El gran beneficio que reporta a la sociedad una idea no viene del momento en que esa idea se le ocurre a alguien, sino del momento en que su puesta en marcha se abarata tanto que sus efectos son compartidos por todos.
Así, los malvados industriales capitalistas, que buscan su avaricioso beneficio, logran beneficiar -sin quererlo- a futuras generaciones enteras de todo el planeta.
Cornelius Vanderbilt redujo el precio del transporte ferroviario de mercancías un 90 por ciento, Andrew Carnegie redujo los precios del acero un 75 por ciento y John D. Rockefeller redujo los precios del petróleo un 80 por ciento entre 1870 y 1900, Malcolm McLean, Sam Walton y Michael Dell hicieron más o menos lo mismo con el transporte de contenedores, la venta al por menor y la informática personal un siglo más tarde. Sorprendentemente no dejaron de ser acusados de encarnar lo peor de una sociedad consumista, capitalista y explotadora.
La contraargumentación a esto es bien conocida: Carnegie no lograría rebajar el precio del acero si no fuera a costa del esfuerzo de miles de obreros que se dejaron la salud (en condiciones infinitamente mejores que sus padres y abuelos, eso sí), en sus acerías. Lo cierto es que ninguno de esos obreros disponía del capital, contactos e iniciativa para hacer lo que hizo Carnegie. La modernización de su planta de Pittsburgh abarató la producción de tal modo que el acero sirvió de elemento estructural común en los barcos.
Ese proceso de modernización, control de calidad y abaratamiento de costes empleando moderna tecnología en las fábricas, ha logrado que cien años después, todos tengamos disponible objetos de acero de uso cotidiano a un módico precio.
domingo, 28 de agosto de 2011
jueves, 11 de agosto de 2011
Qué causa los disturbios
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A estas alturas ya todos hemos leído chispeantes diagnósticos de psicólogos sociales y ambientales. Catedráticos y etólogos que alzan sus plumas y empiezan a desbardallar como si no hubiera mañana. Se ponen en fila india delante de la redacción de cualquier periódico y la colapsan por el método de columnas de opinión y colaboraciones especiales.
No les culpo, todos tenemos que pagar la hipoteca.
Después están los chusqueros que ni tienen la decencia de colar en sus textos-basura conceptos como "conductismo", "neoasociacionismo cognitivo", "territorialidad"... No, estos van directamente a intentar colarnos el cuento de la desigualdad social, el desempleo, el desarraigo, etc. Curiosamente, quienes culpan a "la sociedad" de que un fulano entre en una tienda y robe catorce iPods porque nunca le abrazaron o el Estado no le proporciona un empleo, nunca nos hablan de las innumerables ocasiones en las que barrios enteros azotados por la miseria y la ignorancia no dan lugar a estos estallidos de violencia. Ni de esos municipios con escalofriantes niveles de desempleo e índices de criminalidad bajísimos.
Las batallas campales contra la policía y los saqueos masivos no ocurren por carencia de abrazos o de paga estatal. Ocurren porque hay gente que es así.
Basta con darse un paseo por las innumerables discotecas de España, por ejemplo. Por esas discotecas donde día tras día se producen enfrentamientos. Hay gente que sale a liarla y si se juntandoce cuatro, pues te revientan una tienda. Eso es así. Máxime cuando entran y salen de la comisaría continuamente. Hay individuos que tienen expedientes policiales que parecen una antología del pequeño delito.
La coerción de la policía se debilita entre quienes creen que tienen poco que perder y entre quienes han comprobado que lo máximo que les puede pasar por reventarle la cara a un paisano es que una trabajadora social les dé la chapa durante diez minutos.
Falta les haría a algunos opinadores darse cuenta que la "gente normal" de 12 a 25 años bebe los fines de semana hasta caerse de culo y que a no pocos se les va la almendra y causan estropicios y disturbios varios. Eso es lo normal hoy en día, sin distinción de clase social, ni nivel de ingresos o estudios, ni de número de abrazos recibidos.
Así que yo personalmente creo que el debate es otro. Pero bueno. Continúen hablando de quimeras.
