sábado, 28 de febrero de 2009

El bucle infinito de la cuestión lingüística


Sin ánimo de cansar al personal, pero por aclarar algunos puntos del debate lingüístico y también como método para la autorreflexión, permitidme responder un comentario de una persona que se ha tomado la molestia de expresar su opinion sobre algo que yo he escrito.

En los comentarios de la anterior entrada, Jorge nos plantea una serie de puntos para la reflexión. Como decía Jack el Destripador, vayamos por partes:

Este es el comentario que nos plantea:
Es curioso, pero un artículo tan breve daría para un libro. Permíteme algunos comentarios:
1/ Consulta si te parece este artículo sobre la cuestión lingüística en EE.UU, observarás que es un tema que aparece sobre todo por la cantidad de emigración hispana que les hace sentir su idioma amenazado, digo su idioma porque no recuerdo a nadie que haya llegado a algo en EE.UU en otro idioma que no sea el inglés, ni recuerdo ninguna intervención de un cargo público en otro idioma que el inglés.
http://www.independent.co.uk/news/world/americas/at-last-america-has-an-official-language-and-yes-its-english-478896.html
2/Observo un absoluto desconocimiento en lo referente en cómo trata la administración norteamericana a los no hablantes de inglés. La razón no será otra que no haber estado nunca en EE.UU. Te aconsejo que vayas un día por allá, porque en el aeropuerto, sin ir más lejos, igual cambias de opinión de repente.
3/En uno de tus artículos hablas de respetar las leyes por encima de todo, en el BOE está publicado, por ejemplo, el nombre oficial de A Coruña por votación unánime del parlamento. Entiendo que no te guste, pero... ¿la legislación sobre toponimia no la consideras de obligado cumplimiento? ¿hay alguna otra legislación que consideres que no lo sea?
4/¿Cómo opinas que hay división cuando consideras un grupo de cien manifestantes como un buen punto de partida? ¿No ves que es un planteamiento ridículo?
Y estas son mis respuestas:

1.- El debate sobre la cuestión lingüística en Estados Unidos no comienza con el fenómeno de la inmigración hispana. Sino con las sucesivas incorporaciones de territorio en los comienzos de su existencia (150 años antes). La incorporación de Louisiana sin ir más lejos (1812), añade mucha población que hablaba francés y español. Otro territorios como Texas tenían una población de mayoría castellanoparlante. A lo largo del siglo XIX, los estados se van dotando de leyes estatales sobre la educación en inglés. El inglés, es la lengua del gobierno federal y de la nación de facto, y por lo tanto, de forma natural, la gente que quiere progresar emplea la lengua de poder. Algo similar a lo sucedido con los reyes católicos en Galicia. Tras la SGM comienza una afluencia de inmigrantes hispanos a los estados del sur, estados que como sabemos, poseen una amplia historia y vínculos con la cervantina lengua. Tras la mencionada ley de Clinton en la que la comunicación con los servicios federales de emergencia -por ejemplo-, deben darse en la lengua del peticionario, se mejora lógicamente la atención ciudadana. Desconocía esa reciente votación que impone el inglés. Me parece mal.

Dicho esto, que queda un poco embrollado, añado que yo no estaba defendiendo el monolingüismo, sino que mi intención al traer el tema americano era dar a conocer que nuestra situación no es especial ni única. Pude haber traido a colación el tema belga, o la forma en que los franceses resolvieron la cuestión. Galicia (Cataluña y País Vasco), no es un caso excepcional en la cuestión de la lengua. En España, por el caracter propio del español que posee un bastón de mando, se tiende a utilizar cualquier cosa para mantenerse en el poder. Aunque para ello deba pisotear a sus propios vecinos. Da igual que ese español se llame Anxo o Josep Lluís, es una actitud común e histórica en los habitantes de la piel de toro.

2.- Sin duda me he explicado muy mal si alguien entiende que no conozco la situación americana. Creo que ha sido desafortunado comparar a los de English First con los que abogan por la inmersión lingüística. Lo debí de haber hecho mal, porque después de estar viviendo en Estados Unidos, en una zona donde no hay precisamente una muy alta concentración de hispanos (Boston, MA), sé que el español está muy a la orden del día. Los aeropuertos tienen carteles bilingües, el metro también, los hospitales, etc. en general los servicios públicos. Bueno, lógicamente no solo carteles, sino empleados que te atienden en español en prácticamente todas partes. La otra cara de la moneda es Nuevo México, donde (según la wiki, pues nunca estuve allí) el 30% de la gente tiene al español como primera lengua.

3.- La ley dice que el topónimo es A Coruña, pero... ¡yo no soy el encargado de colocar los carteles en las carreteras! Y mi blog no es un documento oficial, así que yo aquí emplearé el topónimo con el que me he referido toda mi vida a mi ciudad. Dudo mucho que esté incumpliendo alguna ley. Por otra parte, puedo añadir que si en una carta en lugar de A Coruña, pones La Coruña, la carta llega a su destino. ¿Leyes inútiles? ¿En mi vagina? ¡Cáspita!

4.- Como si hubiere ido una sola persona a la manifestación, me da exactamente igual. Lo que allí se defendía era algo que muchas otras personas defienden. No estoy tan tarado como para decir que la gente que va a una manifestación es la única gente que defiende lo que dice en esa manifestación. Negar que se va produciendo de unos años a esta parte una fractura social por el tema lingüístico es negar la realidad. La autoridad autonómica no puede ignorar que hay gente que no está de acuerdo con las actuales leyes educativas lingüísticas. Creo que nadie lo ignora.




Gran parte de este problema se resolvería si nos paramos a pensar y reflexionamos sobre la pregunta: ¿por qué un político tiene poder para legislar sobre idiomas? Entiendo que la educación tenga planes de estudio oficiales, pero el uso de una lengua en el colegio, al ser algo tan cotidiano, tan íntimo y personal, creo que debe ser decidido por padres y profesores. Llegando en cada centro a acuerdos comunes sobre las horas que se den en una lengua u otra. En el caso de la educación superior y centros de formación personal, que se cumpla la libertad de cátedra. Puede que la mía no sea la mejor solución o la más sencilla, pero en mi ánimo está en que se dejen los idiomas fuera del debate político. Ahora mismo, este debate lingüístico-político deja en segundo plano temas "tan banales" como que no te echen de tu casa por no pagar la hipoteca, que no tengas que cerrar tu empresa porque la Hacienda te deba IVA, etc.

No sé si me he explicado.

PD: Acerca de lo que vote o deje de votar la gente: me la sopla lo que vote el personal aunque tenga mis preferencias (o mejor dicho, mis "antipreferencias").

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excepto lo de Bangladesh, todo eso ya lo sabiamos..asi que ponte ya con la cuarta parte de la historia de la ciencia ficcion ¿o crees que se acaba todo en los pulps?

Anónimo dijo...

Bueno, yo seguramente tampoco me haya explicado excesivamente bien, (cosas de querer decir mucho en poco espacio). Gracias por la contestación y por el tono de la contestación. No era tanto mi interés discutir la situación lingüística norteamericana, y si viviste en Boston, pues nada, conocerás más que yo de Boston. En cualquier caso yo estuve también en Boston hace 12 años, y no recuerdo ese bilingüismo, aunque es posible que haya cambiado. En cualquier caso yo me refería más bien al trato de la administración norteamericana con los extranjeros. Yo no tuve buenas sensaciones pero hay gente a la que le fue mucho peor, o sea, que hay que tener suerte y no caer en un problema legal en EE.UU a eso me refería.
En lo del topónimo tampoco me refería a tu libertad de ponerlo como quieras en tu blog, faltaba más, como si quieres poner La Corunha, yo me refería a si en las relaciones con la Administración hay que usar A Coruña o no. En cuanto a lo de que las cartas lleguen igual al destino, entiendo que es un mal ejemplo, porque si la carta te la manda hacienda, vamos al caso, aunque pongas Lla Curunhata te llegará igual :-).
Por último, decirte que estoy absolutamente en desacuerdo en que haya fractura social y problema idiomático en las escuelas. A mi modo de ver, los niños no perciben ningún problema idiomático, son los padres los que lo crean, si los niños viven en un hogar donde se estima que el tiempo que dediquen a los idiomas es un tiempo útil, percibirán ese tiempo como normal y útil. Si perciben en su casa lo contrario eso generará rechazo, pero los problemas idiomáticos de los niños serán la resultante de las filias y fobias de sus mayores, así de simple.
En lo que puedo saber sobre enseñanza, pues me dediqué a ello algún tiempo, permíteme decirte que el planteamiento que haces de que sean padres y profesores los que acuerden la lengua vehicular conjuntamente está fuera de la realidad. No habría acuerdo ni a la hora de tomar el café prácticamente en ningún sitio. Y además, si los padres tuvieran la oportunidad de hacer eso que dices, y la administración abriese la veda... ¿qué pasaría si otro padre intentase acordar la supresión de símbolos religiosos, por ejemplo? ¿y el que opinase sobre si es más útil aprender matemáticas o historia del arte? ¿qué pasaría si otro objetase por motivos religiosos la clase de ciencias naturales? ¿Y si otro pensase que los niños y niñas tendrían que estar separados? En fin, sería una auténtica historia interminable. Un saludo.

Pablo Otero dijo...

Cuando en un grupo de personas hay opiniones diferentes, se suele tomar la de la mayoría. Si es mucho el rechazo de un señor ante la opinión de la mayoría que no puede aguantar, que busque otro sitio.

Ya digo, no es la mejor opción ni la más fácil de aplicar.

Y sobre los niños: está claro que ellos no perciben el problema.

Un saludo. :)