martes, 10 de noviembre de 2009

Tú tienes la culpa por tener hijos

La conocida frase "tu libertad acaba donde empieza la de los demás", viene a decirnos que las decisiones que tomamos, en la medida que tienen consecuencias para los demás, deben ser limitadas. Es una frase sencilla que en principio sirve para que la gente extremadamente desagradable no se pasee desnuda por delante de nuestros jardines. Todos la entendemos. El simio medio que arrastra los pies por el mundo con una estúpida sonrisa de autocomplacencia carece del tiempo, ganas, motivación y recursos como para retorcer el consabido mantra. Pero cuando varios simios unen sus fuerzas, parece que ya nada pueda detenerlos.

En cierta ocasión se reunieron varios de estos especímenes y tras ver la irregular película Fortaleza infernal, protagonizada por Christopher "Caracartón" Lambert, decidieron que la gente era demasiado libre. Se propusieron tras aquella tarde de cine y palomitas limitar la libertad de los demás en pos de la suya propia. Hicieron una lluvia de ideas. Descartaron prohibir los helados Drácula, pues no le gustan a todo el mundo. Consideraron lamentable actuar contra las peleas de perros, pues tampoco están tan extendidas. Descartaron promover un modelo de comercio internacional más justo que acabara con el hambre en el tercer mundo, ya que la oposición de los que abogan por las limosnas ya estaba fuertemente organizada.

Justo antes de que les viniesen a recoger sus padres, dieron con el asunto: reducir la población mundial para frenar el cambio climático. Con un par.

Uno de los simios objetó que alguien podía relacionarlos con políticas eugenésicas, sin embargo otro lo tranquilizó al señalarle que el llevar la coletilla "cambio climático" les daba bula para poner en práctica las ideas más disparatadas. Frenar el cambio climático es el bien supremo de nuestros días. ¿Quién se iba a oponer a ese nuevo artículo de fe en la nueva era de Acuario?

Pasaron las estaciones y fundaron el Optimum Population Trust cuyo fin es reducir la población para frenar el cambio climático. Abogan por limitar como mucho a dos hjos por pareja a las familias. Asesoran a organismos internacionales con informes desternillantes que dicen cosas como que "la gente no debe tener hijos en tanto en cuanto tener hijos afecta a los demás". Tienen una inquebrantable fe en que el aumento de población es directamente proporcional a un aumento de temperatura inexistente. Quieren que los países occidentales vuelvan a los niveles de población de los años 30 (Estados Unidos a 140 millones, Reino Unido a ¿17 millones?).

Dicen cosas abrumadoras como que "el derecho a tener un número ilimitado de hijos choca con el derecho de los demás a estar solo". Graciosamente afirman que "la anticoncepción es la tecnología más verde" y que "la planificación familiar es la forma más barata de combatir el cambio climático".

Tienen desarrollos sobre las "poblaciones óptimas" para todo el planeta. En estos desarrollos, totalmente pillados por los pelos para cualquiera con dos dedos de frente, hacen malabares hilarantes con conceptos como huella ecológica, biodiversidad, "hectárea global" y "biocapacidad". Lamento no haber encontrado "etología" que es una palabra que me gusta mucho, pero alabo su imaginación para inventarse nuevos conceptos que autojustifiquen sus teorías desternillantes en una espiral de majaderías sin fin.

Afirman sin pestañear cosas como que cada año hay más hambrientos (¿seguro?), o que los recursos renovables cada vez escasean más (¿por qué los llamaran "renovables"? ¿dónde vivo? ¿cómo me llamo?).

Uno de estos simios, el "prestigioso ecólogo" Paul Ehrlich, recientemente en Barcelona, afirma que "es insensato que los Estados Unidos tengan una población de 380 millones de habitantes" (el tío ha contado a las cañadas porcinas, bovinas y vacunas). A veces me dan ganas de ser un "prestigioso ecólogo" a mi también, para poder soltar paridas como "Piense en España. Tiene un 20% de paro. Con un 20% menos de pobalción vivirían mucho mejor", y que me pagaran por ello.

En fin, ahora releed el post sustituyendo "simio" por "reptiliano".



Oh, por cierto:

2 comentarios:

Teseo dijo...

Yo tambien quiero ser etologo, subvencionado por el gobierno.
En la peli, el malo malisimo era un robot y le quiere quitar la novia a Lamberto... no lo entiendo.

Pablo Otero dijo...

Era un robot intersexual y progre.

Asimov ya tocó el tema treinta años antes.