No les culpo, todos tenemos que pagar la hipoteca.
Después están los chusqueros que ni tienen la decencia de colar en sus textos-basura conceptos como "conductismo", "neoasociacionismo cognitivo", "territorialidad"... No, estos van directamente a intentar colarnos el cuento de la desigualdad social, el desempleo, el desarraigo, etc. Curiosamente, quienes culpan a "la sociedad" de que un fulano entre en una tienda y robe catorce iPods porque nunca le abrazaron o el Estado no le proporciona un empleo, nunca nos hablan de las innumerables ocasiones en las que barrios enteros azotados por la miseria y la ignorancia no dan lugar a estos estallidos de violencia. Ni de esos municipios con escalofriantes niveles de desempleo e índices de criminalidad bajísimos.
Las batallas campales contra la policía y los saqueos masivos no ocurren por carencia de abrazos o de paga estatal. Ocurren porque hay gente que es así.
Basta con darse un paseo por las innumerables discotecas de España, por ejemplo. Por esas discotecas donde día tras día se producen enfrentamientos. Hay gente que sale a liarla y si se juntan
La coerción de la policía se debilita entre quienes creen que tienen poco que perder y entre quienes han comprobado que lo máximo que les puede pasar por reventarle la cara a un paisano es que una trabajadora social les dé la chapa durante diez minutos.
Falta les haría a algunos opinadores darse cuenta que la "gente normal" de 12 a 25 años bebe los fines de semana hasta caerse de culo y que a no pocos se les va la almendra y causan estropicios y disturbios varios. Eso es lo normal hoy en día, sin distinción de clase social, ni nivel de ingresos o estudios, ni de número de abrazos recibidos.
Así que yo personalmente creo que el debate es otro. Pero bueno. Continúen hablando de quimeras.
sábado, 6 de agosto de 2011
Capitán América: El primer vengador (2011)
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Muchos os acordaréis de aquel capítulo de South Park en el que Steven Spielberg y George Lucas violaban a Indy. No diré que se me pasó por la cabeza inmediatamente tras ver la película del Capi.
Tardé unos minutos.
La película se encuadra en esta última hornada de pelis de la Marvel que nos cuentan relecturas de los orígenes de los superhéroes más guays de la Casa de las Ideas. Yo tiendo a pensar que van cuesta abajo. Las mejores producciones de esta saga todavía no dejaron de ser X-Men 1 y Iron-Man 1. Thor estuvo bien pero no pude evitar darme cuenta de algunos gags metidos con calzador y dirigidos a un público demasiado infantil. Con el Capi pasa algo parecido: un puñado de guionistas freaks encerrados en una sala con mucho azúcar no pueden evitar caer en sus propias trampas.
Trama
La película nos cuenta la conocida historia del origen del Capitán América: durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército americano desarrolla el suero del supersoldado y lo inocula a Steve Rogers justo antes de que un espía de HYDRA a las órdenes de Cráneo Rojo mate a su creador y la fórmula se pierda para siempre. A partir de ahí en lugar de cazar espías o combatir a los nazis, el Capi se dedica a ayudar al esfuerzo de guerra vendiendo bonos. Cosa que está muy bien hecha en la película pero que considero muy innecesario que dure quince o veinte minutos. A no ser, claro está que se necesite recordar a la gente que compre bonos del tesoro de verdad. Ya sabéis: vivimos una época dura, etc.
Tras saber por activa y por pasiva que los bonos compran balas y relamernos un poco con las pin ups del Capi, viajamos a Europa donde realiza una incursión de rescate de su amigo Bucky con la ayuda de la agente Carter y de Howard Stark.
He de decir que no entiendo por qué hay tensión sexual con la agente Carter ni por qué Bucky no es un niño de 11 años. Son licencias que se toma la peli al releer el personaje. También tengo que decir que no entiendo por qué el Capi es un tanto moñas: "dejo que me peguen porque huir un día significa huir toda la vida". ¿Qué tontería es esa? Pero bueno, aceptemos que Steve Rogers sea muy buena persona y que no se les ocurra otra forma de mostrarlo.
