sábado, 6 de junio de 2009

¿Aumenta el racismo en Europa oriental?

En esta imagen de la Wikipedia, el tamaño de las ruedas simboliza la cantidad total -bruta- de gitanos. El gradiente de color muestra la proporción de gitanos respecto a la población total del país. A primera vista se puede ver un importante peso poblacional en Europa oriental y central. Fuera de esa zona, destacan Francia y España como países con una importante comunidad gitana aunque sin llegar a ser determinante en función de la población total.

¿Por qué en esos países y no en otros? Pues parece ser que los gitanos desde el norte de la India en la Edad Media llegaron por esa ruta a Europa y en los siglos siguientes al ser España una potencia relevante, fue un foco de inmigración lógico. El paso a Francia se explica por ser la única conexión terrestre de España con el resto del continente. El mismo argumento puede explicar por qué dentro de España, las zonas con mayor población gitana son las de la costa mediterránea y Madrid (lugares de paso y polo de riqueza en el centro).

Resulta complicada la valoración estadística del pueblo gitano debido a que censar en función de la etnia o cultura puede considerarse discriminatorio y también a que en innumerables casos la distinción de quién es gitano y quién no, no está clara. En Estados Unidos, una variable del censo es la raza, lo que resulta útil para focalizar programas de ayuda especial. En la Unión Soviética, una variable del censo era la "nacionalidad" (más los judíos aparte). En Alemania, con las leyes de Nuremberg, se establecieron distintas categorías en función de los antepasados y de la "cantidad de sangre judía" de los ciudadanos. Al conquistar otros países, se vieron con el problema de que los judíos eran considerados una comunidad religiosa y no racial. Creo que salvo en casos muy concretos de problemáticas particulares de ciertas comunidades, los censos culturales y raciales, tienen poca o nula validez.

Hoy en día en Europa, debido a factores muy debatidos y estudiados, se atribuye un aumento del extremismo y del populismo, al tema gitano. Estados débiles, crisis económica, miedo, falta de cultura política,... Las razones que siempre llevaron a las sociedades a abrazar al odio y que se repiten a lo largo de la historia, a nadie nos pillan de sorpresa. Pero lo cierto es que en Europa oriental el tema es de máxima actualidad: la televisión pública checa recibió muchas quejas por emitir el anuncio de un partido nacionalista en el que se aludía a la "cuestión gitana" en términos homologables a la "cuestión judía" del Tercer Reich. En Bulgaria, un miembro de extrema derecha del Europarlamento fue amonestado por declaraciones racistas hacia una compañera gitana. En Hungría más de lo mismo, etc. A España llegan pocas noticias, pero el debate esta ahí.

Durante la próxima década habrá que estar pendientes de los resultados electorales de partidos extremistas y populistas en República Checa, Eslovaquia, Hungría, Bulgaria y Rumanía.

Pero más allá de estar vigilantes, ¿qué podemos hacer nosotros para evitar el señalamiento de excusas en forma de cabezas de turco de las que se aprovechan los partidos extremistas? Ya sean gitanos, inmigrantes, católicos, homosexuales... todo grupo identificable puede ser aprovechable para acusarlo de algo, denigrarlo y crecer a su costa. Contra eso, nuestras mejores armas son la formación, alejar los prejuicios y no pasar ni una. No permitir que crezcan las raíces del odio. Impedir que se plante esa semilla a nuestro alrededor. Aunque la semilla esté en estado embrionario.

Bonustrack:

2 comentarios:

Sr. IA dijo...

El racismo antigitano es una constante en Europa Oriental, no hay que olvidar que hasta el comunismo (y durante, sólo que más larvado), todo el antiguo imperio austriaco estaba dividido más que por países, por etnias… Los típicos puzles balcánicos… judios askenazis, sefardis, turcos, griegos, el pupurri eslavo, gitanos, alemanes, italianos… Añádele la combinatoria religiosa, turcos ortodoxos, musulmanes, cristianos, protestantes, judios de esto y aquello, ortodoxos griegos, ortodoxos rusos… El etneticismo debe ser algo muy marcado. Los gitanos –y sus hibridaciones- son allí el chivo expiatorio del malestar postcomunista… En España también, así la identificación “rumano” o “búlgaro” con gitano es muy marcada donde la inmigración de ambos países tiene un elevado porcentaje romaní. De donde a la xenofobia antiinmigrantes se suma el racismo anti-gitano. La IA está muy interesada en la historia gitana.

Hay que añadir que se trata de una historia muy europea, los gitanos son de muy difícil asimilación (no imposible) y con porcentajes sustanciales de alta conflicitividad social por el rechazo tajante a pautas cívicas, hijo a su vez de la extremada persecución y desestructuración. Así, por ejemplo, y en España, el absentismo escolar gitano sigue siendo un problema de primer orden al que no se presta la menor atención y que creo que es por donde se debe empezar.

Una Europa sin gitanos es una Europa incompleta. Los revisionistas del genocidio gitano, los neo-racistas checos, rumanos, bulgaros etc, suprematistas eslavistas y demás bazofia

Pablo Otero dijo...

Yo hago hincapié en que la idiosincrasia gitana resulta dificilmente asimilable. Si bien los judíos europeos también eran un "pueblo sin estado", sí supieron asimilarse resultando una relación de mutuo enriquecimiento.

Pero en el caso de los gitanos, las historias de asimilación o de integración son minoría. Son sociedades más cerradas y que acaban pagando los platos rotos.

El caso es que es muy dificil saber por dónde empezar -combatir el absentismo escolar puede ser un primer paso-, y la demagogia de "ayuda a los gitanos" creo que también puede llegar a ser contraproducente.

La actividad de "auxilio social" a la comunidad gitana provoca rechazo en la sociedad y no da los resultados deseados. Quizás haya que cambiar de estretegia y huir de ideas preconcebidas.