante.