Mientras tanto, los talibanes, (no sabemos si quieren hacer caer el gobierno de Zardani en Pakistán o hacerse fuertes en el noroeste para tener una región-base desde la que imponer la sharia y continuar actividades de ataque contra las fuerzas de la OTAN desplegadas en Afganistán), ya están a menos de cien kilómetros de la capital.
Al mismo tiempo, la prensa se hace eco de las maniobras de la fuerza aérea israelí en el estrecho de Gibraltar. Hay que decir dos cosas sobre estas maniobras:
- Son maniobras de repostaje de combustible en el aire a 3.800 kilómetros de su base.
- La distancia media entre Israel y Pakistan es de unos 4.000 kilómetros.
- Quiere llamar la atención sobre el problema de seguridad en aquella zona del mundo.
- Dice la verdad.
La amenaza iraní está ahí, es evidente. Pero un cambio en la correlación de fuerzas en Pakistán puede estar más cercana y ser más peligrosa.
Quizás por ello, el gobierno británico ya ha dado la orden de mandar asesores militares a Pakistán, los israelíes apuran la puesta al día de sus reservistas en los sistemas antimisil y los americanos no le quitan ojo a las instalaciones nucleares pakistaníes.
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