A partir de aquí la película provoca carcajadas. Lo peor es que no las busca y las consigue. Y eso es lo peor que le puede pasar a una película. Con ayuda de "Dum Dum" Dugan, Jacques Dernier y el resto del Comando Aullador, causan disturbios y estragos tras las líneas alemanas desbaratando los astutos planes del malandrín de Cráneo Rojo (todo esto en dos minutos).
Total, que al final llega el Capi a una ala volante gigantesca desde la que Cráneo Rojo (que no os dije que es Hugo Weaving, el actor más sobrevalorado a este lado del rio Grande), pretende lanzar bombas sobre las principales capitales del mundo.
Ah, las bombas llevan el nombre de la ciudad objetivo para que el espectador sepa de qué va la movida.
Por último, el Capi estrella el avión en el Ártico y él se inmola con el avión, porque se conoce que no puede girar la palanca y saltar al agua (tampoco puede informar de su posición -tiene un GPS delante- por radio, sino que tiene que perder el valioso tiempo de radio intentando provocar una reacción emocional en el espectador, ah, el alto mando deja que use la radio para ligar con su novia).
El segundo final de la película es que se despierta -permaneció congelado setenta años, como en los comics- en nuestra época y conoce a Nick Furia (en quien residen mis esperanzas por salvar a esta magnífica saga de películas de Marvel).
Tampoco está todo mal
He sido cáustico con la descripción de la película porque el Capi es mi superhéroe favorito y mis expectativas estaban por encima del resultado. Pero no por ello ocultaré que es una estupenda película de entretenimiento. Eso sí, ¿tenía que ser Chris Evans? Evans ya interpretó a Johnny Storm en Los 4 fantásticos (y que por tanto, pertenece al mismo universo de esta película). Un actor con tantos registros como Keanu Reeves o el propio Hugo Weaving no debiera de tener la responsabilidad de interpretar al Centinela de la Libertad.
Cosas buenas: escenas de acción, ambientación, coreografía de los combates, etc. Todo eso muy bien. Pero es que cualquier película con cierto presupuesto esto es lo mínimo exigible. También me gustaron los stormtroopers de Hydra, Tommy Lee Jones, que los niños compren comics del Capi (en la película) y el ala volante.
Cosas malas: el Comando Aullador (innecesario), la interpretación de la pava (la agente Carter), la interpretación de Cráneo Rojo, toda la dirección de actores está mal, no saber sacarle partido al Capi defendiendo a los inocentes y a los Estados Unidos, no sacarle partido a los comandos de Hydra, la tía que hace de Ana Bolena en los Tudor, que la gente ahora empiece a decir que Stanley Tucci hace un gran papel (hace un pequeño papel mierdoso y me gusta mucho ese actor, ojo), cómo los alemanes pronuncian "Hydra", el saludo oficial de Hydra (parecen Riazor Blues).
Insisto: si no sois muy fans del Capi o del universo Marvel, es una película de aventuras muy entretenida y bien hecha. Si sois unos frikis redomados habrá cosas que os chirríen.
PD: Me quedé hasta el final de los créditos y vi el tráiler de Los Vengadores... no sé qué pinta Ojo de Halcón y creo que Thor me empieza a caer gordo. Al menos Tony Stark compensa tanta mediocridad.
Tardé unos minutos.
La película se encuadra en esta última hornada de pelis de la Marvel que nos cuentan relecturas de los orígenes de los superhéroes más guays de la Casa de las Ideas. Yo tiendo a pensar que van cuesta abajo. Las mejores producciones de esta saga todavía no dejaron de ser X-Men 1 y Iron-Man 1. Thor estuvo bien pero no pude evitar darme cuenta de algunos gags metidos con calzador y dirigidos a un público demasiado infantil. Con el Capi pasa algo parecido: un puñado de guionistas freaks encerrados en una sala con mucho azúcar no pueden evitar caer en sus propias trampas.
