
El hombre produce, el parásito saquea.
El hombre crea, el parásito pide.
El hombre propone, el parásito espera.
El hombre conoce los absolutos, el parásito cree que todo es relativo.
El hombre pacifica, el parásito apacigua.
El hombre combate, el parásito espera que otros combatan por él.
El hombre sabe que trabajar gratis para otro hombre se llama esclavitud, que vivir bajo la voluntad de otro hombre se llama servidumbre. El parásito piensa que trabajar gratis para otro hombre es un don, que vivir bajo la voluntad de otro hombre es una labor social.
El parásito cree saber lo que significa "labor social", el hombre tan solo relaciona esa expresión con la genuflexión.
Al hombre le preocupan el aquí y el ahora, al parásito le preocupa lo que dirán los vecinos.
3 comentarios:
Y supongo que al parásito lo que le interesa es que los demás trabajen para que él viva, gratis, a poder ser.
Un saludo
Exacto.
Un saludo.
Como se nota que te estás leyendo La Rebelión, hamijo :D
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