
De casualidad me encontré en Youtube con una fantástica recopilación de canciones de Battiato en castellano. Tan acostumbrado a escucharlo en italiano, hay canciones que no me acaban de cuadrar (como La era del jabalí blanco, Sagradas sinfonías del tiempo o Up patriots to arms, por poner los ejemplos más evidentes que se me ocurren). Battiato tradujo varios de sus grandes éxitos al español -como tantos y tantos artistas italianos, la sangre supongo que llama-, como Voglio vederti dantzare o Cerco un centro di gravitá permanente (Quiero verte danzar y Busco un centro de gravedad permanente), lo que no sabía era que tradujo tantas canciones, prácticamente todas las que van desde L'era del cinghiale bianco hasta Come un cammello in una grondaia. Tengo que ponerme al día, desde Ferro battuto no escucho nada nuevo de él.
Ahí dejo una canción que me sorprendió para bien en su versión en español: Perspectiva Nevski:
Un viento a treinta grados bajo cero
barría las desiertas avenidas y los campanarios.
A ráfagas heladas de metralla,
desintegraba los cúmulos de nieve.
Y los fuegos de la Guardia Roja encendidos
para echar al lobo, y viejas con rosarios.
Y los fuegos de la Guardia Roja encendidos
para echar al lobo, y viejas con rosarios.
Sentados en las gradas de la iglesia,
esperábamos tras la misa que saliesen las mujeres.
Mirábamos con expresión ausente
la gracia incomparable de Niyinski.
Y luego de él se enamoró
perdidamente su empresario, y de las danzas rusas.
Y luego de él se enamoró
perdidamente su empresario, y de las danzas rusas.
Con mi generación pasé el invierno,
mujeres encorvadas sobre el telar en la ventana.
Un día en la perspectiva Nevski
me encontré por azar a Igor Stravinski.
Los orinales puestos bajo el lecho por la noche
cine de Eisenstein por la revolución.
Los orinales puestos bajo el lecho por la noche
cine de Eisenstein por la revolución.
Estudiábamos cerrados en un cuarto,
con débil luz de velas y candiles de petróleo.
Y cuando se trataba de hablar,
esperábamos siempre con placer.
Y mi maestro me enseñó
qué difìcil es descubrir el alma dentro de las sombras.
Y mi maesto me enseñó
qué difìcil es descubrir el alma dentro de las sombras.
Por supuesto, dejo la versión en italiano, para comparación y disfrute:
Prospettiva Nevski
Un vento a trenta gradi sotto zero
incontrastato sulle piazze vuote e contro i campanili
a tratti come raffiche di mitra,
disintegrava i cumuli di neve.
E intorno i fuochi delle Guardie Rosse accesi
per scacciare i lupi, e vecchie coi rosari.
E intorno i fuochi delle Guardie Rosse accesi
per scacciare i lupi, e vecchie coi rosari.
Seduti sui gradini di una chiesa
aspettavamo che finisse messa e uscissero le donne,
poi guardavamo con le facce assenti
la mgrazia innaturale di Nijinsky.
E poi di lui si innamorò
perdutamente il suo impresario, e dei balletti russi.
E poi di lui si innamorò
perdutamente il suo impresario, e dei balletti russi.
L'inverno con la mia generazione,
le donne curve sui telai vicine alle finestre,
un giorno sulla prospettiva Nevski per caso
vi incontrai Igor Stravinsky.
E gli orinali messi sotto i letti per la notte
e un film di Eisenstein sulla rivoluzione.
E gli orinali messi sotto i letti per la notte
e un film di Eisenstein sulla rivoluzione.
E studiavamo chiusi in una stanza,
la luce fioca di candele e lampade a petrolio,
e quando si trattava di parlare
aspettavamo sempre con piacere.
E il mio maestro mi insegnò
com'è difficile trovare l'alba dentro l'imbrunire.
E il mio maestro mi insegnò
com'è difficile trovare l'alba dentro l'imbrunire.
¡Qué grande Battiato! El tío sigue sacando discos vanguardistas y dirigiendo películas. Ah, un asteroide recibió su nombre como homenaje, y Martes y Trece lo parodiaron hace veinte años ya.
Y ahora es el momento de preguntarnos ¿qué quedará de nuestro tránsito en la Tierra, de todas las impresiones que tenemos de la vida? ¿Seguiremos llegando cansados a la frontera, con ojeras? Puede que mientras siga habiendo Schubert, derviches y cigarrillos turcos, la espera de la era del jabalí blanco no se nos haga pesada delante de los teatros. Entonces no hará falta que estudiantes de Damasco, vestidos todo iguales, esquiven a las lagartijas con sus coches, ni tampoco que el fuego del volcán acabe con los Casacas Rojas. Pero mientras tanto, mientras escribimos cartas al gobernador de Libia, ¡equipos experimentales a las puertas de Sirio! Proclamamos nuestra rendición día tras día, no sacamos las cabezas por las ventanas para contemplar las rutas desiertas de Tozeur. Vivimos a distinta velocidad. Sonidos prehistóricos en el tiempo de los dinosaurios. Por el cielo van los coros de soldados contra Al Mukhtar y Lawrence de Arabia. Acabemos de una vez, arroyos sin fuentes, en nuestros centros de gravedad permanente.
Me da a mi en los huesos que se acerca una vaharada de aliento pestilente y como decía Cebrián, nuestro deber es dejar atrás algo lo suficientemente relevante como para dignificar la memoria que leguemos a nuestros sucesores.

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