Trama
La película nos cuenta la conocida historia del origen del Capitán América: durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército americano desarrolla el suero del supersoldado y lo inocula a Steve Rogers justo antes de que un espía de HYDRA a las órdenes de Cráneo Rojo mate a su creador y la fórmula se pierda para siempre. A partir de ahí en lugar de cazar espías o combatir a los nazis, el Capi se dedica a ayudar al esfuerzo de guerra vendiendo bonos. Cosa que está muy bien hecha en la película pero que considero muy innecesario que dure quince o veinte minutos. A no ser, claro está que se necesite recordar a la gente que compre bonos del tesoro de verdad. Ya sabéis: vivimos una época dura, etc.
Tras saber por activa y por pasiva que los bonos compran balas y relamernos un poco con las pin ups del Capi, viajamos a Europa donde realiza una incursión de rescate de su amigo Bucky con la ayuda de la agente Carter y de Howard Stark.
He de decir que no entiendo por qué hay tensión sexual con la agente Carter ni por qué Bucky no es un niño de 11 años. Son licencias que se toma la peli al releer el personaje. También tengo que decir que no entiendo por qué el Capi es un tanto moñas: "dejo que me peguen porque huir un día significa huir toda la vida". ¿Qué tontería es esa? Pero bueno, aceptemos que Steve Rogers sea muy buena persona y que no se les ocurra otra forma de mostrarlo.
A partir de aquí la película provoca carcajadas. Lo peor es que no las busca y las consigue. Y eso es lo peor que le puede pasar a una película. Con ayuda de "Dum Dum" Dugan, Jacques Dernier y el resto del Comando Aullador, causan disturbios y estragos tras las líneas alemanas desbaratando los astutos planes del malandrín de Cráneo Rojo (todo esto en dos minutos).
Total, que al final llega el Capi a una ala volante gigantesca desde la que Cráneo Rojo (que no os dije que es Hugo Weaving, el actor más sobrevalorado a este lado del rio Grande), pretende lanzar bombas sobre las principales capitales del mundo.
Ah, las bombas llevan el nombre de la ciudad objetivo para que el espectador sepa de qué va la movida.
Por último, el Capi estrella el avión en el Ártico y él se inmola con el avión, porque se conoce que no puede girar la palanca y saltar al agua (tampoco puede informar de su posición -tiene un GPS delante- por radio, sino que tiene que perder el valioso tiempo de radio intentando provocar una reacción emocional en el espectador, ah, el alto mando deja que use la radio para ligar con su novia).
El segundo final de la película es que se despierta -permaneció congelado setenta años, como en los comics- en nuestra época y conoce a Nick Furia (en quien residen mis esperanzas por salvar a esta magnífica saga de películas de Marvel).
Tampoco está todo mal
He sido cáustico con la descripción de la película porque el Capi es mi superhéroe favorito y mis expectativas estaban por encima del resultado. Pero no por ello ocultaré que es una estupenda película de entretenimiento. Eso sí, ¿tenía que ser Chris Evans? Evans ya interpretó a Johnny Storm en Los 4 fantásticos (y que por tanto, pertenece al mismo universo de esta película). Un actor con tantos registros como Keanu Reeves o el propio Hugo Weaving no debiera de tener la responsabilidad de interpretar al Centinela de la Libertad.
Cosas buenas: escenas de acción, ambientación, coreografía de los combates, etc. Todo eso muy bien. Pero es que cualquier película con cierto presupuesto esto es lo mínimo exigible. También me gustaron los stormtroopers de Hydra, Tommy Lee Jones, que los niños compren comics del Capi (en la película) y el ala volante.
Cosas malas: el Comando Aullador (innecesario), la interpretación de la pava (la agente Carter), la interpretación de Cráneo Rojo, toda la dirección de actores está mal, no saber sacarle partido al Capi defendiendo a los inocentes y a los Estados Unidos, no sacarle partido a los comandos de Hydra, la tía que hace de Ana Bolena en los Tudor, que la gente ahora empiece a decir que Stanley Tucci hace un gran papel (hace un pequeño papel mierdoso y me gusta mucho ese actor, ojo), cómo los alemanes pronuncian "Hydra", el saludo oficial de Hydra (parecen Riazor Blues).
