martes, 14 de abril de 2009

Un milagro al día debería ser nuestra cuota mínima de milagros



Dar de comer al hambriento, calzar al descalzo, auxiliar al enfermo no deben ser fines en sí mismos para La Religión. Son fines en sí mismos para una organización caritativa, pero no para una Iglesia. No es tampoco una conducta a evitar, sino a fomentar, desde luego. La caridad es una virtud cardinal que no acepta discusión.

Repasando la historia de la relación de Dios con los hombres, no se trata de "vivir al día y acabar con la historia". Dios da a los hombres unas instrucciones y les deja el libre albedrío de cumplirlas o no. Multiplicarnos, trabajar la tierra para procurar el sustento, dominar a las bestias. Esas son las instrucciones primigenias.

Debido al libre albedrío de los hombres, Dios decide cargarse a mucha gente porque no los logra convencer de otro modo. Entonces llega un momento en que decide cambiar la estrategia: señala a un pueblo y les da unas normas de conducta. Esta es la primera alianza con el pueblo de Israel. Pasa el tiempo, y debido a un mal uso de la libertad otorgada, Dios nuevamente nos viene con una nueva estrategia: hacerse hombre y vivir entre nosotros. Esta vez nos ofrece una nueva alianza que ya no es solo para Israel, sino para todo el mundo. Dice "sólo yo soy la salvación, el camino y la vida". Pero no se queda ahí -como cuando las tablas de la ley-, sino que además nos da un incentivo: recibiréis la vida eterna.

Para que no se quede en agua de borrajas, el propio Dios funda una Iglesia para organizar a los cristianos ("sobre esta piedra edificaré mi Iglesia").

"Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos". -Mateo 16:18-19

Bien, pues, a través de esa Iglesia, cuya cadena ininterrumpida ya se remonta a casi dos mil años, es como debemos recuperar ese mandato primigenio, ese destino manifiesto del ser humano.

Me niego a pensar que la Iglesia de Dios debe limitarse a visitar presos, acompañar ancianos, atender enfermos y dar clase a niños (y de paso por el camino quemar a unos cuantos infieles y herejes). La Iglesia debe vivir en la tierra. Esta última frase no es baladí.

El fin último de la Iglesia no puede ser otro que levantar el reino de Dios en la Tierra (aunque también mola decir "el Dominio de la Gracia").

Y hay cosas que se están haciendo muy mal. Por supuesto que no es infalible -solo es infalible el Papa cuando ejerce de Papa, uséase: ex cathedra- y que probablemente es el modo más perfecto que hemos conocido en dos mil años de hacer las cosas. Pero como cristianos no podemos resignarnos al "estado de las cosas" actual.

Si la Iglesia decide continuar con sus portavoces de voz aflautada y procurando tan sólo su propia continuidad actuando como una organización caritativa que de vez en cuando organiza ritos cuyo significado la gente no ya no solo no siente, sino que ni siquiera entiende, no me extrañaría nada que Dios nos volviese a dar un toque de atención.

De momento hemos tenido dos mil años y la influencia de la Iglesia ha sido decisiva en conformar lo que entendemos como "cultura occidental", que el resto de culturas imitan debido a su evidente éxito. Cada vez lo hacemos mejor, sin duda, pero todavía queda mucho camino que recorrer.

El riesgo está en que la iglesia se convierta en sinónimo de abominación, a lo largo de la historia lo ha sido en ocasiones, pero siempre los momentos de luz han brillado con más fuerza que los de oscuridad.

Si la iglesia pierde su significado será por la ineptitud de la jerarquía. Y siendo la piedra de la iglesia infalible, solo nos cabe pensar que llegado el momento se replanteen los organos intermedios.

Hay tantos estómagos agradecidos de voz aflautada que mientras se llenan la boca de términos teológicos enrevesados por el paso del tiempo son incapaces de darse cuenta que las obras de la Arcadia están parándose. Sí, la Arcadia es precristiana, ¿algún problema?

Remangarse, coger las piedras y continuar colocándolas una a una.

Habrá quien diga que estoy siendo demagogo o injusto. O las dos cosas a la vez. A mi esa gente me come la p****. Si por algo se caracteriza la nueva alianza es porque Dios nos dice que su reino está en cada uno de nosotros, el individuo sin apellidos es importante en sí mismo, fundamental, vital para la obra de Dios. El individuo anónimo. Tan solo puede haber diferencias con el vicario de Cristo cuyos sucesores debería de elegir él mismo. Pero tomada en consideración esa salvedad, la palabra de cualquier hijo de Dios va a misa. Y por lo tanto creo que cualquier hijo de Dios debe hallar su propia epifanía. Superar el triste ajetreo de lo que entendemos por cotidiano. Vivir en la tierra. Es que no creo que sea tan dificil.

