martes, 9 de marzo de 2010

El triunfo de lo sencillo

Antes de que las cosas se fabricaran para no durar (hoy en día cualquier producto de ingeniería se fabrica estimándole una vida útil prestablecida. Aún pudiendo fabricarlo para que dure más. No es un problema de tecnología, sino económico), las cosas se hacían bien a propósito.

Una de las historias de éxito de la ingeniería es la del dos caballos. ¿Cómo mido el grado de éxito de una tecnología? No por el número de unidades vendidas (pues ahí influyen aspectos de publicidad, etc), sino por la duración de fabricación en el tiempo y por las especificaciones técnicas.

El dos caballos se fabricó de 1948 a 1990. Lo curioso es que sus cambios de mecánica (aumentando la potencia básicamente y mejorando la habitabilidad) no conllevaron un significativo aumento de peso. A lo largo de su historia tenemos:

1949. Motor de 375 cc. 8 cv. 60 km/h.
1954. Motor de 425 cc. 10 cv. 80 km/h.
1974. Motor de 435 cc. 24 cv. 102 km/h.
Posteriores. Motor de 602 cc. 30 cv. 120 km/h.

El modelo de 1948 pesaba unos 500 kilos, el de 1990 unos 560 kilos. Se dobló la velocidad máxima, casi se multiplica por cuatro la potencia y casi se dobla la cilindrada.

El consumo también permaneció estable a lo largo de las décadas: más o menos unos seis litros a los cien, aunque en algunos folletos se habla de menos de cinco en carretera.

Pero aquí no acaban las buenas noticias. La mecánica del dos caballos fue innovadora a la par que sencilla: no tenía ni distribuidor ni manguitos ni correa de transmisión. Los fallos mecánicos podían ser reparados por mecánicos amateurs o gente lista que se parara a pensar cómo funciona un coche. Hoy en día eso es impensable. No solo por el aumento de la electrónica, sino por la propia ingeniería de materiales (no te puedes fabricar tus propias piezas).

Imágenes:

Interior de uno de los primeros modelos. El salpicadero carece de luces (y sólo tiene velocímetro). No hay cinturones de seguridad. El volante es un palo.


Chasis. Los frenos de tambor fueron sustituidos por frenos de disco en los últimos modelos. El freno de mano actúa sobre las ruedas delanteras. Obsérvese los hidráulicos laterales que unen los ejes.

Estos caballeros van más cómodos que en Iberia.

Modelo años 60. El ladeo propio de un barco se debe a la amortiguación (ver imagen del chasis arriba).

Modelo años 70. La ventanilla abatible llegó tras los numerosos accidentes que provocaba la ventanilla "en guillotina". Aparecen los intermitentes incorporados a la carrocería y los retrovisores laterales.


En los 80 el 2cv vivió una segunda juventud. Modelos como el Charleston (en la imagen), el Cocorico (en alusión al gallo de Francia) y el 007 (en alusión a su participación en Sólo para tus ojos), triunfaron entre el público joven.

Más:

3 comentarios:

Teseo dijo...

Muy bonito. Pena que ya no se fabrique
¿Por qué le llaman dos caballos si tenía 8?

Le poinçonneur dijo...

Estupendo post, Pablo. De verdad que sí.

Pablo Otero dijo...

Se le llama dos caballos porque su potencia fiscal era de dos caballos.