Insisto: si no sois muy fans del Capi o del universo Marvel, es una película de aventuras muy entretenida y bien hecha. Si sois unos frikis redomados habrá cosas que os chirríen.
PD: Me quedé hasta el final de los créditos y vi el tráiler de Los Vengadores... no sé qué pinta Ojo de Halcón y creo que Thor me empieza a caer gordo. Al menos Tony Stark compensa tanta mediocridad.
martes, 2 de agosto de 2011
Absurdas nuevas normas del paisaje gallego
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La última gran ocurrencia de la Xunta es dividir Galicia en doce áreas paisajísticas a las que las nuevas construcciones tendrán que adaptarse.
Recoge Elisa Álvarez para La Coz:
Es decir, el cierre -la valla- de mi finca o de mi leira, lo deberé de hacer siguiendo unos criterios de tamaño, materiales, ornamento y geometría que decide otra persona. Lo mismo para el material que use en mi tejado, el color/tipo de la piedra, etc. Tendré que amoldar mi casa a un paisaje que se decide en un despacho. Y me callo la boca.
Claro que siempre saldrá algún tiquismiquis que tendrá dos fincas (o una finca que pertenezca a dos ayuntamientos), a quien la aplicación de la norma le resultará incluso más dificil de cumplir. Pongamos por caso que un paisano tiene una finca entre Porta y Buxán. Deberá saber que Porta pertenece a la comarca de Chantada y por tanto está en la zona paisajística de "Mesetas y fosas lucenses" y Buxán ya está en la Ribeira Sacra y por tanto pertenece a otra zona paisajística, la de "Riveras del Miño y Sil".
Ver mapa más grande
Yo pensaba que si se construye de forma distinta en la costa o en el interior, es porque se responde a unas condiciones objetivas y tradicionales que no hacen falta reflejar en un megaplan urbanístico. El tejado de pizarra es más común en un sitio con pizarra donde no se puedan secar tejas al Sol. Todo esto me parece de perogrullo y no incidiré más: hoy en día el comercio facilita el intercambio, punto.
Feísmo
Es importante señalar que la cuestión del paisaje tiene especial relevancia en Galicia, donde un paisaje natural propio de la mismísima Arcadia, choca con construcciones de cemento, uralita y ladrillo a la vista (lo que se llama "feísmo"). ¿Hay que combatir el feísmo? Sí, pero dudo mucho que se pueda combatir con compás y escuadra.
Para muestra de lo que afirmo, ahí están los cientos de millones de euros de ayudas de la UE que se dilapidan en mantener en la UVI al sector agrario gallego. Todos sabemos que la subsistencia de las explotaciones agroganaderas no se planea para que "produzcan" sino para que "domen el paisaje". Pues bien, esas explotaciones son precisamente la causa de gran parte del feísmo. Otra razón del feísmo tiene su origen en que la gente se apaña como puede con los dos duros de la pensión no contributiva que ayudan a pasar la vejez mientras los vecinos huyen a la ciudad.
Ahí están esas chozas de uralita en medio de la huerta que sirven para guardar los "aperos de labranza" (tengo que escribir en madrileño o en el idioma de TVE porque si no, no se me entiende). Yo le preguntaría a los genios de la Xunta cómo hacer bonita una maldita choza que guarda dos azadones, tres hoces, una guadaña y una carretilla. A mi que me lo expliquen.
No, mejor, que se lo expliquen a ese paisano de 80 años que está de vuelta de todo, boina enroscada, palillo en la boca y cayado en la mano -esa mano cuarteada por decenas de heladas y docenas de puñetazos en su juventud-. Ese paisano que apenas sabe hablar castellano y tampoco entiende el gallego de la Telegaita. Que ha visto venir y pasar a mucho listo y al que todavía le aterran las pesadillas con lobos y Santa Compaña.
Ya me imagino al enteradillo de la Xunta bajando del coche después de haberse perdido un rato largo por esos montes de Dios:
-Holabuenas, don Ofrasio -la gente mayor tiene nombres raros-. No puedo evitar ver que su cerca tiene un color gris de Payne y debería tener un gris de Davy.
Pagaría por ver ese momento.