Y ya me cansé de escribir. Ahora vas y lo cascas.

4 comentarios:

Sr. IA dijo...

Admirado vigilante de la libertad.
No entiendo de dónde emana la proposición según la cual “…cuyos sucesores debería de elegir él mismo”, en referencia al vicario de Cristo (¿o Cristo?). Le recuerdo que la elección del Papa es obra del Espíritu Santo iluminando a los “príncipes de la iglesia” (colegio cardenalicio), de ahí emana su infalibilidad sentando doctrina si y solo si para evitar la atomización del culto, creo.

Obviamente, la elección de pontífices muy alejados de la deseable virtud y aparentemente más que falibles, solo puede ser fruto de que Dios obra recto con renglones torcidos, una interpretación simbólica, yerro historiográfico al enjuiciar a los Papas execrables, o explicable en términos de estructura de poder autoblindándose. Personalmente opino que las cuatro cosas a la vez y ninguna.

Como IA catecúmena estoy en desacuerdo de la proposición según la cual la iglesia debe preparar el Reino en la tierra… “Mi reino no es de este mundo”, Juan 18 33-37. Así pues, la iglesia (jerarquía) es la portadora a través de los tiempos del mensaje evangélico y no un aparato al servicio de desarrollos políticos u organizadora de la sociedad. Es la iglesia una humilde institución humana, y como tal, cargada de errores, y a pesar de ellos, portentosa.

Sea humilde y vuelva al camino de la ortodoxia.

Pablo Otero dijo...

Como inteligencia conectada a Internet sabes que a cada cita de la Biblia le corresponde otra que cambia su interpretación o directamente que la contradice.

"Mi reino no es de este mundo", en efecto, pero al mismo tiempo se supone que hay que construir el reino de Dios en la tierra. Hago hincapié en eso.

Estoy de acuerdo en que para la iglesia la elección del colegio cardenalicio está inspirada por el Espíritu Santo, pero eso puede cambiar ("lo que ates en la tierra... etc"). Para decir lo que digo me baso en que Cristo al fundar su iglesia nombra a Pedro base de la Iglesia, no hay nada que me diga que Pedro no puede nombrar a su sucesor y así sucesivamente "piedra a piedra".

Hey, no es heterodoxia mientras siga reconociendo la autoridad del Papa. La Iglesia Católica la componen muchas iglesias. La Católica Apostólica y Romana, al fin y al cabo es sólo una entre tantas.

Quizás quienes han perdido la ortodoxia son los otros.

Sr. IA dijo...

Ok, captado lo de la elección del Papa.
Lo del Reino también me parece razonable. Ocurre que, como bien sabes, la iglesia siempre ha mantenido una dualidad, poder temporal y poder espiritual que a veces ha dado lugar a una simple y pura lucha por el poder. Me parece una postura más simple evitar las alusiones al Reino (que tiene una inevitable lectura social) y decir que en la tierra uno trabaja por ser mejor persona a través del amor a los demás, que es el mensaje clásico. Viene esto a cuento de las desviaciones, especialmente de la Compañía de Jesús, históricamente muy vinculada a la materialización política de la utopía cristiana (Reducciones de Paraguay, teología de la Liberación, etc..), no dudo de las buenas intenciones de nadie, incluso de la nobleza de palnteamientos, pero ideologías así nos llevan de cabeza al islam, la religión social pot excelencia actualmente. ¿Ý sino, cuál es la diferencia? ¿Qué ellos se equivocan y nosotros no?

Pablo Otero dijo...

Si hay que evitar las alusiones al Reino, se evitan. Precisamente lo que no me gusta es una religión de palabras y de complicados temas teológicos que a la gente de la calle le entran por una oreja y le salen por la otra.

Evidentemente los musulmanes se equivocan todo el tiempo, los católicos no todo el tiempo. :D

Además, hablamos de una Fe, no de una ideología. Creo que los cristianos hemos superado nuestra adolescencia como religión y ya no imponemos nuestra creencia por la fuerza. El cristianismo se separa de las leyes civiles y de los Estados. Eso está muy superado. Y sin olvidar que como comunidad civil podemos y debemos ejercer la presión que veamos para temas vayan acorde con nuestras ideas.