Recoge Elisa Álvarez para La Coz:
La meta es que en cada una de estas áreas se establezcan unas directrices en las que se van a recoger los objetivos de calidad del paisaje, y normas y recomendaciones de obligatorio cumplimiento en los instrumentos de planificación sectorial y paisajística.
Manuel Borobio [Director General de Sostenibilidad y Paisaje, que es un cargo que depende de la Consejería de Medioambiente, Territorio e Infraestructuras] puso como ejemplo de las aplicaciones prácticas que tendrán las directrices «cómo rematar un cierre en función de donde esté el terreno. Son acciones que dependen de la ubicación y que se integrarán tanto en el planeamiento como en las ordenanzas», apuntó.
Es decir, el cierre -la valla- de mi finca o de mi leira, lo deberé de hacer siguiendo unos criterios de tamaño, materiales, ornamento y geometría que decide otra persona. Lo mismo para el material que use en mi tejado, el color/tipo de la piedra, etc. Tendré que amoldar mi casa a un paisaje que se decide en un despacho. Y me callo la boca.
Claro que siempre saldrá algún tiquismiquis que tendrá dos fincas (o una finca que pertenezca a dos ayuntamientos), a quien la aplicación de la norma le resultará incluso más dificil de cumplir. Pongamos por caso que un paisano tiene una finca entre Porta y Buxán. Deberá saber que Porta pertenece a la comarca de Chantada y por tanto está en la zona paisajística de "Mesetas y fosas lucenses" y Buxán ya está en la Ribeira Sacra y por tanto pertenece a otra zona paisajística, la de "Riveras del Miño y Sil".
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Yo pensaba que si se construye de forma distinta en la costa o en el interior, es porque se responde a unas condiciones objetivas y tradicionales que no hacen falta reflejar en un megaplan urbanístico. El tejado de pizarra es más común en un sitio con pizarra donde no se puedan secar tejas al Sol. Todo esto me parece de perogrullo y no incidiré más: hoy en día el comercio facilita el intercambio, punto.
Feísmo
Es importante señalar que la cuestión del paisaje tiene especial relevancia en Galicia, donde un paisaje natural propio de la mismísima Arcadia, choca con construcciones de cemento, uralita y ladrillo a la vista (lo que se llama "feísmo"). ¿Hay que combatir el feísmo? Sí, pero dudo mucho que se pueda combatir con compás y escuadra.
Para muestra de lo que afirmo, ahí están los cientos de millones de euros de ayudas de la UE que se dilapidan en mantener en la UVI al sector agrario gallego. Todos sabemos que la subsistencia de las explotaciones agroganaderas no se planea para que "produzcan" sino para que "domen el paisaje". Pues bien, esas explotaciones son precisamente la causa de gran parte del feísmo. Otra razón del feísmo tiene su origen en que la gente se apaña como puede con los dos duros de la pensión no contributiva que ayudan a pasar la vejez mientras los vecinos huyen a la ciudad.
Ahí están esas chozas de uralita en medio de la huerta que sirven para guardar los "aperos de labranza" (tengo que escribir en madrileño o en el idioma de TVE porque si no, no se me entiende). Yo le preguntaría a los genios de la Xunta cómo hacer bonita una maldita choza que guarda dos azadones, tres hoces, una guadaña y una carretilla. A mi que me lo expliquen.
No, mejor, que se lo expliquen a ese paisano de 80 años que está de vuelta de todo, boina enroscada, palillo en la boca y cayado en la mano -esa mano cuarteada por decenas de heladas y docenas de puñetazos en su juventud-. Ese paisano que apenas sabe hablar castellano y tampoco entiende el gallego de la Telegaita. Que ha visto venir y pasar a mucho listo y al que todavía le aterran las pesadillas con lobos y Santa Compaña.
Ya me imagino al enteradillo de la Xunta bajando del coche después de haberse perdido un rato largo por esos montes de Dios:
-Holabuenas, don Ofrasio -la gente mayor tiene nombres raros-. No puedo evitar ver que su cerca tiene un color gris de Payne y debería tener un gris de Davy.
Pagaría por ver ese momento.
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